Traducido del inglés al español - www.onlinedoctranslator.

com

Archivos de Ginecología y Obstetricia https://

doi.org/10.1007/s00404-020-05499-1

ENDOCRINOLOGIA GINECOLOGICA Y MEDICINA REPRODUCTIVA

Adolescentes y mujeres jóvenes con amenorrea hipotalámica

funcional: ¿es hora de ir más allá del perfil hormonal?

Anastasio Tranoulis1,2· Alexandra Soldatou3· Dimitra Georgiou4· Despoina Mavrogianni5· Dimitios Loutradis1· Lina
Michaela1

Recibido: 4 noviembre 2019 / Aceptado: 5 marzo 2020

© Springer-Verlag GmbH Alemania, parte de Springer Nature 2020

Resumen
ObjetivoConocer el papel de los trastornos alimentarios (DEB) en el desarrollo de la amenorrea hipotalámica funcional
(FHA) y el papel recíproco de los rasgos psicopatológicos en ambos trastornos.
MétodosSe realizó un estudio prospectivo de casos y controles que abarcó el período de enero de 2016 a abril de 2018. Se reclutaron cuarenta y una
hembras FHA consecutivas y 86 controles sanos. Evaluamos los DEB y otros factores predisponentes de FHA a través de cuestionarios autoinformados.
Las posibles correlaciones entre las variables se examinaron mediante el coeficiente de correlación de Spearman (rho), mientras que se llevó a cabo
una regresión logística multivariante para identificar predictores independientes de DEB. ResultadosLas puntuaciones medias en el Eating Attitudes
Test-26 (EAT-26) fueron significativamente más altas en las mujeres con FHA (pags<0,0001). Las mujeres con FHA se caracterizaron por puntuaciones
significativamente más altas en los elementos de la subescala de dieta (pags=0,03) y bulimia y preocupación por la comida (pags<0,001) en
comparación con controles sanos. También se observó una diferencia significativa entre las puntuaciones medias de los dos grupos en todos los
demás cuestionarios: Estado-Rasgo-Ansiedad-Inventario (STAI) (pags<0.0001), Cuestionario Multidimensional de Relaciones Corporales-Autorrelativas
(MBSRQ) (pags<0.0001) y el Cuestionario Internacional de Actividad Física (IPAQ) (pags=0,004). Las puntuaciones de EAT-26 se correlacionaron
positivamente con las puntuaciones de STAI (ρ=0.26,pags=0.04), MBSRQ (ρ=0.79, pags<0,0001) e IPAQ (ρ=0.35,pags=0,03). Las puntuaciones altas en
IPAQ y STAI se correlacionaron con un 12,2 veces (pags=0,008) y 4,3 veces (pags=0,04) mayor riesgo de puntuaciones altas en EAT-26 respectivamente.

ConclusionesLos DEB pueden ocurrir en las poblaciones de FHA con mayor frecuencia en comparación con la población general. La ansiedad y la
preocupación por el sobrepeso pueden ser la base y contribuir de forma independiente al desarrollo y mantenimiento de DEB y FHA. Esta evidencia
puede tener implicaciones futuras tanto para la detección como para las intervenciones dirigidas a los DEB y otros factores psicológicos.

Palabras claveAmenorrea hipotalámica funcional · Conductas alimentarias alteradas · Ansiedad · Preocupación por el sobrepeso

Introducción
* Anastasio Tranoulis
tasostranoulis@yahoo.com
La amenorrea hipotalámica funcional (FHA) representa una forma
1
Departamento de Obstetricia y Ginecología, Guy's and St
de hipogonadismo hipotalámico reversible entre mujeres sin
Thomas' NHS Foundation, King's College, Londres, Reino Unido ningún trastorno orgánico.1]. Se manifiesta clínicamente como
2 amenorrea primaria o secundaria y se caracteriza por la supresión
Primer Departamento de Obstetricia y Ginecología, Facultad de
Medicina, Hospital Alexandra, Universidad Nacional y Kapodistriana de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) y la
de Atenas, Atenas, Grecia subsiguiente disminución de la hormona estimulante del folículo
3 circulante y la hormona luteinizante por debajo de un rango crítico
Segundo Departamento de Pediatría, “P. & A. Kyriakou”
Children's Hospital, National and Kapodistrian University of para apoyar adecuadamente la foliculogénesis e inducir la
Athens, School of Medicine, Atenas, Grecia
ovulación.1].
4
Departamento de Obstetricia y Ginecología, Chelsea and Aunque la causa próxima de FHA es la secreción anormal de GnRH,
Westminster NHS Trust, Imperial College, Londres, Reino Unido
aparentemente es más que una desincronización aislada del eje de GnRH.2,3]. Los
5
Unidad de Biología Molecular, División de Reproducción Humana, Primer comportamientos alimentarios trastornados (DEB, por sus siglas en inglés),
Departamento de Obstetricia y Ginecología, Hospital Alexandra, Facultad
especialmente la anorexia nerviosa (AN, por sus siglas en inglés), se han
de Medicina de la Universidad de Atenas, Atenas, Grecia

Vol.:(0123456789)

reconocido como un factor de riesgo importante para la amenorrea
hipotalámica.2,4,5], que es causado por una combinación de
factores, que incluyen una disminución en el balance energético,
leptina reducida, grelina elevada y efectos relacionados con el
estrés en el hipotálamo [5]. Sin embargo, la mayoría de las mujeres
con FHA no tendrán un diagnóstico claro de trastorno alimentario
(DE), o al menos no serán referidas y tratadas por uno.
Existe evidencia suficiente para apoyar la asociación de FHA con
factores conductuales, emocionales, cognitivos y psicológicos, que
también podrían favorecer la aparición de TCA.2–5]. Hemos
demostrado previamente la vulnerabilidad significativa de las
mujeres con FHA a los trastornos del sueño además de una fuerte
asociación bidireccional entre los trastornos del sueño y los altos
niveles de ansiedad (AL) [6]. Presumimos que las mujeres con FHA
se caracterizan por DEB y que la concurrencia de FHA y DEB puede
estar respaldada por estímulos contribuyentes comunes. Nuestro
objetivo fue determinar el papel de los DEB en el desarrollo de FHA
y el papel recíproco de los rasgos psicopatológicos en ambos
trastornos.
material y métodos
Diseño y escenario del estudio
La población de estudio consistió en mujeres que padecían FHA
examinadas en las clínicas de endocrinología ginecológica y
ginecología pediátrica y adolescente del 1er Departamento de
Obstetricia y Ginecología de la Universidad Nacional y Kapodistriana
de Atenas en el Hospital "Alexandra". Se reclutó un grupo de control
de mujeres sanas de la misma edad del departamento de pacientes
ambulatorios del Hospital, donde recibieron consultas de salud
sexual. El estudio abarcó el período comprendido entre enero de
2016 y abril de 2018. Reclutamos un total de 127 adolescentes y
mujeres jóvenes después de un consentimiento informado por
escrito. Se aseguró el anonimato y la confidencialidad. Los datos
fueron recogidos prospectivamente por los médicos tratantes AT y
LM. El estudio recibió la aprobación del Comité de Ética de la
Universidad de Atenas antes de la inscripción (Protocolo n.º 33/131
2016).
Selección de participantes
Se incluyeron niñas y mujeres con FHA y controles sanos con datos
disponibles sobre actitudes alimentarias y rasgos psicopatológicos.
Los criterios diagnósticos de FHA consistieron en: amenorrea
secundaria durante al menos 6 meses; hormona luteinizante sérica
baja (< 1 UI/Lit); desafío de abstinencia de progesterona y prueba
de GnRH negativas; niveles normales de prolactina; al menos uno
de los siguientes factores predisponentes: ejercicio superior a 5 h/
semana, o pérdida > 15% del peso corporal desde el inicio de la
amenorrea o pérdida > 15% del peso corporal ideal. Cuando una
clara historia sugestiva de pérdida de peso o
13
Archivos de Ginecología y Obstetricia
no se evidenció ejercicio excesivo, se realizó una resonancia
magnética cerebral. Las mujeres con diagnóstico de AN fueron
excluidas del estudio. Los controles sanos tuvieron ciclos
regulares durante los 6 meses anteriores y no recibieron
ningún medicamento ni anticonceptivo hormonal durante los
últimos 2 años. Se solicitó a todos los participantes que
completaran los siguientes cuestionarios:
Conductas alimentarias trastornadas (DEB)
Se utilizó el Eating Attitudes Test (EAT-26) para evaluar posibles
actitudes alimentarias anormales. Consta de 26 ítems, que miden
actitudes y comportamientos alimentarios problemáticos o
desadaptativos.7]. Comprende tres subescalas: dieta (13 ítems),
bulimia y preocupación por la comida (seis ítems) y control bucal
(siete ítems). Las posibles respuestas se califican en una escala
anclada de seis puntos, desde 'nunca' hasta 'siempre'. La
puntuación total oscila entre cero y 78. Una puntuación total igual o
superior a 20 indica una conducta alimentaria anormal. El EAT-26
fue traducido y validado para una población griega de adolescentes
con una consistencia interna satisfactoria (Cronbach's α0.78) [8].
Niveles de ansiedad (NA)
El State-Trait-Anxiety-Inventary (STAI), un cuestionario de
autoinforme de 20 ítems, se utilizó para evaluar los niveles de
ansiedad actuales [9]. Utiliza una escala anclada de cuatro puntos
desde 'nada' hasta 'mucho'. La puntuación total oscila entre 20 y 80.
A mayor puntuación, mayores niveles de ansiedad. El STAI fue
traducido y validado en la población griega con excelente
consistencia interna (α de Cronbach 0,96) [10].
Preocupación por el sobrepeso (OP)
Se utilizó el Cuestionario Multidimensional de Relaciones con el Cuerpo
(MBSRQ) para evaluar las actitudes de imagen corporal.11]. Las posibles
respuestas se califican en una escala de cinco puntos que va desde
'totalmente en desacuerdo' hasta 'totalmente de acuerdo'. Una
puntuación total igual o superior a 2,5 indica OP. El MBSRQ fue traducido
y validado en población griega con una consistencia interna satisfactoria
(prueba de Cronbach).α0.77) [12].
Actividad física (AF)
Se utilizó el Cuestionario Internacional de Actividad Física
(IPAQ) para evaluar los niveles de actividad física (AF) [13].
La cantidad de energía gastada durante la AF se mide con
equivalentes metabólicos (MET) por semana. Un MET es la
energía gastada en reposo. El gasto en MET se calcula en PA
leve multiplicando por 3,3, moderada por cuatro y vigorosa
por ocho. El cuestionario fue traducido y
Archivos de Ginecología y Obstetricia

validado en una población griega con consistencia interna Resultados

satisfactoria (Cronbach'sα0,63–0,92) [14].
análisis estadístico
La distribución normal de la muestra se determinó mediante la prueba
de Kolmogorov-Smirnov. Para las variables continuas, se utilizaron la
prueba de Student y la prueba de rangos de Wilcoxon para distribución
normal y asimétrica, respectivamente. Para datos categóricos se utilizó
la prueba de Fisher o Chi-cuadrado. Las posibles correlaciones entre las
diferentes variables se evaluaron mediante el coeficiente de correlación
de Spearman (ρ). Análisis de regresión logística multivariante en un
método paso a paso (pags-valor para entrada 0.05,pags-valor para la
eliminación 0.1) se llevó a cabo para identificar factores independientes
asociados con los DEB. Se calcularon los odds-ratios (OR) ajustados con
intervalos de confianza (IC) del 95% a partir de los resultados de los
análisis logísticos. Todos los valores de p informados fueron de dos
colas. La significación estadística se fijó en <0,05. Se utilizó MedCalc
(software MedCalc, Ostende, Bélgica) para los análisis estadísticos.
Se incluyeron en el estudio cuarenta y un pacientes consecutivos
que cumplían los criterios diagnósticos de FHA y 86 controles sanos
con ciclos menstruales normales. Todos eran estudiantes de
secundaria o universitarios. Las características demográficas y el
perfil hormonal se muestran en la Tabla1. Dado que los dos grupos
tenían la misma edad, no hubo diferencias significativas en la edad
media entre ellos (pags=0,27). Como era de esperar, una diferencia
significativa en el IMC medio (pags<0,0001) se observó entre los dos
grupos.
Las puntuaciones en EAT-26 de 20 de 41 (48,8%) mujeres con FHA
sugirieron DEB. Las puntuaciones medias en EAT-26 fueron
significativamente más altas en mujeres con FHA (pags<0,0001). Las
mujeres con FHA se caracterizaron por puntuaciones significativamente
más altas en los elementos de la subescala de dieta (pags=0,03) y
bulimia y preocupación por la comida (pags<0,001) en comparación con
controles sanos. No hubo diferencias significativas con respecto a los
ítems de la subescala de control oral entre los dos grupos. También se
observó una diferencia significativa entre

Tabla 1Demográfico
FHA Control S pags-valor
características y puntuaciones del
cuestionario en funcional Años 17,8±1,79 (15-22) 18,32±2,73 (14-24) 0.27
amenorrea hipotalámica y
IMC 19,78±0,62 (18,5-21,1) 21,4±1,89 (18-25) <0.0001
grupos de control sanos
Altura 168±2,79 (163–175) 164,86±5,46 (150–178) 0.0001
Peso 56,39±2,51 (52–62) 58,23±5,87 (47–70) 0.06
Educación 11,8±1,79 (9-16) 13,4±2,74 (8-18) 0.0009
LH 0,75±0,32 (0,3–1,5) NOTARIO PÚBLICO NOTARIO PÚBLICO

FSH 0,98±0,36 (0,3–1,8) NOTARIO PÚBLICO NOTARIO PÚBLICO

prolactina 13,06±3,01 (6,5–19) NOTARIO PÚBLICO NOTARIO PÚBLICO

COMER-26<20 21 (51,2%) 76 (88,4%) <0.0001

COMER-26≥20 20 (48,8%) 10 (11,6%)
Puntuación EAT-26 18,75±5,46 (8-26) 10,86±5,95 (3-29) <0.0001
Subescala de dieta 11,8±3,1 8,27±4,23 0.03
Bulimia y preocupación por la comida 3,85±1,7 1,66±1,01 <0/0001
controles orales 3,07±1,39 1,39±1,1 0.09
Puntuación STAI <55 15 (36,6%) 35 (40,7%) 0,66
Puntuación STAI ≥55 26 (63,4%) 51 (59,3%)
Puntuación STAI 65,75±6,09 (55–74) 56,34±9,48 (38-75) <0.0001
Puntuación IPAQ <1500 7 (17,1%) 48 (55,8%) <0.0001
Puntuación IPAQ ≥1500 34 (82,9%) 38 (44,2%)
Puntaje IPAQ 2632,2±1036,7 (891–4695) 2024,7±1090,75 (377–4998) 0.004
Puntuación MBSRQ <2,5 17 (41,5%) 76 (88,4%)
Puntuación MBSRQ ≥2.5 24 (58,5%) 10 (11,6%) <0.0001
Puntuación MBSRQ 2,68±0,97 (1–3,8) 1,79±0,77 (1–4) <0.0001

Los datos se dan como número con proporción para las variables categóricas y como media ± DE (rango) para las
variables continuas. Mann-Whitneytu-test se utilizó para comparar variables continuas con distribución sesgada. Se
utilizó la prueba de chi-cuadrado de Pearson en la comparación de variables dicotómicas.
Dakota del SurDesviación Estándar,IMCíndice de masa corporal,LHhormona luteinizante,FSHhormona estimuladora folicular, FHA
amenorrea hipotalámica funcional,STAIíndice de ansiedad estado rasgo,COMER-26Prueba de actitudes alimentarias-26,IPAQ
Cuestionario Internacional de Actividad Física,MBSRQCuestionario de Relaciones Cuerpo-Sí Mismo

13
 Archivos de Ginecología y Obstetricia

las puntuaciones medias de los dos grupos en todos los demás
cuestionarios: STAI (pags<0.0001), MBSRQ (pags<0,0001) e IPAQ (
pags=0,004) (Tabla1).
Análisis de correlación
En esta cohorte, las puntuaciones de EAT-26 se correlacionaron
positivamente con las puntuaciones de STAI (ρ=0.26,pags=0.04), MBSRQ
(ρ=0.79, pags<0,0001) e IPAQ (ρ=0.35,pags=0,03) respectivamente.
Además, se demostró una correlación negativa significativa entre las
puntuaciones de EAT-26 y el IMC (ρ=−0.36,pags=0,02). No se
encontraron otras correlaciones significativas (Tabla2).
La correlación entre el IMC y las subescalas EAT-26
mostró que el IMC estaba inversamente correlacionado con
las puntuaciones de las subescalas de dieta (ρ= −0.32,pags=
0,04) y control oral (ρ= −0.51,pags=0,001). Además, la
correlación entre las subescalas STAI y EAT-26 demostró
una correlación positiva entre STAI y la subescala de bulimia
y preocupación por la comida (ρ=0.38,pags=0,01). Una
correlación positiva entre MBSRQ y las subescalas de dieta (
ρ=0.74,pags<0,0001), bulimia y preocupación por la comida
(ρ=0.69,pags<0.0001) y control oral (ρ=0.64, pags<0.0001)
fue demostrado. Finalmente, la correlación entre las
subescalas IPAQ y EAT-26 demostró que IPAQ se
correlacionó positivamente con la subescala de dieta (ρ=0.4,
pags=0,009) (Tabla3).

Tabla 2 Correlaciones entre la puntuación EAT-26 y las variables de la prueba

Regresión logística multivariada
ρ pags

IMC − 0,36 0.02 Intentamos identificar los posibles factores que afectan de forma
Peso − 0,12 0.42 independiente las puntuaciones EAT-26 de las mujeres con FHA a
Altura 0.19 0.23 través de una regresión logística multivariante. Las puntuaciones de
Años − 0,06 0,66 STAI, IPAQ y MBSRQ se incluyeron en el modelo. Demostramos que
Puntaje IPAQ 0.35 0.03 las puntuaciones altas en MBSRQ y STAI se correlacionaron con un
Puntuación STAI 0.26 0.04 12,2 veces (pags=0,008) y 4,3 veces (pags=0,04) mayor riesgo de
Puntuación MBSRQ 0.79 <0.0001 puntuaciones altas en EAT-26, respectivamente (pags=0,04) (Tabla4
).
Se realizó la prueba no paramétrica de Spearman para considerar posibles
correlaciones entre EAT-26 y las variables de prueba
STAIÍndice de ansiedad rasgo estatal,IPAQCuestionario Internacional de
Actividad Física,MBSRQCuestionario de Relaciones Cuerpo-Sí Mismo

Tabla 3Correlaciones entre los

ρ pags
componentes de EAT-26 y otras
variables Correlaciones entre los constituyentes de EAT-26 y el IMC
dieta − 0,32 0.04
Bulimia y preocupación por la comida − 0,22 0.15
Control bucal − 0,51 0.0008
Correlaciones entre los constituyentes de EAT-26 y la puntuación STAI

dieta 0.2 0.21

Bulimia y preocupación por la comida 0.38 0.01
Control bucal 0.15 0.15
Correlaciones entre los constituyentes de EAT-26 y la puntuación MBSRQ

dieta 0.74 <0.0001

Bulimia y preocupación por la comida 0,69 <0.0001
controles orales 0,64 <0.0001
Correlaciones entre los constituyentes de EAT-26 y la puntuación IPAQ

dieta − 0,4 0.0009

Bulimia y preocupación por la comida − 0,12 0,46
Control bucal − 0,3 0.6

Se realizó la prueba no paramétrica de Spearman para considerar posibles correlaciones entre los constituyentes de
EAT-26 y otras variables
STAIÍndice de ansiedad rasgo estatal,COMER-26Prueba de actitudes alimentarias-26,IPAQCuestionario Internacional de Actividad
Física;MBSRQCuestionario de Relaciones Cuerpo-Sí Mismo

13
Archivos de Ginecología y Obstetricia
Tabla 4Regresión logística multivariada para puntuaciones EAT-26 de
pacientes FHA
O IC del 95 %
Puntuación STAI 4.3 2,8–6,9
Puntaje IPAQ 1.3 0,85–1,54
Puntuación MBSRQ 12.2 9.3–14.2
Orelación de probabilidades,IC del 95 %intervalos de confianza del 95%,STAIÍndice
de ansiedad rasgo estatal,IPAQCuestionario internacional de actividad física, MBSRQ
Cuestionario de Relaciones Cuerpo-Sí Mismo
Discusión
Los hallazgos del estudio actual sugieren que un número
marcadamente mayor de adolescentes y mujeres jóvenes con FHA
tienen resultados positivos para DEB en comparación con el grupo
de control. Aunque los casos de AN se excluyeron del estudio, se
encontró que los pacientes con FHA demostraban una dieta
restrictiva subyacente y síntomas bulímicos que posiblemente
podrían promover el desarrollo de DE patológicos. También
mostramos una potente asociación entre la detección positiva de
DEB y puntajes altos en los cuestionarios AL, OP y PA.
Nuestros hallazgos destacan una profunda prevalencia de DEB
experimentada entre mujeres con FHA. Es decir, en esta cohorte, se
encontró que casi la mitad de las mujeres con FHA tenían DEB. Esta
alta prevalencia de DEB dentro de la población FHA también está
corroborada por los hallazgos de estudios relevantes anteriores [2,4
,5]. Los análisis a nivel de subescala demostraron pocos aspectos
destacables. Los pacientes de FHA respaldaron tanto la dieta
restrictiva como los síntomas bulímicos. Estudios previos han
demostrado que los adolescentes con FHA se caracterizan por una
mayor incidencia de trastornos alimentarios subclínicos y un
impulso por la delgadez.2,4,5]. Estos comportamientos alimentarios
disfuncionales subclínicos eran predominantemente de tipo
restrictivo y contrastaban con los estudios de mujeres adultas que
informaron una mayor incidencia de síntomas bulímicos.4]. Los
rasgos restrictivos son aparentemente un fenotipo prevalente en
adolescentes con FHA, mientras que la mayor incidencia de
síntomas bulímicos en mujeres adultas podría explicarse en parte
por una posible evolución y diferenciación de los rasgos
alimentarios disfuncionales en la edad adulta.2,4,5]. No obstante,
nuestro estudio demostró que los comportamientos de dieta
bulímica también pueden estar presentes entre adolescentes y
mujeres jóvenes con FHA. Este último proporciona una idea de la
compleja sintomatología de los DEB en FHA y subraya la naturaleza
multidimensional del trastorno.
La mayor prevalencia de DEB entre las mujeres con FHA
podría explicar en parte el IMC significativamente más bajo
observado en el grupo FHA. Curiosamente, se demostró una
correlación inversa entre el IMC y todas las subescalas del
inventario EAT-26, lo que subraya un vínculo directo sólido. Esta
evidencia es de gran importancia a la hora de evaluar las
actitudes y conductas alimentarias en mujeres con
FHA. Los médicos deben ser conscientes de la mayor
prevalencia de DEB en dichas poblaciones además de la
pags-valor diversidad de los síntomas. Los síntomas de DEB suelen ser
subclínicos; sin embargo, estos pueden progresar a DE
0.04
patológicos si se pasan por alto.
0.85
La AF también podría ser un factor que contribuya al bajo IMC
0.008
observado en el grupo FHA. Es de destacar que, dentro de esta
población de FHA, la actividad física se correlacionó positivamente con
trastornos alimentarios y la subescala de dieta, respectivamente. Las
mujeres que hacen ejercicio con FHA a menudo se caracterizan por una
ingesta calórica inadecuada; aunque, en menor grado en comparación
con las mujeres con AN [15]. Además, las mujeres con DE presentan con
mayor frecuencia una necesidad de movimiento y ejercicio excesivo [15].
Los ED y PA podrían actuar de forma independiente o sinérgica
causando una privación de energía y la subsiguiente interrupción del eje
GnRH.dieciséis,17]. Esta deficiencia crónica de energía desencadena
mecanismos compensatorios que incluyen la pérdida de peso y la
conservación de energía.15–17]. Estudios previos han mostrado
concentraciones de leptina suprimidas [18–21] además de la elevación
crónica de la grelina en ayunas [22–25] y el péptido YY [26–28] en
mujeres con FHA inducida por pérdida de peso y ejercicio. También se
destacó una asociación plausible entre las actitudes alimentarias
restrictivas y la desregulación de la hormona del apetito entre las
mujeres con FHA [29].
La asociación entre DEB y FHA es aparentemente compleja y se
caracteriza por factores psicosociales y conductuales entrelazados
que influyen mutuamente en la etiología y los síntomas. Berga et al.
postuló que tanto los estímulos de estrés metabólico como
psicológico funcionan en combinación, lo que conduce al desarrollo
de FHA.dieciséis]. Los hallazgos del presente estudio encajan con el
modelo antes mencionado. Nuestros resultados indican AL
significativamente mayor en el grupo FHA. El análisis de regresión
determinó que AL alto es un factor significativo en la predicción de
DEB. En esta cohorte y según las herramientas de detección
utilizadas, las mujeres FHA con AL alto tenían un riesgo casi cuatro
veces mayor de demostrar DEB. Parece plausible que la ansiedad
pueda ser la base o contribuir al desarrollo de FHA y DEB y que la
patogenia de los dos trastornos no sea independiente. La ansiedad
se ha establecido como un factor de riesgo independiente para la
FHA inducida por el estrés.4–6,dieciséis], mientras que estudios
previos han subrayado tasas significativas de ansiedad comórbida
entre mujeres con BDE [30–32]. Postulamos que la ansiedad tiene
un papel fundamental en las complejas interacciones entre FHA y
DEB a través de circuitos de retroalimentación. La ansiedad puede
presentar síntomas que, a su vez, provocan la aparición de otros, y
juntos contribuyen al mantenimiento de ambos trastornos. Por lo
tanto, las asociaciones entre DEB y FHA pueden estar mediadas en
cierta medida por la aparición de ansiedad.
Los determinantes psicológicos de la imagen corporal también
deben tenerse en cuenta cuando se trata de la fisiopatología de
FHA y DEB. Existe evidencia suficiente para sugerir que OP es uno
de los factores de riesgo centrales para el desarrollo de ambos
13

trastornos [33,34]. Mostramos que una prueba positiva para OP
representa un factor de riesgo independiente para predecir una prueba
positiva para DEB y que en esta cohorte de FHA, las puntuaciones
MBSRQ aumentadas se correlacionaron con un riesgo de
aproximadamente 12 veces de puntuaciones altas en EAT-26. Como se
anticipó, demostramos una correlación positiva entre OP y todas las
subescalas de EAT-26. Las mujeres con FHA generalmente estaban
preocupadas por la imagen corporal y tenían miedo de aumentar de
peso [2,4]. Las respuestas de afrontamiento inadecuadas a los estímulos
de estrés y las actitudes disfuncionales, como la necesidad de
aprobación, la baja autoestima, las metas poco realistas y el
perfeccionismo, representan otros posibles endofenotipos asociados
con FHA, que también pueden ser característicos de las mujeres con
DEB.2,4,31, 32]. Estos comportamientos disfuncionales, así como su
susceptibilidad al estrés, pueden inducir síntomas psicosomáticos y
ansiedad que, a su vez, podrían contribuir al desarrollo y mantenimiento
de DEB y FHA. Esclarecer el papel de OP en el desarrollo de DEB y FHA
podría tener implicaciones clínicas notables para futuros tratamientos
cognitivos.
El estudio actual proporciona información significativa sobre la
naturaleza compleja de la FHA. Nuestro estudio confirma la noción de
que la FHA es un trastorno multidimensional y sustenta que tanto los
factores metabólicos como los psicosociales están implicados en la
patogenia del trastorno. Se justifican estudios futuros para dilucidar las
vías a través de las cuales operan los factores psicosomáticos para
promover la aparición de DEB y FHA. Además, esta evidencia destaca la
importancia de una evaluación más completa. Las adolescentes o
mujeres jóvenes con HAF no suelen ser sometidas a ninguna
investigación psicológica dado que la atención de los padres y/o clínica
se centra en el aspecto ginecológico de la amenorrea. A la luz de la alta
prevalencia de indicadores de DEB y trastornos psicológicos en esta
cohorte de FHA, llegamos a la conclusión de que la evaluación
exhaustiva de tales alteraciones debe ir más allá de la combinación de
IMC y perfiles hormonales. Por lo tanto, sugerimos que todas las
mujeres con FHA merecen una cuidadosa evaluación psicológica.
Anteriormente hemos demostrado la razón de ser de los trastornos del
sueño en tales poblaciones.6]. La detección adecuada probablemente
permitiría la identificación temprana de los síntomas por debajo del
umbral, brindando la oportunidad de una intervención temprana antes
de que progresen a una disfunción eréctil manifiesta. Nuestro estudio
también destaca la justificación de un manejo multidisciplinario de los
casos de la FHA. La derivación para soporte nutricional es crucial en el
tratamiento de las DEB. Los médicos deben ser conscientes de los
posibles síntomas depresivos subclínicos comórbidos y la tendencia
hacia una gran probabilidad de trastornos psiquiátricos de por vida
entre las mujeres con FHA.2–5]. El tratamiento cognitivo se ha utilizado
para el tratamiento de la FHA y la restauración del ciclo menstrual [35,
36]. En presencia de DEB, es de suma importancia ampliar las
intervenciones para abordar también los rasgos psicosociales
anormales. Una visión más profunda de cómo se manifiestan los DEB en
los casos de FHA permitiría a los médicos adaptar mejor las
intervenciones
13
Archivos de Ginecología y Obstetricia
para abordar la ansiedad comórbida, la OP y quizás los síntomas
depresivos, lo que a su vez se esperaría que minimice la
probabilidad de recurrencia de los DEB.
Una de las principales fortalezas del presente estudio es la evaluación de los factores de riesgo tanto metabólicos como
psicológicos como posibles contribuyentes al desarrollo de FHA. Además, se trata de un estudio prospectivo de casos y
controles. Los datos se recogieron mediante cuestionarios ampliamente conocidos, previamente validados en población
griega. Se utilizaron controles pareados por edad con el fin de reducir los posibles sesgos hasta cierto punto. Sin embargo, se
deben reconocer algunas limitaciones del estudio al interpretar los resultados. Primero, el pequeño tamaño de la muestra
podría restringir la generalización de nuestros hallazgos. En segundo lugar, solo se incluyeron mujeres griegas; por lo tanto, es
posible que los estudios futuros necesiten replicar esta evidencia en poblaciones más diversas. Finalmente, los parámetros
evaluados fueron evaluados subjetivamente a través de inventarios autoinformados, que se basan en el recuerdo del paciente.
Este último podría ser responsable de algún sesgo. Los síntomas de depresión pueden operar como mediadores tanto para
FHA como para DEB. Sin embargo, tampoco se utilizó el cuestionario STAI-depresión ni se ofreció una consulta psiquiátrica, ya
que no es un área de nuestra especialización. En cambio, los cuestionarios actuaron como un tamizaje para la identificación de
aquellas adolescentes y mujeres que requerían mayor evaluación y manejo por parte de un psicólogo o psiquiatra. En vista de
los factores estresantes psicológicos, se ofreció una remisión inmediata para asesoramiento nutricional y psicológico
detallado. Además, se aseguró la estrecha vigilancia del equipo multidisciplinario. La prioridad para futuras investigaciones
debe ser la evaluación cualitativa de los DEB, a través de entrevistas estructuradas psicodinámicas. Finalmente, se justifica la
cooperación con un psicólogo médico. Los síntomas de depresión pueden operar como mediadores tanto para FHA como para
DEB. Sin embargo, tampoco se utilizó el cuestionario STAI-depresión ni se ofreció una consulta psiquiátrica, ya que no es un
área de nuestra especialización. En cambio, los cuestionarios actuaron como un tamizaje para la identificación de aquellas
adolescentes y mujeres que requerían mayor evaluación y manejo por parte de un psicólogo o psiquiatra. En vista de los
factores estresantes psicológicos, se ofreció una remisión inmediata para asesoramiento nutricional y psicológico detallado.
Además, se aseguró la estrecha vigilancia del equipo multidisciplinario. La prioridad para futuras investigaciones debe ser la
evaluación cualitativa de los DEB, a través de entrevistas estructuradas psicodinámicas. Finalmente, se justifica la cooperación
con un psicólogo médico. Los síntomas de depresión pueden operar como mediadores tanto para FHA como para DEB. Sin
embargo, tampoco se utilizó el cuestionario STAI-depresión ni se ofreció una consulta psiquiátrica, ya que no es un área de
nuestra especialización. En cambio, los cuestionarios actuaron como un tamizaje para la identificación de aquellas
adolescentes y mujeres que requerían mayor evaluación y manejo por parte de un psicólogo o psiquiatra. En vista de los
factores estresantes psicológicos, se ofreció una remisión inmediata para asesoramiento nutricional y psicológico detallado.
Además, se aseguró la estrecha vigilancia del equipo multidisciplinario. La prioridad para futuras investigaciones debe ser la
evaluación cualitativa de los DEB, a través de entrevistas estructuradas psicodinámicas. Finalmente, se justifica la cooperación con un psicólogo médico. ta
En conclusión, el estudio actual demostró que los DEB pueden
ocurrir en las poblaciones de FHA con mayor frecuencia en
comparación con la población general. Además, nuestros hallazgos
sugieren que la ansiedad y la OP pueden ser la base y contribuir de
forma independiente al desarrollo y mantenimiento de DEB y FHA.
La información de detección podría obtenerse con precisión a
través de cuestionarios, que evalúan las actitudes subyacentes de
comer, dormir y otras disfuncionalidades psicológicas. Se justifican
más estudios más amplios para determinar estas asociaciones.
También se destacó la justificación de la evaluación psicológica. Esta
evidencia puede tener implicaciones futuras tanto para la detección
como para las intervenciones dirigidas a los DEB y otros factores
psicológicos.
Contribuciones de los autoresProtocolo/Desarrollo de proyectos: AT, LM.
Recogida de datos: AT, LM. Análisis de datos: AT, DG, DM. Redacción/edición
de manuscritos: AT, AS, DL, LM.
FondosCertificamos que ninguna parte tiene un interés directo en los resultados de la
investigación y que no se nos otorgará ningún beneficio a nosotros ni a ninguna
organización con la que estemos asociados.
Archivos de Ginecología y Obstetricia
Cumplimiento de normas éticas
Conflicto de interesesLos autores no tienen ningún conflicto de intereses que revelar.
Aprobación éticaEl estudio recibió la aprobación del Comité de Ética de
la Universidad de Atenas antes de la inscripción (Protocolo n.º 33/131
2016).
Referencias
1. Gordon CM, Ackerman KE, Berga SL et al (2017) Amenorrea
hipotalámica funcional: una guía de práctica clínica de la sociedad
endocrina. J Clin Endocrinol Metab 102:1413–1439
2. Marcus MD, Loucks TL, Berga SL (2001) Correlatos fisiológicos de la
amenorrea hipotalámica funcional. Ferti Steril 76: 310–316
3. Giles DE, Berga SL (1993) Correlatos cognitivos y psiquiátricos de la
amenorrea hipotalámica funcional: una comparación controlada.
Fértil estéril 60: 486–492
4. Bomba M, Gambera A, Bonini L, Peroni M, Neri F, Scagliola P,
Nacinovich R (2007) Perfiles endocrinos y correlatos
neuropsicológicos de la amenorrea hipotalámica funcional en
adolescentes. Fértil estéril 87: 876–885
5. Bomba M, Corbetta F, Bosini L, Gambera A, Tremolizzo L, Neri F,
Nacinovich R (2014) Rasgos psicopatológicos de adolescentes con
amenorrea hipotalámica funcional: una comparación con la anorexia
nerviosa. Trastorno por comer peso 19:41–48
6. Tranoulis A, Georgiou D, Soldatou A, Triantafyllidi V, Loutradis D, Michala L
(2019) Sueño deficiente y altos niveles de ansiedad en mujeres con
amenorrea hipotalámica funcional: ¿una llamada de atención para los
médicos? Eur J Obstet Gynecol Reprod Biol X 3:100035
7. Garner DM, Olmsted MP, Bohr Y, Garfinkel PE (1982) La prueba de
actitudes alimentarias: características psicométricas y correlatos clínicos
12:871–878
8. Yannakoulia M, Karayiannis D, Terzidou M, Kokkevi A, Sidossis LS (2004) Hábitos
relacionados con la nutrición de los adolescentes griegos. Eur J Clin Nutr 58:
580–586
9. Spielberger CD (1989) Inventario de ansiedad estado-rasgo: bibliografía, 2ª
ed. Prensa de psicólogos consultores, Palo Alto
10. Fountoulakis KN, Papadopoulou M, Kleanthous S et al (2006) Fiabilidad y
propiedades psicométricas de la traducción griega del formulario Y del
Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo: datos preliminares. Ann Gen
Psiquiatría 31(5):2
11. Cash T, Henry P (1995) Imágenes corporales de mujeres: los resultados de una
encuesta nacional en los EE. UU. Roles sexuales 33:19–28
12. Costarelli V, Antonopoulou K, Mavrovounioti C (2011) Características ficosociales
en relación con las actitudes alimentarias desordenadas en adolescentes
griegos. Eur Eat Disord Rev 19: 322–330
13. Craig CL, Marshall AL, Sjostrom M et al (2003) Cuestionario internacional
de actividad física: confiabilidad y validez en 12 países. Medicina
Ejercicio de deportes de ciencia. 2003: 1381–1395
14. Papathanasiou G, Georgoudis G, Papandreou M, Spyropoulos P,
Georgakopoulos D, Kalfakakou V, Evangelou A (2009) Medidas de
confiabilidad del breve Cuestionario Internacional de Actividad Física
(IPAQ) en adultos jóvenes griegos. Helénica J Cardiol 50: 283–294
15. Allaway HC, Southmayd EA, De Souza MJ (2016) La fisiología de la
amenorrea hipotalámica funcional asociada con la deficiencia de energía
en mujeres que hacen ejercicio y en mujeres con anorexia nerviosa.
Horm Mol Biol Clin Investig 25:91–119
16. Berga SL, Loucks TL (2007) El estrés indujo una ovulación. En: Fink G (ed)
Enciclopedia del estrés. Prensa académica, Oxford, págs. 615–631
17. Pauli SA, Berga SL (2010) Amenorrea atlética: déficit energético
o desafío psicógeno. Anal NY Acad Sci. 1205:33–38
18. Kaufman BA, Warren MP, Dominguez JE, Wang J, Heymsfield SB, Pierson
RN (2002) Densidad ósea y amenorrea en bailarinas de ballet
están relacionados con una disminución de la tasa metabólica en reposo y niveles
más bajos de leptina. J Clin Endocr Metab 87(2):777–783
19. Tolle V, Kadem M, Bluet-Pajot MT et al (2003) Equilibrio en los niveles plasmáticos
de grelina y leptina en pacientes con anorexia nerviosa y mujeres
constitucionalmente delgadas. J Clin Endocr Metab 88:109–116
20. Corr M, De Souza MJ, Toombs RJ, Williams NI (2011) Las concentraciones
de leptina circulante no distinguen el estado menstrual en mujeres que
hacen ejercicio. Hum Reprod 26: 685–694
21. De Souza MJ, Leidy HJ, O'Donnell E, Lasley B, Williams NI (2004)
Niveles de grelina en ayunas en mujeres físicamente activas:
relación con trastornos menstruales y hormonas metabólicas. J Clin
Endocr Metab 89:3536–3542
22. Scheid JL, De Souza MJ, Leidy HJ, Williams NI (2011) La grelina, pero no el péptido
YY, está relacionada con el cambio en el peso corporal y la disponibilidad de
energía. Med Sci Sports Ejercicio 43: 2063–2071
23. Christo K, Cord J, Mendes N, Miller KK, Goldstein MA, Klibanski
A, Misra M (2008) Grelina y leptina aciladas en atletas adolescentes
con amenorrea, atletas eumenorreicas y controles: un estudio
transversal. Clin Endocrinol 69:628–633
24. Schneider LF, Warren MP (2006) La amenorrea hipotalámica funcional se
asocia con niveles elevados de grelina y trastornos alimentarios. Fértil
estéril 86: 1744–1749
25. Scheid JL, Williams NI, West SL, VanHeest JL, De Souza MJ (2009) El PYY
elevado se asocia con deficiencia de energía e índices de trastornos
alimentarios subclínicos en mujeres que hacen ejercicio con amenorrea
hipotalámica. Apetito 52:184–192
26. Misra M, Miller KK, Tsai P, Gallagher K, Lin A, Lee N, Herzog DB, Klibanski A
(2006) Niveles elevados de péptido YY en niñas adolescentes con
anorexia nerviosa. J Clin Endocr Metab 91:1027–1033
27. Nakahara T, Kojima S, Tanaka M et al (2007) Restauración incompleta de la secreción de
grelina y PYY en comparación con la insulina después de la ingestión de alimentos
después del aumento de peso en la anorexia nerviosa. J Psiquiatría Res 41:814–820
28. Pfluger PT, Kampe J, Castaneda TR et al (2007) Efecto de los cambios en el
peso corporal humano sobre los niveles circulantes de péptido YY y
péptido YY3–36. J Clin Endocr Metab 92:583–588
29. Schneider LF, Monaco SE, Warren MP (2008) El nivel elevado de grelina en
mujeres de peso normal con amenorrea está relacionado con trastornos
alimentarios. Fértil Esteril 90:121–128
30. Swinbourne J, Hunt C, Abbott M, Russell J, St Clare T, Touyz S (2012) La
comorbilidad entre los trastornos alimentarios y los trastornos de ansiedad:
prevalencia en una muestra de trastornos alimentarios y una muestra de
trastornos de ansiedad. Aust NZJ Psiquiatría 46:118–131
31. Martinussen M, Friborg O, Schmierer P et al (2017) La comorbilidad de los
trastornos de personalidad en los trastornos alimentarios: un metanálisis.
Trastorno por comer peso 22:201–209
32. Martin-Fernandez KW, Ben-Porath YS (2019) Asociaciones entre los síntomas del
trastorno alimentario y el Inventario de personalidad multifásica de
Minnesota-2-Forma reestructurada (MMPI-2-RF) en estudiantes universitarios.
Comer trastorno de peso. 47(5):553–557
33. Stice E (2002) Factores de riesgo y mantenimiento de la patología alimentaria:
una revisión metaanalítica. Toro Psicológico. 128: 825–848
34. Costarelli V, Demerzi M, Stamou D (2009) Actitudes desordenadas de los
pendientes en relación con la imagen corporal y la inteligencia emocional en
mujeres jóvenes. Dieta J Hum Nutr 22:239–245
35. Michopoulos V, Mancini F, Loucks TL, Berga SL (2013) Recuperación
neuroendocrina iniciada por terapia cognitiva conductual en
mujeres con amenorrea hipotalámica funcional: una comparación
aleatoria y controlada. Ferti Steril 99:2084–2091
36. Berga SL, Loucks TL (2006) Uso de la terapia cognitiva conductual
para la amenorrea hipotalámica funcional. Ann NY Acad Sci 1092:
114–129
Nota del editorSpringer Nature se mantiene neutral con respecto a los
reclamos jurisdiccionales en mapas publicados y afiliaciones institucionales.
13