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Revista de España. 3-1890, N.º 127
Revista de España. 3-1890, N.º 127
MÍSTICOS ESPAÑOLES
Diciembre, 1888.
TOMO CXXVII
EL GABINETE NEGRO Y SUS CONSECUENCIAS
(1) Este Ministro del Elector fué enviado á España en misión extra-
ordinaria, p a r a participar la muerte del príncipe José T e m a n d o . Dife-
renciándose de Bertier, Monasterol era militar, y vemos figurar s u
nombre, mandando cuerpos de tropas b á v a r a s en las campañas de 1703
y 1704, en las Memorias del mariscal de Villars, vol. I I .
EL GABINETE NEGEO 29
No ha sido menos acertado enviar á Monasterol á esta corte, porque,
hallándose plenamente informado del ánimo de S. A. E., y teniendo las
prendas que se sabe de Ministro mañoso, penetrante y circunspecto, no
se debe dudar que servirá aquí á S. A. E. con grande utilidad y acierto,
y que el juicio que formará de este Gobierno servirá mucho p a r a las
medidas que ahí se hayan de tomar. Por lo que á mí toca, os aseguro
que su venida me ha causado muy particular consuelo, y podéis asegu-
rar á S. A. E. que mientras Monasterol se detuviere en Madrid solici-
taré de todas veras mantener con él la más estrecha correspondencia.
Veréis por el papel adjunto que me escribió el prepósito Afferden
en qué consisten las comisiones que la Reina encarga á S. A. E. Yo he
respondido con la mayor galantería que pude tocante al gusto con que
S. A. E. se empleará en el servicio de la Reina, Estimaré que por vues-
t r a parte procuréis que S. A. E. mande ejecutar esas comisiones con la
mayor brevedad, siendo una demostración de confianza de la Reina que
quiera recibir de mano de S. A. E. personas p a r a su boca, como son un
cocinero y dos cocineras, advirtiéndoos que quiere la Reina que sean
bávaras.
El Bey nombró ayer al Archimandrita (1) para ir de su parte á dar
la enhorabuena de su casamiento al Bey de Bomanos; y habiéndose
hecho esta designación sin oir al Consejo de Estado, da motivo á unos
p a r a decir que se adopta este pretesto para echarle de aquí, á otros que
la Beina y la Berlips le envíiyi á Viena para por su medio introducir
pláticas de novedades, como la de traer acá al Archiduque ó tropas im-
periales, esperando la Berlips que por medio de estas negociaciones
podrá inducir al Emperador á apoyar la pretensión del capelo para el
Archimandrita. Los políticos añaden, que como la elección de este su-
geto es indecorosa á la nación española, siendo función propia de un
hijo ó de un hermano de Grrande de España, tampoco será g r a t a al
Emperador, que no puede menos de estar sentido de los desaires que la
Beina y la Berlips hicieron á su embajador, ni ignorar que abandona-
ron sus intereses para servir los nuestros; finalmente, todos gritan y
murmuran, pero la Berlips se está burlando de todos, y también de la
voz que corre de los veinticinco mil doblones que se dice que el conde
de Eril, hermano de Madama Carasa (sic, por Caraffa), Camarera ma-
yor de la Beina de Bomanos, ha repartido entre la Beina, la Berlips y
quizá el Almirante, p a r a alcanzar el Vireinato que se le dio del P e r ú ,
al que había muchos pretendientes. Entretanto, la comisión dada al
Archimandrita y la preferencia al conde de Eril, dan á entender la
.doya, hei^ano del conde de Aguilar, era de muy escasa capacidad para
cabeísaárpáHiádi-.' ^' - -.— .,- -• ^"^.,' -v; ,.i\v. • • ^ ,.
(1| Puede' verse esta negociación de Vill4rs en el'vol, I l d e sus «Me-
morias; edición de lá iSooieté d'histoite de FrRnce»-*^P«rí3,1886, -
86 REVISTA DE ESlPAÑA
muy agudos y en- que está, embebida toda la razó'n de'Estado, no bas-
tando que se descubran sus inconsecuencias, porque,' d TOÍO "reparan en
ellas ó se las tolcn:an.
Me ha mostrado, Ber^ier las consultas que Beduiat^ ha liecho 4
S. A. E. sobre los ptvgamentós de las tropas, en que sé déácubréstima-
li(áa y la de Quirós que se la ha inspirado, pues' propone, qUtt sí los Dx-^
pqtados de las Provincias no anticiparen el dinero de los salráidiojí
para aplicarlo al pande.municion, se pase & la ejecución militar, alo-
jando las tropas en ^^ país llano («plat-pftys») y que se traté con las
castellaoi^s aparte de los Estados; temeridad tan áacrüega, que si
S. ,A. E. la pusiese en práctica vería levantadas las PWvinoia*, por
ohocar^ abiertam'ente con sus privilegios' y porgué le coritltátría el odio
universal más,-seguramente que lo que foménÍÉárO¿ éábS'pícalos por
msdio de «las mi|.pÍ9nes» de Bru'selas, con el cukl, síéíndo dé tatl'poco-
fuste y entidad, quisieron derribar á S. A. E.; y ío qUe por taí'medib
no consiguieron, lo pretenden ahora con aquel e:¿p6diebte inicuo y de»
testabl^. # ' '' '
El conde de Monasterol está ya despachado, liábiéiidosele entregado-
la joya, qu^ tiepe muy buenos diamantea, y' es de más ^'recio que la-
que se acostumbra dar á los da su carácter, y con el tettá'tb 'del Bey,
Yo he visitado y comido algunas vezes con este üábáíler'o," ]j«rd'toda&
en presencia d6 B^rtier ppr parecernle qué efá ¿ á s acertado ei'conte-
njerme en i^Sitps tenernos, que no el alargarme á conáaAzas'Cou él, qu»
quizas á Berti^ no le sonasen bien.» '
' Sig'ue á «éta éárta la y» oití^d» ep. el cap,ttf^ff^i^t^T\^Tf de
31 dfeDiéíéilQ'bí-ei 6tt«áb€*ad» ík)aató,3ia<itÉ^tftí<lei mpv^t&rio
descifradc^í^ có4i mótfvttf <M^ iewqae'^eBÍiabla de lús
JOA.QJJÍN MALDOIÍADO,
BALTASAR GHAMPSAUR.
(Concluirá).
(1)
U S ARTES SUNTUARIAS EN GRANADA
CONSTRUCCIONES MUDEJAKE8
(13) Muchos de estos nombres los cita el ilustrado artista Sri Gómez
Moreno en un trabajo publicado en el «Liceo de Granada», núms. 3 y 4,
año VI (1874), con el título de «Edificios mudejares de Granada».
CONSTEUCCIONES MUDEJARES 83
Vna chilla, 34 maravedís.
Vua álfargia, 26 liiaravedls.
Vn pino, 9K) maravedís (1).
Los cerrajeros constituían un greínio que nombraba cua-
ti'o maestros como veedores; no podía nadie usar el oficio sin
estar examinado. La Ordenanza dispone cómo han de hacerse
las llaves, cerraduras y caluados. Én la de Aerreros señálanse
los precios á los clavos costaneros j palmares, vizcaínos, ca-
hriales y sahetinos, determinando su peso (2).
También Constituían otro gremio los pintores. Los veedo-
res, que eran cuatro, habían de examinar á los ma-estros para
ver si eran hábiles en «el oficio de fargeria, ó para el pinzel,
ó para aásentar oro;» antes de pintar hauíase de aparejar, y
«las colores sean perfectas, y bien assentadas, y el oro que
assentaren ó plát a' sea fino...... (3)
Los véádeclbréis dé yeso y cal debían vender «la hanega
de cal y yessó a dozé niárayedis, desde Mayo hasta Octubre,»
y en lo restante del año á ocho y nueve (4).
Mobiliario.
Las leyes suntuaria^, ta,n ipainueipsag; ep OiViantp á trajes
se refiera,, contienen ppcos pormenores acerca del mobiliario
y adorno de l,a§ ha,bita,qiones. l¥>prGpio^uqed^,á nu^^tras Or-
denanzqs,,eü.la^ cuales ,ta#. sólo hallamos, qjue ¡á aquéllos se
refieran, la de silleros y cofreros (tít. 8) y algj^uosi pormenores
en qtriasqup se mencionarán. , : ; _. i ¡ .
Las ^.usteras, costumbres, ^e Isaljel y ^Fernando explican
perfeptamente ese^lencip. L^iS morig.^»^ J^^i?^ española^, nó-
adquieren el sepilo especial de §u grandeva k&^ta la époc^.de
Carlos V, y e n l ^ ^ casap de losnobl^?;habíaiis§^de.;iipitar,,:Co-
mo.era lógico,'la^QpsturnbreS: de Jp^.f^yep Cutí. /¡ i.') ;-,-
Veamos cuáles eran los elementos de decoración y^ri;ij^to
FRANCISCO DE P . VALLADAR.
HISTORIA DEL CALENDARIO (1)
:^ /•."] , 1 .
II
III
ANÍSTASIÓ R. LÓPEZ.
C8ÓMCA POLÍTICA m R I O R
TTT-r,
*
126 REVISTA DE ESPAÑA
B. ANTÉQÜBRA.
9 Marzo 90.
CRÓHieA EXTERIOR
* *
*
* *
TOMO CXXVII 10
146 KEVISTA DE,ESPA,SA
Esta ley, promulgada hace di^z aftoa, establece que todo
subdito tuíngaro,que,pernaaiiezca durante diez afips coi}8¡ecu-
tivo» fuera ide Hungríaf pierda la n&cioiialida,di. í|l .faoioso
patriot^i y graíi reiiVimiicadoí" de l,a independencia de la mo-
narquía nifigyar> í^ujis JCossuthj vive^ desde h^ce más de cua-
renta, aifio§, fuera de su patri». Segúpesta^ley,de naturaliza-
ción, en 1.° de Enero del año corriente Kossuth perderla la
nacionalidad húngara, hecho que los nacionalistas vienen ex-
plotando desde algunos años atrás contra el ministerio, va-
liéndose de la veneración que todos los húngaros sienten por
el,ancianoierp.tgíadp..,,;.:.,,;.: /, :j ^,:, •.:^. ,..,.;
Interpelado ,ea -cliferentes ©(fisiones Tisza,: respecto á lo
que pensabaJjacer fn. esta, cuestión, había,4ichoQienipre que
Kossuth no perideria la nacional.id,ad^á pesair.del texto de la
ley, pues siendo hijo adoptivo de yaria^ ciudades de Huugría,
esta njaturali^^ción, hoporaria le dá. derecho perpetuamente
al,tííul^,4^s¡úbd^tojb,úpgaro. , . : ,, .
Mefced, giji embfirgo,4i los trabajo» fie Szilagyi, el primer
ministro es el; único individuo del; gobierno que piensa de
esta mai^erai Todpa ,lo§ qolega», con el ministro, de, Justicia á
la cabeza, creen nefoesaria un» ley de iexoeppión, donde tex-
tualiaeftte,s.e decide que, no obstante; las prescripciones le-
gales vig^nteSj-Luis, Kossuth continúa siejodOi ciudadano de
•Hungda, ,^;.,!.:-,,r,| :.. '-Tif,,,., . ,:; ,.',<•.,•, ,y.:-.-^-
Como se y^j^R el fondo hay ,uni4add§,pairas, entre Tisza
y el j&abinete, pue^ todos están ,4e acuerdo #n lo eseupial,
que es conservar la ciudadanía ¡á, I^uiS: Kossuth- Estej por su
parte, hace lo, posible por, perdfxlaj,;pu«s .recienteQjente ha
publiendo w a 0£^rrta>eu la q u ^ i n ^ t e roási wju^ nunca en sus
antiguas ideas, juegánjdose á. reconocer-4: Er^ncieipo.iJpséí pomo
r^yidejHungría..-..;-..- .' ,; .-.•:Í,Í-n .;;-•,,,:,.- •: = u, •il, -r • -^ ' ,
, Q,uiíiqe, ¡ailQs ,dje, gobi^no son el píti^cipal motivo para la
sali4ar(lé Tis^, ,que aP9stunabí"adO;á;,d<wifliai:(en absoiluto á
sus, colegas, n,a ha, (^e consentijc,eu li^tacion^^ -y cortapisas
que eíi,modo,^lgunO|3e avieneu-cqa su/Carácter. ;
Este largo período de mando, que apenas se concibe en
CSéÑrÓA EXÍSIHIOE 147
nuestras latitudes, no produce sorpresa tan grande en la mo-
narquía, que juntamente con el Estado magyar constituye el
Imperio Dual. Si Tisza ha estádé más de quince afioiS al fren-
te del gobierno dé Hungría, el conde Thaffe, presidente del
ministerio austriaco, ha-entradd ya en el décinra, sin que por
ahora haya señales que hagan pensar siquiera en un cambio
de gobierno.'"'•'''-' •'''•'''''•'''' ¡'Í; • •'•' '";•>';.:. •• ./
i * . *
DANIEL LÓPEZ.
NOTAS BIBLIOGRAFIGAS O)
P E T I T E BIBLIOTEQUE UNIVEESELLE.—Bomansétrangers,B.Pé-
rez Galdós.—MARIANELLA, traduit de l'espagnol, por Ju-
lien Lugál.—Tomo I.
DIRECTOR: PHOPIETARIO:
BENEDICTO DE ANTEQUERA ANTONIO LEIVA
EL ARTE Y LA CIENCIA
U. GONZÁLEZ SERRANO.
EL PROBLEMA DE LA LIBERTAD
(CONCLUSIÓN)
BALTASAE CHAMPSAUE.
ÜN SECRETO DE ESTADO (I)
EL MOTÍN DE 2 8 DE ABRIL
(1) Cincuenta mil doblones que reclamó, no sabemos con qué pre-
texto, y que se le dieron antes de salir de Madrid..Es Hecho probado.
(2) Narciso es el Almirante y el J á c a r o pregonado es Cifuentes.
UN SECRETO DE ESTADO 193
cante en sí no hiciera estallar el volcán. Hallándose en la
plaza Mayor, en la mañana del 28 de Abril, el Corregidor don
Francisco de Vai'gas, uno de sus alguaciles maltrató á una
verdulera, la cual prorrumpió en injurias contra el primero;
volvió esta autoridad las espaldas con prudencia, y le siguió
la plebe dirigiéndole insultos y amenazas; la curiosidad y el
rumor atrajeron más gente, con lo que se formó un completo
motín. El grito general era el de «viva el Rey.» pero repetían
después con mayor fuerza los de «pan, pan y muera Orope-
sa;» asi, clamando, llegaron á la plaza del Palacio. Habían
ya acudido al lado del Rey, el cardenal Córdova, el marqués
de Leganés y el conde de Benavente con otros señores, entre
quienes se celebraba consejo para acordar lo que se debía
hacer. Cai'los, azorado, preguntaba á cada momento: '^¿Qué
hacemos? ¿Cómo apaciguar á esos jotres.? «Determinóse al fin
que la Reina saliese á una galería á suplicar á los amotina-
dos que se retirasen á sus casas; hízolo así, prometiéndoles
que hablaría al Rey en su favor luego que despertase; esta
promesa no acalló los clamores, y habiendo repetido uno de
los cortesanos que el Rey dormía, un hombre del pueblo, re-
fiere el Marqués de San Felipe, respondió con fuerte voz:
«Mucho tiempo ha que duerms; ya es tiempo de que despierte.»
Pareció, por último, el Rey en el balcóp, y resonaron los mis-
mos gritos. El conde de Benavente salió de Palacio para ha-
blar al pueblo, lo que hizo con dulzura y firmeza; pidiéronle
que se les atendiese y perdonase, y que se les diera por Co-
rregidor á D. Francisco Ronquillo, que ya habla ejercido este
cargo, con bastante crédito, en 1692.
Hízose, en efecto, así; pasó el elegido á Palacio, y salió
después á caballo acompañado del conde de Benavente, á
quien el pueblo llenaba de bendiciones; aseguró el Conde á
los amotinados que el Rey les perdonaba, y que en punto á
víveres podían dirigirse al presidente de Castilla encargado
de ellos.
Estas imprudentes palabras pronunciadas acaso con si-
niestra intención, excitaron de nuevo el furor del pueblo,
TOMO CXXVII 13
194 REVISTA DE ESPAÑA
quien corrió á casa de Oropesa, que vivía frente á Santo Do-
mingo el Real, en la cuesta de aquel nombre.
Avisado ya el ministro de lo que sucedía, por un billete
del Almirante, se salvó en casa de su vecino, el Inquisidor
general, rompiendo el muro; el pueblo echó abajo las puertas
de la casa de Oropesa, y destrozó y quemó cuanto se le pre-
sentaba por delante^ irritado por la muerte de algunos com-
pañeros sobre quienes los criados del Conde y algunos refor-
mados que mantenía habían hecho fuego defendiendo la en-
trada. Apaciguóse, en fin, este tumulto, con mucho trabajo,
por la mediación del Cardenal Córdova, que desde Santo Do-
mingo, ya anochecido, salió con el Crucifijo en la mano, y
acompañado de Ronquillo y algunos sacerdotes, á exhortar á
los amotinados, quienes viendo que cerraba la noche, y te-
miendo que les acometieseii doscientos caballos del regimien-
to de D'Armstadt que se hallaban en las cercanías de la cor-
te, de paso para Cataluña, accedieron á sus súplicas y Se re-
tiraron á sus casas. ,
Con este suceso cobró el partido francés nuevos ánimos;
la Reina, por su parte, emprendió con más calor la defensa
de los intereses del Austria, y para acreditarse despidió de
su lado á muchos alemanes, y aun la misma baronesa de Ber-
lips cayó en desgracia, aunque por entonces no salió de Es-
paña. Viendo Oropesa que el Rey no castigaba á los princi-
pales autores del pasado motín, pidió permiso para retirarse;
Carlos se lo negó al principio, más consintió luego en ello,
autorizando con esa resolución el motín y mostrando una de-
bilidad que fué muy censurada por la nobleza y los Consejos.
Don Manuel Arias sucedió al Conde en el, gobierno del
Consejo de Castilla; aquél fué desterrado á la Puebla de
Montalván, y el Almirante á treinta leguas de la corte, mar-
chando á Valladolid. Quedó entonces triunfante el partido
francés, ó por mejor decir el anti-imperial, y debilitado el
último, á cuya cabeza se puso el conde Frigiliana.»
Para dar más exacta idea de lo que fué el motín del 28 de
Abril, y del estado de la corte y de los partidos al llegar á -
UN SECRETO DE ESTADO 195
este período de nuestra narración, acudiremos de nuevo á la
especie de periódico en verso que nos ha servido antes de
ahora, que circulaba profusamente, y cuyos juicios no care-
cen de exactitud. El ejemplar, ó el número, como diriamos
hoy, en que describe y juzga el motín del 28 de Abril, dice
asi:
(1) El Almirante.
(2) En 1692. Siendo embajador del Maestre de Malta el bailio en la
misma orden D. Manuel Arias, escribió una Memoria sobre males de
la Monarquía y su remedio que llamó la atenpión del Rey y fué el pri-
mer paso para que le confirme dicha Presidencia. El juicio que Stanho-
pe formuló entonces acerca dfl Arias es muy favorable.
(3) La resistencia al establecimiento de u n 4 fuerza militar perma-
nente, ya tan necesaria, es general en esta, época, no solamente en la
nobleza, cuyo poder disminuía, sino en el pueblo. Verdad es, que tro-
pas no pagadas, como las de España entonces, y formadas por medio
d e levas, más eran amenaza que seguridad. >
(4) D. Tomás Enriquez de C a t r e r a , el Almirante.
198 REVISTA DE ESPAÑA
Mi torpe discurso Pero cuando vengan.
Que en todo tropieza. El premio y despacho
Gente es de servicio, Los hagan que vuelvan.»
Y siempre lo ostenta. En esto llegaron
El vicio en la corte De Atocha á la puerta,
Y el ser en la guerra. Y hasta otra jornada
Vayan en buen hora; Se acabó con esta (1).
Casual ó preparado, popular ó cortesano, espontáneo ó
francés, el motín del 28 de Abril, tan bien juzgado en nues-
tro concepto en la sátira que precede, tuvo trascendentales
consecuencias. El orden no quedó del todo restablecido en
Madrid. A principios de Mayo hubo otro motín de singular
especie. Los presos de la cárcel de Corte, en número de más
de setenta, acosados del hambre, se sublevaron, rompieron
la clausura, y precedidos de uno de ellos que llevaba en la
mano un crucifijo, invadieron la plaza de Palacio, sin ser
molestados por los centinelas, y gritaron bajo los balcones
del Rey: ¡Señor! ¡Pan y perdón! ¡Pan y perdón! El perdón
les fué inmediatamente concedido; el pan acaso se les dio
con mayor dificultad.
El populacho de la capital, alentado por la impunidad, se
insolentó. La Reina era insultada; la corte repugnaba per-
manecer en Madrid, prolongaba la residencia en él Escorial
y el Pardo y proyectaba viajes á Toledo y á Guadalupe. De
todo esto se aprovechaba el cardenal Portocarrero, ya impo-
tente el partido alemán, y dueño aquél del Gobierno por me-
dio de Arias Mon y de Ronquillo! En el público corrían estos
versos:
Rey inocente,
Reina traidora.
Pueblo cobarde.
Grandes sin honra.
(1) Este fué el p'riiicípaí j / ¿lás fuerte medio empleado por el Empe-
rador para contrarrestar el segundo tratado de partición. Sin la, seguri-
dad que, por uno ú otro camino, se obtuvo en Madrid de que Francia
se desligaría de a,qriel tra,tadosi-pb,t;uviese,la,totalidad da la herencia,
Carlos I I habría tal vez testado á.favor de su Casa..
UN SECRETO DE ESTADO 201
si habla por lo que ha entendido que se intentará de la parte
de su amo; y así he juzgado que debía participarlo á Vm.
para que lo ponga en noticia de S. A. E. volviendo á asegu-
rar, que de todo lo que se moviere en este gran negociado
que se lleva la general atención no omitiremos el anticipar
el aviso por todas las vías.
La Reina dicen que está muy fina con el Emperador, pero
no sé si se lo agradecerá, porque si la materia se ajusta como
está declarada en el tratado, esta Señora tendrá muy poco
que hacer y no estará lej&s de recibir desazones. Si llegara
el punto de con\|ocar Cortes, le han de cercenar la autoridad
y manejo que hoy tiene tan despótico y absoluto.»
A esta notable carta de González sigue una nota del que
descifra la correspondencia, elevando á manos del Rey un
capítulo de carta que vino de Bruselas con noticias de aquella
capital, fecha 9 de Junio:
«El eco, dice, de la pendencia con los burgueses ya con-
denados como rebeldes, y los enredos hasta ahora no bien
penetrados, han cedido el lugar en la atencidn pública á la
inaudita novedad de la división ya conocida de la monarquía.
Mucho hay que decir en esta materia que trataré con todo
en breves renglones. Este Príncipe y ios que se han dejado
llevar del aura de su fortuna han quedado y quedan atónitos,
no sé si por lo extraño ó escandaloso del caso ó por ver des-
vanecidas sus esperanzas, pues se vé cuan falso era lo que se
dijo el año pasado de que S. A. E. tenia su parte en el trata-
do, p u e s n í conmigo pudo disimular cuando vine de España
y me puse ,á sus pies (1) el sentimiento que le causaba, di-
ciéndome que en esto' nó se íe había ahí hecho justicia. Ber-
gueyck se cree tahabien justificado y puede ser que tengan
razón; pero también es muy posible que Holanda é Inglaterr«í
hayan engañado al Elector. El tiempo dirá. Sea como fuere,
esta repartición encierra tantos absurdos y- contradicciones,
(1) Los príncipes por quien dice el conde de Harrack que t a r a n liga
con el Emperador, son la república de Venecia y los duques de Savoya
y Toscana, de lo que no hay hasta ahora la menor probabilidad; y como
Francia no los alarme intentando algo en Italia, por ahora se estarán
quietos, y el primero el Pontífice. Pero el conde de Harrack, política-
mente, quiere dar á entender otra cosa por avalorar la idea de entrar
las tropas imperiales en Italia, que es lo que alemanes desean.—Nota
de Prado.
(2) El de España, D. Pedro Coloma, marqués de Canales, había
recibido el año anterior sus pasaportes del Rey Guillermo, precisamen-
te por apelar alParlamento en términos vehementes y ofensivos á aquel
Rey, de su participación en el tratado del repartimiento. Sin embargo,
Quirós continuaba en el H a y a .
UN SECBETO DE ESTADO 219
está tan formidable y en aptitud para obrar prontamente. Y
en cuanto á los abortos que saldrán á luz luego que S. M. Ce-
sárea dé su negativa, hay opiniones varias sobre lo que hará;
y yo desearé me diga S. E. su sentir, siendo el mió que no se
pasará á nombrar un solo Principe en la porción señalada al
Archiduque y engolosinará (la Francia) á otros prometiéndo-
les algo de ella para contentarlos y detenerlos para que no
arrimen al partido contrario y, ajustándose con los que fue-
ren, dejar suspenso el cumplimiento hasta otro tiempo (1).
Pero ni aun con esto juzgo que se excusará el tomar las ar-
mas, siendo inevitable de todos modos que se interrumpa la
tranquilidad de Europa.
»E1 25 de este recibí con extraordinario carta de S. M. Ce-
sárea para el Rey y órdenes de reiterar las mismas expresio-
nes cerca de su inalterable constancia en estar unido á S. M.
y de hacer los mayores esfuerzos para asistirle y socorrerle,
de que S. M. ha mostrado gran satisfacción. Por lo que á mí
hace, hubiese agradecido que me permitiese volver á sus im-
periales pies para que los señores conde deKaunitzydeMans-
feld tuviesen el gusto de ver en esta embajada al señor con-
de de Auesperg. Debo á S. M. Cesárea la honra de declarar-
me la futura de uno de los primeros cargos mayores que va-
caren en su Real Casa ó en la del Rey de Romanos; y aun-
que me ha mandado que no publique esta merced, no hago
escrúpulo de comunicarla á V. E. sabiendo ha de celebrarla.
»El señor duque de Moles (D. Francisco Moles, duque de
Paretti) llegó á Viena el mismo día que partió el extraordi-
nario, y lo que V. E. discurre de su persona es muy digno
de reparo, pero este se hubiese podido evitar con haber en-
viado sugeto (por subdito) eápañol, según lo solicitó S. M.
Cesárea, y sin embargo se debe esperar que las operaciones
TOMO CXXVII 15
CONCEPTO DEL APARATO CIRCULATORIO
Y DEL INERVADOE
II
I.—CONSIDERADOS FISIOLÓGICAMENTE
F. ROMERO BLANCO,'
Catedrático de Anatomía de la Universidad de Santiago.
(8e continuará.)
}
LO CONTENCIOSO ÁDMMSTMTIYO
SEÑORES:
GABRIEL RODRÍGUEZ.
EMPEÑOS DE ECONOMÍA SOCIAL
SEÑORAS Y SEÑORES:
RAFAEL M. DE LABRA.
(Concluirá),
CRÓNICA POLÍTICA INTERIOR
*
* *
B. ANTEQUERA.
TOMO CXXVII 20
CRÓNICA EXTERIOR
f: *
DANIEL LÓPEZ.
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS (1)
ALFONSO DE LARA.
DIRECTOR: PROPIETARIO:
BENEDICTO DE ANTEQUERA ANTONIO LEIVA
LA IMPRENTA
NARCISO CAMPILLO.
LA RESPONSABILIDAD JUDICIAL
*
* *
* *
RESPONSABILIDAD CRIMINAL
230
Por sobreseimientos 45
Por sentencia absolutoria 31
Por sentencia condenatoria 22
98
*
k *
A. MACHADO Y ALVAREZ.
TOMO OXXVll 23
MENDIZÁBAL Y LA CORTE DE 1834
(CONTINUACIÓN)
(Se continuará.)
EMPEÑOS DE ECONOMÍA SOCIAL
DEL
(CONCLUSIÓN)
RAFAEL M. DE LABRA.
CONCEPTO DEL APARATO CIRCULATORIO
Y DEL INERVADOR
(CONCLUSIÓN)
II.—CONSIDERADOS ANATÓMICAMENTE
(1) Digo en el citado libro, y esto una vez más me conexiona con el
Sr. Letamendi:
«Resultan órganos especiales p a r a todas las funciones, menos p a r a
la función nutritiva considerada en su fenómeno fundamental. E s t a
función nunca puede perder el carácter de función común á todo. Con
el deslinde funcional aparece el orgánico; con funciones especiales,
ó r g a n o s de estas funciones. L a nutrición no se particulariza nunca.
»De aquí que al aparecer órganos especiales de funciones determi-
nadas, desempeñen estos órganos dos funciones, por lo menos: la fun-
ción general o común y la función especial ó propia. El pulmón se nu-
t r e , y realiza la función general ó común á todos los órganos. El pvdmón
respira, además, y realiza su función especial ó propia.»
CONCEPTO DEL APARATO CIRCULATORIO 399
tentes. Son una representación más de la vida, y nacen del
germen de ésta, que es el germen de todo (1).
II.—SÍNTESIS PARCIALES
III
F. ROMERO BLANCO,
«SUMARIO
II
III
LA R I Q U E Z A DE SU SUELO
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J O S É DE MADEAZO.
CRÓNICA POLÍTICA INTERIOR
B. ANTEQUERA.
CRÓNICA EXTERIOR
13 de Abril de 1890.
CÁNDIDO R u í z MARTÍNEZ.
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS (1)
(1) De todas las obras y trabajos enviados & esta REVISTA, se dar&
cuenta con la debida extensión, segán la importancia que encierra,
mandando siempre dos ejemplares.
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 477
Véndese en las principales librerías al precio de seis
reales.
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NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 479
X.
DIEKCTOR: PROPIETARIO:
BENEDICTO DE ANTEQUERA, ANTONIO LEIVA.
EL FAUSTO DE G(ETHE
II
(1) «Me zumbaba dentro del cerebro la «Leyenda del Fausto,» pues
también yo había desflorado todas las ciencias y reconocido su vanidad
y había hecho toda clase de ensayos en el mundo, de los cuales había
recogido hastío y descontento».—GCETHE, «Poesía y verdad.»
EL FAUSTO DE GOíTHE 495
zón del hombre (las dos almas del Fausto), no debe parecer-
nos extraño que no pueda el mismo Goethe concretar fijamen-
te el asunto de su obra, imposibilidad que él mismo declaraba
al decir en los momentos, poco frecuentes, en que se sentía
inclinado á ser ingenuo y franco: «Me preguntáis qué idea he
«pretendido encarnar en el Fausto, como si yo mismo lo su-
»piera 6 pudiera indicarlo. Desde el cielo atravesar el mundo
»y llegar al infierno; he ahí una explicación, si es indispen-
»sable, pero que representa, más que la vida, el desarrollo y
«marcha de la acción... Al recibir en mi alma impresiones
»de mil clases, las daba forma como poeta y las planeaba á
»fln de que el público sintiera mis propias emociones... pero
»en cuanto al conjunto es incomensurable.»
Tal es, en efecto, el Fausto de Goethe, enciclopedia poéti-
ca, incomensurable; que por esto declara Mme. Staél, que ni
es drama, ni tragedia, ni novela, y afirma Mr. Caro que el
Fausto tiene nfucho de todos los géneros literarios, pero que
no puede ser clasificado en ninguno de los conocidos, y, por
último (para no prolongar estas citas), asegura Andrea Maf-
fei, en su traducción itatiana, «que tenía razón Goethe cuando
«definía el Fausto objeto incomensurable, pues es empeño vano
»criticar su libro, según las reglas usuales.» Como verdadera
summa poética del espíritu humano en el siglo XIX, el Fausto
va ampliando indefinidamente sus límites en la concepción
primitiva de Goethe y llega en esta amplificación á perder en
alto grado las condiciones propias de la verdadera obra de
arte. Esta falta gravísima, indisculpable en GcEthe, tan
amante de la magestuosa perfección de las formas y tan apa-
sionado de la belleza escultural que la individualización ar-
tística imprime al fondo poético, es falta que toma proporcio-
nes gigantescas en el desarrollo incoherente de la segunda
parte del poema, que no interesa; porque allí lo personal, lo
genuinamente humano, queda supeditado á una concepción
simbólica, bajo la cual padecen eclipse completos los fueros
del arte y de la belleza. Se comprueba esta afirmación con lo
que el mismo Gíethe dice: «en la segunda parte del Fausto
496 REVISTA DE ESPAÑA
nada depende de un individuo especial,» es decir, nada valen
ni significan las personificaciones, sino que se hallan éstas
disueltas en lo incomensurable de la obra. Así es que en la se-
gunda parte del Fausto no existen tipos, ni se conciben ca-
racteres, pues toda la acción y todas las emociones, faltas de
individualización, son las propias de la humanidad, que
siente, se agita y sufre. Queda con tal procedimiento subor-
dinada la acción al símbolo y á la alegoría, y resulta también
justificada la innegable superioridad de la primera parte del
Fausto respecto á la segunda. Con el Fausto de la primera
parte, el hombre tal cual es y se concibe, siente y se conmue-
ve toda alma noble; con el Fausto de la segunda parte., sím-
bolo indeterminado de una idea preconcebida, ó juguete de
apreciaciones individuales de civilización, cultura y elemen-
tos sociales, que no representan lo mismo para todos los
hombres, podrá conmoverse ó entusiasmarse el erudito ó el
que se coloque en las tenebrosas regiones de las antorchas
mitológicas que guían al héroe; pero quedará siempre indife-
rente la nativa espontaneidad del corazón humano.
Dado este simbolismo general, esmaltado en el poema de
bellísimas filigranas, pero afeado también por alusiones en-
cubiertas y por simbolismos nebulosos, podemos afirmar que
el Fausto conmueve y emociona, en cuanto ha logrado Goethe
herir las fibras de la sensibilidad humana, en todas aquellas
escenas en que su genio ha subido á la cima y ha conseguido
informar artísticamente y personificar en su héroe la repre-
sentación plástica del drama humano, del drama eterno de la
existencia.
U. GONZÁLEZ SERRANO.
RECUERDOS DE OXFORD
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II
III
IV
ADOLFO POSADA.
LOS FERROCARRILES EN E S P Á S A
Cacao 60,00
";^i jBacalao 60,00
SJ Madrid /Azúcar 50,00
i I j Aguardiente 60,00
§I (Petróleo 62,60
^I
« I /Cacao 47,00
fi I jBacalao 47,00
§ / Zaragoza < Azúcar 42,00
S \ j Aguardiente 42,00
« (Petróleo 47,00
M 1
11 / Cacao 50,00
11 Bacalao 60,00
s í Barcelona....-(Azúcar 60,00
H /Aguardiente 60,00
1 (Petróleo 60,00
LOS FEREOCAERILES EN ESPAÑA 635
Pues bien, estas mismas mercancías, viniendo desde los
puertos extranjeros á Madrid directamente, pagan por la vía
de Lisboa los precios que siguen:
De Londres á Madrid, tonelada, 45 pesetas.
X. Havre á ídem » 65 »
» Ainsterdam á ídem » 62 »
» Rotterdam á ídem » 62 »
Como se ve, desde Londres cuestan menos los transpor-
tes, á pesar de incluirse en el precio señalado el flete maríti-
mo, que desde Santander y Bilbao.
Compréndese, pues, con cuánta razón se lamenta el co-
mercio, y más que el comerciante, el productor, del poco me-
ditado sistema de tarifas que rige en este país, como se com-
prende también con cuánta justicia se lamenta la opinión de
que los estudios ferroviarios, aun cuando tomaron como base
el fomento y desarrollo de la agricultura, no hayan servido
siquiera para eso, porque con las tarifas y el sistema de trans-
porte actuales, no es posible que el trigo castellano baje á los
puertos del litoral en condiciones de competir en precio con
el trigo importado.
Cierto que el Grobierno, respondiendo á las excitaciones
del comercio y á los clamores de la prensa, creó por Real de-
creto de 26 de junio de 1882 una Comisión que informase so-
bre este particular, pero no lo es menos que á pesar de los
dictámenes emitidos, puesto que fueron dos, uno de la mayo-
ría y otro de la minoría, las cosas siguen en el mismo ser que
antes, y las Compañías continúan aplicando las mismas tari-
fas, sin que á pesar del tiempo transcurrido se haya adopta-
do ninguna de las reformas que en este ramo há muchos años
se adoptaron en el extranjero.
Por eso, sin duda, va ganando cada día más prosélitos la
idea de la retroversión de los caminos de hierro al Estado.
C. FRANQUELO.
MENDIZABAL Y SUS REFORMAS
(Se continuará.)
FILIPINA.S
II
(1) Apuntes sobre las Islas Filipinas escritos por «un Español»
amante del progreso y de larga residencia en el país.
FILIPINAS 561
hace algunos años por un español que residió largo tiempo
en el Archipiélago, el cual viene á corroborar nuestras afir-
maciones, sirviendo de complemento á todo cuanto hemos
dicho sobre el particular.
Dice:
«Así, por medio de una serie de medidas económicas á
«cual más insostenibles, se ha dificultado la elección de bue-
»nos empleados para Filipinas, porque no ofreciendo ya ven-
»tajas tan arriesgado viaje, sólo para los aventureros tiene
«aliciente. Y no nos referimos al absurdo decreto del Sr. Be-
»cerra sobre derechos pasivos, (1) que ya no debemos ocu-
»parnos de él porque tuvo la duración efímera que merecía,
»nos referimos á las pequeñas medidas económicas que se
»han dictado sobre abonos de pasaje, á la reducción de unos
«sueldos, al aumento de otros, y al cai'ácter de instabilidad
»que se ha dado á lo que debía ser permanente, y al espíritu
»de enemiga que se ha establecido entre los empleados del
«ministerio de las Colonias.
«Verdad es que este error y absurdo nacen de una causa
«fundamental, que sólo tocaremos de pasada, porque, á se-
»mejanza del mando de los militares, no tiene remedio mien-
»tras la incurable España no lo tenga. La circunstancia de
»no servir en el Ministerio de Ultramar funcionarios que lo
«hayan hecho en las Antillas ó en Filipinas, desluce á los
«ministros más inteligentes, (2) complica, adultera y emba-
«rulla las cuestiones más claras, y hace, en fin, de la Admi-
«nistración superior y de la colonial dos ruedas de una misma
«máquina, pero que funcionan en sentido inverso. A esta
«circunstancia se deben los mas grotescos errores, las medi-
«das más inverosímiles. A esta circunstancia se debe que se
«haya mandado de Real orden perseguir el anay por la fuerza
«pública, siendo el anay un gusano roedor como el comegen
«de las Antillas, que destruye las maderas y los papeles; á
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JOSÉ DE MADRAZO.
(Concluirá).
TOMO CXXVII 37
TERRITORIO Y POBLACIÓN DE ESPAÑA
(1) E n E u r o p a sólo l a P e n í n s u l a E s c a n d i n a v a p r e s e n t a m a y o r s u -
perficie q u e l a I b é r i c a , s e g ú n m a n i f i e s t a n l o s s i g u i e n t e s d a t o s del libro-
p u b l i c a d o p o r el g e n e r e l r u s o de E s t a d o m a y o r I . S t r e l b i t s k y , c o n el
t í t u l o de « L a s u p e r f i c i e d e E u r o p a » :
-- , , . _ Kilómetros
Penínsulas de Europa. cuadrados.
Escandinava 755.885,0
Ibérica 585.163,1
Balkanes 467.714,9
Apanina 160.733,7
Yutlandia 39.522,4
Crimea 25.726,7
Morca 22.201,1
Laste-Niarga 13.929,4
Paskhoy 13 683,6
Car^os-Niarga 10.651,8
Kamuskaia Zemlia 10.430,3
T E R R I T O R I O Y POBLACIÓN DE ESPAÑA 581
P a r a e f e c t u a r e s t e c á l c u l o s e h a a j u s t a d o su a u t o r , el g e n e r a l S t r e l -
b i t s k y , á los l í m i t e s q u e de a n t i g u o y en t o d o s los l i b r o s de G e o g r a f í a
s e a s i g n a n al c o n t i n e n t e e u r o p e o ; se h a p r e s c i n d i d o , p o r lo t a n t o , de los
d i s t r i t o s t r a n s u r a l i a n o s de l o s G o b i e r n o s de P e s m , O r e m b u r g o y U f a ,
p o r q u e , n o o b s t a n t e ser c o n s i d e r a d o s e s t o s p a í s e s como p e r t e n e c i e n t e s
á la R u s i a e u r o p e a en v i r t u d de las leyes a d m i n i s t r a t i v a s d e aquel
i m p e r i o , c o r r e s p o n d e n g e o g r á f i c a m e n t e á A s i a ; en c a m b i o se h a n in-
c l u i d o en el c á l c u l o l a s t i e r r a s de los c o s a c o s del U r a l q u e p e r t e n e c e n á
E u r o p a p o r e s t a r s i t u a d a s a l O e s t e de e s t a c o r d i l l e r a , a u n q u e a d m i n i s -
t r a t i v a m e n t e f o r m a n p a r t e del d i s t r i t o del U r a l , y p o r lo t a n t o de A s i a :
se h a n c o n s i d e r a d o t a m b i é n c o m o de E u r o p a t o d a s l a s p o s e s i o n e s r u s a s
d e l N . del C á u c a s o s e p t e n t r i o n a l , p e r o n o los t e r r i t o r i o s q u e se e x t i e n -
den al Sur, esto es, la T r a s c a u c a s i a , p o r q u e no o b s t a n t e forma p a r t e
d e E u r o p a , d e s d e el p u n t o de v i s t a a d m i n i s t r a t i v o , p e r t e n e c e n a l A s i a
g e o g r á f i c a m e n t e h a b l a n d o ; y, en s u m a , se h a n a c e p t a d o los s i g u i e n t e s
tradicionales límites:
A l N o r t e el O c é a n o G l a c i a l y el M a r B l a n c o .
A l E s t e el r í o K a r a d e s d e s u d e s e m b o c a d u r a en el golfo ó m a r d e
K a r a h a s t a su o r i g e n en t o d a s u l o n g i t u d ; d e s d e el o r i g e n del K a r a , l a
c a d e n a d e l o s m o n t e s U r a l e s h a s t a el n a c i m i e n t o del U r a l ; e s t e r í o e n
t o d a s u l o n g i t u d h a s t a s u d e s e m b o c a d u r a en el C a s p i o , y d e s d e e s t e
p u n t o s i g u i e n d o l a s r i b e r a s del C a s p i o h a s t a l a c i u d a d de B a k o n .
A l S u r , c o m p r e n d i e n d o t o d a la p e n í n s u l a de A p e h e r o n en los l í m i t e s
d e E u r o p a , la f r o n t e r a s i g u e l a c a r r e t e r a (34 k i l ó m e t r o s ^ q u e p a r t e d e
l a e x p r e s a d a c i u d a d de B a k o n , p a s a p o r l a e s t a c i ó n d e S a r a i n s k a y a
h a s t a l a e s t a c i ó n de A r a b a t ; la c a d e n a p r i n c i p a l del C á u c a s o h a s t a el
m a r N e g r o ; el d e Azof, el e s t r e c h o de C o n s t a n t i n o p l a , el m a r d e M a r -
582 REVISTA DE ESPAÑA
europeas en punto á superficie, como puede verse á conti-
nuación.
KilóntatroB KiómetroB
ESTADOS cuadradoE. ESTADOS cuadrados
ESTADOS ri V • = 11 I- • o
De N . a S. De E. a O.
pie ejercer sobre un país que tanto necesita del auxilio euro-
peo para recobrar la civilización perdida y añadir á ella los
progresos de los modernos tiempos. Por fin España, en com-
pensación de su alejamiento del centro de Europa, puede co-
municarse directamente con todos los puertos del Mediterrá-
neo, y por medio del Océano, con todo el mundo (1).
i s l a de T a r i f a ; p u n t a G a m o r r o , p u n t a C a n a l e s , p u n t a del F r a i l e y p u n t a
de C a r n e r o , l í m i t e o c c i d e n t a l de la b a h í a de A l g e c i r a s . L a c o s t a S. li-
m i t a d a a l O. p o r el c a b o E s p a r t e l y al E . por p u n t a de l a A l m i n a d e
C e u t a , m i d e s ó l o 78 k i l ó m e t r o s y es m á s r e c t a . S u s p a r t e s m á s s a l i e n -
t e s , á m á s del c a b o y p u n t a m e n c i o n a d o s , s o n la p u n t a de l o s J u d í o s ,
la de T á n g e r , l a de M a l a b a t a , l a de A l - B o a s s a , l a de A l c á z a r , l a d e
G i r e s , y p u n t a L e o n a q u e es la p a r t e m á s s e p t e n t r i o n a l de la c o s t a
a f r i c a n a del E s t r e c h o .
L a a m p l i t u d de los e s t r e c h o s q u e p r e s e n t a n los m a r e s de E u r o p a ,
s e g ú n el G e n e r a l S t r e l b i t s k y , s o n los s i g u i e n t e s :
ESTRECHOS Kilómetros.
II
KilómetroB Kilómetros
PEOVINCIAS cuadrados. PROVINCIAS cuadrados-
provincias cuya extensión superficial oscila entre los 5.000 y 7.000 kiló-
metros cuadrados, y cuatro que no llegan á los 5.000; entre estas últi-
mas Vizcaya, cuya superficie apenas pasa de 2.000 kilómetros cuadra-
dos, y Guipúzcoa que no llega á esta cifra.
(1) No es esta una de tantas combinaciones más ó menos caprioho-
TOMO cxxvii 38
694 BEVISTA DE ESPAÑA
A más de la Provincia existe en España el Ayuntamiento,
que la ley no ha hecho más que reconocer por tener existencia
propia y entre la Provincia y el Ayuntamiento se encuentra
el Partido judicial creado, cual su nombre indica, para facili-
tar la administración de justicia, pero que la Administración
utiliza cuando necesita fraccionar la Provincia para el desem-
peño de determinadas funciones ó prestación de ciertos servi-
cios, y que en el uso común tiene aplicación constante-por
lo que sirve para determinar la situación topográfica de los
Municipios dentro de la provincia respectiva. Estos partidos
j-udiciales son 499; los Ayuntamientos, 9.287, á saber:
P&rtidoB Ayun- Partidos Aynn-
PBOVINCIAS judiciales tamieutos PROVINCIAS Ijudiciales tamientos
3 86 12 511
8 85 18 222
Alicante. . . . . 14 138 14 42
10 101 7 90
6 270 Ckstellóni . . . . , 9 141
15 162 Ciudad Beal.. . 10 95
6 59 17 72
15 827 14 96
sas que suelen hacerse con las cifras. La latitud tiene marcada influen-
cia sobre el carácter de los habitantes, y éste á su vez la^ tiene, sobre
los hechos sociales; así es que, por ejemplo, en la mitad N, de la Penín-
sula es menor la criminalidad y mayor la instrucción. E n efecto, de las
30 provincias eemprendidas en la mencionada mit»d, 20 ftguran witre
• las 25 de menor numero proporcional de delitos y seis de las 10, restan-
tes, es decir, de las 10 que aparecen entre-las de mayor criririáalidad,
son precisamente las que hemos considerado con;iD límite meridional de
aquella región (las de Castellón, Teruel, Guadalajara, Madrid, Avila y
Salamanca). De las 17 provincias que constituyen la mitad Sur, sólo
tres se encuentran entre las de menor criminftj.idad: l a s 14 restantes
•figuran entre las de mayor número proporcional de dblitos.
P e las 80 provincias comprendidas en la mitai^ IJarte, 24,figuran
entre las 26 de mayor número proporcional de varones que saben leer
y escribir y 20 entre las 25 de mayor número proporcional d e -miijeres
con igual grado de instrucción. De las 17 provincias, sitq^das « n la mi-
tad Sur, sólo una, en punto 4 varones, y cinco en cuanto á mujeres,
dejan de figurar entre las 24 provincias en que menos dif)Jnd,ida ^e haUa
la instrucción. También en punto á mortalidad presentan atabas mita-
des diferencias muy marcadas. De las 17 provincias .comprendldwa en
la mitad Sur, 18 figuran entre las 26 de mayor mottalidí^d,: ^egují la
Estadística Demográfico-Sanitaria, publicado por el lAinisterio de la
Gobernación durante el quinquenio 1880r84, y ppr lo t ^ t p ¡ , de.las'24
provincias que resultan con menor número proporcicmal de defunoio- -
nes, 18 corresponde á la mitad Norte.
TEKRITOEIO Y POBLACIÓN DE ESPAÑA 595
III
g u a s ( S a n t a n d e r ) , q u e r e s p e c t i v a m e n t e se l l a m a n a h o r a de O r c e r a y
Santoña.
L a r e l a c i ó n s i g u i e n t e p o n e de m a n i f i e s t o l a v a r i a c i ó n q u e h a s u f r i -
d o el n ú m e r o de A y u n t a m i e n t o s d e s d e el c e n s o de 1877 al de 1887.
AYUNTAMIENTOS
PROVINCIAS „ , c . ..
Creados. Suprimidos.
Álava » 2
Alicante « 2
Almería i
Burgos »
Cáceres »
Cuenca i
Gerona »
Guipúzcoa I
Jaén »
Huelva i
Lérida. »
Madrid »
Santander »
Tarragona »
Valencia i 6
Vizcaya » 3
Zaragoza » 4
Total 5 32
Baja 27
L o s a y u n t a m i e n t o s c r e a d o s s o n : el de H u e r c a l de A l m e r í a en l a p r o ^
v i n c i a de e s t e n o m b r e , el de Y é m e d a en l a p r o v i n c i a de C u e n c a , el d e
P a s a j e s de S a n P e d r o en la de G u i p ú z c o a , el de N e r v a en l a de H u e l v a
y el d e l a U n i ó n , f o r m a d o en l a de V a l e n c i a con los m u n i c i p i o s de Be-
n i f a i r ó de les V a l l s y F a u r a .
L o s a y u n t a m i e n t o s s u p r i m i d o s s o n : los de G u e v a r a y V i ñ a s p r e
( Á l a v a ) , los de M o l i n s y S a n F e l i p e N e r i ( A l i c a n t e ) , el d e P r e s i d i o de-
A n d a r a x ( A l m e r í a ) , el de A f o r a d o s de L o s a ( B u r g o s ) , el de B r o n c o
( C á c e r e s ) , el de S a n M a r t í n Vell ( G e r o n a ) , l a de G u d e r g a r r e t a y S o r a -
v i l l a ( G u i p ú z c o a ) , el de M a r m o l ( J a é n ) , el de V i l a ( L é r i d a ) , los de L a
A l a m e d a , H u m e r a y L o s H e r r e r o s ( M a d r i d ) , el de M a r q u e s a d o de A r -
g ü e s o ( S a n t a n d e r ) , los d e L i l l a y G u a r d i a d e i s P r a t s ( T a r r a g o n a ) , l o s
d e A y a c o r , B e n i m a m e t , O r i o l s , A n a h u i r , B e n i f a i r ó deis V a l l s y F a u r a
( V a l e n c i a ) , l o s de L u n o , N a c h i t u a y E a y A l b á c e g u i y G u e r r i c a i z (Viz-
c a y a ) , y los de C a p a t a s , J u s t i b o l , Alfocea y M o n z a l b a r b a ( Z a r a g o z a ) .
TERRITORIO Y POBLACIÓN DE ESPAÑA 597
principales accidentes, es de 4.982 kilómetros en esta forma:
1;849 desde el Cabo de Cervera á la desembocadura del G-ua-
diana; 987 que mide la frontera con Portugal, 1.469 desde la
desembocadura del Mino á la del Bidasoa y 677 de frontera
con Francia, lo que da por resultado 3.318 kilómetros de cos-
ta y 1.664 de perímetro terrestre.
El general ruso de Estado Mayor J. Strelbitsky ha obteni-
do en sus cálculos cifras mas elevadas sin duda alguna por
haber descendido á mayores detalles al apreciar la longitud
de nuestras costas y fronteras. Según los datos publicados en
su citado libro La superficie de Europa, el perímetro total de
España es de 6.209,4 kilómetros, en los siguientes términos:
4.284,3 kilómetros de costa (2.546,6 bañadas por el Océano
Atlántico y 1.737,7 por el Mediterráneo) y 1.925,1 de frontera
terrestre de la que comprenden 666,7 á la parte de Francia,
44,8 a la de Andorra. 1.212,4 á la de Portugal y 1,2 á la de
Gibraltar. No consideramos estas cifras mas dignas de con-
fianza que las consignadas en los dos citados trabajos españo-
les; atribuimos, por el contrario, las diferencias que presentan,
á los muy diversos resultados que ofrecen los cálculos de esta
índole según que se desciende más ó menos á apreciar los
numerosos accidentes que presenta la frontera de toda nación
importante; pero hemos dado la preferencia á los datos del
general Strelbitsky tanto por los mayores pormenores que
comprende, como porque permiten comparar el perímetro de
España con el de los restantes Estados de Europa. Contiene,
en efecto, su libro entre otros muchísimos detalles, la longi-
tud de las fronteras de todas las naciones de Europa y con sus
datos hemos formado el siguiente resumen:
698 REVISTA DE ESPAÑA
KILÓMETROS DE FRONTERA
ESTADOS
Terrestre. Marítima. TOTAL
IV
' J . JiMENO A G I U S . •
(Continuará). ¡
^1)
LA NOCIÓN DEL ESTADO
*
* *
TOMO cxxvn 39
610 BEVISTA DE ESPAÑA
* *
B. ANTEQUERA.
CRÓNICA EXTERIOR
29 de AbrU de 1890.
L U I S BIDEAU.
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS (1)
DIEBCTOR: PROPIETARIO:
BENEDICTO DE ANTEQUEEA. ANTONIO LEIVA.
ÍNDICE DEL TOMO CXXVII
CUADERNO PRIMERO
Piginae.
Fray Luis de Granada, por D. Antonio Maestre y
Alonso A
El Gabinete negro y sus consecuencias, por D. Joaquín
Maldonado Macanáz 18
El problema de la libertad, por D. Baltasar Champsáur! 41
Construcciones mudejares, por D. Francisco de Paula
Valladar I^Q
Historia del Calendario, T^OVD.IMÍSCOW. . . . . . 101
Julio Andrassy, por D. Antonio R. López . . . . ,' 116
í7j-(5mca^o;«¿ca¿nímoí-, por D. B. Antequera. . . 124
Crimea eajíeWoí-, por D. Daniel López 136
Notas bibliográficas I54
CUADERNO SEGUNDO
CUADERNO TERCERO
P&ginas.
CUADERNO CUARTO
r" •
El Fausto de Gbete, por D. U. González Serrano. . . 481
Recuerdos de Oxford, por D. Adolfo Posada 497
Los ferrocarriles en España, por D. C. Franquelo. . . 622
Mendizdbal y sus reforman, por D. José Miralles y Gon-
zález •. . . 536
Filipinas, por D. José Madrazo 556
Territorio y población de España, por D. J. Jimeno
Agius 578
La noción del Estado, por D. Conrado Solsona y Ba-
selga 607
Crónica política interior, poTT>.'B. AxáeqviQva,. . . . 612
Crdwécaeícímoí", por D. Luis Bideau 627
Notas bibliográficas 636