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los padres
El abuso infantil es común. Es importante saber cuáles son los riesgos y cómo reducir el
abuso infantil y familiarizarse con las señales del abuso.
La mayoría de los casos reportados a los Servicios de Protección al Menor son por
negligencia, seguidos por abuso físico y sexual. Existe una superposición considerable
entre los niños que son abusados y muchos que sufren una combinación de abuso físico,
sexual o negligencia.
El abuso sexual consiste en cualquier actividad sexual que el niño no entienda o pueda dar
consentimiento. Abarca actos, tales como acariciar, contacto oral con los genitales y
relaciones sexuales genitales o anales. También incluye exhibicionismo, voyerismo y
exposición a la pornografía. Los estudios de investigación sugieren que hasta una de cada
cuatro niñas y uno de cada ocho niños serán abusados sexualmente antes de que cumplan
los 18 años. Más del 90% de las víctimas de abuso sexual infantil conocen a su abusador.
La negligencia infantil y otras formas de maltrato también son comunes en las familias que
viven en la pobreza y entre los padres que son adolescentes o que han abusado de las
drogas o el alcohol.
Los padres también tienden a pasar por alto los signos y síntomas de abuso porque es difícil
creer que pueda suceder o temen lo que podría pasar si la gente se entera. Sin embargo, un
niño que ha sido abusado necesita apoyo y tratamiento especiales lo antes posible. Cuanto
más tiempo se siga abusando de los niños o se les deje hacer frente a la situación por sí
mismos, más difícil será para ellos poder sanar y desarrollarse física y mentalmente de
manera óptima.
Aquí le ofrecemos una pequeña lista de signos y cambios de comportamiento en niños que
han experimentado abuso o negligencia:
Signos físicos
Bebé sin movilidad con cualquier lesión
Moretones en el torso, las orejas o el cuello en un niño menor de cuatro años
Cualquier lesión (moretón, quemadura, fractura, lesión abdominal o en la cabeza)
que no concuerde con la forma en que se dice que ocurrió la lesión, que no pueda
explicarse adecuadamente o que sea inconsistente con las capacidades de desarrollo
del niño
El niño revela abuso o negligencia
Falta de aumento de peso (especialmente en bebés) o aumento de peso repentino y
dramático
Dolor, sangrado o flujo genital
Una enfermedad de transmisión sexual
Otros cambios de comportamiento y salud mental que
deben generar inquietud sobre posible abuso o negligencia:
Es importante recordar que los siguientes cambios se observan en muchos niños como
resultado de diferentes tipos de situaciones estresantes y no son específicos del abuso y la
negligencia infantil. Siempre se debe investigar el motivo de la aparición de estas
conductas.
No todos los niños que son abusados tienen reacciones severas. Por lo general, entre más
pequeño sea el niño, el abuso continúa por más tiempo. Mientras más cercana es la relación
con la persona que lo abusa, los efectos en su salud mental serán más graves. Una relación
cercana con un adulto que le brinde apoyo puede aumentar su resiliencia y reducir algo el
impacto del abuso.
Si su niño ha sido abusado, usted puede ser la única persona que lo pueda ayudar. No existe
razón alguna para demorar el denuncio si usted sospecha abuso. Ignorar o negar el
problema sólo empeorará la situación, permitiendo que el abuso o negligencia continúe y
reduciendo la posibilidad de que su niño tenga buena salud física y mental y un bienestar
óptimo.
En caso de abuso o negligencia, la seguridad del niño debe ser lo más importante. El niño
necesita estar en un entorno seguro y libre de la posibilidad de que el abuso o negligencia
continúe.
Los grupos de apoyo a través de organizaciones comunitarias locales suelen ser primeros
pasos útiles para aliviar parte del aislamiento o la frustración que pueden sentir los padres.
Los padres que sufrieron abusos cuando eran niños tienen una necesidad particular de
apoyo. Enfrentar, abordar y curar la salud mental y emocional de los padres requiere mucho
coraje y perspicacia. Pero esta es a menudo la mejor manera de reducir las probabilidades
de que el abuso pasado se transmita a la próxima generación de niños.
Aunque usted no quiere asustar a su niño, puede enseñarle algunas reglas básicas sobre la
seguridad sin que se sienta amenazado. Enséñele a mantener distancia de los extraños, a no
deambular (dar vueltas) por zonas que no conoce y a decir "no" cuando alguien le pide que
haga algo que no quiere hacer, y a decirle siempre si alguien lo ha lastimado o lo hace
sentir mal.
Recuerde
Una comunicación abierta y bilateral (de ambos lados) con su niño le da la mejor
posibilidad de enterarse pronto si un problema ocurre. Haga hincapié en que el niño no se
verá en problemas si le cuenta sobre un abuso o cualquier acontecimiento confuso.
En lugar de enseñarle al niño que está rodeado de peligros, enséñele que es fuerte y capaz y
que puede contar con usted para mantenerlo a salvo, mientras que él o ella le comunique lo
que pasa.