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SABER COMO SANAR

Hablar de “saber cómo sanar” pudiera parecer increíble o incluso absurdo en


un principio, es decir ¿Qué hay que saber al respecto? Si ya el sistema social
ha dejado claro que tu salud no te compete a ti, sino al sistema de salud,
conformado por los médicos, hospitales, laboratorios clínicos, farmacéuticas,
etcétera.
Por lo que no es raro que cuando adviertes algún indicio de que tu salud
pueda estar comprometida, pienses que lo único que tienes que hacer es
acudir al doctor, quien te examinará y recetará los medicamentos
pertinentes; Y que la única responsabilidad pendiente para ti es tomar
dichos medicamentos, de acuerdo a lo que dice la receta.
Y a pesar de que hacer justamente esto pudiera parecer la única opción
lógica para cualquiera en sus cinco sentidos, también es la única opción que
te deja el sistema social mediante su aleccionamiento y captura. Y cuya
consecuencia es precisamente que vivas en la creencia de que tu salud, no
es asunto tuyo.
Sin embargo, te has preguntado alguna vez ¿Por qué enfermamos?
Pero para poder ahondar en esto, es indispensable hacer una aclaración
importante: Existe una diferencia, entre los procesos de defensa de tu
cuerpo que al combatir algún virus o bacteria provocan ciertos cambios en
que identificas como “síntomas”, y un estado de enfermedad.
El por qué es simple, como ejemplo piensa en lo frecuente que es escuchar o
incluso decir que estás “enfermo de gripa”.

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Sin embargo, lo que realmente ocurre cuando el virus de la “gripa” entra con
intención de hospedarse en tu cuerpo, es que este, gracias a tu sistema
inmunológico, toma las medidas necesarias para combatirlo, haciéndole la
estancia más “incómoda”. Para lo cual elevará levemente tu temperatura
corporal, lo cual verás reflejado en dolor de cabeza, dolor corporal o ambos,
así como escalofríos; También te causará estornudos y secreción nasal, para
expulsar a los agentes invasores, al igual que la tos, mientras en tu médula
son creadas células especializadas para encontrar, combatir y aniquilar ese
específico tipo de virus, y esto, por supuesto, requiere de más recursos por
parte de tu sistema inmune, que cuando no existe una amenaza, por lo que,
también te sentirás extremadamente cansado y con mucho sueño.
Y aunque los agentes como virus o bacterias que pueden llegar a amenazar
tu salud son sumamente variados, también lo son los mecanismos de defensa
de tu cuerpo, que en general aplican más o menos el mismo protocolo del que
hablamos.
De modo que cuando atraviesas por alguna de estas situaciones, una
infección estomacal, o de garganta, o bien la gripa que mencionamos, no
estás enfermo como tal; muy por el contrario, estás experimentando las
consecuencias del hecho de que tu cuerpo tenga capacidad de defenderte
contra todo tipo de amenazas externas.
Y justamente en esto radica la diferencia, los síntomas de combatir a un
agente externo no son una enfermedad, sino una prueba tangible de que los
procesos automáticos de tu cuerpo que se encargan de defenderte de
cualquier amenaza externa, es decir, que tus sistemas de defensa, ejecutan
su labor de manera correcta.
Comprender esto, no sólo te permite ser consciente de la eficiencia de la
máquina biológica que tienes por cuerpo, más allá de eso, te permite ser
capaz de sacar de tu cabeza el pensamiento constante de “estoy enfermo”.

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Y esto es lo más importante para tu salud. Hacerte consciente que en la
mayoría de las ocasiones, lo que consideras que es “estar enfermo”, es sólo
el resultado de que, a pesar de que tú conscientemente no tengas ni idea de
cuando una bacteria o virus amenaza tu cuerpo, tu inconsciente inicia estos
procesos de defensa ante la primera amenaza, lo cual, por supuesto, al
requerir mayores recursos, se manifiesta en cambios en la eficiencia del
funcionamiento de tu cuerpo.
Ahora bien, es imprescindible mantener presente el hecho de que estos
procesos automáticos de defensa, como todos los demás procesos
automáticos de tu cuerpo, se encuentran a cargo de tu consciencia cero o
inconsciente, lo que nos lleva a comprender el verdadero concepto de lo que
significa “estar enfermo”.
Y esto es, que “por alguna razón”, la que gustes imaginar, alguno de estos
procesos automáticos de tu cuerpo deja de funcionar del modo adecuado
para mantenerte sano, en toda la extensión de la palabra. Es decir, que
alguno de tus sistemas, órganos o procesos presente “fallos” en su
funcionamiento. Ya que son precisamente estos fallos, que pudiéramos
llamar internos, los que originan toda una inimaginable lista de
padecimientos o enfermedades, entre las que podemos contar las
autoinmunes, que se originan cuando el sistema inmunológico del cuerpo
ataca a células sanas, en lugar de células enfermas o dañadas como es su
propósito original. De estas, las más conocidas son Artritis, lupus, esclerosis
múltiple y diabetes. También las enfermedades idiopáticas, que son el grupo
de padecimientos sobre los cuales la medicina sí acepta que se desconoce la
causa u origen; las enfermedades degenerativas, en las cuales, la supuesta
causa es el “desgaste” de las células y se caracterizan porque los tejidos u
órganos afectados, empeoran con el paso del tiempo. Los ejemplos más
comunes de estos padecimientos son la enfermedad de Alzheimer o la
enfermedad de Parkinson; El mismo cáncer, que se presenta cuando las

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células dejan de obedecer su propósito y programación y crecen de manera
descontrolada, afectando el funcionamiento de órganos y sistemas.
Y si bien podríamos mencionar una infinidad de padecimientos más, lo que es
realmente importante aquí es notar el factor común todos ellos. YA que,
cualquiera de los ejemplos mencionados, así como un sinfín más, existen a
causa de un mal funcionamiento en alguno de los procesos automáticos de
tu cuerpo, tales como el crecimiento celular o el funcionamiento del sistema
inmunológico.
Y aquí llegamos a retomar la importancia de hacerte consciente de que
estos procesos que consideras “automáticos” son ejecutados por tu
consciencia cero o inconsciente, desde que existes y respiras “por ti mismo”
no tienes que ocuparte de forma consciente de hacerlo porque tanto
respirar, como todo el resto de procesos en tu cuerpo son regulados por un
lo que podríamos llamar un programa de ejecución automática, a cargo de
tu consciencia cero.
Y esto significa nada más y nada menos, que es precisamente este
inconsciente, o consciencia cero quien tiene que “autorizar” (por llamarle de
cierto modo) cualquier cambio en el funcionamiento de estos programas de
ejecución automática, que le dicen a cada célula, cada órgano, y a cada
sistema, cómo comportarse.
Ante esto, la siguiente pregunta lógica sería ¿Y por qué autorizaría tu
inconsciente un cambio en el funcionamiento de los procesos de tu cuerpo si
este amenaza tu salud?
Y para responder a esto no hace falta más que recordar que el propósito
de tu consciencia cero o inconsciente es guiarte para que tu existencia como
individuo cumpla su propósito, que no es otro que vivir una vida en equilibrio,

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por lo tanto en plenitud, y aportar por medio de este equilibrio una mejora
a los sistemas que conformas.
Tan sencillo como esto pueda sonar, la generalidad visible es que gracias a
la captura social, la mayoría de las personas no sólo ignora este propósito,
sino que dedica su vida a perseguir los logros establecidos por el sistema
social, descuidando con esto el conocimiento de sí mismo, descuidando el
entendimiento de sus instintos conscientes y finalmente, descuidando el
cumplimiento de su propósito como individuo.
De modo que, cuando esto ocurre, es decir, cuando con tus acciones y
decisiones vas en contra de este propósito, la consciencia cero o inconsciente
tiene capacidad de utilizar absolutamente todos los recursos a su cargo
para de modo consciente experimentes determinadas situaciones para que
de ellas obtengas una lección y adquieras conocimiento consciente que te
acerque al cumplimiento de este propósito, y por supuesto, entre estos
recursos que posee tu consciencia cero, se encuentran todos estos procesos
automáticos que mantienen a tu cuerpo funcionando.
Es por este motivo que es tan común que escuches que “cada cuerpo es
diferente” o que lo que funciona para curar cierta enfermedad en una
persona, bien podría no funcionar para la misma enfermedad en otra. Porque
no es la medicina la que te cura, así como no son los agentes externos los
que te enferman.
Tanto el funcionamiento de tu cuerpo, como sus procesos, sus fallos y sus
reparaciones o restablecimiento se encuentran a cargo de tu consciencia
cero. Esto quiere decir, que si atraviesas por un padecimiento, del tipo que
este sea, es indispensable hacer una búsqueda dentro de ti para hacerte
consciente de qué lección está intentando enseñarte tu inconsciente a
través de las consecuencias del padecimiento que te afecta.

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Y por supuesto que esto no quiere decir que neguemos los avances en el
campo de la medicina y todos sus nuevos descubrimientos, que al ser cada
vez más precisos, dan origen a la creación de cada vez más medicamentos
que por lo general, siempre prometen ser el descubrimiento que “ahora sí”
sea capaz de curar determinada enfermedad.
Sin embargo, décadas de esta misma historia siguen dando los mismos
resultados, que nos llevan a una conclusión innegable: No importa el nivel de
especialización del médico que te consulte, no importa lo avanzado de la
tecnología detrás del medicamento que te sea recetado, quien libra la
batalla por tu salud, al final eres solamente tú. Y esto quiere decir que
mientras no te hagas responsable de buscar de forma consciente las
lecciones que las enfermedades o padecimientos acarrean a tu vida, ni el
mejor especialista, ni el medicamento más costoso evitarán que tu
inconsciente o consciencia cero siga “permitiendo” fallas recurrentes en las
funciones de tu cuerpo o incluso nuevos padecimientos.
Por otro lado, si tú de forma consciente te das a la tarea de buscar
comprender el lenguaje de tu cuerpo, analizar el padecimiento que te aqueja,
analizar cuándo inició esa enfermedad o ese dolor recurrente y por qué
situaciones atravesabas en esos momentos, Si te das a la tarea de analizar
en qué situaciones esta enfermedad se agudiza, o qué hechos,
independientemente de medicamentos ayudan a que mejore, si buscas
comprender hacia qué lección te orienta tu consciencia cero mediante ese
padecimiento, entonces te prestas de manera consciente a entender cómo
sanar, y cuando haces esto, cualquier medicamento de cualquier marca,
cualquier acupuntura, terapia con imanes, limpia, meditación, medicina
sagrada, hipnosis, oración en cadena, frecuencia isocrónica, ritual es decir,
cualquier método te puede llevar fácilmente a mejorar tu salud.

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Porque, finalmente, tu cuerpo no es más que una extensión física de tu
consciencia, diseñado para ser la primera expresión de ella en este mundo.
Tu forma física constituye la primera pieza que forma la realidad que
experimentas, y es por esta misma razón que el estado de tu cuerpo
también es una extensión del estado de tu consciencia, por lo que tu salud
física es un reflejo del nivel de equilibrio de tu consciencia.
Y por qué también es muy lógico, como ya mencionamos, la operación de todas
las funciones “automáticas” de tu cuerpo se encuentra a cargo de tu
consciencia cero, o inconsciente, el cual obedece a que como individuo cumplas
tu propósito. Por lo que, si t

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Desarrollo de instintos conscientes
Desarrollo capacidades mentales
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Desarrollo de capacidad
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