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El éxito tras las

Sesiones de MCI
Tiempo de lectura: 2 minutos DISCIPLINA 4

En mayo de 1996, el reconocido autor Jon Krakauer trató de escalar el


monte Everest con un grupo de alpinistas. A lo largo del trayecto se
encontraron con obstáculos como nevadas, vientos de más de cien
kilómetros por hora y el mal de montaña, entre otros. El equipo
comenzó a desmoronarse. Algunos de los miembros más
decididos intentaron separarse de los demás y llegar solos a la
cima. La disciplina de equipo fue abandonada. Todos tenían la
misma meta, pero la pérdida de disciplina y del rigor de
rendirse cuentas. El enfrentarse unos a otros en un entorno
hostil resultó fatal. Ocho personas murieron.

Cinco años después, otro grupo se dispuso a escalar el


Everest; su meta era ayudar al alpinista ciego Erik
Weihenmayer a llegar a la cima. El equipo planeó la
ruta con cuidado, justo como el de Krakauer había
hecho. Sin embargo, había una gran diferencia:
cada noche los alpinistas de Weihenmayer se
reunían en lo que llamaban “juntas de tienda”
para hablar de lo que habían logrado y
aprendido, lo cual les permitió reformular y
hacer ajustes al plan del día siguiente. Los
escaladores más rápidos “preparaban el
camino”, fijaban cuerdas y luego
regresaban hasta encontrarse con Erik,
quien más tarde dijo: “Nuestro equipo
permaneció siempre junto; todos
cuidamos de nosotros, lo cual me
dio el valor suficiente para
terminar”.

En un punto crítico, le tomó 13


horas al líder invidente cruzar
las escaleras de extensión
de aluminio que salvan las
grietas sin fondo de la extremadamente peligrosa cascada de hielo del Khumbu.
Todos sabían que el día que llegarán a la cima tendrían que atravesar en dos
horas. En una de las reuniones nocturnas (algo parecido a las sesiones de MCI)
compartieron las lecciones que habían aprendido y se comprometieron a
cumplir con la estrategia que plantean para el día siguiente. Les llevó días
y días de práctica y noche tras noche juntas.

¿El resultado? El día que habían programado para llegar a la cima, de


hecho superaron la marca de equipos completamente videntes,
pues el grupo entero pasó de un lado al otro de la cascada en
tiempo récord.

La cadencia de rendición de cuentas que establecieron fue


el elemento clave en la ejecución exitosa de su meta. El 25
de mayo de 2001, Erik Weihenmayer se convirtió en la
primera persona ciega en pararse sobre la cima del
Everest, y eso no fue lo más insólito: obtuvieron el
récord de mayor número de
personas en un equipo en
llegar a la cima del Everest en
un solo día, 18 en total. Al
final, Erik y casi todos los
integrantes de su equipo
llegaron a la punta más
alta del planeta y
regresaron sanos y
salvos.”
PLATAFORMAS DE COMUNICACIÓN

FUENTES

Covey, S., McChesney, C., Huling, J., Miralles, J.G. (2013). Las 4 Disciplinas de la
Ejecución. Delegación de Hidalgo, México: Random House Mondadori, S. A.

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Municipalidad de Guatemala, agosto 2022.

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