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Ciencia Unisalle
1-1-2009
Citación recomendada
Reyes Garzón, E. (2009). Hermenéutica y narrativa en Paul Ricoeur: interpretación a la obra "Texto,
testimonio y narración". Retrieved from https://ciencia.lasalle.edu.co/filosofia_letras/23
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HERMENÉUTICA Y NARRATIVA EN PAUL RICOEUR.
Interpretación a la obra “Texto, Testimonio y Narración”.
UNIVERSIDAD DE LA SALLE
FILOSOFÍA Y LETRAS
BOGOTÁ
2009
HERMENÉUTICA Y NARRATIVA EN PAUL RICOEUR.
Interpretación a la obra “Texto, Testimonio y Narración”.
MONOGRAFÍA
Profesora:
CAROLINA RODRÍGUEZ
UNIVERSIDAD DE LA SALLE
FILOSOFÍA Y LETRAS
BOGOTÁ
2009
CONTENIDO
Pág.
Introducción 2
Conclusiones 64
Bibliografía 71
Índice de cuadros 73
INTRODUCCIÓN
Son las motivaciones de este grupo las que promovieron la preocupación por la
narrativa. De allí, se detecta que resulta ser una categoría tratada por la filosofía,
aunque desde diferentes perspectivas. De esta manera, en la exploración
bibliográfica desarrollada por Synetairos, se observó que la palabra narrativa en
nuestro ámbito académico filosófico local, y en el idioma español, recibía un
tratamiento en relación con el ejercicio literario o en relación con las reflexiones
sobre el lenguaje. Posteriormente, en la actividad de profundización de dicha
exploración bibliográfica, se detecta, por reiteración, la importancia del pensador
Paul Ricoeur, de quien tratará esta monografía.
Con respecto a este pensador, se llevó a cabo un estado del arte, igualmente en el
idioma español, del cual deseo mencionar lo siguiente: aunque su obra es extensa
en cantidad, en el idioma español los títulos “La memoria, la historia y el olvido”
(2004), “El conflicto de las interpretaciones” (2003), “Del texto a la acción” (2001),
“La metáfora viva” (2001) y “Sí mismo como otro” (1996) resultan ser los más
resaltados. Es a partir de estos libros que, en su mayoría, se viene generando una
serie de reflexiones sobre la importancia del pensamiento de Paul Ricoeur. En el
caso específico de la narrativa, además de los libros mencionados, en los que
Ricoeur hace ciertos desarrollos de esta categoría, se encuentra tan sólo material
de artículos de revistas o artículos compendiados en libros. Nombres como Mario
J. Valdés, David Wood, Elizabeth Monasterios, Alejandro Fernández y Rodolfo
Fernández, José M. Rubio Ferreres, Jaime Rubio Angulo, José Ábel Sierra Parra
S.J., Guillermo Zapata Diaz S.J., Juan Masia Clavel S.J., Beatriz Melano Couch,
entre otros, pertenecen a algunos autores que han publicado artículos que
interpretan directamente el pensamiento de Ricoeur, y que han desarrollado de
alguna manera la categoría narrativa. Es a partir de esta revisión bibliográfica que
se considera apreciable un aporte al desarrollo de esta categoría, teniendo como
base un libro de Ricoeur poco desarrollado en este sentido: “Texto, Testimonio y
Narración” (1983).
Para este caso, esta monografía da cuenta de un autor, un texto y dos categorías
de estudio. Se aborda el libro de Paul Ricoeur “Texto, testimonio y narración”, para
estudiar de allí dos categorías: hermenéutica y narrativa. Las categorías se
explican en los dos primeros capítulos y se desarrolla un tercer capítulo que
pretende arrojar a un campo práctico la reflexión teórica desarrollada y de esta
manera realizar la articulación con el trabajo de campo hecho en Tierralta –
Córdoba.
1
Se usa la palabra hombre, para designar la figura humana en general. Dentro de ella cabe un reconocimiento
a los dos géneros, tanto el masculino como el femenino.
plantea el lenguaje como manera de ser. O si se prefiere, siguiendo a Gadamer: el
ser se dice de mucha maneras...y el ser que puede ser conocido es lenguaje.
Debido a que tenemos en nuestro lenguaje la capacidad de decir cosas con doble
sentido, es que surge la necesidad de interpretar. Éste lenguaje es el que se
conoce como simbólico. Con la interpretación se puede llegar a ser partícipe de un
sentido, pero de manera curiosa es, también, con la interpretación que se
reconoce dónde se encarna un sentido. Por esta razón, "la interpretación se da ahí
donde hay múltiple sentido, y es en la interpretación donde la pluralidad de sentido
se pone de manifiesto" (Agis, 2000: 99). Comprender sería entonces reconocer un
sentido que no me pertenece donde hay múltiples sentidos, para hacer que me
pertenezca, y de esta manera reconocerme existente. "Comprender es el modo de
ser del ser que existe al comprender" (Ricoeur, 2003: 13).
1 Téngase presente que los conceptos de interpretación y comprensión se asumirán como sinónimos para el
desarrollo del capítulo I. Sin embargo, desde el pensamiento de Paul Ricoeur, y la evolución teórica de la
hermenéutica, se puede hacer una diferencia de suma importancia entre estos dos términos. Grosso modo, se
puede decir que la interpretación tiene que ver más con una tarea técnica, que relacionada con el estudio de
textos, es como esa especie de desciframiento que se logra a través de distintas herramientas para lograr el
posible sentido de un símbolo. Mientras, que por otra parte, la comprensión, tiene que ver con la apropiación
que se logra en el pensamiento de dicho símbolo ya interpretado, de tal modo que el comprender se vuelva un
pensar con símbolos, hacer uso de ellos de una manera consciente. La traducción más estricta de las obras de
Ricoeur, opta por el uso del término Comprehensión.
Se tiene claro hasta el momento que la interpretación es posible siempre y cuando
se presenten varios sentidos. A esto se le ha de agregar que la característica de
poseer al menos un doble sentido le corresponde al símbolo. Por tanto, la
interpretación se enfrenta a los símbolos y viceversa, los símbolos se enfrentan a
la interpretación. Aquí, el concepto de símbolo se refiere a esa expresión
lingüística de doble sentido, es decir, que tiene un sentido literal y un sentido más
allá, y que está en las raíces de nuestro lenguaje.
Esta manera de concebir el símbolo lleva a pensar cuáles podrían ser las
manifestaciones tangibles en que éste se encuentra y que se convierten en objeto
de estudio para la hermenéutica. La respuesta es: el lenguaje simbólico, el
cual está en nuestra base humana antes que el lenguaje conceptual. De esta
manera, constituye un tesoro de expresiones apropiadas a la experiencia en su
especificidad propiamente humana. Aquí se empieza a encontrar la relación del
símbolo-sentido con la existencia que en un dado momento llevará a volcar la vista
sobre la narrativa, pues ésta es por excelencia simbólica.
Pero ¿hay diferencia en que el sentido esté fijado por la instancia discursiva
escrita que por la palabra oral? El que el sentido sea inscrito crea la posibilidad de
que haya siempre posibilidad de actualización del mismo. La escritura crea un
sentido trans-eventual que forma depósito, del cual, gracias a la interpretación
podemos ser partícipes. Sin embargo, la instancia escrita tiene radicales
diferencias frente a la palabra hablada, que hacen que la hermenéutica esté
siempre ligada a la exégesis de textos por el reto interpretativo que ello
representa. Véanse las diferencias entre las dos instancias discursivas extraídas
del libro Texto, testimonio y narración (1983) de Ricoeur, a través de un cuadro
comparativo. En la primera columna se encontrarán las cuatro características del
acontecimiento de palabra en general, para verlas de manifiesto de manera
comparativa tanto en la palabra hablada como en la escritura:
Características
del
Palabra hablada Escritura
acontecimiento
de palabra
Con ello, el sentido fijado puede ser comunicado sin importar la distancia cultural o
epocal, reclamando, claro está, una tarea interpretativa responsable y respetuosa,
que le permita al intérprete o lector ser partícipes del sentido actualizándolo y no
repitiéndolo. El texto está abierto a cualquiera que sepa leer y su sentido es
omnitemporal, abierto a toda lectura, como sucede con el arte literario, pero
cuando los lectores y lecturas superan el primer acontecimiento, estos son
novedosos. Gozan de la posibilidad hermenéutica de recorrer el camino que inicia
en la palabra (como tradición), a la escritura (como sentido inscrito) y nuevamente
a la palabra (como actualización y no repetición).
El lector debe poseer la suficiente sensibilidad como para desplegar delante del
texto una tarea que facilite la propensión de éste a desvelar un mundo. Se trata de
adentrarnos en el sentido del texto, más que en la personalidad de su autor, en su
intención creadora o en las circunstancias epocales. (Agis, 2000: 106)
El concepto de texto y de leer, puede llegar a ser trasladado hasta los campos de
la acción humana siempre y cuando conserven su carácter simbólico, el de lanzar
junto, reunir realidades. Así, el texto puede organizar un sentido reuniendo
muchos más elementos que lo inscrito en los libros y seguir siendo el objeto de la
hermenéutica. El mejor ejemplo lo podemos ver en el caso del testimonio. Para
Ricoeur, el testimonio es dado por un testigo. Es decir, que alguien relata algo que
ha visto u oído y constituye un relato justificado por la experiencia de lo vivido. Así
el testimonio no es una simple percepción sino la narración del acontecimiento.
Pero éste debe estar al servicio del juicio para que sea verdaderamente
testimonio; la contrastación y el relato constituyen informaciones sobre el sentido
de lo que ha ocurrido. Es una base para pensar, para juzgar, y no en vano, el
testimonio funciona como una prueba para influenciar la sentencia del juez, en
situación de discurso (proceso). Resuelve una discrepancia entre partes. Pero
hemos retomado el testimonio para demostrar a manera de ejemplo, cómo el texto
que hasta ahora parece reducirse a un relato que dice lo que se vio, puede
superar el campo de las letras.
Existir para ser, o mejor, para saber ser siendo, cuidando tres dimensiones: ser-
en-el-mundo, ser-juntos y ser-yo. Este es el punto central al que le apunta y sobre
el cual se dimensiona la hermenéutica moderna inspirada por Ricoeur. Consiste
en lograr una comprensión que permita jugarse la vida en un estado de apertura a
las cosas, a los demás y a sí mismo. Comprensión que supera distantemente un
ámbito interior, para construir un modo de ser con sentido en la praxis. Es la tarea
de la construcción del yo que deviene por la problematización del mismo, ¿quién
soy yo?, y que es visible en la manifestación de un testimonio de vida, no sólo en
una construcción teórica.
Esta distinción, se presta como un soporte válido, para que se considere la idea de
que el saber narrativo, constituye también una parte de eso que llamamos “saber”
en términos generales. Los pueblos, han creado depósitos diferentes de sabiduría
al del dato científico. Y el más claro de ellos es el narrativo. Las culturas, por más
occidentalizadas que sean, no han desechado el depósito narrativo como un
depósito de sabiduría. Hablamos entonces de un saber narrativo, que está más
relacionado a un mundo práctico que a un mundo epistemológico.
¿No les ha sucedido que cuando culminan una buena obra literaria quedan
pensativos por lo contado? Se parte de esta pregunta para lanzar la hipótesis
perseguida desde los argumentos propuestos por Paul Ricoeur: la narrativa es una
mediación para la construcción del yo.
Encontrar una definición certera de lo que podría ser la narrativa, puede correr el
riesgo de limitar su riqueza. Por tanto, en vez de intentar definir se desea mostrar
algo de dicha riqueza, poniendo especial atención en lo que Ricoeur denomina la
función narrativa, para formular su importancia en la experiencia humana y su
relación con la hermenéutica.
1 Ricoeur recuerda que en el inglés existe una diferencia entre historia (story) e historia (history). “Una
historia (story) describe una sucesión de acciones y experiencias hechas por un cierto número de personajes,
sean reales o imaginarios […] Comprender las acciones, los pensamientos y los sentimientos sucesivos es
comprender una historia (story)” (Ricoeur, 1983: 63). Mientras que la historia (history) se refiere a la
disciplina del historiador cuyo punto de partida es el acontecimiento histórico, ante el cual se dirá «lo que
ocurre realmente» y «lo que ocurre lejos de nosotros». Mientras la historia (story) puede tener como
referencia última el nivel más profundo de la experiencia con el tiempo, la temporalidad, la historia (history)
centra su atención sobre el pasado.
Se tiene ahora que abordar el concepto de tiempo y su función dentro de la
narrativa, pues allí hemos sido arrojados. Para esto Ricoeur, valiéndose de
pensadores como Aristóteles, Agustín, Heidegger y Gadamer, propone que la
narrativa es la guardiana del tiempo. Es en la narrativa donde se encuentra que el
hombre puede tener tres experiencias del tiempo, diferentes a la cronológica, que
se presentan según su grado de profundidad:
Temporalidad
Historicidad
Intra-temporalidad
Historicidad: “acento puesto sobre la carga del pasado y, sobre todo, por la
capacidad de retomar la extensión entre vida y muerte en operaciones de
repetición” (Ricoeur, 1983: 53). La historicidad, se refiere a aquel tiempo
que ya está desplegado entre la vida y la muerte. En la historicidad se carga
el acento sobre el “haber-sido”. Pero este nivel echa raíces en los rasgos
fundamentales de la temporalidad.
Resulta importante aclarar que Ricoeur en su texto, no discute con Kant sobre la
relación tiempo-historia, simplemente encuentra que existen algunas ideas de
Kant sobre el concepto del tiempo que por su interpretación tienden a truncar el
concepto de cambio, que para Ricoeur enriquece y hace más interesante el
concepto mismo de tiempo y por ende los conceptos de reconocimiento, identidad
y memoria.
En el tiempo las cosas y las personas cambian. Los seres se instalan en el tiempo
porque se inscriben en el decurso constante del «ahora» y el «después». Lo que
quiere decir que los seres, en últimas, son temporales y que el devenir acentúa la
experiencia de lo vivido como la potencia que tiene el tiempo para cambiar las
cosas y las personas. (González, 2007b: 20)
Fuera de las síntesis subjetivas, el tiempo aparece como un devenir marcado por
la huella incesante del presente hacia el pasado que dificulta la identificación de
las cosas y las personas. Es un hecho radical: los seres cambian porque en el
tiempo nunca son los mismos o porque simplemente desaparecen y mueren […]
se tiene que enfrentar el hecho de que los seres cambian y, con ello, se hacen
irreconocibles. (González, 2007b: 3)
El pasado, en virtud del presente, cobra gran importancia como punto de partida
para el reconocimiento. Como sujetos, tenemos el poder para ir hacia el haber-
sido en búsqueda de la identificación de algo que ya se conocía y que ha
cambiado. El reconocimiento retrospectivo nos demuestra que tenemos una
identidad temporal. Por ello tenemos conciencia del pasado: “en el pasado me
encuentro, o sea, me reconozco en lo que hice, en el momento y el lugar en que lo
hice, así como en la impresión sentida cuando lo hice” (González, 2007: 5).
1 El «sí», en Ricoeur, se entiende como la actuación reflexiva humana en el mundo. No en vano recuerda
Ricoeur a Heidegger aludiendo a nuestra situación en el mundo con la afirmación siguiente: “sólo un ente que
es un sí es «en» el mundo”. Es el ser del sí, el que supone la totalidad de un mundo que se constituye como el
horizonte de su pensar, de su hacer, de su sentir, etc. (Cf. Sánchez, 2000: 50).
buscar la manera en que pueda verme a mí mismo, para poder identificarme. Así,
llegando a este punto, no se puede pasar por alto la diferencia que propone
Ricoeur entre dos tipos de identidades que pueden darse: identidad-idem e
identidad-ipse. María Sánchez las define de la siguiente manera:
La identidad como mismidad tomando en cuenta un término que procede del latín:
idem. Es en este nivel donde hablamos de idéntico como “sumamente parecido” y
por tal razón inmutable a lo largo del tiempo, diríamos entonces que un rasgo que
disminuye a la identidad-mismidad es su permanencia en el tiempo, su duración.
Por otro lado, hablamos de la identidad como ipseidad remitiéndonos también a un
término latino: ipse. Nos referimos a la identidad como ipseidad con el término
“propio”. En esta medida su contrario es: otro, extraño. En este segundo sentido, la
identidad-ipseidad no implica ninguna afirmación sobre algún aspecto no-
cambiante-de la personalidad. (2000: 67)
1 Ante la discusión con el Cogito de Descartes, considero de gran valor las preguntas sugestivas que propone
María Sánchez: “¿Cómo puede aparecer como «alguien» el que duda si este yo que duda aparece desligado de
todas las referencias espacio-temporales? ¿Cómo puede otorgarse existencia al sujeto que habla si el quien de
la duda se pierde tanto en el momento que se queda sin cuerpo como en el momento que pierde las
condiciones de interlocución?” (2000: 67).
[el famoso Cogito cartesiano] es una verdad que se postula a sí misma, por lo cual
no puede ser verificada ni deducida; es, simultáneamente, el planteo de un ser y
de un acto, de una existencia y de una operación de pensamiento; yo soy, yo
pienso; existir, para mí, es pensar; existo en tanto que pienso. Sin embargo, esta
verdad es una verdad vana. Es como un primer paso que no puede ser seguido de
ningún otro, hasta que el ego del ego cogito no se capte nuevamente en el espejo
de sus objetos, de sus obras y, finalmente, de sus actos […] El Cogito sólo puede
ser vuelto a captar por el desvío de un desciframiento de los documentos de su
vida (Ricoeur, 2003: 21-22).
Con esto Ricoeur quiere decir, que aunque es deseable que todos puedan decir
con certeza yo soy…tal o cual cosa, es necesario hacer un proceso para captarse
a sí mismo, y configurar un yo. Dicha captación, se dará pues en el lenguaje
simbólico, y por ende, en la narrativa. “La existencia sólo da testimonio de sí
misma en los documentos de la vida” (Ricoeur, 2003: 22). Debido a que yo soy el
resultado del paso del tiempo y de las huellas presentes en mi memoria, la
narrativa como guardiana del tiempo me permite la construcción y la
problematización del yo, que por ser vulnerable al tiempo, nunca puede estar
afirmado (el yo) en una sentencia absoluta.
El hombre puede decirse en sus actos. Las obras humanas y su significado son
elaboraciones históricas del yo. Y dentro de esas obras se encuentra la narrativa.
El hombre tiene la posibilidad por tanto de narrarse, y de que lo narren, de tal
manera que él mismo constituya la vida del personaje del relato de su propia vida
o que se encuentre identificado con el personaje o la historia de una narración
cualquiera. Estamos llamados a contar y contarnos a sí-mismos a través de la
construcción del relato de nuestra propia vida, pero también a sustraer la riqueza
que traen las narraciones de otros para nuestra tarea del yo y con esto, la
posibilidad de ser-en-el-mundo. ¿Quién olvida las historias y los personajes de
obras como La metamorfosis, El principito o El Quijote de la Mancha? La riqueza
de la narrativa es infinita, pero es tarea de nosotros explotarla y aumentarla.
Me cuestiono
Hermenéutica Narrativa
Me cuento o me cuentan
Me interpreto
Me configuro (yo…)
1 Se habla de síntesis en el sentido kantiano, donde se entiende a ésta como una representación de
representaciones, unificación de lo diverso. No en vano, se trata de un concepto asociativo que es inseparable
del concepto de «esquema» (Cfr. Crítica de la razón pura. Alfagura, Madrid, 1986: 104, 178)
2 Tierralta, es un municipio de aproximadamente 50.000 habitantes, que se encuentra dentro del departamento
de Córdoba. Es una zona que en un dado momento fue catalogada como zona roja, debido al conflicto armado
que allí se presenta. Actualmente no han cesado los actos violentos y la situación del conflicto armado ha
tomado nuevos matices: narcotráfico, inmovilización, muertes selectivas, terratenientes, desplazamiento
forzado, entre otros. Es una zona que se considera rica en términos geográficos, ya que está atravesada por el
río Sinú y donde los terrenos de sabana se prestan para la ganadería y la siembra de una gran cantidad de
instantánea no se puede dejar de hacer alusión al problema del reconocimiento en
donde se vive la experiencia de la desaparición. Hacer que alguien, o algo,
desaparezca es borrar todo tipo de perfiles o esbozos que sugieran percepciones
para su identificación –y ya se vio lo importante que es la identidad. Es adentrarse
a un territorio inseguro donde sólo queda la pregunta ¿cómo mantener la
posibilidad del reconocimiento? Ricoeur plantea la pregunta: “¿llegaría a su
culmen el reconocimiento, al menos como identificación, cuando debe
conquistarse sobre lo irreconocible?” (2006:92).
productos agrícolas: algodón, arroz, plátano. Sin embargo, su riqueza ha sido causa de diversas luchas y por
su ubicación entre una zona de violencia, ha sido una tierra testigo de la muerte y albergue del desplazamiento
de poblaciones de tierras aledañas igualmente violentadas.
acordarse se produce cuando el sujeto sabe que ha pasado el tiempo; más bien,
que a él le ha pasado el tiempo (González, 2007: 2).
La memoria como capacidad de ir del presente hacia el pasado nos sitúa frente a
un sujeto temporal. Es por la memoria que el sujeto es capaz de transitar en el
tiempo, descubrir los cambios y levantar promesas1. De esta manera, la alusión
que se ha hecho a la categoría de «memoria» lleva a enlazar de nuevo con la
pregunta que se había dejado planteada: ¿qué sucede cuando el acto de hacer
memoria lleva a terrenos inseguros donde no se puede reconocer debido a la
experiencia de desaparición? Bien advertido por el psicoanálisis, uno de nuestros
mecanismos de defensa ante los recuerdos que no se quieren conservar, debido
al dolor que producen, es el olvido; y con esta idea, se asiente con el pensamiento
de Ricoeur, al concebir que la memoria pueda doler.
Como seres humanos, nos podemos encontrar con recuerdos que duelen por
diversas causas: porque el recuerdo y el entorno que lo enmarcaban ha
desaparecido violentamente; porque el paso del tiempo en el ser trajo consigo un
cambio violento que es mejor olvidar; o porque el recuerdo no nos permite
encontrarnos como ser. Hay recuerdos que duelen, aunque no todo dolor es
recuerdo. Y a partir de esta idea, se desea compartir un corto relato propio de un
campesino de Tierralta2 que evidencia el dolor que puede producir la memoria y
sirve como herramienta interpretativa para ver los cambios del sujeto en el tiempo:
1 Pese a los cambios, la promesa siempre está presente como intención de llevar a cabo acciones en el futuro.
Cuando me reconozco como ser que cambia en la experiencia del tiempo, erijo mi relación con la
temporalidad, pasado y presente se emergen gracias a la memoria, y la promesa produce la relación con el
futuro. De esta manera, el valor de la promesa se expresa en el lenguaje de la manera: «prometo ser…»,
donde su inseparable relación con el ser nos expresa la intención de la construcción de la existencia de un yo.
2 Este relato se toma de las actividades investigativas y formativas que ha llevado a cabo el grupo de
investigación Synetairos, de la Pontifica Universidad Javeriana, en el municipio de Tierralta-Córdoba. Surgió
de un taller, donde se trabajaba con un grupo focal de campesinos para recuperar información acerca del
trabajo con la tierra. Por decisión del mismo campesino y del grupo de investigación se ha cambiado el
nombre real por el personaje “Juan Sin Tierra”.
En Tierralta se han destinado los grandes territorios de cultivos para la producción
ganadera. Es una actividad que enorgullece a sus agentes porque de allí se
produce carne para el consumo nacional y la exportación. Con el mismo orgullo,
esta zona del país se presenta como una zona libre de la fiebre aftosa desde
varias décadas y como un lugar que ha desarrollado grandes avances en el campo
de la genética y la investigación ganadera mediante el cruce de varias razas para
garantizar una mayor producción de carne. En esta región vive el campesino Juan
Sin Tierra, quien en la tarde del taller que se realizaba en el salón de la parroquia
dijo:
Le preguntamos muy asustados por qué hacía esa afirmación tan tajante. Y él nos
respondió con mucha tristeza en sus palabras:
- Una vaca tiene para vivir, movilizarse y alimentarse las mejores tierras y
los mejores pastos que existen en este país. Una vaca cuenta con agua
potable y con adecuados suministros para que no tenga sed. Una vaca
tiene a su servicio los mejores veterinarios de la región las veinticuatro
horas del día, ellos las cuidan y velan para que no se vayan a enfermar.
Una vaca es cuidada por muchos hombres, incluso con ejércitos
armados, para no ser robada, secuestrada, matada o dañada. Una vaca
no tiene que preocuparse por lo que va a comer en invierno o en
verano, ella siempre tendrá aseguradas sus tres comidas diarias.
En cambio, un campesino del Alto Sinú tiene para vivir, movilizarse y alimentarse
una pequeña parcela y no propiamente en las mejores tierras. En la cual tiene que
sembrar algunos productos para comer y para vender si cuenta con la suerte que
se los compren. Un campesino no cuenta con agua potable. Si quiere agua la tiene
que ir a traer al río, en bicicleta, burro o al hombro. En las veredas no contamos
con un acueducto que garantice la pureza del agua. Y le digo más, un campesino
cuando se enferma inicia todo un calvario. Se debe desplazar a la cabecera
municipal porque en la vereda no hay centro de salud. Si tiene dinero es atendido
a medio día si cuenta con suerte. Si no la tiene, debe esperar pacientemente a que
llegue su turno. Si no está afiliado a la seguridad social mejor que no se acerque
por los hospitales porque ahí mismo lo dejan morir en el piso. Para el campesino
nunca hay medicamentos, siempre están agotados o en el mejor de los casos se le
pide que los recoja el mes entrante. A los campesinos no los cuida nadie. Los
campesinos somos la carne de cañón que alimenta los diferentes grupos armados.
A los campesinos nos desplazan, nos torturan, nos matan, nos quitan las tierras y
nos ven dando plomo en el ejército, en la policía, en los grupos de autodefensa o
en la guerrilla. Un campesino tiene que preocuparse diariamente por lo que va a
comer con su mujer y sus cuatro pelaos… ¿Ahora sí entienden por qué en estas
tierras es mejor ser una vaca que un campesino?
En este sentido, el campesino Juan Sin Tierra quien es el que nos trae a colación
la comparación con una vaca, ha de mostrarse como un sujeto temporal, que
evoca su capacidad de rememoración para contarnos por qué la crudeza de su
afirmación: es mejor ser una vaca que un campesino.
Aunque el relato no contiene lo que sucedió una vez hecha la intervención de Juan
Sin Tierra, mi condición de presente me permite recordarlo: el salón de la
parroquia quedó en un silencio profundo y el campesino respiró, también,
profundo. Encontró en el acto de contar la descarga de un peso que lo ahogaba.
Fue el ejercicio de contarse el que produjo el respetuoso duelo, pues aunque sus
palabras cargaban tristeza, y efectivamente evidenciaban un dolor, no se trató de
un simple grito de lamento, sino de la posibilidad posterior de encontrarse con un
deseo de ser, una necesidad de esforzarse por existir.
Este relato muestra la importancia de trabajar por el ser, donde no se es. Debido a
que no todo lo que se recuerda es gozo. El pasado carga con recuerdos que
torturan, que producen dolor, o con la amarga sensación que produce descubrir la
desaparición de los mismos. Ante dicho problema, la mejor alternativa, en lugar de
evadir lo que produce dolencia, resulta ser el duelo como esa posibilidad de
superar el dolor con la dinámica normal de la sensación humana que esto
produzca: tristeza, decaimiento. Todo en busca de la aceptación y en aras del
crecimiento, donde la sensación de bienestar regresa. Dicho de manera
metafórica, se trata de buscar que la herida sane de la mejor manera, donde la
cicatriz que ahora marca el cuerpo pueda ser tocada y ya no vuelva con ello el
dolor que producía.
Conocida por ser una zona que ha recibido de frente el impacto y las
consecuencias del conflicto armado del país, Tierralta, cobra su importancia
reflexiva porque propone dos maneras de hacer historia que se vuelven
identificables por la carga acentuada que cada una lleva: la aceptación de una
realidad de muerte, y la posibilidad de la esperanza.
Desde allí, desde este lugar real, se abordará la categoría del testimonio. Y más
aún, desde la figura de una persona concreta: Pedro Nel Rodríguez, "El poeta de
Callejas". Es él quien nos permitirá entregar un recurso tradicional, como lo es la
décima costumbrista, invitando a descubrir cómo cobra importancia la narrativa
para interpretar, transmitir y testimoniar una realidad.
I IV
Es hoy mi sinuanidad Soy el valle y la sierra
Tierra agua y arena Selva y rastrojo herido
Grito eco y sirena Un arroyo enmudecido
Leyenda, mito y verdad En las ruinas de mi tierra
Del campo su inmensidad Soy el polvo que encierra
Árbol, hacha y machete Al verdor en el desierto
Soy Domicó y Negrete Soy este campo abierto
Tres sangres en una Al que el tiempo devora
Luces de sol y luna Soy ese pez que llora
Hombre, nombre y remoquete. Hoy que su río está muerto
II V
Soy blanco, indio y negro Soy un ave desplazado
Mulato, zambo y mestizo Que vuela y no halla rama
Cordobés por compromiso Soy un animal sin cama
De serlo algún día me alegro Que como y duerme acosado
Constantemente me integro Soy un árbol taladrado
A todo lo que existe Que el hombre injusto hiere
Soy esta misma gente Soy la planta que muere
Soy la foránea también En medio del herbicida
Aquí donde me ven El bosque que nadie cuida
Soy cobarde y valiente Yo soy el que nadie quiere
III VI
Yo sé cómo se empalman Soy la laguna seca
Los ranchos tradicionales Donde muere la icotea
Soy lluvias y vendavales El sol que en marzo golpea
Que se agitan que se calman A la tierra estéril y hueca
Soy esos libros que hablan Soy también la biblioteca
Siempre del campesino Donde reposa la ciencia
Yo soy abarca y camino El libro de convivencia
Calzón, camisa y sombrero Entre el hombre y la natura
Los quiero como me quiero Aquel que le da lectura
Y los quiere el Padre Divino Educa bien su conciencia
Y ¿qué es dar testimonio? Ricoeur, nos propone que lo pensemos desde tres
sentidos: el cuasi-empírico, el cuasi-jurídico y el cuasi-teológico. Sin embargo,
antes de explicar en qué consiste cada uno de éstos, es importante considerar que
el testimonio no es equivalente al "ejemplo". Puede considerarse de manera
rápida que "dar testimonio" es realizar una "acción ejemplar", con lo cual se
estaría incurriendo en un error, pues en el ejemplo se encuentran dos deficiencias,
con respecto al testimonio, que le hacen perder importancia en un estudio con
intenciones filosóficas: 1) en el ejemplo, o acción ejemplar prima la regla, la ley, la
norma, no la persona y esto, como se verá más adelante, es superado en el
testimonio ya que éste logra integrar a la persona que da testimonio como al relato
de los hechos testimoniados; y 2) el ejemplo a pesar de ser histórico no perdura,
se borra como el caso ante la regla, mientras que el testimonio, cuando alcanza
dimensiones teológicas, llega a ser el movimiento de una vida.
Ricoeur se refiere al testimonio del tercer nivel en los siguientes términos: “el
testigo es el hombre que se identifica con la causa justa, odiada por la
muchedumbre y los grandes, y por esta causa justa arriesga su vida […] Esto hace
que el testimonio sea el compromiso de un corazón y un compromiso hasta la
muerte” (Ricoeur, 1983: 22). Se habrá de entender que el camino que buscamos,
es el de invitar a considerar que el testimonio del tercer nivel, el de la acción, es el
adecuado para establecer una relación con una reflexión teológica, debido a la
profundidad que evidencia, y que en dicha búsqueda es posible invitar a la
proposición de ejercicios prácticos narrativos, como el que se pretende en este
capítulo al ubicar las palabras del Poeta de Callejas como testimonio de una
verdad.
¿Pero qué tipo de realidad vive el Poeta y cuál es su testimonio? Baste recordar
que Callejas, es un corregimiento de Tierralta – Córdoba, lo que permite que
ubiquemos rápidamente una tierra con una fuerte historia de violencia y muerte, y
que actualmente carga con las consecuencias de lo que ha dejado el conflicto
armado. De este espacio es de donde provienen las palabras del Poeta, de una
realidad que amenaza constantemente la vida misma haciendo particular la
historia de su gente:
SUCESOS EN EL ATACÓN
I II
Hoy canto yo como sea El doce de julio a las dos
Chabacano y atravesado En punto de la mañana
Pero es que estoy asustado Tembló la tierra sinuana
Tiemblo cuando hay pelea Bajo aquel combate feroz
El pánico que hoy rodea Le damos gracias a Dios
A toda esta población Por su divina intervención
Perturba la inspiración Su infinita compasión
De los poetas y escritores Por los seres inocentes
Por ahí circulan rumores Nadie de nuestras gentes
Que habrá otro fuerte atacón. Cayó en el fuerte atacón.
Las balas se oían silbar
III Violentas sin dirección
Treinta hombres bien armados La guerra sin compasión
Tenía sitiado al comando Se apoderaba del pueblo
Se oían los perros aullando Nadie podía creerlo
Y corriendo por todos lados De que fuese un atacón.
Los hombres más asustados
Buscaban su protección VIII
Pero ellos tenían razón Es el quinto frente de las FARC
Esto quién se lo aguanta Se había tomado esta zona
el más valiente se achanta Cayó el agente Cardona
Ante un tremendo atacón. Muy mal herido el auxiliar
Cuando quiso Díaz intentar
IV De buscar mejor posición
Efrandy Trejos al quedarse Recibió éste un chamuzcón
Sus hombres sin posiciones Bajo el peso del combate
Corrían y daban instrucciones Yo hoy les cuento el disparate
Y volvía de nuevo a situarse Que causó ese fuere atacón.
No vallan ustedes a acobardarse
Ni a malgastar munición IX
A pesar de la destrucción Los civiles no esperaron
En que se hallaba el cuartel De oír el tercer disparo
Confiaron todos en él Cuando buscaron amparo
Hasta que cesó el atacón. El primer sitio que hallaron
Algunos abandonaron
V A la rústica población
Estaba el pueblo dormido Para muchos la solución
Un perro dio la alarma Fue alejarse de allí
Pero una potente arma Hasta yo también corrí
Dejó a Ringo tendido Esa noche del atacón.
Se oyó un fuerte alarido
Seguido de una explosión X
Despertando en la región Hoy se que Elías Barrera
A todos sus moradores En el suelo amaneció
Y agentes auxiliadores El pobre se convirtió
Rechazaban el atacón. En una lombriz tierra
Yolanda su compañera
VI Se acurrucó en un rincón
El perro cayó inconsciente A su hija Nuris el corazón
Víctima de un fusil Quería saltarle del pecho
Que despachó un proyectil Quien también dejó su lecho
Con precisión en su frente Por causa de ese atacón.
Esto cambió el ambiente
En medio de la estación XI
Creando una confusión Alejandro Castillo el gato
Difícil de comparar Perdió el conocimiento
Lo que he podido llamar Casi que no echaba el cuento
Sucesos en el atacón. De aquel temeroso rato
Si vuelven quizás me mato
VII O me largo de la nación
Estaba yo en el pilar En Miami o en Japón
Oí el primer fogonazo Nadie me irá a joder
Lógico en este caso Le comentó a su mujer
Opté por salvar mi hogar Un día después del atacón.
Sin ninguna murmuración
XII Y a cada detonación
Eduardo Díaz se metió Tápese bien las orejas
Bajo de una nevera Esto pasó en Callejas
Con una voz lastimera La noche del atacón.
Nos cuenta lo que sufrió
Cuatro horas permaneció XVII
Con todo el cuerpo en tensión Doña Dora que no sabía
Contenía allí la respiración Andar en la oscuridad
Los pulmones se le inflaban Y con tanta facilidad
Y no cesaba el atacón. Le sirvió a los hijos de guía
Tan lejos que estaba el día
XIII Para darle un empujón
Carlos Arango no huyó Porque daba la impresión
No se apartó de la puerta Del planeta detenido
Más nervioso que alerta A causa del estallido
Hasta el final espero De tan horrible atacón.
Apenas los vio exclamó
Yo les brindo mi atención XVIII
Allí tengo un bodegón Cuan dichoso es Rebolledo
Repleto de mercancía Quien no escuchó el tiroteo
Fingiendo que no sabía Pero es se ha puesto feo
Nada de ese atacón. Nos dijo yo tengo miedo
Les juro que no me quedo
XIV En esta puerca región
Vea usted que se destaca Ni si me dan un millón
Como servicial compañero De pesos en efectivos
Tenemos poco dinero Vean si tengo motivos
Acredítenos una hamaca Yo presiento otro atacón.
Se apresura don Carlos y saca
Como veinte de un cartón XIX
Tranquilícese usted mi don Cuando empezó la batalla
Que solo queremos una Patricinio se levantó
Mi Dios vea su fortuna El panatalón que agarró
Y le libre de un atacón. Fue un pedazo de toalla
Lo busca y al fin lo halla
XV Lo atrapa de un manotón
De la escena conmovedora Le metía en su ofuscación
Rubén Orozco se ausenta Los pies por los bolsillos
Se puso sin darse cuenta No era cosa de arrear novillos
La ropa de la señora Era a huir de un atacón.
Que le importaba ahora
Cual fuese su pantalón XX
El pellejo y la salvación Un gallo lanzó su canto
Estaban de por medio En el rancho de Etalislao
Denis no hay más remedio Infame me has delatao
Que alejarme del atacón. Dijo este con gran espanto
Ahora saben Diosito Santo
XVI Que se haya aquí una mansión
Esta exclamó enojada Se armó sin contemplación
No seas cobarde Rubén Casi al borde del desmayo
Llévame a mí también Y le cortó la cabeza al gallo
No me dejes aquí encerrada Esa noche del atacón.
Aguántese aquí callada
XXI XXV
Remberto Parra quedó Con las manos sobre la faz
Casi clavado en la cama Doris llamó a Agustín
Hasta las seis de la mañana Yo vengo es con el fin
Que la mujer lo levantó De buscar el bien y la paz
Allí esa noche se orinó Mire vaya para atrás
Hasta empapar el colchón Yo a ti no te doy perdón
El pobre no tuvo acción Porque tú en una ocasión
Ni de levantarse siquiera Me hiciste pagar un multazo
Por temor a una rastrera Debía pegarte un balazo
Bala de aquel atacón. Aprovechando el atacón.
XXII XXVI
Un hombre llamaba a Ena ¡Hay hombe! Mo Contrera
Señora si usted es berraca Me han herido en la frente
Nos va a prestar una hamaca Estoy sintiendo caliente
Que esté limpia y buena De mi propia sangre por fuera
Señor me da mucha pena Traígame a una enfermera
No ceder a su petición Que me haga la curación
Yo lo siento de corazón Tranquilo hombre sandón
Pienso marcharme ahora Que no te vas a morir
No se preocupe señora Ni ella podrá hoy venir
Ni le tema a este atacón. Con tan tremendo atacón.
XXIII XXVII
Ella no escuchó el concejo Pero tú no estás malograo
Ni uno ni otro detalle La sangre es más espesa
La pobre salió a la calle Tú metiste la cabeza
Con la agilidad de conejo En la cántara del miao
Por querer salvar el pellejo Yo también estoy mojao
Se extravió de dirección Tan estúpido y cabezón
Mezclándose en el pelotón Le pegaste un estripón
Del grupo facineroso Sin culpa ala vacinilla
Fue a amanecer a un pozo El diablo mismo se humilla
Esa noche del atacón. Si presencia un atacón.
XXIV XXVIII
Bajo esos mil estampidos La Nena Hoyos aguantaba
Baciliso empezó a rezar A Nubia por la garganta
Que no vayan a matar Le hizo tragar la manta
A mis hijos tan queridos Con que ella se tapaba
Se introdujo en los oídos Débora que ignoraba
Más de un kilo de algodón La terrible situación
Mañana me quito el don Al hacer su aparición
Para evitarme problemas Los heridos en la plaza
1
Llamándome ....aso apenas Se privó allá en su casa
Me libro de un atacón. El día después del atacón.
XXIX
Se oyó la voz aterrada
De Villegas que dijo así
Han lanzado sobre mí
1
Error por fallos de audio en la transcripción de la grabación del trabajo de Una vaina negra y pesada
campo. Es una bomba o granada
Alumbren con precaución XXXIV
Resulta que era un ratón Marcelo salió a buscarlo
Que había caído del techo Cansado ya se detuvo
Hasta chocar con su pecho Por todas partes anduvo
Esa noche del atacón. Preocupado sin encontrarlo
Se trepó para llamarlo
XXX Arriba de un panteón
Todo esto le ocasionó De pronto le vio un talón
Un frio de calentura Más blanco que un papel
En aquella noche oscura Y exclamó es él
Por el susto que se llevó Que cayó en el atacón.
Pero apenas el sol salió
Se puso el hombre en acción XXXV
No cogió ni el camellón Roberto escucha Roberto
Monteadentro llegó al puerto Estás vivo sobrino mío
Nadie ha visto a Adalberto Pues claro que sí mi tío
Desde la noche del atacón. Pero más casi muerto
Al fin te hallo despierto
XXXI Y lejos de tu mansión
Le dije yo a mi papá Abandona ese panteón
Que vaina fea es la guerra Y te dejas de cobardía
Está temblando la tierra Mira que ya es de día
Y la casa nos va a aplastá Y ha cesado el atacón.
Mira hijo es tu mamá
Que se aferró a un horcón XXXVI
Los hombres valientes son Oh Dios Santo Jehová
Y tiemblan ante la muerte Decía Trinidad Causil
Yo soy un viejo fuerte Va a matar un proyectil
Y no resisto otro atacón. A mis hijos en Tucurá
El combate es aquí no allá
XXXII Decía Julio con decisión
Roberto Hernández saltó Usted tenga resignación
Del dormitorio a la sala Los plomos no son cohetes
Más veloz que una bala Hijo mío no interpretes
En la oscuridad se perdió Como un juego el atacón.
Desnudo como él nació
Se tiró dentro un zanjón XXXVII
Abrazándose a un montón Él creo un león parecía
De chopos y de carabinas Una varita en corriente
Los gallos como gallinas La gente con la otra gente
Huyeron del atacón Por qué se matan decía
Jamás seré un policía
XXXIII Comentó mirando al fogón
El asunto se puso serio Arrancando de un tirón
Los bichos se lo devoraron Los carteles del Belisario
Los proyectiles aullaban De ti no soy partidario
Con más terros y misterio Causante de este atacón.
Se acordó del cementerio
Y salió de aquel zanjón XXXVIII
Se metió en un panteón Gritó Daniel a Eliseo
Pendiente a la balacera Callejas voló en pedazos
Y dejó los pies afuera He oído los cañonazos
A merced del atacón. Un fuerte y largo tiroteo
Mira hermano no le veo
Chiste a tu información Él salvó a la policía
Alguien pasado del ron Esa noche del atacón.
Rompió un frasco vacio
Tu tiemblas sudando frío XLI
Suponiendo un atacón. Resultó que un día cualquiera
Ringo dejó en su casa
XXXIX A Nerina y a Nicolasa
Qué respuesta tan infantil Por un capricho o quimera
Estás dudando de mí No escuchó la voz sincera
Un frasco no suena así De "La Mona", "El Chache" y "Patrón"
Ni si fueran cincuenta mil Por marcharse a la estación
Porqué diablos un proyectil Del puesto de granaderos
No te pegó un raspón Donde los guerrilleros
Para verte entre la razón Propinaron el atacón.
Maldiciendo al tiroteo
Pero muchos como Eliseo XLII
Se convencieron del atacón. Hubo muertos y heridos
De uno y de otro bando
XL Sin causa alguna peleando
Ringo el famoso perro Hombres enfurecidos
Era un pastor alemán Por errores cometidos
Aunque amigo y fiel guardián En la mala administración
Nadie asistió a su entierro Hoy quien haga la petición
Pero yo en mi canto encierro De que yo les cuente el cuento
Mi más grande admiración Les narraré al momento
Él cayó en una misión Los sucesos en el atacón.
Que no le pertenecía
INSÓLITO SECUESTRO
Es considerable el esfuerzo vital que hacen los relatos del Poeta por mantener
viva la cultura de un pueblo, los orígenes que lo gestaron, y denunciar a su vez
fenómenos que la amenazan.
I IV
Yo vengo de por allá Allá donde Tay existe
De Tierralta ciudad real Solo en una quebrada
La futura capital Donde una mujer amada
Del departamento de Urrá Nunca me ha visto triste
Donde Striffler y Onomá El panorama se reviste
Se conocieron un día De hermosa policromía
Donde el indio todavía El blanco con su osadía
Utiliza la barbacoa Llegó a la selva espesa
El blanco llegó en canoa Hacer dizque una represa
El Sinú esa es la tierra mía El Sinú esa es la tierra mía
II V
Donde sus gentes amables Allá donde baja el oro
Dicen que el río Sinú Escoltado por la jagua
Se besa con el Pirú Entre arena y el agua
Cual novios inseparables Formando el río un tesoro
Y las mujeres afables Ese hilo de cristal sonoro
Son el amor y poesía Que nos saluda noche y día
El sol es su lejanía La antigua riesgosa vía
Mira celosa al valle Para que el que viaja por él
Está mi nombre en la calle Donde sale con su tropel
El Sinú esa es la tierra mía El Sinú esa es la tierra mía
III VI
Allá donde el campesino Donde el cerro Murucucú
Escucha mi eco sonoro Se mira con el tres puyá
El macizo cerro del toro Testigos son de la bulla
Bebe agua en el remolino Que reina en el río Sinú
El río abandonó el camino Donde Tay le dice al Pirú
Que a él mi Dios le tenía ¡Espérame en la bahía!
Y la inmaculada María El emporio hoy desafía
Está parada en la peña A la ruina y a la escasez
El indio en la jungla sueña Onomá nació otra vez
El Sinú esa es la tierra mía El Sinú esa es la tierra mía
VINIERON DE TIERRAS LEJAS
Son las palabras de este poeta y su capacidad narrativa las que permiten
comprender qué sucede en Tierralta. Sus palabras contribuyen para contar la
realidad de su pueblo, aportando elementos que son señal de su grado de
interpretación de lo que allí sucede. Aunque no todas sus respuestas las tiene en
décimas, ha hecho de la narrativa su capacidad por excelencia lo que le permite
dar testimonio de la realidad vivida y representar la voz de una comunidad.
Ejemplo de esto, se presenta a continuación con un fragmento de una de las
entrevistas realizadas al Poeta:
- ¿y por qué los grupos armados están peleando esta tierra? ¿qué tiene esta
tierra que les interesa?
- Figúrese usted, una de las tierras más fértiles. Porque figúrese que ya… y
la mayor parte del poder económico ganadero tiene abarcado todo lo que
es el bajo Sinú, entonces ya las tierras que han quedado… o sea lo
último… el desecho, algunos ya en el bajo Sinú tienen tanta tierra que
tienen que comprar el desecho pa’ esas tierras de la sabana donde no
produce ni papoche. Entonces el alto Sinú es un paraíso, las tierras son
fértiles, los potreros se producen casi solos, con muy poquita inversión, y
ese es el problema: primero el precio de la tierra, segundo su fertilidad. Un
rico que está acostumbrado a gastarse una millonada de dinero para
organizar una hacienda, y en el alto Sinú lo puede hacer por medio…
apenas con la ayuda de la naturaleza, con pocos jornales, con poca
inversión. Le sale barato organizar una hacienda, porque es que tiene un
potrero y se pega de una vez.
II IV
Tres años muy bien sufridos Los elegidos de ahora
Que sí valieron la pena Conocen todas las fichas
Hoy cada cual ordeña Las dichas y las desdichas
Sus inmuebles adquiridos De la clase trabajadora
Los sectores resentidos Al sabido y al que ignora
No los quieren ya ni ver La verdad de los salarios
Algunos piensan volver Cómo hacerse propietarios
Nuevamente a funcionarios De inmuebles y de cofres
Ya se van los mandatarios Se van los que fueron pobres
Seccionales de su poder. Ahorita son millonarios.
- Nooooo, el…el… que yo me haya dado cuenta, pues, si son como yo los
vecinos míos, el sufrimiento de nosotros ha sido la zozobra, la zozobra. La
zozobra por la violencia. Nosotros como no… uno no se atreve a hablar,
uno no se atreve a opinar, no se atreve a decir nada porque le da
miedo…porque le da miedo. Sí, ese ha sido uno de las... ¡lo que más no!
Porque la gente se tranquiliza, se conforma, con que no haiga tierra, con
que no haiga trabajo; lo primero que dicen es “ah, pero nadie se
muere…de hambre nadie se muere”, “No, que hoy no tememos para el
arroz”, “No importa, que toda escasez trae abundancia…y toda abundancia
trae su escasez”. Entonces por ese lado la gente tiene su conciencia
tranquila, aunque no coma en la tarde, pero duerme como tranquila, porque
figúrese que dice “no importa que no comamos hoy que toda escasez trae
hambre… abundancia, y toda abundancia trae su escasez”. El que… al que
le van a dar de ------ que si está lejos pa’ ver si lo esperan, ¡caramba! Lo
que es pa’l perro-------------------------- “no hombe, en Colombia nadie se
muere de hambre”. Entonces yo digo que el mayor sufrimiento de nosotros
es la zozobra, que no sabemos quién es el dueño de las tierras donde
nosotros trabajamos, no nos atrevemos a hablar…de cosas políticas que
nos vayan a comprometer porque de pronto cuando vienen que buscando
a uno, o va uno para el pueblo en la bicicletica y de pronto le atraviesan
con una volqueta, lo embarcan ahí y no viene más nunca…se pierde.
Entonces uno…esas cosas… uno vive con miedo. Miedo para opinar,
miedo para hablar, miedo para actuar. Entonces, porque uno lo ha visto,
que algunos amigos de uno en reuniones así han dicho “voy a decir la
verdad, porque la verdad en la cara es la que arde” y eso les ha costado
que más nunca los hemos visto. Entonces uno se va recogiendo, no puede
protestar, no se atreve a reclamar, no se atreve a opinar, no se atreve a
denunciar, en fin. Es el sufrimiento más grande que hemos tenido nosotros,
osea hasta unos años, porque le estoy contando que ahora en los días de
estas desmovilizaciones para acá, ha habido como una tranquilidad, pues
hay una tranquilidad por esa parte, pero ahora viene otra intranquilidad es
que cada ratico nos vienen a decir que la guerrilla está en tal parte, y que
está diciendo que va a venir a ocupar las tierras donde las autodefensas
estaban, y que le van a mochar la cabeza a los papás de los hijos que eran
paramilitares, y que van a matar a la mujer de la mae que era del
paramilitar, a la mujer del paramilitar que ya está recogido allá en Rialito,
en fin, eso es una zozobra. Todo eso es una intranquilidad. Todo eso es un
sufrimiento.
Se continúa con una décima y un canto que entregó el Poeta de Callejas cuando
se le preguntó acerca de la esperanza de su pueblo: la décima llamada “Canto a la
paz” expresa el anhelo de un pueblo azotado por la violencia y el sufrimiento que
les ha causado; y la canción popular anónima y sin título, que el Poeta lleva en su
memoria y que considera que carga en sus palabras lo que se podría considerar la
esperanza de su pueblo.
CANTO A LA PAZ
CANCIÓN POPULAR
¿Por qué?
Porque esta tierra… es mi tierra
Porque este cielo… es mi cielo (bis)
Se finaliza entonces con la décima “Sergio vive todavía” que está escrita para
mantener viva la memoria del Padre Sergio S.J., quien según se cuenta, trabajó
arduamente por las personas y a quien hoy día se le considera como un mártir en
Tierralta, ya que fue asesinado por ser considerado un obstáculo para uno de los
grupos armados de la región por llevar a cabo procesos de denuncia,
concienciación y organización comunitaria. Hasta aquí, se presenta y se considera
valioso un trabajo de recopilación de la narrativa depositada en la memoria del
Poeta de Callejas. El conjunto de sus décimas, son un reflejo de un “decir de otro
modo”, y a través de éstas expresa su interpretación de la realidad por él vivida y
la de su comunidad. Las décimas de éste hombre son un don, escapan a cualquier
relación mercantil, lo que las hace sin precio. Y al ser un presente para nosotros,
debemos cerrar el círculo y hacerle una acción recíproca, no con la intención de
devolver lo que se nos ha regalado, sino con la alegría de dar nuestro regalo al
Poeta, se trata de un intercambio de dones para nada mercantil. Recordemos que
en el idioma francés la palabra “gratitud” se dice también “reconocimiento”, por
esto, y estando con el Poeta en la misma línea de generosidad, digo: reconozco
en el Poeta a un responsable.
Por otra parte, queda constituido en dicho trabajo de recopilación un archivo que
continua ofreciéndose para ser interpretado por quienes lo leen. Sin embargo,
para quienes exigirían una mínima muestra de dicha interpretación, se ha dejado
esta última décima con ésta intención, debido a que en ella se expresa con fuerza
el tercer sentido del testimonio, el cuasi-teológico, y las dos formas de hacer
historia en Tierralta y que se invocaron al inicio del presente capítulo: la
aceptación de una realidad de muerte y la posibilidad de esperanza.
¿Por qué vive Sergio todavía si ya murió? Es fácil distinguir en esta décima que la
expresión más repetida es: “Sergio vive todavía”. Este tipo de décimas se
denomina Décimas pieforzado, es decir que con la línea de expresión o frase con
que cierra o finaliza el primer pie o estrofa deben finalizar todas. La repetición, en
este caso, es un indicio de dónde recae la mayor fuerza de significación de la
décima. El Poeta quiere contar en sus versos que algo sucedió con un muerto que
aún pertenece al mundo de los vivos.
La décima trae a Sergio a la memoria de todos con los que construyó una
comunidad fraternal, y de manera interesante lo hace valiéndose de metáforas que
usan palabras de elementos naturales, lo que resulta muy diciente si estamos
hablando de un contexto campesino por excelencia: sol, llano, luz, luna, cielo, ave,
planta, paloma, tarde, amanezca, viento, invierno, primavera, verano, otoño,
campo, retoño, enredadera, fuerza, río Sinú, montañas, quebradas, cerro. No
sobra recordar, que las décimas son de carácter popular y por tanto la
construcción de imágenes sencillas y de fácil comprensión, resultan útiles para
transmitir un sentido. En cada una de éstas imágenes se encarna la esperanza: se
espera que la luna y el sol brillen, se espera que el cielo esté azul, que el ave
cante, que el día tenga luz, que la planta florezca, que el viento lleve, que el
campo retoñe, que la enredadera envuelva… se espera lo mejor, y lo mejor es que
todo puede suceder. Hay posibilidad de esperanza. Las causa por la que dieron
muerte a Sergio, la mantienen viva los que sobreviven a Sergio, quienes
sobreviven sus palabras y acciones significativas. Sergio es considerado entonces
como un mártir. Se ganó el reconocimiento de quienes lo conocieron como un
defensor de la verdad y denunciante de la injusticia, a tal punto que lo hizo hasta
con su propia vida. Su fuente de convicción, es fuente para otros, supera la
muerte; los vivos los traen a su mundo por medio de las palabras y las acciones
significativas que les dejó… lo sobreviven, por eso Sergio vive todavía. Él genera
aún una esperanza escatológica para el pueblo frente a la muerte violenta e
injusta, la muerte no es el fin. Los que lo acompañaron en su muerte, así él
estuviera sólo en su morir, optaron, como el Poeta, por la mirada de la compasión,
entendida como “sufrir con..”, o “luchar con…”; no son simples espectadores. “Los
vivos lo sobreviven al tomar su deseo de ser, su esfuerzo por existir, en el tiempo
de los vivos” (Cfr. Ricoeur 2008: 18).
CONCLUSIONES
Estas dos categorías cobran su mayor importancia por el valor que tienen para la
existencia. Así la filosofía, al manifestar una preocupación por el ser-en-el-mundo,
encuentra un valor especial en el uso que puede hacer de dichas categorías: es
posible hacer de la narrativa un producto del ejercicio interpretativo de textos de la
vida, advirtiendo la ampliación al concepto de “texto” que se dio en el primero
capítulo, y a su vez es posible interpretar de lo narrado, que además lo exige, en
busca de un enriquecimiento de la existencia. En efectivo, necesita la vida ser
narrada.
Gracias a pensadores como Ricoeur, que se han dado a la tarea de ampliar las
reflexiones sobre el concepto de “lenguaje”, hoy se entiende que el hombre puede
decirse en sus actos. Las obras humanas y su significado son elaboraciones
históricas del yo. Y dentro de esas obras se encuentra la narrativa. El hombre
tiene la posibilidad por tanto de narrarse, y de que lo narren, de tal que él mismo
constituya la vida del personaje del relato de su propia vida o que se encuentre
identificado con el personaje o la historia de una narración cualquiera. Estamos
llamados a contar y contarnos a sí-mismos a través de la construcción del relato
de nuestra propia vida, pero también a sustraer la riqueza que traen las
narraciones de otros para nuestra tarea del yo y con esto, la posibilidad de ser-en-
el-mundo.
El hecho de narrar-se e interpretar-se es una responsabilidad con sí mismo.
Desde esta perspectiva la acción de narrarse es un camino filosófico individual y
responsable con la existencia. Quizá sea esta la razón por la que hoy día
disciplinas como la educación y la psicología insisten en la necesidad de que cada
uno de nosotros redactemos y escribamos nuestra historia de vida. Contarse para
comprenderse y comprenderse para contarse es algo responsable, incluso
filosóficamente. La intención es que nosotros como seres humanos, estemos en la
capacidad de reconocernos personajes y autores de nuestras obras. Es la
seguridad de ser agente y paciente, de tal forma que nuestra vida sea una
atestación.
Es por esto, que la idea que se recalca con más fuerza en el capítulo primero, es
la de considerar a la hermenéutica como un modo de ser y no un modo de
conocer. Es parte de nuestro ser el que podamos interpretar. La interpretación ya
no es algo que compete sólo a especialistas, sino que la interpretación nos es algo
propio y, además, hace que seamos.
Por tanto, se interpreta para descubrir un modo de existir y porque esta acción
(interpretar) sería responder a nuestra condición de ser. Dicho de otra forma,
interpretar es un modo de ser que hace más responsable el existir, ya que le
brinda un sentido. Todo apunta a un momento de auto-conocimiento dado por la
comprensión del otro, un otro que es texto.
Con estos recursos, hermenéutica y narrativa, en libertad absoluta configuramos
nuestra existencia, nos encaminamos responsablemente en la tarea de la
configuración del yo.
Por otra parte, se puede decir que, asumiendo como texto de base “Texto,
testimonio, narración”, la presente monografía ha constituido un aporte reflexivo de
las categorías narrativa y hermenéutica; se trata de un aporte al cúmulo de
interpretaciones hecho por otros, en el idioma español, frente a otros textos de
Ricoeur en cuanto a las categorías mencionadas. Sin embargo, además del
producto teórico, se ha buscado esbozar desde la reflexión de esta monografía, la
aplicación de estas categorías a enfoques investigativos de campo o de casos, los
cuales presentan una nueva perspectiva en los desarrollos que se le han dado al
pensamiento de Ricoeur. Sin embargo, el mismo trabajo aquí presentado advierte
su carácter inconcluso. Como esbozo de una de las propuestas hechas por
Ricoeur, deja hecha la invitación a continuar reflexionando sobre el uso filosófico
de la narrativa y de la hermenéutica, pues aunque es cada vez más común
encontrar intentos de recuperación de relatos en diferentes disciplinas, y a su vez,
con diferentes perspectivas o interpretación de narraciones con intenciones
múltiples, aún quedan cuidados que pueden ser advertidos en el presente trabajo.
AGIS Villaverde, Marcelino (2000). <>. En: Con Paul Ricoeur: indagaciones
hermenéuticas. Barcelona: Monte Ávila Editores Latinoamericana. Pp. 91-114.
RICOEUR, Paul (1976). En: Introducción a la simbólica del mal. Buenos Aires:
Megápolis. Pp. 55-73.
RICOEUR, Paul (1983). Texto, testimonio y narración. Santiago de Chile: Andrés
Bello.
VALDÉS, Mario J., Coor. (2000). «Hermenéutica y Ricoeur». En: Con Paul
Ricoeur: indagaciones hermenéuticas. Barcelona: Monte Ávila Editores
Latinoamericana. Pp. 1-33