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CARLOS MIÑANA BLASCO

CARLOS MIÑANA BLASCO

DE FASTOS A FIESTAS
NAVIDAD Y CHIRIMÍAS EN POPAYÁN

CENTRO DE DOCUMENTACION MUSICAL


DIRECCION GENERAL DE ARTES
MINISTERIO DE CULTURA
MINISTERIO DE CULTURA

Ramiro Osorio Fonseca


Ministro

Miguel Durán Guzmán


Viceministro

María del Pilar Ordóñez


Secretaria General

Octavio Arbeláez Tobón


Director General de Artes

Jaime Quevedo lima


Centro de Documentación Musical

Ana María Ochoa Gautier


Coordinación Editorial

© Ministerio de Cultura, 1997

Primera edición: diciembre de 1997


ISBN 958-612-285-9

Diseño, diagramación y cuidado


El Armadillo Editores

Carátula
Susana Carrié

Levantamiento de partituras
Rodrigo Henao

Fotomecánica e impresión
Panamericana Formas e Impresos

Hecho en Colombia
CONTENIDO

5
PRESENTACIÓN

7
INTRODUCCIÓN

11
POPAYÁN

DE FASTOS A FIESTAS

15
LAS FIESTAS EN POPAYÁN HASTA FINALES DEL S. XVIII

25
LAS FIESTAS EN EL S. XIX Y PRIMERA MITAD DEL XX

41
BLANQUITOS CONTRA REYES: LA MODERNIDAD FESTIVA

47
Los CONCURSOS DE CHIRIMÍAS

61
Músicos Y CONJUNTOS

LOS MÚSICOS A TRAVÉS DEL TIEMPO

89
LOS GRUPOS
INSTRUMENTACIÓN Y TÉCNICAS DE EJECUCIÓN

CONFORMACIONES INSTRUMENTALES EN POPAYÁN EN LOS ÚLTIMOS 50 AÑOS

99
Los INSTRUMENTOS Y SU TÉCNICA DE EJECUCIÓN
118
Los REPERTORIOS
PRESENTACIÓN
123
LA RÍTMICA PERCUTIVA
Carlos Miñana es un reconocido investigador de las prácticas musicales indígenas
124 y campesinas del Cauca. De fastos afiestas: Navidad y chirimías en Popayán es
PERCUSIÓN EN EL BAMBUCO
un estudio detallado sobre los conjuntos de chirimía en Popayán que comple-
130 menta el libro Kuvi, música de flautas entre los paeces, publicado en 1994 por el
PERCUSIÓN EN EL PASILLO
Instituto Colombiano de Antropología. Con este trabajo Miñana aporta al conoci-
133 miento de la chirimía y de sus contextos festivos desde perspectivas históricas,
PERCUSIÓN EN LA DANZA descriptivas y de análisis musicológico.
133 El Centro de Documentación Musical de la Dirección General de Artes del
PERCUSIÓN EN RITMOS CARIBEÑOS Ministerio de Cultura asume esta publicación con el propósito fundamental de
137 reconocer las diferentes prácticas musicales existentes en el país y aportar así a la
Lls MELODÍAS constitución de un país pensado desde su diversidad cultural.
175
ANÁLISIS MUSICAL RAMIRO OSORIO FONSECA
175
Ministro de Cultura
EL BAMBUCO

185
EL PASILLO

190
PUNTOS SUSPENSIVOS

194
BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN

Este trabajo fue el primer producto escrito de una actividad investigativa y peda-
gógica que se remonta a la Navidad de 1980. Lo que comenzó siendo un viaje casi
de tipo turístico al departamento del Cauca, se ha ido convirtiendo en estos años
en un proyecto cultural.
El proyecto pretende comprender y dinamizar los procesos de transmi-
sión y transformación de las músicas populares tradicionales del suroccidente
andino de Colombia. Para lograr esta meta se han venido impulsando varias estra-
tegias: investigativas, pedagógicas, de difusión, de intercambio y de comunica-
ción entre los músicos.
La investigación global busca recuperar repertorios, comprender sistemá-
ticamente las músicas populares, profundizar los problemas técnicos, mejorar la
acústica de los instrumentos, estudiar los procesos económicos, sociales y cultu-
rales relacionados con lo musical...
La complejidad y diversidad cultural que encierra esta región ha llevado a
distinguir inicialmente entre los contextos y músicas urbanos, campesinos e indí-
genas. Cada uno de ellos tiene mucho en común con los otros, y está en perma-
nente interacción e intercambio; pero también existen notorias diferencias que
exigen métodos de acercamiento, de análisis y pedagógicos distintos. El panora-
ma se vuelve aún más complejo, cuando sabemos que también hay música de
flautas con características similares, aunque con menos vitalidad, en otras regio-
nes del país como Caldas, el Huila y la Costa Pacífica —desde Bahía Solano hasta
Tumaco—, y del continente —Brasil, Ecuador, Bolivia—.

7
INTRODUCCIÓN
Para evitar la dispersión en un panorama tan amplio se decidió iniciar por
Considero que el trabajo sigue siendo válido hoy por la cantidad y calidad
lo urbano, seguir con lo campesino y continuar con lo indígena, para después
de información que recoge en forma crítica, y porque es un texto que analiza y
pasar a otras regiones del país. Se comenzó, por lo tanto, con lo que parecía más
documenta las transformaciones de un contexto festivo y musical, desde la pers-
fácil y cercano a nuestra visión del mundo y a nuestro oído musical, también urba-
pectiva de ese momento. Además, los planteamientos que allí se hicieron fueron
no y tonal: Popayán. Este es, pues, un trabajo que se escribió en 1987 gracias al
útiles —y conservan en parte su vigencia— para trazar políticas, diseñar proyectos
apoyo económico del Instituto de Cooperación Iberoamericana y de la Comisión
culturales regionales, ampliar propuestas estéticas... Esto quiere decir que se acertó
para la Celebración del V Centenario. Además de una monografía sobre Popayán,
en la prospectiva; en parte, por un análisis de las tendencias y, en parte, porque
se escribió también en esa época un trabajo (inédito) sobre dos conjuntos musi-
—aunque no se publicó en ese momento— se difundió en la región (distribución
cales campesinos de San Agustín (Huila), emigrantes del Cauca. Posteriormente
de algunos ejemplares del texto fotocopiado, conferencias, talleres, participación
se abordó el contexto campesino (tal vez el más interesante y diverso), gracias a la
en eventos y festivales, diálogos informales con músicos, líderes y gestores cultu-
financiación proporcionada por Colcultura en 1989 a través del concurso del Pro- rales regionales...)
grama Francisco de Paula Santander (libro inédito). Finalmente, y también gracias
Este trabajo se centra en la música denominada en Popayán como de "chi-
al apoyo del mismo Programa —convocatoria de 1992—, se pudo terminar el traba-
rimía" y en los contextos festivos y sociales ligados a ella, es decir, las fiestas de
jo sobre las fiestas y la música entre los indígenas paeces; éste, siendo el último
Navidad, Año Nuevo, Fiestas de Pubenza y Reyes. Con el término "chirimía" nos
que se escribió, fue el primero que se publicó (Instituto Colombiano de Antropo-
referimos aquí tanto al oboe primitivo, como a una banda de flautas traversas e
logía, 1994).
instrumentos de percusión.
Estas cuatro investigaciones están construidas de manera diferente: la de
Cuando se escribió pretendía, en primer lugar, documentar en Popayán
Popayán, con más peso en lo documental y lo histórico; San Agustín, en lo biográ-
algo que había señalado Grimes diez años atrás, en Santa Fe (Nuevo México):
fico; el Macizo —contexto campesino—, en el trabajo de campo; y la de los indíge-
"¿Cómo se puede ser un historiófilo y olvidarse del cambio? El amor por la histo-
nas paeces, con un cierto balance entre fuentes documentales y trabajo de cam-
ria, cuando se torna preocupación por ésta como modelo más que como proce-
po. A pesar de las diferencias en el acercamiento a cada contexto, se ha buscado
so, puede representar un esfuerzo por huir de las erosiones del tiempo" (1981:38-
configurar una Itructura similar y partir de un planteamiento muy descriptivo en
39) . ¿No resulta paradójico que una ciudad como Popayán, que ha sufrido en su
todos los cos, el fin de facilitar posteriores comparaciones y lecturas más
historia más de 100 terremotos, algunos de ellos tan devastadores que no han
hermenéuticas y teóricas. Por esta razón en la bibliografía no aparecen sino textos
dejado piedra sobre piedra, siga reconstruyéndose una y otra vez, y siga procla-
que apoyan lo descriptivo, quedando por fuera estudios —clásicos algunos— como
mando y exhibiendo su arquitectura "colonial" hecha con cemento y varillas anti-
los de Durkheim, van Gennep, Douglas, Girard, Eco, Rappaport, Duvignaud, Baj-
sísmicas? En los años 80 se empuñaba la bandera de la tradición, los fastos, el
ón, Turner, Grimes, Schechner, Buecliler, Da Matta, Gil Calvo, García Canclini,
folclor y la historia para "congelar" y "amarrar" las expresiones musicales popula-
Baumann, Nettl, Velasco...
res, ricas y dinámicas; para excluir, ocultar y negar la diversidad y la etnicidad.
Cuando el Centro de Documentación Musical de Colcultura (hoy Ministe-
Entretanto, la "modernidad festiva" arrasaba las expresiones tradicionales más po-
rio de Cultura) me propuso publicar este texto que, como ya dije, fue terminado
pulares de Navidad y Reyes ante la mirada impávida o la complicidad de las auto-
hace 10 años, inicié su revisión. Quería hacerle muchos cambios: reordenarlo,
ridades y líderes, quienes decidieron concentrar sus esfuerzos en la conservación
introducir nuevos elementos, darle un enfoque más interpretativo... Pronto me di y "marketización" turística de la Semana Santa.
cuenta que estaba escribiendo otro libro. Finalmente, opté por dejarlo como esta-
En segundo lugar, se buscaba describir y caracterizar la música y los grupos
ba, eso sí, con una revisión de estilo y pequeñas actualizaciones de datos y de
de chirimía, sus instrumentos y formas de ejecución, su relación con los contex-
bibliografía
tos festivos, sus transformaciones... ¿Cómo habían asumido y cómo habían sido


9
  
DE FASTOS A FIEST,,S
INTRODUCCIÓN
afectados por los cambios sociales y culturales recientes? ¿Cómo era esa relación
música-fiesta desde el punto de vista del que la produce? ¿Por qué, siendo que los
conjuntos de Popayán eran tan similares a los campesinos o indígenas —usaban
casi los mismos instrumentos—, no podían tocar con ellos? Además de una nega-
ción de los otros como extraños desde un sentimiento de superioridad, había allí
"dialectos" y "lenguajes" musicales diferentes, formas diversas de entender la
música y su función social —incluso entre los mismos grupos de Popayán—, que
no permitían su acercamiento.
Esta fue una tarea que me propuse en aquel entonces, y que creo se ha
logrado en buena parte: dinamizar un diálogo o una negociación entre los músi- POPAYÁN
cos de Popayán, los campesinos y los indígenas; promover actitudes de respeto y
reconocimiento del otro, no en abstracto, por un deber ser constitucional o ético, Hallaron cuatro leguas de cercado
y el pueblo Popayán conmemorado,
sino porque realmente se conoce, se entiende y se valora lo que hace el otro. crecida población en gran manera
Un trabajo como este no pudo hacerse sin la colaboración y la complicidad y toda suntuosa casería,
mas sólo paja cubre la madera;
de cientos de personas. A todos ellos, mis agradecimientos. A Paloma Muñoz, y entre ellas una casa que tenía
Jorge Lara, Carlos Estrada, Jorge Flórez, Ana María Ochoa, Jaime Quevedo... A cuatrocientos estantes por hilera (...)
casa decían ser de borrachera
Margarita y Silvia... A los músicos y conjuntos de chirimía de Popayán, los protago- donde solían celebrar sus fiestas.
nistas de este libro, en especial, a Aires de Pubenza, a todo el grupo: los integran- Alojáronse, pues, en un recodo
ellos y bestias, y el servicio todo.
tes de hoy, los que se fueron a otros grupos y los que —a pesar de su juventud— Mas luégo vieras sacudir las plantas
nos dejaron definitivamente. y dar mil brincos al caballo laxo,
porque niguas y pulgas fueron tantas
que no se vio reposo más escaso (...)
CARLOS MIÑANA BLASCO de manera que les hicieron guerra
Profesor Universidad Nacional de Colombia en vez de los vecinos de la tierra.
Juan de Castellanos (1522-1607)
Elegías de varones ilustres de Indias. Canto 3.
Santafé de Bogotá, abril de 1987, octubre de 1997 Llegada de Belalcázar a Popayán

En el valle formado por el alto río Cauca (también llamado Valle de Pubenza) y a
una altitud de 1760 metros sobre el nivel del mar se encuentra la ciudad de Popa-
yán. La surcan los ríos Cauca, Molino y Ejido. La temperatura media es de 18°C y
en los meses de noviembre, diciembre y enero se suele gozar del llamado "verano
del niño" (época no lluviosa), coincidiendo con las festividades navideñas. A sus
habitantes (unos 140.000 en 1986) se les dice payaneses y, cariñosamente, pato-
jos, por la forma de caminar propia de las personas con niguas en los pies.
Siendo inicialmente un pequeño asentamiento indígena fue convertida en
una ciudad para el imperio colonial español por Sebastián Moyano de Belalcázar

10  11 
POPAYÁN
 
DE FASTOS A FIESTAS
el 13 de enero de 1537. Muy pronto llegó a ser una pieza clave en la red comercial
aristocrática y rica—, los mestizos, los indígenas, y de un numeroso grupo de po-
Cartagena-Lima y un importante centro de recolección de oro y plata explotados
blación negra que había sido introducida desde comienzos del s. XVII (Padilla
en las minas de Puracé, Almaguer, Guachicono y Caloto. En 1547 la ciudad ya 1977:19).
tenía obispo y varios conventos de dominicos, franciscanos, agustinos, merceda-
Las guerras de independencia dividieron a los payaneses en dos bandos,
rios, jesuitas...
siendo la ciudad asaltada y saqueada por parte y parte más de 30 veces.
Inicialmente se constituyó en centro de una gran provincia dependiente
A finales del s. XIX el Cauca era todavía el macro-departamento de la Repú-
del Virreinato del Perú, hasta 1549 que se crea la Audiencia de Santa Fe de Bogotá.
blica de Colombia. Además de la Amazonía, incluía los actuales departamentos de
En 1563 dependía de la Audiencia de Quito junto con Buga, Cali y Pasto. La pro-
Nariño, Cauca, Valle y Chocó, es decir, toda la Costa Pacífica.
vincia de Popayán se extendía inicialmente hasta los departamentos de Antioquia
La población payanesa ha estado tradicionalmente conformada por una
y Chocó por el norte, y hasta el río Rumichaca por el sur, e incluía los actuales
rancia aristocracia de terratenientes, mineros y comerciantes, cuyos apellidos y
departamentos de Caquetá, Putumayo, Vaupés, Tolima y buena parte del Huila,
fortunas se entrelazan y dividen en reducidos círculos sociales; en segundo lugar,
es decir, medio Colombia. Sin embargo, esta extensión era bastante nominal pues
por el gremio de artesanos, empleados y pequeños comerciantes, relativamente
de hecho la población española y mestiza de ese momento no alcanzaba a poblar
independientes; y finalmente por un buen número de servidores —algunos de
este vasto territorio (todavía hay grandes extensiones de selva virgen) y muchos
ellos anteriormente esclavos— y asalariados.
grupos indígenas no habían podido ser conquistados a pesar de su cercanía a la
La floreciente ciudad que fue Popayán comenzó a decaer con la crisis de la
capital, como era —y es— el caso de los paeces, de quienes dijo el cronista Cas-
economía del oro, el desarrollo de las grandes haciendas agrícolas en el Valle y el
tellanos:
comienzo de la industrialización. A comienzos de siglo se redujo su territorio ju-
Quedando los paeces con su honra, risdiccional de 630.000 a 30.724 1 u- n2 .
libres de vasallaje y servidumbre;
y en plena libertad, sin que consientan La violencia ha sido una constante en el departamento del Cauca desde la
extraño morador en su provincia. llegada de los españoles; es la violencia que desata la lucha por la tierra, iniciada
con la conquista, y luego por los grandes latifundistas. El recrudecimiento de la
A fines del s. XVIII era cabecera de la Gobernación de su mismo nombre y
lucha armada en los campos y en los resguardos indígenas, el alto número de
tenía como ciudades principales a Almaguer, Anserma viejo, Anserma nuevo, Bar-
desaparecidos y la persecución política motivó desde los años 50 y, en especial,
bacoas, Buga, Cali, Caloto, Cartago, Pasto, Toro y Roldanillo, además de numero-
desde 1980, la emigración masiva hacia las ciudades y, entre ellas, Popayán. Este
sas villas y pueblos como Tumaco, Ipiales, Inzá, Quilichao, Tuluá, etc. Contaba
proceso fue acentuado por el terremoto de marzo de 1983. Mucha gente fue atraí-
con Gobernador —nombrado por el rey—, un teniente asesor, auditor de guerra,
da hacia la ciudad por la perspectiva de ser beneficiada con tierras, vivienda, sub-
obispado, cajas reales y Casa de Moneda, unos 7000 habitantes en la ciudad y
sidios o préstamos, ya que las ayudas internacionales y nacionales fueron nume-
70.000 en todo el territorio entre "nobles, mestizos, indios, mulatos y negros li-
rosas. Estos dos factores aceleradores de un proceso que viene de mucho antes
bres, y esclavos". Formaba parte de la Gran Audiencia de Quito.
por el deterioro de las condiciones de vida para el campesino, han hecho que la
A comienzos del s. XIX un viajero inglés (Rev. Clement Cruttwell. The New
población de Popayán se duplique en estos diez últimos años y se triplique su
Universal Gazetteer or GeographicalDictionaly, 1808) señala la importancia de
área, creándose nuevos barrios y asentamientos fruto de concesiones de tierras y
Popayán como punto intermedio entre el comercio de Cartagena y Quito. Por
de invasiones, barrios con muy precarios servicios públicos y donde la gente sub-
Cartagena se introducen las mercancías españolas. Se comercia en carnes, mante-
siste en condiciones de vida difíciles.
ca, aguardiente, ron, algodón, oro... Se envía abundante azúcar y tabaco hacia
A pesar de ello, sigue siendo una ciudad tranquila y relativamente armóni-
Santa Fe y hacia Quito. El viajero nos habla de la población española y criolla —
ca, eminentemente turística, de clima agradable, y con una bella arquitectura co-

12
13
DE FASTOS A FIESTAS
POPAYÁN
lonial levantada una y otra vez después de los devastadores terremotos (1556,
1736 y 1983). Las obras de reconstrucción están siendo adelantadas y el turismo
está volviendo, en especial en Semana Santa —que se celebra con procesiones al
estilo español—, y con ocasión de las fiestas de fin de año.

DE FASTOS A FIESTAS
n             
.1P La ciudad ilustre, la urbe prodigiosa que un tiempo fue no sólo
cabeza del Cauca grande sino de toda la Nación, porque allí surgió
aquella theoría de claros varones que no han tenido par en nues-
I 01 tros fastos historiales, celebra hoy, henchida de alborozo, una nue-
t>Z va etapa, la que marca la era de su prosperidad material.
-<1
:»t El Nuevo Tiempo, Bogotá, 27 de junio de 1926
Z: 1Z con motivo de la llegada del ferrocarril a Popayán

e]
itibb o
La literatura y la memoria sobre las fiestas públicas en Popayán, además de disper-
u ig sas, suelen ser imprecisas y llenas de contradicciones. Oscilan entre la anécdota,

la12111110111M        
el costumbrismo, la cita textual de una fuente y el folleto turístico. Se habla, con
frecuencia, en un pasado "perfecto", en el sentido más literal del término. Todo el
pasado es uno solo, una nebulosa, un crisol glorioso y magnífico donde se funden
los fastos históricos y las genealogías, con el fasto y la fastuosidad festivos.
La música tiene en la fiesta, sea religiosa, cívica o popular, su lugar privile-
giado. Nos interesa aquí documentar esas relaciones entre fiesta y música a través
de sus transformaciones en el contexto payanés.
De la colonia presentamos una síntesis de la información que nos ha sido
posible recoger. A medida que avanzamos en el tiempo aumenta el volumen de
información y nos centramos casi exclusivamente en las fiestas de Navidad y co-
mienzos de año.

LAS FIESTAS EN P OPAYÁN HASTA FINALES DEL S. XVIII

Las fiestas en Popayán hasta finales del siglo XVIII poco se diferenciaban de las de
cualquier ciudad colonial de cierta importancia en el contexto iberoamericano. 

14 15   
DE FASTOS A FIESTAS  
   
DE FASTOS A FIESTAS
Juan de Torquemada (t 1624), en su crónicaMonarquía Indiana (Libro X, cap. buían a la idealización del rey (López 1992:26-33). Resulta significativo que en las
VIII) se refiere a fiestas solemnes (las fiestas del calendario litúrgico —"ordina- Relaciones verídicas se dedique mucho más tiempo a describir en detalle los
rias"—, "de guardar" —es decir obligatorias— e instituidas por la iglesia) y súbitas y vestidos y adornos de las autoridades que al relato de las actividades de la fiesta. Si
repentinas "las que los emperadores, reyes y señores mandan celebrar en las re- bien hoy el vestido también cumple una función de clasificación y jerarquización
públicas por (...) alguna victoria que han tenido de sus enemigos o por haber en la vida diaria, en la colonia estaba mucho más acentuada y, en el contexto de la
casado algún hijo heredero de su corona, cuyo nacimiento manda festejar y so- fiesta, llegaba a convertirse en el elemento central a la hora de fijar y sacralizar las
lemnizar (...) , las cuales (...) no puede nadie celebrar sino sólo aquél que tiene relaciones de poder. Todo esto se veía reforzado por el poderío militar, un séqui-
autoridad de príncipe". Esta aparente separación entre el poder de la iglesia y el to conformado por el cabildo secular (el poder civil) y el realce de lo sonoro a
de "los príncipes" en asuntos festivos, no era tan clara ya que, con alguna frecuen- cargo de los músicos. En tercer lugar, y a imitación de la corte real, en la fiesta
cia, los reyes e incluso las cortes proponían a la iglesia la festividad por un nuevo participaban personas distinguidas de la ciudad —y de otros lugares— que eran en
santo o advocación mariana.' Es decir, que en las fiestas oficiales de la época no realidad las que la disfrutaban lidiando los toros, participando en diversiones ca-
había una distinción radical entre fiestas religiosas y profanas: aunque entre la ballerescas (juegos de cañas, moros y cristianos...), comedias y entremeses, festi-
iglesia y el rey existieran conflictos, nada escapaba a la religión ni al poder real. nes, refrescos y colaciones (ídem 34-38). Finalmente estaba el común del pueblo
No es el interés de este trabajo realizar una investigación exhaustiva sobre que participaba como mero espectador de la pompa de los desfiles y actos públi-
la colonia, lo cual requeriría un prolongado trabajo de archivo. Nos basaremos en cos, dejándose "impregnar" del poder, la fuerza y la salud emanada de las autori-
fuentes secundarias y algunos documentos del siglo XVIII. Por otra parte, resulta dades (se sacaban los enfermos a la calle para que fueran sanados al paso del
difícil reconstruir las fiestas a partir de los escritos de la época pues muchas de las desfile), beneficiándose de algunas situaciones excepcionales (amnistías) y reci-
descripciones o Relaciones verídicas eran informes para enviar a España certifi- biendo las migajas (cucañas o varas de premio, dulces lanzados desde los balco-
cando que las fiestas ordenadas por el rey habían sido celebradas con gran solem- nes, monedas arrojadas por alféreces y regidores, y la carne cocinada de algunos
nidad. Casi siempre se redactaban según un modelo que se repetía con pequeñas de los toros que se lidiaban) (ídem 39-42). Hay que anotar que a finales del s.
variaciones y en un estilo grandilocuente —laudatorio— donde lo que importaba XVIII, y como una especie de anuncio de los movimientos libertarios, las diversio-
era endulzar los oídos de los homenajeados más que ser fiel a los hechos. A veces nes para las personas distinguidas se democratizaron convirtiéndose en juegos
el escribano ni siquiera había presenciado la fiesta. populares (ídem 35). Algo similar sucederá a mediados del s. XIX con la libertad
de los esclavos, como veremos más adelante.
FIESTAS "REPENTINAS"
Una fiesta oficial en la colonia solía tener tres momentos: 1) Preparativos,
antes de la fiesta propiamente dicha, que consistían en adecentar calles y muros,
El personaje central —pero ausente en la América colonial— de estas grandes re- colocar velas y antorchas para iluminar las actividades nocturnas, anunciar la cele-
presentaciones del poder llamadas fiestas "repentinas", era el rey. Se hacía pre- bración, el programa y los responsables de las tareas por medio de pregones... 2)
sente a través de un retrato que era llevado en alguna carroza y al cual se dirigían Vísperas, el día anterior a la fecha principal de la fiesta; formaba parte de la festivi-
los vivas. En segundo lugar estaban las autoridades indianas que, con lujosos ves- dad y se caracterizaba por un encuentro entre la autoridad civil y la religiosa,
tidos, sombreros, joyas, caballos enjaezados, exponían el poder ausente y contri- celebración de un Te Deunz o una misa como acción de gracias, proclamación real
o jura del pendón —símbolo de la monarquía— en la plaza principal —preferible-
Por ejemplo, el papa Clemente emitió un breve el 10 de noviembre de 1760 consagrando a María Inmaculada como
patrona de España y sus colonias —sin perjuicio del patronato del apóstol Santiago—, por solicitud de los diputados a mente sobre un templete o tablado—, cena y baile (fandango o sarao); por la no-
las cortes reunidas el 17 de julio de 1760 para jurar fidelidad a Carlos 111 y al príncipe Carlos Antonio. Esta bula, con
la cédula real, fue leída en la sesión del cabildo de Cali el 13 de marzo de 1762, casi dos años después (Arboleda che las gentes, enmascaradas y a caballo, corrían de un lado para otro. 3) Fiesta
1956:309-310).
propiamente dicha, con una duración de 3 a 14 días. Se comenzaba con una albo-

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DE FASTOS A FIESTAS    De FASTOSA FIESTAS
rada, seguía la misa cantada y con sermón panegírico, revisión de tropas, almuer- Recibo de la noticia
zo oficial, procesión, juegos, toros o comedias, cena, baile y mascaradas. Tanto en Promulgación
las vísperas como en los días de fiesta no podían faltar la pólvora (salvas y descar- Proclamación y jura
gas de artillería, fuegos artificiales —castillos, buscapiés, voladores—) , las campa- Castillos (pólvora)
nas al vuelo, las luminarias y hogueras, la música y el baile, los carros triunfales con 17 y 18, Carros triunfales (desfiles)
motivos alegóricos (amor, lealtad, fama), las carreras de caballos, los toros, las cañas 19 y 20, Comedias (Los milagros del Rosario, Los desagravios de Cristo y Vengan-
(cuadrillas), moros y cristianos, sortijas y anillos (juegos a caballo), y las mascara- zas del Imperio)
das (bromas y carreras nocturnas a cargo de enmascarados a caballo) (ídem 47-78). 21, 22 y 23, Toros . El 22 por la noche, además, "toro de luminaria" o vacaloca. Y el
Los motivos de las fiestas súbitas o repentinas podrían resumirse en: subi- 23, a modo de cierre, homenaje a la imagen real "presente" en los toros desde un
da al trono, nacimiento de infantes, bodas reales, onomástica de los reyes y recibi- palco.
miento de autoridades. Punto a parte eran las fiestas luctuosas o rituales para Hubo varios desfiles por la ciudad; desfiles que, en últimas, eran procesio-
guardar el luto de los grandes personajes (desfile, velación, túmulo, luto de 9 nes en las que las imágenes religiosas se substituían por comparsas y carrozas
días, paredes tapadas con tela negra...) 2 y el carnaval. Este se caracterizaba en la alegóricas, el lugar del obispo era ocupado por el alférez real, el lugar del cabildo
colonia por la confrontación entre grupos de unas 20 personas (comparsas) a de la catedral por el cabildo de la ciudad, y los fieles devotos eran reemplazados
caballo, con máscara y disfraz permanente, arrojándose agua y diferentes objetos por el coro reverente y adulador de las personas distinguidas. Como plantea Gri-
(los vencidos —mojados— eran a veces blanqueados con harina); terminaba con mes (1981:60-61) los desfiles no son sino "procesiones secularizadas". Organiza-
un ritual de entierro y muerte del carnaval. Se iniciaba normalmente el domingo dos por las autoridades civiles, en la colonia eran un espectáculo para mostrar y
anterior al comienzo de la Cuaresma y terminaba el Miércoles de Ceniza (ídem renovar —idealizadas— las relaciones de poder. Muchas de las comparsas de tipo
alegórico reafirmaban la superioridad de los conquistadores y de su cultura. Sin
115-142).
Para el caso de Popayán han llegado hasta nosotros algunas "descripcio- embargo, llama la atención el hecho de que las comparsas de indios, comparsas
que simbolizaban el sometimiento del indígena al conquistador, fueran integra-
nes" (Relaciones verídicas) de la fiesta y jura con motivo del advenimiento de
Felipe II al trono de España en 1556 (Arroyo 1907:269), la de la coronación de das por pobladores de Popayán y no por auténticos indígenas, como sí sucedía en
Fernando VI en 1747 y la de Carlos III en 1760 (Arboleda 1966:216-237 y Arroyo otros lugares (Friedemann 1982:19,28,32,33,47, etc.). La secular resistencia de los
indígenas del Cauca se advierte hasta en esos pequeños detalles.
1933:281-282).
La primera jura que se hizo en Popayán fue la que correspondió a la coro- La narración de la fiesta del día 17 de junio de 1747 describe así la compar-
nación de Felipe II (1556) . El alférez real alzó el pendón o estandarte real y procla- sa de los indios: "...cuarenta indios de la nación cauca, desnudos y pintados de
mó: "¡Castilla, Castilla, por Felipe su Rey!". Hubo toros, torneos a caballo, cuadri- varios colores a su usanza, penachos de matizadas plumas, arcos y carcajes de
lla, cañas, alcancías y sortija, y saraos (Arroyo 1907:269). flechas, (...) en movimiento de danza a su modo iban cantando varios motetes en
Los festejos para Fernando VI (del 14 al 23 de junio de 1747) se hallan su idioma, observando el compás que les señalaba su régulo o cacique; después
de los dichos, alternaban en diferentes trajes .y figuras cincuenta indios de la na-
pormenorizados en laRelación puntual de las plausibles, festivas demostracio-
ción paez y otros cincuenta de la de los lamas tan natural fingidos que parecían
nes... del escribano don Miguel de Torres Pizarro. 3 Día por día:
a vista verdaderos con sus penachos de plumas, arcos y carcaj es de flechas al uso
de su país, gobernados por sus caciques (...) todos en demostraciones de fiesta al
En Popayán están documentadas las exequias por la muerte de Felipe V (1747) y por Isabel M' Francisca de Braganza,
esposa tercera de Fernando VII (1819) (Aragón 1941:106-109). son de sus acostumbrados extraños instrumentos, cantando en su idioma y en
3 Archivo Central del Cauca N° 9648 (Col. C 111-21 dt). Remitimos al texto completo de esta detallada y amplia Relación ligeros movimientos de sus danzas" (Arboleda 1966:227). Respecto a lo musical
en Arboleda 1966:217-237.

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DE FASTOS A FIESTAS
DE FASTOS A FIESTAS    
pareciera que el escribano poco sabía de los instrumentos indígenas de paeces y de cañas", es decir, carreras y juegos a caballo; "toros" durante los 5 días de la
tatuas. fiesta; "albazo de matachines", "matachines" y "comedias". Las comedias son tres
Los documentos señalan en numerosas ocasiones el papel de la música en y están a cargo, respectivamente, de los gremios de los "españoles" (todos con el
dichas fiestas pero poco precisan sus características. Se habla de clarines que ini- "don" delante), "montañeses" (o mestizos) y "pardos". El día de los matachines
cian el desfile, tambores y pífanos que tocan los soldados y una comparsa de era el último, día reservado también para la participación de "los indios", "oficia-
"pigmeos montados sobre otras tantas cabras tan propiamente imitadas que pare- les de sastres, carpinteros, zapateros y demás artes manuales". Finalmente, se
cían vivientes con instrumentos músicos proporcionados a sus estaturas, de gui- precisan los encargados de "traer las guaduas, cercar la plaza y teatros, luminarias
tarras, tiples, flautas y otros varios que en la realidad tocaban, a quienes acaudilla- y coso".
ba un gracioso personaje (...) tocando un gran violín" (Arboleda 1966:227). La proclamación o "jura" de Carlos 111 se celebró en Popayán el 16 de agos-
En este tipo de fiestas, después del primer desfile, tenía lugar un solemne to de 1760. Estas "fiestas reales" parece que fueron las más suntuosas de la época
juramento de lealtad y fidelidad al nuevo rey, es decir, la proclamación: "¡Castilla, (Aragón 1941:85-86) y duraron doce días, así: el primer día, el juramento; segun-
Castilla, por N. N., su legítimo monarca!". 4 Había una celebración religiosa como do y tercero, representaciones teatrales; cuarto y quinto, disfraces y desfiles con
una misa o un TeDeum en acción de gracias. Eran indispensables las corridas de carros triunfales alegóricos; el sexto, a cargo de los empleados la Casa de la Mone-
toros, los festines y el trago. Las fiestas se complementaban con representaciones da; del séptimo al undécimo, juegos de toros y cañas en la plaza; el último día,
teatrales, fuegos artificiales o castillos de fuego, vacalocas y otros juegos popula- víctor (canto y vítores) y finalización de fiesta.5
res. Las calles eran adornadas con colgaduras y arcos cargados de pinturas, cintas, A estas fiestas todos debían asistir "so pena de multa de doce pesos e igual
flores y espejos. número de días de prisión a los pobres, y cien pesos a los ricos" (Arroyo 1933:281
Los gastos de las fiestas eran asumidos proporcionalmente por todos los y Aragón 1941:85).
estamentos. Cada día corría por cuenta de un grupo social: los artesanos agrupa-
dos por barrios, los empleados de la Casa de la Moneda, los oficiales de las Cajas FIESTAS "SOLEMNES"
Reales, el Cabildo...
La fiesta de proclamación de "don Fernando" se celebró de similar modo Las fiestas del calendario católico 6 que han sido más documentadas en la colonia
en casi todas las ciudades de la América española. Por ejemplo, cerca a Popayán, son el Corpus Christi (en junio, implantada por el papa Urbano IV en 1264), la
en Cali, los alcaldes citaron a Cabildo abierto el 8 de junio de 1747 para prepararla Semana Santa, el apóstol Santiago (el 25 de julio), y las fiestas patronales. La igle-
(Arboleda 1956:187-190). En el acta se anota quién se va a encargar de cada una sia también celebraba desde el s. XVII con gran pompa las beatificaciones y cano-
de las actividades y la cantidad que aporta; de ahí podemos deducir la estructura nizaciones.
organizativa y, obviamente, las principales actividades a efectuarse en el mes de La celebración del Corpus se caracterizaba —además de la misa— por una
agosto y durante 5 días. solemne procesión cuyo centro era el Cuerpo de Cristo: una hostia en una custo-
En primer lugar, los "capitanes de fuegos", personas "prestantes" y que dia que portaba el obispo o sacerdote, recorriendo las calles bajo palio. Las calles
pueden contribuir en forma significativa a la compra de la pólvora, la parte más se adornaban con flores y en la procesión participaban gigantes y cabezudos, dia-
costosa de la fiesta; siguen las "luminarias de la plaza" con los responsables de su blillos vejigantes, danzas... Se exhibían animales y frutos exóticos o exuberantes
iluminación; la "marcha suiza"; una "mojiganga" a celebrarse por la noche; "juego
5 En forma similar se celebró, por ejemplo, en San Juan Bautista Portillo de Carora, Venezuela: el 23 de junio de 1760,
En la celebración en Cali de la subida al trono de Carlos IV (30 de enero de 1790) el alférez real Manuel de Caicedo el juramento y misa de acción de gracias, del 30 al 5 de julio "juegos de loros" y del 7 al 9, comedias (López 1992:116-
dijo en la jura del pendón: "Oidnie todos... ¡Castilla, Castilla, Castilla! ¡Cali, Cali, Cali!... por el rey nuestro señor don 117).
Carlos IV" (citado por López 1992:32). 6 Para un listado de estas fiestas en el s. XVII en la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá, ver Friedemann 1982:131-134.

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finales del s. XVIII en que empezamos a contar con numerosos testimonios docu-
mentales— las "verdaderas" fiestas son las de fin de año y la Semana Santa.8
Desde 1602 se menciona en Popayán la fiesta de los Reyes Magos (Epifa-
nía) . En tiempos de don Juan Manuel Gutiérrez de Mendoza, quinto obispo de
Popayán, y del gobernador Francisco Sarmiento de Sotomayor, se celebraba de
forma ostentosa con una especie de desfile a caballo. A decir del cronista esta era
una fiesta muy popular en la que participaban todos los estamentos sociales (Bus-
tamante 1955:9). Es muy probable que se representaran algunos autos sacramen-
tales 9 y se cantaran villancicos como los encontrados en el archivo de la Catedral
de Bogotá (Perdomo 1976). Prueba de ello es que en un acta del Cabildo de Popa-
yán (28 de noviembre de 1731) se habla de las "fiestas de tarima el día de Epifa-
nía". Para esta época ya había sido construida la capilla de Belén, lugar de partida
de las celebraciones de Navidad y Reyes.1°
La fiesta que hoy inicia el período navideño, la Inmaculada Concepción el
8 de diciembre, se impuso en la América española por cédula real en 1760, aun-
que dicha cédula llegó al Cauca en marzo de 1762. "Se estableció la costumbre de
Procesión del domingo de Pascua en Popayán. M.E. André, 1875.
iluminar la ciudad la noche del 7 de diciembre, en lo que obraba orden infaltable
en enramadas por donde pasaba la custodia. Se representaban autos sacramenta- del teniente gobernador o del alcalde" (Arboleda 1956:309-310).
les.' Tanto las danzas como los diablillos y autos recalcaban el poder de la hostia Sin embargo, desde mucho antes se venían celebrando las fiestas de Navi-
frente a las creencias y "dioses" de los aborígenes. En Popayán se levantaban unos dad, 11 hasta el punto que dijera el payanés Cordovez Moure: "Era el 24 de diciem-
10 o 12 altares en las esquinas, cuyo arreglo estaba a cargo de grupos de familias y bre de 1791, y todos, desde el opulento patricio hasta el humilde artesano, lo
para lo cual utilizaban tapetes, floreros, telones, sillones... Esta es una fiesta que mismo que las damas de alta alcurnia, las afamadas ñapangas, se aprestaban a
ha ido perdiendo cada vez más importancia y solemnidad (Penagos 1989:98-99). celebrar la Nochebuena, que es, sin disputa, la festividad que alcanza mayor po-
La fiesta de Santiago, patrón "de las Espolias", se celebraba en la península pularidad en la cristiandad, pero especialmente en el Cauca (...) Desde las seis de
desde comienzos del s. 1, y se caracterizaba —además de los actos propiamente la tarde se encendían luminarias en las puertas y ventanas de las casas y tiendas,
litúrgicos— por la importancia de las actividades a caballo y las representaciones que daban alegre aspecto a las calles. Ya en esos momentos las recorrían grupos
de luchas entre moros y cristianos, ya que este santo fue el líder espiritual de la bulliciosos cantando bambucos y otros aires nacionales, acompañados de tiples,
reconquista.
Existen algunas referencias a la Semana Santa en Popayán en 1558, 1620 y 1675 (Whiteford 1977:181 y Castrillón
Según Friedemann (1982) las fiestas coloniales más importantes eran las 1986:477).
de mitad de año en junio (en especial Corpus, San Juan y San Pedro) y de ello han 9 Tal vez el libreto más antiguo que se ha conservado de un auto sacramental español (obrita de teatro de temática
religiosa para ser representada en la puerta de las iglesias) sea, precisamente, elAuto de los Reyes Magos, anónimo del
quedado numerosos vestigios en el Cauca y sur del Huila (Sagrados Corazones, s. XIII (Díaz-Plaja 1972:117-122). En México, en 1557 se representó un auto denorninadoAdoración de los Reyes Magos
(Romero 1984:18).
Corpus y San Juan) . Sin embargo, en la ciudad de Popayán —por lo menos desde
I ° Se comenzó en 1681 y desde 1717 se honraba allí la imagen del Santo Ecce-Horno. Quedó derruida la capilla por el
terremoto de 1885, y posteriormente reconstruida (Aragón 1941 ..sul. 2.44-46).

7 Por ejemplo, en 1538, en Tlaxcala (México), en la procesión del Corpus se presentaron 4 autos: La Anunciación de la "En 1586, durante el reinado del papa Sixto V, el religioso agustino, fray Diego de Soria, prior del convento de San
Natividad de San Juan Bautista, La Anunciación de Nuestra Señora, La Visitación de la Santísima Virgen a Santa Isabel y La Agustín Acolman, obtuvo una bula para celebrar en Nueva España unas misas llamadas de 'aguinaldo' que deberían
Natividad de San Juan Bautista (Romero 1984:18). Para la celebración del Corpus en Bogotá en el s. XLY ver González 1994. efectuarse del día 16 al 24 inclusive, del mes de diciembre de cada año" (Romero 1984:19).

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DE FASTOS A FIESTAS     DE FASTOS A FIESTAS    


que nace bajo un doble signo: el italiano y el germano" (Pardo 1966:85). La flauta
traversa se introduce en Colombia en esta época, coincidenciahnente con la pre-
sencia de las bandas militares, aunque el proceso en Popayán no está documenta-
do sino hasta mediados del s. XIX (Miñana 1994:16)

LAS FIESTAS EN EL S. XIX Y PRIMERA MITAD DEL XX

LAS FIESTAS PATRIÓTICAS

Bendición y alabanza,
Honor, salud y gloria
al inmortal Bolívar
creador de Colombia,
que al fin con sus fatigas,
con su firmeza heroica
entronizó en su templo
Popayán 1875. Al centro Belén y ala izquierda el volcán Puracé (Edouard André). a la Paz cariñosa.
Pbro. José María Grueso
guitarras, chirimías y panderos, que entraban dondequiera que se podía improvi- Fragmento del poema dedicado al Libertador en
su visita a Popayán de 1822 (Aragón 1941:219)
sar el fandango. Se suspendía este para ir a la misa de las doce la noche, y conti-
nuaba el baile hasta que la aurora sorprendía a los danzantes dando remate a las Con la Independencia, las fiestas reales o "súbitas" fueron substituidas por otras
famosísimas empanadas de pipián" (1962: 835-836). que celebraban los nuevos héroes, batallas y días memorables. El fervor y entu-
La música, durante la colonia, estuvo sobre todo a cargo de o en torno a la siasmo en la celebración del nuevo orden se mantendrá durante un poco más de
iglesia. La música religiosa estaba en estrecha relación con las tareas evangeliza- un siglo en Popayási.
doras, tareas que eran bien diferenciadas. Una cosa era la vida religiosa conven- A comienzos de 1822 arribó por primera vez Bolívar a esta ciudad (Aragón
tual, otra la atención a los españoles en las ciudades, otra la atención a las enco- 1941:235-236): "no pensamos saliese tan lucido, ni que el pueblo hubiese toman-
miendas y pueblos de indios... Para el caso de Popayán se utilizó la música ecle- do tánto entusiasmo. La carrera, desde El Flumilladero, estuvo tan lucida que ni
siástica propiamente dicha, es decir, "la litúrgica o ritual utilizada en las ceremo- en los Corpus mejores la hemos visto tál: llena de arcos, toda blanqueada de nue-
nias de catedrales e iglesias importantes" (Pardo 1966:57-58) y la música conven- vo y con una faja tricolor al pie de las paredes (...) cohetes, repiques y vivas. El
tual de las comunidades religiosas. La música eclesiástica era ejecutada por un Presidente está tan contento, que ha dicho que ni en Caracas se le hizo igual
coro de voces, acompañado por instrumentos de viento como chirimías, bajón o recibimiento" (Carta de Antonio Arboleda a Santiago Arroyo, 5 de febrero de 1822,
fagot y órgano. Esto explicaría la presencia de la chirimía en las fiestas y procesio- citada por Aragón 1941:231). "Las calles, paramentadas con diferentes adornos de
nes religiosas. La música era el "canto llano" (gregoriano) y el "canto de órgano" o buen gusto; jóvenes vestidas de pastoras y de indiecitas, regando flores con acom-
polifónico. Hacia 1547, don Juan del Valle, obispo de Popayán, fundó una escuela pañamiento brillante y concurso de todo el pueblo en medio de salvas, vítores del
de música para los indígenas (Pardo 1966:44). pueblo, música y repiques" (Santiago Arroyo, citado por Aragón 1941:231). "Lo
Hacia mediados del s. XVIII decae la polifonía con el auge de la música recibieron con arcos triunfales, debajo de palio, precedido de un coro de señori-
instrumental en las iglesias. Es "el inicio de una frustrada cultura musical profana, tas distinguidas que representaban figuras alusivas a la América libre, entre las 

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FASTOS A FIESTAS
DE FASTOS A FIESTAS
tantes de la ciudad, pero carece de interés directo para el tema que nos ocupa: la
música popular tradicional.
Hablar de chirimía y flautas es hablar de Reyes y Navidad 12 . Estas fiestas
sufrieron pocos cambios desde finales del s. XIX hasta los años de 1950. Comen-
zaban el día 7 de diciembre por la noche, es decir, la víspera de la Inmaculada, la
noche de las luces y fogatas. Terminaban con los carnavales en los últimos días de
enero. Coincidían estas fiestas también con el aniversario de la fundación de la
ciudad (13 de enero).
Estos dos meses de fiesta tenían cuatro momentos fuertes o ejes temáti-
cos: la Navidad o las Fiestas del Niño, Los Negritos, Los Reyes y Los Carnavales.

Las Fiestas del Niño


El ambiente de fiesta empezaba el 7 de diciembre por la noche con la salida de
algunos grupos informales de música de casa en casa. Cordovez Moure anota que
en realidad los preparativos comenzaban desde el 1° de diciembre cuando el
maestro, sastre y sacristán José Usuriaga empezaba a dar órdenes a toda la ciudad
20 de julio de 1910 en Popayán.
disponiendo lo necesario para el día de Reyes.13
Sin embargo, la fiesta propiamente comenzaba el domingo anterior al 16
cuales figuraba la señorita Ana Rebolledo, vestida de india, la que se hizo notar
de diciembre con "la bajada de la Virgen". Este ritual se viene realizando en Popa-
por el desparpajo con que recitó una oda al Libertador" (Cordovez Moure, citado
yán desde comienzos del siglo XIX y consiste en llevar en procesión las imágenes
por Aragón 1941:231). de la Virgen y San José desde la Capilla de Belén en las afueras de la ciudad hasta
No obstante, este recibimiento casi se vio empañado por un conflicto
una iglesia central.' 4 Numerosas personas acompañaban las imágenes en proce-
surgido por la actitud racista de las damas payanesas ante los oficiales de Bolí-
sión pero los que más se hacían notar eran los niños pues producían una bulla
var —varios de ellos negros y mulatos—, en el contexto de un sarao (Aragón
espantosa con toda clase de pitos "pífanos de carrizo y cera de abejas", "chiguacos
1941:231-232).

" Como ya dije, me refiero a la ciudad de Popayán. En el campo, si bien las fiestas navideñas son muy importantes, las
NAVIDAD, REYES, CARNAVALES Y SEMANA SANTA de junio también lo fueron. Está documentada la salida de las chirimías en las fiestas de San Juan (Pazos 1942) en el
medio campesino e indígena.
El pueblo de Popayán, sus hidalgos y sus pecheros, sus damas y sus 13 José Usuriaga fue uno de los más famosos organizadores y actores del drama de los Reyes basta 1910 (Cordovez
ñapangas, duermen todo el año y no despiertan sino dos veces (Se- 1962:838-840).
mana Santa y los meses de fin y principio de año); esto no impide Desde su construcción en 1689, las misas de aguinaldo se hacían antiguamente a partir del 16 de diciembre en la
1-1

misma capilla de Belén (Castrillón 1986:487). En 1800 el obispo Angel Velarde prohibió "por razones de moral" la
que si hay guerra, estén despiertos todo el año. celebración de la novena de aguinaldo y la misa de gallo en este lugar apartado, pues se prestaba para ciertos regocijos
(José María Vergara y Vergara, bogotano que vivió y contactos eróticos y sexuales (Penagos 1989:190). Por ello se inició la costumbre que ha llegado hasta hoy de bajar las
en Popayán hacia 1850, citado por Arboleda 1966:211) imágenes de José y María en procesión el domingo anterior 2116, hasta la Catedral (Arboleda 1966:210). En otras ocasiones
se llevaba a las Monjas, después a San Agustín, La Ermita, La Compañía o San José, La Catedral... (López 1960:9). Curiosa-
mente, la Semana Santa—el ritual más importante de la ciudad hoy— también se inicia con una procesión el D orningo de
. Ramos partiendo del santuario de Belén, descendiendo por los "quingos" y llegando a la Catedral. Los "pasos' o imágenes
Las fiestas de Semana Santa y fin de año en Popayán están bien documen- en esta ocasión no son la Virgen y San José, sino el Señor Caído y el Santo Ecce-Homo. Este último, llamado "El Amo" es
tadas desde finales del s. XVIII, en especial por las crónicas del payanés José María considerado santo patrón de los trabajadores y de la clase baja—y, de ahí, del partido liberal en los años 50 de este siglo—,
por lo que podría pensarse en una cierta condensación de la ritealidad popular en torno a este lugar.
Cordovez Moure (1835-1918) . La Semana Santa es una de las fiestas más impor-

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DE FASTOS A FIESTAS
plos para presenciar en medio de música de bambucos y villancicos y el reventar
de petardos y culebras la procesión del niño Dios" (Benois 1939:2).
El 24 por la noche, Nochebuena, era el último día de la novena. Entre once
y doce se iniciaba la misa de gallo y luego era fiesta toda la noche. Durante todos
estos días se quemaba abundante pólvora y se formaban comparsas y mojigangas
de personas disfrazadas por las calles. Estas comparsas entraban a las casas, se les
invitaba a tomar algo o se les entregaba comida, trago o plata, se bailaba (Arboleda
1966: 210-211), se corrían vacalocas (Penagos 1989:71-72)...
La procesión de "La subida de la Virgen" hacia la capilla de Belén consistía
en volver a subir la imagen de la Virgen a su capilla, a eso del medio día del 25,
pero esta vez acompañada no sólo de San José sino del "Niño Dios" y los arcánge-
les. Había una nutrida participación de los payaneses en estas procesiones y cele-
braciones religiosas en un ambiente festivo.
Existen numerosos testimonios escritos sobre estas fiestas, casi año por
En el centro la Ermita, al fondo y a la izquierda Belén. Foto de C. Miñana.
año desde comienzos de siglo: los nombres de los conjuntos musicales que salían
a las calles, conformación instrumental, nombre y apodo de sus integrantes, anéc-
y castreras" (López 1960:9 y Pazos 1959:4). 15 En medio de este estruendo de pitos dotas y altercados.
reforzado a veces por las flautas, tambores y demás instrumentos de percusión de Si bien ha habido una notable continuidad en estas fiestas es obvio que se
algún conjunto improvisado, bajaba el paso en sitial de plata por los "quingos" o han presentado momentos de mayor entusiasmo y participación popular y mo-
peldaños, pues la iglesia de Belén está en un pequeño altozano. Existe un bambu- mentos de decaimiento. Desde el punto de vista de las agrupaciones musicales,
co especial para esta ocasión que precisamente se titula Los quingos de Belén de la participación popular, de la creatividad y humor patojo hay que reconocer
cuya transcripci& aparece más adelante. que los años 40 fueron una especie de edad de oro. Para estas fiestas salían con-
Una vez que las imágenes de la Virgen y San José estaban en la ciudad, el 16 juntos de 20 a 25 personas, además de una serie de acompañantes encargados de
comenzaban —o comienzan porque todavía se celebran— las misas y novenas de recoger los licores, distribuirlos entre los músicos y personas disfrazadas. La Chiri-
aguinaldo. Las novenas se realizaban en casi todas las casas consistiendo en una mía Cauca en 1941 y tos Gavilanes en 1942 salieron con 25 músicos cada agrupa-
serie de rezos y cantos frente al tradicional pesebre: rezos, juegos de aguinaldo ción. Poco sabemos de su calidad musical pero es claro por los testimonios de la
(palito en boca, dar y no recibir, hablar y no contestar, los gritos, el que coma más época que acompañar o participar en una de esas agrupaciones era una fiesta
hilo...), dulces, galletas, mistela, villancicos, visitas a los vecinos... completa y permanente.
Todas las noches (al caer la tarde) durante los nueve días que preceden a Después del 25 volvía una aparente calma para preparar la fiesta de Reyes
la Nochebuena se realizaban las novenas. Las calles "las recorrían grupos bullicio- que sólo se veía interrumpida esporádicamente por el juego de aguinaldos, juego
sos cantando barnbucos y otros aires nacionales, acompañados de tiples, guita- que culminaba el 28 de diciembre. "Desde el 28 de diciembre, día de los Inocen-
rras, chirimías y panderos, que entraban dondequiera se podía improvisar el fan- tes, hasta el Martes de Carnaval, imperaba la costumbre de hacer pegaduras, o, lo
dango" (Cordovez 1974:5). "La chiquillería bulliciosa invade los atrios de los tem- que es lo mismo, chascos e inocentadas" (Cordovez 1962:837). En ese día las
Chiguaco en el Cauca es un mirlo y por esta razón se habla de chiguacos para nombrar los pitos que imitan a los chanzas eran bastante pesadas. Nadie se escapaba de las bromas. La clase alta
sonidos de los pájaros. Las castreras eran esterillas.
celebraba con una fiesta de disfraces en el Club Campestre (Whiteford 1977:293). 

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FASTOS A FIESTAS DE FASTOS a RESTAS
           
escolares, golosinas, juguetes, etc., que se hacía reuniendo a los niños en las es-
cuelas de los barrios. La fecha del tasajo era bastante movible pero siempre en
diciembre o enero.16

La fiesta de los Negritos

Después venían los "Negritos"


con las Arrias, chirimía
¡y esos Reyes, que a fe mía
no los hubo más bonitos!
Francisco Velasco Navas. 1955 (Sánchez 1967:53)

La fiesta de negritos se celebraba el día 5 de enero. Toma fuerza esta celebración


en Popayán a mediados del s. XIX con la libertad de los esclavos y como un símbo-
lo o un rito de nivelación socia1. 17 Los viejos siervos o esclavos negros pintaban un
"lunarcito" a sus ex-amos (Mosquera 1959:3), apoyados por el hecho de que en
estas fechas se celebraba el día de los Reyes o Epifanía. Uno de los tres reyes era
negro y la fiesta de la Epifanía destaca la universalidad del mensaje cristiano. Todo
Cabalgata esperando la salida del maestro Valencia para recorrer la ciudad (hacia 1910). esto pudo dar pie y ayudar a justificar el sentido de la fiesta.
"El 5 de enero, a la hora de nona, como dirían los antiguos romanos, se
daba principio a los preparativos para divertirse y (...) se encendían luminarias en
Que el 'Tasajo' se abrirá la ciudad, invadida por mojigangas ridículas, tiznadas las caras, por lo cual se les
en este ario en cinco zonas,
pues hay tan pobres personas llamaba los Negritos. El hecho de tomar parte activa en la diversión era como
que una Res no alcanzará patente de corso para ejecutar locuras y liviandades. No se concibe que un pueblo
a cubrir solo una muela
ni en La Pamba, ni en El Cacho, tan inteligente y espiritual como es el de la patria de Caldas, de Camilo Torres y de
ni en Ejido —do el muchacho— tantos hombres ilustres, se entregara a las licencias de que se hacía alarde en
se da como la viruela;
aquella saturnal. Algunos, disfrazados, a caballo, llevaban en ancas una chica muy
ni en Bolívar, Cadillal,
ni en el gran San Rafael. guapa (...) libando en las tiendas en donde se expendían licores, vertiendo frases
Tanto barrio que a granel
picantes (Cordovez 1962:836).
muestra pobres sin igual!
Carta humorística escrita desde Cali en 1955
(Sánchez 1967:54)
16 Siguiendo con los paralelismos entre las fiestas de diciembre y la Semana Santa, el tasajo tiene su correlato en el martes
santo, con su procesión "de la caridad" (antiguamente llamada "comida de los presos"). Actualmente se llevan donativos a
Durante todo el mes de diciembre las "damas" de la sociedad payanesa, los asilos de ancianos. Un análisis del papel de las actividades de caridad en las relaciones entre las clases sociales en
Popayán puede verse en Whiteford 1963:220-221. Por otra parte, resulta inevitable señalar una cierta continuidad que se
organizadas en forma de cofradía o asociación religiosa, o laica, como las Señoras percibe entre el tasajo y la res que se repartía al pueblo llano en la colonia, después de las corridas de toros. En 1959, por
ejemplo, el tasajo fue el día 5 de enero (negritos) y consistió en repartir "novillos" en los barrios pobres (El Liberal).
de la Caridad, preparaban todo tipo de bazares y recolectas para los niños y fami-
17 Con la ley del 21 de mayo de 1851, durante el gobierno de JAI. López, se decretó la abolición de la esclavitud. Se hizo
lias pobres. De esta forma se ejercitaba la caridad y se lograba una mínima redistri- efectiva a partir del 1° de enero del siguiente año. Ese día hubo solemnes celebraciones en las principales ciudades y la
junta de manumisión iba declarando libres a cada uno de los esclavos (González 1997:6). Cabe mencionar como ante-
bución de los bienes acumulados durante el año a costa de la misma gente. El cedente de esta fiesta el "día libre" para los negros el 5 de enero "como un homenaje ferviente de la Católica y Real
Persona al Santo Rey Negro Melchor" desde el s. XVII (Muñoz 1985:64).
ritual distributivo era el "tasajo" o repartición de ropa, comida, cuadernos y útiles

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FASTOS A FIESTAS
Por lo anterior, parece que inicialmente la fiesta de negritos era por la ción, dirigidos por el maestro sastre y sacristán José Usuriaga, alias el Timanejo
noche, pero tal vez por los desmanes ocasionados al amparo de la oscuridad, se (...). El principal espectáculo consiste en un drama con las mismas peripecias que
empezaron a celebrar durante el día desde finales del siglo XIX. La fiesta incluía debieron de ocurrir a los tres Reyes Magos en su largo y penoso viaje, y a Hero-
disfraces de a pie y a caballo, cohetes, música y licores. También se solicitaba un des" (Cordovez 1962:838). La tradicional competencia del Cabildo en la distribu-
toro de verdad (vacaloca) al que se le amarraban en los cachos cohetones y antor- ción de los cargos y tareas para las fiestas, recaía en esta época en El Timanejo
chas. Señores de la clase alta arrojaban en la Plaza de Caldas —cercada con este exigiendo a cada persona, de acuerdo a su condición social, su colaboración (el
fin— confites o monedas para que los muchachos saltaran al ruedo y enfrentaran préstamo de los caballos y mulas para el desfile, la construcción de la tarima...)
al toro para recogerlas, al estilo de las actuales corralejas de la costa Atlántica (ídem).
colombiana. "Por las calles circulaban también grupos de disfrazados, que pene- Todo comenzaba con la alborada de las chirimías. "La chirimía pues, abre
traban a las casas de familia, después de ser reconocidos, y como de ordinario la escena del día de Reyes. Tocándola en unión de sus sordos atambores, desde el
llevaban algunos músicos, se tocaba y bailaba un rato" (Arboleda 1926:279-280). amanecer bandas indígenas recorren la ciudad en todas direcciones, haciendo
"Era muy usual andar con cajas de betún o con carbón molido y debidamente poner en pie a la mayor parte de los habitantes, que se apresuran a asistir a la
preparado, para tiznar en la calle a cuantas personas era posible o penetrar a las última misa de aguinaldos. Más tarde, a las bandas ambulantes se incorpora el
casas con el mismo objeto" (ídem). Sin embargo, como han expresado en las arria o servidumbre de los reyes, vistosamente vestida, y que conduce sobre mu-
entrevistas algunas personas ancianas de Popayán, todo esto se hacía dentro de la las con collares de campanillas varias cargas..." (Albán 1867:266).
caballerosidad y "educación" de una ciudad con tradición aristocrática. Los caba- Por los numerosos testimonios documentales (Cordovez 1962:838-841, para
lleros, hasta los años de 1950, antes de pintar a una dama, le pedían permiso y, si mediados del s. XIX, Aragón 1930:235-238 para una fiesta celebrada en 1915, p.e.)
accedía, se le pintaba una raya o un lunar pequeño. La aristocracia terminaba la y orales recogidos parece esta era la fiesta grande de Popayán desde el punto de
fiesta, como siempre, con un baile en el Club Campestre o en el Club Popayán. vista de la teatralidad y los costos. 19 Desde tres barrios tradicionales (La Pamba, El
Esta fiesta fue ganando poco a poco popularidad y entusiasmo hasta el Empedrado y el Barrio Bolívar —antes el Callejón-) salían los tres reyes, Gaspar (el
punto de que a comienzos del s. XX en alguna ocasión se trasladó al día 7 de mozo), Melchor (el negro) y Baltasar (el viejo), con sus respectivos séquitos lla-
enero para que la fiesta de Reyes no cogiera a toda la población "enguayabada" o mados "arrias": mayordomos, mulas, burros cargados de "oro, incienso y mirra",
trasnochada (El Cometa, 12 de enero de 1912, p. 4). Fue tal el éxito, que poblacio- frutas y productos agrícolas, animales salvajes y de corral, equipajes 20 ... Se encon-
nes vecinas pronto la incorporaron a su calendario e incluso superaron a Popayán traban en la esquina de San Francisco donde se saludaban. Allí esperaba otra arria,
en entusiasmo, como es el caso de Pasto (Mariño) y Bolívar (Cauca) '8. la del Ejido, encargada de la huida a Egipto. En el patio del Palacio de Justicia (hoy
En los años 40, y probablemente en relación con el fin de la fiesta de Reyes, Hotel Monasterio) se iniciaba una espectacular obra de teatro o auto sacramental
desaparece esta fiesta en Popayán (Whiteford 1977:294). con libretos floridos y altisonantes. La obra narraba el encuentro de los reyes, su
entrevista con Herodes, el encuentro con el niño y su adoración en la iglesia o
La Fiesta de los Santos Reyes
capilla de Belén, la matanza de los inocentes... Estaba dividida en 4 grandes actos
"El 6 de enero amanecía de gala Popayán, con el fin de celebrar la fiesta de los cuyo escenario era toda la ciudad y en la cual participaban de alguna forma todos
Reyes, en cuyos preparativos trabajaban sus habitantes con un mes de anticipa- sus habitantes: 1. El encuentro (en San Francisco), 2. La relación o encuentro con
is A Pasto esta fiesta fue llevada por los mismos payaneses a finales del siglo XIX (Andrés Melenita, El Liberal, 12 de ' 9 En 1827, a pesar del terremoto que destruyó casi todas las iglesias de la ciudad, construyeron 2 capillas de paja para
enero de 1955, p. 3). Mientras que Cordovez Moure (1835-1918) en susReminiscencias (1893) habla de los negritos su celebración (Penagos 1989:62-63).
como una costumbre consolidada en Popayan, el periódico El Bien Público de Pasto, del 5 de enero de 1894, reconoce: 2' Las descripciones de Cordovez y Aragón no coinciden en el orden procesional: 1° Ángel, 2
"Hubo alguna animación en la ciudad con motivo de la no bien aclimatada fiesta de los negritos. Hubo jóvenes a caballo 0 Enlajado res, 3° Reyes,
4° Mulas y equipajes con palafreneros y pastores de ambos sexos; I° Reyes, 2° Embajadores (con cascos y florete), 3°
y también música" (Muñoz 1994:11). Mayordomos.  

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33
De FASTOSA FIESTAS     DE FASTOS A FIESTAS            
La chirimía era imprescindible: "Como remate de la comitiva, esparciendo
el buen humor, adorablemente cómica, va la banda de música, formada por flau-
tas de carrizo, la tambora y la chirimía" (Aurelio Martínez Mutis, hacia 1915, citado
por Aragón 1941:72 y Bustamante 1955:9). Los conjuntos de chirimías acompaña-
ban a cada uno de los reyes durante todo el recorrido y solamente callaban en los
diálogos importantes y en la adoración del Niño en la capilla de Belén?' Al termi-
nar la representación cada rey iba con su arria y con su chirimía ala casa y celebra-
ban una fiesta.
El día 7 era costumbre también realizar la despedida de los reyes por todos
los barrios intercambiando versos y despedidas. 22 Se visitaban los pesebres de las
casas; entraban el Rey, el Mayordomo y el Embajador (Castrillón 1986:491-492),
adoraban postrados al Niño y consumían los dulces de la época (buñuelos, ros-
quillas) con aguardiente. 23 También se acostumbraban los "regalos de reyes" que,
hacia 1850 consistían en "frutas heladas, salpicón, champús" y productos de re-
postería (Cordovez 1962:844).
Es decir, que la función social y festiva del instrumento chirimía se cumplía
con motivo de la celebración del día de Reyes especialmente, desde temprano
• con la alborada y durante todo el drama; tenía una función más secundaria el día
Un rey con su arria. Al frente, el polvorero; sigue el rey con dos embajadores y mayordomo. de negritos y los días de Navidad tocando en la plaza cuando había toros y vacalo-
Detrás, el cargamento de regalos. En otra copia de la foto que no pudo conseguirse, se
apreciaba un par de flautistas de la chirimía y un tamborero. Foto proporcionada por cas, y acompañando las comparsas y mojigangas. Hasta 1950, cuando los relatos y
Ledezma, tomada probablemente antes de 1932. crónicas nos hablan de chirimía se refieren específicamente a ese pequeño oboe
Herodes (sobre una tarima en los portales del parque Caldas, la plaza principal), de madera, de timbre característico y estridente, acompañado por uno o varios
3. La adoración (en Belén), 4. La despedida. Este último acto se repetía en varios tambores. Los chirimeros venían de veredas cercanas a Popayán y se los caracteri-
lugares de la ciudad con visitas a las casas. zaba como "indios" o "indígenas", aunque también había conjuntos locales como
Se escribieron varios libretos para estas representaciones: uno de Próculo era el caso del conjunto de Altozano que dirigía el legendario Rogelio Guevara
Córdoba (1833-1871), otro de Aquilino León, del presbítero Manuel María Alaix apodado "Anacoreta". Este personaje, tocador de tambora, torero, fabricante de
(1839-1862), de Francisco Eduardo Diago (1920) y, posteriormente, otros de Ju- máscaras, carguero de Semana Santa y director de su conjunto animó con su
lio Arboleda y Miguel Valencia C. (Penagos 1989:57-58, Sánchez 1967:127, Aragón
1941:69). 21 Según el testimonio de Cordovez (1962:839), a mediados del s. XIX, la festividad no se asociaba a los conjuntos de
flautas, sino que los reyes eran acompañados por "cornetas y tambores de la guarnición".
Los personajes principales eran: tres reyes magos, con sus respectivos em- 22 Para más detalles sobre la fiesta de Reyes en esta época, ver: El Corneta, enero 12 de 1912, pág. 4. El Trabajo,
bajadores y mayordomos; ministro; guardias y soldados; el ángel de la estrella diciembre 17 de 1929, pág. 3 y enero 10 y 17 de 1930. El Liberal, dic. 24 de 1955, pág. 9, dic. 20 de 1975, dic. 29 de 1974,
enero 3 de 1975, enero 4, 5 y8 de 1975. dic. 24 de 1960. Y en general la prensa de los primeros días de enero de todos
(representado inicialmente por un "caballero en corcel blanco" —Cordovez los años. Además, Sánchez 1967:124-127, Castrillón 1986:487-495, Aragón vol. 2, 1941:63-73, Cordovez 1962... Unos
fragmentos significativos de los libretos —en verso— pueden verse en Castrillón y Cordovez.
1962:839— y, posteriormente, por una niña); un niño; pastores; Herodes.
23 Esta apropiación ritual del espacio de la ciudad no se limitaba a las calles, sino que penetraba en la intimidad de las
La representación era financiada por la clase alta y el comercio, pero lleva- casas en forma de "visita" ritual. Sería interesante explorar las relaciones entre estas visitas y las que hacen hasta hoy las
cuadrillas del carnaval de Riosucio (Caldas), carnaval que, curiosamente, se celebra en los días de reyes y que tuvo su
da a cabo en su totalidad por el gremio artesanal. origen en representaciones teatrales similares a las de Popayán.  

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DE    
FASTOS A FIESTAS DE FASTOS A FIESTAS       
música, sus máscaras y bromas a las fiestas de los primeros 50 años del s. )0( en fiestas fue durante muchos años un flautista llamado "Pajarito" (José María Carva-
Popayán (Arboleda 1966:213-214).24 Otro conjunto local con chirimía del que exis-
jal) (ídem 131). En 1940 todavía se quemaba el taitapuro en los últimos días de
ten referencias documentales es la Chirimía Cauca, que salió a las calles en di- enero o primeros de febrero (El Liberal, enero 3 de 1940). Sin embargo, con los
ciembre de 1941 (El Liberal, 10 de dic. de 1941). Esta es la última cita documental
cambios introducidos a partir de 1950 se operaría una transformación de fecha y
donde se afirma que este instrumento salió a la calle, aunque es de suponer que de sentido, como veremos posteriormente.
estuvo vigente hasta la desaparición de la fiesta de reyes.
También aparecía en esta época la familia Castañeda. "Como preámbulo
Esta cita coincide con el testimonio del maestro Daniel Zamudio G.: "En de las carnestolendas o carnavales de febrero, hacía su entrada a la ciudad esta
1941 tuvimos oportunidad de oír en Popayán otra melodía de carácter autóctono, inolvidable y singular comparsa representando una familia típica campesina o
ejecutada en los instrumentos de cortas dimensiones y que producen un sonido pueblerina que venía a establecerse en la capital, trayendo las más heterógenas y
semejante al oboe, sirviendo corno de boquilla el cañón de una pluma de ave. Van ridículas vestimentas y un abundante equipaje de baúles, jaulas, una numerosa
también acompañados de tambores. Los ejecutantes son los indios de Tierraden- prole y todos sus animales domésticos" (Vejarano 1983:74-75). Iniciaba el recorri-
tro que suelen bajar a Popayán a tomar parte de las populares y tradicionales do en la Estación del Ferrocarril, pasaba por el puente del Humilladero y termina-
fiestas de los Reyes (6 de enero)" (1949:29-30). ba en el parque Caldas.
Las fiestas de Navidad y reyes se despedían con los carnavales. En los días
Las carnestolendas o las cáscaras: jugando al carnaval
de febrero, antes del comienzo de la frugal cuaresma, salían carrozas y comparsas;
Aquellos fueron los buenos tiempos en que romanos y de balcones y ventanas llovían proyectiles de agua (cáscaras de huevo rellenas,
cartagineses, encabezados por los generales José Ma botellitas de cera...) y, por la noche, tertulias y bailes en clubes sociales y casas
Obando, José Hilario López, por los Mosqueras y los
particulares (La Unión Conservadora, 1° y 12 de febrero de 1926. Arboleda
Arboledas, daban tregua a los ardientes debates de
nuestra agitada política para jugar al carnaval. 1966:216). Esta era una fiesta que venía de la colonia y que, desde entonces, había
Cordovez 1962:837 pertenecido a la clase alta.
En los años 20 hay un renacer de este tipo de fiestas en todo el país bajo el
"Después los días iban siendo menos agitados (aunque a veces se repetía la fiesta
protagonismo de los estudiantes universitarios: 1923, Bogotá; 1926, Pasto; Popa-
de negritos el 12 si era domingo, anotación mía) hasta que a fines de enero se
yán, 1926. Mientras que en Bogotá y Popayán las fiestas eran realmente en el pe-
hacía el entierro del puro, nombre con que se denominaba la fiesta en que una
ríodo carnavalesco, en Pasto se organiza en la época de diciembre. En 1927 se
comparsa de máscaras representaba la muerte de la mojiganga con una idea inge-
traslada a enero y se convierte en lo que hoy es el Carnaval de Negros y Blancos
niosa en chispeantes versos, salerosos y henchidos de intencionada crítica" (Ar-
(Muñoz 1991:18). Ligado a los festivales estudiantiles, los carnavales eligen reinas
boleda 1966:216). El puro o taipuro era un muñeco que salía por las calles llevado
—a cambio del rey de carnaval—, se realizan batallas de flores...
por una comparsa de muchachos disfrazados de conejos y gallinazos. El muñeco
se quemaba después en un castillo de luces o pólvora. Antes de quemarlo se acos-
Cuatro formas de expresar lo payanés
tumbraba a leer su testamento, un documento satírico y humorístico (Vejarano
A manera de síntesis y con el fin de sugerir posibles rutas interpretativas, presen-
1983:75). "De ñor Taita-puro, tengo el testamento de frases hirientes cual duras
tamos una tabla comparativa en la que se destacan diferencias, oposiciones y
saetas..." (Ana Matilde Castellanos, 1943, en Sánchez 1967:46). El alma de estas
similitudes entre las fiestas de Navidad, Reyes, Carnavales y Semana Santa en la
primera mitad del s. XX. Las relaciones que se se han construido tienen, en su
24 Puede verse una foto de este personaje, sentado con su tambor en la casa, junto con un poema póstumo de Gerardo mayor parte, unos alcances hipotéticos. Desarrollarlas y sustentarlas implicaría
Ibarra, en Sánchez 1967:72.
escribir otro libro y nos desviaría del objeto central que perseguimos.

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37
DE FASTOS A FIESTAS    DE FASTOS A FIESTAS
NAVIDAD, REYES, CARNAVALES Y SEMANA SANTA NAVIDAD REYES TCARNAVALES SEMANA SANTA
Lugares Casas Calles Calles Calles
CUATRO FORMAS RITUALES DE EXPRESAR Y RENOVAR LA IDENTIDAD CÍVICA PAYANESA
predominantes Calles Parque Caldas Clubes Iglesias
Iglesias Iglesias Casas
Casas
REYES CARNAVALES SEMANA SANTA
NAVIDAD Inicio o preludio de Bajada de la Virgen y ¿Navidad? ¿Inocentes (28 dic.)? Bajada del Ecce Horno
Carácter Religioso Religioso Profano Religioso
la fiesta San José desde Belén ¿Negritos? ¿Negritos? y el Santo Caído desde
Festivo, lúdico Teatral, solemne Festivo, irreverente Ritual, solemne
16 dic. antes de la fiesta ¿Entrada de la familia Belén.
y festivo
Marzo/abril Inmaculada, 8 dic. Castañeda? Domingo de Ramos
Fecha Diciembre Enero Febrero/marzo
Fechas movibles Fechas movibles ¿Taitapuro?
Fechas fijas Fechas fijas
Artesanos Clases alta y media Clase media y, en menor Bando
Clase social Clase baja
grado, alta y baja Transición pero Novena Aguinaldos, bromas Lunes santo
predominante
Expresiones Música Palabra Juego Silencio en ambiente festivo
Juego Diurna Ruido Imagen Clímax festivo Noche del 24, misa de Día 6, encuentro de Noche Noche del viernes
predominantes
Imagen Música Máscara Drama gallo y fiestas en las Reyes con Herodes santo
Drama Combate ritual casas
«Oficiantes » Conjunto de chirimía Actores populares Enmascarados a caballo Cargueros Redistribución Tasajo para los pobres Comida de los presos
principales Comparsas no profesionales o reinas en carroza Procesión de la calidad
Rasgos en común de Consumo de licor. Consumo de licor. Consumo de licor. Consumo de licor. Regalo de dulces }, Regalos para los niños Intercambios agresivos y
Intercambios y
los «oficiantes» Demostración de Demostración de Demostración de Demostración de bromas
regalos buñuelos
habilidades musicales y habilidades histriónicas habilidades humorísticas. tombría y habilidad
Entidad organizadora Líderes de sectores ¿Artesanos? Grupos universitarios Junta Permanente de la
resistencia. Demostración de para cargar grandes
/reglamentadora populares, casi siempre Iglesia (desde 1926) Semana Santa (desde
hombría—verbal y pesos en forma
músicos 1937)
física— en la relación colectiva.
Iglesia Iglesia
con las mujeres.
Jurado y organizadores
Demostración de
cualidades sociales y del Concurso de
belleza en las mujeres. Chirimías (desde 1950
Capacidad de cumplir aprox.)
Capacidad de mantener Capacidad de mantener Capacidad de agresión
lúdica (batallas rituales) una promesa y la Ambiente Desorden festivo Desfiles teatrales Desorden festivo Procesiones solemnes
viva una tradición. viva una tradición.
Belleza femenina tradición. característico Comparsas callejeras organizados Desfile con carrozas 4 salidas sucesivas de dis
Ambiente de Complicidad Ambiente de Reuniones en las casas 3 salidas simultáneas tintas iglesias
Ambiente de
camaradería dentro de camaradería y Interés en confor- Concursos para niños Procesiones chiquitas (a
camaradería
jerarquías competencia mar semilleros para (desde finales de 1940); finales de los 40)
Figura solitaria Diablo Animasola. que «no se pierda la categoría infantil en
Pide plata con bolsa Pide plata con caja o tradición>, concursos generales
bandeja. Personaje central Virgen María Virgen María Dolorosa
Máscara roja Máscara o capirote azul femenino Napanga Reina del carnaval Sahumadora
o blanco. Niño Dios Niño Dios Ecce Homo
Personaje central
Rejo Campana. Actores Reyes/Herodes Carguero
masculino Chirimero
Lúdica humor Penitencia, dolor
Etnias Integración étnica a Definición/inversión de Predominancia de blan- Predominancia de blan
Pólvora Pólvora Pólvora Matracas (juelaier)
Elementos través de la música roles cos y mestizos cos y mestizos
Velas Disfraces Máscaras Velas
Rey negro/blanco
Campanas Caballos Caballos Campanas
Personaje negro
Pitos Flores Incienso
Imágenes Negritos
Imágenes Agua
El «indio de la chirimía»
Harina
Temática central Nacimiento Enfrentamiento Enfrentamiento Muerte
Conjuntos musicales Conjunto de chirimía Chirimía Orquestas Banda marcial
Conjuntos de cámara dramático festivo
Armonio Tendencias actuales Tendencia a Fiesta desaparecida, Fiestaqueseha desplazado Puesto privilegiado en e l
Procesión desaparecer. substituida por al día de Reyes en cuanto a calendario festivo. Ocien-
Desplazamiento por Procesión Desfile teatral Desfile con carrozas
Reconidos libres Papel secundario carnaval de agua combates rituales (agua y lada al turismo. 
las calles Reconidos libres
y harina. lsa ina) y a las Fiestas de
callejeros a caballo
«Visitas» a monumentos e Pubenza (13 de enero) en
Visitas rituales Visita a pesebres, casas Visitas de reyes y «Tomas» de casas
iglesias (jueves) cuanto reina y desfile de
a las casas y novenas embajadores a las casas
carrozas.

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DE FASTOS A FIESTAS    DE FASTOS A FIESTAS
BLANQUITOS CONTRA REYES: LA MODERNIDAD FESTIVA

De mi Popayán no he sabido al fin,


esa patria chica de mi corazón (...)
¿aún Anacoreta con su chirimía
da a la noche-buena notas de alegría?
Quizá el modernismo causando ya estrago
Haga desaparezcan nuestros Reyes Magos...
A na Matilde CastelLanos, 1943,
escribiendo desde Cali.
(Sánchez 1967:45)

La ola de modernismo e industrialización que trajo el s. XX a Colombia llegó tar-


díamente a esta ciudad. Cali, con su desarrollo agrícola e industrial, había despla-
zado hacía tiempo a Popayán. En 1940 La Voz de Belalcázar (emisora de Popayán)
emitía diariamente de 11 a.m. a 1 p.m. en 1450 kilociclos onda larga. Con la radio
y el fonógrafo vino también la invasión de la música mexicana y antillana, pues los
mayores productores de discos de Latinoamérica estaban en México. El tren unió
a Popayán con Cali y con el resto del país (1926). Llegaron las modas foráneas con
mayor furor. Era la época moderna y había que acabar con todo lo que pareciera
anticuado. En pro del modernismo cayeron bellas casas coloniales y se persiguie-
ron por anticuadas las fiestas tradicionales.
Ya en diciembre de 1939 un editorialista de El Liberal se queja de que "el
clásico entusiasmo chirimero decae en Popayán", de que ya no salen los Chantre,
los Quintero y los Pajoy. Únicamente sale el conjunto de Anacoreta. Las chirimías
"han perdido su espléndido atavío" y ya no tocan los autóctonos bambucos sino
los danzones cubanos, los huapangos y las tonadas de moda del Caribe. Lamenta
que a los Reyes hay que pagarles para que actúen y de que la gente no es tan
emotiva y animada como antes (24 de diciembre de 1939, p. 3).
Esta especie de regaño de El Liberal parece que cumplió su objetivo y se
siente una especie de efímero renacimiento de la música y fiestas tradicionales en
los años 40, tal como dijimos anteriormente. Sin embargo, algo estaba pasando.
Leonardo Pazos se queja en 1942 de que la chirimía indígena es acosada por los
blancos (1942:2).
Hacia 1943 en el Club Popayán, el club más exclusivo de la ciudad, se cele-
bró la Navidad con un árbol de Navidad y Santa Claus repartiendo los regalos
(Whiteford 1977:285).

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DE FASTOS A FIESTAS
DE FASTOS A FIESTAS
Este proceso que se venía gestando afloró definitivamente en enero de En enero de 1959 los amantes de la tradición vuelven a la carga. Se anuncia
que, por un lado, los reyes saldrán a las calles el 6; por otro, se motivarán a los
1951: la comparsa y la fiesta callejera se substituyeron por el club social y las fies-
conjuntos musicales navideños con un concurso de chirimías. El impulso de estas
tas privadas, "hubo excesos de patanería el llamado 'día de blanquitos'. Hasta
iniciativas llegó con éxito hasta las fiestas del año 60, pero los blanquitos "contra-
cal fue arrojada contra el rostro de las personas" (El Liberal, enero 9 de 1951).
atacaron" llegando a sabotear con bocinas de carros y silbidos —era la juventud de
¿Qué había pasado? Los pastusos le devolvieron "la pelota" a los payaneses. A
la clase alta contra los artesanos— la representación de los Reyes (ElLiberal, ene-
finales del s. XIX un grupo de personas de la alta sociedad conservadora de Popa-
yán, huyendo del gobierno liberal radical, se fue a Pasto llevando la moda de los ro 3 de 1960).
El debate en la prensa y en las calles crece y empiezan a aparecer artículos
negritos. En 1951, unos jóvenes payaneses estudiantes de Pasto y pastusos traían
cada vez más numerosos en los que se habla de la necesidad de "modernizar" las
a Popayán la moda de arrojar harina, talco, cal o maizena, es decir, los blanqui-
25 fiestas pues las celebraciones tradicionales son muy aburridas (ídem). Este mis-
• tos.
mo año el proceso no dio más y el día de reyes fue una batalla campal. La prensa
A pesar del fuerte rechazo de la opinión pública, de las autoridades, de la
lo reseña con discreción pero con indignación. Habla no sólo de harina y cal, sino
prensa, este reducido grupo de iconoclastas de la tradición siguió año tras ario
de botellas, piedras y agua. Hubo heridos. La representación frustrada. Según el
saboteando la fiesta de reyes el 6 de enero. El antropólogo norteamericano An-
testimonio de uno de los reyes, ese año hubo hasta un muerto a machete. Las
drew Whiteford que pasó en Popayán la fiesta de Reyes de 1952 afirma: "En el día
autoridades por fin concluyeron: se imponen los blanquitos pues no hay forma
de los Tres Reyes Magos los muchachos y muchachas se perseguían unos a otros
de reprimirlos; la representación debe hacerse en lugar cerrado; deben organi-
con sacos de harina de maíz" (1963:212).
zarse unas fiestas y ferias "modernas como en Pasto, Cali y Manizales: toreros,
Por fin, en 1955, la prensa payanesa empieza a apoyar la fiesta de los blan-
conjuntos musicales, circos, etc." (El Liberal, 9 de enero de 1960).26
quitos (El Liberal, 12 de enero de 1955, p.3). Esto arreció más el debate y se
Había llegado la modernización. Poco a poco, en el plazo de 9 años, las
convirtió en un grave problema local. Mientras los columnistas discutían, los
fiestas tradicionales habían sufrido grandes transformaciones. En primer lugar las
pro-blanquitos hacían de las suyas botando agua, harina, cal, maizena, pintura...
fiestas religiosas se secularizaron, perdieron su sentido religioso popular y se en-
sobre todos los transeúntes incluidos los Reyes y sus comitivas que portaban cos-
cerraron en las iglesias. 27 Las novenas, juegos de aguinaldos, comparsas y conjun-
tosos vestidos.
tos callejeros decayeron notablemente. Las comparsas que acompañaban a los
En el 56 los Reyes ya no pueden representarse en ese gran teatro que era
conjuntos musicales se redujeron a un diablo que recogía la plata. Las fiestas se
toda la ciudad y se encierran en el Teatro Municipal y en la plaza de toros. Se
comercializaron: en lugar de ser espacios de solidaridad e intercambio entre veci-
toman más medidas para evitar problemas: se anuncia que los blanquitos se apla-
nos y amigos se van transformando en un espacio comercial en el que el centro
zan al 8. Nada de esto sirvió: los blanquitos se salieron con la suya.
son los regalos. Los músicos no salen a la calle ni entran a las casas: anuncian sus
La modernización sigue adelante. El conjunto Los Caucanos viaja a Cali y a
Bogotá. Se presenta en emisoras y en la televisora nacional (diciembre de 1956).
En la Navidad del 57 no salió a las calles ningún conjunto musical. Los pocos ae Whiteford plantea que la desaparición de la fiesta de Reyes se debió a que el encuentro de las arrias en San Francisco
se convirtió en "la arena para resolver diferencias personales y políticas" entre los integrantes de las mismas comitivas.
conjuntos que se conforman se anuncian en la prensa y venden sus servicios para El alcalde, previniendo confrontaciones más graves, prohibió la celebración de los reyes en 1951 (1977:295-296). Esta
afirmación no la sustenta ni la documenta. Aunque podría suponerse que los saboteadores de la fiesta estuvieran
reuniones sociales, serenatas y clubes. expresando una serie de conflictos sociales o personales, los testimonios de las personas que vivieron el momento y las
noticias de prensa coinciden en que la culpa la tuvo el agua y la harina. No obstante podría explorarse esta hipótesis.
17 Esta secularización es también patente en la Semana Santa. Whiteford señalaba en 1951 (1963:220) que la participa-
ción de los hombres —a excepción de los cargueros— era muy reducida: de unos 2500 alumbrantes que iban en una
25 El arrojarse agua y harina era, como ya vimos, una diversión carnavalesca desde la colonia. En Pasto se utilizó la procesión, únicamente había 63 hombres. Actualmente es obligación de los estudiantes de los colegios asistir a las
harina en la época de enero (desde 1927) con motivo de los Festivales de la Cultura Estudiantiles, dando pronto lugar procesiones. Hay una voluntad de mantener la solemnidad y esplendor de la Semana Santa, pero mediada por los
al carnaval de Negros y Blancos. El juego del agua aparece en Pasto en 1939 (4 y 8 de enero), pero es al año siguiente  
intereses de la industria turística payanesa.
prohibido por el alcalde. Reaparece en 1942, el 28 de diciembre, el día de Inocentes (Muñoz 1991:36).

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DE FASTOS A FIESTAS
DE FASTOS A FIESTAS   
servicios en los periódicos y cobran, no un poco de trago y unas galletas, sino una
comparsas, concurso de disfraces, concurso de chirimías, concurso de carrozas,
tarifa comercial. Dan serenatas, tocan en clubes privados, viajan a Cali a tocar en la
concurso de taitapuros, concurso de globos, concursos de belleza, concursos de
radio yen las casetas de la feria. Y viceversa: se montan casetas a las que se entra
pesebres, de artesanías, de cuento, de fotografía, de pintura, de caricatura, de
pagando y se contratan músicos de fuera, en especial conjuntos de salsa.
platos navideños... Lo que era fiesta y comparsa callejera se convierte en desfile
El auto sacramental de los Reyes Magos deja su espacio teatral al aire libre,
organizado... A una pequeña ciudad que quiere imitar a las ciudades grandes, sólo
callejero y se confina en un teatro. Pierde la espectacularidad de la participación
le cabe esperar esto: desde 1976 la prensa se queja que la gente se va a los carna-
masiva. Se cobra boleta y se empiezan a profesionalizar-comercializar los actores.
vales de Pasto y a la Feria de Cali. Las casetas se vuelven mal negocio. No se puede
Este proceso lleva a la desaparición de la representación teatral de los Reyes, pues
competir con los grandes con sus mismas armas...
como obra de teatro pierde novedad e interés dramático: todos los años es igual
¿Y la chirimía? Como era de esperar, al desaparecer su razón de ser funda-
y ya se sabe cómo va a ser el final.
mental —la fiesta de Reyes— y no poder entrar a cumplir otra función significativa
Económicamente tampoco resultan rentables unas fiestas de casi 3 meses.
dentro de la fiesta por la competencia de las orquestas y grupos de afuera, tam-
De esta forma, suprimiendo las fiestas de febrero (carnavales), y trasladándolas a
bién desaparece. Las personas que poseían este instrumento en Popayán lo ven-
enero, se reduce notablemente el calendario festivo. Las elegantes carrozas de
dieron a turistas ávidos de objetos raros para sus colecciones de antigüedades.
carnaval se convierten en camiones decorados con papel crepé y hojas de plátano
Los grupos indígenas que venían de Tierradentro, Guarnbía y veredas vecinas ya
que transportan jóvenes, algunos con gorros y máscaras de papel, arrojando hari-
no se veían como algo con sentido, articulado a las fiestas, con una función espe-
na... (Whiteford 1977:298). Los regalos de reyes pasan del 6 al 25 de diciembre. El
cífica. Se convirtieron en seres extraños con instrumentos exóticos en medio de
taitapuro pierde también su sentido en febrero junto con la llegada de la familia
una ciudad que crecía y que cada día los valoraba menos. Por esta razón, no vol-
Castañeda. Se resemantizan y se trasladan al 31 de diciembre como año viejo y al
vieron, se volvieron disfuncionales, anacrónicos.28
4 de enero, como víspera de carnavales, respectivamente.
Ese pequeño instrumento pasó a la historia, pero los conjuntos de las flau-
Los negritos y el día de reyes hoy se han convertido en una guerra de agua
tas, tamboras, carrascas, triángulo, mates..., conjuntos que "acompañaban" a la
con "armamento pesado"; de los huevos llenos de agua perfumada se ha pasado a
chirimía, han seguido con vida y han conservado para sí el nombre de ese instru-
bolsas de plástico, globos o bombas llenos de agua, motobombas, baldes, man- mento tosco y destemplado. Y han seguido, como anotamos anteriormente, por-
gueras..., un carnaval de la era industrial. Y, junto con el agua, la harina y, a veces,
que asumieron la nueva dinámica comercial y empezaron a competir con las or-
un poco de betún.
questas. Empezaron a tocar con sus flautas y tambores la música de moda, la que
La ciudad crece, sobre todo a partir de la violencia, fenómeno que se re-
le pedían los que los contrataban, la música que llegaba a través de la radio.
crudece en los años 50. Las fiestas abandonan su carácter pueblerino y familiar, y
La mayor parte de los grupos únicamente se reunía para concursar, y eso si
se plantean como las de cualquier otra ciudad: zonificada en barrios, con juntas
los premios eran substanciosos. Los organizadores de los concursos, y de cierta
barriales, con actividades y competencias deportivas, concursos, espectáculos,
forma algunos grupos, redescubren su función social en la fiesta navideña y popular.
casetas de baile. El aparato estatal y administrativo también crece y va asumiendo
El terremoto de marzo de 1983 fue un duro golpe para la ciudad y su gen-
el control y responsabilidad de la fiesta. Las fiestas de Navidad y carnavales poco a
te. Las fiestas y los conjuntos musicales también fueron afectados: fallecimiento
poco van cediendo ante las fiestas cívicas: las Fiestas de Pubenza, con motivo del
de algunas personas, destrucción de instrumentos, desmejoramiento de las con-
aniversario de la fundación de la ciudad (el 13 de enero). Cocteles, ferias ganade-
diciones de vida en forma radical... Las fiestas de 1984 no se celebraron y tampoco
ras, inauguraciones de edificios y obras públicas, conciertos de música académica...
hubo concurso de chirimías.
Ante el decaimiento de la participación popular se organizan concursos
para todo; la creatividad y el ingenio en función de los premios: concurso de '8 Es indudable que también aceleró este proceso la dificultad de ejecución, pero no es suficiente.

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45
  
DE FASTOSA FIESTAS
De FASTOS A FIESTAS
Los CONCURSOS DE CHIRIMÍAS

Nota: "No se permitirá el uso de instrumentos electrónicos"


(Bases del Concurso, 1981)
Reina de las Fiestas de Pubenza. Enero de 1986. Foto de Marco Varela..
Whiteford, que pasó la Navidad de 1951 en Popayán, señala que la Universidad del
Sin embargo, a pesar de los desastres y las malas condiciones de vida, se-
Cauca organizaba un concurso anual para estimular la tradición de la chirimía.
guimos necesitando de la fiesta, yen los años de 1985, 1986 y 1987 volvieron a
Participaban de 6 a 8 grupos de 10 012 niños y jóvenes con edades comprendidas
celebrarse las Fiestas de Pubenza con el formato acostumbrado en estos últimos
entre 5 y 15 años. Presenta, además, en su libro (1977:227-228) una fotografía de
años. Incluso en enero de 1987, con motivo de los 450 años de Popayán, el con-
uno de estos conjuntos infantiles durante el evento.
curso y las fiestas en general fueron mejorados notablemente.
Sin embargo, el concurso de chirimías propiamente dicho, por fuera del
Parece que hay una lenta recuperación en cuanto a número de agrupacio-
claustro universitario, abierto a jóvenes y adultos, y con un impacto y difusión en
nes, calidad musical y valoración de la ciudadanía en general. En estos últimos
la ciudad se inicia en enero de 1959 por iniciativa de un hombre que amaba la
años se han ido abandonando los falsos conceptos de modernismo y de folclor, y
música tradicional popular de su tierra y que veía que las transformaciones socia-
hay mayor valoración y apoyo a la música tradicional, pero la chirimía ya se ha ido,
les del momento iban a acabarla, el profesor Lope Helcías Rengifo, violinista. Des-
quién sabe si para siempre. Algunos grupos de jóvenes, de la nueva generación de
de entonces, se ha celebrado este concurso con una cierta regularidad. Son, pues,
músicos interrogaron a sus abuelos, averiguaron en el pasado e incluso intenta-
más de 30 años que merecen un balance, una evaluación del impacto de los concur-
ron reconstruir el instrumento a partir de las descripciones de los mayores. Pero
sos en las músicas populares y, en concreto, en la música de chirimía o de flautas.
hasta ahora no ha vuelto a sonar por las calles.
Afrontar esta evaluación implica algunos problemas metodológicos pues
Por otra parte, como ya se ha dicho, la violencia de estos últimos años y el
las personas que estuvieron coordinando los concursos en los primeros años ya
terremoto han hecho crecer en forma inesperada y desproporcionada la pobla-
fallecieron o ha sido difícil entrevistarse con ellas. Por esto, para los diez primeros
ción payanesa. Falta ver qué procesos sociales y culturales se generen en esa gran
años nos basamos casi exclusivamente en las breves —y poco confiables— crónicas
masa de población recién llegada, en esos barrios marginales nuevos, sin pasado
periodísticas. Para la década de los años 70, además de las crónicas, existen algu-
común, que en estos momentos son más de la mitad de Popayán. ¿Qué música
nos testimonios de integrantes de chirimías que participaron. Para los años 80
traen del campo? ¿Se formarán chirimías de origen campesino en estos barrios?
realizamos también entrevistas a los coordinadores y a los jurados. Por otra parte, se
¿Cómo incidirán y participarán las chirimías tradicionales en la vida cultural de
asistió personalmente desde 1980 a varios concursos. 
estos nuevos asentamientos? ¿Qué nuevo carácter asumirán las fiestas?

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Los CONCURSOS DE CHIRIMÍAS
D E FASTOS A FIESTAS  
58 participa con Los Sotareños en la bajada de la Virgen (El Liberal, 14 de dic.). Y
en enero del 59 organiza el concurso, en el cual participa con este grupo confor-
mado por estudiantes del liceo donde trabajaba. Como era de suponer, quedó
"fuera de concurso" (El Liberal, enero 5).
Esta primera época (6 años) se caracteriza por ser un concurso básicamen-
te de chirimías. El evento se realiza en el Parque Caldas. Casi todos los grupos
participantes son de la ciudad de Popayán y, en un mínimo porcentaje, de vere-
das muy cercanas. Es financiado por la Alcaldía, la junta de Fiestas y el comercio.
Las bases del concurso y los criterios de selección, es decir, la reglamentación son
mínimos.
Ya desde 1962 empiezan a producirse algunos cambios. Se introduce otro
tipo de agrupaciones como la Banda del Batallón Junín —encargado de una tradi-
cional retreta en el Parque Caldas— y algunos conjuntos tropicales de pequeñas
proporciones pero que hacían furor en la época (murgas). En el 63 vuelve a cen-
A la izquierda, Lope Helcías Rengifo con el violín. trarse el evento en chirimías y conjuntos "folclóricos", como un conjunto del lito-
ral Pacifico que interpretó un currulao. Además se incluyen grupos de danzas
Para evaluar el funcionamiento e impacto de los concursos se establecie- como categoría independiente. Este fue el año con mayor participación de gru-
ron algunos aspectos a tener en cuenta: número de conjuntos participantes, nú-
pos (14). En el 64 baja notablemente la participación y por primera vez gana un
mero de conjuntos urbanos, número de conjuntos rurales; participación de gru- grupo no payanés, el grupo de la cercana vereda de Puelenje.
pos infantiles o juveniles y de adultos; lugar en que se desarrollaba el evento;
La crisis por la escasa participación del 64 se tradujo en un nuevo enfoque
criterios de evaluación considerados por los jurados; características de las perso- para el concurso. Se inicia aquí una etapa que podemos entender como una serie
nas del jurado; categorías establecidas: adultos, juveniles, infantiles, grupos vere-
de procesos progresivos hasta la grave crisis por la que pasó el evento en los años
dales, mejor flautista, mejor composición, etc.; participación de otras agrupacio- de 1974, 1975 y 1976. La primera etapa no dio más porque al concurso se presen-
nes (conjuntos de cuerdas, bandas, orquestas de música tropical...) ; cantidad y taban siempre los mismos grupos, aunque a veces se cambiaran el nombre, con lo
calidad de los premios otorgados; importancia que la prensa da al evento; reper- cual se sabía de antemano quién iba a ser el ganador. Por esto, en el 65 se abre el
torio presentado por los grupos; procedimientos de eliminación; calidad de los
concurso a otros grupos que no eran conjuntos de chirimía o flautas: Primer Con-
grupos; participación y opinión del público.
curso de Música Orquestal y Vocal de Chirimías. En el 66 se llamó Concurso de
Una primera época del concurso podría ser desde 1959 hasta 1964. La co- Conjuntos Musicales. En el 67 Concurso de Cuerdas y Chirimías... Estos concur-
ordinación está a cargo del profesor del Liceo de la Universidad del Cauca, Lope
sos ya no se celebraron en el Parque de Caldas sino en la Plaza de Toros. Sin
Helcías Rengifo. Él, además de coordinador y a veces jurado, es un promotor de
embargo, a pesar del cambio de nombre, la participación mayoritaria estuvo a
grupos. Lo vemos aparecer en diciembre de 1954 dirigiendo el Conjunto Popa-
cargo de los conjuntos de flautas o chirimías. La participación de grupos de fuera
yán, que se presenta en un acto benéfico interpretando fragmentos de zarzuelas
de Popayán fue también mínima. En el 69, 70 y 71 trata de volverse al formato
(El Li beral, 12 de diciembre de 1954). En el 56, como ya se había anotado ante-
tradicional: sólo chirimías. Pero esta vez aparece la categoría infantil. El evento se
riormente viaja dirigiendo el conjunto Los Caucanos, agrupación que graba un
realiza en un teatro y se cobra la entrada a $2. Aumenta un poco la proporción de
programa en la televisora nacional de Bogotá (El Liberal, 28 de diciembre). En el
grupos no citadinos. El 70 es el año más importante de este ciclo (ver gráfico) por 

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DE   
FASTOS A FIESTAS
Los CONCURSOS DE CHIRIMÍAS
NUMERO DE GRUPOS PARTICIPANTES EN LOS
varias razones: el número de grupos participantes (7 infantiles y 13 adultos) , la
CONCURSOS DE CHIRIMIAS DE POPAYAN. 1959-1987
participación notable de grupos de afuera (6) y porque el ganador fue un grupo
campesino de gran autenticidad y tradición (Puebloquemao, Rioblanco). En años
PRIMERA ETAPA 1959-1964 posteriores se critica que el evento se encierre en teatros y coliseos y regresa al
Parque de Caldas. La participación, sin embargo, va disminuyendo. En el 72 gana
15
otra vez un grupo campesino (San Miguel, Alrnaguer) . La crisis que se ve venir,
12
trata de solucionarse de la misma forma que en la etapa anterior: Concurso Leo-
9 nardo Pazos de música en general (1973). Esto tampoco dio resultado pues sólo
limero total de grupos participantes
se presentaron chirimías. El evento fue decayendo hasta desaparecer en 1976.
6
En 1977 se inicia una nueva etapa. Para revivir el concurso la prensa hace
3 una campaña y se anuncia con letra grande y en primera página (El Liberal, 5 de
Número de grupos de fuera de Popayán
o t Número de grupos categoría infantil o juvenil enero de 1977). Se realiza en el Parque de Caldas y se reglamenta: Los conjuntos
1959 1960 1961 1962 1963 1964
deben estar conformados por 2 tamboras, 1. par de mates, 1 triángulo, 1 carrasca
SEGUNDA ETAPA 1965-1976 (de madera que debe ser frotada con hueso) y 1, 2 o 3 flautas. Si el conjunto es de
10 personas puede aumentarse una tambora, unos mates, un triángulo o una ca-
rrasca. Con esto se buscaba normalizar o estandarizar la conformación instrumen-
tal de la chirimía payanesa pues se pensaba que había demasiadas carrascas, ma-
tes y tamboras y pocas flautas. Se reglamentaba también la exigencia de usar "uni-
forme típico de las chirimías" (¿quién define cuál es el "típico"?) y se recomenda-
ba interpretar preferiblemente bambucos. Se conservaron las categorías mayores
y menores. Es decir, que el concurso comienza a intervenir en forma directa y
1969 1970 1972 1973
explícita (antes también lo hacía, pero no explícitamente) en problemas tan deli-
1966 1967 1968
cados como decidir qué es auténtico, qué es típico y qué no lo es, hasta en los
TERCERA ETAPA 1977-1987 mínimos detalles. Esta tendencia normativa que, para salvar la tradición, la conge-
20 la y esclerotiza desconociendo la creatividad popular y las transformaciones que
se dan y se han dado siempre y en forma permanente, se continúa hasta el último
15
concurso que se observó en este trabajo, en enero de 1987.
10
Había voluntad para realizar el concurso, pero no se traducía en aportes
económicos. Y en un evento competitivo la parte económica es fundamental (el
5 primer premio en 1977 era de $1.000). Por esta razón sólo hasta cuando la Univer-
sidad del Cauca con motivo de su sesquicentenario (1979) lo impulsó económica-
o   1979 1980 1981 1982 1964 1985 1987 mente, sólo hasta entonces arrancó con fuerza. Se dieron $37.000 en premios
repartidos proporcionalmente entre 11 grupos participantes. Las modalidades este
Nota: Los miss sobre los que no se obtuvo información completa y confiable no han sido computados. Los míos en que
no se celebró el concurso aparecen con valor O.
año se ampliaron: agrupaciones rurales, urbanas e infantiles. Con esto empieza a
reconocerse el valor autónomo que tienen los conjuntos campesinos aunque no

50 51
DE FASTOS A FIESTAS Los CONCURSOS DE CHIRIMÍAS
respondan a los patrones instrumentales, de vestuario y musicales normalizados nación del evento a la empresa privada. Lo asume entonces Jorge Flórez C., de la
en Popayán (1979).
Fundación Banco del Estado. Desde esta entidad, Jorge Flórez reglamenta nueva-
En los dos años siguientes hubo menos plata para el concurso y, por lo mente el concurso y trata de imprimirle una nueva dinámica. Normalmente se
tanto, disminuyó la participación. Con premios tan pequeños los grupos de afue- había venido celebrando en el mes de enero pues se ubicaba en el marco del
ra no alcanzaban siquiera a costear su transporte hasta la capital del departa- programa de las Fiestas de Pubenza organizadas por la Alcaldía. A partir de ahora
mento.
se adelanta un mes el evento, separándolo de las Fiestas de Pubenza y ubicándolo
La exigencia de presentarse uniformados llevó a los grupos a resucitar una al comienzo de las fiestas de Navidad: diciembre 5, 6 y 7 de 1981. Con esto se
práctica ya iniciada hace años: buscar patrocinadores que les regalaran una cami- busca que las chirimías ensayen y se organicen unas semanas antes de las fiestas
seta (y tal vez ayuda económica para comprar algún instrumento). De este modo navideñas y, una vez constituidas para concursar, sigan durante todo el mes ani-
los grupos parecían vallas publicitarias ambulantes, eso sí todos con pañuelo rojo, mando las novenas, las calles, las reuniones familiares y sociales, es decir, asuman
alpargatas y sombrero de paja, requisitos indispensables para concursar. Los crite- una función social y musical en las fiestas y no solamente se reduzcan al concurso.
rios de calificación durante todos estos años nunca fueron muy claros ni coheren- Hubo también un cambio de nombre: "I Concurso Departamental de Chirimías".
tes. El concurso pasó a celebrarse bajo la arcada de La Herrería y finalizaba con la Con esta denominación era clara la intención de abrir la cobertura a todo el de-
ejecución de El sotareño y El rioblanquefío por todas las chirimías, sin importar
partamento para lo cual se enviaron invitaciones a casi todas las poblaciones y
la heterofonía producida por las distintas afinaciones de las flautas. La organiza- municipios del Cauca; se invitaba también a las autoridades locales a que apoya-
ción era bastante deficiente: improvisación, demora para comenzar, mala amplifi- ran y motivaran a los músicos de la región facilitando el transporte. La Fundación
cación, desorden...
se comprometía a reconocer $6.000 para transporte de los grupos campesinos.
A pesar de todo esto el concurso cumplía una función de motivación yen También se invitaba a organizar concursos zonales, de modo que los conjuntos
esos años era común encontrar uno que otro conjunto por las calles, especial- enviados al concurso de Popayán fueran los mejores. Se repartieron $155.000 en
mente los infantiles, entrando a tocar a las casas, animando las novenas, dando premios. El concurso se filmó en video por la FBE y se grabó por el Centro de
serenatas, recogiendo plata —ayudados por los niños disfrazados de diablo— para Documentación Musical de Colcultura de Bogotá. Lucía de Francisco Zea, enviada
ellos mismos o para mejoras de servicios públicos en sus barrios... Además había por Colcultura, realizó entrevistas a la mayor parte de los grupos, cuyos datos se
otros grupos de barrio que no se presentaban a concursar (esto sigue sucedien- anotaron en una ficha. Se elaboró un reglamento muy detallado con objetivos,
do) pero que sí salían ocasionalmente por las calles. Los niños del barrio El Rin- delimitación de repertorios y músicas (bambucos, pasillos, valses y "los autócto-
concito nos decían que ellos no eran "burgueses", a diferencia de los compañeri- nos que aún subsistan en la tradición"), "organología"29 ("chirimía, flauta de carri-
tos de la otra cuadra, que sólo salían a concursar. zo — no se permitirá otro tipo de material— , tamboras — tres en madera— , trián-
En la categoría de adultos, los grupos eran siempre los mismos, con distin- gulo, mates — originales forrados con achira o maíz no podrán usarse balines
to nombre. Únicamente a nivel infantil había mayor movilidad y motivación, aun- o similares—, guacharaca original —no se pennitirá termos— y carrasca. No se per-
que la calidad musical era muy baja. Este florecimiento de chirimías infantiles en mitirá el uso de instrumentos eléctricos"). Se excluyen expresamente a los con-
estos años se convirtió en el semillero que daría sus frutos a nivel juvenil en los juntos profesionales, se determina también el número de integrantes (entre 8 y
comienzos de los 80 y a nivel adulto en el año 87, como se comentará más adelante. 12) y el número de piezas e interpretar (4). Se establecen 2 rondas eliminatorias y
Tras varios intentos para impulsar el concurso desde 1977, se ve que a la
Alcaldía y a la Junta de Fiestas el concurso le interesaba tal vez mucho moralmen-
29 El maestro Guillermo Abadía Morales generó en el país un galimatías —una vez más— con este término, usando
te, pero poco efectiva, económicamente. Por esta razón, Adolfo León Gómez, el inadecuadamente "organología/organológica" (disciplina que estudia los instrumentos musicales, sus características
acústicas y constructivas) por instrumentación/instrumental. En música, se habla de la conformación instrumental de
organizador del evento delegado por la Alcaldía, pasa la responsabilidad y coordi- un conjunto, no de su "organología".

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De FASTOS A FIESTAS
Los CONCURSOS DE CHIRIMÍAS
una final El jurado califica según los criterios de "1. Afinación. 2. Ritmo. 3. Calidad los contrastes tímbricos en la percusión. Además fueron lo suficientemente astu-
y originalidad interpretativa. 4. Presentación ante el público." (Bases del concur- tos para evitar descalificaciones fruto de un reglamento poco flexible y en función
so, p. 4). Hay 1o., 2o. y 3er premio, y 3 premios especiales para los grupos "de de las chirimías de Popayán. Por ejemplo, los conjuntos campesinos en el Cauca
mejor presentación ante el público, con elementos más jóvenes como integran- no usan actualmente los mates sino las maracas. Sin embargo, el reglamento exi-
tes, y que demuestren más alegría" (ídem. p. 5). Se anuncia que serán grabadas las ge el uso de mates forrados con tela y prohibe las maracas. Para evitarse proble-
interpretaciones para su divulgación y publicación posterior (esto todavía no se mas, envolvieron sus maracas con un pañuelo rojo para que diera la impresión
ha hecho). Finalmente se exige a todos los concursantes —ganen o no— realizar visual de que eran los mates. Por todo esto, porque además es un grupo que
una ronda por los barrios de la ciudad el día 7 de diciembre. compone y porque su música lleva lo mejor de la tradición musical campesina en
Al concurso asistieron 6 grupos infantiles (2 de fuera de la ciudad) y 9 el Cauca, por eso, indiscutiblemente, ganaron.
adultos (4 campesinos). El ganador indiscutible fue un grupo campesino venido En diciembre de 1982 se celebró el II Concurso Departamental de Chiri-
de la vereda de Ordóñez (Almaguer) y ganó, no por paternalismo o deferencia mías bajo la orientación y financiación de la FBE. Se repartieron esta vez $200.000
ciudadana hacia los "pobres campesinos" como había sucedido anteriormente. en premios. En adultos ganó otro grupo semi-campesino, Los Mastales de Timbío
Ganó con todas las de la ley. Si bien personalmente no estoy de acuerdo con y se estableció una modalidad no reglamentada el año anterior: modalidad juve-
poner a competir grupos de conformación instrumental distinta, con repertorios nil. En este campo ganaron los grupos de Popayán, pues se empezaron a ver los
distintos, con técnicas instrumentales distintas... fue muy interesante que este resultados de ese semillero de grupos infantiles de los años 70. Éstos alcanzaron
año no existiera la diferencia entre categoría rural y urbana porque por fin un una calidad similar o superior a los de adultos.
grupo campesino pudo ganar de verdad en Popayán a los grupos payaneses con Estos dos concursos favorecieron notablemente la participación y valora-
larga y reconocida trayectoria. ¿Cómo fue posible esto? En primer lugar, el grupo ción de la música y conjuntos campesinos, y sirvieron para que los grupos de
de la vereda de Ordóñez era un grupo campesino de calidad, aunque no superior Popayán, especialmente los juveniles que venían con fuerza y con ganas de cuali-
a otros muchos grupos campesinos. Sin embargo, empezó a foguearse saliendo ficarse y hacer algo distinto, empezaran a valorar la música campesina y se cues-
fuera de su municipio, yendo a Bolívar y asistiendo a los concursos de Popayán. tionaran su quehacer musical. Tumbaron del pedestal a su modelo ideal que era
En 1973 obtuvo el tercer puesto yen el 78 el primer puesto en la categoría rural. el grupo profesional Alma Caucana (hasta entonces todos los grupos de Popayán
El mismo año de 1981 había viajado a Medellín invitado por la chirimía urbana imitaban el estilo, el repertorio y los arreglos de dicho grupo) y cuestionaron el
Maguaré. Pero esto no era suficiente. El grupo de Rioblanco (Sotará) , por ejem- repertorio academicista y esclerotizado de los concursos de todos los años: El
plo, no ha dejado de asistir casi ni un solo año desde 1970 y sigue tocando igual; sotareño , El rioblanquefío, Linda payanesa, Enigma, Tambores de mi Cauca,
bien, pero igual. El grupo de Ordóñez ganó porque supo aprender de los conjun- Tenjo,Mspiración ,A hora que te pegaron, Chiquitín, El patojo , On tabas, etc.,
tos de Popayán sin perder su estilo y su tradición musical. Por ejemplo, aprendie- temas interesantes y tradicionales en el contexto urbano, pero que se repetían
ron algo que no está dentro de la tradición musical campesina y que se utiliza hasta la saciedad en todos los eventos, como si no existiera otra música en el
excelente y sistemáticamente en Popayán: el uso de los matices agógicos y diná- departamento. Algunos grupos, incluso, viajaron a Almaguer y a Rioblanco, visita-
micos. En las agrupaciones campesinas los contrastes están dados por los con- ron a los músicos campesinos en sus veredas, grabaron su repertorio, empezaron
trastes temáticos o motívicos, y por el cambio de registro en lo melódico. En a montar piezas de ellos y a preocuparse por introducir más flautas en los arre-
Popayán, además de esto, hay un uso sistemático de los contrastes a nivel de glos, al estilo campesino. Mientras que en Popayán últimamente no se usaba más
volumen y tempo. Esto es algo que los de Ordóñez aprendieron rápidamente y lo que una o dos flautas, los conjuntos campesinos utilizaban a veces hasta 6 flautas,
incorporaron a su quehacer musical. Por otro lado, aprendieron de grupos como cada una con su melodía propia, sin doblar voces. Aprendieron a construir las
la chirimía Maguaré de Medellín, grupo con formación más académica, el uso de flautas, pues antes la mayoría de los conjuntos urbanos las compraban hechas a

54 55
DE FASTOS A FIESTAS Los CONCURSOS DE CHIRIMÍAS
los campesinos, y empezaron a utilizar flautas de mayor tamaño, también al estilo
que anotar que, normalmente, los jurados eran abogados, políticos regionales,
rural. Aprendieron de ellos también el uso de los contrastes tímbricos en la percu-
"doctores" y un profesor del Conservatorio. El primer puesto lo ganaron Los Sota-
sión, aun cuando esto no sea una característica campesina, sino aprendida por los
reños, con un premio de $25.000.
campesinos a un grupo de Medellín
La Fundación del Banco del Estado, como ya se había anotado anterior-
Marzo de 1983: terremoto en Popayán y en una buena parte del Cauca.
mente se alejó de los concursos de chirimías y se dedicó a organizar Encuentros
Esto afectó obviamente todo y, en ese todo, también a las chirimías. Se convocó al
Nacionales de Tríos en la época de septiembre. Esto le permitía, obviamente,
III Concurso pero se canceló pues únicamente se inscribieron 2 grupos de Popa-
lograr un mayor impacto publicitario a nivel nacional.
yán. En enero de 1984 tampoco se celebraron las Fiestas de Pubenza.
Vuelve otra vez el concurso de chirimías en enero 4 de 1986 con desfile
Viendo el éxito de las agrupaciones campesinas y ante la crítica situación
desde el parque Santa Clara. De nuevo se exige uniforme a los conjuntos. El even-
que vivía la ciudad de Popayán, la FEB decidió sacar el concurso de Popayán y
to se realiza en honor a Alvaro León Vivas, fundador y animador de Alma Caucana
llevarlo al lugar donde —empezaba a decirse— estaban las mejores chirimías del
y Olmedo Vidal "Chancaca", "intérprete de carrizo", ambos fallecidos en 1985.
departamento: Ahnaguer. Como a nivel campesino es muy fuerte también la mú-
Con este motivo se dan 2 premios a los mejores flautistas.
sica de cuerda, se convocó para los días 20, 21 y 22 de diciembre de 1984 al "I
Y llegamos a 1987, año en que se celebraron los 450 años de la fundación
Festival de Música Campesina" en Almaguer. Adviértase que se cambia el nombre
de Popayán. Todo el año copado de eventos, inauguraciones, festivales y visitas
de "Concurso" por "Festival", pues se habían estado realizando críticas en esos
de personajes importantes. La Fundación Banco del Estado vuelve a asumir el
años a los concursos por generar una competitividad malsana. Sin embargo, a
concurso, que se convierte en el III Concurso Departamental de Chirimías. Fue,
pesar del cambio de nombre, el evento siguió siendo un concurso con premios y
sin lugar a dudas, el concurso más publicitado por la prensa y el más costoso. El
con dos categorías: música de chirimía y música de carrilera. Nótese aquí también
público payanés y visitante respondió como nunca asistiendo día a día al Parque
otro detalle. Se utilizan dos nombres para caracterizar la música campesina desde
Caldas. Las eliminatorias estuvieron realmente emocionantes sobre todo porque
la ciudad: "chirimía" y "carrilera". En el Cauca, los campesinos que tocan flauta
compitieron los dos mejores grupos jóvenes (pero ya en la categoría de adultos:
hablan de la bandita o el conjunto de flautas, no de chirimía; tampoco hablan de
Aires de Pubenza y Los Gavilanes) y la mayor parte de los grupos tradicionales,
carrilera, que tiene un sentido despectivo, sino de música de cuerda. Se invitaron
incluido Alma Caucana. La mayoría estuvo allí, tal vez no tanto por el concurso
9 municipios. Otra vez ganaron los de Ordóñez y la participación no fue tan nu-
sino para testimoniar la tradición musical más auténtica de Popayán en sus 450
merosa como se esperaba. La Fundación del Banco del Estado que además de
años. Participaron 12 grupos de adultos de Popayán o veredas cercanas. Un grupo
promover la música y la cultura quiere sobre todo hacer propaganda al Banco, se
juvenil y uno infantil. Dos grupos campesinos, uno de Caquiona —cerca de Alma-
dio cuenta de que patrocinar un evento en un pueblito perdido en el Cauca no
guer— y otro —el que no deja de asistir ningún año— de Rioblanco. Se premió
representaba una buena inversión desde el punto de vista del impacto publicita-
también la "canción" inédita ("canción" sin canto y sin texto). Es decir, que fue un
rio y tratará más adelante de incursionar en otros campos.
concurso básicamente de grupos de Popayán.
Mientras tanto, en Popayán, la organización del concurso de chirimías pasa
Lo interesante fue el duelo entre las distintas tendencias que se dan hoy a
de nuevo a la Junta Cívico Cultural, y al marco de las Fiestas de Pubenza. De esta
nivel musical en la ciudad. Por un lado, los conjuntos tradicionales no profesiona-
forma, el 5 de enero de 1985 tiene lugar otro concurso más, a la usanza de los
les portadores de una tradición muy rica pero bastante anquilosada; por otro lado
años 79 y 80, pero un poco mejorado por cuanto se tienen en cuenta los criterios
Alma Caucana, el grupo profesional, pero ya muy decadente; y los grupos adultos
y bases elaborados por Jorge Flórez para sus concursos. Corno cosa rara, en este
que a finales de los 70 los encontrábamos jugando a ser chirimías por las calles, y
año uno de los integrantes del jurado fue un músico de chirimía, un excelente
en el 82 sonaban como juveniles: Aires de Pubenza, Los Gavilanes y Tambores de
flautista y compositor del grupo Los Cazadores (Silvio "Tillo" Fernández). Hay
mi Cauca. Estos últimos son un grupo reciente que trata de imitar tal cual al grupo 

56

  
DE FASTOS A FIESTAS
57      
Los CONCURSOS DE CHIRINITAS
de Ordóñez, aunque realmente está adaptando el repertorio campesino al estilo
payanés. 3° Los Gavilanes, por el contrario, son los seguidores de Alma Caucana
(su director y primer flautista es hijo de un integrante de Alma Caucana); están
tratando de renovar el repertorio e introducen elementos novedosos en el mane-
jo de voces y percusión, aunque imitando un poco a Aires de Pubenza. Aires de
Pubenza, sin lugar a dudas el mejor grupo actualmente en Popayán, con integran-
tes muy jóvenes, que ha viajado bastante y ha participado en concursos fuera de
Popayán (ganó, entre otros muchos concursos, el del Mono Núñez). Ha sabido
incorporar algunos elementos valiosos de la tradición campesina sin abandonar
su estilo y repertorio urbano; varios de sus integrantes componen piezas al estilo
tradicional, pero enriquecidas con contrastes de tipo agógico, dinámico y tímbri-
co. Sin poseer una formación académica, introducen juegos de voces en las flau-
tas que van más allá de la tradicional imitación por terceras. Obviamente, este fue
el grupo que ganó.
Un hecho novedoso de este evento fue la participación femenina. Por pri-
mera vez en la historia del concurso se presentó un grupo que, a excepción del Chirimía de La Ximena. III Concurso Departamental de Chirimías, 1987. El grupo aunque
flautista, eran todos los integrantes del sexo femenino (Munchique, El Tambo). trata de imitar fielmente el formato citadino, no puede ocultar su origen campesino.
Foto de C. Miñana.
Además, el grupo Tambores de mi Cauca tenía como ejecutante de mates a una
mujer. Otro dato interesante fue la participación de un grupo de uno de los asen-
El problema de los concursos, tal como han sido planteados, consiste en
tamientos surgidos después del terremoto de 1983 y de la escalada de violencia
que, por un lado, generan el estancamiento, el estatismo y, a largo plazo, la muer-
en el Cauca (La Ximena). Sin embargo, es preocupante la escasa presencia y mala
te. Con una reglamentación rígida, folclorista, que mira la historia como resultado
calidad de los grupos infantiles y juveniles que se presentaron.
y no como proceso, como la que se da normalmente en los concursos a nivel
Después de este recorrido casi año por año, falta hacer una evaluación
nacional, se logra conservar una tradición muerta, museificada, lejana de la vida.
global del concurso. ¿Qué papel ha jugado realmente en la vida musical de las
musical cotidiana y que sólo aparece —eso sí, intacta— una vez al año en el concur-
chirimías? ¿Tiene sentido seguir impulsándolo?
so, cuando la gente desempolva sus instrumentos para participar en ese ritual
Es indudable que más de 30 años de concursos han jugado un papel fun-
estrictamente reglamentado, en el que todo es serio y para ser considerado en el
damental que no se puede desconocer en la dinámica de la música y de los gru-
fallo final que da como resultado una suma, casi siempre muy reducida, de
pos de chirimía. Es casi seguro que sin el concurso, la agrupación de flautas y
percusiones que conocemos hoy, hubiera desaparecido o se hubiera transforma- dinero.
Los concursos generan también —como lo denuncian los grupos cuando
do notablemente. Esto no es aplicable a la realidad musical campesina, pues el
uno conversa con ellos en confianza—competencia desleal y rivalidad entre los
impacto de las modas y los medios de comunicación no era tan fuerte ni acelera-
músicos; envidias, rencillas, rencores que los alejan. Varios grupos han tomado la
do. De hecho, sin concursos, los grupos campesinos siguen, mal que bien, adelante.
decisión de no volver a participar en concursos por esta razón.
30 Es decir, tocan la melodía principal pero simplifican el complejo juego de voces en las flautas que se da a nivel
La división en categorías infantil, juvenil y adultos, si bien ha estimulado la
campesino, reduciéndolo a las terceras paralelas; por otro lado, tampoco introducen los golpes usados en la percusión participación de niños y jóvenes, ha provocado rupturas "generacionales" y ha
campesina sino que siguen tocando al estilo payanés.

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58
Los CONCURSOS DE CIIIRIMEAS
DE FASTOS A FIESTAS
contribuido a que la tradición musical chirimera se trasmita en formas cada vez
más escolarizadas.
El problema de los concursos es un problema de plata, sencillamente: como
contratar 10 conjuntos para que toquen en las fiestas es muy costoso, se convoca
a un concurso para el cual vienen 10 o 15 grupos y de los cuales solamente habrá
que pagar a dos o tres. Es un problema de plata y de política cultural. Como resul-
ta muy costoso financiar investigaciones, publicar cartillas, capacitar maestros, for-
mar músicos, apoyar a los grupos de base, entonces.., se hacen concursos. El
concurso cumple la función de justificar la presencia de las entidades promotoras
de la cultura, ante la ausencia de políticas culturales a largo plazo.
Músicos Y CONJUNTOS

Ya me robaste la flauta,
ahora vení por la música...!
Chancaca

Este capítulo está dedicado a las personas que hacen o hicieron la música de
chirimía: compositores, instrumentistas, directores y promotores de grupos. Cómo
se llaman, a qué se dedican, por qué hacen música, cómo se organiza y cómo
juventud real y Mi nuevo Popa-
yán, los dos únicos grupos en la funciona por dentro un conjunto de chirimía en Popayán.
categoría infantil y juvenil que se
presentaron en el concurso de
1987. Fotos de C. Miñana.
Los MÚSICOS A TRAVÉS DEL TIEMPO

" E L DE LA CHIRIMÍA"

Si bien de este antiquísimo instrumento tenemos referencias y testimonios desde


la colonia, muy pocos nombres de estos instrumentistas han llegado hasta noso-
tros. A pesar de que es un instrumento traído por los españoles y utilizado sobre
todo con fines litúrgicos, menciones antiguas y recientes coinciden en asociar el
instrumento con los indígenas. Todo parece indicar que la mayoría de estos ins-
trumentistas eran indígenas, que hablaban su lengua y que en la época de Navi-
dad y Reyes iban desde sus resguardos o veredas hasta Popayán (Albán 1867:166).
El maestro Zamudio (1949), que los vio en Popayán en 1941, dice que eran de
Tierradentro. Arcesio López Narváez (1964:2) dice que venían de Guambía y Pita-
yó. Parece que no eran personajes muy famosos o conocidos por los payaneses,
lo que confirma el hecho de que eran venidos de afuera. Se les decía simplemente
"el de la chirimía" (ídem). La mayoría de las veces que se les menciona con nom-

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DE FASTOS A FIESTAS 61
MÚSICOS Y CONJUNTOS
PRIMERA GENERACIÓN DE MÚSICOS Y CONJUNTOS
bre propio son en documentos demasiado recientes, demasiado lejanos de la
desaparición del instrumento en Popayán.31
Lo de "primera" generación es un decir, porque antes existieron otras muchas. Se
La única cita documental clara es de diciembre de 1941 (ElLiberal, diciem-
dice primera porque es esa generación de la cual se recuerdan algunos nombres
bre 6 de 1941). Es un artículo donde se anuncia que saldrá a las calles esa Navidad
que se pierden en el pasado y que parecen personajes más míticos que reales.
la chirimía Cauca, con 25 músicos. De cada músico se da el nombre, el instrumen-
El conjunto más famoso que se recuerda hacia los años 30 de este siglo es
to que ejecuta y el apodo. En primer lugar aparece: "chirimía Octavio Caicedo, el
el del Altozano (Barrio La Pamba, cerca a La Ermita). Ya en 1939 era leyenda (El
guaquero. Redoblante, Luis Mosquera, el gordo". Luego sigue una lista intermina-
Liberal, 24 de diciembre de 1939). "Pateguava", al parecer un excelente flautista
ble de flautistas, tamboreros y percusionistas. El conjunto era dirigido por Carlos
que pasará a la historia con ese nombre porque nadie supo su nombre de pila, era
López Narváez. Después de esa fecha no encontramos ni siquiera referencias de
el director y organizador de este conjun-
que volviera a salir la chirimía alas calles.
to que, en sus mejores tiempos, pudo lle-
Varias personas entrevistadas de más de 80 años hablan también de un
gar a tener 20 músicos: 2 chirimías, 6 flau-
obrero del barrio Bolívar que también tocaba la chirimía: Antonio Quintero. Esto
tas, 4 tamboras, 2 maracas, 2 "jucujucos",
coincide con un brevísimo testimonio que aparece en la prensa de 1939 (El Libe-
2 carrascas, 1 triángulo, 1 carángano. En
ral, 24 de diciembre, p. 3). El columnista se queja de que de los conjuntos de
ese conjunto tocaron también el mítico
chirimía sólo sale el de Anacoreta (de este personaje ya se habló anteriormente
flautista "Chancaca" (un negro llamado
en relación con la fiesta de Reyes) y que no volvieron a salir "los Chantre, los
Agustín Vidal) y los no tan mitificados
Quintero y los Pajoy". Es casi seguro que se refiere con "los Quintero" al señor
doctores Carlos López Narváez y su her-
Antonio Quintero y su conjunto, en el cual participaban algunos familiares, entre
mano Arcesio (tambora). También había
ellos su hijo Gregorio.
un Vejaran° Trullo que tocaba la carrasca.
De los tales Chantre y Pajoy no se ha podido averiguar nada concreto.
Dicen por ahí las lenguas que Pa-
Tampoco se recuerda el nombre del chirimero que tocaba con el conjunto de
teguava era zambo, alto, con la pata tor-
Anacoreta.
cida, arremangado y mascando coca, que
Luis Antonio Pérez Torres, nacido en Popayán en 1903 y con una lucidez y
pedía a veces limosna, y que cuando mu-
salud increíbles en 1987, nos comentaba que el señor Quintero —y en general los
rió, su mujer, la india Pascuala, puso en Pateguava
chirimeros— salía con vestidos especiales y extraños. Se colocaba una capa brillan-
su tumba un puro de mambe, unas flo- Caricatura de Arboleda, 1942
te en la cual se colgaban panes, chorizos, tortillas... Al lado del chirimero iba un
res de monte y su flauta.
acompañante que no tocaba, pero que también se vestía en forma similar. Coinci-
Otro personaje de esta misma época, y que todavía salía con su conjunto
dencialmente, en la nota de prensa de El Liberal que se acaba de citar, también
en 1940, era Rogelio Guevara "Anacoreta", "remador" o tocador de tambora, tore-
hay una referencia muy genérica al vestuario del chirimero: "las chirimías han
ro, fabricante de máscaras y bromista de profesión que ya se citó anteriormente al
perdido su espléndido atavío" (ídem). Esto podría significar que a finales de los
hablar de la Fiesta de los Reyes. Él organizaba el arria de La Pamba y parece que
años 30 se abandonó este tipo de vestuario.
salía a veces también con Pateguava como flautista.
Otros flautistas no tan famosos eran "Palmenis" (?) y José María Carvajal
3i Por ejemplo, Diego Castrillón Arboleda (1975:5) hablaba de un "conjunto de artesanos sudorosos con ruanas y
sombreros de guambía dirigidos por Antonio Idrobo con los cachetes inflados" tocando la chirimía. La cita, además de "Pajarito", del barrio Bolívar, más conocido este último por la fabricación de aguar-
reciente, es confusa pues no se sabe si el señor Idrobo era únicamente el director, o era director y chirimero. El texto,
por otra parte, da a entender que los músicos no son indígenas sino artesanos, es decir, payaneses vestidos a lo guam- diente ilegal llamado "chiquito", como instructor de danzas para la época de di-
biano.

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62 MÚSICOS Y CONJUNTOS

DE FASTOS A FIESTAS
ciembre (cuadrillas y contradanzas) y como organizador de la fiesta del taitapuro
(Sánchez 1967:131). noche. Los directores en esa época eran Clímaco Campo, Jorge y Román Domín-
Hasta aquí un poquito de historia y mucho de leyenda. Después de 1939 guez, Humberto Muñoz y Enrique Tobar (El Liberal, 6 de diciembre de 1941).
contamos con numerosos testimonios escritos que nos La del Altozano tampoco se quedaba atrás, organizada por el ya menciona-
permiten reconstruir fragmentariamente, pero con fide- do Anacoreta (Rogelio Guevara), uno de los virtuosos tamboreros de su tiempo,
lidad, la trayectoria de los grupos y algunos datos de los que vivía en La Pamba, "artesano de ruana perpetua y sombrero de paño" (Pena-
músicos. gos 1989:62).
De esta misma época es otro personaje, el doctor También salía la del Callejón, con músicos apellidados Guevara, Vidal y
Francisco E. "Pacho" Diago, que, aunque no fue músico Santacruz. Y por supuesto, la del Egido, con "Palmito" y "Chanca".
de chirimía, una de sus composiciones —El sotareño—, En 1940 salió una chirimía organizada por el maestro Hernán Castillo. La
se convirtió en una pieza obligada en el repertorio de mayoría de sus integrantes se reagruparon con otros muchos músicos en diciem-
todas las chirimías. Esta pieza ha tenido tanta populari- bre de 1941 para conformar la más monumental e increíble chirimía de la historia
dad que, desde hace mucho tiempo, todos los años se con 25 músicos, farolero, director y compositor, subdirector, músico mayor, abo-
clausura el concurso de chirimías interpretándola junto gado para librar al conjunto de culebras y cárcel por muy razonables desmanes y
con El rioblanqueño. Pacho Diago fue un personaje de borracheras, 4 encargados de los licores (departamentales, extranjeros, guarapo y
la clase alta payanesa, político, profesor universitario y chicha) y una serie de "arrimados" que no hacían nada pero que sí tomaban. El
bohemio. Falleció en 1945. Liberal (diciembre 6 de 1941) anuncia su salida y reseña nombre por nombre
todos sus integrantes, el instrumento que ejecutan y su apodo. Además de una
Francisco E. Diago chirimía de verdad, con su redoblante y todo, estaban allá algunos músicos famo-
LA "EDAD DF ORO": LOS AÑOS 40 Caricatura de Rengifo, 1944
sos, como el mismo Carlos López Narváez "Chicharrón", Teoclistides Molan()
"Avión" y Evelio Collazos "Colorado", ambos flautistas, Carlos Ante "Zócalo" --que
La mayor parte de personas mayores recuerda en sus testimonios esta época como pasará a la pequeña historia de las chirimías como un virtuoso del triángulo o
una especie de "edad de oro" de los conjuntos de chirimía, pero ya sin la chirimía. "acero"—. Este conjunto era la Chirimía Cauca y parece que no se conformaban
Recordemos que la última aparición documentada de este instrumento es en 1941. con bambucos porque tocaban también trozos de Rigoletto (El Liberal, 23 di-
Los conjuntos se caracterizaban por ser muy masivos. Como decía el doc- ciembre de 1941).
tor Carlos López Narváez, músico y director de conjuntos en esa época, "la cate- De esa misma época era el conjunto Los Gavilanes, de los barrios San Fran-
goría de la chirimía la dan las tamboras (mínimo tres)" (1960:9). La participación cisco y El Cacho (clase media). Parece que les iba muy bien económicamente y
en un conjunto era una fiesta completa e importaba más la integración, la relación alguno se aprovechó de eso, pues el 24 de diciembre de 1942, el secretario del
humana, el pasar un buen rato, que la parte propiamente musical. Los conjuntos conjunto típico (eso era con secretario y todo) , Gerardo Concha, se queja de que
salían por las calles tocando y animando las fiestas navideñas y de reyes, entraban un vivo anda por las casas recogiendo plata a nombre de ellos (El Liberal. p. 1).
a las casas, consumían bastante licor... eran toda una comparsa. Este grupo llegó también a ser muy grande (25 músicos), todos ellos jóvenes y
Famosa y tradicional era la chirimía del barrio Bolívar, con un tamborero uniformados. Lo del uniforme parece que fue una estrategia para distinguirse de
que era Tomás Chinco (ídem). En 1941 estaba conformada por 8 tamboras (las los demás (eran la gente "bien") y para evitar que algún vivo se les colara y les
tamboras lo primero), 4 flautas, 4 "sorrajas" y varias ca rrascas. Es de suponer que hiciera lo de otros años: pedir plata a nombre de ellos. Tenían 2 flautas de carrizo
el conjunto variaría según el número de vecinos que quisieran salir a tocar esa y también una ocarina. La ocarina no respondía en ese momento a una tradición
musical de la región. Como este grupo estaba muy bien "relacionado" viajaron a

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DE FASTOS A FIESTAS
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MÚSICOS Y CONJUNTOS
El repertorio grabado por Whiteford es de cuatro piezas: Marcha Royal
presentarse en Cali y otros lugares (El Liberal, 27 de diciembre de 1942, p. 3 y 30
(una marcha clásica), La Ópera (en realidad es la melodía que tocaba la chirimía-
de diciembre).
oboe tradicional el día de Reyes, en ritmo de marcha, seguida por un bambuco
De esta misma época, los que la vivieron recuerdan al mejor tamborero, el
negro Manuel Esteban Concha, lo cual no hace sino confirmar la evidente presen- llamado La muñeca), Perucho Sarria (un pasillo) y Enigma (danza de Efraín
Orozco, tocada con ocarina).
cia de la percusión africana en el bambuco caucano. Otros tamboreros famosos,
Director de Los Gavilanes fue durante mucho tiempo Carlos Vivas "El Mo-
en una época donde lo importante de los grupos eran las tamboras, eran Tomás
cho", otro gran personaje de la historia chirimera, sordo, con muy poco de mo-
Chinco, Juan Ramos "Cate A 2" y Juan Wallis (López 1960:9).
cho y con algún nivel de formación académica musical. Tocaba piano y leía parti-
tura. Era primo de Ennio y Alvaro Vivas, integrantes de Los Caucanos y luego
LA D É CADA DE Los GAVILANES
fundadores de Alma Caucana. A Carlos Vivas se le atribuye ser el compositor del
bambuco El rioblanqueño.
En el 51 comienza la guerra de los "blanquitos" de la que se habló en el capítulo
Imitando a Los Gavilanes surgieron Los Caucanitos que, al crecer, serán
de las fiestas en Popayán. Van imponiéndose procesos de modernización y hay un
Los Caucanos. Otro grupo similar fue el conjunto Popayán, dirigido por el futuro
notable decaimiento de los conjuntos de chirimía. Es lógico que en este contexto
fundador del concurso de chirimías, Lope Helcías Rengifo. En diciembre de 1954
las chirimías tradicionales de los barrios desmejoraran y que salieran adelante los
se presentaron en un "acto lírico literario a las 10 a.m. en el Teatro Municipal para
conjuntos con tendencias más innovadoras. Los Gavilanes fue el grupo estrella
recolectar fondos con destino al "Aguinaldo del niño pobre" (El Liberal, 12 de
durante toda esta década. A comienzos de los 50 era uno de los grupos más jóve-
diciembre). Presentaron fragmentos de zarzuelas y el bambuco El rioblanqueño.
nes, con buena infraestructura económica y con impacto innovador: vistosos uni-
La entrada valía un peso, estudiantes 50 centavos.
formes (reproducciones fieles de los vestidos tradicionales guambiano y sibun-
En 1955 aparece un nuevo conjunto de barrio, el Conjunto Popular, con 20
doy) , un gavilán disecado como estandarte, un instrumento exótico como la oca-
músicos, dirigido por el "flautero" Serafín Avendario (El Liberal, 24 de diciembre
rina que substituía a la chirimía. Era, sin lugar a dudas, el grupo de moda y lo
contrataban en reuniones sociales, en los clubes y los invitaban a participar en de 1955).
Para el 56 a los Caucanitos ya les había crecido el bigote y se llamaron Los
eventos para recoger fondos con fines benéficos (el tasajo) .
Caucanos. Dirigidos por Lope H. Rengifo viajan a Bogotá y a Cali. En la capital
Whiteford (1977), que conoció y grabó esta chirimía en 1951, 32 afirma que
grabarían un programa de televisión. En Cali actuarían en varias emisoras. Era un
habían viajado también a Bogotá y que tocaban en la Gobernación en recepciones
grupo pequeño (2 flautas, 2 tamboras y una carrasca) integrado por Leonardo
para visitantes distinguidos. Insiste en que la chirimía es una forma de recreación
Vivas, Alirio Vivas, Oscar Perafán, Jesús Valverde y Víctor Cuadros. El Liberal del
de la "clase baja" y, para confirmarlo, dice que todos los integrantes de Los Gavila-
28 de diciembre de 1956 publica una foto de ellos en un estudio de televisión en
nes "alguna vez vivieron en el viejo barrio Alfonso López" (227), un barrio "de
primera plana: Los Caucanos en televisión. Esto fue un estímulo muy grande para
clase baja". 33 Sin embargo, la mayoría de músicos de chirimía entrevistados que
los grupos y marcaría el comienzo de un proceso de profesionalización que cul-
vivieron esa época recuerdan a Los Gavilanes como gente "bien", e incluso como
minaría en el conjunto Alma Caucana. En la citada foto aparecen vestidos de guam-
"arribistas" de clase media. Esto no contradice el testimonio de Whiteford ya que
biano, con gorros guambianos y pantalón corto.
él afirma que "alguna vez vivieron...", lo que confirma su ascenso social.
En el 58, el profesor Rengifo intenta promover en el Liceo de la Universidad
del Cauca donde trabaja, un grupo musical. Y lo logra. En diciembre retorna la tradi-
32 Probablemente esta sea la grabación más antigua de una chirimía payanesa.
ción de acompañar la bajada de la Virgen con su grupo infantil Los Sotareños. Este
33 Para una caracterización del Barrio Alfonso López y de la clase baja en esta época, ver Whiteford 1963:203-223 y 1977,
cap. 8. Curiosamente, este barrio fue fundado en 1932 por el Consejo Municipal, como una forma de aliviar las conse- grupo quedará fuera de concurso el próximo año en el I Concurso de Chirimías.
cuencias de la depresión económica: situación similar se vive en los asentamientos hoy.

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MÚSICOS Y CONJUNTOS
DE FASTOS A FIESTAS
Otro grupo que sonaba, aunque no tanto, era Los Patojos. En enero del 59
Dos D É CADAS BAJO EL SIGNO DE LOS CONCURSOS Y DE ALMA CAUCANA
estrenaron un pasillo titulado, precisamente, Los patojos con música del profesor
Omar Rengifo, músico director de banda hermano de Lope Helcías.
Los concursos afectaron radicalmente la vida de las chirimías en Popayán, tal como
El compositor payanés más importante de esta época es, sin lugar a dudas,
se analizó anteriormente, generando la competencia, normalizando y homogeni-
Efraín Orozco Morales (1898-1975). Nacido en Cajibío, viajó desde muy joven a
zando la conformación instrumental de los grupos y los repertorios, desplazando
Popayán. Allí aprendió música en una Banda Militar. Posteriormente recorrió Co-
lombia y América Latina dirigiendo bandas y orquestas, componiendo y promo- poco a poco su función de la fiesta popular (que se transformaba), al hecho mis-
mo de concursar. Vemos cómo surgen en esos años decenas de grupos que se
viendo artistas. Estuvo 30 años en Argentina y gracias a eso su música pudo llegar
constituyen unos días antes del concurso, únicamente si hay concurso; e incluso
a través de los discos a toda Latinoamérica. Sus canciones fueron éxitos indiscuti-
bles en los años 40. Los discos también llegaron a Popayán. EnEl Liberal del 23 de algunos llegan a motivarse por el concurso sólo si los premios son altos. Son con-
diciembre de 1954 apareció, por ejemplo, un aviso que decía: juntos que duran uno, dos años... tres si mucho. A veces desaparecen del mapa y
vuelven a aparecer "reencauchados" cuatro o cinco años después. Estos grupos
!Alerta Patojosrnegó el disco «Todo» y «Borrachito» sirvieron no obstante para animar en ocasiones la vida de los barrios en las fiestas
del maestro Efraín Orozco. Diviértase con ese bambucó. navideñas y como semillero que alimentaba a las chirimías más profesionales.
Almacén Auto Cauca $4.
Desde 1959 hasta finales de la década de los 70 existieron únicamente 5 o
A pesar de que Orozco poco tiempo pasaba en Popayán, sus composicio- 6 grupos con alguna trayectoria y continuidad (ver cuadro sinóptico al final de
este capítulo).
nes fueron siempre muy bien recibidas y las chirimías las integraron a su reperto-
rio. Tenjo, Enigma y Señora María Rosa son tres clásicos del repertorio chirime- Los Gavilanes, uno de los grupos con más trayectoria desde los años 40,
ro payanés. En 1968 visitó Popayán y fue todo un acontecimiento. prácticamente desapareció en esta época. Se reorganizaron con nuevos integrantes
En esta década de modernización vemos cómo las tendencias impulsadas en dos o tres ocasiones. En 1963 ganaron el primer puesto en el concurso. La última
desde 1942 por Los Gavilanes se consolidan: predominio de los grupos juveniles vez que se oye hablar de ellos es en 1968. Sus integrantes ya no eran los muchachos
e infantiles, uniformes guambianos, nuevos repertorios con tendencias más aca- modernos sino un grupo de señores ya mayores con muchas "obligaciones".
démicas y cancionísticas, los grupos salen a Cali y Bogotá, influencia de los me- Otro grupo que viene de atrás, pero no tanto (1955), es el Conjunto Popu-
dios masivos como la radio y el disco. lar. Fue un grupo insistente y constante durante toda la década de los 60, pero
Hay en esta época dos fenómenos aparentemente contradictorios. Por un que parece nunca pudo ganar el concurso. Sólo 2 o 3 veces quedó de segundo.
lado el proceso de modernización a nivel social, económico y cultural. Las fiestas Los Patojas fueron una chirimía similar al Conjunto Popular, insistente tam-
se transforman totalmente y llegan muchos grupos de afuera a las casetas. Este bién año por año, pero con mejor suerte, o con más calidad. Varias veces queda-
impacto se traduce, sobre todo, en una notoria modernización de los repertorios. ron en el segundo puesto, y 2 veces en el primero. El grupo se acabó hacia 1970
Es curioso, pero el repertorio que desde los años setenta hasta hoy se percibe cuando su director jesús Satizábal, uno de los mejores flautistas de esta época se
como el repertorio tradicional payanés no es de substrato antiguo, no es ni siquie- "profesionalizó" al vincularse a Alma Caucana. La mayor parte de los integrantes
ra de los años cuarenta. El repertorio que hoy consideramos como lo más tradi- de Los Patojos eran del barrio El Ejido.
cional de Popayán es el que se consolidó precisamente en la década de los años La Chirimía Colonial surge hacia 1959. Su director, Simón Murillo. Este
50. Por otro lado, como una forma de hacer frente a la avalancha, a la agresión grupo duró un poco más que los anteriores (1973) pero su desempeño y conti-
cultural externa, se refuerza una tendencia indigenista que se expresa única y nuidad fue bastante inferior.
exclusivamente en el vestuario o uniforme de los grupos. Una chirimía con una trayectoria bien interesante es la de Los Pubenenses.
Surge hacia 1959. En 1960 la dirige Lope Helcías Rengifo y, como era lógico, que-

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DE FASTOS A FIESTAS 69
MÚSICOS Y CONJUNTOS
dó fuera de concurso ese año. En el 61 su director es un joven llamado José Olme-
do Murillo y sacaron el primer puesto. José Olmedo nació en 1938 y desde muy
temprano se vinculó al mundo de las chirimías como percusionista. Estuvo inicial-
mente en Los Gavilanes, también en Los Caucanos, en otro conjunto llamado La
Rosa y, desde esta época, con Los Pubenenses. A pesar del fuera de concurso del
año 60, en los años posteriores no les fue tan bien. Después de un receso, duran-
te los años 70 reaparece José Olmedo dirigiendo el grupo Así es Popayán (1978),
conjunto que ha tenido continuidad hasta hoy (1987). Don José Olmedo Murillo
es un trabajador de la construcción, un flautista bueno pero no virtuoso, un hom-
bre sencillo que compone bellos bambucos, que ama su música y trabaja por ella
con total desinterés. Algunas de sus composiciones se han convertido en clásicos
del repertorio chirimero: El guambiano (bambuco), El patojo (bambuco), Pa-
chibti (pasillo).
El mejor conjunto de todo este período es, sin lugar a dudas, Los Caucanos
(posteriormente Alma Caucana) . Este es un conjunto que viene con fuerza desde
atrás, como en el período anterior había sucedido con Los Gavilanes. Primero José Olmedo Murillo. Foto de C. Mifiana, 1986.
fueron Los Caucanitos; en 1956 Los Caucanos. Ya se dijo que se foguearon desde
muy temprano pues viajaron a Bogotá a concursar; hasta el año 69 se ganaron tuoso flautista que hacía la segunda, y primo de ambos; posteriormente se vincu-
prácticamente todos los concursos. El director de este grupo y también fundador laron otros excelentes flautistas como jesús Satizábal, exdirector de Los Patojos,
de Alma Caucana fue Alvaro León Vivas C. (1946?-1985), flautista, pero sobre todo Orlando Medina, Luis Salazar, Néstor Velasco, Iván Alberto Dulce. Los percusio-
líder y organizador del conjunto. nistas no cambiaron mucho en comparación con la mayoría de las chirimías paya-
En 1969 se crea una división en Los Caucanos. Las causas no son claras, nesas: Gilberto Vivas C., guitarrista, compositor y tamborero, hermano de Alvaro
pero sirvió para romper su liderazgo indestructible en los concursos y crear un y Ennio, Víctor Manuel Cuadros (tambora), Julio Manuel Barragán (carrasca), Al-
grupo alternativo. Alvaro Vivas deja el grupo y funda Alma Caucana. Ese año com- fredo Bravo (carrasca y bajo), Alirio Fajardo Valencia (mates o carrasca), Freddy
pite con su hermano Ennio Vivas, nuevo director de Los Caucanos. Para seguir López (triángulo) . Luego llegaron algunos otros como Carlos Alberto Dulce (tam-
creando la ilusión de que nuevos grupos de calidad entraban a competir, el mis- bora) , José Eusebio Flor, Guido Hoyos.
mo Alvaro Vivas crea el conjunto Fiestas de Pubenza para el concurso de 1972. Sin El conjunto adquirió personería jurídica y se estructuró como sociedad
embargo, esto no funciona en una pequeña ciudad donde todos se conocen des- con estatutos, junta directiva, presidente, tesorero, secretario, etc. Con dinero
de hace mucho tiempo. Por esto deciden no volver a concursar para permitir la reunido por ellos mismos produjeron el primer larga duración grabado íntegra-
emergencia de nuevos valores. mente por una chirimía: Conjunto A lma Caucana, Popaydn. Chaves 7901. Ste-
Pronto desaparecen Los Caucanos y Los Patojos, y Alma Caucana se consti- reo (1975). Posteriormente grabaron un segundo disco:Alma Caucana, V ol. 2,
tuye como un grupo casi profesional que recoge los mejores músicos del momen- en el mismo sello Chaves 7905, Pasto. Estos discos —los únicos existentes a nivel
to. Allí están Alvaro León Vivas Camacho, fundador y director; su hermano Ennio, comercial en este tipo de música hasta 1987— han circulado ampliamente y han
flautista y compositor (el bambuco Tambores de mi Cauca, por ejemplo, es una sido usados hasta el infinito en las emisoras siempre que se necesitaba un fondo
obra maestra del repertorio para flauta de caña); Leonardo Vivas (1939), otro vir- musical "caucano". Son, por lo tanto, el paradigma sonoro de la caucanidad.

71
70
MÚSICOS Y CONJUNTOS
DE FASTOS A FIESTAS
Se convirtieron en un grupo casi "profesional", aunque sus integrantes nun-
ca alcanzaron a vivir con los ingresos producidos por el grupo. Ganaron en 3
ocasiones el primer premio en el concurso Anselmo Durán, en Neiva; cumplieron
contratos en los mejores clubes de Popayán, en Pasto, Cali, Ibagué, Cartagena.
Estuvieron también en Bogotá en el Teatro Colón participando en el concurso de
intérpretes de música colombiana.
En su primera época el grupo desarrolló un repertorio propio y novedoso,
y un virtuosismo notable en las flautas; tocó haciéndose acompañar de buenos
guitarristas (Luis Carlos Valencia Quijano) y en ocasiones de pianistas. Asumió
hambucos y pasillos que exigían un buen manejo cromático de las flautas sin lla-
ves. Esto les obligó a construir flautas afinadas según las escalas temperadas ya
que anteriormente —como se verá al hablar de las técnicas de construcción de los
instrumentos— la afinación no era tan definida o estable.
Su repertorio fue netamente urbano, la ejecución muy pulida y virtuosísti-
ca. Sin embargo, con su segundo disco dan muestras de falta de creatividad y caen
en un repertorio más fácil, demasiado conocido y, además, muy poco caucano: . _ . - -•
Luna roja, El barcino, El cóndor pasa, El Sanjuanero, Bachué , Bochica, A lma Folclór ico ALMA PAUCAÑA
del Huila, Titiribí. Dir ect or Alv át is V iv as e
- • •
A pesar de que últimamente muestran un estancamiento evidente, hay que Carátula del primer disco deA lma Cauc (lila (1975) . La foto está tomada bajo el Puente del
reconocerlos como el primer grupo casi profesional en este tipo de música. Crea- Humilladero, lugar donde se realizaron durante varios años los concursos de chirimías.
ron un estilo propio, sacaron adelante un nuevo repertorio que implicaba desa-
mente no a los conjuntos campesinos de sus veredas, sino a los grupos de Popa-
rrollos técnicos bastante complejos y dieron a conocer la música de Popayán y sus
yán y, especialmente, a Alma Caucana. Los estilos campesinos son muy diferentes
instrumentos en todo el país. La profesionalización y estabilidad del grupo hizo
a los urbanos. Los músicos de chirimía de los pueblos los perciben como incom-
que el conjunto chirimero tomara presencia en eventos cívicos y sociales por fue-
patibles, pues responden a lógicas musicales distintas (Miñana 1989).
ra de las fiestas navideñas, ampliando el campo de acción social de esta música.
Algunos conjuntos payaneses de esa época que no tuvieron tanta continui-
Alma Caucana se convirtió en un modelo ideal a imitar por todos los con-
dad fueron Los Sotareños, Independiente (barrio San Camilo), Popayán (del Alto-
juntos. Se imitó el vestuario, se copió el repertorio, se copiaron las medidas de las
zano), Machángara (del Cadillal), Yanaconas, Pomona, Los Delirios (barrio Bolí-
flautas, se imitaron las células percutivas. Alma Caucana fue, sin quererlo, la nor-
var), Los Incas, El Alfonso López, Calderas, Peñalisa, Piragua, Toribio Maya, Grana-
ma evaluativa de los demás grupos. Tanto así que, al final de este período, el
da, Los Cafeteros, El Placer, Caribe, Los Veteranos, Los Pispirispis, Conjunto Infan-
concurso de chirimías (1977) establece un modelo de conformación instrumental
til, Rioblanqueños, Los Palomos, Los mismos de siempre, Conjunto navideño, Flor
para poder participar, y este modelo es, precisamente, la estructura instrumen-
del campo, Campesinos, Aires Caucanos, Jiménez (barrio El Dean), La Estrella,
tal de Alma Caucana: se enfatizan las flautas, se disminuyen las tamboras y la
Flor del Cauca, Conjunto Granadino (barrio de los Hoyos). El conjunto Peor es
percusión.
nada (luego Los Guambianitos) fue un grupo infantil familiar (Familia Galvis To-
En casi todos los pueblos —cabeceras municipales— de la región andina del
rres) que hizo furor en los años 70 barriendo con el primer premio tres años
Cauca (Bolívar, Almaguer, El Bordo, Timbío) las chirimías pueblerinas imitan fiel- consecutivos (1971-1973).

72
73
DE FASTOS A FIESTAS
MÚSICOS Y CONJUNTOS
GRUPOS Y MÚSICOS DE HOY (1979-1987) Otro conjunto de mucha menor trayectoria y continuidad fue la chirimía
del Sena de Popayán, integrada por instructores de la institución. Su director fue
El estancamiento de Alma Caucana y de los grupos tradicionales, la nueva regla- el tamborero Gerardo Aníbal Martínez P. El flautista Orlando Medina, integrante
mentación del concurso que prohibió la participación de grupos profesionales y de Los Caucanos. Apareció en 1979. En diciembre de 1985 viajaron a Pasto y que-
de grupos que ganaron en ediciones anteriores, el impacto de grupos campesi- daron en segundo lugar en un concurso musical, aunque hay que anotar que
nos como el de Ordóñez y el surgimiento de un nutrido grupo de chirimías infan- tuvieron el refuerzo de Leonardo Vivas, excelente flautista de Alma Caucana.
tiles a finales de los 70, hicieron posible una serie de cambios que hoy (1987) Los Cazadores fue un grupo que comenzó su . director Jairo Raúl López
empiezan a dar sus frutos. López (1946) con los socios del "Club de Cazadores" en 1976. Este grupo duró
De los grupos tradicionales que siguen sonando hoy, el grupo Así es Popa- apenas un año y entonces Jairo López decidió continuarlo con sus hermanos y
yán, dirigido por Olmedo Murillo (antes Los Pubenenses), continúa haciendo su vecinos. Dieron "el golpe" con su uniforme pues abandonaron el estilo guambia-
trabajo, aunque un poco alejado del ambiente competitivo de los concursos. En no e introdujeron unos llamativos sombreros con cinta negra y cola de ovejo. Este
1987, con motivo de los 450 años de la fundación de Popayán, volvieron a concur- conjunto logró un excelente acople y ganaron el concurso en 1978 y 1980. Los
sar con la composición de Olmedo tituladaAsí es Popayán. flautistas eran, además de Jairo Raúl, su hermano Juan Andrés (el más joven) y
Otro grupo de finales de los 70 que continúa es el de Los Sotareños, del Silvio Abraham Fernández Tovar, los tres excelentes. Además de otros hermanos,
barrio El Dean. Anteriormente se llamaban Los Artesanos del Cauca pero cambia- el conjunto lo integraban dos primos de apellido Tovar. Fue, pues, un conjunto
ron su nombre para seguir compitiendo, pues en una ocasión quedaron como netamente familiar. Al comienzo contaron también con otro flautista y composi-
ganadores. Este grupo ha sido mucho más constante en su afán competitivo pero tor llamado Silvio Fernández Rivera. Jairo López también ha compuesto algunas
sólo hasta 1985 pudo conseguir el primer premio otra vez. Su director es Oswal- piezas como Los Cazadores, Fiestas de Pubenza y Chiribiano. Este grupo des-
do Mompotes, un flautista bueno pero no virtuoso que últimamente está comen- pués de 1983 no volvió a concursar para evitar los problemas y rencillas que sur-
zando a componer. El conjunto ha sido bastante estable en cuanto a sus integran- gen de este tipo de competencias. Construyeron una chirimía, es decir, el oboe.
tes. Es un grupo maduro (edad promedio 40 años) integrado por trabajadores Preguntaron a los mayores cómo era y lo reconstruyeron a partir de informacio-
asalariados y pequeños comerciantes. Musicalmente el grupo no tiene plantea- nes verbales. Sin embargo, nunca pudieron hacerlo sonar de modo que produje-
mientos nuevos y no tiende a la profesionalización. ra algún tipo de melodía coherente. Este grupo además ha cumplido un intere-
Un tercer conjunto, muy similar al de Así es Popayán, es el de La Esmeral- sante papel pedagógico pues ayudó a cualificarse a algunos integrantes de Juven-
da, un barrio relativamente nuevo (constituido en los años 50). Es un grupo de tud Caucana, que después pasarían a Aires de Pubenza.
barrio, de estilo tradicional pero competitivo, un poco a la manera de las chiri- Otro conjunto de estos últimos años, aunque de menor trayectoria y con-
mías de antaño en las que lo importante era la relación humana. Se fundó hacia tinuidad y con un estilo más tradicional es Folclor Caucano, versión adulta de Los
1976 pero la mayor parte de sus integrantes son músicos con experiencia venidos Caucanitos (1975). Los flautistas actuales, Oscar y Silvio Potosí.
de grupos ya desaparecidos: Clavel Rojo, Pielroja, Los Patojos, Los Sotareños y Los De la misma generación de Folclor Caucano es el grupo Los Gavilanes.
Gavilanes de antaño. El promedio de edad en el grupo actualmente es de unos 45 Este es un nuevo grupo de Gavilanes que no tiene casi nada que ver con los anti-
años. El director y flautista es el señor Carlos Eduardo Mosquera. La mayoría son guos. Unicamente tienen en común el nombre y el gavilán que llevan disecado
trabajadores asalariados. como mascota o estandarte. Surge hacia 1980 en categoría juvenil dirigido por
Alma Caucana sigue existiendo como grupo pero, en mi concepto, actual- Carlos Alberto Dulce, tamborero de Alma Caucana. El flautista es su hijo Iván Al-
mente vive de la fama de años anteriores y está bastante estancado, en cuanto a berto Dulce. También están como flautistas Luis Carlos Salazar, joven compositor
repertorio y a la misma actividad musical. (El gavilán) y Carlos Solarte. En el concurso de diciembre de 1981 aparecen ves-

74 75
DE FASTOS A FIESTAS MÚSICOS Y CONJUNTOS
Conjunto Los Gavilanes. En el centro Iván Alberto Dulce. Foto de C. Millana,
1986. Conjunto A ires de Pubenza. En el centro Walter Felipe Meneses con una camiseta
de cuando pertenecía al grupo Juca. Foto de C. Miñana, 1987.
tidos todos como indios pijaos, con guayucos, pintura y plumas, a la manera de
los grupos populares de los años 50. En el 83 ganan el primer puesto en la catego-
En el 81 surge con fuerza otro nuevo grupo juvenil, Juca (Juventud Cauca-
ría juvenil. En 1987, ya en la categoría de adultos logran el segundo puesto enfren-
na, antes Los Patojitos). Concursan en 1981 y en el 82 logran el segundo puesto
tado con Aires de Pubenza. Es un grupo joven, con un promedio de unos 21 años.
juvenil. El director Javier Sánchez pasará después a Los Gavilanes en 1986. Este
Los flautistas en el 87, además de Iván Alberto Dulce (ahora director), son Néstor
grupo es bastante inquieto y crítico del medio en que vive. Se sentirá interrogado
Velasco y Javier Sánchez Arboleda, este último exdirector del grupo Juca del que
por los campesinos de Ordóñez y empezará a salir para recopilar música nueva.
hablaremos más adelante. Es un grupo de bastante calidad, pero sin estilo propio.
Viajan a Almaguer. En el 85 se presentan en Medellín. Este grupo se cualificó mu-
Se debate entre Alma Caucana (Iván ha tocado también con Alma Caucana, y su
cho por realizar un trabajo constante y por la asesoría de Los Cazadores.
papá es tamborero allí), entre un cierto efectismo que se demuestra en detalles
En 1986 se desintegra el grupo Juca y tres de los flautistas, Jackson Arturo
como los disfraces de indios de hace unos años y la imitación del nuevo estilo de
Ordóñez, Luis Alejandro Solano y Walter Felipe Meneses, se integran a Aires de
Aires de Pubenza. Se percibe también en ellos un afán por sobresalir, por ganar,
Pubenza, grupo que para entonces había desarrollado un trabajo similar en cuan-
no tanto el interés por un trabajo continuo, sistemático. Normalmente no compo-
to a la continuidad y a las salidas al campo. Queda así conformado un grupo de 12
nen, pero para el concurso de 1987 presentaron El pubenense, de la autoría de
integrantes con 4 excelentes flautistas y 8 jóvenes percusionistas con un impre-
Néstor e Iván, ganador de la categoría melodía inédita.
sionante acople y manejo de los matices. Jackson abandona el grupo y en el 87 el
Aires de Pubenza comenzó siendo un grupo infantil de tipo familiar, im-
conjunto cuenta con 4 flautistas: L.A. Solano, W.F. Meneses, los hermanos Luis
pulsado por el papá de 5 de los integrantes (Víctor Hugo Chávez M.), al estilo de
Felipe (director) y Víctor Hugo Chávez; 4 tamboras: Mauricio Fajardo y los herma-
Los Gavilanes juveniles. Surge hacia el año 73 y empieza a concursar en el 78, con
nos Juan Manuel, Andrés Aurelio y Damián Alveiro Chávez; 2 pares de mates:
pocos resultados. En el 80 también concursan. Apuntan alto, escogiendo reperto-
Andrés Fajardo y Carlos César Ordóñez (este último también perteneció al con-
rio difícil, lo cual se traduce en una regular ejecución con problemas serios de afina-
junto Juca); una o dos carrascas o triángulos, según el montaje, Leider José y José
ción. Es un grupo sin escuela, es decir, sin la asesoría de los grupos profesionales.
Luis Chávez. Es un grupo con un promedio de edad de unos 21 años.

76
DE FASTOS A FIESTAS 77
Músicos Y CONJUNTOS
A pesar de su juventud se han orientado hacia una cierta profesionaliza- LOS CONJUNTOS DE CHIRIMÍA EN POPAYÁN (1940-1987)

ción y en 1986 desarrollaron un programa muy apretado de presentaciones en


1940 1950 1960 1970 1980
varios lugares del país. Han ganado numerosos concursos, entre ellos el del Mono
Núñez en Ginebra (Valle). Tienen repertorio de piezas campesinas, sobre todo de
los conjuntos de Almaguer (Cauca) y San Agustín (Huila). También manejan el Altozano • La Pamba

repertorio tradicional payanés. En estos momentos han incorporado piezas de su Conjunto Popular Folclor
Los Caucanitos
Colicano.
autoría o de compositores payaneses poco conocidos: Pocholo, pasillo de Walter B. Bolívar
Meneses, El chiribiano, de Tillo Fernández,A lejandra, bambuco de Carlos Nates.
El aporte fundamental de este grupo consiste en haber empezado a inte-
El Callejón
, grar algunos elementos de la música campesina de flautas en el Cauca, sobre todo Colonial

el uso de varias flautas con distintas voces. También tienen un aporte a nivel rítmi-
Así es Popayán
co que consiste en recuperar la importancia de la percusión Alma Caucana, al Los Pubenenses I

El Ejido
hacer énfasis en las flautas, redujo la percusión a su mínima expresión. Con Aires
Los Artesanos Los Smareños
de Pubenza hay un regreso a los conjuntos con muchas tamboras y percusión. El Los Sotareños 1

balance tímbrico se logra porque las flautas también son cuatro y porque cada Murga Popular
pieza recibe un tratamiento sistemático en cuanto al manejo de matices. El ajuste (B. S. Cantilo) I Popayán

es perfecto. A pesar de todo existen algunos límites serios (afinación, por ejem-
plo), debido tal vez a la falta de formación académico-musical. El no manejo de la Lo Patojos La Esmeralda

grafía dificulta en estos momentos desarrollar diseños y arreglos más complejos.


En el vestuario han introducido el vestido campesino caucano tradicional, Sena
Los Gavilanes
que utilizan cuando tocan repertorio campesino. Conservan el uniforme guam- •

biano para el repertorio urbano, siguiendo una larga tradición chirimera que se Los Caucanos Alma Caucana
'Los Caucanitos I
remonta a los primeros Gavilanes.
Por su juventud, por los desarrollos e intentos de transformación a nivel
musical, por la tendencia al profesionalismo, por 1a seriedad y disciplina en el —0.- Los Gavilanes.

trabajo es posible que Aires de Pubenza sea el grupo que lleve la vanguardia en los
próximos años en las músicas de chirimía en Popayán. Con todo, es preocupante
Los Cazadores
el hecho de que no existe un semillero para el futuro. La presencia y calidad de los 1

grupos infantiles y juveniles en el concurso de 1987 fue prácticamente nula.


Jura —
Para terminar se anotan algunos nombres de grupos que han estado funcio-
nando en estos últimos años, aunque con menos trayectoria: Así es Bello Horizonte,
Aires de Pubenza'
Pielroj a, Tambores de mi Cauca, Los Patojitos, Los Carnavales, Los Patojos, Los Paya-
neses, Los Pubenenses, Comité Cívico, Bochica, Inspiración Caucana, Disreal, La
Ximena, Juventud Real, Mi Nuevo Popayán, Brisas del Cauca, Conjunto Yanaconas,
Conjuntos jóvenes (20-25 años, edad promedio de los integrantes).
La Tertulia Payanesa, Peor es nada, La Esperanza, El Rinconcito, Bello Rincón.

78 79
MÚSICOS Y CONJUNTOS
DE FASTOS A FIESTAS
LOS GRUPOS Chirimías de libre asociación. Son conjuntos formados por personas de
diferentes barrios y sin nexos familiares significativos. Este tipo de chirimía casi
Las chirimías eran únicas y autóctonas (...) estaban organizadas casi ex-
clusivamente para diversión y no había nada de místico, religioso, o aun nunca se encuentra en estado "puro", es decir, que siempre hay mínimas relacio-
formalizado en lo que respecta a la pertenencia a ellas o en su función. nes vecinales o familiares aunque no sean determinantes.
(W hiteford 1963:216) Chirimías dentro de asociaciones ya constituidas. Es el caso de la Chiri-
Se describe ahora la estructura de los grupos, las relaciones que se establecen en mía del Sena, en la cual la mayoría de sus integrantes son trabajadores de la enti-
su interior y su conformación social. dad; o el caso de Los Cazadores al comienzo, cuyos integrantes eran todos del
Club Los Cazadores.
La chirimía ha sido, y es todavía, un conjunto básicamente de carácter po-
pular. De vez en cuando aparece entre sus integrantes uno que otro "doctor Los conjuntos pueden ser también agrupados según la edad de los inte-
grantes. De esta forma, tenemos:
pero, en general, la mayoría son trabajadores asalariados, obreros de la construc-
ción, celadores, vendedores de lotería, estudiantes o empleados públicos o de Infantiles, de niños y adolescentes menores de 14 o 15 años. Aquí es muy
bancos. Whiteford (1977 y 1963) en sus estudios sobre las clases sociales en Popa- común que el flautista sea el mayor, e incluso bastante mayor que la mayoría.
yán insistía que en los años 50 la chirimía era una expresión cultural de la "clase Juveniles, de jóvenes menores de 21 años, estudiantes y trabajadores. Nor-
baja baja", y caracterizaba a sus integrantes como "albañiles, jornaleros, sastres y malmente los mayores son los flautistas y hay algunos niños en la percusión.
otros trabajadores" (1977:227) . 34 Hoy, sin embargo, se aprecia una mínima pre- Adultos, la mayoría son adultos, a veces con promedio de edad de 40 o 50
sencia de las clases medias, en especial en los grupos semiprofesionales. años. Son grupos con tradición como La Esmeralda, Así es Popayán, Alma Caucana.
Si bien cada conjunto es distinto a los otros, podemos establecer tres o
Mixtos. Son grupos de adultos pero con diferencias generacionales nota-
cuatro tipos básicos para entender la conformación de sus integrantes: bles en su interior (niños, jóvenes, adultos).
Chirimía de barrio. Esta es la estructura más antigua y, durante muchos La estructura mixta es la más común en los grupos campesinos pero en
años, la más generalizada. Los integrantes son, sencillamente, vecinos. En la épo- Popayán, debido a que el reglamento de los concursos establece las categorías
ca navideña se reúnen, ensayan en la casa del director o de cualquiera de los infantil, juvenil y adultos, la tendencia ha sido hacia la conformación de grupos
integrantes, y salen por las calles. Casi siempre existen nexos familiares entre ellos: homogéneos en cuanto a la edad. Esto plantea serios problemas pedagógicos y
algunos hermanos, primos, el papá que es el flautista o tamborero tiene un hijo de continuidad que los grupos infantiles y juveniles han tratado de superar a tra-
tocando triángulo. vés de la asesoría con grupos adultos, corno Los Cazadores o Alma Caucana.
Chirimía familiar. Similar ala anterior, pero en este caso predomina no la En cuanto a las relaciones de autoridad existe por lo general un director
relación vecinal sino la relación familiar. El director suele ser el papá o el hermano que es el que manda. No es nombrado democráticamente sino que es director
mayor y prácticamente todos son familiares (casos muy claros y recientes son Los por ser el fundador. Es el que invita a los músicos a participar con él en la chirimía.
Cazadores, Aires de Pubenza y Los Gavilanes, al comienzo). La mayoría de las Esto no quiere decir que las relaciones internas sean demasiado directivas. Si bien
veces no se alcanzan a copar todos los instrumentos con los integrantes de la el director impone una disciplina y unas sanciones, y puede expulsar a los incum-
familia y se acude a la ayuda de algunos amigos, pero siempre en franca minoría. plidos e irresponsables, de hecho le interesa mantener buenas relaciones huma-
nas con el grupo para evitar las deserciones. Es una especie de selección natural.
34 En 1997, conversando con dos ancianos de clase alta sobre algunos de los temas de este libro, les mostré una foto El director que no es un buen líder, que no es coherente, que es tirano, se queda
tomada por Whiteford en 1951 a una chirimía juvenil para ver si reconocían a alguien. Enseguida dijeron: "Nosotros no solo. El que en la práctica funciona, sigue adelante.
conocemos esa clase de gente... Eso es gente del Alfonso López...". Continuando con el paralelismo iniciado en capítu-
los anteriores entre Navidad y Semana Santa, la chirimía sería el oficiante laico de la Navidad y es de clase baja; los El director suele además ser el propietario de la mayoría de los instimmen-
cargueros serían los de la Semana Santa y son de clase media (y, en menor grado, alta).
tos o por lo menos de los más costosos (tamboras). En los conjuntos familiares es

80
De FASTOS A FIESTAS
81
IvItSicos s CONJUNTOS
el papá o el hermano mayor. En los otros conjuntos es el primer flautista, o un
tamborero con una edad superior a la de la mayoría de los integrantes.
El director se encarga también de las relaciones públicas, de contactar pre-
sentaciones, es decir, de ser el representante. Los grupos con mayor tendencia a
la profesionalización suelen asumir estructuras más democráticas y distribuyen
una serie de funciones como dirección musical, relaciones públicas, secretario,
tesorero, encargado del cuidado y conservación de los instrumentos.
En numerosas ocasiones se da importancia a las relaciones humanas entre
los integrantes y para favorecerlas se programan actividades como asados o pa-
seos, sobre todo entre los grupos más estables y con mayor soporte económico.
La mayoría de los grupos tienen un ciclo de vida anual. Se reúnen en la
época de diciembre, ensayan una o dos semanas y salen a tocar por las calles o a
concursar. Al terminar las fiestas de enero guardan sus instrumentos hasta el próxi-
mo mes de diciembre. Sin embargo, los grupos profesionales como Alma Cauca-
na, o tendientes hacia la profesionalización como Aires de Pubenza ensayan en
«Uniforme» de Pijao. Chirimía infantil en 1951. Foto de A. Whiteford.
forma periódica durante todo el año y realizan presentaciones por fuera del ca-
lendario navideño. Hay otro uniforme, costosísimo por cierto, que es el usado tradicional-
Una conformación tan ocasional hace que la estabilidad de los grupos sea mente por Los Gavilanes, luego Los Caucanos, Alma Caucana y, actualmente por
muy débil y la movilidad muy grande. En cada grupo hay 3 o 4 personas estables: los grupos con tendencia a la profesionalización como Los Gavilanes —nuevos— y
el director o primer flautista, uno o dos tamboreros. Al llegar noviembre se habla Aires de Pubenza. Imita el vestido tradicional indígena guambiano: alpargatas de
con la gente del año pasado. Los que no se sintieron bien en el grupo rechazan la fique, pantalón corto blanco, franela de manga larga, chumbe de lana, mochila
invitación del director y no vuelven a tocar, ose vinculan a otro grupo. El director guambiana de fique o cabuya, ruana guambiana con sus característicos tonos azu-
debe entonces buscar nueva gente para su conjunto. Como los repertorios y ma- les, morados y negros y sombrero plano o pandereta. 35 . Este uniforme, por lo
neras de hacer son comunes a la mayoría de los grupos, con un par de ensayos se costoso y difícil de conseguir, se ha convertido para los conjuntos de Popayán en
logra un ajuste aceptable, aunque no suficiente para ganar un concurso. el uniforme de gala, de prestigio. Las chirimías pretenden de esta manera, siguiendo
A comienzos de los años 50 aparecen documentados 4 tipos de uniformes una costumbre que ya habíamos señalado para la Colonia, expresar la caucanidad.
(Whiteford 1977 y 1963): 1) el pijao (torso desnudo, plumas en la cabeza, guayu- Existe un tercer uniforme más reciente. La transformación comenzó con
co, pintura facial y corporal), uniforme que llevaba un grupo infantil en la Navidad Los Cazadores. Ya se habló antes de la novedad introducida por ellos, los sombre-
de 1951 (ver foto); 2) el guambiano; 3) el sibundoy, con largas ruanas rojiblancas ros con cinta negra y rabo de ovejo. Con el impacto de los grupos campesinos a
(estos dos últimos de Los Gavilanes); 4) el campesino, con sombrero de paja. comienzos de los años 80, los conjuntos citadinos descubren que el campesino
Actualmente hay tres tipos de uniforme fruto de los procesos anteriores. no se viste como guambiano y que ese vestido también tiene valor estético y cul-
Por un lado un uniforme popular consistente en una camiseta blanca —a veces
35 Es curioso, pero los indígenas guambianos ya no usan o han substituido varios de los elementos anotados en su
con propaganda—, pañuelo raboegallo al cuello, alpargatas de cabuya o tenis, pan- vestimenta cotidiana. Antes iban descalzos, ahora con botas —no con alpargatas—, llevan faldas y no pantalones, som-
brero de fieltro y no pandereta. A un indígena que presenciaba uno de los concursos le impactó ver a personas de la
talón de dril, sombrero de paja y, opcionalmente, poncho calentano y morral de ciudad vistiendo los atuendos de sus abuelos; además no entendía la razón por la que se vestían así, si no eran indios;
fique. en un primer momento pensó que se estabais burlando de ellos y de su cultura.

82 83

DE FASTOS A FIESTAS
MÚSICOS y CONJUNTOS
tural. Los grupos que viajan al campo y toman contacto con la gente de Almaguer,
así no sean demasiado niños o demasiado "bonitos". 37A veces acompaña, o mejor
Rioblanco, San Agustín, introducen un nuevo uniforme que imita la vestimenta
precede, los grupos un niño, niña o joven que porta un estandarte, un símbolo
del campesino de hace unos 30 o 40 años: ruana carmelita o negra de lana de
del grupo (el gavilán, por ejemplo), o simplemente una pancarta con el nombre
ovej o, pañuelo raboegallo, camisa de franela, mochila de fique. Es decir, que no
de la agrupación. Esto último es algo que el reglamento del concurso de estos
solamente se incorporan los repertorios campesinos, sino también el vestuario.
últimos años exige para participar.
Además de los músicos, una chirimía a veces —no siempre— se compone
Tradicionalmente la chirimía ha sido un grupo de amigos o aficionados
de otras personas. En los años 40 eran los encargados de recoger y distribuir el
que salen a tocar por las calles por el placer de salir, tocar, ser vistos y oídos,
trago y las comparsas de gente disfra-
cumplir con una obligación social implícita, el deber de una tradición. Whiteford
zada Desde los años 50 de toda esta
(1963:215) afirma que en 1951 la chirimía era "una empresa semicomercial que
,comitiva sólo queda el diablo (White-
producía más prestigio que dinero". Normalmente recibían un reconocimiento
ford 1977:227). Personajes humorísti-
de la gente ofreciéndoles trago 38 con lo que, a medida que avanzaba el día o la
cos corno la viuda o la bruja, vestidas
noche, se iba deteriorando la calidad y ajuste musical del grupo. Esta práctica
de negro, desaparecen. El diablo acom-
tradicional —por lo demás común en casi todo Colombia y en otras partes del
paña los conjuntos, especialmente los
mundo— ha llevado a que se asocie chirimía y trago, ser integrante de un conjunto
infantiles, y se encarga de pedir plata o
y ser alcohólico o, al menos, borracho —asociación también bastante extendida a
trago, baila, entra a las casas y molesta
a la gente. Va vestido de rojo, con más- nivel mundial—. Las generaciones más jóvenes, con una perspectiva más profesio-
nal, han tratado de romper radicalmente con estas prácticas y con esta imagen.
cara, cachos y rabo, y lleva un taleguito
rojo para recoger la plata y un látigo o El dinero que los diablos recogían por las calles se utilizaba normalmente
en la compra de más licor. Hoy, los grupos más profesionales —esto comenzó con
"verraco" para asustar ala gente. En la
Los Gavilanes y se consolidó con Alma Caucana— tienen ingresos por presentacio-
década de los 80 decae también la cos-
tumbre del diablo: Parece que algunos, nes que, en parte se reparten entre los integrantes, y en parte van a un fondo
en lugar de dejarse molestar por el sim- común para compra de instrumentos, vestuario, una gaseosa en los ensayos, etc.
pático e inofensivo diablo, empezaron A pesar de que algunos grupos logran mantener un ritmo de presentaciones du-
rante el año, no sólo en la Navidad, ningún músico de chirimía puede vivir exclu-
a agredirlo y pronto se convirtió en un
sivamente de ello, por lo cual no se puede hablar propiamente de grupos o músi-
oficio poco apetecido por los niños. El Niño disfrazado de diablo.
Foto de C. Miñana,1 987. cos "profesionales".
diablo se sustituye por las madrinas
Una práctica comercial de las chirimías que está documentada desde 1951
(Los Cazadores), ñapangas con su traje típico y portando flores. 36 El fenómeno
(Whiteford 1977:227-228 y 1963:216) y que se ha conservado hasta hoy es la con-
que actualmente está en auge es acompañar la chirimía con una pareja de niños
tratación con fines publicitarios. Tocan por las calles caminando, en un camión o'
(artesano y ñapanga) que baila el bambuco mientras suena la música. Cuanto más
volqueta, mientras se anuncia un producto, una rifa, una función especial en el
niños son, más impacto tienen y más ternura desatan en el público yen el jurado
de los concursos. Sin embargo, lastimosamente, la mayoría de las veces bailan 37 Esto del baile no es tan nuevo. Recordemos, por ejemplo que el profesor Lope lielcías Rengifo organizaba "bailes de
'ñapangas' y 'artesanos' típicos" en su casa "a la usanza antigua" (El Liberal, 30 de enero de 1960). Los Gavilanes
muy mal el bambuco. Sería preferible que la pareja de bailarines fueran buenos, también presentaron danzas en el concurso del 63 (E/Liberal, 5 de enero de 1963) y también en 1968. El grupo infantil
Peor es nada se presentó con una niña de 5 años que bailaba (El Liberal, 12 de enero de 1971).
36 La bebida tradicional era la chicha. Posteriormente se fabricó el guarapo de caña v el aguardiente. Para 1951 el
36 consumo mayoritario de las clases bajas eran el guarapo —a pesar de ser ilegal por la prohibición de 1948— y el aguar-
Esto podría interpretarse como una transposición de las ñapangas sallumadoras de la Semana Santa a la Navidad.
diente, que con frecuencia era ilegal (Wbiieford 1963:212). Actualmente el mayor consumo es de aguardiente y cerveza.

84
85
DE FASTOS A FIESTAS
Músicos s CONJUNTOS
sus actuaciones callejeras y contrasta notablemente con la música que interpre-
teatro, un nuevo establecimiento comercial o un candidato político. En ese caso,
suelen recibir una camiseta con propaganda del anunciante que los contrata. Sin tan, llena de fuerza, ritmo y velocidad. Sin embargo, algunas chirimías jóvenes
están cambiando esto, sobre todo por influencia de los mismos grupos campesi-
embargo, esto resulta excepcional y es, además, una práctica "mal vista" (o deni-
nos. Cuando el conjunto de Ordóñez se presentó en 1981 impactó mucho su
grante) por los grupos que se acercan al profesionalismo.
actitud corporal, ya que incluso bailaron mientras tocaban un bambuco. Esto lo
La mujer nunca ha participado en las chirimías. No porque exista una espe-
han aprendido grupos como Tambores de mi Cauca que, en su presentación du-
cie de prohibición implícita, sino porque la chirimía ha estado siempre asociada al
rante el concurso de 1987, bailó y se movió por el escenario y acompañó con
trago, al trasnocho, al deambular por las calles y a la bohemia. Como es lógico,
esto está muy "mal visto" para una señorita o una dama. Sin embargo, aunque gritos todas sus interpretaciones.
La música de chirimía se expresa no sólo en grupos organizados o semi-
muy lentamente, están empezando a cambiar las cosas. A finales de los años 70,
formales en Navidad y enero, sino también a través de flautistas solitarios, casi
, Aires de Pubenza, un conjunto familiar infantil dirigido por el papá, incluye a una
siempre mendigos y sobre los que circulan numerosas anécdotas. Legendarios
niña para que toque el triángulo. 39 A pesar de que no había trago, ni trasnocho y
han sido Pateguava, a mediados de este siglo, y Chancaca en los años 70.40
estaba el control del adulto, la cosa parece que no funcionó. Por otra parte reci-
bieron numerosas críticas, algunas moralistas, otras machistas y otras "escleróti-
cas", como esa de que "el conjunto dejaba de ser folclórico" (Benavides 1984:36).
Posteriormente Los Cazadores incluyen las dos madrinas, como ya se mencionó,
luego, la mujer o ñapanga en la pareja de bailarines, pero no entre los músicos. En
1987 el recién formado grupo Tambores de mi Cauca incluye a una joven que toca
los mates. Y ese mismo año participa en el concurso un conjunto de fuera de
Popayán, de Munchique (El Tambo) en el que todos sus integrantes son mujeres,
l ° Ante "el gran poeta Guillermo Valencia (1873-
excepto el flautista, que es profesor en un colegio femenino. La acogida del públi- 1943), (...) un mendigo que tocaba flauta se qui-
tó el sombrero en señal de saludo. En respuesta,
co fue muy buena. el maestro hizo lo mismo", ya que "si el pobre
hombre había mostrado sus buenos modales, él,
Es indudable que los cambios que se están produciendo a nivel general en en contestación, no podía menos que demostrar
la sociedad respecto al papel de la mujer, van a tener repercusiones obvias en su que era igualmente gentil" (Whiteford 1963:222).
Pateguava, que ya se mencionó anteriormente,
participación en las chirimías, más cuando algunos conjuntos están asumiendo también mendigaba de vez en cuando con su flau-
ta. Un personaje que vimos vagar por Popayán
formas de funcionamiento bastante profesionales con prohibición del alcohol du- hasta la década de los 80 era el negro "Chanca-
ca", llamado así por la gente por su parecido con
rante su desempeño. el Chancaca de mediados de siglo, Agustín Vidal.
Este era un personaje de la calle que mendigaba
Un aspecto que llama la atención a las personas que nunca han visto tocar con su música para calmar la sed infinita del bo-
rracho. Con su flauta, su humor y su irreverencia
a estos grupos es la actitud rígida, hierática que asumen los músicos durante la se ganó un puesto merecido en la "antología de
ejecución. Faltaría averiguar si esta actitud corporal es tradicional en Popayán, o patojos" al lado de Pajarito, Catecismo, Mieldea-
beja o El socio. Basten dos anécdotas muy sinté-
más bien es fruto de 30 años de concursos, con lo que eso implica de nervios, ticamente relatadas para recordar su talante. Du-
rante la presentación de un grupo de cámara bajo
rigidez o temor. los arcos del puente del Humilladero en el mar-
co del Festival de Música Religiosa que se cele-
En los conjuntos campesinos la actitud corporal es mucho más relajada y bra durante la Semana Santa desde hace más de 25 años, Chancaca quiso acompañarlo tocando su flauta de PVC; el
expresiva. La rigidez e inmovilismo de los músicos de Popayán se da también en público no sabía cómo hacerlo callar hasta que el director del grupo silenció a sus músicos y pidió silencio a los
asistentes. Por primera vez, y por invitación de un "maestro", la gente de Popayán lo escuchó con respeto. En otra
ocasión, mientras dormitaba en un parque la borrachera, alguien le robó su flauta. Al instante despertó y, al ver correr
s9 al ladrón, le gritó: "¡Ya inc robaste la flauta, ahora vení por la música...!" Foto de Ledezma hacia 1970.
triángulo es el instrumento que se considera de más fácil ejecución y por el que todo el mundo comienza.

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86
MÚSICOS Y CONJUNTOS
D E FASTOS A FIESTAS
carrizos (flautas), 7 cueros (tamboras), 2 guaduas (posiblemente carrascas de gua-
dua) , 2 aceros (triángulos), 2 calabazos (posiblemente carrascas de calabazo), 2
esteras (esterillas), 2 jucujucos, 2 quijadas y 2 pajaritos (ElLiberal, 10 de diciem-
bre de 1941). Por esos mismos días la chirimía del Barrio Bolívar contaba con 8
tamboras, 4 flautas, 4 sorrajas y varias carrascas (El Liberal, 6 de diciembre de
1941).
A comienzos de los 50 Whiteford caracteriza la chirimía como un "percus-
sion group" (1977:226) con "3 o 4 tamboras de varios tamaños: algunas son de 3
pies o más en diámetro, muchas son de 18 pulgadas en diámetro y 24 pulgadas de
INSTRUMENTACIÓN Y TÉCNICAS DE EJECUCIÓN
profundidad, algunas son más pequeñas (...), tres o cuatro carrascas (...), varios
pares de maracas, y varios triángulos (...) , una flauta de caña lleva la melodía. Unas
Se aborda aquí el estudio de la instrumentación, las técnicas de construcción de
pocas chirimías a veces añaden otro músico con una ocarina de barro para armo-
instrumentos, las técnicas de ejecución más comúnmente usadas, las distintas nizar con la flauta" (226-227).
combinaciones instrumentales, centrándolo en el momento actual y en la historia
Del conjunto Los Gavilanes en su inicio sólo sabemos que eran 25, con 2
de los últimos 50 años en Popayán. El estudio del origen remoto de los instru-
flautas y ocarinas, de lo cual podemos deducir que el número de tamboras, carras-
mentos, de su difusión en Colombia y América Latina, de su clasificación, de los cas y demás percusiones, no era nada despreciable (El Liberal, 28 de diciembre
problemas acústicos y de construcción serán abordados en otra ocasión.41
de 1956). Estas son las únicas citas documentales de tipo instrumental en esta
época (ver cuadro más adelante).
CONFORMACIONES INSTRUMENTALES EN POPAYÁN EN LOS ÚLTIMOS 50 AÑOS
En los años 60 y 70 una serie de personas escriben testimonios sobre cómo
eran los grupos antes. Algunos de ellos habían sido integrantes de la chirimía del
En el capítulo anterior se han adelantado algunos datos que mostraban las trans- Altozano y de la chirimía Cauca. Los testimonios son bastante confiables y se ano-
formaciones a nivel global de las chirimías. Interesa detallar aquí lo referente a las tan a continuación:
transformaciones de tipo instrumental y al balance tímbrico entre los distintos Arcesio López Narváez (El Liberal, 24 de diciembre de 1964), tamborero
grupos de instrumentos.
de las chirimías de los años 40, nos dice que el conjunto de esa época consistía en
En 1791 recorrían las calles grupos bulliciosos cantando, acompañados de la chirimía, las flautas, las tamboras, la carrasca (de guadua, enfatiza, pues "última-
tiples, guitarras, chirimías y panderos (Cordovez 1974:5). En 1867 se habla de la mente se fabrican... de una alargada calabaza, vacía y reseca, llamada también puro
chirimía y los sordos atambores del día de Reyes (Albán 1867:266). Hacia 1915 el
o zumbo"), el mate y el triángulo. Su hermano Carlos (ídem. 24 de diciembre de
conjunto que acompaña las arrias es una banda de flautas de carrizo, la tambora 1960) coincide más o menos con él: chirimía, flautas o carrizos, tamboras, carras-
y la chirimía (Bustamante 1955:9). Hacia los años 30 se habla de la chirimía del
ca (listón de guadua o chonta), la castrera (esterilla), maíces o mate y triángulo.
Altozano con 2 chirimías, 6 flautas, 4 tamboras, 2 maracas, 2 carrascas, 2 jucuju- En 1957 (El Liberal, 4 de enero) un columnista anónimo habla de la tam-
cos, un triángulo y un carángano (El Liberal, 24 de diciembre de 1939). La chiri- bora, la ocarina, la carrasca (de guadua), flauta de carrizo, triángulo y maraca (mate
mía Cauca, unos años después (1941), cuenta con: 1 chirimía, 1 redoblante, 2 lleno de maíz y cubierto de tela).
Es decir, que en los años 40 y 50 hay una clara tendencia a formar grupos
Respecto a las flautas publiqué un estudio que incluye lo histórico, lo acústico y las técnicas constructivas en la
revista4 Contratiempo ("Flautas traversas sin llaves. Técnicas de construcción", Bogotá, N°4, 1988, pág. 51-66).
muy grandes, con gran variedad de instrumentos percutivos, y con un número
muy alto de tamboras. La categoría de una chirimía la daba el número de tambo-

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89
DE FASTOS A FIESTAS
INSTRUMENTACIÓN Y TÉCNICAS DE EJECUCIÓN
ras, mínimo 3 (López 1960:9). La chirimía, como instrumento, desaparece. Es sus- CONFORMACIÓN INSTRUMENTAL HASTA 1959

tituida en el caso de Los Gavilanes por las ocarinas, experimento que no dio resul-
Total Chirimía Flautas Tamboras Idiófonos
tado a largo plazo pues su débil sonido se perdía entre tanta tambora y carrasca.
Las flautas traversas, 1 o 2, aunque a veces hasta 4. "Atambores"
Chirimía
Las tamboras eran el instrumento principal (hubo épocas en que salían
conjuntos de sólo percusión, sin las flautas). De 4 a 8 tamboras. En la chirimía 20 2 chirimías Flautas Tambora
Cauca se habla también de un redoblante que acompaña la chirimía porque chiri-
mía y redoblante eran la bina primitiva. Posteriormente se añadieron flautas, tam- 2 carrascas, 2 jucujucos,
boras y otras percusiones. 25 1 chirimía 6 flautas 4 tamboras 2 maracas, 1 triángulo,
Dos instrumentos que nunca han faltado desde los años 30 son las carras- 1 carángano
cas y el triángulo. La carrasca o guadua, un listón de guadua o chonta labrado que
2 carrizos 7 cueros 2 guaduas, 2 cucujucos,
se frotaba con una costilla, un hueso, un clavo o una peineta, se usaba por lo
1 chirimía 2 pajaritos 1 redoblante 2 calabazos, 2 aceros,
general en número de 2. El triángulo o acero era uno solo.
2 quijadas, 2 esteras
Otro instrumento bastante usado en esa época era las maracas, mates, maí-
ces o chucho. Con todos estos nombres se designaba a un par de medios totumi- Carrascas y sorrajas
4 flautas 8 tamboras
tos o puros que contenían semillas de maíz o achira y que se tapaban con un
pañuelo. Se habla a veces de 2. 25 (Ocarinas) 2 flautas Tamboras
En los años 30 se menciona también una serie de instrumentos percutivos
que dejaron de usarse hacia los años 45 o 50: quijadas, esteras o esterillas, carán- Chirimía Flautas Tamboras Carrasca, mate, triángulo
gano, jucujucos o cucujucos, calabazas y pajaritos. Los pajaritos y pitos —ya se
señaló— eran usados por los niños y cumplían una función más de tipo ruidoso
que melódica. Los tales jucujucos o cucujucos ha resultado imposible saber qué Carrasca, maíces, triángulo,
Chirimía. Carrizos Tamboras castruera (esterilla)
eran. Que existieron es evidente pues aparecen dos citas documentales muy cla-
ras. Algunas personas de Popayán sugieren que eran los mismos mates, pero no
son muy convincentes sus argumentos. Los calabazos y sorrajas tal vez se refieran Carrasca, maraca (mate),
Chirimía Flauta Tambora
a los mismos mates y a sonajas, respectivamente. Lo del carángano no debe extra- triángulo
ñarnos pues la cita más antigua de este instrumento en todo Colombia se refiere
al Cauca: "Todavía existen en el Cauca el carángano... indudablemente... de ori-
Con la llegada del concurso de 1959, con el impacto de la modernización y
gen indígena, se hace de una madera formada de fibras consistentes (suponemos
de los conjuntos y músicas de otras partes del país y en especial del Caribe y
que se refiere a la guadua): algunas de éstas se levantan por medio de dos ponte-
México, se ve la necesidad de reglamentar, de normalizar lo que sí es "folclórico"
zuelas, dejándolas al aire y el instrumento está hecho" (Crisóstomo 1867, citado
y lo que no lo es, como una forma de defender lo tradicional y lo autóctono evi-
por Davidson tomo II, 1970:100).
La razón de ser de estos conjuntos tan numerosos y con un instrumental tan tando su disolución. Por otra parte, en un contexto de concurso es muy común el
variado tiene su fundamento —ya se anotó— en el hecho de que la chirimía en esta que los grupos traten de introducir todo tipo de elementos exóticos y efectistas
época era, antes que nada, comparsa callejera, participativa, abierta y bullanguera. para lograr un mayor impacto en el público yen el jurado. Esto se intentó evitar

90 91
DE FASTOS A FIESTAS INSTRUMENTACIÓN Y TÉCNICAS DE EJECUCIÓN
con los distintos reglamentos. Sin embargo, llevó a un problema serio que ya se
generalizado, pero si hay necesidad de prescindir de un instrumento es el prime-
cuestionó: la fijación y cristalización de un momento histórico como único válido
ro que desaparece).
y como único exponente de "la tradición". Como hemos visto, la cantidad y varie-
Hay unos pocos grupos que se salen ose han salido a veces de esta confor-
dad de instrumentos era increíble. Sin embargo, desde 1959 hasta hoy se ha mo-
mación instrumental: Alma Caucana en sus discos introduce guitarra y bajo; Aires
mificado la instrumentación de la chirimía: flautas, tamboras, carrascas, mates y
de Pubenza cuando toca repertorio campesino introduce el redoblante, pues es
triángulo. Es curioso, pero en el reglamento del concurso de 1977 ni siquiera se
lo común en los grupos campesinos; la chirimía del Sena utilizó simultáneamente
tiene en cuenta el instrumento "chirimía" como instrumento típico que pueda
una carrasca de puro y una guacharaca costeña; La Tertulia Payanesa, un grupo de
concursar.
adultos que no concursa, sustituyó en 1987 dos carrascas por una carrasca de
Desde finales de los 50 hasta finales de los 70 son veinte años sobre los
guadua al estilo de antaño y una carrasca consistente en un caparazón o cusca de
cuales contamos con información de concursos, nombres de grupos, integrantes,
armadillo. Sin embargo, estos son, como dije, excepciones a la regla.
pero no ha sido posible conseguir ni un sólo dato respecto al número de instru-
mentos en cada conjunto. Arcesio López Narváez (o.c.) se queja hacia el 64 de que
están introduciendo panderetas y sonajas que en nada aportan a la chirimía y
hacen un ruido espantoso. Se sabe que los conjuntos están integrados por flautas,
tamboras, mates, carrascas y triángulo pero no más. Hay un cambio interesante
que vale la pena señalar. A comienzos de los años 601as carrascas tradicionales de
guadua o chonta se sustituyen por güiros, probablemente por influencia de la
música caribeña. Estos güiros se siguieron llamando carrascas o charrascas y se
pusieron de moda. El paso de un listón de guadua, sin caja de resonancia, a. un
güiro con una inmensa caja resonante, dio como resultado una descompensación
tímbrica en el conjunto tradicional. Por esta razón, en el reglamento del concurso
de 1977 se prohibe participar con más de una carrasca (El Liberal, 5 de enero de
1977). Sin embargo, parece que, fuera del concurso, la prohibición no tuvo mu-
cho efecto y en los grupos de barrio siguieron de moda.
Desde finales de los años 70 hasta hoy se han podido recoger datos más
que suficientes para ofrecer información de tipo estadístico. Estos se basan sobre
todo en observación presencial de los grupos, fotografías, entrevistas a los inte-
grantes y datos de la prensa payanesa. Grupo La Tertulia Payanesa en una presentación callejera. Obsérvese, a la izquierda,
una carrasca de guadua y, al lado, una mujer tocando una cusca de armadillo.
Viendo los cuadros comparativos y los gráficos que acompañan este capí- Foto de C. Miñana, 1987.
tulo, podemos empezar a formular algunas constantes.
En el gráfico comparativo del número total de integrantes de las chirimías,
En primer lugar, y aunque parezca obvio, todos los conjuntos están consti-
se aprecia claramente que la conformación más común en esta última década es
tuidos al menos por una flauta traversa (hubo chirimías de sólo tamboras e idiófo-
la de 7, 8 y 9 integrantes. Sin embargo, los grupos más profesionales suelen ser de
nos), tamboras (de 2 a 4), carrascas (de 1 a 3, aunque lo más común es 1 o 2),
unos 12. Existen chirimías de 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12 y hasta 13 integrantes. No hay
mates (lo mismo, aunque hay una cierta tendencia en los grupos más populares, ningún caso de menos de 6 ni más de 13. Esto contrasta con los grupos inmensos
de extracción campesina, a sustituir los mates por maracas) y triángulo (es muy de 20 o 25 músicos de los años 40.

92
93
DE FASTOS A FIESTAS
INSTRUMENTACIÓN Y TÉCNICAS DE EJECUCIÓN
Observando ahora los gráficos de la conformación instrumental de las chi- GRAFICO COMPARATIVO DEL NUMERO TOTAL DE INTEGRANTES DE
rimías, vemos que los conjuntos de 6 músicos únicamente tienen una flauta; en LAS CITURIMIAS (1976-1987)
10
las chirimías de 7 integrantes hay dos modelos básicos:

1 flauta 2 flautas
3 tamboras 2 tamboras 8
1 carrasca 1 carrasca
1 par de mates 1 par de mates
1 triángulo 1 triángulo 6

En el caso de que sean 8 los músicos, hay más o menos 3 tipos de reparto:
4
1 flauta 2 flautas 3 flautas
8
2 tamboras 2 tamboras 2 tamboras
2 carrascas 1 carrasca 1 carrasca o
a 2
2 mates 2 mates 1 mate
1 triángulo 1 triángulo 1 triángulo z

Cuando hay 2 flautas aparece otra modalidad con dos carrascas y 1 par de O
11 12 13
6 7 8 9 10
Número de integrantes
mates, pero sería preferible 2 mates contra una carrasca, pues la carrasca desarro- de cada chirimía
lla un volumen impresionante. El mismo gráfico pero sin considerar los valores repetidos en Alma Caucana
Con 9 músicos hay dos modelos básicos: y Aires de Pubenza:

1 flauta 2 flautas
3 tamboras 3 tamboras
2 carrascas 2 carrascas
2 mates 1 par de mates
1 triángulo 1 triángulo

En el segundo modelo se percibe la preferencia popular por las carrascas


sobre los mates, tal como se señaló anteriormente.
Los modelos más comunes para 10 y 11 músicos son:

3 flautas 3 flautas
2 tamboras 3 tamboras
1 carrasca 2 carrascas
2 mates 2 mates
1 triángulo 1 triángulo
o 7 8 0 10 11 12 13
6
No hay modelos muy claros para 12 y 13 músicos. Las flautas suelen ser 4 o
Nota: No se han considerado los grupos de los cuales no se tenían datos completos y/o confiables. Algunos grupos
5, las tamboras de 2 a 4, las carrascas de 1 a 3, los mates de 1 a 3 y un triángulo. con más trayectoria tienen anotada La conformación de varios años, a medida que se iban transformando. Esta valoración
tiene sentido en cuanto que la chirimía es un conjunto poco estable, de ciclo anual. A la hora de tabular no se ha
Estos modelos de 4 o 5 flautas han sido impulsados por los grupos profesionales, tenido en cuenta el triángulo, pues sólo 3 grupos de 41 no lo usan. Las maracas se han tabulado como mates y la
guacharaca como carrasca, dado que cumplen la misma función tímbrica.
ya que el manejo creativo de 4 o 5 flautas implica un cierto desarrollo musical.

94 95
DE FASTOS A FIESTAS I NSTRUMENTACI Ó N Y TÉ CNICAS DE EJ ECUCI ÓN
CUADRO COMPARATIVO DEL NÚMERO TOTAL DE INTEGRANTES Y DEL NÚMERO
DE EJECUTANTES DE CADA INSTRUMENTO EN LAS CHIRIMÍAS PAYANESAS CONFORMACION INSTRUMENTAL DE LAS CHIRIM/AS (1976-1987)
DESDE FINALES DE LOS AÑOS 70 HASTA 1987
Chirimías de 6 y 7 integrantes
o

1 21
n
8
.„ "Pc Anotaciones
Nombre del Conjunto t.
w.:
1
1—,
/
r-7 Z
1
E—,
Alma Caucana 10 3 2 2 2 1 Guitarra
13 4 3 2 3 1
12 4 2 2 3 1
12 4 3 3 1 1
7 1 2 2 1 1
La Esmeralda 9 1 3 3 1 1 Diablo
9 1 3 2 2 1
Aires de Pubenza 8 1 2 3 1 1 Diablo
12 3 3 2 3 1 Diablo
12 5 3 2 1 1
12 5 4 1 1 1
12 4 4 1 2 1 Redoblante
Los Caucanitos 6 1 2 Chirimía A B C D E F G H
1 I 1 I J K L
7 2 2 1 1 1 Diablo Tipo de instrumento E Flautas
8 3 2 1 1 1 Tamboras
Los Cazadores Nota: Todas las chirimías tienen un triángulo, excepto C y
8 3 2 1 1 1 Diablo O Carrascas L. La chirimía B tiene un mate y una maraca. La chirimía G
Así es Popayán 9 1 3 2 2 1 El Mates en lugar de mate tiene una maraca.
9 2 3 2 1 1
Los Solareños 9 2 3 2 1 1 Diablo
8 2 2 1 2 1 Chirimías de 8 integrantes
Los Gavilanes
9
11
2 3 2 1 1 r
3 3 2 2 1
10 3 2 2 2 1
Sena 8 1 2 1 2 1 Guacharaca
9 2 2 1 2 I Guacharaca
Bochica 7 2 2 2 I
Aires Galicanos 6 1 1 1 2 1
Bello Rincón 8 1 2 2 2 1
El Rinconcito 9 1 2
3 1 1 Maracas y diablo
Los Patojitos 7 2 2 1 1 1 Diablo
1 3 1 1 1
Jura 7 2 2 1 1 1 Diablo
1 2 .2 2 1
1 3 3 1 3 1
2 2 2 1 1 Diablo
Tambores de mi Cauca 1 1
8 3 2 1 O
Mi nuevo Popayán 7 1 3 I 1 1 Chirimía
Juventud Real A c E F G H
7 1 2 1 2 I
La Ximena 1 Tipo de instrumento E Flautas
7 1 3 1 Maracas
1 carrasca de Tamboras
guadzia y otra de O Carrascas Nota: Todas las chirimías tienen además un triángulo.
acaudillo El Mates La clnrimía C tiene una car rasca y una guacharaca.
Maracas

96
97
DE FASTOS A FIESTAS
INSTRUMENTACIÓN Y TÉCNICAS DE EJECUCIÓN
Los INSTRUMENTOS Y SU TÉCNICA DE EJECUCIÓN
Chirimías de 9 integrantes
3
'
LA CHIRIMÍA

La chirimía, parecida por su forma a una pequeña bocina, es un


instrumento de madera toscamente fabricado por los indios de
2 la cordillera, pero en cuyo sonido guerrero i montañés, a la par
que amoroso i pastoril, cree uno descubrir como un eco de la
antigua grandeza de las tribus conquistadas.
(Albán 1867:266)
E
2
La chirimía era un aerófono de lengüeta doble,
es decir, una especie de oboe. Y "era" porque
z en Popayán ya dejó de sonar hace años. Sin em-
bargo, su timbre, su forma y su melodía todavía
o
están en la memoria de muchos payaneses. Más
Chirimía
aún, las flautas todavía tocan su tonada.
Tipo de instrumento Flautas
Tamboras Nota: Todas las chirimías tienen un triángulo. La chirimía
Su presencia en la Colonia está amplia-
Carrascas C tiene un mate y una maraca. La chirimía El tiene una mente documentada, tanto en la iglesia como
Mates carrasca y una guacharaca.
en los desfiles y celebraciones oficiales. Como
Chirimías de 10 a 13 integrantes no se quiere aquí hacer historia, se anotan úni-
5
camente las últimas descripciones escritas rea-
lizadas por personas que las acompañaron y
oyeron. Según Arcesio López Narváez: "Con-
Chirimías de Girardota, Antioquia. sistía el olvidado instrumento en un pequeño
oboe, de 25 a 30 centímetros cuando más, con plumilla de caña que a manera de
pífano se ajustaba entre los labios, y seis agujeros en línea, a lo largo del corto cañón,
E
para dejar escapar, usando los dedos, las distintas notas; la parte inferior, acampana-
da como la del clarinete. Era todo de madera, sin duda de algún arbusto especial,
E quizás de médula blanda que se le extravía, y labrado a mano por los indios en sus
chozas del resguardo. Producía sonidos o voces agudas, penetrantes y de timbre
o
ea I
nasal o gangoso; su diapasón era muy limitado y corto, y apenas registraba los tonos
Chirimía A BCDEFGHIJKL
o notas naturales de una octava. No era propiamente instrumento melódico, pues el
tocador no ejecutaba en él piezas musicales o aires diversos, sino una especie de
Tipo de instrumento Flautas
Tamboras Nota: Todas las chirimías, excepto la A, tienen un triángu-
preludio monótono, en tono mayor y que parecía un lamento chillón; nostálgico
Carrascas lo. Las chirimías A, B y C son de 10 integrantes; la D y la E estribillo que se interponía entre pieza tocada por las flautas, mientras estas descan-
Mates de 11 integrantes; la L de 13 y las F, G, H, IJ y K de 12.
saban, para romper con otro aire nuevo. Tal sonsonete era muy simple y repetido".

98
99
INSTRUMENTACIÓN Y TÉCNICAS DE EJECUCIÓN
DE FASTOS A FIESTAS
A continuación Arcesio López N. dice con palabras la transcripción meló-
dica, que es esta: co) y la melodía tradicional de la chirimía. Veamos el tema de esta última tal como
aparece en la obra pianística de Valencia:

• w•
!EN.
.n•n••• ..n•nn
.1111n1.1n•=11.~ nmonw
."'"
nnnnn•••n11=~^

Las tamboras marcaban el compás binario con sólo golpes de maceta. Des-
IW.
1 MI
111.1n••••nn ••
pués de 3 o 4 repeticiones, la chirimía producía "un prolongado calderón sobre la la... =1.~J11••••n•111=
IIMILIMMIIM.~~~,~111.1 n•n•n
MIE1~1M=1.111~1.1~..
11n1n 111~1•NAM
I=
I=
~:
I
nota pedal, en suspenso el compás y la marcha, y silenciosos los otros instrumen-
tos, para irrumpir todos a tempo especialmente las tamboras con las flautas que En 1942 desarrolló una composición para orquesta a partir de esta obra
lanzaban al aire las notas radiantes de otro bambuco" (1964). pianística. En este caso la referencia a la chirimía es mucho más obvia, pues entre-
ga la melodía precisamente al oboe, el instrumento de la orquesta sinfónica más
Y aquí el testimonio de su hermano Carlos: "instrumento de madera, de
parecido a su timbre nasal:
boquilla cerrada como el oboe, labrado en madera enteriza, con agujeros a lo Oboe J=
largo y por delante, de una cuarta y media de largo; suena como una gaita escoce-
sa: requiere gran esfuerzo para sacarle su característico fraseo, marcial, que acom-
pañan las tamboras con golpes isócronos sobre el parche y el aro, en preludio
para la entrada de las flautas y demás enseres" (1960).
Un tercer testimonio, y que parece corresponder a uno de los últimos años ›- PP
en que sonó la chirimía en Popayán, es del músico bogotano, pianista, composi-
tor, director de coros y pedagogo Daniel Zamudio (1887-1952): "En 1941 tuvimos Los conjuntos actuales todavía recuerdan esta melodía y la entonan con el
título de "Chirimía"» Varias personas entrevistadas en Popayán que conocieron
oportunidad de oír en Popayán otra melodía de carácter autóctono, ejecutada en
los instrumentos llamados allí chirimías. Son dichos instrumentos de cortas di- la chirimía manifestaron que las lengüetas no eran de caña sino de cacho, lo cual
les daba una mayor duración pero exigía más esfuerzo para hacerlas sonar.
mensiones y producen un sonido semejante al del oboe, sirviendo como de bo-
quilla el cañón de una pluma de ave. Van también acompañados de tambores. Los Resumiendo, la chirimía en Popayán era un instrumento de viento con un
ejecutantes son los indios de Tierradentro que suelen bajar a Popayán a tomar cuerpo de madera enterizo, 6 orificios digitales dispuestos en forma longitudinal,
parte en las populares y tradicionales fiestas de los Reyes (6 de enero). Llama la una lengüeta doble de cacho o asta de res y un conducto o tudel, que unía el
cuerpo con la doble lengüeta, consistente en un pedazo del cañón de una pluma
atención el esfuerzo que hacen para producir el sonido de la chirimía, a juzgar por
de ave. Su forma era similar a un oboe o clarinete, ensanchándose en su parte
el modo como se dilatan o se hinchan los músculos del cuello y la garganta. La
melodía que invariable y continuamente tocan es la siguiente: inferior y con una longitud aproximada de 25 a 30 cros. Su ejecución implicaba un
moderato
gran esfuerzo, lo cual obligaba a dilatar los cachetes y músculos del cuello. Sus
ejecutantes eran casi siempre indios venidos de la cordillera (Tierradentro, Guam-
bía, Pitayó). Inicialmente sonaba acompañada de uno o varios tambores. Poste-
riormente formaba parte de un conjunto con flautas traversas, tamboras, carras-
(Zamudio 1949:29-30)
cas, etc. Su función en el conjunto era tocar una melodía —siempre la misma— de
Finalmente, otro testimonio melódico. El maestro Antonio María Valencia
(1902-1952) escribió en 1930 en Popayán su obra para piano Chirimía), bambu- tipo binario y casi pentafónico. Las tamboras la acompañaban con golpes en el
co sotareño (Pardo 1966:266). Esta obra utiliza los temas de
El sotareño (bambu-
Ver más adelante la transcripción y escuchar el primer disco de Alma Calcan. Chaves 7901.

100
De FASTOS A FIESTAS 101
INSTRUMENTACIÓN Y TÉCNICAS DE EJECUCIÓN
parche únicamente. Al terminar su melodía con un largo calderón y, El uso de las flautas en Popayán está documentado desde antiguo, como
después de un silencio, ella callaba y entraban las flautas, las tambo- vimos al hablar de las fiestas: "flautas", 1747 (Arboleda 1966:227), aunque no dice
ras (con golpes en el aro y en el parche) y los demás instrumentos si son traversas o de pico; "flautas de carrizo", 1915 (Bustamante 1955:9), casi
de percusión. Tocaban normalmente un bambuco. Al terminar se- seguro que son traversas pues acompañan a la chirimía del Altozano. A partir de
guía sola la chirimía en la misma forma, y así iban alternando. esta fecha los testimonios son numerosos respecto a las flautas traversas. Es decir,
que con seguridad se usaron en este tipo de agrupación al menos desde comien-
LA FLAUTA O CARRIZO zos del siglo.
Respecto al tamaño de las flautas y su registro, pocos datos nos han llega-
Las flautas usadas por los conjuntos de chirimía de Popayán son flautas traversas o do del pasado (hablo de Popayán exclusivamente) . Las referencias sonoras más
traveseras sin llaves, es decir, aerófonos de tubo, de embocadura directa (sin ca- antiguas probablemente sean la grabación de Whiteford en 1951 a Los Gavilanes
nal de insuflación), con el extremo superior del tubo obturado, con embocadura (cuatro piezas) y la de Joaquín Piñeros hacia 1965, al grupo de la Universidad del
en forma de agujero circular u ovalado, abiertos en el otro extremo del tubo, con Cauca (tres piezas). Analizando estas melodías, se puede asegurar que las flautas
seis agujeros de digitación colocados en forma longitudinal del mismo lado de la que se grabaron estaban afinadas en Fa mayor o, en su defecto, en Fa sostenido.43
embocadura, y que se tocan transversalmente, es decir, colocando el instrumento El disco siguiente, el primero de Alma Caucana, también fue grabado con flautas
lateralmente. en Fa y eso lo demuestra la tonalidad escogida para la mayoría de las piezas: Fa
Se fabrican tradicionalmente en "carrizo", una caña de páramo. Desde fina- mayor y Re menor. Las numerosas grabaciones de campo de los últimos 10 años
les de los años 70 se han puesto de moda otros materiales sintéticos, especial- confirman este modelo, con algunas excepciones. Cuando se habla de Fa mayor
mente el tubo de conducción de agua o de conducción eléctrica PVC, es decir, hay que tener en cuenta que la afinación normalmente no es muy estricta."
plástico. Este material tiene cada día más adeptos en Popayán porque se consigue Desde finales de la década de los 70, por influencia de los conjuntos cam-
más fácilmente que el carrizo, por su mayor duración y por tener un diámetro pesinos, se empezaron a utilizar flautas en otras tonalidades, especialmente Mi y
normalizado, siempre igual. Esto último facilita la afinación de varias flautas en la Mi bemol. Así mismo, por influencia de las quenas, han aparecido también algu-
misma tonalidad a partir de un modelo. Cuando se trabaja con caña es muy difícil nas flautas en Sol, aunque es menos común. La norma más generalizada sigue
conseguir dos tubos con el diámetro exactamente igual, dificultándose la afina- siendo Fa mayor.
ción y construcción en serie. Anteriormente no había estos problemas pues pare- Se presentan a continuación los tamaños o medidas de algunas flautas de
ce que los músicos eran mucho menos exigentes al respecto. Sin embargo, con la las que usan los grupos de Popayán.
profesionalización, el uso de las flautas con acompañamiento de guitarra o piano
(Alma Caucana) y la adopción de repertorios claramente tonales, cromáticos y
modulantes, se vio la necesidad de llevar al máximo de exactitud la afinación de
las flautas en relación con la escala temperada. Esto es algo que, en la actualidad, la 43 Veamos: Marcha Royal, netamente tonal, está entre Fa y Fa#. El rioblanqueño está en Re menor, El sotareño en Re
menor (no suena la segunda parte modulante a Re mayor, casi seguro por las dificultades que plantea la digitación con
mayoría de los conjuntos no tienen mucho en cuenta. tres alteraciones: Si becuadro, Fa sostenido y Do sostenido), y En un desierto pesebre en Fa menor (ver las transcrip-
ciones más adelante). Dado el relativamente poco desarrollo técnico de los flautistas que allí tocan (en comparación
El concurso de chirimías reglamentó el uso de flautas de carrizo y prohibió con los grupos profesionales actuales), es casi seguro que logran el La bemol agudo en la piezaEn un desierto pesebre
con la digitación que se acostumbra a nivel campesino (sólo tapando el primer hueco superior) lo cual da un La bemol
expresamente las fabricadas en otros materiales, lo cual ha obligado a la mayoría inestable, tal como se oye en la grabación. Por otra parte, Re menor es la tonalidad relativa de Fa mayor, y es la tonali-
de los grupos a tener dos juegos de flautas: uno en PVC de uso corriente y otro en dad menor de más fácil digitación en una flauta en Fa. Por todo esto, sería lógico plantear que esas flautas estaban en Fa
mayor.
carrizo para los concursos. Alma Caucana, por ejemplo, grabó sus discos con flau- " Por ejemplo, el Fa de las flautas que usaban los de la chirimía Juventud Caucana, era 40 cents por debajo del Fa. Así
mismo, la escala en la mayoría de las flautas no es muy estricta, sino que suele haber serias desafinaciones.
tas en tubo de conducción de agua caliente (CPVC).

103
102
INSTRUMENTACIÓN Y TÉCNICAS DE EJECUCIÓN
DE FASTOS A FIESTAS
NOTAS SOBRE LAS MEDIDAS DE LA TABLA SIGUIENTE
TABLA COMPARATIVA DE LAS MEDIDAS DE ALGUNAS FLAUTAS DE POPAYÁN

H
15 Flautistas y/ © Medidas longitudinales de las flautas
G sgz o conjunto -.,/ AB C D E F G H I Material
030000
A
O 1 Iván Dulce 86 91 126 159 200 236 270 469 544 20 Carrizo
B Alma Caucana y
C
D Los Gavilanes
F
F
2 Los Cazadores 86 80 115 150 195 230 263 460 530 PVC
7...
0 i K1 0 O lm
3 Los Artesanos 79 1: 120 152 193
Co) 224 249 449 524 Carrizo

4 Aires de Pubenza 86 100 137 173 215 254 288 499 570 13 Carrizo
C)
C) 5 Los Cazadores 86 95 128 162 203 240 273 473 545 PVC
Para tomar las medidas se desarrolló una ficha que incluye todas las mediciones significativas para la acústica y
afinación del instrumento. Las mediciones de A a F se toman desde el extremo inferior de la flauta hasta el extremo
superior de cada orificio, pues en este punto se rompe la columna interna del aire. La medición G va hasta el centro
del orificio de embocadura, punto donde se produce el sonido. La medición H es el largo total de la flauta (no del Medidas de orificios y diámetro
tubo interno). La medición I va desde el corcho o tapón interno hasta el centro del orificio de la embocadura. El largo
total del tubo interno es el resultado de sumar G + I. Las mediciones K y J se refieren al diámetro de la embocadura JK L M N Tonalidad Dibujos
y L ylli al de los orificios de digitación. N es el diámetro interno del tubo en la parte superior (cerca ala embocadura) P
y P en el extremo inferior. La medida del diámetro externo no es significativa desde el punto de vista acústico.
Todas las medidas se dan en milímetros. También se tienen en cuenta los materiales de fabricación y los diseños 1 13 13 13 12 20 19 Fa mayor No
o dibujos con que a veces se adornan o pintan las flautas.
En caso de que algún orificio de dignación sea de un diámetro significativamenmte distinto a la mayoría, tam-
bién se anota aparte. 2 W 10 10 10 15 15 Fa mayor No

3 11 11 9 9 18 Fa mayor No
Del análisis de la tabla comparativa de las medidas, podemos deducir algu-
nas generalidades • el largo total de las flautas en Fa es de unos 530 mm. El largo 4 17 17 17 17 25 22 Mi mayor (bajo) No
interno del tubo (lo que realmente suena), de unos 480 mm. Los orificios de
5 10 10 10 10 Mi mayor No
digitación y la embocadura suelen ser del mismo diámetro todos (unos 12 mm.)
El diámetro interno del tubo, entre 18 y 20 mm. Nota: En 1987 Ivan Dulce (Los Gavilanes) se presentó al concurso con flautas en Mi mayor. Aires de Pubenza empezó a
Si miramos ahora las gráficas de las medidas longitudinales de las flautas finales de 1986 a decorar sus flautas con amarres de hilo de diferentes colores y con el siguiente dibujo que sigue la línea
de los orificios de dignación:

It€1111~1~~010
en Fa y en Mi, y colocamos una regla o tira de papel siguiendo la línea trazada por
los puntos B y C de las gráficas, nos daremos cuenta de que en el paso de C a D
hay un salto y se pierde la continuidad de la línea. Luego se recupera de D a F.
Esto quiere decir que también en la construcción de las flautas se refleja la ten-
dencia actual hacia la afinación temperada, ya que el paso de C a Des precisamen-
te donde se marca la salida del medio tono. Mientras que en las flautas campesi-

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105
DE FASTOSA FIESTAS
INSTRUMENTACIÓN Y TÉCNICAS DE EJECUCIÓN
nas e indígenas las distancias entre un orificio de digitación y otro son equidistan- flautas de los demás. Por otra parte, los conjuntos no eran profesionales ni tan
tes, iguales, en Popayán hay un intento de acercamiento a la escala temperada estables como ahora y no había un juego de flautas iguales de propiedad del gru-
que, como tiene tonos y semitonos, exige unas distancias distintas, en especial po. Por esta razón, es posible que cada flautista construyera en varios tamaños
para los medios tonos. Sin embargo, estas medidas todavía no son suficientemen- para tener más opciones de coincidir con las flautas de otros flautistas, y así
te exactas como para una afinación hipotéticamente perfecta. Estos pequeños poder tocar en grupo. Esta práctica de llevar varias flautas ha desaparecido en la
errores en la afinación de las flautas se deben a los métodos usados en su cons- actualidad.
trucción, pues la afinación se hace por el método de ensayo y error ("mirando y Respecto a los métodos que se utilizan para la construcción de las flautas
ensayando", como dicen ellos) comparando —a oído— con un piano, una guitarra en Popayán es poco lo que hay que decir, ya que lo común es comprarlas hechas
o un diapasón. a los campesinos o indígenas. Actualmente (1987) se pueden conseguir flautas de
carrizo en varias tiendas de artesanías de la ciudad a un precio que oscila entre 50
MEDIDAS LONGITUDINALES y 250 pesos. Para el flautista que quiere construir sus flautas la cosa se complica
FLAUTAS EN FA FLAUTAS EN MI porque es muy difícil conseguir la caña, la materia prima, puesto que esta se da en
600 600
forma silvestre en páramos lejos de Popayán.
500 500
Las flautas disponibles para la venta en la ciudad normalmente son fabrica-
400 00 das en Caquiona y otras veredas de la zona de Almaguer. Los campesinos de esta
300 300
región fabrican cada año cantidades impresionantes de flautas (estimo más de
20.000) en todos los tamaños, desde flautines en Si bemol hasta flautas grandes
200 200
en Do. Los flautistas de Popayán sólo tienen que escoger una que les satisfaga.
1013 g
o
loo
Las flautas que construye el campesino tienen los orificios de digitación
equidistantes, lo cual produce una escala que no discrimina demasiado entre tono
1 1 1 1 1 1 1

o Medida
o
A B DE F G A B C D E F GH

y semitono. Las exigencias de los grupos profesionales desde finales de los años
70, y el repertorio cada vez más cromático y definitivamente tonal, llevaron a los
Finalmente, resulta interesante anotar un testimonio de los años 30: "Los flautistas a fabricar sus propias flautas, pues las que venían del campo ya no les
flautistas llevan entre correa y pantalones tres o cuatro flautas de carrizo de diver- satisfacían. La primera solución fue echar mano del PVC y fabricar un modelo, por
so tamaño para cambiar fácilmente de tonalidad" (Benois 1939). Esto recuerda un el método de ensayo y error, que fuera aceptable. El paso siguiente era copiar el
poco a los primeros flautistas de las orquestas en Europa, que utilizaban varias modelo las veces que hiciera falta. Sin embargo, la prohibición de concursar con
flautas con la misma finalidad. No es claro para qué querrían cambiar de tonalidad flautas que no fueran de carrizo les obligó a salir al campo, contactarse con los
los flautistas payaneses de los años 30. Tal vez para entonar el bambuco que iba campesinos, cortar la caria o carrizo y empezar a aprender del campesino las téc-
después de la chirimía en la misma tonalidad de la chirimía, cosa que parece poco nicas del corte, secado, preparación del carrizo y fabricación de la flauta.
probable. Es más lógico pensar que en el recorrido callejero entraran a las casas y Los flautistas han tratado de encontrarle la racionalidad a las medidas de
se hicieran acompañar de tiples y guitarras, tal como cuenta Cordovez Moure en las flautas y tejen infinidad de hipótesis que en la práctica no funcionan. Unos
1791. Para eso sí se necesitaba tener flautas en varias tonalidades. Una última hi- dicen que la distancia cero-F debe ser igual a F-H, otros que a F-G... Se debate
pótesis, tal vez la más convincente, parte del supuesto de que en esa época no se sobre la distancia del corcho interno hasta la embocadura... Otros utilizan como
había generalizado todavía un tamaño exclusivo de flauta (como sí sucede ahora, recurso final aproximativo el corte de la "cola" de la flauta... Otros, imitando las
en Fa mayor) Cada músico construía su instrumento sin tener muy en cuenta las quenas, intentan practicar distintos diámetros de orificios... No tiene mucho sen-

106 107
DE FASTOS A FIESTAS INSTRUMENTACIÓN Y TÉCNICAS DE EJECUCIÓN
tido entrar a discutir este tipo de detalles pues se abordan con un criterio más
Embocadura y respiración: En Popayán hemos observado una gran varie-
científico y sistemático en un artículo ya publicado (Miñana 1988). Baste anotar
dad de estilos y de combinaciones de embocadura y respiración. Encontramos
que los grupos más cualificados se encuentran en esa búsqueda de la "flauta per-
fecta", aunque con métodos demasiado empíricos. casos de respiración diafragmática (la mayoría), pero también flautistas que hin-
chan las mejillas y controlan el aire ayudados de los movimientos de estos múscu-
Cuando se daña la flauta, simplemente compran o hacen otra, no suelen
los. Por otra parte, se dan muy distintas combinaciones de la respiración diafrag-
repararla. Algunos tratan de curar las flautas, cuando son nuevas, tapando los agu-
mática con la torácica. La embocadura suele ser central, aunque por la inclinación
jeros con esparadrapo y dejándolas unos 15 días llenas de alcohol de carpintería,
whisky o aguardiente. de la flauta y la cabeza pareciera a veces una embocadura lateral. Los casos de
embocadura propiamente lateral son muy pocos. La forma varía también bastante
Respecto a las técnicas de ejecución vamos a considerar tres aspectos fun-
damentales: posición, embocadura y digitación. de uno a otro flautista, aunque lo más común es una técnica de labios tensos,
Posición: El conjunto de chirimía es básicamente un conjunto callejero, es poco relajados. Aquí entra también a jugar la influencia de las distintas escuelas de
la técnica de la flauta de llaves. Iván Dulce, por ejemplo, primer flautista de Los
decir, un conjunto en el que los músicos deben estar permanentemente parados
Gavilanes, tiene una buena técnica pero de tipo tenso. Luis Felipe Chávez, de
o caminando. Las flautas se tocan en esta posición. Respecto a los brazos y posi-
Aires de Pubenza presenta una posición mucho más relajada de los labios. La
ción de la flauta, lo más común es inclinar un poco la cabeza y bajar un poco los
articulación más común es con la lengua y, con menos frecuencia, con los labios.
brazos de modo que la flauta queda ligeramente inclinada. Algunos flautistas de
En la ejecución de la música payanesa los flautistas suelen utilizar los re-
los grupos más cualificados han tenido contactos puntuales con profesores o es-
cursos propios de la flauta: stacatto,legato,glissando y, con menos frecuencia, el
tudiantes de flauta de llaves del Conservatorio de la Universidad del Cauca en
vibrato.
Popayán. De ahí que hayan adoptado una posición de la cabeza, flauta y brazos
Agitación y forma de sujetar la flauta: Lo más generalizado es sostener
más conforme a los cánones establecidos en la técnica de la flauta de llaves: cabe-
la flauta con tres puntos de apoyo: mentón, pulgx e índice de la mano izquierda
za erguida, brazos arriba, flauta tendiendo a la posición horizontal.
y pulgar de la derecha para los dies
tros (a la inversa para los zurdos). Sin
embargo, es común introducir el me-
ñique de la mano derecha como un
cuarto punto de apoyo, bien sea so-
bre o bajo la flauta. Es también frecuen-
te colocar el pulgar de la mano izquier-
da, no en oposición al índice, sino en
forma longitudinal con la flauta, es
decir, formando ángulo recto con el
índice. De esta forma, el apoyo de la
mano izquierda no es de pulgar e ín-
dice sino sólo de pulgar.
La digitación o tapada de los
orificios se realiza con los dedos, las
yemas de los dedos índice, medio y

108
109
DE FASTOS A FIESTAS
INSTRUMENTACIÓN Y TÉCNICAS DE EJECUCIÓN
anular de ambas manos. Esto se facilita pues LA TAMBORA

en Popayán se usan flautas pequeñas (me- Remen bien esa tambora,


nos de 60 cm. de largo). Esta forma de digi- tambora de Coconuco;
mi pareja está ganosa
tar con las yemas es típicamente urbana, no de una mano de bambuco.
se encuentra entre los flautistas campesinos. Copla popular caucana
La mayoría de los flautistas son dies-
tros y la flauta queda a su derecha. Hay tam- "La importancia de una chirimía la da el número y claridad de las tamboras. De
bién algunos flautistas zurdos. En ese caso, menos de tres va escasona de categoría, aunque produzca alegría; recuérdenlo.
la flauta se coloca a su izquierda. La tambora se arma en un cilindro de madera enterizo y ahuecado y suele tener
Se presenta adelante una tabla de di- hasta casi un metro de diámetro. Sobre las bocas del cilindro se templan los par-
gitación que corresponde a las opciones ches de becerro o de chivo, sujetos a los bordes con aros y correajo o cordón
más usadas por los flautistas de Popayán. fuerte de lado a lado yen contorno, con dispositivo para retemplar (...) Se percu-
Los medios tonos o cromatismos se obtie- te con ambas manos • la izquierda con un trozo de madera macizo, liso, de tres
nen con el recurso consistente en tapar centímetros más o menos de diámetro, y unos 20 de largo, golpea sobre la made-
medio orificio desplazando ligeramente el ra del instrumento; la derecha maneja elpum-pum, trozo de palo como el ante-
dedo en forma lateral o también en forma rior pero embolado y aforrado en una punta con cuero o lona fuerte para golpear
directa. Con este recurso se logran también sobre el parche. La tambora se sostiene terciada sobre el pecho, que queden los
los glissandos, reforzados además por el au- 2 formas de dignación de medios tonos parches de flanco, para que la izquierda golpee por encima y la derecha por los
mento o disminución de la columna de aire. lados. La combinación de los golpes forma el remar la tambora, que cuando se
La técnica de los flautistas payaneses tiende hacia el virtuosismo y el efec- hace como Dios manda y el arte lo demanda, va como diciendo:
tismo. Por esto utilizan y abusan de todo tipo de recursos expresivos y florituras:
Cán - dangajúmba
contrastes violentos de intensidad, apoyaturas, mordentes, trinos... Cán - dangajúmba
Cán - dangajúmba
Candánga-candánga-candánga
TABLA DE DIGITACIONES MAS USADAS EN POPAYAN (FLAUTA TRAVERSA)
can-dangajúmba
oO oo oo 0o oO o 0 0 0 o oo o oo oo o 0 oo oo o (López 1960:9)

"Las tamboras (...) se fabrican de un tronco de árbol cortado en apropiada


o longitud y de cualquier diámetro: cuarenta u ochenta centímetros (...). Vaciada o
....... .. O O *********
e o 0 O ******** eoo 0 • e o oo•
O O ***** O O
••
O

ahuecada la troza vegetal, hasta dejarla con delgada pared para el efecto de la
o *********** o•eoo••••
00•0•es
• • • e
***** o o o 0o
o
o o ***** 000000 o•000•oo• •
o o•
o o•••e0000000 o•000000• sonoridad, se cubren adecuadamente ambos extremos con piel estirada en aros
e e000
ee00000 o oo o o•e000000000 o ******** • o
32
de bejuco resistente, que luego se colocan, entrelazan y afirman con cuerda de
cabuya o pita, templada en zigzag del uno al otro borde de los parches o bastido-
res. De esos arcos se asegura igualmente y por ambos extremos la lazada de guas-
... ro
a lap
..P.
ca trenzada de fique, para terciarse la tambora, pasando esa cincha por encima
e, Ag., ..es ap.
del hombro, y de través por el lomo opuesto y por debajo del otro brazo, para

111
110
INSTRUMENTACIÓN Y TÉCNICAS DE EJECUCIÓN
DE FASTOS A FIESTAS
dejar libre el movimiento de ambas 'extremidades' (...) El sonido o sonidos de la
tienen aros, sino arillos. El cue-
tambora (...) se producen mediante golpes combinados de la maceta sobre el
ro, de ternero joven preferible-
parche o cuero vibrador, alternados unos, simultáneos otros, con suaves golpeci-
mente, se enrolla aun bejuco lla-
tos secos, dados con la otra mano en el cilindro de madera, con un objeto duro
mado chillazo y luego se amarra
pero que no le cause daño: comúnmente un palillo de verraquillo o chonta. Rít-
a un alambre (en las tamboras
mica combinación de los dos sonidos que exige pulso ágil, sentido métrico y des-
campesinas el cuero se sujeta al
treza en las manos. Es lo que en el lenguaje del gremio se llama 'remar bien la
tambora— (López 1964:2). bejuco por la presión de un aro
de madera). El bejuco debe ser
Estos dos textos son de los hermanos López Narváez, ambos "remadores"
amarrado previamente para que
que salían con los conjuntos de los años 30 y 40. Los testimonios son muy com-
forme un aro resistente y el cue-
pletos y muestran los procesos de construcción, materiales usados, dimensiones,
ro debe estar mojado para facili-
técnica de ejecución, posición del instrumento e incluso una transcripción de
tar su manejo y enrollado sobre
tipo silábico o mnemotécnico: Cán-dangajúmba... que podríamos entender posi-
el bejuco. Posteriormente se
blemente como negra y cuatro corcheas en el parche, con un acento en el tercer
unen los dos bejucos o arillos
tiempo, característica ésta estructural en el bambuco:
entre sí con un trenzado de ca-
buya o piola en forma de zigzag.
La cabuya puede amarrarse al
La tambora payanesa es, pues, un tambor cilíndrico de dos membranas,
alambre (lo cual es menos efectivo) o envolver el bejuco, para lo cual es preciso
con sistema de tensión de abrazaderas y aros, y de percusión con baquetas (mazo
perforar el cuero para que pase la cabuya. La tensión adicional se logra con unos
y palo). Si bien en los años 401as tamboras eran los instrumentos privilegiados de
aritos o "claves" de la misma cabuya, que unen por parejas a los tensores. Final-
los conjuntos de chirimía, actualmente ocupan una especie de "segundo puesto"
mente, se perfora el vaso o cuerpo de la tambora en su parte central dejando un
después de las flautas. Tradicionalmente se fabricaron con un tronco vaciado o
pequeño orificio para la salida del aire cuando es comprimido al golpear el par-
ahuecado. Sin embargo, debido a la deforestación actual de la mayor parte de las
che. Los cueros de ambos lados son iguales o similares y con pelo. Si el pelo es
cordilleras caucanas, se ha vuelto muy difícil y costoso encontrar un árbol de ma-
demasiado largo o abundante el sonido es bastante sordo, por lo cual se acostum-
dera blanda (tipo balso o "tambor") con el diámetro adecuado para este instru-
bra a cortarlo un poco o afeitarlo en la parte central, donde se va a golpear. El
mento (el árbol debe tener más de 60 cm de diámetro, 1.80 m. de perímetro, para
cuero de ternero o res debe ser sin curtir. Simplemente se le quita bien la carne y
que quede una tambora de unos 48 o 50 cm de diámetro). Por esta razón desde
la grasa y se entierra 2 o 3 días con cal. Luego se limpia y se deja secar.
hace unos 10 años es raro ver tamboras enterizas. Actualmente la inmensa mayo-
En 1951 Whiteford decía de las tamboras: "algunas son de 3 pies o más en
ría de los grupos las usan en triplex o lámina de madera con conglomerado. Para
diámetro, muchas son de 18 pulgadas en diámetro y 24 pulgadas de profundidad,
poder doblar esta lámina es necesario mojarla previamente durante varias horas.
algunas son más pequeñas" (1977:226). Las tamboras payanesas son ligeramente
El espesor suele ser delgado (menos de 1 cm) para facilitar su doblado. Una vez
más altas que anchas y suelen medir actualmente entre 40 y 52 cm de alto por
doblada la lámina se le da la forma cilíndrica deseada y se unen los extremos con
puntillas y pegante. 38-50 de diámetro. Una tambora promedio sería de unos 50x47. De todas formas,
no hay reglas, ni limites al tamaño. Se busca sencillamente que sean sonoras, livia-
Las tamboras de Popayán tienen una diferencia importante con respecto a
nas y cómodas para cargarlas, pues toca a veces realizar largos recorridos por las
las tamboras campesinas de la cordillera y de las tierras bajas (costa Pacífica): no
calles con la tambora encima.

112

DE FASTOS A FIESTAS 113


INSTRUMENTACIÓN Y TÉCNICAS DE EJECUCIÓN
La posición en que se toca fue golpes. Esto sólo se logra con una técnica relajada de muñeca y aprovechando
bien descrita por los hermanos López muy bien el impulso ofrecido por los rebotes del remo sobre el parche.
Narváez. Simplemente, señalar una Finalmente, respecto a la decoración y color de las tamboras, lo más co-
tendencia: las tamboras suelen quedar mún actualmente es pintar el cuerpo o vaso de negro o carmelita imitando la
bajas, casi por debajo de la cintura. madera. Las pocas tamboras qué no son de triplex suelen conservar el color de la
A las baquetas en Popayán se madera original del árbol. A veces algunos conjuntos pintan en el parche de una
les llama "remos" y tocar la tambora de sus tamboras el nombre del grupo o del barrio del que procede.
es "remar". Los remos o baquetas son
dos: uno que se denomina "golpe" que LA CARRASCA

consiste sencillamente en un palo de


20 a 30 cm de largo y aproximadamen- Ya se anotó que la carrasca originalmente era un idiófono que se tocaba raspado,
te un cm de diámetro, y otro que se consistente en un pedazo o listón de guadua de unos 40 cm de largo por unos 7
llama "remo" que es un palo similar al de ancho. El tamaño variaba según el tubo de guadua utilizado pues se tomaba un
anterior al cual se le amarran trapos pedazo, de nudo a nudo del bambú, para que no se astillara. Con un cuchillo o
en la punta para golpear el parche en sierra se trazaban unas muescas transversales, muy cercanas unas de otras y bien
forma de mazo. El golpe percute so- paralelas, de modo que al frotar el listón con una costilla, un hueso, un clavo o
bre el cuerpo de la tambora en la parte superior y el remo, el parche. Las personas una peinilla, produjera el efecto sonoro de raspado. A veces, en lugar de guadua
diestras toman el remo con la derecha y el golpe con la izquierda. Los zurdos en se utilizaba un pedazo de chonta o macana al que también se le hacían muescas
forma contraria. Esto tiene su razón de ser en que normalmente el golpe lleva una transversales. Aunque con menos frecuencia, también se usó el caparazón del
célula rítmica estable, sin variaciones. Las variaciones se dan sobre todo en el armadillo con este fin.
parche, con la mano derecha, que es la que suele tener mayor desarrollo motriz e Un extremo de la carrasca se apoyaba en el hombro (izquierdo normal-
independencia. mente) y el otro extremo se sujetaba con palma y dedos del mismo lado (izquier-
La mano derecha toma el remo o mazo por el extremo opuesto a la bola de do) . La mano derecha tomaba el hueso o clavo entre los dedos medio y pulgar,
trapo sujetándolo en forma natural, es decir, oponiendo el pulgar a los otros cua- apoyando el índice extendido sobre él presionando hacia abajo.
tro dedos y cerrándolos. La mano izquierda se coloca sobre el cuerpo de la tam- A comienzos de los años 50, y muy probablemente por influencia de las
bora y hace pasar el golpe o baqueta entre los extremos de los dedos índice y orquestas tropicales, estas carrascas sin cavidad resonadora empiezan a sustituir-
medio, por un lado, y entre la base del índice y el pulgar, por el otro. Hay algunos se por güiros mucho más sonoros de puro, zumbo o calabazo (Whiteford 1963:215).
tamboreros —pero son la excepción— que toman el golpe en forma similar al Se cambia también el hueso con que se frotaba por un trinche con mango de
remo. madera y varios alambres (3 o 4). Sin embargo, los güiros utilizados en Popayán
Los golpes dados con el "golpe" o baqueta sobre el cuerpo de la tambora tienen algunas pequeñas diferencias con los antillanos. Los payaneses conservan
son secos, breves, estables, de poca intensidad y se ejecutan con un mínimo mo- el fruto del calabazo tal cual, con su pedúnculo. Esto hace que tengan un timbre
vimiento de la muñeca hacia arriba y hacia abajo. La mano derecha maneja el más sordo, grave y apagado. El güiro de Popayán se toma del pedúnculo y, por el
remo con una técnica más bien de muñeca, aprovechando el rebote. Pensemos contrario, al antillano hay que practicarle 2 o 3 orificios ventrales para poder intro-
que el tempo del bambuco y el pasillo es bastante rápido y la percusión de la ducir los dedos de la mano izquierda, y sujetarlo. Los calabazos o puros deben
tambora muy densa. Es decir, que en un tiempo muy breve deben sonar bastantes estar bien secos. No se acostumbra pintarlos sino que se conserva su color natu-

115
114
INSTRUMENTACIÓN Y TÉCNICAS DE EJECUCIÓN
DE FASTOS A FIESTAS
ral. Cuanto más grandes sean, mucho mejor. A pesar del notable cambio en el
instrumento, los conjuntos payaneses conservaron el antiguo nombre de ca- Si bien a veces se utilizan hasta piedrecitas, se prefieren las semillas de
achira que, por su dureza y forma esférica, suenan y ruedan al interior del mate en
rrasca o charrasca (ya no el nombre de "guadua") para denominar al güiro,
forma más homogénea.
puesto que cumplía la misma función rítmica y tímbrica de la carrasca, aunque
amplificada. Los mates actualmente sólo son usados por las chirimías urbanas. Los gru-
pos campesinos utilizan las maracas convencionales. La preferencia por las mara-
Los MATES cas a nivel campesino se hace patente en algunos grupos payaneses de barrios
nuevos, de extracción campesina. Si bien las maracas y los mates cumplen la mis-
ma función rítmica y tímbrica, hay una pequeña diferencia de tipo tímbrico que la
Mates, maracas, maíces o chucho son los nombres que reciben o recibieron un
da el choque de las semillas contra el trapo o pañuelo, produciendo un sonido
par de sonajas semiesféricas construidas con dos medias totumas cerradas cada
sordo y apagado.
una con un pañuelo "rabuegallo" (normalmente de color rojo) y con semillas en
El tamaño de los mates depende, obviamente, del tamaño del fruto con
su interior (maíz o achira). El pañuelo se amarra con un pedazo de cabuya o piola
que se fabrica. Sin embargo, los más comunes están alrededor de los 10 cm de
por la base de la calabaza, mate o totuma.
diámetro.
Si bien el proceso de fabrica-
ción no ha cambiado mucho, sí la téc-
EL TRIÁNGULO
nica de ejecución. Parece ser que an-
tiguamente se usaba solamente un
mate. Se tomaba normalmente con la Consiste en una varilla metálica doblada en forma de triángulo y suspendida de
derecha por las puntas del pañuelo y un cordón, el cual se hace sonar golpeándolo con otra varilla de metal. La varilla
que se dobla en triángulo no llega a unirse completamente en sus extremos.
se golpeaba contra la palma o contra
el borde de la mano izquierda (López Si bien este instrumento es ampliamente conocido, fabricado industrial-
mente y vendido en las casas musicales, en Popayán la inmensa mayoría de los
1964:3) o, simplemente, "sacudiéndo-
triángulos son de fabricación casera o artesanal. Se toma una varilla redonda de
lo como pandereta" (López 1960:9).
hierro del que se utiliza para las vigas en la construcción. Se dobla sin calentarlo y
Actualmente no es el mate,
se sumerge en orines o en aceite usado de carros durante un tiempo para que
sino "los" mates, pues se usan por
"temple". La varilla tiene un diámetro aproximado de 3/8 de pulgada y no se acos-
parejas. Se toma uno con cada mano
tumbra a pintarlo o cromarlo. A veces también se usan varillas de acero o hierro
y se tocan como maracas, colocándo-
los a la altura del pecho, agitándolos acerado que requieren ser dobladas con la ayuda del calor. Por esta razón se le
llama "acero" o también "fierro". Cada lado suele tener unos 20 cros de longitud.
con movimientos contrarios u opues-
tos hacia adelante y hacia atrás. Las A pesar de que, como su nombre lo indica, la forma más común es un
triángulo, los grupos de menos recursos a veces simplemente utilizan un pedazo
manos normalmente están bastante
de hierro o acero, no importa su forma. Algunos grupos —los menos— doblan los
próximas una a la otra y al cuerpo del
extremos del triángulo hacia afuera.
ejecutante.
La mano izquierda suele sostener el triángulo colgando de un cordón y la
Los mates suelen amarrarse uno al otro por una punta del pañuelo para
mano derecha golpea con la varilla en el lado inferior y en uno de los laterales. Es
facilitar su transporte y evitar la pérdida de uno de ellos.
poco usual utilizar la mano izquierda como apagadora del sonido.

116
117
DE FASTOS A FIESTAS
INSTRUMENTACIÓN y 'TÉCNICAS DE EJECUCIÓN
Hacia 1930 (Benois 1939:2) las dos piezas preferidas por los conjuntos de
chirimía eran —además de la pieza obliga da que tocaba la chirimía— los bambucos
llamados Clásico yA gora que te pegaron, este último composición de Efraín Oroz-
co Morales (1897-1975), compositor caucano ya mencionado en capítulos ante-
riores. Del primero no se sabe mucho. Únicamente que era muy popular "por sus
arranques y calderones" (o.c.). Respecto al segundo, todavía está vigente en el
repertorio de las chirimías actuales y con bastante éxito. En el concurso de 1981
cuatro grupos distintos lo interpretaron.
De esa misma época son los bambucos Cuando la muñeca quiere, Subie-
Los REPERTORIOS ron los Reyes Magos al templo de Belén, Los quingos de Belén, El sotareño, atri-
Interpretaban muchas de las danzas y aires populares tradicionales que buido a Francisco Diago, y El rioblanqueño, atribuido recientemente a Carlos
las murgas tocaban para las fiestas; pero también tenían piezas especia- Vivas (López 1960, El Liberal, 10 de diciembre de 1959, y 12 de diciembre de
les, algunas de ellas escritas por ellos mismos, que tenían un acentuado
1954). Los tres primeros están íntimamente vinculados a la chirimía y ala fiesta de
sabor indígena y que ayudaban a realzar las cualidades particulares del
grupo de la chirimía. Reyes. Al desaparecer la chirimía y la fiesta, también perdieron vigencia. El prime-
(Whiteford 1963:216)
ro está grabado en el primer disco de Alma Caucana junto con la melodía de la
Si bien al analizar la trayectoria de los grupos y de los concursos se ha hecho chirimía bajo el título Chirimía (danza) y se anota como autor a Francisco Velasco
referencia a algunos aspectos relacionados con el repertorio, en este capítulo se N. No es clara la autenticidad de su autoría. Por lo menos de la tonada de chirimía
no lo es, pues parece mucho más arcaica. Este bambuco se tocaba tradicional-
aborda el tema en forma específica.
Poco sabemos de los repertorios que antiguamente ejecutaron las chiri- mente después de la intervención de la chirimía y parece que tenía texto. Algunas
mías y conjuntos de flautas. Es de suponer que estarían en estrecha relación con personas todavía recuerdan una copla que dice así, y que le da título al bambuco:
las modas musicales de la época. La aparición del bambuco precisamente en Po- Cuando la muñeca quiere
payán yen el Cauca a finales del s. XVIII y las numerosas referencias documenta- que el muñeco vaya a misa
le lava los pantalones
les que se encuentran sobre este aire, especie o estructura musical desde comien- le remienda la camisa.45
zos del s. XIX en Popayán, nos hacen pensar que el bambuco ha sido desde enton-
ces el tipo de música preferido (Miñana 1997). Sin embargo, Popayán fue hasta El bambuco Los quingos de Belén se refiere a las vueltas, al camino sinuoso
comienzos del s. XX una ciudad "conectada" al mundo europeo, a donde llegaban que sube a la capilla de Belén de Popayán. Era la pieza que se tocaba durante la
rápidamente las últimas modas: contradanza española, contradanza inglesa, schot- "bajada" y "subida" de la Virgen. Muy pocos flautistas recuerdan hoy esta pieza. En
tis, polka, mazurka, vals, música de ópera, de zarzuelas, tonadillas escénicas, cu- las transcripciones se incluye una versión recogida al flautista Olmedo Murillo,
plés, pasodobles, fox. Estas músicas eran asumidas inicialmente por las clases al- aunque tuvo que ensayarla previamente para recordarla.
tas pero muy pronto eran imitadas por los demás grupos sociales. Las otras dos piezas, El sotareño y El rioblanqueño, se han convertido en
Si bien podemos formular una historia de los géneros musicales y las mo- los himnos de Popayán y del Cauca andino en general. Son piezas obligadas de
das en Colombia desde la colonia, sin embargo, en relación al repertorio chirime- todas las chirimías y se oyen hasta la saciedad durante los concursos. Desde hace
ro, los datos confiables únicamente aparecen con cierta continuidad desde 1930.
Antes de esta fecha tenemos únicamente la cita ya mencionada de Cordovez Moure '5 Este bambuco se usa hoy en Tierradentro parte baja para acompañar los juegos de vacaloca. Puede verse la transcrip-
ción más adelante.
en la que habla de "bambucos y otros aires nacionales" hacia 1791 (1974:5).

119
118
Los REPERTORIOS
DE FASTOS A FIESTAS
varios años el concurso finaliza precisamente con la ejecución de ambos bambu- daloso (Oriol Rangel), El calavera (Pedro Morales Pino),
cos por todos los conjuntos. Titiribí (José A. Mora-
les), La gata golosa (Fulgencio García), El cafetero
Efraín Orozco estaba en su mejor momento como compositor durante los (Maruja Hinestrosa de Rose-
ro) , etc. El mismo repertorio payanés se complejiza gracias al desarrollo técnico
años cuarenta y muchas de sus composiciones fueron incorporadas por las chiri-
de los flautistas, en especial los de Alma Caucana.
mías a su repertorio como Tenjo, Enigma, Señora María Rosa y Como fierro.
Se incluyen también bambucos de estilo un poco más popular como Los
Todas ellas se han convertido en clásicas del repertorio chirimero que siguen
cucaracheros (Jorge Añez), On'tabas (Emilio Sierra) y otro tipo de canciones
sonando hasta hoy.
basadas en músicas tradicionales como el Galerón Llanero (A. Wills) y Brisas del
La influencia de la música europea se deja ver también en estos años. Por
Pamplonita (Elías M. Soto).
ejemplo, la chirimía Cauca en la Navidad de 1941 toca piezas como Lucía, Rigo-
letto (trozos), Volando hoy y El paso del pollo (El Liberal, 23 de diciembre). Los Es decir, que el repertorio se vuelve más nacional, menos caucano. Pero,
como toda esta música se inscribía dentro de lo que se llama "bambuco", era
Gavilanes grabaron en 19511aMarcha Royal. Este tipo de repertorio "más acadé-
aceptada en el marco de los concursos. La producción musical de los composito-
mico" era muy adecuado para las presentaciones y veladas artísticas que se reali-
res caucanos es bastante reducida o, al menos, no es asumida por los conjuntos
zaban en diciembre para recoger fondos con destino al aguinaldo del niño pobre
de chirimía. Entre los compositores caucanos con una mayor proyección en esta
y el tasajo. Esto era lógico pues los asistentes a estos eventos eran personas de
época están: Ennio Vivas, Gilberto Vivas, ambos de Alma Caucana, Jairo López y
clase alta con gustos más europeizantes.
Silvio Fernández, ambos de Los Cazadores. Sus piezas más conocidas, en el mis-
La llegada del disco y la radio sirvió no solamente para hacer conocer las mo orden, Tambores de mi Cauca (bambuco) Juguete (bambuco),
composiciones sino para impulsar la música mexicana y caribeña. Ya en 1939 un Chiribiano
(bambuco) y Travieso (pasillo).
columnista de El Liberal se queja de que las chirimías ya no tocan los autóctonos
En un estilo un poco menos complejo son las composiciones de Olmedo
bambucos sino danzones cubanos, los huapangos y las tonadas de moda del cari- Murillo (Pachi bí, El guambiano , El patojo) y Oswaldo Mompotes
be (24 de diciembre, p. 3). Esta tendencia a seguir las modas es antigua, pero (Cascada).
Paralelamente a este repertorio "oficial" se va constituyendo otro no tan
ahora con la modernización, con los medios de comunicación, comprometía la
"bien visto" integrado sobre todo por cumbias, porros, merengues y música de la
continuidad y existencia misma de la chirimía y del bambuco.
llamada "bailable" o "tropical": La pollera coloró, La cumbia cienaguera, Car-
Los fuertes cambios introducidos en las fiestas, la desaparición de la chiri-
men de Bolívar, Moliendo café, La múcura, No vales nada, El polvorete,Palmi-
mía y la celebración del concurso desde 1959, dan comienzo a una nueva etapa
reña, Playa, La pata peló y en general los éxitos tropicales de cada año. Este
para el repertorio chirimero. Esta nueva etapa se caracteriza por la conformación
repertorio mucho menos ortodoxo hizo posible que las chirimías siguieran cum-
de un doble repertorio. Uno pretendidamente autóctono, tradicional, que era el
pliendo un papel musical en la vida cotidiana y festiva. Es decir, que si se contrata-
que se presentaba en los concursos, y otro modernizante, mucho más popular,
ba a una chirimía para una caseta, una fiesta en una casa o en un club, la gente no
que se oía en las calles, fiestas y casetas pero que era una especie de fruto prohibi-
pedía bambucos para bailar sino las piezas tropicales de moda. Esta vida no-oficial
do, algo vergonzante y que no podía presentarse en el contexto de un concurso.
de los grupos les permitió seguir vivos y cumpliendo una función social por fuera
El concurso llevó también a que los grupos asumieran el repertorio con
de los rígidos y poco festivos concursos. Los grupos más populares, de menos
criterios más competitivos y empezaron a montarse bambucos y pasillos de estilo
trayectoria y tradición, los menos competitivos eran los que más asumían este
más académico, con modulaciones y cromatismos, así no estuvieran enraizados
tipo de repertorio para las fiestas de fin de año.
en la tradición barnbuquera payanesa como Bochica, Bachué (Francisco Cristan-
Las salidas de algunos grupos al departamento del Huila (Fiestas de San
cho, 1905-1977), Que vivan las fiestas (Eleuterio Lozano), Campesina santande-
Juan y San Pedro en Neiva y pueblos del sur del Huila), bien como participantes
reana (José A. Morales), El guatecano (Emilio Murillo) y pasillos como El escan-
en concursos o bien contratados por las juntas de fiestas, hicieron que muchos

120
121
DE FASTOS A FIESTAS
Los REPERTORIOS
conjuntos payaneses asumieran un repertorio tolimense-huilense. Este reperto-
rio, por otra parte, se adoptaba sin ningún esfuerzo pues las relaciones entre las
músicas huilenses y caucanas son muy notorias. Piezas como El sanjuanero, Tam-
bores de Pacandé, El contrabandista, El barcino y A lma del Huila están ya com-
pletamente integradas al repertorio de los conjuntos más "viajeros" como Alma
Caucana (ver su segundo disco), Los Cazadores, Los Artesanos, Sena.
En la década de los 80, poco ha cambiado el panorama, sólo el impacto de
los grupos campesinos como el de Ordóñez, por su participación en los concur-
sos de Popayán, y el de San Agustín (Huila) por la influencia de un grupo profesio-
LA RÍTMICA PERCUTIVA
nal de Bogotá llamado Chimizapagua, grupo que basó su repertorio en las chiri-
mías de San Agustín y que editó varios discos. Este repertorio campesino se refle-
Nos proponemos ahora describir y analizar desde el punto de vista musical los
ja notablemente en grupos como Tambores de mi Cauca, Juca y Aires de Pubenza.
distintos golpes, células básicas y variantes percutivas de los instrumentos de la
En cuanto a nuevos compositores y repertorios está surgiendo una nueva
chirimía payanesa. Como acabamos de ver, las chirimías tocan básicamente bam-
generación en el seno de los grupos jóvenes más profesionales: Aires de Pubenza
buco, pasillo, tropical (cumbia, porro...) y piezas de tipo binario-marcha. Se des-
y Los Gavilanes. Walter Felipe Meneses (Pocholo, Tonalo) del primer grupo y Luis
cribe, entonces, cómo se comporta cada instrumento (tamboras, carrascas, mates
Carlos Salazar (A lejandra) del segundo son los más destacados. Sus composicio-
y triángulo) en cada una de estas especies o estructuras musicales.
nes siguen la linea tradicional payanesa de Alma Caucana pero con arreglos un
En general, la percusión payanesa es bastante estable. Es decir, que con
poco más complejos en cuanto al manejo de las distintas voces en las flautas.
una célula rítmica o dos se puede acompañar toda una pieza sin problema. Sin
El conflicto de los grupos con su doble repertorio no se ha resuelto en una
embargo, los grupos tendientes a la profesionalización han ido introduciendo y
síntesis creativa. Por otro lado el camino de virtuosismo y cromatización iniciado
creando variantes cada vez más complejas. A pesar de que existen notables dife-
por Alma Caucana, que siguen todavía los nuevos grupos como Aires de Pubenza
rencias entre unos grupos y otros hay bastante unificación en las células percuti-
y Los Gavilanes, está llegando a sus limites. El virtuosismo y el formalismo en el
vas ya que las innovaciones de un grupo son pronto copiadas por los demás,
marco competitivo de los concursos lleva hacia un desarrollo musical cada vez
enriqueciéndose el bagaje rítmico colectivo. Las diferencias entre un grupo y otro
más alejado de la sensibilidad popular y de la fiesta, del baile y de la participación
se dan más bien, como dije, por diferencias de niveles en el manejo de los instru-
popular. Un indicativo evidente de que los bambucos y pasillos actuales han deja-
mentos. Los grupos infantiles e incipientes presentan una percusión simplificada,
do de cumplir esa función se refleja en la necesidad de montar un doble reperto-
los grupos jóvenes más profesionales utilizan células más complejas, pero no hay
rio, uno para los concursos y otro para las fiestas y reuniones sociales. En mi
casi diferencia entre un grupo y otro dentro de un mismo nivel.
concepto la única salida viable a este academicismo en que ha caído el bambuco
Resulta muy difícil hacer historia en este campo pues las grabaciones más
hay que buscarla en las músicas campesinas. La ruptura con los enfoques acade-
antiguas son de 1951, los testimonios escritos son demasiado imprecisos y los
micistas, la vuelta a la frescura de la música campesina —sin caer en facilismos ni
percusionistas que ahora tienen 40 o 50 años poco han cambiado su estilo. Trián-
mediocridades—, la recuperación del baile del bambuco, la fusión con los ritmos
gulo y carrasca parece que siguen con sus células desde los años 30. Los mates
antillanos, es decir, volver a la calle y a la fiesta, son, en mi concepto, los caminos
tuvieron que transformarlas pues pasaron de un mate a un par de mates. La tam-
para una transformación de la música de Popayán que sea fiel a su tradición y que
bora ha cambiado bastante y se ha complejizado, especialmente en estos últimos
responda a las nuevas generaciones y a sus nuevos habitantes, habitantes que en
años. 
su gran mayoría son recién venidos del campo.

123
122
                           
LA RÍTMICA PERCUTIVA
    
DE FASTOS A FIESTAS
Una característica general de la percusión payanesa que la diferencia del
x. J ;<   
estilo campesino es el uso de matices (de introducción relativamente reciente:
probablemente hacia finales de los años 60) y los "cortes" u "obligados", silencios
y tutti (esto también parece ser de uso reciente). El tutti más común suele consis- x

tir en un compás de 3 negras en compás de 3/4 en el bambuco.

PERCUSIÓN EN EL BAMBUCO

x.     X•         
ENTRADAS

Hay dos tipos de entradas básicas o formas de iniciar en el bambuco payanés: en MATES
tutti y cada instrumento con su célula rítmica básica. En el primer caso, el tutti
En los mates hay dos técnicas básicas: una cuya unidad básica es un compás (de-
está constituido por un compás de tres negras y luego sigue cada instrumento recha, acento del primer tiempo, izquierda acento del segundo tiempo en 6/8) y
con su célula característica. La entrada se hace normalmente sobre el primer tiempo que lleva las dos manos con movimientos simultáneos pero opuestos; otra, cuya
del segundo compás. Si el bambuco comienza en antecompás, como es lo más unidad básica es un tiempo en compás de 2/4 y en la que las manos se mueven,
común, la entrada se hace en el primer tiempo del segundo compás. El inicio lo no simultáneamente, sino en forma alternativa derecha, izquierda, izquierda.
dan las flautas, las responsables del nivel melódico. Alma Caucana y Aires de Pu- En ambos casos los mates se mueven sobre un imaginario plano horizon-
benza han experimentado otros tipos de entradas. Por ejemplo, una variante con- tal, hacia adelante y hacia atrás. Los sonidos cortos y secos que se requieren para
siste en presentar la primera frase completa a cargo de las flautas y luego entrar los tutti (tres negras) se logran normalmente con el movimiento simultáneo de
normalmente (ver la transcripción de Tenjo , en la versión de Alma Caucana).
ambas manos de arriba hacia abajo en un plano vertical, paralelo al cuerpo del
ejecutante. 

Flauta r7 Dad Dat


J
Entrada tipo 1
;77 M :77 :77 a'.
D
.1 .1
1 1 D I
7,
I
Dad

Entrada tipo 2

Dad Dad

TRIÁNGULO

El triángulo combina dos tipos de golpes: uno sobre el lado que está a la base del Dad Dad Dad
Dad: derecha adelante
triángulo y otro en la parte interna de uno de los laterales. d. h J Dat: derecha atrás
2. 3
//
r r CARRASCA

La carrasca se ejecuta con movimiento, normalmente de la mano derecha que es


la que lleva el tridente o trinche, hacia abajo y hacia arriba, frotando las muescas 

124
125
DE    
FASTOS A FIESTAS
LA RÍ TMICA PERCUTIVA           
labradas en el puro o calabazo. Hay dos efectos básicos: el golpe normal, seco, Golpe usado actualmente (1987) por los conjuntos tradicionales de adultos
hacia arriba o hacia abajo, y el golpe que se grafica como un trémolo y que se
obtiene deslizando lentamente el trinche por toda la superficie rayada del puro,
lo cual produce un sonido mucho más largo y grave.

a. J j j .1 J J-J
1-T1 TIT Golpes usados en algunos conjuntos de niños

J
1 '1'
x)  

J JT1T1
J J
11-1

1
>!)
TAMBORA
De la técnica de la tambora ya se habló ampliamente en el capítulo dedicado a los
instrumentos. Simplemente señalar que las convenciones usadas en su escritura
son: golpe en madera, notas con x; golpe sobre el parche con el remo, notas con Golpes usados por los grupos semiprofesionales jóvenes de hoy
Mientras que tradicionalmente todas las tamboras interpretan la misma célula, los
figuración convencional.
conjuntos como Aires de Pubenza, Los Gavilanes o Juca forman dos o tres grupos
Golpes usados hacia los años 40 percutivos en las tamboras: una que toca el golpe "sencillo", que no es sino el
golpe de rajaleña o sanjuanero usado en el Huila y el Tolima; otra toca el golpe
"redoblad', que viene a ser el golpe tradicional de tambora con algunas variantes;
una tercera tambora combina variantes de la segunda en momentos distintos e
a. introduce a veces una especie de "bambuco apasillao", según la terminología que
ellos mismos usan. Esto da como resultado un denso trenzado rítmico que, a
veces, de lo denso se percibe plano, ya que se usa sin contrastes en la acentuación
y sin contrastes entre los distintos niveles de las tamboras.
b. r r r

127
126
LA RÍTMICA PERCUTIVA
 
DE FASTOS A FIESTAS
Golpe sencillo

/
1.11011
7,77./
x x /
>7 .1
g.   r r h.     r
7 >T7
LL: Ll° Llr

Golpe redoblao
>7 >7
r r r P Lri
77 7 >7 7 :7 7 7 .f

i.

r Gr rr c. r r rrrpn.
>7 7

Ahora otra muestra del bambuco apasillao:


rrrrrr
Golpe apasillao .7 7 .17 7 >7 7 >7 >7>7 7
r r Lr 7pr r r  r                         
r                           
./ 7 7 ./ 77 7
.7.17./J 77 .17-1J7./             
y                     
k. 7
Grrr .1pr :_rr r r  
r r                 

7 7 .17 't 'T ,17 7 .7 1 1 1


r r prri etc.     

G r r
rrr r ypr [_:       r
1. ./ c. r r

77 .7 7 7 7 7 ri Se presenta ahora una partitura global a partir de las células más comunes:
n. r7 r 7
m. r Lr Triángulo x. J.

A continuación una pequeña muestra de cómo se articulan las variantes en


el bambuco redoblao. La versión es de Alejandro Solano, flautista de Aires de Mates
Pubenza y también excelente tamborero. Nótese cómo la densiflcación del par-
che (variante con 6 corcheas en el parche) se resuelve siempre con la salida de las , 2 r 2

tres negras simultáneas en madera y parche.


Carrasca

128
D E FASTOS A FIESTAS 129
LA RÍTMICA PERCUTIVA
MATES

J77J J
* Dad Dat Dad Dat
Tambora 1
a. .777 .77 1 a'.
D DI DD I

xn >77 77 Y, >7 •/ entrada * izquierda y derecha adelante


Tambora 2
Grrr r r Lir
r
CARRASCA

7 >77 .../1/~111~1 ff/1/11~

Tambora 3 a. J J J .77 b.
r r I 1 Í 1 1 .7 1.í

PERCUSIÓN EN EL PASILLO
C. é) d. • • JJ.I.J
Las entradas son similares al bambuco. Lo característico del pasillo en lo percutivo
son los cortes cadenciales al final de cada parte (suele tener tres partes, que se
TAMBORA
repiten). Al llegar a estas partes cadenciales todos los instrumentos se unifican en Aquí también hay un golpe sencillo que es el que realiza la mayoría de los grupos:
un tutti así: 3
J 7 .b 3
x
a. x
El final es igual al bambuco, es decir, que termina con una negra sobre el
primer tiempo del último compás. Sin embargo, Aires de Pubenza utiliza a veces Y un "pasillo redoblao" que lo utilizan sobre todo recientemente los gru-
uno más efectista imitando los finales de una chirimía urbana de Medellín llamada pos semiprofesionales jóvenes (Los Cazadores, Juca, Aires de Pubenza). Mientras
La Callejera: una o dos tamboras realizan el golpe sencillo, otra lo redobla así:
J J.h J J

T RIÁNGULO
'1 d. X)
b.
. J• r r      ><.) J x•
•   c.
J

A continuación, una muestra de cómo se articulan las variantes del pasillo


redoblao, en versión de Alejandro Solano.
d
131
130 LA RÍTMICA PERCUTIVA   
          
DE FASTOS A FIESTAS
x), >,1 ;17 >,1 simile
PERCUSIÓN EN LA DANZA

r            
Lr_rP r 4G r Gr G                       
Los conjuntos chirimeros llaman danza a unas piezas que se caracterizan melódi-
camente por un cierto pentatonismo, en ritmo binario tipo marcha y con un pre-
x tendido aire indígena. Los mates y la carrasca no suelen utilizarse en este caso.
G r Gr LLr r LL: LL' G             Únicamente tamboras y triángulo. El tempo es más bien lento. Ofrece poco inte-
rés desde el punto de vista percutivo.

Finalmente, una partitura global global utilizando las células más comunes: T RIÁNGULO
2
3 2 r
TAMBORA

Triángulo X
)
k X r r
Mates
x

X
Carrasca c.

Las entradas suelen ser también en el segundo compás, después de las flau-
Tambora 1 tas, aunque en ocasiones pueda entrar primero la percusión y luego las flautas.

PERCUSIÓN EN RITMOS CARIBEÑOS

> ,)
nerpr
Tambora 2 Si bien el porro, la cumbia y los ritmos llamados tropicales de la costa Atlántica
colombiana son de introducción reciente en el repertorio chirimero y no hay una
producción musical local en este campo, los conjuntos han ido desarrollando un
estilo, una adaptación de las células percutivas de las orquestas tropicales a su
instrumentación.
Aquí también se acostumbran unas cadencias o cortes de este estilo:

132
133
DE FASTOS A FIESTAS
LA RÍTMICA PERCUTIVA
r r r (antiguo)
ti guo)
2
J Jh J J
1
,

›J ,J ››J n ,J
Las entradas, también en el segundo compás. r r
b".
r p/r
TRIÁNGULO

a. J x 13 I DI I)

LL: 7pr
1
aM111n11.

bJ J X k d. x
Últimamente, tratando de diversificar los golpes en distintas tamboras, y
MATES siguiendo la misma lógica aplicada para el bambuco y el pasillo, se diferencia en-
Dad Dad Dad Dad tre un golpe sencillo y otro redoblao. Para el golpe redoblao cambia la posición de
aJJJJJJ.1.1 la tambora, ya no horizontal, sino inclinada para facilitar el toque en el parche con
ambas manos.

Dad Dad Golpe sencillo


Dad

*1
> 1 1,J
r r. r
e.
[• 7
CARRASCA
Golpe redoblao

h.

TAMBORA e e k..17 -- .17n


wr • wr-
X

Estos son los golpes más utilizados: rr

135
134
LA RÍTMICA PERCUTIVA
DE FASTOS A FIESTAS
LAS MELODÍAS

A continuación se transcribe una serie de piezas en diferentes ritmos que se con-


sideran representativas de la música payanesa de chirimía, o bien son ilustrativas
de las tesis que se plantean en este trabajo.
A pesar de que no todas las piezas fueron escritas o interpretadas original-
mente para flauta en Fa, todas las transcripciones se han hecho en esa tonalidad
para facilitar la comparación entre las distintas versiones de una misma pieza y
entre distintos motivos de piezas diferentes.
Hay que anotar respecto a la afinación que las flautas tienen errores de
cierta consideración en su construcción. Los grupos profesionales han tratado de
acercarse al máximo a la afinación temperada, pero todavía deja mucho que de-
sear. Sin embargo, el repertorio payanés es netamente tonal y no tiene sentido
llenar las partituras de anotaciones que complican su lectura y que, en últimas, no
aportan a la idea melódica que se pretende expresar. Caso muy distinto es el de
los indígenas y campesinos con flautas y melodías que no persiguen ni tienen
como modelo la tonalidad occidental. En el caso de Popayán, pues, no se hará
ningún tipo de referencias a las desafinaciones que con mucha frecuencia se pre-
sentan en la ejecución de las melodías por las flautas. 

En la fotografía se aprecia la posición de la tambora y de las manos y baquetas para la


ejecución del golpe redobla() en los ritmos caribeños. En segundo plano,
otro tamborero en posición tradicional.
Foto de CA/Liliana, 1987.

136 137      
DE FASTOS A FIESTAS   LAS MELODÍAS
BAMBUCOS las chirimías desde 1954 o antes, nunca se mencionó la autoría de Carlos Vivas. La
El sotareño primera vez que aparece mencionado es precisamente en el primer disco de Alma
Este bambuco fue compuesto en 1928 por el doctor Francisco Eduardo Diago. Caucana, grabado en 1975.
Hay algunas personas que dudan de su paternidad. Es probable que la primera Se transcriben aquí dos versiones. La primera es de 1965, por la chirimía de
parte sea un tema tradicional de la región de Sotará. La segunda parte, donde la Universidad del Cauca, dirigida por el Profesor Rengifo. Tiene la factura típica
modula al modo mayor, es muy posiblemente creación de él. De todas formas, de una pieza campesina, con tres breves motivos. La grabación no es muy buena
sea de quien sea, este bello bambuco recoge y sintetiza elementos muy caracterís- y resulta confusa la audición de la segunda flauta; sin embargo el estilo en el ma-
ticos de la tradición musical caucana. Por esta razón su éxito indiscutible. Además, nejo de la segunda voz es bastante libre, también al estilo campesino, saliéndose
tuvo la suerte de ser tomado por el maestro Antonio María Valencia como base con frecuencia de las terceras paralelas us. das mecánicamente. Hay contraste brus-
para varias composiciones y arreglos para piano y orquesta sinfónica. Con el tiem- co de matices p/f. La segunda versión es mucho más estilizada, más urbana. Es la
po se ha convertido —junto con El rioblanqueño— en una de las piezas más repre- que aparece en el primer disco de Alma Caucana (1975). Se sube la tonalidad de
sentativas de la música andina caucana. re menor a fa menor, lo cual implica el uso de alteraciones que no existían en la
Tiene dos partes: una primera, inicialmente casi pentatónica y luego en re primera versión. Además se introduce un nuevo motivo, rubato, en solo de flau-
menor armónica, y una segunda parte en re mayor. Todas las frases están estruc- tas. Este cuarto motivo es más probable que sea del Mocho Vivas. El tempo es un
turadas en 4 compases. La tonalidad original es re menor. Se adjunta la partitura poco más lento: 132 vs. 104. Se nota en esa versión un manejo mucho más virtuo-
original transcrita y arreglada por su hijo Luis Antonio Diago Montilla (1915), músico sístico de las flautas, una mayor estructuración formal, una mejor afinación y un
con formación académica. Allí aparece también el texto de este bambuco, texto diseño muy claro de la segunda flauta, bastante paralelo a la primera, pero con
con un vocabulario rebuscado y eclesiástico (palio, querubes...). Se nota que esta algunas "salidas" interesantes. La melodía, sin embargo, no pierde su sabor arcaico.
letra fue acomodada posteriormente a la melodía. La trascripción de Luis Antonio
confunde el acento estructural en el tercer tiempo con el acento métrico, tras- Los quingos de Belén
cripción —obviamente— incorrecta. A continuación se transcribe la misma obra Del repertorio antiguo vinculado a la fiesta de Reyes y a la Navidad, se presenta
este bambuco en versión de Olmedo Murillo. Ya se dijo que los quingos en el
pero corrigiendo la estructura métrica (compases).
Algunos conjuntos como Alma Caucana y Aires de Pubenza interpretan Cauca son las vueltas que da un camino subiendo un cerro en forma de zigzag.
este bambuco en fa menor, es decir, una tercera arriba, lo cual permite un registro Con ocasión de la bajada de la Virgen y de San José a la ciudad, la subida con el
más alto y una digitación más sencilla para la segunda parte (originalmente en Re Niño y la subida para la adoración de los reyes, se tocaba este bambuco.
mayor). Los grupos que la interpretan en la tonalidad original normalmente no
Chirimía y bambuco
tocan la segunda parte o lo hacen con serios problemas de afinación.
Esta pieza, transcrita de la versión de Alma Caucana en 1975, recoge el ambiente
de la chirimía, las arrias y la fiesta de Reyes, todas desaparecidas. La primera parte
El rioblanqueño
Esta obra se atribuye a Carlos "El Mocho" Vivas, director de los antiguos Gavila- es la melodía que tocaba la chirimía el día 6 de enero en los desfiles, tal como se
nes. Con este título se refiere a la población de Rioblanco (Sotará, Cauca). Sin ha conservado en la memoria de los músicos de flauta. La segunda, el bambuco
embargo, existen melodías de base muy parecidas a El rioblanqueño en todo el llamado La muñeca, cuya letra dice:
Cauca y es muy posible que Carlos Vivas la hubiera oído a algún grupo campesino Cuando la muñeca quiere
que el muñeco vaya a misa
y le diera una estructuración más formal. Es también muy sospechoso que aun- le lava los pantalones
que El rioblanqueño estuvo siendo interpretado sistemáticamente por casi todas le remienda la camisa 

138 139
   
DE FASTOS A FIESTAS LAS MELODÍAS           
Tenjo
De los muchos éxitos del maestro Efraín Orozco se transcribe este bambuco clási- El sotareño
co del repertorio chirimero. La versión es de Alma Caucana (1975). Esta pieza Bambuco caucano

llegó a Popayán en disco hacia 1954 y todavía forma parte del repertorio de la Dr. Fco E. Diago
Lento Lastimoso Arreglo de Luis A. Diago M.
mayoría de las chirimías. Es una pieza sencilla pero con 5 motivos o pequeños 8'
temas. En la versión de Alma Caucana se aprecia un diseño o arreglo con silencios ••nn •1=1,1~
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de dos compases, solos de flauta y ritenuto. Está en Fa mayor y no presenta mo- .••••=ffillP=M
II.n111~ ••="
dulaciones. El estilo de la segunda flauta es típico de Alma Caucana, con ese pedal
eneldo característico. •••,111~~~1••n n 1•._
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Palonegro
a
Allegro
Bambuco muy popular de José Eleuterio Suárez, compositor no payanés. Esta • M117, ..~••n•n•n•n•n•• •n•n 1111
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pieza se toca en un tempo bastante rápido y exige una buena digitación a los ~•••n••••
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n• 11.1~/MME
flautistas. Tiene cuatro partes. La última de ellas es característica por los silencios
y tutti de la percusión con las tres negras. La entrada de la percusión es al estilo ../Z•M n••n• 1~W.. n••••••nn~1~1~ n••••n••~•n1•
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antiguo, no en el segundo compás sino al final de la primera frase. Se mueve entre n••••nn •~1•n•n
•••- FM' •MM n111~11 •M.1~•~1••n
•~1~nI
/1.•
fa mayor y menor.

Tambores de mi Cauca
Este bambuco de Ennio Vivas Camacho, flautista de Alma Caucana y residente en
Bogotá desde hace años, es una "obra maestra" del repertorio para flauta traversa
sin llaves, utilizando —cosa poco común— prácticamente todo el registro de la
flauta. Por eso es casi una pieza de concierto no apta para ser interpretada en las
calles, pues en el registro más grave se perdería el sonido. Tiene 3 partes, modu-
13
lantes y con abundantes cromatismos. La versión es del mismo conjunto Alma
Caucana, 1975.

Tambores de Pacandé W•11~•n


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~Ir ~111n11•••••• n••• ~•~1~IM •nn•
Como una muestra del repertorio tolimente-huilense asumido por algunos con- ••••n••••r ••n•n••• AME'
juntos de Popayán, se transcribe este bambuco sanjuanero de Jorge Villamil en
versión del Grupo Instrumental Colombiano. Puede verse por la factura del bam-
buco su relación evidente con el repertorio caucano: figuración rítmica, fraseo,
cortes percutivos con las tres negras.

140
141
DE FASTOS A FIESTAS
MELODIAS
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LAS MELODÍAS
DE FASTOS A FIESTAS
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Versión en 6/8 y 3/4

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DE FASTOS A FIESTAS
LAS MELODÍAS
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Atribuido a Carlos Vivas


Versión Chirimía de la Universidad del Cauca
Calman ••n••n••••=n•n Disco: Introducción al Cancionero Noble de Colombia (1965)
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Transcripción: Carlos Miñana
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147
146 LAS MELODÍAS
DE FASTOS A FIESTAS
El rioblanquerio 31

Bambuco 
Estructura. A B C D Atribuido a Carlos Vivas
BCA'B'E Versión conjunto Alma Caucana
BC B' Disco: Popayán (1975)
Transcripción: Carlos Miñana
Tonalidad original fa menor
Duración: 3 minutos, 35 segundos
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148
149
DE FASTOS A FIESTAS
LAS MELODÍAS
55

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Transcripción: Oscar Alviar y Carlos Miiiana
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151
150 LAS MELODÍAS
DE FASTOS A FIESTAS
Chirimía Tenj
Danza y bambuco
Bambuco

Estructura A 4 (8) A A Coda Efrain Orozco Morales


J=100/104 B
C
8 (8)
Versión Alma Caucana
8 (16) bis todo
Disco: Chaves 7901 (1975)
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4
16
(3)
(16) Transcripción: Carlos Miñana
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1~1111111(
Tonalidad original Fa Mayor
J J 1 .1 J J J J ( .)               Duración: 2 minutos, 35 segundos
En el Da Capo, cuando se repite todo, se hace sin calderones a tempo y con percusión

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152  
153
DE       
FASTOS A FIESTAS
L AS MELOD Í AS 
Palonegro
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M•1117•111111CM ~
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7 •.......n~......
177 7 7 71.
.....
...nnn..--n Bambuco

José Eleuterio Suárez


1111MMI~.~11MM I 7
M~M~•~11n1•IMMM MIIIMInMMIl
.......1~1~•~~~11 Transcripción melódica tomada del Centro de
juvaw... n• ... 111 1 •t olor
•••••171/rn.• imon~r~ommumumwmr
mor snonom- we.w • or •/0••IMM
Mi/Z.~1~1~MM 1~Mir •.,N Documentación Musical de Colcultura, Bogotá
..~111 n Transcripción rítmica de la percusión basada en las
interpretaciones de varios grupos, Carlos Miñana

•••~~1.1••••••~M.M..~. .1.~1.~1~M..~ 11~~
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7/777
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155
154
LAS MELODÍAS
DE FASTOS A FIESTAS
Tambores de mi Cauca •
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~ •1•11 
Fonio Vivas Camacho
Versión Alma Caucana, disco Chaves 7901 (1975)
Transcripción: Carlos Miñana
Tonalidad original Fa Mayor M10.1. 91.~.1•••••••~~1111./=9/ 111•11•11' 31!•~.~~•~~
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156
DE FASTOS A FIESTAS      157
Lis MELODÍAS                   
Tambores de Pacandé PASILLOS

Bambuco El calavera
Jorge Villamil De un compositor con formación académica del Valle del Cauca es este pasillo
Versión del Grupo Instrumental Colombiano
Transcripción: Carlos Miiiana que ofrece bastantes dificultades técnicas para los flautistas. Pedro Morales Pino
(Cartago 1863-Bogotá 1926). La pieza es bastante antigua pero con los concursos
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grupos payaneses lo interpretan nunca he escuchado una versión que respete la
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/MI micamente. Por esta razón se copia la partitura original del compositor y no las
versiones payanesas.
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Contrasta con el anterior este popularísimo pasillo de autor anónimo. Es supre-
mamente sencillo y por eso no falta nunca en el repertorio de los conjuntos infan-
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tiles. Existen casi tantas versiones como intérpretes, no sólo en Popayán sino en
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todo el país. Por ser de autor anónimo y por transmitirse oralmente no existe un
patrón o modelo con el cual se pueda comparar cada una de las versiones. Nor-
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malmente tiene únicamente dos partes, no modulantes. Sin embargo algunos gru-
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pos le han añadido una tercera, bastante modulante y cromática, para cumplir
con el requisito de todo pasillo, que debe tener al menos tres partes. Se anotan
únicamente dos versiones. Una, la sencilla, que es una especie de "promedio" o
síntesis de varias versiones escuchadas. Otra, transcrita por Luis Fernando Fran-
co, flautista de Medellín, en la que se incluye la tercera parte modulante.

El patojo
El compositor de este pasillo es José Olmedo Murillo (1938), integrante y director
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de Así es Popayán. Se ha convertido en otro clásico del repertorio chirimero, en
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nando Franco.
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De Silvio Abraham "Tillo" Fernández, flautista de Los Cazadores, es este pasillo
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111~1.1n1•1-11 un bambuco sencillo, al estilo del Chiquitín, con dos partes no modulantes. 
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158 159
D E FASTOS A FIESTAS     LAS MELOD ÍAS           
Merucha
Esta es una composición muy sencilla de Luis Alejandro Solano, flautista de Juven- El calavera
tud Caucana y, posteriormente, de Aires de Pubeza. El autor la compuso cuando Pasillo
Pedro Morales Pino
era casi un adolescente. El pasillo está dedicado a su mamá, de nombre Mery. Es Transcripción minada de la versión para piano que aparece
en libro Colombia en 50 Canciones, vol. I. Bogotá, pag, 20-21
un "pasillito" pero con sus tres partes reglamentarias. Se transcribe de una graba- Tonalidad original Do Mayor
ción que hizo su autor para la chirimía La Callejera de Medellín en julio de 1985. •
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De otro joven compositor, también de Juca y Aires de Pubenza, es este pasillo. Su


nombre es Walter Felipe Meneses. Son estas primeras composiciones de una nue-
va generación de músicos sin formación académica pero que desde muy jóvenes
están incursionando como compositores. El pasillo tiene también tres partes, no
modulantes, en un registro bastante alto.  ......
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16o
         
DE FASTOS A FIESTAS 161
LAS MELOÑAS       
El chiquitín El chiquitín
Pasillo
Pasillo
Anónimo
Anónimo Transcripción de Luis Femando Franco y Carlos Miñana,
Transcripción de Carlos Miñana, a partir de Versión de Alma Caucana (1980)
las versiones de varios grupos de Popayan.
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162 163
LAS MELODÍAS
           
DE FASTOS A FIESTAS
   
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Transcripción: Luis Fernando Franco

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164 165
DE FASTOS A FIESTAS LAS MELOD ÍAS
Chiribiano Meruch a
Pasillo Pasillo
Silvio "Tillo" Fernández
Versión de Aires de Pubenza (1985) Alejandro Solano
Transcripción: Carlos Miñana Versión de de su autor (1985)
Tonalidad original Mi Mayor (50 cents abajo) Transcripción: Carlos Miñana
Duración: 2 minutos, 45 segundos Tonalidad original Fa (40 cents abajo)

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167
166
           
1.45 MELODÍAS
   
DE FASTOS A FIESTAS
Pocholo En un desierto pesebre
VILLANCICO

Pasillo
Como una muestra del repertorio tradicional navideño —ya prácticamente extin-
Walter Felipe Meneses
Versión de de Alejandro Solano (flauta) (1985)
Transcripción: Carlos Mifiana
guido por los cambios sufridos en las fiestas— se transcribe un villancico de los
Tonalidad original Fa (40 cents abajo) que se acostumbraban cantar y tocar en las novenas de aguinaldo en las casas yen
Duración: 1 minuto. 45 segundos.
J=184 las iglesias payanesas. La versión es antigua (1965), y por la chirimía de la Univer-
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7•••n•n••n••••••C•••••nn•n•••••• sidad del Cauca. Esta es una de las poquísimas muestras encontradas en el Cauca
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en las que se canta acompañado del conjunto chirimero. Las flautas, bastante de-
safinadas, se mueven sobre todo por sextas y terceras paralelas. Cuando se canta,
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inestabilidad métrica durante toda la pieza; es una especie de lucha entre el 2/4 y
el 6/8. Cuando tocan las flautas es claro el 6/8, pero cuando entra el canto —y
11 8 D.C.  
•         sobre todo en la segunda parte— se siente un jalón fuerte hacia el 2/4. Sin embar-
ll~woriumm zwaror go la percusión sigue con su 6/8 3/4. Esto puede deberse a que originalmente el
villancico tuviera dos partes contrastantes métricamente, como sucede en mu-
chos villancicos, pero que la percusión sigue con su estilo bambuquero, sin im-
portarle el cambio métrico en la segunda parte.
Se desconoce la autoría y antigüedad de este villancico bambuquero. La
letra es la siguiente:

En un desierto pesebre
de los hombres ignorado
sobre unas humildes pajas
se encuentra un niño llorando (bis)

Estribillo
Coda Dejad niño ese llanto
28 Dejad ese llanto no llores más (bis)

Ay, Jesús de mi alma
Dulce consuelo mío (bis)

Pastorcillos inocentes
que habitáis estos collados
venid a ofrecerle humildes
los dones de vuestras manos (bis)

Estribillo yfin 

168 169
 
DE FASTOS A FIESTAS LAS MELODÍAS       
DANZA En un desierto pesebre
Enigma Villancico
Como muestra de la tendencia indigenista, y también de Efraín Orozco Morales,
Anónimo
se transcribe esta danza de sabor incaico y con muchas reminiscencias de la melo- Versión Chirimía de la Universidad del Cauca
Disco: Introducción al Cancionero Noble de Colombia (1965)
día tradicional de la chirimía. La versión es de Alma Caucana. Transcripción: Carlos Mi ñana
Tonalidad original fa menor
Duración: 1 minuto, 37 segundos

"TROPICAL" (PORRO)

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Finalmente, como una muestra del repertorio caribeño, se incluye aquí un porro
de la costa Atlántica colombiana del compositor Rafael Campo Miranda. Se anota
también la letra original, aunque las chirimías payanesas no lo canten, sino que lo
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interpretan únicamente con flautas y percusión. 1111,1•~M.M.••n••~1~.4.1.


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170 171

   
DE FASTOS A FIESTAS LAS MELODÍAS            
30
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/•••../.1=1••••nWa Danza
...
do En un Ni-ño de-jad e- se Han . Lo de-jad e . se Dan-to no llores
Efraín Orozco Morales
Versión conjunto Alma Caucana
1W.MIN•l~W.•n znua. clw .••n -••••_^,1 •
1.n11~911111MIZI~ m.n=11 -- Disco: Chaves 7901 (1975)
Transcripción: Carlos Miñana
Tonalidad original fa menor

•,M•r7O~
111111.- Alimel••11m,
W.MIRIMMAMI "71umma•I El. =FM/ Inir
Ill.411"JIMIM!_ill.17111~~1~111~
nmc.nnnnn•••••••••r
M.••nnn•n•W-..nn•n
Mn11~111.
1•••IMEMMM•
.n MNSMnmonc
•••••
más sís de nn al - rna dnl- ce con- sue lo mi o FIN
n1/~.41n
••••
* La transcripción en 2/4 no es exacta. La percusión sigue en 3/4 - 6/8 excepto en la carrasca,
que se acerca más a t . .En realidad es un rítmica intermedia entre y .1-7.

16
9


~Mar .
DO.011/ .1=~1~11._ "limw
=.nn=11n•
• 111.~~~111n171WW--
1n

172 173
DE FASTOS A FIESTAS LAS MELODIAS
Playa
Porro

Rafael Campo Miranda

Pla ya bri sat mar es lo más be - 110 de la lie - era mi -  


ANÁLISIS MUSICAL
••n.
...===d~ri eqi  
pi • cal con sus pai sa les lie - nos dea - le - gri
Al abordar el análisis musical nos centraremos únicamente en el bambuco y el
tic - rra leo
pasillo, las dos estructuras musicales más usadas y representativas del repertorio
• chirimero payanés. Distinguiremos entre el nivel rítmico-métrico, el nivel
••••=111M.n••
11,1121111..".~ -~" .ar 7.ffir IIM-7111.1-~1~..~1.11
WEI .~1-1•11~ .1M-M• "4= -11~ IIMM=
n AM"IMILdffilli".11~ INIMMM•11
an• =1•111~11111111 ~N= 11•n melódico-armónico y el nivel tímbrico.
To- das sus neo • res son her mo - sas que- reo - do- nas y gra - ceo - sas que se inue- Ten por que -

EL BAMBUCO
2
1110~.n
lay~=712111~111nW 7n=
El bambuco es una especie o género musical, una estructura común a un amplio
mo - re - nas (lucen lo que - cen co ra • - nes tan sin -
for a - rnar   son lin - das
repertorio, el más tradicional y característico de la zona estudiada. Aunque es co-
15 mún a toda la región andina y costa del Pacífico y se ha extendido por todo el país,

711====~=~1
(9== 0.n aparece documentado desde comienzos del s. XIX en la región caucana como
el
co - ros que no sa - ben ol • vi - dar
producto musical mestizo (Miñana 1997). Existe un bambuco vocal, pero este casi
no es interpretado por los conjuntos payaneses. Se hablará, entonces, del bambuco
de tipo instrumental que en otras regiones del país llaman también "fiestero". El
bambuco vocal tal como se conoce hoy es un producto relativamente reciente que
se gestó sobre todo en zonas urbanas como Bogotá, Medellín, Ibagué, Neiva, Cali y
Bucaramanga. Sin embargo existe todavía un bambuco vocal de base campesina,
aunque no ha tenido difusión.
En cuanto al bambuco instrumental hay dos grandes vertientes: una campe-
sina que se conserva con gran vitalidad y es la portadora de una escalística más
JIIn
ajOI~W n111.":1••••n••~,~11
arcaica y variada (pentatonía, modos antiguos, escalas mayores y menores); y otra
1.n MEMBE~W~i.. ~AM • 1
vertiente urbana, más reciente (las piezas más antiguas que han llegado a nosotros
son de comienzos de siglo, mientras que hay piezas campesinas citadas en docu-
mentos de 1810), definidamente tonal, modulante en muchos casos, con uso siste-
mático de cromatismos y mucho más cercana a las músicas urbanas de comienzos
de siglo del resto del país (zona andina).

175
174
DE FASTOS A FIESTAS     ANÁLISIS MUSICAL            
NIVEL RÍTMICO Y MÉTRICO
una característica estructural del bambuco en el nivel percutivo (no tanto en la
El tempo del bambuco payanés oscila entre J. 104/132. Es decir, es un tempo rítmica de la melodía) la acentuación secundaria del tercer tiempo cuando funcio-
moderato tendiendo hacia allegro . Sin embargo, aunque es muy estable, no se na con una métrica de 3/4. Este énfasis del tercer tiempo y el enmascaramiento
mantiene igual durante la ejecución de una pieza. En especial en los arreglos de del primero hace que a veces suene así:
los grupos más profesionales hay ritenutos y rubatos . Los grupos no tan profesio-
nales casi no utilizan estos recursos y mantienen el tempo durante toda la pieza. J J
Métricamente el bambuco se caracteriza por utilizar simultáneamente la
medida de 3/4 y 6/8, es decir, tres tiempos de subdivisión binaria contra dos tiem- Sin embargo no se alcanza a perder el sentido del primer tiempo pues es
pos de subdivisión o pie ternario: enfatizado por la percusión en 6/8 y 2/4:

JJJJ-77,
Esta combinación métrica no se da en forma de hemiola o alternancia re-
gular, sino que aparece en varios niveles. El nivel melódico suele funcionar en 6/8
aunque combina ocasionalmente compases de 3/4. A nivel percutivo hay instru-
En cuanto ala figuración rítmica utilizada, la unidad básica mínima es la
mentos que acentúan más el 3/4 y otros el 6/8, e incluso otros, como la tambora,
corchea. La corchea es el valor de duración unidad mínima. Si bien a veces apare-
combinan ambas métricas (6/8 en la madera, 3/4 en el parche). Hay finalmente
cen las semicorcheas en alguna variante percutiva de los mates, se trata más bien
otro factor que vuelve más polimétrico al bambuco. La carrasca, sobre todo, y
de una especie de trémolo. Cuando aparecen las semicorcheas en las flautas se
también los mates, muestran una tendencia generalizada que se vuelve mucho
trata también de ornamentación: un mordente o una apoyatura, es decir, con un
más patente en los grupos campesinos, influenciando también a los membranó-
valor ornamental, no estructural. La corchea es la base del bambuco tanto en la
fonos a enfatizar de tal modo los dos tiempos del 6/8, que se convierte práctica-
rítmica de la melodía como en lo percutivo: el 00% de lo que es un bambuco está
mente en otra métrica, binaria también, pero de subdivisión binaria:
constituido figurativamente con corcheas. En segundo lugar están las negras y,
n n n con menor frecuencia los valores de mayor duración: negra con puntillo, blanca,
blanca con puntillo ligadas.
MJJJJJJ Respecto a la rítmica de la melodía la característica fundamental del bam-
buco es la síncopa producida por el alargamiento o unión de la última corchea del
J-77 J compás con la primera del siguiente, es decir, la síncopa caudal:

fr:JJJJJJ.In
Mientras que el 3/4 y el 6/8 atraviesan todos los planos tímbricos, en los
grupos payaneses el 2/4 se mantiene únicamente influenciando a la carrasca y a
los mates. Por esto podemos afirmar que el bambuco payanés se puede reducir
estructuralmente a la combinación métrica 3/4 6/8. Esta síncopa caudal puede estructurarse en unidades de uno o dos compa-
Como la métrica es básicamente un problema de estructuración de acen- ses, siendo lo más común esto último. Sin esta característica rítmica, el bambuco
deja de ser bambuco:
tos, se ha de hablar aquí también de los acentos secundarios. Es una constante,

176
 
DE FASTOS A FIESTAS 177
ANIIISIS MUSICAL     
cada compás .7:7 M   m          

cada 2 compases 177 .h J M J J J            


n
Una segunda característica es su estructuración en frases de 4 compases.
Estas suelen presentar un hemistiquio o cesura entre el segundo y tercer compás,
característica estructural no sólo del bambuco sino en general de casi toda la música
popular colombiana, latinoamericana y occidental (esta estructura se presenta
con mucha frecuencia también la música académica). Es muy común combinar los valores negra-corchea o corchea-negra en 6/8.
También, aunque con menos frecuencia, se introducen las tres negras enfáticas.

n J-77 JTUT7 Jrt: Z1,917: La síncopa central en 6/8 también se usa, pero es rara.

J J J-LJTJ JTJJJ J J

J ,t)J. m J7L1) J n J .!)


J J-7-7 J)J. J. J71J.
J J J
J 7: .77 m J J) J771 J
J J J) J-7: J)J J J)J-7: n J J JJ-77 JJ J

n m J J-7- LJT: m J N -J-4J) Finalmente, anotar que a veces la síncopa caudal se escribe sustituyendo la
segunda corchea ligada por un silencio pues a veces expresivamente se utiliza
La salida más común de la síncopa caudal es seguir con otro compás de este recurso, sobre todo cuando las notas se atacan en staccato.
corcheas o bien introducir, después de la síncopa, una negra con sentido conclu-
sivo o para seguir con un grupo de 3 corcheas: J7JJJJJJ'I
— I
A continuación se va a tratar de relacionar la rítmica percutiva (ya descrita)
con la rítmica de la melodía. El tejido rítmico que se va urdiendo se puede carac-
terizar básicamente por la oposición 3/4 6/8 en un primer nivel; por una trama
J densa de corcheas en un segundo nivel; y por el énfasis secundario en el último
tiempo dado por las tamboras y por la síncopa caudal de la melodía:
Las entradas más comunes, como puede verse en los ejemplos anotados
JJJIJJ
I{
anteriormente son a tiempo o en antecompás con dos corcheas. También son
características las entradas después de corchea y en el segundo tiempo en 6/8: .77 r--.1

179
178  
ANÁLISIS MUSICAL     
   
DE FASTOS A FIESTAS
II .1 J .1 .1 .1 La ausencia del si se mantiene en todo El rioblanqueño y toda la primera
parte de El sotareño (aparece por primera vez en el compás 29, cuando ya va a
{J J modular a re mayor).
III
.1 .1 .1 .1 J Se pueden plantear varias hipótesis para tratar de entender el comporta-
J J
miento escalístico de estas melodías. Por un lado, podría considerarse como un
Estas tres características, métrica la primera, temporal la segunda y acen- re menor natural al cual le falta el sib o VI grado. Esta hipótesis se vería reforzada
por la aparición de la sensible (do #) en el compás 11 de El sotareño, lo cual
tual secundaria la tercera, son las que configuran la rítmica global del bambuco de
los conjuntos payaneses. indicaría un cambio hacia re menor armónica. Sin embargo, quedaría sin explicar
Hay finalmente una característica secundaria pero que no podemos olvi- la cadencia conclusiva en el fa. Por esto último tal vez cabría pensar en fa mayor
dar, pues en estos pequeños detalles reside eso que algunos llaman "sabor". Se sin el IV grado (si b), pero el ambiente armónico se siente claramente menor. Una
trata de la tendencia hacia el 2/4 en las carrascas y mates. tercera hipótesis, más convincente, es interpretar la escala como una escala pen-
tatónica "mestizada", según la terminología de Isabel Aretz (1975:30-31), o una
IV J ....J escala pentatónica con semitonos:

NIVEL MELÓDICO Y ARMÓNICO


O

En el repertorio bambuquero payanés podemos distinguir tres tipos de bambuco Es decir, se trata de una escala pentatónica indígena que ha sufrido la in-
en cuanto a lo melódico. Un primer tipo caracterizado por una escalistica con fluencia de la tonalidad occidental y ha incluido un nuevo sonido que produce un
trazos arcaicos, probablemente pentatónicos, todavía frecuentes entre campesi- semitono (el mi) (o viceversa, ¿por qué no?). En la región andina del continente
nos e indígenas, pero desaparecidos de las músicas urbanas (El sotareño y El es muy común encontrar este tipo de melodías que, aunque no son estrictamente
rioblanqueño). Un segundo grupo de bambucos claramente tonales, no modu- pentatónicas, todavía conservan un cierto "sabor" incaico. Es el mismo caso del
bambuco nariñense El miranchurito y otras muchas piezas del sur de Colombia.
lantes (Tez jo, por ejemplo y los bambucos antiguos relacionados con las fiestas
de Navidad y Reyes). Y finalmente los bambucos tonales modulantes y con un uso Puede parecer superficial el introducir sin sustentación el calificativo de "indíge-
significativo de cromatismos o alteraciones accidentales (Tambores de mi Cau- na". Sin embargo, si bien se encuentran en Europa melodías pentatónicas y hexa-
ca, por ejemplo, y en general todos los bambucos urbanos no payaneses inclui- fónicas, el comportamiento escalístico difiere bastante de este caso. Por ejemplo,
dos en el repertorio chirimero como Bochica, Bachué, On'tabas). Palacios (1984:46-48), después de analizar más de dos mil melodías tradicionales
Si tomamos la primera frase de El sotareño y la comparamos con la prime- castellano-leonesas (España), encuentra varios ejemplos que responden a 5 mo-
ra frase de El rioblanqueño en versión de la Chirimía de la Universidad del Cauca delos de hexacordos, ninguno de los cuales tiene similitudes con el caso que nos
(1965), vemos una coincidencia notable en la escalística yen la cadencia. Ambas ocupa. Con todo, en el ámbito de los países que fueron del imperio incaico, los
terminan con sol-fa (el re puede considerarse una nota de adorno; por otra parte, ejemplos son numerosos. En síntesis, resulta más convincente la hipótesis que
muchos grupos lo omiten). La escala es una escala natural, sin alteraciones, y a la considera esta escala como una escala pentatónica mestizada o con semitono.
cual le falta el si, es decir, parece un hexacordio: Desde el punto de vista interválico estas dos melodías se caracterizan por
la conducción por grados conjuntos, saltos de tercera y un característico salto de
cuarta ascendente o descendente (Ia-re). Las frases de 4 compases, como se dijo,
0  o

suelen comenzar en un registro alto que desciende lentamente hasta el final.

180

DE FASTOS A FIESTAS          181


ANÁLISIS MUSICAL        
Las frases, también de 4 compases, tienen tendencia descendente hacia el
En cuanto a lo armónico el arcaísmo de la melodía también se refleja en el
final pero con distintos dibujos melódicos facilitados por el uso de los arpegios
uso de acorde mayor sobre el VII grado natural (do mayor) y el V grado menor, no
amplios en ambas direcciones. Es característico también de los bambucos el re-
como dominante (la menor). Esta concepción armónica se manifiesta claramente
solver la síncopa caudal en forma descendente y por grados conjuntos:
en el manejo de la segunda flauta en El rioblanqueño. La segunda voz se mueve
normalmente por terceras y sextas paralelas por encima de la melodía que pode-
mos llamar principal. Sin embargo, aparecen también intervalos armónicos de
quinta (la-mi) y cuarta (do-fa).
Por todo esto, y por otro tipo de detalles como la entrada de la percusión
en el cuarto compás, al estilo de los grupos campesinos, y no en el segundo como
es costumbre en Popayán recientemente (comparar las entradas de la percusión
El ejemplo típico de este tipo de bambucos, característico del repertorio
en las dos versiones de El rioblanqueño), se puede concluir que tanto El rioblan-
popular payanés de la primera mitad de este siglo, es Tenjo, de Efraín Orozco.
queño como la primera parte de El sotareño son piezas de una tradición mestiza
El tercer tipo de bambuco es el tonal, pero modulante y con abundante
bastante antigua que puede remontarse al menos a comienzos del s. XIX. Son los
uso de alteraciones accidentales. De factura más reciente, muy influenciado por la
dos casos únicos en el repertorio payanés que presentan estructuras melódicas
estructura del pasillo y netamente urbano. Estas melodías dejan ya por completo
arcaicas y que, precisamente tal vez por eso, por fusionar lo arcaico y lo moderno,
su sabor caucano y se inscriben dentro de la corriente bambuquera urbana de
son los dos "himnos" de Popayán y del departamento del Cauca en la zona andina.
tipo nacional (Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga). Aquí se nota el aporte de
La versión más reciente (1975) que hace Alma Caucana de El rioblanque-
músicos populares, pero con alguna formación académica, e incluso el aporte de
ño es claramente tonal, con sensible todo el tiempo, y, aunque la nota defectiva
músicos de neta tradición escolástica. Entran aquí la mayoría de las piezas no
no aparece en la primera voz, lo hace insistentemente en la segunda flauta, cosa
payanesas que fueron incorporadas al repertorio chirimero (Bachué, Bochica,
que no ocurría en la versión del conjunto de la Universidad del Cauca. Lo que era
una escala pentatónica mestizada se convierte simplemente en una escala menor Que vivan las fiestas).
Entre los bambucos de compositores payaneses se pone como ejemplo
armónica. Alma Caucana, además, le introduce dos nuevos motivos (D y E), el
primero de ellos un solo de flautas en rubato .
Tambores de mi Cauca, de Ennio Vivas. Son bambucos muy influenciados por el
pasillo instrumental: 3 partes de 16 compases cada una, modulación en la segun-
El segundo tipo de bambucos está claramente inscrito dentro de las esca-
da o tercera parte a la tonalidad relativa o a la isotónica, preparación o anuncio de
las diatónicas tonales, pero no modulantes. Las características interválicas son si-
la modulación unos compases antes, saltos interválicos más "arriesgados", menos
milares a las ya anotadas: grados conjuntos, repetición de un mismo sonido, sal-
vocales, pasajes muy cromáticos.
tos de tercera, el típico salto de cuarta. Aquí aparece un nuevo elemento, propio
En el ámbito armónico, mientras que los bambucos no modulantes suelen
del manejo melódico tonal: el uso frecuente de arpegios o el diseño melódico
reducirse a tónica y dominante y la armonía producida por las flautas se limita a
basado en la descomposición melódica de los acordes. Estos bambucos prefieren
terceras y sextas paralelas, en estos bambucos se hace uso del repertorio acórdico
el modo mayor y el uso de alteraciones accidentales es muy ocasional. El ámbito
bambuquero de este siglo: pasos por el II grado hacia la dominante; uso del IV
melódico más frecuente es el de una octava ampliada hacia abajo hasta una cuarta
menor en tonalidad mayor; modulaciones entrando por la dominante. El croma-
y hacia arriba hasta una tercera, aunque en casos excepcionales se puede ampliar
tismo y las frecuentes modulaciones hacen difícil la tarea de las segundas flautas y,
el ámbito a una tercera superior o inferior:
(si 9_1
en algunos casos, se opta por no hacer segunda voz o, en los pasajes difíciles
recurrir al unísono, abandonando el uso de las terceras y sextas paralelas. Algunos 

183
182
ANÁLISIS MUSICAL            
   
DE FASTOS A FIESTAS
grupos profesionales o semiprofesionales que incluyen 3 y 4 flautas reparten la El registro intermedio es en realidad bastante indefinido por las caracterís-
armonía de esta forma: primera, línea melódica principal; segunda, terceras o ticas de los instrumentos que allí intervienen.
sextas paralelas; la tercera realiza algunos cantos que llenan los espacios dejados En un sentido más global podemos considerar 3 niveles:
al final de las frases y armoniza con arpegios, notas pedales en trino o sostenidas,
Nivel melódico
pasajes cromáticos; la cuarta (cuando la hay) sigue a la primera en la octava infe-
flautas
rior. Un manejo armónico de este tipo, con flautas con deficiencias en la afina-
Nivel percutivo de amarre, estable:
ción, plantea serios problemas en el resultado final. El desajuste fundamental o
percutido
más notorio está en la cuarta flauta, pues lograr una buena octava en el registro
triángulo y madera (tambora)
inferior mientras suena la octava superior es difícil, y más con flautas defectuosas
y sin llaves. raspado
carrasca
El sotareño es un bambuco síntesis de los procesos descritos. Presenta
sacudido
inicialmente un comportamiento melódico arcaico, luego se maneja como una
mates
escala menor armónica y termina modulando a la isotónica mayor.
3. Nivel percutivo variable
NNEL TÍMBRICO tamboras, golpe en el parche

A pesar de que los instrumentos del nivel de amarre a veces realizan va-
En el nivel tímbrico mostraremos los distintos planos en que se articula la sonori- riantes, su comportamiento es bastante estable y se basan en una célula rítmica
dad global de los conjuntos payaneses. Para organizar la sonoridad en planos po- sencilla que se repite cada compás o cada medio compás. Los parches de las tam-
demos utilizar varios criterios. Ya se habló anteriormente de lo rítmico. Mostrare- boras varían mucho más, sobre todo en los grupos tendientes a la profesionaliza-
mos ahora dos nuevas perspectivas, una centrada en el registro y otra de tipo más ción de estos últimos años. Hace unos 10 años (1976) este nivel percutivo no
global en función de la articulación de los distintos niveles. variaba prácticamente nada. Podríamos distinguir varios subplanos dentro de las
Desde el punto de vista del registro se pueden distinguir 4 grandes planos tamboras: golpe sencillo, redoblao y bambuco apasillao, pero no es significativo
o bloques: desde el punto de vista de la sonoridad global pues, como no hay un contraste de
volumen entre las distintas tamboras, la resultante es un solo plano uniforme
Registro sobreagudo
bastante denso, pero poco variado.
Triángulo
En síntesis, vemos que la trama global del bambuco en los conjuntos paya-
Registro agudo
neses es bastante sencilla pero con posibilidades de ser mucho más diversificada.
flauta primera
flauta segunda
EL PASILLO
Registro intermedio
mates El pasillo es otra estructura musical característica de la región estudiada y que se
carrascas complementa con el bambuco, como veremos más adelante. También se encuen-
tamboras, golpe en la madera tra en todo el país en la región andina, pero sobre todo en las ciudades. Es un tipo
Registro grave de música netamente urbano y de introducción relativamente reciente (finales
tamboras, golpe en el parche. del s. XIX). Es música de baile, de salón, muy influenciada por el vals. También 

184 185

   
DE FASTOS A FIESTAS AN.WSIS MUSICAL           
existe, como en el bambuco, un pasillo vocal, más lento, menos agitado y cro-
mático, pero no es del gusto de la mayoría de los conjuntos o chirimías de
J7 «I J7 .J   
Popayán.
En el pasillo actual se han fundido dos tendencias, una campesina, "arcai- >,) >,1
ca" y otra moderna, urbana. De las estructuras "arcaicas" del pasillo se hablará en
otro lugar al referirnos a las músicas campesinas, pues no hay ejemplos en el El golpe en el parche de las tamboras introduce una nueva acentuación
contexto urbano (Miñana 1989). secundaria en el tercer tiempo y que se encuentra también en las cadencias de la
En el pasillo payanés no podemos hablar de etapas o estructuras que se melodía:
superponen en estratos como en el bambuco, sino que desde el comienzo hasta
hoy ha habido dos tipos básicos: uno sencillo, no modulante y poco cromático, y J
otro mas complejo, modulante y muy cromático. Desde el punto de vista rítmico
ambos son similares.
J

Es decir, que el 3/4 no es un 3/4 clásico sino matizado por un sutil trenzado
NIVEL RÍTMICO Y MÉTRICO
de acentuaciones secundarias en partes débiles:
El tempo del pasillo oscila entre J = 160/200, es decir, de allegro apresto. Aunque f --; .17 r:
algunos conjuntos recientemente están introduciendo partes lentas y contrastes
de tempo, tradicionalmente es muy estable y no lo caracterizan los ritenutos,
Igual que en el bambuco, la figuración más usada y que sirve como unidad
rubatos, calderones. Sí es muy común el contraste de volumen entre una parte y
básica es la corchea y, con menor frecuencia negras, blancas, negras y blancas con
otra o entre las repeticiones de una misma parte.
puntillo.
Métricamente, el pasillo es definitivamente 3/4, es decir, un compás de
La rítmica de la melodía se articula en torno a una cadena permanente,
tres tiempos con subdivisión o pie binario.
casi sin pausas, de corcheas y negras (más lo primero que lo segundo). Las frases,
de cuatro compases con el hemistiquio o pausa en la mitad, se separan por soni-
.77 .7 .7:
dos más largos (blancas o blancas con puntillo), o bien con una negra en el tercer
En las acentuaciones secundarias, en especial en lo percutivo (ver capítulo tiempo, seguida por un silencio de corchea en el siguiente compás:
sobre la rítmica percutiva), se destaca el énfasis en la tercera y sexta corcheas, lo
cual nos hace pensar inmediatamente en un 6/8 con la acentuación desplazada.
nn J    
El contratiempo es bastante común, sobre todo en el primer tiempo:

JJJJJE 7: - ;— «f 41) J7 :7
Esta idea se refuerza al comparar la rítmica de las tamboras en el golpe
sobre las maderas:

186   187
   
DE FASTOS A FIESTAS ANÁLISIS MUSICAL  
Los pasillos más complejos utilizan una acórdica más compleja, breves mo-
Tiene normalmente 3 partes de 16 compases cada una, aunque haya pasi-
dulaciones internas dentro de cada parte, uso de acordes con 6a añadida y de 9a.
llos, en especial los de autor anónimo, con sólo dos partes. Cada una de estas
Las modulaciones suelen ser a la tonalidad relativa menor, a la isotónica y al II
partes suele terminar con una fórmula rítmica cadencial característica:
grado.
7 J).17 La fórmula cadencial suele ser casi siempre sobre la tónica, repitiéndola,
J J
no haciendo I-V-I, sino I-I-I.
7 1)J J .1).1
Tímbricamente el pasillo no se diferencia del bambuco en la práctica de
los conjuntos de chirimía de Popayán y remitimos al lector a lo dicho sobre el
bambuco.
J J J J 7J)J

.1)J J J

o (menos) J .T J .h.77
NIVEL MELÓDICO Y ARMÓNICO

El pasillo es "eminentemente virtuoso, de amplio ámbito melódico, con predomi-


nio de la tonalidad mayor y de estructuración ritmo-melódica propia y vivaz" (Pin-
zón 1970:24). Es definidamente tonal y hasta los pasillos más sencillos no modu-
lantes incluyen algún pequeño cromatismo, casi siempre elevando en medio tono
el IV grado o bemolizando la sensible para bajar luego al VI grado (ver, por ejem-
plo, Merucha y Chiribiano). Otros pasillos de corte más académico multiplican
los cromatismos y modulaciones, como es el caso de El calavera, pasillo, ade-
más, fuera de lo común por tener cuatro partes y no tres.
Una característica del desarrollo melódico del pasillo es el uso frecuente
de progresiones melódicas e imitaciones mientras se repite el mismo diseño
rítmico.

AM1=11ILM.11~111
ta.~// =,•n••••II. -20-.111e2= El chiquitín

El calavera

A rmónicamente, los pasillos sencillos se mueven entre tónica y dominan-


te, con los cambios armónicos al final de la frase. En la segunda o tercera parte, si
no modula, se recurre a la subdominante como una forma de variar el contexto
armónico.

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ANÁLI SIS MOS/ CAL
DE FASTOS A FIESTAS
PUNTOS SUSPENSIVOS

Ponemos aquí punto final a este somero recuento


de los fastos payaneses...
(Aragón 1941 vol. 2:274)

En los diez últimos años (1987-1997) se han ido acentuando las tendencias seña-
ladas a lo largó de este trabajo. La Semana Santa se consolida como heredera y
portadora de la más "legítima y auténtica" tradición festiva payanesa, ofreciendo
un digno espectáculo al turista, complementado con el Festival Internacional de
Música Religiosa, exposiciones y eventos. Las fiestas de fin de año continúan su
proceso de carnavalización —o de "fusión" con los carnavales— iniciado a finales
de los años 40. Se han incorporado prácticamente todos los elementos de esa
especie de "modelo" de fiesta popular que se ha ido imponiendo a nivel nacional
—en buena parte bajo la presión y control de las industrias licoreras y cerveceras—:
Carátula del segundo disco del grupo Aires de Pubenza (1994).
una fiesta modular, intercambiable, transportable, desmontable, funcional, para
armar. La Semana Santa condensa la identidad payanesa de las paredes blancas y
el rancio abolengo, representa simbólica y ritualmente a Popayán ante el país y En lo musical, la década ha estado marcada por el grupo Aires de Pubenza.
ante el mundo; Navidad y Reyes —ahora, Fiestas de Pubenza— son unas fiestas Grabó dos discos (1987 y 1994) y reconió el sur del país de concurso en concurso
como tantas otras de provincia. El Fasto —con mayúscula— quedó para la Semana cosechando triunfos. Así como durante los años 70 y 80 Alma Caucana fue el mo-
Santa, y en Navidad y enero quedaron las fiestas —con minúscula—. delo a imitar por los grupos de Popayán y de los pueblos de la región andina del
Los asentamientos que se crearon después del terremoto de 1983 se han departamento, Aires de Pubenza se constituyó en el paradigma de estos últimos
consolidado y la ciudad, al crecer, se ha fragmentado. Muchos habitantes de estos diez años. No obstante, hay que reconocerlo, esta chirimía se ha nutrido de los
asentamientos vinieron del campo, pero no han roto los lazos con sus lugares de aportes creativos, repertorios y propuestas estéticas de los grupos de Medellín
origen, creándose nuevas dinámicas —en ambas direcciones— entre campo y ciu- (Chirimía La Callejera) y Bogotá (Chicha y Guarapo, Chimizapagua). Algunas chi-
dad. El Parque Caldas sigue siendo el "corazón" de Popayán, pero nuevos centros rimías tendientes a la profesionalización se diversificaron, con el fin de mantener-
de intercambio económico, simbólico y ritual están surgiendo y consolidándose. se activas con presentaciones durante todo el año, adoptando varios formatos; de 

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PUNTOS SUSPENSIVOS
   
DE FASTOS A FIESTAS
esta manera, en una presentación podían aparecer primero como una chirimía y
cos y populistas de algunas élites, entren a jugar en la negociación de la fiesta los
terminar como un conjunto cumbiambero. Sin embargo, ninguna chirimía ha po-
intereses y aspiraciones de los payanejos —también los de los asentamientos—,
dido todavía profesionalizarse, en el sentido de convertirse en un grupo estable
como sucede, por ejemplo, desde hace años en el Carnaval de Riosucio. Pensar,
cuyos integrantes viven de hacer esa música.
negociar y proyectar la fiesta es también pensar, negociar y proyectar un modelo
La tendencia de acompañar la chirimía con una pareja de baile se amplió
de ciudadanía.
hasta la conformación de grupos relativamente estables de danzas y se presenta-
ron espectáculos de cierta magnitud. La participación de la mujer ha ido crecien-
do, en especial en los grupos infantiles. En este campo ha marcado la década el
grupo Maravillas Infantiles, una chirimía ligada a un interesante proyecto pedagó-
gico, de excelente calidad musical, y muy expresiva, rompiendo con la rigidez
Corporal de los grupos en los últimos 50 años.
Sin embargo, lo que realmente ha dinamizado y caracterizado esta década
es el inicio de un intercambio y una relación genuina, abierta, respetuosa, entre
los grupos de chirimía del departamento del Cauca —urbanos, campesinos, indí-
genas— y del resto del país, relación que no podía darse en el marco de un concur-
so competitivo sino en eventos más festivos como el Homenaje a José María Idro-
bo —flautista campesino—en San Agustín (Huila), festivales y encuentros regiona-
les (comenzando por el realizado en Popayán en diciembre de 1989) y, sobre
todo, los dos Encuentros Nacionales de Chirimías en Almaguer (Cauca), encuen-
tros que, posiblemente, pronto serán internacionales.
Los grupos están aprendiendo unos de otros, cualificándose; están respe-
tando y disfrutando la música de los demás, reconociéndose y valorándose en la
diversidad; están conversando sobre sus problemas y sus aspiraciones, manifes-
tándose respecto a las políticas culturales. Chirimías de flautas de Guapi, Bahía
Solano, Riosucio, Bogotá, Medellín, Popayán, de los pueblos y las veredas, de los
resguardos indígenas paeces y guambianos, todos ellos expresando sus mundos
con sus cuerpos, una flauta de caña y un tambor.
Todavía falta mucho para que pueda hablarse de una política cultural para
Popayán y para el Cauca, pero en estos últimos años se han ido creando las condi-
ciones, y se han ido formando y posicionando algunos líderes y promotores cul-
turales con propuestas que van mucho más allá de un concurso o un evento aisla-
do. Los mismos músicos de chirimía han empezado a preocuparse por el tema y a
participar en los organismos de concertación de las políticas y de distribución del
presupuesto para la cultura. No sucede lo mismo en el campo de las fiestas de
diciembre y enero. Tal vez llegará el día en que, además de los intereses económi- Maravillas Infantiles desfilando en el homenaje a José María Idrobo en San Agustín, Huila.
Foto de C. Miñana, 1994. 

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DE FASTOS A FIESTAS
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