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Esta bienaventuranza tiene que ver con nuestro estado de paz, y yo creo que es quizás la más conocida de las
bienaventuranzas, porque aún los humanistas seculares con frecuencia apelan a esta bienaventuranza,
dándonos a entender que ellos también entienden la necesidad o el anhelo que todo ser humano tiene, de algún
día poder vivir en paz y sin embargo esta paz parece evadir al hombre.
el hombre quiere vivir en paz y no encuentra la manera de cómo hacerlo y en gran manera se debe al hecho de
que con frecuencia estamos buscando en el mundo exterior a nosotros, las razones de nuestra falta de paz
interior.
cuando la palabra de Dios revela claramente, que la paz interna que yo debo tener, tiene muy poco que ver con
mi mundo exterior y más con mi mundo interior.
Santiago 4: 1 (NTV)
¿Qué es lo que causa las disputas y las peleas entre ustedes? ¿Acaso no surgen de los malos deseos que
combaten en su interior?
la realidad es, que la falta de paz interior se debe a pasiones que todavía no se han rendido al señorío de Cristo,
pasiones que todavía luchan dentro de nosotros.
en otros casos el hombre todavía no ha entregado su vida a Cristo, no reconoce a Cristo como ese príncipe de
paz y su ausencia de paz se debe precisamente a la ausencia del señorío en su corazón.
Estamos seguros que las multitudes que se acercaban a Jesús, no se acercaban buscando la paz de la que
carecían y no se acercaban creyendo que Jesús era ese Mesías que se la podía dar.
Creo esto porque la palabra de Dios nos habla de que Cristo predicaba el evangelio del reino y ellos pudieron
venir a buscar esa paz que Cristo ofrecía, pero no, ellos venían con sus enfermos, con sus epilépticos, con sus
endemoniados, porque el hombre ha tenido una dificultad en discernir que su mayor necesidad no es física, es
espiritual y con frecuencia vive más preocupado por lo que le afecta físicamente que lo que le afecta
espiritualmente.
La semana pasada hablamos que las personas por le regular se acercan a Dios buscando satisfacer sus
necesidades físicas, pero poco se acercan a resolver su verdadero problema que es su ser interior, su corazón.
El hombre siempre a querido cultivar su propio yo, su orgullo, hacerse dios de su propia vida, y es precisamente,
ese “yo” que hace la guerra contra Dios.
Romanos 5: 10 (NTV)
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Pues, como nuestra amistad con Dios quedó restablecida por la muerte de su Hijo cuando todavía éramos
sus enemigos, con toda seguridad seremos salvos por la vida de su Hijo.
se nos habla de que nosotros antes de reconciliarnos con Cristo éramos literalmente enemigos.
Yo no creo que ninguno de nosotros antes de ser regenerado realmente se vio como un enemigo de Dios, pero
esa era la realidad.
así de extrema y de severa es la guerra del “yo” contra Dios, pero en ocasiones ese “yo” quiere revelarse aún
después de haber sido reconciliado con él.
ciertamente la mayoría de la humanidad quisiera vivir en paz, pero no lo lograremos hasta que Cristo pueda
instaurar su reino sobre la tierra.
esta bienaventuranza sin embargo tiene muchas cosas que decirnos, y es por eso que nos haremos 4 preguntas
para entender el texto y aplicarlo a nuestras vidas.
¿quiénes son los bienaventurados?, ¿qué significa la paz?, ¿cuál es la fuente de paz? Y ¿qué significa ser llamado
hijo de Dios en el contexto de esta bienaventuranza?
Primero hay que hacer una precisión por si alguien no lo había percatado, el texto no dice que bienaventurado
o Felices son los que anhelan la paz, no dice felices o bienaventurados los que desean vivir en paz.
Porque de ser así, toda la humanidad prácticamente sería bienaventurada, toda la humanidad debería vivir en
paz, pero el texto no dice eso, el texto dice que bienaventurados son los que ”procuran la paz”.
En otras palabras, yo puedo amarla, yo puedo desearla, yo puedo quererla y no hacer absolutamente nada para
que se dé y ahí no está mi bendición, mi bendición no está en que yo la desee, mi bendición está en que yo la
procure.
Es importante que lo entendamos, porque muchas veces nosotros mismos aún después de haber sido hijo de
Dios, no hemos llenado la condición de procurar estar en paz con los hombres, porque no hemos entendido cuál
es nuestra responsabilidad a la luz de esta bienaventuranza.
de manera que si pudiéramos pensar en Cristo, él es el más grande “eirénopoios”, el más grande hacedor de
paz.
¿Saben por qué Cristo es el más grande hacedor de paz? porque cuando el vino el territorio de los cielos y el
territorio de la tierra estaban en enemistad, el hombre estaba enemistado con Dios, éramos enemigos de Dios
y fue Cristo enviado como un embajador a hacer la paz entre Dios y el hombre.
Cristo es el mejor embajador que jamás haya pisado la tierra y cuando vino tuvo que enfrentarse al mayor
ejército enemigo. porque cada ser humano que ha pisado esta tierra con la excepción de Jesucristo ha entrado
a este mundo en guerra contra Dios sin saberlo.
Nosotros no tuvimos que levantar la mano para ser parte de este ejercito enemigo, no tuvimos que ser
reclutados para ser parte de este ejercito enemigo, Somos parte del ejército enemigo simplemente por nacer
en este mundo.
Pero ahora se nos promete una bendición, una bienaventuranza especial, en este contexto para aquellos que
procuran la paz, a aquellos que hacen esfuerzos, sacrificios, para que esa paz pueda darse.
Por tal motivo fue Dios el primero que hizo el sacrificio, el primero en hacer aquello que el hombre no podía
hacer, fue Dios mismo en la persona de Jesucristo en hacer algo por la paz que no teníamos, Dios mismo en la
persona de Cristo que procuro la paz.
Nuestra responsabilidad.
Pero nosotros tenemos ahora una responsabilidad que Dios nos ha dejado en nuestras manos.
cuando Cristo vino, él vino a hacer esa paz, pero la vino a hacer de una manera tan distinta a como nosotros
conocemos hacer la paz.
en muchos casos las naciones hacen la paz al dominar a la nación más débil y luego se establece la paz. esa no
es la clase de paz que Cristo vino a realizar, ni a establecer.
Las armas que Cristo uso fueron distintas, la estrategia fue distinta y por tanto cuando él vino no le reconocieron.
el pueblo judío estaba esperando un mesías y estaba esperando un mesías que viniera y estableciera la paz,
librándolos a ellos, pero no a la manera como él vino a hacerlo.
Cristo vino a un pueblo que estaba esperando un mesías fuerte, a la manera de los hombres, alguien impositivo,
imponente, un verdadero guerrero como ellos estaban acostumbrados a verlo y cuando lo vieron no lo
reconocieron hasta el punto que lo mataron.
Dios estaba procurando la paz con el hombre, una paz que el hombre no estaba buscando y él no simplemente
suplicó por la paz, sino que Cristo vino y se encarnó y fue hasta la cruz para establecer una paz que no había
roto y terminar una guerra que nunca comenzó.
Es aquí que nos damos cuenta que Cristo como embajador de la paz entre Dios y el hombre hizo su trabajo, él
hizo todo lo que le tocaba hacer, él procuró la paz.
ahora recuerda que la palabra de Dios dice que bienaventurado es aquel que procura la paz, Cristo vino, se
encarnó, se sacrificó, va a la cruz y cuando él procura la paz, cuando él sube al cielo recibe su bienaventuranza,
porque a él le fue conferido un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que al nombre de Jesús se doble
toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, 11 y toda lengua confiese que
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Jesús fue un bienaventurado, el más grande bienaventurado, porque fue el que mejor ha procurado la paz, Dios
cumplió su bienaventuranza con su propio hijo.
Esa es la razón por la que él es llamado príncipe de paz en Isaías 9:6 y Dios su padre quien envió a su hijo,
también es llamado Dios de paz.
Entonces, si este hijo de Dios, Jesús, hizo esto, ¿Qué debemos hacer los demás hijos de Dios?
Porque este es el hijo de Dios, este es el prototipo que debemos nosotros seguir, nosotros que somos ahora
hijos adoptivos de Dios por medio de Jesús, debemos mirar al hijo de Dios unigénito e imitarlos en la forma que
procuro la paz.
Cristo abandonó el cielo, dejó su posición, se encarnó, se humilló, predicó a favor de la paz con Dios, oró por
ella en varias ocasiones, sangró por la paz, pago por la paz, compro la paz y murió por ella, ese es el ejemplo del
prototipo de “eirénopoios”, ese es el prototipo de procurar la paz.
Y ahora Cristo nos dice: “bienaventurados los que procuran la paz”, pero no solo nos dice que procuremos la
paz, si no que nos dejó un ejemplo de cómo lo hizo él entre Dios y el hombre.
la razón número uno por la que el hombre muchas veces hoy todavía no tiene paz con Dios, habiendo Dios
establecido el puente para la paz entre él y el hombre, es precisamente la falta reconciliación con Dios a pesar
de la oferta de paz de parte de Dios mismo.
Y es por eso que hasta que esa reconciliación con Dios no se dé, no habrá paz en el hombre y mucho menos paz
entre los hombres.
Es por eso que una persona que es contenciosa, rencillosa, conflictiva no es compatible con un corazón
regenerado, porque el corazón regenerado es hijo de Dios y ese hijo de Dios debe reflejar lo que Dios es en su
nueva naturaleza.
Ahora pregunto ¿porque usted y yo tenemos tanta dificultad en dejar nuestra posición de orgullo, de
conveniencia para ir a establecer la paz con otros?
sí Cristo vino de tan lejos, porque usted y yo no podemos ir tan cerca hacia el otro, si Cristo no reclamo derechos,
prerrogativas, porque usted y yo reclamamos terreno, derecho, lugar, espacio, autoridad, posición que nos
impiden precisamente poder ser un procurador de la paz.
Yo creo que nos debería molestar mas a nosotros el no estar en paz con la otra persona, nos debería incomodar
y no estar tranquilo al no tener paz con el otro.
Si Dios envió a su hijo como embajador a procurar la paz, ahora nosotros somos sus embajadores y tenemos
que ver que hizo primero nuestro ejemplo a seguir que es Cristo, para luego nosotros hacerlo igual.
Por ejemplo:
Cristo no hizo reclamaciones de ningún tipo, su meta era establecer la paz del hombre con su padre, por ende,
esta debería ser nuestra meta.
Deberíamos preguntarnos ¿Cómo es que después que Cristo pago por mi paz y yo pueda vivir tan tranquilo
cuando no tengo paz con mi hermano?
Por ejemplo:
la ofrenda de un corazón sin reconciliación con su hermano, cuando Cristo pago por la reconciliación de ese
hombre para con Dios, no va a honrar a Dios y si no honra a Dios no es adoración, ya que la ofrenda es una
forma de adoración a Dios.
bienaventurados los que procuran, los que hacen el esfuerzo, los que dejan sus lugares, los que no reclaman sus
derechos para establecer la paz.
el Señor dejó claro que para ser uno de estos embajadores requiere sacrificio, esfuerzo, dejar atrás preferencias,
deseos y cosas que quizás no quisiéramos dejar.
Miremos que es lo que nos dice la palabra sobre nuestra responsabilidad al saber que ya tenemos paz para con
Dios por medio de Cristo.
Mas explicito no puede ser el texto al decirnos que él hizo la obra de reconciliación por medio de Cristo y ahora
usted y yo debemos hacer nuestra parte, somos ahora sus embajadores.
Somos embajadores de Cristo, ¿qué es un embajador? es un enviado a negociar a establecer relaciones, lazos
entre dos grupos.
“bienaventurados los que procuran la paz” el significado primario de esta bienaventuranza es que son
bendecidos aquellos que procuran, vía el evangelio de la paz, seguir reconciliando al hombre con su Dios y
establecer la paz de otros que están irreconciliados.
Cuando hacemos esto y lo hacemos para su Gloria, Dios promete una bendición para aquellos hijos.
Pero notemos en el texto de corintios ¿como Dios hizo esa reconciliación?, no solo fue enviar a su hijo, si no que
la forma al enviarlo y predicar ese evangelio de paz muestra una cierta forma o condición, es fundamental
comprenderlo.
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Pues Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando más en cuenta el pecado de
la gente. Y nos dio a nosotros este maravilloso mensaje de reconciliación.
no contando cada transgresión que el hombre hizo, no amontonando sus culpas, no haciendo una lista de
cuando el hombre me hizo esto y cuando el hombre me hizo aquello, sí no olvidando sus transgresiones y
ofreciendo su sangre a pesar de sus transgresiones.
Debemos comprender bien esto, porque debemos imitar la forma que Cristo lo hizo, para que cuando vayamos
a predicar el evangelio la paz, no le tomemos en cuenta sus transgresiones.
¿cuántas veces hemos pecado por tomarle en cuenta al hombre sus transgresiones?, ¿cuántas veces no hemos
representado a Cristo de la mejor manera, por haber tomado al hombre en cuenta sus transgresiones, que
son de menos cuantía comparado con las que nosotros cometemos contra Dios?
no solamente pecamos al hacerlo de esa manera, si no que pecamos por robarle a Dios el lugar que le
corresponde, ya que él es el único arbitro en el universo que tiene la autoridad para emitir un juicio justo sobre
las personas y no nosotros.
Y la biblia nos recalca por que nosotros no somo los que debemos tomar el lugar de Dios para emitir juicios, y
es por nuestro orgullo, nuestra soberbia que nos impulsa a esos conflictos.
El problema con nuestro orgullo, es que nos va a impulsar a la contienda por que vamos a querer reclamar y no
estar dispuestos a ceder.
Cristo por eso nos enseño que cuando nos peguen en una mejilla debemos colocar la otra, por que esta es la
manera que demostramos ser hijos de Dios, estando dispuesto a ceder aun cuando nos cuesta.
El mejor ejemplo es Cristo nuevamente al mostrarnos que cuando a él lo abofetearon, no hizo nada, cuando lo
escupieron no hizo nada.
Porque, así como Dios el padre envió a Cristo a este mundo lleno de enemigos, también nosotros somos
enviados por Cristo como ovejas en medio de lobos, somos embajadores de Cristo y seguramente nos trataran
igual.
Pero pablo nos dice que sufriremos como Cristo sufrió, pero también tenemos un maravilloso consuelo.
el significado primario es obviamente la reconciliación del hombre con Dios, es el evangelio de la paz, pero
también Dios nos dice que es necesario esa reconciliación entre nosotros.
En el hebreo la palabra es “Shalom” y aparece en número de 400 veces en la biblia, en el griego es “eirene” y
esa palabra “eirene” aparece en 26 veces de los 27 libros del nuevo testamento, de manera que esto está
prácticamente en cada página de la biblia.
la razón por la que el mundo no tiene paz es porque adán rompió su paz con Dios y cuando adán rompió la paz
con Dios, al poco tiempo Caín rompió la paz con su hermano Abel y lo mató.
Pero el origen, es la rotura de esa paz primera que Dios estableció en el jardín del edén y desde entonces no ha
habido paz sobre la tierra.
La razón es que el mundo no ha conocido esa senda de paz que es Cristo como nos lo dice romanos.
la senda de paz es Cristo, el puente de paz entre Dios y el hombre no lo han conocido y cuando lo conocen no
lo ponen en práctica hacia los demás.
Así que, la palabra “shalom”, paz en el hebreo implica mucho más que una ausencia de conflictos, implica que
todo el bienestar que Dios puede traer a tu vida como resultado de que usted estás en paz con él.
También podemos ver que pablo en varias de sus cartas menciona la paz de Dios para dejar claro de donde es
que viene esa paz.
Por eso el Señor nos dice que vayamos y procuremos la paz entre Dios y el hombre, por medio del evangelio de
la paz, y entre los hombres también.
en eso consiste la paz, en vivir en un estado de reconciliación con Dios, pero un estado tal que nos permita
recibir el bienestar, la bienaventuranza, las bendiciones de nuestro Dios.
Es esta manera que Dios quiere que vivamos, eso significa “paz” “Shalom” o “eirene”.
la fuente de la verdadera paz la revelo el mismo Cristo, que es Dios el padre. Pero también nos dejó claro que
hay una diferencia entre la paz de Dios y la paz del mundo.
la paz que el mundo da depende de las circunstancias, depende de que el viento está soplando a mi favor, el
mundo ofrece una paz cuando considero que todo me sale bien o a mi favor, pero cuando todo está en contra
pierdo la paz.
la paz que Cristo da no depende de la dirección del viento, depende de mi relación con Dios, de tal manera que
yo estoy en paz cuando mi relación con Dios está bien.
Dios nos está diciendo que no esté afanoso por las circunstancias, porque esa paz que se va con las
circunstancias, es la paz como el mundo la da, pero la paz de Dios no es como el mundo la da, mi paz os doy no
como el mundo la da.
Nuestra paz depende de nuestro “Shalom” del estado de bienestar que Dios nos puede dar.
Cristo nos da testimonio que Dios es la fuente de paz, una paz que podemos tener en medio de la angustia.
si hay algo que el pueblo de Israel no supo hacer, fue celebrar cuando verdaderamente debían celebrar porque
estaban en paz con Dios y llorar cuando debían llorar porque no tenían paz con Dios.
La razón por la que Dios se levantó en contra de estos profetas es porque le han dicho a mi pueblo, “Shalom”
“bienaventurados” “benditos” “las bendiciones de Dios están con ustedes cuando no estaba mi bendición con
ellos”
Y este es el mismo problema que surge en iglesias en la actualidad, supuestos profetas con visiones falsas
diciéndoles a la gente que todo está bien, que vendrá mejores tiempos, te animan a amar lo temporal, lo
terrenal.
Profetas que dicen hablar en nombre de Dios, trayendo noticias erróneas a las personas, cuando deben decirles
que no tienen paz con Dios y predicarles el verdadero evangelio para que por medio de Cristo puedan encontrar
esa paz que necesitan.
Dios es la fuente de paz, y nosotros debemos anunciar esa fuente de paz y su embajador para que el hombre se
reconcilie con Dios, llamándoles a amar más lo eterno que lo temporal.
hay un par de palabras diferentes en el idioma original para hablar de hijos. Tanto “huios” como “teknon” se
usan en el Nuevo Testamento para hablar de la relación de Dios con los creyentes. “Teknon” (hijo) es un término
de tierno afecto y cariño, así como de relación (Jn. 1:12; Ef. 5:8; 1 P. 1:14). Sin embargo, en este texto la palabra
hijos viene de “huios”, que expresa la dignidad y el honor de la relación de un hijo con sus padres.
En otras palabras, esta palabra “huios” enfatiza el carácter, la conducta, la dignidad.
Los que Jesús esta diciendo es que cuando nosotros procuramos la paz como lo dice el texto, de la misma manera
que Cristo lo hizo, estamos reflejando una conducta y un carácter similar (no igual) al de Dios.
Jesús está diciendo que aquellos que procuran la paz, exhiben un carácter, una conducta y una dignidad que
refleja el carácter de Dios, quien es la fuente de paz.
nosotros ya somos hijos de Dios, hemos sido regenerados y adoptados como hijos de Dios al creer en Cristo
como nuestro salvador.
El texto no nos está diciendo que debemos ser pacificadores para ser hijos de Dios, nos dice que debemos ser
pacificadores para reflejar el carácter de aquel que llamamos padre, Dios. Y entonces ya que somos hijos de
Dios, debemos actuar como él actuó.
Debemos reflejar el carácter y conducta de nuestro Dios de paz, eso es lo que Cristo esta indicando en esta
bienaventuranza, al decir que seremos llamados hijos de Dios.
Conclusión:
Debemos hacernos preguntas bastantes serias con respecto a este tema.
¿estas seguro que te has reconciliado con Dios? ¿Has aceptado al embajador por excelencia, al príncipe de paz,
para que por medio de la fe en Cristo puedas reconciliarte con él y ser ahora un hijo de Dios?
Si no es así, es necesario que hoy no dejes desaparecer esta oportunidad que Dios te esta dando para
reestablecer esa relación que se había perdido. Ven en total arrepentimiento y fe y pídele que ahora puedas ser
su embajador en esta tierra y procurar la paz.
Si dices que eres un hijo de Dios, mi pregunta es ¿estas representando a Dios en esta tierra al procurar la paz
con todos los hombres?
¿Cuáles son tus excusas para no dejar de tomar en cuenta la trasgresión de las otras personas que te han
ofendido? ¿Cuáles son aquellas cosas que debes venir a Dios para que te ayude a menguar para ser alguien que
procure la paz? ¿estas dispuesto a perdonar dejando de reclamar posición, dignidad o merito?
Si dices que eres un hijo de Dios, ¿procuras llevar a otros a reconciliarse con Dios mediante la predicación del
evangelio? O ¿es de poco interés la vida de otras personas? ¿es la predicación del evangelio característica en su
vida para llevar a otros a reconciliación del evangelio?
Necesitamos venir en dependencia a Dios para que a través de su gracia por medio de la obra del Espíritu Santo
podamos menguar y reflejar con dignidad el carácter de Cristo en nuestras vidas.