Una reputación llena de fe

Génesis 6:5-9
Si hay un pasaje en la Biblia en que podamos ver la depravación radical del hombre y la gracia
salvadora de Dios, es este.
Existen muchas personas que hablan de fe, de como debe ser vivida, de como hay que utilizarla.
Hay otros que hablan de la gracia, de como esta viene a nuestra vida. Hoy veremos como la gracia
esta acompañada de la fe y de como nace, de ambas, una buena reputación.

5 El Señor vio la magnitud de la maldad humana en la tierra y que todo lo que la gente pensaba
o imaginaba era siempre y totalmente malo. 6 Entonces el Señor lamentó haber creado al ser
humano y haberlo puesto sobre la tierra. Se le partió el corazón. 7 Entonces el Señor dijo:
«Borraré de la faz de la tierra a esta raza humana que he creado. Así es, y destruiré a todo ser
viviente: a todos los seres humanos, a los animales grandes, a los animales pequeños que corren
por el suelo y aun a las aves del cielo. Lamento haberlos creado».
 Dios siendo omnisciente conoce todo sobre el ser humano. El hombre en su estado caído
habita en una profunda y amplia depravación, Dios lo sabe, ¿no hará nada al respecto?
Todo lo que el ser humano imagina o piensa es siempre y totalmente depravado, Dios lo
sabe, ¿no hará nada al respecto? El pecado comienza en la mente, en la época de Noé las
personas eran extremadamente malvadas, Dios lo sabía, ¿no iba a hacer nada al respecto?
 Llegó el momento en que el Dios santo y sin mancha no toleró más el nivel de pecado de
aquella época. Dios lamentó haber creado al ser humano y haberlo puesto sobre la tierra,
Él sintió tristeza en su corazón, en el hebreo original significa que Él tuvo una “ira
indignada”. Ira que de igual manera nosotros provocamos en Él, el gran, pero a nuestro
favor es que el sacrificio de Cristo pacifica la amarga indignación de Dios sobre el pecado
que nosotros comentemos.
 En la antigüedad llego el momento cuando la paciencia de Dios se terminó, en ese
momento Dios determino una destrucción total.

8 Pero Noé encontró favor delante del Señor. (8 Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.
RVR60).
 Si hay “peros” hermosos en la Biblia, este es uno de esos. Noé sin merecerlo halló gracia,
encontró favor delante del Señor. Si bien las Escrituras son claras al mencionar que Noé
era un hombre que creía en Dios como Creador, Soberano y único Salvador del pecado. Él
no fue preservado por sus buenas obras, sino más bien porque Dios decidió salvarlo, aun
así, podemos saber que él hallo gracia porque se humillo y la buscó.

9 Este es el relato de Noé y su familia. Noé era un hombre justo, la única persona intachable que
vivía en la tierra en ese tiempo, y anduvo en íntima comunión con Dios.
 Observemos a Noé en el texto:
Justo: la manera de vivir de Noé lo distingue de los demás. Su integridad moral es evidente
de su confianza en Dios de su relación con Él.
 Intachable: no significa que Noé sea perfecto, sino que no hay persona que tenga la
misma devoción por Dios. Su vida quería agradar al Señor.
Anduvo en íntima comunión con Dios: esto es, Noé camino son el Señor, Noé entendió los
propósitos de Dios, Noé hizo la voluntad de Dios.

No sé tú, pero todos deberíamos pensar detenidamente en la Omnisciencia de Dios. De cierta

manera al pensar en ese atributo de nuestro Dios quedamos totalmente expuestos y desnudos. No
podemos esconder ningún pensamiento o acción que hayamos hecho. Las personas de la época de
Noé agotaron la paciencia de Dios, hasta tal punto que Dios envió destrucción.
Más Noé halló gracia ante los ojos del Señor. La historia de Noé apunta a nuestra historia, apunta
a este tiempo. Nuestro mundo está al igual que en los días de Noé, Dios ya determino la
destrucción de este mundo, al igual como lo hizo con el diluvio en el pasado, solamente que ahora
será por fuego. Dios prometió una nueva Jerusalén, Sión la llamó, y es dónde todos los que hemos
hallado gracia ante los ojos del Señor estaremos, no por obras que nosotros hayamos hecho, sino
más bien por la vida, muerte y resurrección de nuestro salvador Jesucristo.