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ORIGEN DE LOS INCAS

Según el cronista Betanzos, después que Wiraqocha había ordenado el mundo y dispuesto que los hombres
salieran de abajo de la tierra, brotaron de una cueva en Pacaritampu cuatro parejas: Ayar Cache-Mama
Guaco, Ayar Oche (Uchu)-Cura, Ayar Auca-Ragua Ocllo, y Ayar Manco-Mama Ocllo. Cada uno de ellos
llevaba una alabarda de oro, vestían ropa fina bordada en oro -cumbi- y llevaban al cuello unas bolsas,
también de cumbi, con unas hondas de nervios. Las mujeres usaban adornos de oro, por ejemplo los alfileres
o prendedores -tupu-. De Pacaritampu, fueron a un cerro nombrado Guanacaure y sus faldas fueron
empleadas para sembríos de papas. Desde la cumbre del Guanacaure, Ayar Cache tiró unas piedras con su
honda quebrando cuatro cerros y haciendo cuatro quebradas en ellos. Ante esta demostración de fuerza sus
compañeros decidieron librarse de él, y regresaron a Pacaritampu so pretexto de recoger algunos objetos
de oro que allí habían quedado en la cueva de donde salieron originariamente. Una vez allí, ingresó Ayar
Cache a la cueva, cubriendo los restantes la entrada de ella con una gran losa, quedando así encerrado Ayar
Cache; este trató infructuosamente de salir. Luego de ello, volvieron los demás a Guanacaure, donde
estuvieron un año, pasado el cual se mudaron a otra quebrada llamada Matagua, más cercana al Cusco.
Desde allí descendieron al valle del Cusco, donde vivía Alcaviza con un grupo de treinta indios. Dejaron en
Guanacaure a Ayar Oche convertido en ídolo, pues voló hasta el cielo para hablar con el sol, su padre, Ayar
Oche trajo el encargo del sol de cambiar el nombre de Ayar Mango en Mango Cápac. Finalmente este último,
junto con su último hermano Ayar Auca y las cuatro mujeres, llegaron al Cusco, donde se establecieron
después de negociar con Alcaviza, quien aceptó su carácter de “hijos del sol”.

Antes de llegar al Cusco, los Ayar, ahora seis, habían pasado por un pequeño pueblo donde se sembraba
coca y ají. Una vez establecidos en el Cusco, Manco Cápac y sus hermanos hicieron una casa en el lugar
donde después se levantaría el Coricancha o casa del sol. Luego de ello, sembraron maíz.

Cada pareja podría ser asimilada a una de las cuatro partes en las que estaba dividido el Cusco y también
el mundo. El relato del mito vincula a los fundadores del Cuzco con los metales sagrados, como el oro,
también los asocia con determinados cultivos: papas, coca, ají, finalmente maíz; se indica asimismo que Ayar
Manco recibió su nuevo nombre -Mango Cápac- por disposición de la divinidad solar. De la parte final del
mito podría deducirse que fueron dos de los hermanos varones los que llegaron al Cusco, y que ello podría
estar relacionado con las dos mitades en que aparece dividido el propio Cusco Hanan y Urin.

La primera parte del mito señala un itinerario hacia el Cusco y, solo después de sembrar papas y de la
“eliminación” de Ayar Cache, encerrado en la cueva originaria es que se produce la vinculación con el sol “su
padre” en el cerro Guanacaure, cuando Ayar Oche se convirtió en piedra después de haber “ido al cielo” y
regresado del mismo convertido en un mensajero solar que invistió a Ayar Mango, notificándole su cambio
de nombre. Solo después de establecidos en el Cusco, los Ayar sobrevivientes sembraron maíz, con semillas
que habían traído de la cueva de Pacaritampu. Puede apreciarse aquí un orden de productos: papas, coca,
ají, maíz, lo cual puede informar sobre los recursos básicos del área, que tienen importancia en cuanto
señalan una visible complementariedad agrícola, dado que cada uno de ellos se obtiene en zonas ecológicas
distintas.
Garcilaso de la Vega privilegió un relato distinto, según su relato, el dios sol hizo salir del lago Titicaca una
pareja de hermanos y esposos: Manco Cápac y Mama Ocllo. La pareja había recibido el encargo divino de
dirigirse hacia el norte llevando una vara de oro, que periódicamente debían tratar de hundir en el suelo:
cuando esta vara se hundiese seria señal de que la divinidad había escogido el lugar donde debía
establecerse la pareja. Ello ocurrió en el Cusco y allí se instalaron Manco Cápac y Mama Ocllo; informaron
entonces a los hombres de su origen solar y les enseñaron a sembrar el maíz y a tejer, entre otras actividades
civilizadoras. En esta versión figura Guanacaure, corno el lugar donde se hundió la barra de oro. Se hallan
en esta versión elementos que aparecen en la anterior. Es posible que esta última versión de Garcilaso haya
sido elaborada para dar mayor consistencia al origen de los incas, estableciéndose en él la sacralidad de la
pareja originaria, eliminándose las otras; bien pudiera ser una elaboración tardía, corno bien indica el propio
Garcilaso, preparada por la misma élite cusqueña.

En las versiones anotadas se aprecia que Manco Cápac o Ayar Manco aparece vinculado al cultivo del maíz;
conviene destacar que la región del Cusco produce maíz de alta calidad, cuya condición se reconoce en
distantes lugares de los Andes.
Tomado de: Franklin Pease G. Y (2014) Los Incas (2ª reimpresión), Lima: Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del
Perú; Págs, 31-38

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