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Adaptación
fisiológica y patológica. Célula adaptada: características ultraestructurales y morfofuncionales
Atrofia: Atrofia es una reducción del tamaño celular por pérdida de su sustancia. Cuando se
afecta un número suficiente de células, se observará una reducción de tamaño o atrofia de todo el
tejido u órgano. Aunque las células atróficas pueden tener una menor funcionalidad, no están
muertas.
Entre las causas de atrofia se incluyen un menor esfuerzo (p. ej., inmovilización de un miembro
durante la cicatrización de una fractura), falta de inervación, menor riego, nutrición inadecuada,
pérdida de la estimulación endocrina y envejecimiento (atrofia senil). Aunque algunos de estos
estímulos son fisiológicos (p. ej., falta de estimulación hormonal en la menopausia) y otros
patológicos (p. ej., denervación), los cambios celulares fundamentales son parecidos. Se trata de
una pérdida de tamaño celular para conseguir sobrevivir; se alcanza un nuevo equilibrio porque la
menor irrigación, nutrición o estimulación trófica se compensan con el menor tamaño celular. La
atrofia celular es consecuencia de una menor síntesis de proteínas y una mayor degradación de las
mismas.
• En muchas situaciones, la atrofia se asocia a autofagia, con aumento del número de vacuolas
autofágicas. Como se ha comentado antes, la autofagia es el proceso mediante el cual la célula en
ayunas ingiere sus propios orgánulos para tratar de sobrevivir.
• Los dos tipos de hiperplasia fisiológica son: 1) hiperplasia hormonal, cuyo ejemplo es la
proliferación del epitelio glandular de la mama femenina durante la pubertad y la gestación, y 2)
hiperplasia compensadora, en la que el tejido residual crece cuando se extirpa o pierde una parte
de un órgano. Así, por ejemplo, cuando se reseca una parte del hígado, la actividad mitótica del
resto de las células empieza tan solo 12 h después y llega a conseguir recuperar el tamaño normal.
Los estimulos responsables de la hiperplasia en este caso son factores de crecimiento
polipeptídicos producidos por los hepatocitos no lesionados y también por las células no
parenquimatosas hepáticas. Tras la recuperación de la masa hepática, diversos inhibidores del
crecimiento interrumpen la proliferación celular.
La mayor parte de las variantes de hiperplasia patológica se deben a una estimulación excesiva por
hormonas o factores de crecimiento. Por ejemplo, tras un período menstrual normal se produce
una proliferación del epitelio uterino, que está normalmente muy regulada por los efectos
estimuladores de las hormonas hipofisarias y los estrógenos ováricos y los efectos inhibidores de
la progesterona. Un trastorno de este equilibrio con aumento de la estimulación estrogénica
produce una hiperplasia endometrial, que es una causa frecuente de una hemorragia menstrual
anormal. La hiperplasia prostática benigna es otro ejemplo frecuente de hiperplasia patológica
inducida en respuesta a la estimulación hormona l androgénica. La estimulación por factores de
crecimiento está implicada en la hiperplasia que inducen algunas infecciones por virus; por
ejemplo, el virus del papiloma humano provoca las verrugas cutáneas y lesiones mucosas
constituidas por masas de epitelio hiperplásico. En este caso, los factores de crecimiento pueden
ser codificados por los genes del virus o por los genes de las células del huésped infectadas.
Un aspecto importante en todos estos casos es que el proceso hiperplásico sigue controlado; si las
señales que lo iniciaron desaparecieran, la hiperplasia también lo haría. La diferencia entre la
hiperplasia patológica y el cáncer es la respuesta a los mecanismos de regulación y control
normales, porque en el cáncer se produce una desregulación o falta de eficacia permanente de
estos mecanismos de control del crecimiento. A pesar de todo, en muchos casos la hiperplasia
patológica es un terreno abonado sobre el cual puede acabar desarrollándose un cáncer. Por
ejemplo, las pacientes con una hiperplasia endometrial presentan un aumento del riesgo de sufrir
un cáncer de endometrio.
Hipertrofia: La hipertrofia es un aumento del tamaño de las células, que conduce a un aumento
del tamaño del órgano. Por el contrario, en la hiperplasia (se comenta a continuación) aumenta el
número de células. Dicho de otro modo, en la hipertrofia pura no existen células nuevas, sino
células más grandes que contienen más proteínas estructurales y orgánulos. La hiperplasia es una
respuesta adaptativa de las células con capacidad de replicación, mientras que la hipertrofia
ocurre en células con una capacidad limitada de división. La hipertrofia y la hiperplasia pueden
coexistir y evidentemente provocan que el órgano sea más grande.
• El aumento de tamaño fisiológico masivo del útero durante la gestación se produce como
consecuencia de la hipertrofia e hiperplasia del músculo liso estimulada por los estrógenos. Por el
contrario, cuando una célula muscular estriada (cardíaca o esquelética) sufre una sobrecarga de
esfuerzo, solo podrá hipertrofiarse porque las células musculares adultas tienen una capacidad de
división limitada. Por tanto, el cuidado aspecto físico del más entregado de los culturistas se debe
solo a la hipertrofia de cada una de sus fibras musculares esqueléticas.
El ejemplo clásico de metaplasia epitelial es el cambio del epitelio respiratorio de los fumadores
habituales, en los que el epitelio cilíndrico ciliado normal de la tráquea y los bronquios se sustituye
por un epitelio escamoso estratificado.
Los factores que inducen el cambio metaplásico en el epitelio pueden, cuando son persistentes,
predisponer a la transformación maligna. De hecho, la metaplasia escamosa del epitelio
respiratorio suele coexistir con los cánceres pulmonares derivados de las células escamosas
malignas. Se cree que el consumo de tabaco produce inicialmente la metaplasia escamosa y el
cáncer aparece más tarde sobre estos focos alterados.
Displasia: Es la alteración en células de tipo adulto que se caracteriza por variación en volumen,
forma y organización. Los cambios pueden ser reversibles y al eliminar la causa, el tejido puede
recuperar el aspecto normal. Hay varios grados de Displasia, según la gravedad, la lesión puede ser
leve donde los cambios son mínimos; moderada (estado intermedio), y severa donde los cambios
son mayores y ya podemos hablar de Anaplasia o cambio maligno.
Adaptación fisiológica y patológica: Las células interactúan de forma activa con su entorno y
ajustan de forma constante su estructura y función para adaptarlas a las exigencias y situaciones
de estrés cambiantes. El entorno intracelular suele estar estrechamente regulado en condiciones
normales, lo que permite mantenerlo bastante constante, situación que se denomina
homeostasis. Cuando las células se enfrentan a un estrés fisiológico (aumento del esfuerzo para el
corazón) o potencialmente dañino (como la falta de nutrientes), pueden sufrir una adaptación y
llegar a un nuevo estado estacionario que les permite conservar la viabilidad y la función. Cuando
se supera la capacidad de adaptación o el estrés externo resulta dañino de forma inherente o es
excesivo, aparecerá la lesión celular. De unos límites determinados, la lesión es reversible y las
células recuperan su estado basal estable; sin embargo, cuando el estrés es grave, persistente o se
produce de forma rápida, provocará la lesión irreversible y la muerte de las células afectadas. La
muerte celular es uno de los acontecimientos más importantes en la evolución de la enfermedad
en cualquier tejido u órgano. Se produce por diversas causas, incluida la isquemia (falta de flujo de
sangre), infecciones, toxinas y reacciones inmunitarias. La muerte celular también es un proceso
normal y esencial durante la embriogenia, el desarrollo de los órganos y el mantenimiento de la
homeostasis tisular.
Dado que las lesiones de las células constituyen la base de todas las enfermedades, en este
capítulo comenzamos analizando las causas, los mecanismos y las consecuencias de las distintas
formas de lesión celular aguda, incluida la lesión reversible y la muerte celular. Posteriormente se
analizarán las adaptaciones celulares al estrés y se terminará con otros dos procesos que afectan a
las células y tejidos: el depósito de sustancias anómalas y el envejecimiento celular.
Se podría definir como la respuesta de las células ante estímulos fisiológicos excesivos o
patológicos, mediante la cual consiguen mantener, aunque algo alterado, un estado de equilibrio
relativo que les permite preservar la viabilidad y función de la propia célula. Las adaptaciones
implican cambios celulares (hiperplasia, atrofia, hipertrofia y metaplasia). La forma más efectiva de
respuesta celular aunte un estímulo es la proliferación celular.
Entre las posibles adaptaciones celulares distinguimos: hiperplasia (aumento del número de
células), hipertrofia (aumento del tamaño individual), atrofia (disminución de tamaño y función
celulares) y metaplasia (transformación patológica de un tipo de tejido en otro).
Cuando se sobrepasan los límites de la respuesta adaptativa o ante un agente lesivo, tiene lugar
la lesión celular que puede ser reversible, o llegar a ser irreversible alcanzando finalmente
la muerte celular. La adaptación, lesión reversible y muerte celular pueden considerarse estadios
del deterioro progresivo de la función y estructura normal de la célula.
La muerte celular es un acontecimiento crucial en la evolución de una enfermedad. Es resultado
de varias causas incluyendo isquemia, infección, toxinas y reacciones inmunitarias.
Hay dos formas distintas de muerte celular: necrosis y apoptosis. La necrosis ocurre después de
tipos de estrés anormales como, por ejemplo, la isquemia o lesión química, y siempre es
patológica. La apoptosis ocurre cuando la célula activa un programa controlado de muerte celular.
Las células expuestas a estímulos subletales o crónicos pueden no dañarse, pero pueden mostrar
diversas alteraciones subcelulares. Los trastornos metabólicos en las células pueden asociarse con
acúmulos intracelulares de diversas sustancias.