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Semana del al de Noviembre 2016

El fruto del Espíritu es Paz


INTRODUCCION:

1. Ya hemos comentado que los cristianos tenemos Gozo.

a- POR LO QUE TENEMOS EN CRISTO


b- POR SU PROPÓSITO EN NUESTRA VIDA
c- POR LA PERSPECTIVA QUE TENEMOS DE LA ETERNIDAD.

2. Ahora abordaremos el fruto del Espíritu que se relaciona al de la PAZ

Desarrollo del Estudio

A- La “Paz” es una cualidad cristiana.

1. Representa la palabra hebrea “Shalom”, que detona bienestar general,


e implica tranquilidad y serenidad de espíritu.

a- El énfasis aquí está en la paz con Dios, una bendición basada en


una recta relación con Dios.

 Dios es llamado “Dios de paz”. (Romanos 15:33; 16:20,


2ªCorintios 13:11; 1ªTesalonisenses 5:23; Hebreos
13:20-21)
 La paz interior es el don de Cristo. (Juan 14:27; 20:19, 21,
26)

b- También está comprendida la paz con uno mismo y con las


circunstancias.

 La paz exterior es la relación que Dios desea que tengamos con


nuestros prójimos. (Mateo 5:9; Hebreos 12:14)

B- La paz como fruto del Espíritu es paradójica.

1. Mientras que la paz que el mundo da está basada en un principio de


“mal por mal”, la paz que Jesús da permite a los que la poseen devolver
“bien por mal”. Esto quiere decir que reciben poder espiritual para
hacer cosas sobrenaturales. ¡Mire los milagros que hacen!
a- Se regocijan cuando son vituperados y perseguidos. (Mateo
5:11-12)

b- Oran por sus enemigos y les dan de comer cuando tienen hambre.
(Romanos 12:20)

c- Van la segunda milla y dan la otra mejilla. (Mateo 5:39-41)

d- Se niegan a llevar a juicio a su hermano, cuando éste los ha


ofendido. (1ª Corintios 6:7)

e- No ponen piedra de tropiezo a su hermano sino más bien le


permiten que su conciencia sea su guía. (Romanos 14:21)

¡Qué vida sobrenatural! No hay nada natural en la paz que Jesús


da. Se necesita más poder para devolver “bien por mal” que para
exigir la justicia y luchar por ella.

C- La paz del pacificador.

1. El apóstol Santiago nos da otra dimensión de la paz que Jesús da. “Y


el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la
paz”. (3:18)

a- ¿Qué es lo que está diciendo? Está diciendo: “La paz no se


encuentra, se hace”.

b- Jesús lo expresó de otra manera. Él dijo: “Bienaventurados los


pacificadores”

 Hay aquellos que siempre están buscando encargos sin


controversia, en los lugares pacíficos donde pueden trabajar sin
conflicto. Los que hacen esto, rara vez encuentran lo que
buscan. Este no es un mundo de paz, y las personalidades y
las diferencias de opinión, causan conflicto y división. Son los
enfermos que necesitan al médico. Jesús estaba diciendo:
“Bienaventurados los que, con una disposición pacifica, pasan a
una situación controversial y “hacen la paz”. ¡Los pacificadores
son bienaventurados!

2. Cristo es nuestro ejemplo de hacer la paz. Efesios 2:14-15 lo dice con


elocuencia: “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo
uno, derribando la pared intermedia de separación…
…15 aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los
mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo
de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz”

3. El pacificador no dice tener ningún derecho. Se niega a ser parte del


problema. Se niega a pensar en sí mismo.

a- Toda su preocupación es la reconciliación de los demás, y está


dispuesto a padecer para ver que suceda.

 Jesús no hizo nada malo, sino que tomó la culpa por lo malo
que nosotros habíamos hecho, haciendo así la paz.

 Él era un pacificador, y nos ha entregado a nosotros la obra de


hacer la paz. “Dios estaba en Cristo reconciliando consigo
al mundo… y nos encargó a nosotros la palabra de la
reconciliación. 20 Así que, somos embajadores en
nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de
nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos
con Dios”. (2ªCorintios 5:19-20)

 Esto quiere decir que el papel del creyente como embajador en


nombre de Cristo es el de pacificador. ¡Y qué papel es ese!
Nuestro mundo está hostigado con muchas interrogantes sin
ninguna respuesta. “Pero los impíos son como el mar en
tempestad, que no puede estarse quietos, y sus aguas
arrojan cieno y lodo. 21 No hay paz, dijo mi Dios, para los
impíos”. (Isaías 57:20-21)

 Pensemos en esto: Dios ha puesto a su iglesia en ese agitado


mar con la respuesta para la zozobra del mundo. Esa respuesta
es Jesús. ¡No hay otra! Se nos ha encargado ir a todo el mundo
con la respuesta. Cristo mismo vendrá “cuando nuestra
obediencia sea perfecta”. 2ª Corintios 10:6). Así que
obedezcamos y vayamos “calzados los pies con el apresto
del evangelio de la paz”. (Efesios 6:15).
La Paz de Dios
Juan 14:25-31 “Os he dicho estas cosas estando con vosotros, 26 Mas
el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él
os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. 27
La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se
turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. 28 Habéis oído que yo os he dicho:
Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habrías regocijado, porque os
he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo. 29 Y ahora
os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis. 30 No
hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo,
y él nada tiene en mí. 31 Mas para que el mundo conozca que amo al
Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos, vamos de aquí”.

Imagine que alguien le dijera con toda certeza que dentro de algunas
horas, será arrestado, severamente torturado y luego condenado a morir
injustamente, la muerte más dolorosa que los seres humanos hayan podido
concebir y hayan podido diseñar en su maldad.

Preguntas: ¿Cuál sería su reacción? ¿Cómo se relacionaría con las


personas más cercanas a ud a partir de ese momento? En una situación
como esta, ¿Estaría preocupado por ellos? O ¿Esperaría de ellos que
estuvieran preocupados por ud?

Una de las cosas más extraordinarias y más dulces que podemos ver en la
Biblia en este mensaje del evangelio de Juan, es que el Señor Jesucristo
se encontraba precisamente en esas circunstancias, cuando se reunió con
los discípulos en el aposento alto, para comer con ellos la cena de la
Pascua. Él sabía que Judas ya había consumado su traición, él sabía que
en pocas horas sería arrestado por los líderes religiosos de Israel, sería
sometido a torturas crueles y luego condenado en una farsa de juicio, a
morir en una cruz.

Y sin embargo, la mayor preocupación de Jesús en esa noche, era consolar


el corazón atribulado de sus discípulos. Jesús estaba preocupado por ellos,
Jesús quería consolarlos, quería poder ayudar a estos hombres que
estaban experimentando, esa noche, un profundo sentido de desamparo,
ante el anuncio de la inminente partida del Señor.

Por más de 3 años estos hombres habían compartido sus vidas con él, en
una relación intensamente personal, intensamente cercana.
Pero ahora Cristo dice que se va, y que ellos no pueden seguirlo
inmediatamente. Preguntas: ¿Qué pasaría con ellos después de su
partida? Y lo que era todavía más crucial, ¿Qué iba a suceder con la obra
que él vino a llevar a cabo? Sobre todo, porque él estaba dejando su obra
en manos de hombres débiles. No olviden que Pedro negaría al Señor esa
misma noche, y que todos los discípulos lo abandonarían durante el
arresto.

Dentro de esta porción del evangelio de Juan, vamos a ver uno de los
pasajes que muchos creyentes, seguramente tienen memorizado Juan
14:27 “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la
da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. Cuando vemos ésta
promesa en su contexto, podemos entender mejor, de qué tipo de paz es
de la que el Señor está hablando aquí. Pero también podemos entender
algunos de los obstáculos que muchas veces, nos dificultan experimentar
en la práctica, esa paz que Jesús nos dejó.

Veremos 4 enseñanzas con respecto a ésta paz

Primero: El Señor promete enviar al Espíritu Santo.

El Espíritu Santo vendría para recordarles sus enseñanzas y explicarles las


cosas que ellos no podían entender todavía, de una forma apropiada, V25-
26 “Os he dicho estas cosas estando con vosotros, 26 Mas el Consolador,
el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará
todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”.

Una de las cosas que vemos al leer los evangelios, es que los apóstoles no
entendieron muchas de las enseñanzas del Señor Jesús. Y esa falta de
comprensión los llevaba constantemente a sacar conclusiones
equivocadas. Ahora que el Señor se va, ¿Cómo recordarían sus palabras?
Y ¿Qué entenderían ellos, de aquellas cosas que lograran recordar? No
olvide que la época del Señor era muy diferente a la nuestra, en aquella
época no había teléfonos que podían grabar las voces o hacer videos. De
hecho ni siquiera los discípulos, por lo que vemos en los evangelios,
andaban con un bloque de notas, escribiendo las cosas que el Señor decía.

Pregunta: ¿Qué sucedería con las enseñanzas de Cristo, cuando el tiempo


pasara?

Respuesta: El Espíritu Santo vendría sobre los apóstoles para recordarles


todo lo que Jesús les había dicho y…
…para ayudarles a entender apropiadamente sus enseñanzas. Juan
14:16-17 “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté
con vosotros para siempre: 17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no
puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis,
porque mora con vosotros, y estará en vosotros”.

Pero ésta promesa de Juan 14:25 es mucho más específica. Veamos Juan
16:12-14 “Aun tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis
sobrellevar. 13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a
toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará
todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. 14 él me
glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber”.

Pregunta: ¿Ud notó en estos pasajes la palabra “todo”? Juan 14:26 él


os enseñará todas las cosas. Juan 16:13 “…él os guiará a toda la
verdad…”

Pregunta importante: “A toda verdad” ¿Acerca de qué?

Obviamente, acerca de Jesús y de su obra redentora. Al Espíritu Santo no


le interesa impartir a los discípulos de Jesús, un conocimiento sobre Física
Nuclear, de Astronomía, de Biología celular o de la Historia de Tanzania.
El Señor dice en Juan 16:14 “él me glorificará; porque tomará de lo mío,
y os lo hará saber”.

Cuando el Espíritu Santo vino sobre los apóstoles, ellos no solo recordaron
y entendieron todas aquellas cosas que ahora mismo no entendían, sino
que alguno de ellos, fueron elegidos por el Señor para escribir un registro
inspirado, infalible, en los libros del NT, de todo lo que la iglesia necesitaría
conocer a través de los siglos.

Asi que nosotros, aparte de ésta revelación, no necesitamos absolutamente


nada más, para saber lo que debemos creer o cómo debemos vivir.
Nosotros tenemos en el AT y en el NT, la palabra inspirada por Dios, a la
que no hay que añadirle nada, ni restarle nada.

Ahora, no olvide, que el Señor está tratando aquí, de consolar el corazón


atribulado de sus discípulos. Estas palabras no fueron pronunciadas en un
aula de clases, donde el Señor estaba dando una clase de teología a los
apóstoles, esa noche Jesús está tratando de hacerles ver, que aunque él
los dejaba físicamente, él continuaría enseñándoles la verdad, acerca de sí
mismo, acerca de su obra, por medio de su Espíritu.
Pregunta: ¿Sabe lo que eso significa?

¿Ud está atribulado por alguna razón?, ¿Ud es un creyente que


continuamente está luchando por experimentar la paz que Jesús promete
aquí?

Escuche, la paz que Jesús promete en el V27, está directamente conectada


con nuestro entendimiento del evangelio. El Espíritu Santo va a venir, les
recordará todo lo que yo les he dicho, los ayudará a entender
apropiadamente todo lo que he hecho y escribirán en un libro inspirado,
todas esas cosas, “La paz os dejo, mi paz os doy”.

En la misma medida que nosotros tenemos un mejor entendimiento de


quien es Jesús, de lo que él ha hecho a nuestro favor a través de su obra
redentora, en esa misma medida, estaremos mejor equipados para
experimentar “su paz en medio de cualquier circunstancia”

No olvide que ese Espíritu Santo que inspiró a los apóstoles, también se
encuentra en el creyente, iluminando su entendimiento para que podamos
entender y recordar lo que ellos escribieron en el NT. El Espíritu Santo
está permanentemente con nosotros, recordándonos la palabra de Dios.

Ahora por supuesto, eso no sucede en un vacío, nosotros no podemos


recordar lo que nunca hemos leído. Pero qué bueno es saber que los
creyentes contamos con un maestro personal. Escuche, el autor de éste
libro, La Biblia, vive en ud si es creyente. Nosotros tenemos un maestro
permanente que puede traernos su palabra en el momento en que más la
necesitamos, incluyendo la preciosa, maravillosa, sorprendente,
extraordinaria promesa del V27: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os
la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”

Segundo: Jesús promete dejar a sus discípulos el legado


de su paz

Jesús nos dejó una herencia cuando se fue. Y esa herencia es su “paz”.

Ahora, volvamos al principio: Jesús sabe que en pocas horas será


arrestado, juzgado, condenado, torturado, Él sabe que en unas pocas horas
estaría atravesando un infierno literalmente. Pero no solo hace saber a
sus discípulos que su corazón estaba en paz, su paz, sino que les promete
dejarles esa paz como una herencia, “La paz os dejo, mi paz os doy. Y
más adelante en Juan 16:33 vuelve sobre ésta misma idea:
“Estas cosas os he hablado para que en mí tangáis paz”. En el mundo
tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”

Hay un contraste entre lo que recibimos de él y lo que recibimos del mundo.


La paz que yo les doy, no es como la paz que el mundo da, de hecho, el
mundo será para uds una fuente de aflicción, pero no se turben por eso,
porque he vencido al mundo. Uds podrán experimentar mi paz, a pesar de
las aflicciones que seguramente tendrán que enfrentar, en este mundo
caído.

Y eso nos dice que la paz que Jesús nos ofrece, no tiene nada que ver con
nuestras circunstancias, porque las circunstancias de Cristo eran terribles
en ese momento. La paz de Cristo no se trata de una sensación de
bienestar, que sienten las personas cuando todo parece estar saliendo
bien.

Pregunta: ¿Cuál es la paz que Jesús ofrece?

“La paz que Cristo nos ofrece, es una serenidad del alma, que brota
de saber que nuestras vidas están en las manos de un Dios Sabio y
Todopoderoso, que nos ama con un Amor inalterable”

Note que he dicho Sabio primero, antes que Todopoderoso. Hay algunos
que dicen: “Mi Dios tiene poder” Él es Todopoderoso” “Me puede sanar si
Él quiere” “Me puede dar el dinero que yo necesito” “Mi Dios me puede
dar”. Sí, Él puede hacer todo eso, pero a veces en su sabiduría Él decide
no hacerlo. Hermano, si nosotros solo confiamos en el poder de Dios, a la
larga vamos a tener problemas. Nosotros tenemos que confiar en la
Sabiduría de Dios, en el Poder de Dios y en el Amor inalterable de Dios.

Él nos da exactamente lo que necesitamos, cuando lo necesitamos. No lo


que queremos cuando lo queremos. Porque Él es lo suficientemente Sabio
como para saber que lo que muchas veces nosotros queremos, nos harían
daño.

Esa era la paz que nuestro Señor Jesucristo estaba experimentando en ese
momento tan difícil de su vida terrenal. Y fue la paz que Él dejó como
herencia para todos los que confían en Él.

Ahora, ésta promesa no es para todo el mundo. La Biblia nos enseña que
el hombre está en enemistad contra Dios a causa de su pecado. Y por lo
tanto, nadie podrá disfrutar de la paz de Dios…
…hasta que tenga la paz con Dios, por medio de la fe en nuestro Señor
Jesucristo, por medio de la obra que Él llevó a cabo en la cruz del Calvario.
Rom 5:1 “Justificados pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por
medio de nuestro Señor Jesucristo”.

En otras palabras, lo que Pablo está diciendo aquí, es que Dios declara
“justo” a todo pecador culpable, que deposite su fe únicamente en la obra
redentora de Cristo. Y cuando tenemos paz “con” Dios, entonces y sólo
entonces, podremos disfrutar de la paz de Dios en medio de cualquier
circunstancia.

Esa es la idea de la bendición sacerdotal, la bendición que los sacerdotes


de Israel debían decirle al pueblo, Núm 6:24-26 “Jehová te bendiga, y te
guarde; 25 Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti
misericordia; 26 Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz”

Mi hermano, esa es la buena noticia del evangelio, que Cristo quitó la


enemistad que había entre nosotros y Dios, muriendo en nuestro lugar en
la cruz del Calvario. Para que ahora el rostro resplandeciente de Dios, la
sonrisa de Dios esté sobre nosotros, de tal manera que podamos disfrutar
de su paz, no importa lo que haya alrededor.

La paz que el mundo da es circunstancial, es pasajera y es superficial. Si


las cosas están saliendo bien, nos sentimos bien, pero si las cosas cambian
de repente, es increíble como nosotros pasamos del cielo al infierno, con
una rapidez espantosa.

La paz de Dios no es así, la paz de Dios es muy diferente porque no


depende de las circunstancias, la paz de Dios no depende de que yo tenga
salud o esté enfermo, de que yo tenga dinero o no lo tenga, de que yo
tenga muchos amigos o esté solo, no depende de absolutamente nada, que
no sea del Amor inalterable de Dios en medio de cualquier circunstancia.

Por eso es que Pablo dice en Fil 4:6-7 “Por “nada” estéis afanosos, sino
sean conocidas vuestras peticiones delante de “Dios”… (De ese Dios Padre
que tiene su rostro sonriente sobre ti, que ha decidido bendecirte con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, ese Dios que te
amó cuando tú ni siquiera habías nacido, es Dios que te eligió por su
voluntad)

…en toda oración y ruego, con acción de gracias. (¿Y sabe lo que sucederá?
Sí, que Dios va arreglar todas mis circunstancias, mi esposo inconverso se
va a convertir, mi problema de salud se va a ir. No, no, no y no, sino que:
7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros
corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.

Escuche, Dios no sufre sobresaltos, Dios no siente temor, Dios nunca está
ansioso, Dios nunca está inquieto. Porque Él sabe, que Él tiene el control
de todo cuando ocurre. Y él sabe que nada ni nadie, puede frustrar sus
planes. Y ahora él dice: “Mi paz es la que yo les voy a dar a uds”. Esa paz
es sobrenatural, es una paz que es fruto del Espíritu. Esa paz es el antídoto
de Dios, contra la turbación y el temor.

Tercero: El Ego impide que practiquemos la paz de Dios

Vamos a ver, por qué muchas veces los creyentes, no experimentamos, en


la práctica, esa paz que Jesús promete aquí.

Los discípulos esa noche, estaban turbados por causa de su egocentrismo.


Y por esa razón las enseñanzas de Cristo, no estaban haciendo un impacto
en su corazón. Juan 14:28 Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo
a vosotros. Si me amarais, os habrías regocijado, porque os he dicho que
voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo

Una vez más el Señor habla del tema de su partida, pero ésta vez es para
hacerle ver a los discípulos, que esa tristeza tan profunda que ellos estaban
experimentando esa noche, no era una señal de amor por Él. Era una señal
de egoísmo. Si ellos no hubieran estado tan centrados en ellos mismos,
se habrían regocijado de saber que Jesús regresaba al Padre. ¿Por qué?
Dice Jesús, porque el Padre es mayor que yo.

Esta declaración de Jesús en Juan 14:28: “El Padre mayor es que yo”, nos
muestra claramente, no que Jesús no era Dios, sino que Jesús no se veía
a sí mismo simplemente como un hombre.

Ilustración: ¿Qué pensaría ud de mí, si yo le dijera: tengo una declaración


muy importante que hacerle, Dios es mayor que yo? Yo espero que ud me
diga: ¿De verdad ud creía que era necesario hacer esa ridícula aclaración?

Eso es una ridícula aclaración en el caso nuestro, pero en el caso del Señor
Jesucristo, esta aclaración más bien nos revela uno de los aspectos más
sorprendentes de su obra redentora y de su Amor por nosotros, es que
para poder sustituirnos en la cruz del Calvario…
…para poder morir como hombre en nuestro lugar, la Segunda Persona de
la Trinidad estuvo dispuesta a cubrir su gloria con el velo de su humanidad.
Cristo nunca dejó de ser Dios al encarnarse, pero durante su ministerio
terrenal él decidió cubrir su gloria con el velo de su humanidad, él decidió
someterse voluntariamente como un siervo humilde a la autoridad del
Padre.

Jesús está diciendo: el Padre es mayor que yo, porque yo me encarné y


dejé a un lado mi gloria, la cubrí con el velo de mi humanidad y decidí
someterme como un siervo a la voluntad de mi Padre. Por eso Pablo dice
en Fil 2:5-8 “Haya pues, en vosotros este sentir que hubo también en
Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a
Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando
forma de siervo, hecho semejante a hombres; 8 y estando en la condición
de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte,
y muerte de cruz”

Jesús estuvo dispuesto a humillarse hasta lo sumo, por amor a nosotros.


Pero ese estado de humillación habría de concluir cuando él regresara al
Padre, después de su muerte y su resurrección. Esa es la idea que está
detrás de la petición de Cristo en Juan 17:5 “Ahora pues, Padre,
glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que
el mundo fuese”. El regreso de Jesús al Padre, implicaba para él, aquella
gloria que estuvo dispuesto a dejar de lado, para salvarnos.

Ahora, si los discípulos hubieran estado pensando en Jesús esa noche, y


no hubieran estado encerrados en su pequeño mundo, se habrían
regocijado con él, a pesar de la tristeza de la separación.

Esto es similar a cuando un ser querido parte a la presencia de Dios,


nosotros sentimos tristeza por su partida, pero al mismo tiempo nos
deberíamos gozar de saber que esa persona que amamos, está
contemplando en este momento la gloria y la hermosura de nuestro Dios,
en un estado perfecto.

Esa noche los discípulos estaban sumidos en una tristeza absoluta. Ahí no
había gozo porque Jesús se iba, su egoísmo estaba muy por encima de su
amor por Cristo y por esa misma razón no podían experimentar un
verdadero gozo y la verdadera paz. Escuche, nadie que viva centrado en
sí mismo, puede experimentar el gozo y la paz de Dios.
Ellos debían haber experimentado gozo por el bien de Jesús. Pero no solo
eso, ellos debían haber sentido gozo, por el bien que Jesús estaba
obteniendo para ellos, por medio de esa misma partida, que querían evitar
a toda costa. Si Jesús no se hubiera ido al cielo, la redención no se hubiera
consumado, no hubiéramos tenido lugar en la casa del Padre, no hubiera
venido el Espíritu Santo.

Pregunta: ¿Se da cuenta el daño tan grande que nos hacemos a nosotros
mismos, cuando vivimos centrados en nosotros mismos?

Nosotros no somos el centro del universo y hasta que abracemos esta


realidad con todo nuestro corazón y vivamos en consecuencia con esa
realidad, no podremos experimentar la “paz” que Jesús promete en éste
pasaje.

Los discípulos del Señor estaban contemplándolo todo, esa noche, a la luz
de su pequeño reino. Y por eso estaban llenos de temor y de ansiedad.

Eso es exactamente lo que pasa con nosotros, vivimos centrados en


nosotros mismos, en nuestro pequeño mundo, en nuestro pequeño reino
y vivimos llenos de temor y ansiedad. Mt 6:33 “Mas buscad primeramente
el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.

Tercero: Para tener la paz de Dios, hay que creer a Dios

El Señor quería fortalecer la fe de los discípulos esa noche Juan 14:29 “Y


ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis.

Él estaba alimentando su fe. El Señor sabía que esa noche, los discípulos
iban a recordar sus palabras cuando viniera el Espíritu Santo y cuando
todas estas cosas se cumplieran. Eso iba acrecentar su fe de tal manera
que ellos iban a poder luchar más eficazmente, contra la ansiedad y el
temor.

Escuche, la paz de Dios y la confianza en Dios siempre andan juntas en la


vida del creyente. Is 26:3-4 “Tu guardaras en completa paz a aquel cuyo
pensamiento en ti persevera; porque en ti a confiado. 4 Confiad en Jehová
perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos”.

Cuarto: Jesús les muestra su muerte en la cruz, y un


extraordinario ejemplo de obediencia.
Veamos el V30 “No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el
príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí.

La traición de Judas fue incitada por satanás (Juan 13:2 y 27). Todo lo
que sucedió esa noche contra Jesús, desde ese mismo momento de su
arresto hasta su crucifixión, fue un despliegue aterrador de poder diabólico.
Y sin embargo, el Señor quiere que sus discípulos entiendan que satanás
no tenía voz ni voto, en todo lo que iba a suceder esa noche y a la mañana
siguiente. ¿Por qué? Porque: “él nada tiene en mí”. Ésta es una expresión
hebrea que significa: “él no tiene poder alguno sobre mí, porque no tiene
nada con qué acusarme”

El dominio de satanás sobre los seres humanos, está ligado al pecado y a


la culpa. Pero la consciencia de Jesús estaba completamente libre de
cualquier acusación. Jesús no muere en la cruz porque lo merecía, Jesús
muere en la cruz porque esa era la voluntad del Padre. Y Jesús ama tanto
al Padre que él se complace en hacer su voluntad, aún hasta ese punto.
V31 “Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre
me mandó, así hago. Levantaos, vamos de aquí”.

Nosotros decimos que Jesús murió en la cruz por amor a nosotros, y esa
es una gran verdad, una extraordinaria verdad, pero no es toda la verdad,
y ni siquiera es la parte más importante de la verdad. La razón por la que
Cristo dio su vida en la cruz del Calvario, fue porque el Padre se lo mandó,
por obediencia al Padre. En Fil 2:8 Pablo dice: “…se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”

Pregunta: ¿Por qué el Padre le ordenó a Jesús que muriera en la cruz del
Calvario? Porque él quería salvarnos, porque el Padre nos ama:

Efes 1:4 “Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo…”

Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su
Hijo unigénito, para todo aquel que él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna”

Rom 5:8 “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo
aún pecadores, Cristo murió por nosotros”

Y fue por causa de ese mismo amor que Cristo fue a la cruz. Pero no
debemos perder de vista que lo que revela cruz de Cristo es la profundidad
del amor de Jesús por el Padre, que lo lleva a obedecer hasta la muerte.
Pregunta: ¿Por qué eso es importante?

Recuerda Juan 14:21 “El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése
es el que me ama…”. El amor y la obediencia también son virtudes que
siempre caminan juntas. En Juan 14:23 dice: “El que me ama mi palabra
guardará”

Ahora Cristo quiere ilustrar esa verdad, con su propio ejemplo. La razón
por la que voy a la cruz, es porque yo amo al Padre. Y porque yo amo al
Padre, lo obedezco. Todo aquel que de verdad me ama, dice Jesús, lo
manifiesta exactamente de la misma forma.

Juan 15:10-11 “Si guardareis mis mandamientos permaneceréis en mi


amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y
permanezco en su amor. 11 Estas cosas os he hablado para que mi gozo
esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido”

Hermano, el mundo quiere vendernos la idea de que la obediencia a los


mandamientos de Dios, produce una vida santa, pero insípida. Eso es una
mentira diabólica. Sal 19:8 dice: “Los mandamientos de Jehová son
rectos, que alegran el corazón”. Cristo está diciendo: yo quiero que uds
sigan mi ejemplo de obediencia. ¿Sabe para qué? Para que tengan mi
gozo, para que experimenten mi paz. Ese gozo de la obediencia, era un
ingrediente crucial de la paz que Jesús estaba experimentando en ese
momento.

Ve mi amado hermano, por qué decíamos al principio que al considerar la


promesa del V27 en su contexto, podemos entender mejor de qué tipo de
paz es que el Señor está hablando aquí. Y cuales son algunos de los
obstáculos que muchas veces nos impiden experimentar en la práctica, ese
tipo de paz.

Esta es una paz que crece, en la misma medida que entendemos el


evangelio revelado en el NT. Vea lo que Pablo dice en Col 3:15 “Y la paz
de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis
llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos”

Agradecidos ¿De qué? Agradecidos de todo lo que Dios ha hecho por


nosotros. Agradecidos del perdón de nuestros pecados, del don de la vida
eterna, de tener a Cristo como nuestro Salvador, de tener al Espíritu Santo
morando permanentemente en nosotros, de que tenemos un lugar en la
casa del Padre. Y la paz de Dios gobernará vuestros corazones.
Esta es una paz que vivimos en la misma medida, en que luchamos contra
el amor a nosotros mismos, y colocamos el reino de Dios y su justicia en
el centro de nuestras vidas.

Ésta es una paz que se experimenta por medio de la fe, Cristo dice en el
V29 Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda,
creáis”. Y así experimenten mi paz.

Pablo dice en Rom 15:13 “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y


paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu
Santo”. Ésta es una paz que se disfruta en la obediencia.

Guarden los mandamientos de mi Padre como yo he guardado los


mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor, os he dicho todas
estas cosas para que mi gozo esté en vosotros y vuestro gozo sea cumplido

¿A quién le vamos a creer, al mundo o a Jesús? ¿Cuál es la paz que


nosotros queremos, la del mundo, la paz que necesita una pastilla, la que
necesita una cuenta bancaria, la que necesita que todas las cosas alrededor
estén bien?

Jesús nos da una paz distinta, diferente. Recuerde que nadie puede
experimentar la paz de Dios, hasta que obtenga la paz con Dios,
arrepintiéndose de sus pecados y confiando únicamente en Jesús y su obra
redentora en la cruz del Calvario. Jesús promete paz para aquellos que
creen en él, para aquellos que se reconcilian con Dios, porque han sido
perdonados de todos sus pecados.

2ªTes 3:16 “Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera.


El señor sea con todos vosotros”.

Amén.

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