Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1
Profesora Ayudante Doctora en la Universidad de Oviedo. calvosoraya@uniovi.es
241
Astrolabio. Revista internacional de filosofía
Año 2019 Núm. 23. ISSN 1699-7549. pp. 241-250
doi: 10.1344/astrolabio2018.22.9
nos obliga a entender a los seres que desarrollan esos procesos identitarios como
inmersos en un entorno que deriva y compromete. Las identidades han sido enten-
didas como rasgos ineludibles de las personas, como aquello que las define y que se ve.
Nos parece apropiado retomar una de las obras referentes y pioneras en el
estudio de las identidades y la manera en que estas apelan a las demás, The Presentation
of Self in Everyday Life de Erving Goffman (1959), para partir de algunas de las ideas
generadoras en torno al estudio de las interacciones humanas en escenarios públicos.
Goffman (1959) defendía que, al ponernos en presencia de otros y otras, comenza-
mos a interpretar, no siempre de forma consciente, un papel en base a una idea que
queremos representar. Haciendo una similitud entre las relaciones interpersonales y
las performatividades artísticas, el autor recorre aquellas influencias que van a deter-
minar la manera en que nos comportamos ante la co-presencia de figuras que nos
resultan evocadoras de ciertas tendencias de actuación. Precedimos conductas pre-
sentes y futuras, y en base a esas predicciones nos presentamos y actuamos con cier-
tos objetivos, siempre dependiendo del tipo de relación que deseamos (o prevemos)
establecer con el otro o la otra. En un juego de informaciones a partir de las impre-
siones y expresiones compartidas se genera un vínculo interactivo que va a definir la
identidad percibida. Todo ello en un marco de regiones, supuestos, suposiciones,
exigencias sociales y morales, obligaciones no explicitas, perturbaciones, etc. En de-
finitiva, existe cierta orquestación estratégica, de la que podemos ser conscientes (e
incluso artífices) o no, orientada a reservarnos un sitio en un enclave social concreto.
Goffman aborda en su análisis de la interacción social no solo el papel de los actores
principales, sino también los comportamientos de “los ausentes” o espectadores, lo
que en la vida social sería el análogo a las personas que asumen roles más pasivos en
las interacciones grupales. Gracias al supuesto engranado por este autor, y muchos
otros que han revisado y reformulado aspectos de su obra (Bullingham y Vasconce-
los, 2013; Caballero, 1998; Serrano-Puche, 2012), podemos observar las identidades
digitales desde un marco dramatizado que enriquece el análisis de las mismas.
Al hacer un repaso histórico por el concepto de identidad podemos abordar
su estudio desde disciplinas que van desde la filosofía a la psicología, imbuidas todas
ellas en diferentes corrientes que aportan visiones en ocasiones opuestas, producto
de la discusión dialéctica entre la modernidad y la posmodernidad (Rodrigo-Alsina y
Medina, 2006). Lo material, así como el trabajo, la estructura socioeconómica y los
procesos de legitimización también son de importancia para autores como Touraine.
Para este autor, la identidad del sujeto se constituye en la complementariedad de tres
fuerzas: la primera es el deseo personal de salvaguardar la unidad de la personalidad,
la segunda la lucha colectiva y personal contra los poderes que transforman la cultura
en comunidad y el trabajo en mercancía, y la tercera el reconocimiento, interpersonal
e institucional, del otro o la otra como sujeto (Touraine, 1997).
242
Astrolabio. Revista internacional de filosofía
Año 2019 Núm. 23. ISSN 1699-7549. pp. 241-250
doi: 10.1344/astrolabio2018.22.9
En el contexto de la actualidad uno de los autores cuya tesis presenta más relevancia
y para comprender el concepto de la identidad en una sociedad en cambio es
Zygmunt Bauman. Sus obras en torno al concepto de “sociedad líquida” (Bauman,
2000, 2007) tratan de trazar finas líneas que sitúen al individuo en un contexto ro-
tundamente determinado por un sistema capitalista. Gracias a la metáfora de lo lí-
quido, Bauman (Bauman, 2000) defiende un cambio de estado en las vidas, las rela-
ciones y las concepciones del mundo: de una gran idea de estabilidad, seguridad y
sociedad, que dominaría el estado “sólido” de la vida, a un fluir constante, de inse-
gura flexibilidad obligada y sin deriva para evidenciar el estado “líquido”, que cerca
la realidad actual y la tiñe de desesperanza.
«No sabemos cómo definir disfrute, no sabemos cómo definir felicidad y no sabe-
mos cómo definir esperanza, porque nos robaron justamente nuestras presencias
en la narración de lo que es el futuro». (Scribano, 2009, p. 150)
243
Astrolabio. Revista internacional de filosofía
Año 2019 Núm. 23. ISSN 1699-7549. pp. 241-250
doi: 10.1344/astrolabio2018.22.9
244
Astrolabio. Revista internacional de filosofía
Año 2019 Núm. 23. ISSN 1699-7549. pp. 241-250
doi: 10.1344/astrolabio2018.22.9
Todos los aspectos que dotan de cuerpo al concepto de identidad pueden trasladarse
a la concepción digitalizada del mismo. Cuando la construcción en base a esas expe-
riencias, lenguaje, otredades y grupos específicos de referencia tiene su muestra evi-
dente y personal en los entornos socio-virtuales podemos hablar de identidad digital
y de la representación de las mismas en espacios virtuales, redes sociales, chats, etc.
Las identidades digitales son los reflejos de los distintos rasgos personales y colecti-
vos adaptados a los mecanismos de representación que nos ofrecen Internet y las
TIC. En suma,
«la tecnología tiene significados culturales diferentes según los contextos en que es
empleada.» (Hine, 2004, p. 43)
245
Astrolabio. Revista internacional de filosofía
Año 2019 Núm. 23. ISSN 1699-7549. pp. 241-250
doi: 10.1344/astrolabio2018.22.9
propia idea del “yo”: la imagen que se pone en común públicamente de uno/a
mismo/a varía según cuál sea el tipo de relación que buscamos y deseamos establecer
con las audiencias, con el otro o la otra (Bullingham & Vasconcelos, 2013; Subrah-
manyam, Smahel & Greenfield, 2006). Es decir, nuestra identidad varia no solo con
el contexto, sino también dependiendo del/a interlocutor/a.
«Las peculiaridades del entorno digital potencian la capacidad del usuario de construir
y representar un personaje, de presentar su identidad de manera controlada y selectiva,
a fin de ofrecer una versión idealizada de sí mismo». (Serrano-Puche, 2012, p. 13)
«ya que las características del medio, que tienden a la apertura potencialmente infi-
nita, producen al mismo tiempo una proliferación de espacios singulares privados
poco comunicados entre ellos (…) el multiplicarse de las informaciones da lugar a
una pérdida de profundidad.» (Violi, 2008, p. 55)
246
Astrolabio. Revista internacional de filosofía
Año 2019 Núm. 23. ISSN 1699-7549. pp. 241-250
doi: 10.1344/astrolabio2018.22.9
«La comunidad digital es una comunidad de consumo. Para el consumo y para con-
sumirse en ella.» (Callejo, 2008, p. 19)
ALGUNAS REFLEXIONES
247
Astrolabio. Revista internacional de filosofía
Año 2019 Núm. 23. ISSN 1699-7549. pp. 241-250
doi: 10.1344/astrolabio2018.22.9
Estos alegatos invitan a la reflexión: ¿son las identidades digitales productos de una
realidad vivencial o de un supuesto ideal? Su carácter alterdigido así como la puesta
en común sin garantías de una identidad hasta el momento celosamente guardada
tienden a esbozar un “show del yo” (Sibilia, 2008) de presencias irreales y máscaras
virtuales que buscan, desesperadamente, ser valoradas y deseadas. Una posible ex-
plicación ante esta erosión de la intimidad es ofrecida por Lucía Tello (2013), la cual
señala tres culpables: un desarrollo tecnológico conducente a una monitorización
plena de los usos de usuarios y usuarias; las actividades de las empresas encaminadas
a detectar gustos y consumos para garantizar sus beneficios y, por último, los gobier-
nos y el big data. Cabría seguir indagando en torno a la resemantización de los con-
ceptos de privacidad e intimidad desde las lógicas de interacción y presencia de las
redes sociales, la alteridad como eje definitorio de la construcción de las identidades
digitales, y la convivencia de todo ello con los procesos personales de desarrollo y
autoafirmación.
Así mismo, y aportando un punto de vista más positivo, las posibilidades
multimedia de Internet abren vías de simbolismo en los modos de comunicación y ex-
presión de los diversos “yoes” convivientes. Nos encontramos ante un universo con
potencialidad para reforzar y dar una nueva sintonía a nuestras representaciones
identitarias por medio de unas narrativas específicamente articuladas para ello. Usar
lo digital desde lo humano implica poner las tecnologías al servicio de la ciudadanía
y de sus deseos más profundos, con todo lo que ello implica. Apropiarnos estas
herramientas para incorporarlas de manera vinculante en nuestra vivencia diaria nos
ayuda a conocerlas más de cerca y a entenderlas, pudiendo enfocar este conoci-
miento hacia una reconstrucción de los canales y los códigos que nos haga más sen-
cilla la gestión de la comunicación inter e intrapersonal, solventando los problemas de-
rivados de las mismas.
BIBLIOGRAFÍA
248
Astrolabio. Revista internacional de filosofía
Año 2019 Núm. 23. ISSN 1699-7549. pp. 241-250
doi: 10.1344/astrolabio2018.22.9
249
Astrolabio. Revista internacional de filosofía
Año 2019 Núm. 23. ISSN 1699-7549. pp. 241-250
doi: 10.1344/astrolabio2018.22.9
250