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Juicio Ordinario, la demanda

y el emplazamiento,
Derecho Procesal Civil y Mercantil I
El juicio ordinario es el común en nuestra legislación; a través de éste se resuelve
la mayoría de controversias cuando se quiere una declaración por parte del juez.

El juicio ordinario es el procedimiento de plazos más largos y, por ende, de mayor


tiempo de discusión y de probanza.
Demanda

El juicio ordinario, al igual que los demás procedimientos, se inicia con la demanda y finaliza,
normalmente, con la sentencia. La demanda es el acto introductorio de la acción, por la
cual, mediante relatos de hechos e invocación del derecho el actor determina su
pretensión. Es a través de ella que el actor inicia la actividad jurisdiccional y que plantea el
derecho que, considera, le asiste y quiere que se le declare (pretensión)
Por su carácter formalista debe cumplir con los requisitos de contenido y forma que exige
la ley, por eso el Código Procesal Civil y Mercantil, en sus artículos 61 y 106, establece sus
requisitos, debe tomarse en cuenta lo contenido en los artículos 63 y 79 del mismo cuerpo
legal. La demanda se integra fundamentalmente por tres partes: la introducción, el cuerpo
y el cierre y como muchos autores lo indican, es el proyecto de una futura sentencia.

En consecuencia debe cumplir con los siguientes requisitos:


Introducción:

I. Designación del tribunal a quien se dirija; (art. 61 numeral 1o. CPCYM)


II. Nombres y apellidos completos del solicitante o de la persona que lo represente, su
edad, estado civil, nacionalidad, profesión u oficio y domicilio (art. 61 numeral 2o.
CPCYM)
III. Indicación del lugar para recibir notificaciones (art. 61 numeral 2o. y 79 del CPCYM)
IV. Nombres y apellidos y residencia de las personas de quienes se reclama un derecho; si
se ignora la residencia, se hará constar (art. 61 numeral 5o. CPCYM).
Cuerpo

V. Relación de hechos a que se refiere la petición, fijados con claridad y precisión (art. 61
numeral 3o. y 106)

VI. Fundamento de derecho en que se apoya la solicitud (Art. 61 numeral 4o. y 106 del
CPCYM)

VII. Ofrecimiento de las pruebas que van a rendirse (Art. 106 CPCYM)

VIII. La petición en términos precisos (art. 61 y 106 del CPCYM)


Cierre

IX. Cita de leyes (Art. 61 numeral 4o.CPCYM)

X. Lugar y fecha (Art. 61 numeral 7o. CPCYM)

XI. Indicación del número de copias que se acompañen (Art. 63 del CPCYM)

XII. Firmas del solicitante y del abogado colegiado que lo patrocina, así como el sello de
éste. Si el solicitante no sabe o no puede firmar, lo hará por él otra persona o el abogado que
lo auxilie (Art. 61 numeral 8o. del CPCYM)
Emplazamiento

Presentada la demanda, conforme a los requisitos de forma enunciados el Juez debe


conceder a la parte demandada, conforme al principio del debido proceso, un tiempo para
que se pronuncie frente a la acción del actor.

Este plazo es conocido como emplazamiento y se puede definir como el tiempo que el juez
otorga al demandado para que tome una actitud o decisión frente a la demanda, en el
juicio ordinario y al tenor del artículo 111 del CPCYM es de nueve días hábiles; es decir, es
en este plazo que el sujeto pasivo de la relación procesal (demandado) debe tomar una
actitud frente a la acción del actor.
Efectos del emplazamiento

A tenor de lo establecido en el artículo 112 del CPCYM la notificación de una demanda y en


consecuencia el emplazamiento. produce efectos materiales y efectos procesales
Efectos materiales

a) Interrumpir la prescripción
b) Impedir que el demandado haga suyos los frutos de la cosa desde la fecha del
emplazamiento, si fuere condenado a entregarla;
c) Constituir en mora al obligado
d) Obligar al pago de intereses legales, aun cuando no hayan sido pactados; y
e) Hacer anulables la enajenación y gravámenes constituidos sobre la cosa objeto del
proceso, con posterioridad al emplazamiento. Tratándose de bienes inmuebles, este
efecto sólo se producirá si se hubiere anotado la demanda en el Registro de la
Propiedad.
Efectos procesales

a) Dar prevención al juez que emplaza;


b) Sujetar a las partes a seguir el proceso ante el juez emplazante, si el demandado no
objeta la competencia; y
c) Obligar a las partes a constituirse en el lugar del proceso.

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