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Yessica Pamela Martínez Alcántara

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Actividad sobre el Resumen


A continuación te presento el siguiente texto. Lee detenidamente y realiza lo
que se te pide a continuación.

“EL MISTERIO DEL ELEFANTE”

Cuando yo era chico me encantaban los circos; lo que más me gustaba eran los
animales, y dentro de ellos, mi preferido era el elefante. Durante la función, la
enorme bestia impresionaba a todos, por su peso, tamaño y sobre todo, por su
descomunal fuerza.

Pero, después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, uno


podía encontrar al elefante detrás de la capa principal atada, mediante una
cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el
suelo. La estaca era sólo un minúsculo, apenas enterrado a unos centímetros de
la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que ese
animal era capaz de arrancar un árbol de cuajo, con facilidad, arrancar la estaca
y huir.

El misterio es evidente: ¿por qué el elefante no huye, arrancando la pequeña


estaca, con el mismo esfuerzo que yo necesitaría para romper un palito de
fósforos? ¿Qué fuerza misteriosa lo mantiene atado, impidiéndole huir? Tenía
unos siete u ocho años y todavía confiaba en la sabiduría de las personas
grandes. Pregunté buscando respuestas a ese misterio. No obtuve una
coherente. Alguien me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba
amaestrado.

Entonces… ¿por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna


respuesta que me satisficiera. Con el tiempo, me olvidé del misterio del elefante
y la estaca.

Hasta hace unos días, me encontré con una persona lo suficientemente sabia,
que me dió una respuesta que al fin me satisfizo: “el elefante del circo no escapa
porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño”.

Cerré los ojos y me imaginé al pequeño elefantito, con sólo unos días de nacido,
sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el animalito empujó,
jaló, sacudió y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo
liberarse. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Podría jurar que el primer
día se durmió agotado por el esfuerzo infructuoso, y que al día siguiente volvió
a probar, y también al otro y al que seguía… hasta que un día, un terrible día el
animal aceptó su impotencia, y se resignó a su destino. El elefante dejó de luchar
para liberarse. Este elefante enorme y poderoso no escapa porque CREE QUE
NO PUEDE HACERLO. Tiene grabado en su mente el recuerdo de sus entonces
inútiles esfuerzos y ahora ha dejado de luchar, no es libre, porque ha dejado de
intentar serlo. Nunca más intentó poner a pruebas sus fuerzas… Nosotros somos
un poco como ese elefante: vamos por el mundo atados a varios (cientos) de
estacas que nos restan libertad.

Vivimos creyendo que “No podemos” con el motón de cosas, simplemente


porque algunas vez probamos y no pudimos. Grabamos en nuestra mente: No
puedo… No puedo y nunca podré. Crecimos portando ese mensaje, que nos
impusimos a nosotros mismos, y nunca más lo volvimos a intentar. La única
manera de saber cuáles son nuestras limitaciones AHORA, es intentar de nuevo,
poniendo en el intento TODO NUESTRO CORAZÓN. Espero que esta simple
historia te cargue de energía como para creer que en la vida ¡no hay imposible!

Autor: anónimo.

Expresa de manera escrita, lo que significan las palabras sombreadas en


negrita en el texto anterior.

1.Bestia: Es un animal de cuatro patas, grande y muy pesado.

2. Descomunal: Que se sale de lo común por su gran tamaño o por otra cosa.

3.Obvio: Que es muy claro evidente o poco informativo.

4.Estaca: Palo con punta en un extremo para que pueda ser clavada.

5.Amaestrado: Que se sabe de ante mano lo que se debe hacer.

6.Infructuoso: Que no es de utilidad ni produce buenos resultados.


Del texto anterior, utilizando las técnicas de resumen correctamente llena los
recuadros.

Encabezado: “EL MISTERIO DEL ELEFANTE”

Introducción: Cuando era chico me encantaban los circos, y


lo que más me gustaba de este eran sus
animales. Casi a todos nos llamaba la atención
el elefante. Durante la función, la enorme
bestia hacia despliegue de peso, tamaño y
fuerza descomunal. pero después de su
actuación y hasta un rato antes de volver al
escenario, estaba sujetado solamente por una
cadena que aprisionaba una de sus patas a una
pequeña estaca clavada en el suelo.
Cuerpo del resumen: El elefante dejó de luchar para liberarse. Este
elefante enorme y poderoso no escapa porque
CREE QUE NO PUEDE HACERLO. Tiene grabado
en su mente el recuerdo de sus, entonces,
inútiles esfuerzos, y ahora ha dejado de luchar,
no es libre, porque ha dejado de intentar serlo.
Nunca más intentó poner a prueba su fuerza.
Conclusión: Vivimos creyendo que “No podemos” con el
motón de cosas, porque lo intentamos una vez
y fallamos y no lo volvemos a intentar por
temor a volver a fallar. Crecimos portando ese
mensaje, que nos impusimos a nosotros
mismos, y nunca más lo volvimos a intentar. La
única manera de saber cuáles son nuestras
limitaciones ahora, es intentar de nuevo,
entregarlo todo para que nos quede mejor.

Firma: Anónimo
Realiza un resumen de la última lectura de la Eñe que leíste o de la que más te
gustó. Utiliza las técnicas aprendidas.

Mi Reconocimiento: Semana Dominicana en Guatemala

Cuando viajamos por primera vez siempre adquirimos nuevas experiencias y


mucho mejor así si es un país en el que se habla español. La embajada
Dominicana me invito a presentar mi libro llamado Indigenismos Antillanos,
publicado por el centro León apoyado de la embajada de Francia.

Nunca deja de emocionarme la vivencia de descubrir lo mucho que nos une y


lo poco, pero muy hermoso y valioso, que nos diferencia.

La lengua común fue el vínculo que nos permitió compartir nuestra cultura.
Demasiadas veces se olvida que sin historia y sin lengua no podemos entender
nuestro presente, ni compartirlo ni promocionarlo.

Hablamos de economía naranja, de exportar bienes y servicios creativos y no


le prestamos atención a todos estos bienes, están estrechamente ligados a la
lengua.

Preparado por:
Maestra Zonia Rodríguez
Adaptación de los ejercicios por:
Fátima Toribio

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