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UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR

FACULTAD DE CIENCIAS AGRONÓMICAS


DEPARTAMENTO DE RECURSOS NATURALES Y MEDIO AMBIENTE

PRINCIPIOS AGROECOLOGICOS

ING. ANTONIO SALOMÓN RIVAS MARTÍNEZ

La agroecología es una disciplina científica relativamente nueva, que frente a la


agronomía convencional se basa en la aplicación de los conceptos y principios de
la ecología al diseño, desarrollo y gestión de sistemas agrícolas sostenibles. La
agroecología se basa en la producción de alimentos, implementando una mirada
integral acerca del ecosistema. Hay muchas etapas para llegar a producir
agroecológicamente, quizá la etapa más difícil de transitar sea la transición, una
vez que se logra el objetivo, no es necesario el uso de insumos químicos. Esta
producción se caracteriza por obtener alimentos mucho más saludables que la
agricultura convencional, y a la vez, asegurando rendimientos que en ocasiones
superan a los de la agricultura convencional.

En la agroecología se introducen tres elementos que resultan claves: la


preocupación medioambiental, el enfoque ecológico y la preocupación social.

La preocupación ambientalista surge a raíz de la constatación de los efectos que


sobre el medioambiente está produciendo la generalización de un modelo de
agricultura química, que se fundamenta en el uso intensivo del terreno de cultivo,
en una alta incorporación de insumos y, por tanto, de energía.

La visión ecológica se basa en considerar los terrenos de cultivo como unos


ecosistemas, dentro de los cuales también tienen lugar los procesos ecológicos
que suceden en las formaciones vegetales no cultivadas. Si para la ecología el
objeto de estudio es el ecosistema, para la agroecología su objeto ha de ser el
agrosistema o agroecosistema; el cual puede ser definido como un conjunto de
componentes físicos y sociales, unidos o relacionados de manera tal que forman
una unidad, un todo cuyo objetivo básico no es otro que la producción de
alimentos de manera sustentable. Esta visión interesa especialmente a la
creciente agricultura ecológica, convirtiéndose así la Agroecología en el referente
de quienes practican ese modo de producir alimentos.

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La perspectiva social, económica, política y cultural, se incorpora en la
agroecología al constatar que en la agricultura los factores socioeconómicos y
políticos, influyen decisivamente en las estrategias y decisiones de los
agricultores.

La agroecología tiene por objetivo el conocimiento de los elementos y procesos


clave que regulan el funcionamiento de los agroecosistemas y establece las bases
científicas para una gestión eficaz en armonía con el ambiente. Esta disciplina
surge como respuesta a la crisis medioambiental y socioeconómica de la
agricultura industrializada a nivel mundial. En Europa la plasmación del conjunto
de estrategias encaminadas al diseño de modelos de gestión agraria basados en
un enfoque más ligado al medioambiente y socialmente más sensible, y por tanto
centrados no únicamente en la producción sino también en la estabilidad ecológica
de los sistemas de producción, se reconoce como agricultura ecológica, también
llamada orgánica y biológica.

La agroecología como ciencia puede ser definida como "la disciplina


científica que enfoca el estudio de la agricultura desde una perspectiva
ecológica, pretendiendo construir un marco teórico cuyo fin es analizar
los procesos agrarios desde una perspectiva holística (global),
incluyendo las perspectivas del espacio y del tiempo y considerando
ensamblados los problemas sociales, económicos y políticos como
partícipes activos y pasivos en la configuración y desarrollo de los
sistemas agrarios".

AGROECOLOGIA ES LA DISCIPLINA CIENTIFICA QUE ENFOCA EL ESTUDIO DE


LA AGRICULTURA DESDE LA PERSPECTIVA ECOLOGICA, CON PROCESOS
AGRARIOS HOLISTICOS, ENSAMBLADOS LOS PROBLEMAS SOCIALES,
ECONOMICOS Y POLITICOS EN EL DESARROLLO DE LOS SISTEMAS AGRARIOS.

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PRINCIPIOS AGROECOLOGÍCOS

 Reducir el uso de insumos nocivos para el medio ambiente,


manufacturados, costosos o escasos y aumentar el uso de insumos
naturales y locales, a la vez que se refuerzan las interacciones biológicas
para promover procesos y servicios ecológicos. Por ejemplo, el uso de
cultivos de cubierta que fijan el nitrógeno, o la rotación de cultivos que
tienen relaciones micorrizas, reemplazar el uso de fertilizantes que
contienen nitrógeno sintético; o el uso de la biodiversidad autóctona y el
control biológico para el manejo de plagas, enfermedades y malas hierbas,
así como la reducción, cuando sea posible, o la eliminación del uso de
pesticidas químicos.
 Minimizar las cantidades de sustancias tóxicas o contaminantes emitidas al
medio ambiente.
 Manejar de manera más eficaz los nutrientes reciclando la biomasa y
añadiendo regularmente restos vegetales, estiércol animal y fertilizantes
orgánicos para reforzar la acumulación de materia orgánica en el suelo y
equilibrar y optimizar el ciclo de nutrientes.
 Aumentar la capa vegetal del suelo a través, por ejemplo, de cultivos y
estiércol verde, y reducir la cantidad de labranza, si es posible a cero, para
minimizar la erosión del suelo y la pérdida de agua/humedad y nutrientes.
Estas prácticas, junto con la recogida de aguas, pretende hacer un uso más
eficaz del agua.
 Promover la actividad biológica del suelo, mantener y mejorar la fertilidad
del mismo.
 Mantener un alto número de especies y la diversidad genética, en el tiempo
y el espacio, y una estructura compleja del ecosistema agrícola, con el fin
de facilitar un amplio número de servicios ecológicos y aumentar la
resistencia del ecosistema agrícola y la flexibilidad ante los cambios; a
través, por ejemplo, de la rotación de cultivos, el cultivo de relevo, el cultivo
intercalado y los policultivos; incorporando árboles multifuncionales,
agroforestería y combinaciones de cultivos y ganado, integrando peces,
camarones u otros recursos acuáticos.

La agroecología emerge como una disciplina que provee los principios ecológicos
básicos sobre cómo estudiar, diseñar y manejar agroecosistemas que son
productivos y a su vez conservadores de los recursos naturales y que además,
son culturalmente sensibles, socialmente y económicamente viables.

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La agroecología va más allá de un punto de vista unidimensional de los
agroecosistemas (su genética, edafología y otros) para abrazar un entendimiento
de los niveles ecológicos y sociales de coevolución, estructura y función.
En lugar de centrar su atención en algún componente particular del
agroecosistema, la agroecología enfatiza las interrelaciones entre sus
componentes y la dinámica compleja de los procesos ecológicos (Vandermeer,
1995).

Los agroecosistemas son comunidades de plantas y animales interactuando con


su ambiente físico y químico que ha sido modificado para producir alimentos, fibra,
combustible y otros productos para el consumo y procesamiento humano. La
agroecología es el estudio holístico de los agroecosistemas, incluidos todos los
elementos ambientales y humanos. Centra su atención sobre la forma, la dinámica
y función de sus interrelaciones y los procesos en el cual están envueltas. Un área
usada para producción agrícola, por ejemplo un campo, es visto como un sistema
complejo en el cual los procesos ecológicos que se encuentran en forma natural
pueden ocurrir, por ejemplo: reciclaje de nutrientes, interacciones predador-presa,
competencia, simbiosis y cambios sucesionales. Una idea implícita en las
investigaciones agroecológicas es que, entendiendo estas relaciones y procesos
ecológicos, los agroecosistemas pueden ser manejados para mejorar la
producción de forma más sustentable, con menores impactos negativos
ambientales y sociales y un menor uso de insumos externos.

El diseño de tales sistemas está basado en la aplicación de los siguientes


principios ecológicos (Reinjntjes et al., 1992):

 Aumentar el reciclado de biomasa y optimizar la disponibilidad y el flujo


balanceado de nutrientes.
 Asegurar condiciones del suelo favorables para el crecimiento de las
plantas, particularmente a través del manejo de la materia orgánica y
aumentando la actividad biótica del suelo.
 Minimizar las pérdidas debidas a flujos de radiación solar, aire y agua
mediante el manejo del microclima, cosecha de agua y el manejo de suelo
a través del aumento en la cobertura.
 Diversificar específica y genéticamente el agroecosistema en el tiempo y el
espacio.
 Aumentar las interacciones biológicas y los sinergismos entre los
componentes de la biodiversidad promoviendo procesos y servicios
ecológicos claves.

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Estos principios pueden ser aplicados a través de varias técnicas y estrategias.
Cada una de ellas tiene diferente efecto sobre la productividad, estabilidad y
resiliencia dentro del sistema de finca, dependiendo de las oportunidades locales,
la disponibilidad de recursos y, en muchos casos, del mercado.
El objetivo último del diseño agroecológico es integrar los componentes de manera
tal de aumentar la eficiencia biológica general, y mantener la capacidad productiva
y autosuficiente del agroecosistema (Tabla 1). El objetivo es diseñar una trama de
agroecosistemas dentro de una unidad de paisaje, miméticos con la estructura y
función de los ecosistemas naturales.

Tabla 1. Procesos ecológicos que deben optimizarse en agroecosistemas

o Fortalecer la inmunidad del sistema (funcionamiento apropiado del sistema


natural de control de plagas)
o Disminuir la toxicidad a través de la eliminación de agroquímicos
o Optimizar la función metabólica (descomposición de la materia orgánica y
reciclaje de nutrientes)
o Balance de los sistemas regulatorios (ciclos de nutrientes, balance de agua,
flujo y energía, regulación de poblaciones, etc...)
o Aumentar la conservación y regeneración de los recursos de suelo y agua y
la biodiversidad
o Aumentar y sostener la productividad en el largo plazo Aumentar y sostener
la productividad en el largo plazo

BIODIVERSIFICACIÓN DE AGROECOSISTEMAS

Desde una perspectiva de manejo, el objetivo de la agroecología es proveer


ambientes balanceados, rendimientos sustentables, una fertilidad del suelo
biológicamente obtenida y una regulación natural de las plagas a través del diseño
de agroecosistemas diversificados y el uso de tecnologías de bajos insumos
(Gliessman, 1998). Los agroecólogos están ahora reconociendo que los
policultivos, la agroforestería y otros métodos de diversificación imitan los
procesos ecológicos naturales y que la sustentabilidad de los agroecosistemas
complejos se basa en los modelos ecológicos que ellos siguen. Mediante el diseño
de sistemas de cultivo que imiten la naturaleza puede hacerse un uso óptimo de la
luz solar, de los nutrientes del suelo y de la lluvia (Pret, 1994).

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El manejo agroecológico debe tratar de optimizar el reciclado de nutrientes y de
materia orgánica, cerrar los flujos de energía, conservar el agua y el suelo y
balancear las poblaciones de plagas y enemigos naturales. La estrategia explota
las complementariedades y sinergismos que resultan de varias combinaciones de
cultivos, árboles y animales, en arreglos espaciales y temporales diversos (Altieri,
1994).

En esencia, el manejo óptimo de los agroecosistemas depende del nivel de


interacción entre los varios componentes bióticos y abióticos. A través del
ensamble de una biodiversidad funcional es posible iniciar sinergismos que
subsidien los procesos del agroecosistema a través de proveer servicios
ecológicos tales como la activación de la biología del suelo, el reciclado de
nutrientes, el aumento de los artrópodos benéficos y los antagonistas y otros más
(Altieri & Nicholls, 1999). Actualmente, hay una gama diversa de prácticas y
tecnologías disponibles las cuales varían, tanto en efectividad, como en valor
estratégico. Las prácticas clave son aquellas de naturaleza preventiva, de
multipropósito y que actúan reforzando la inmunidad del agroecosistema a través
de una serie de mecanismos (Tabla 2).

Existen varias estrategias para restaurar la diversidad agrícola en el tiempo y el


espacio incluyendo rotaciones de cultivos, cultivos de cobertura, policultivos,
mezclas de cultivo y ganadería y otras estrategias similares, las que exhiben las
siguientes características ecológicas:

Tabla 2. Mecanismos para mejorar la inmunidad del agroecosistema

• Aumentar las especies de plantas y la diversidad genética en el tiempo y el


espacio
• Mejorar la biodiversidad funcional (enemigos naturales, antagonistas, etc...)
• Mejoramiento de la materia orgánica del suelo y la actividad biológica
• Aumento de la cobertura del suelo y la habilidad competitiva.
• Eliminación de insumos tóxicos y residuos

Rotaciones de cultivo. Diversidad temporal incorporada en los sistemas de


cultivo proveyendo nutrientes para el cultivo e interrumpiendo el ciclo de vida de
varios insectos plaga, de enfermedades y el ciclo de vida de las malezas (Sumner,
1982).

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Policultivos. Sistemas de cultivo complejos en los cuales 2 o más especies son
plantadas con una suficiente proximidad espacial que resulta en una competencia
o complementación, aumentando, por lo tanto, los rendimientos (Vandermeer,
1989).

Sistemas agroforestales. Un sistema agrícola donde los árboles proveen


funciones protectivas y productivas cuando crecen junto con cultivos anuales y/o
animales lo que resulta en un aumento de las relaciones complementarias entre
los componentes incrementando el uso múltiple del agroecosistema (Nair, 1982)
.
Cultivos de cobertura. El uso, en forma pura o en mezcla, de plantas
leguminosas u otras especies anuales, generalmente debajo de especies frutales
perennes, con el fin de mejorar la fertilidad del suelo, aumentar el control biológico
de plagas y modificar el microclima del huerto (Finch & Sharp, 1976).

Integración animal en el agroecosistema ayudando en alcanzar una alta


producción de biomasa y un reciclaje óptimo (Pearson & Ison, 1987).

Todas las formas diversificadas de agroecosistemas detalladas más arriba


comparten las siguientes características:

a) Mantienen la cubierta vegetativa como una medida efectiva de conservar el


agua y el suelo, a través del uso de prácticas como labranza cero, cultivos
con uso de “mulch” y el uso de cultivos de cobertura y otros métodos
apropiados.

b) Proveen un suministro regular de materia orgánica a través de la adición de


materia orgánica (estiércol, “compost” y promoción de la actividad y biología
del suelo).

b) Aumentan los mecanismos de reciclaje de nutrientes a través del uso de


sistemas de rotaciones basados en leguminosas, integración de ganado,
etc.

d) Promueven la regulación de las plagas a través de un aumento de la


actividad biológica de los agentes de control logrado por la introducción y/o
la conservación de los enemigos naturales y antagonistas.

La investigación sobre la diversificación de sistemas de cultivos pone de relieve la


gran importancia de la diversidad en un entorno agrícola Vandermeer, 1989.

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La diversidad es de valor en los agroecosistemas por varias razones (Altieri, 1994;
Gliessman, 1998):

A medida que aumenta la diversidad, también lo hacen las oportunidades para la


coexistencia e interacción benéfica entre las especies, que pueden mejorar la
sustentabilidad del agroecosistema.
Una mayor diversidad siempre permite un mejor uso de los recursos en el
agroecosistema.

Existe una mejor adaptación a la heterogeneidad del hábitat, llevando a una


complementariedad en las necesidades de las especies de cultivo, la
diversificación de nichos, el solapamiento de los nichos de las especies y la
partición de los recursos.

 Los ecosistemas en los cuales las especies de plantas están


entremezcladas, poseen una resistencia asociada a herbívoros, ya que en
los sistemas diversos existe una mayor abundancia y diversidad de
enemigos naturales de las plagas, manteniendo bajo control las
poblaciones de especies individuales de herbívoros.

 Un ensamblaje de cultivos diversos puede crear una diversidad de


microclimas dentro de los sistemas de cultivo que pueden ser ocupados por
un rango de organismos silvestres -incluyendo predadores benéficos,
parasitoides, polinizadores, fauna del suelo y antagonistas- que resultan
importantes para la totalidad del sistema.

 La diversidad en el paisaje agrícola puede contribuir a la conservación de la


biodiversidad en los ecosistemas naturales circundantes.

 La diversidad en el suelo determina una variedad de servicios ecológicos


tales como el reciclado de nutrientes y la desentoxificación de sustancias
químicas perjudiciales y la regulación del crecimiento de las plantas.

 La diversidad reduce el riesgo para los productores o agricultores,


especialmente en áreas marginales con condiciones ambientales poco
predecibles. Si un cultivo no anda bien, el ingreso derivado de otros puede
compensarlo.

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BASES AGROECOLOGICAS PARA UNA AGRICULTURA SUSTENTABLE

Dada la heterogeneidad de los ecosistemas naturales y de los sistemas agrícolas


así como la naturaleza diferenciada de la pobreza rural en América Latina, es claro
de que no puede existir un tipo único de intervención tecnológica para el
desarrollo; las soluciones deben diseñarse de acuerdo con las necesidades y
aspiraciones de las comunidades, así como las condiciones biofísicas y
socioeconómicas imperantes.

El problema con los enfoques agrícolas convencionales es que no han tomado en


cuenta las enormes variaciones en la ecología, las presiones de la población, las
relaciones económicas y las organizaciones sociales que existen en la región, y
por consiguiente el desarrollo agrícola no ha estado a la par con las necesidades y
potencialidades de los campesinos locales.

Este desajuste se ha caracterizado por tres aspectos:

Los paquetes tecnológicos homogéneos no son adaptables a la heterogeneidad


campesina y sólo funcionan en condiciones similares a las de los países
industriales y/o a las de las estaciones experimentales.

El cambio tecnológico benefició principalmente la producción de bienes agrícolas


de exportación y/o comerciales, producidos prioritariamente en el sector de
grandes predios, impactando marginalmente la productividad de los productos
alimenticios, que son cultivados en gran medida por el sector campesino, y
América Latina se ha convertido en un importador neto de insumos químicos y
maquinaria agrícola, aumentando los gastos de los gobiernos y agravando la
dependencia tecnológica.

Con el crecimiento de la población y el incremento de la demanda económica y


social que se proyecta para la próxima década, se perfilan dos desafíos cruciales
que deberán ser enfrentados por el mundo académico y el mundo del desarrollo:
incrementar la producción agrícola a nivel regional en casi un 30-40%, sin agravar
aún más la degradación ambiental, y proveer un acceso más igualitario a la
población, no sólo a alimentos, sino a los recursos necesarios para producirlos.

Estos desafíos se dan dentro de un escenario de alta disparidad en la distribución


de la tierra, de marcados niveles de pobreza rural y de una decreciente y
degradada base de recursos naturales.

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Existe además la experiencia de que la importación de tecnologías de alto insumo
para incrementar la producción agrícola no fue una condición suficiente para
solucionar los problemas de hambre y pobreza. La totalidad de las revoluciones
tecnológicas favorecieron preferentemente al sector agrícola comercial de gran
escala y no a la gran masa de campesinos de la región que alcanza miles de
unidades productivas en las cuales se produce una alta proporción de los cultivos
básicos para la nutrición regional.

Al respecto, la problemática contemporánea de la producción ha evolucionado de


una dimensión meramente técnica a una de dimensiones más sociales,
económicas, políticas, culturales y ambientales.

En otras palabras, la preocupación central hoy es la de la sostenibilidad de la


agricultura. El concepto de sostenibilidad es útil porque recoge un conjunto de
preocupaciones sobre la agricultura, concebida como un sistema tanto económico,
social y ecológico. La comprensión de estos tópicos más amplios acerca de la
agricultura requieren entender la relación entre la agricultura y el ambiente global,
ya que el desarrollo rural depende de la interacción de subsistemas biofísicos,
técnicos y socioeconómicos. Este enfoque más amplio, que permite entender la
problemática agrícola que en términos holísticos se denomina "agroecología".

La Agricultura Ecológica

Desde la perspectiva agroecológica la "agricultura ecológica" aparece como una


más de las agriculturas alternativas. Después de su regulación en la Unión
Europea, esta consideración de "alternativa" sólo es válida en la medida en que la
agricultura ecológica:

o contribuya a crear un medio ambiente equilibrado,


o proporcione rendimientos sostenidos,
o preserve la fertilidad de los suelos,
o incremente el control natural de plagas mediante la potenciación de
los sistemas naturales de control.
o permita producir recursos que surjan como consecuencia de las
combinaciones de cultivos, árboles, animales, etc. en distintas
composiciones espaciales y temporales, aprovechando sus
complementariedades y sinergismos.

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Sin embargo la agricultura ecológica, tal y como la conocemos hoy, no llega en
muchos casos a ser más que un conjunto de normas y métodos, a veces con una
gran carga simbólica, que ha servido, y sirve indiscutiblemente aún hoy en la
actualidad, para resaltar la innecesidad de los usos y abusos habituales de la
agricultura química. La agricultura ecológica demuestra que es posible obtener
productos de mejor calidad sin contaminar el medio ni a las personas que en él
habitan.

Por lo tanto, mientras que la agroecología es una ciencia, la agricultura ecológica


constituye una estrategia de tránsito hacia sistemas más sostenibles. Otras
estrategias como la producción integrada, la agricultura del no laboreo, la
permacultura, etc. forman parte de un conjunto de caminos que facilitan el cambio
a un modelo agrícola más humano y ecológico.

La agricultura ecológica, orgánica o biológica, es un sistema de cultivo de una


explotación agrícola autónoma basada en la utilización óptima de los recursos
naturales, sin emplear productos químicos sintéticos, u organismos genéticamente
modificados (OGMs), ni para abono ni para combatir las plagas, ni para cultivos,
logrando de esta forma obtener alimentos orgánicos a la vez que se conserva la
fertilidad de la tierra y se respeta el medio ambiente. Todo ello de manera
sostenible, equilibrada y mantenible en el tiempo.

Los principales objetivos de la agricultura orgánica son la obtención de alimentos


saludables, de mayor calidad nutritiva, sin la presencia de sustancias de síntesis
química y obtenidos mediante procedimientos sostenibles. Este tipo de agricultura
es un sistema global de gestión de la producción, que incrementa y realza la salud
de los agrosistemas, inclusive la diversidad biológica, los ciclos biológicos y la
actividad biológica del suelo. Esto se consigue aplicando, siempre que sea
posible, métodos agronómicos, biológicos y mecánicos, en contraposición a la
utilización de materiales sintéticos para desempeñar cualquier función específica
del sistema. Esta forma de producción, además de contemplar el aspecto
ecológico, incluye en su filosofía el mejoramiento de las condiciones de vida de
sus practicantes, de tal forma que su objetivo se apega a lograr la sostenibilidad
integral del sistema de producción agrícola; o sea, constituirse como un
agrosistema social, ecológico y económicamente sostenible.

Hay varios tipos de agricultura ecológica que se basan en el equilibrio y respeto


con el medio ambiente, como son, la agricultura Biodinámica, la agricultura
Natural o Fukuoka, la agricultura sinérgica, la agricultura Mesiánica, la
Permacultura, etc.

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Estas son algunas razones para consumir productos ecológicos:

Son saludables

Los productos ecológicos son más saludables ya que están libres de residuos
tóxicos persistentes procedentes de pesticidas, insecticidas, antibióticos,
fertilizantes sintéticos, aditivos y conservantes, muchos de ellos utilizados en
la agricultura convencional para eliminar insectos o plagas y combatir
enfermedades, para añadirles color y brillo (manzanas, naranjas, etc.) y que a
medio o largo plazo producen causas muy negativas en nuestro organismo, como
por ejemplo Párkinson. Al no contener substancias artificiales, los alimentos
procedentes de la agricultura ecológica son asimilados correctamente por el
organismo sin alterar las funciones metabólicas.

Según los especialistas en nutrición, gran parte de las enfermedades


degenerativas tienen su origen en la alimentación.

Otra característica de la agricultura ecológica es que, al cultivar los alimentos en


suelos equilibrados por fertilizantes naturales, los productos son más nutritivos ya
que contienen unos niveles más altos de vitaminas –especialmente la C–,
minerales esenciales –calcio, magnesio, hierro, cromo…–, antioxidantes –que
ayudan a prevenir determinadas enfermedades como el cáncer–, hidratos de
carbono y proteínas.

No contienen aditivos sintéticos

Los alimentos ecológicos no contienen aditivos de síntesis que pueden provocar


problemas en la salud tales como insuficiencias cardíacas, osteoporosis,
migrañas, alergias, hiperactividad, Párkinson, etc. Cabe destacar que los
productos biológicos, cultivados sin el uso de agroquímicos, respetando los ritmos
naturales y sin aditivos, son equilibrados y muy ricos en nutrientes. Por otro lado,
diferentes estudios han demostrado que no es imprescindible la incorporación de
sustancias de síntesis en el cultivo o producción de alimentos ni en su
conservación posterior. No hace falta buscar productos fuera de temporada para
colmar las necesidades nutricionales de nuestro organismo.

No contienen pesticidas

Centenares de pesticidas químicos son utilizados habitualmente en la agricultura


convencional lo que provoca que restos de residuos de pesticidas aparezcan en
los alimentos procedentes de esta agricultura que ingerimos diariamente.

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Diferentes estudios toxicológicos realizados demuestran la relación existente
entre los pesticidas y ciertas patologías como el cáncer, las alergias y el asma.

El uso de pesticidas también es perjudicial para la salud del trabajador agrícola, un


problema serio especialmente en países en desarrollo, donde el uso de pesticidas
está poco regulado.

Por otra parte, en Europa se ha ocultado la alta toxicidad del glifosato.

A su vez, la utilización de estas sustancias daña el medio ambiente y conlleva un


coste adicional a la sociedad, ya que ésta debe eliminar los residuos que los
pesticidas dejan en la naturaleza.

No contienen organismos genéticamente modificados

En la agricultura ecológica no se autorizan los organismos genéticamente


modificados (OGM). El cultivo de OGM tiene consecuencias negativas para el
medio ambiente y faltan investigaciones sobre las consecuencias a largo plazo del
cultivo transgénico; actualmente no existen resultados científicos que demuestren
que el cultivo de OGM y los alimentos transgénicos sean inofensivos para el medio
ambiente y la salud humana, y ya se conocen efectos indeseados por la ingesta
de plantas modificadas genéticamente.

Además, tan sólo cuatro compañías controlan la alimentación mundial

La agricultura con organismos genéticamente modificados conduce hacia la


uniformidad genética y con ello hacia una erosión genética, lo que significa una
pérdida de variedad, con grandes extensiones de un mismo cultivo. La agricultura
ecológica quiere conservar e impulsar la variedad genética de las especies y tipos,
y con ello la riqueza de los paisajes de cultivos autóctonos.

Son sostenibles con el medio ambiente

Respetar el medio ambiente es una de las máximas de los productos ecológicos;


cuando consumimos alimentos de cultivo ecológico colaboramos en la
conservación del medio ambiente y evitamos la contaminación de la tierra, el
agua y el aire. La agricultura ecológica es la más respetuosa con la fauna, la que
genera una contaminación más baja de aerosoles, produce menos dióxido de
carbono, previene el efecto invernadero, no genera residuos contaminantes y
ayuda al ahorro energético y de los gobiernos, ya que en el cultivo y en la
elaboración de los productos se aprovecha el máximo de recursos renovables.

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Cabe destacar que la disminución de la diversidad biológica es uno de los
principales problemas ambientales de la actualidad; la agricultura orgánica
preserva las semillas para el futuro, impidiendo, de este modo, la desaparición de
algunas variedades de gran valor nutritivo y cultural.

Tienen máximos niveles de calidad

Los alimentos ecológicos provienen de la agricultura ecológica, que utiliza un


sistema de producción de la máxima fiabilidad pues está sujeto a una trazabilidad
desde el campo hasta la mesa mediante el Reglamento Europeo 834/2007.

Todos los agentes que intervienen en la cadena agroalimentaria están sujetos al


control e inspección de las materias primas utilizadas, el proceso de elaboración,
el envasado, el etiquetado, etc. mediante las empresas de control y certificación
acreditadas.

Son respetuosos con la naturaleza

La agricultura ecológica fertiliza la tierra y frena la desertificación; favorece la


retención del agua y no contamina los acuíferos; fomenta la biodiversidad;
mantiene los hábitats de los animales silvestres, permitiendo y favoreciendo la
vida de numerosas especies; respeta los ciclos naturales de los cultivos, evitando
la degradación y contaminación de los ecosistemas; favorece la biodiversidad y el
equilibrio ecológico a través de diferentes prácticas: rotaciones, asociaciones,
abonos verdes, setos, ganadería extensiva, etc.; potencia la fertilidad natural de
los suelos y la capacidad productiva del sistema agrario; recicla los nutrientes
incorporándolos de nuevo al suelo como compost o abonos orgánicos, y utiliza de
forma óptima los recursos naturales.

En resumen, respeta el equilibrio de la naturaleza contribuyendo a la preservación


del ecosistema y al desarrollo rural sostenible.

Son más sabrosos

Los productos ecológicos, al ser elaborados de forma más artesanal y cuidadosa,


recuperan los gustos originales y tienen mejor sabor. Debido a que las plantas
sólo son regeneradas y fertilizadas orgánicamente, éstas crecen más sanas y se
desarrollan de mejor forma, conservando el auténtico aroma, color y sabor. Por
ello, muchos consumidores prefieren alimentos ecológicos, ya que conservan el
verdadero gusto de cada ingrediente y les permite recuperar el sabor tradicional
de los alimentos. Además, los alimentos ecológicos se conservan mejor que los
convencionales.
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