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EL ENCUENTRO DEL DESBORDE POPULAR CON LA GLOBALIZACIÓN Y LA

DESCENTRALIZACIÓN
Cubrió la etapa final de la historia corta del Perú moderno, 1990-2010.

Es la etapa en la que se consolida la nueva sociedad nacional, como resultado de la


confluencia de esos tres grandes procesos, que doblegan al Estado y ejercen una doble
presión estructural, por un lado afectada por la globalización, y, por otro, el desborde y la
descentralización.

UNA NUEVA SOCIEDAD NACIONAL

He sido testigo y estudioso de cómo en setenta años alrededor de ocho millones de


pobladores discriminados y olvidados contribuyeron al surgimiento de una real sociedad
nacional donde, como nunca ocurrió en el proceso peruano, participa el íntegro de su
población: 30 millones de peruanos. 20 millones provincianos y 10 millones en el Área
Metropolitana de Lima. Todos ellos ciudadanos plenos en igualdad de derechos y
obligaciones. Más de ocho millones de migrantes del Otro Perú, entre 1940-2010, lograron
integrar un país que funcionaba en un espacio limitado:

● En tres décadas, 1940-1972, invirtieron la distribución de la población nacional. En


1940, el 64.6% era rural y el 35.4% urbana. 32 años después, en 1972,el 59.5% fue
urbana y el 40:5% rural. Siete décadas más tarde la población urbana estimada
para el 2010 es de alrededor del 80%.
● En 1940, el 65% de la población nacional vivía en la sierra y según el último censo
del 2007 solamente vive el 32%. En 1940, el 28.3% era costeño y el 2007 aumentó a
54.6%, estimándose que en 2010 estará bordeando el 60%.
● La Amazonía aumentó su población durante esta revolución demográfica entre
1940 y 1972, y desde entonces hasta el 2010 se ha mantenido estable.
● La población total del país creció más de cuatro veces desde 1940 hasta 2010, de
siete a treinta millones. Si no hubiésemos sido colonizados, la población peruana
bordeaba hoy los cien millones de habitantes.
● De los 10 millones de habitantes estimados del Área Metropolitana de Lima
distribuidos en 49 distritos, más de seis y medio radican en 29 distritos populares y
medios existentes en las tres nuevas Lima: Norte, Este y Sur, y cerca de dos y
medio millones en 20 distritos tradicionales.
● Además, hay cerca de tres millones de peruanos en el extranjero, la mayoría en
Estados Unidos, donde trabajan y estudian en una gama muy amplia de
actividades, numerosas de ellas destacadas y de éxito.

Después de una seria crisis, los empresarios nacionales recuperados de la hecatombe que
sufrieron en la década de 1970, fueron recomponiéndose en la década de 1980 y,
actualmente, constituyen un grupo importante de poder nacional. Trabajan sobre todo en
la industria ligera, la pesca, los servicios, la banca y el comercio, siendo los más dinámicos
los dedicados a la exportación, muchas de sus empresas están vinculadas a
transnacionales.
Su riqueza no es impresionante, comparada con empresarios vecinos de América Latina y
El Caribe, pero tienen peso a nivel nacional. Su influencia desplaza a los partidos políticos,
sobre todo a los dos o tres más limeños que nacionales. Es el nuevo poder que ha
desplazado a las fuerzas armadas y a la Iglesia católica, las que están en declive como
núcleos de influencia política y económica nacional. En un segundo nivel, tal como
expresamos antes, está la creciente y nueva clase media compartiendo posiciones con los
trabajadores estables de la empresa formal y el Estado y con los pequeños empresarios y
emprendedores de éxito en el comercio y los servicios. Esta vasta población ha
desarrollado una economía contestataria, no legal, preponderante, de gran complejidad y
composición que involucra totalmente a sus pobladores. Con lo cual tienen acceso al
crédito bancario y comercial en mayor magnitud y condiciones que los otros sectores
tradicionales de la ciudad por su cumplimiento puntual, aceptación de las reglas de juego
capitalistas e incesante trabajo de día y de noche. También están en este nivel los
agricultores modernos y empresarios y trabajadores estables provincianos.

Por último, en el tercer escalón de subsistencia están los campesinos serranos y selváticos,
y los desempleados urbanos que se encuentran en pobreza extrema. Dentro de esta
configuración, el Otro Perú, limeño y provinciano, es el mayoritario y el que le da su
carácter a la nueva sociedad nacional.

Como sucedió en las ciudades del mundo, el estilo de vida en ellas cambió radicalmente a
partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, debido al acelerado progreso de la ciencia y
la tecnología y al comienzo del proceso de globalización. En el Perú este cambio tuvo
connotaciones peculiares, porque en setenta años no solamente se cambió el ordenamiento
territorial predominantemente rural y costeño existente a lo largo del proceso colonial y
republicano, sino el estilo de vida tradicional y criollo de las ciudades grandes y medianas,
especialmente el de la capital del país.

El rostro de ellas en 1940 es totalmente diferente al que tienen al final de la primera


década del siglo XXI en todo sentido. Desde 1950, con el crecimiento poblacional y la
urbanización, el rostro de las ciudades provincianas comenzó a cambiar desigual, brusca y
aceleradamente como en Chimbote, o lenta y gradualmente como Arequipa, una debida al
tráfago de la pesca y la otra por el orden de su parque industrial. En el mundo rural y
semirrural ocurre este remozamiento en ciudades como Cusco, impactada por la expansión
del turismo, o en Ayacucho por la universidad.

En todos los casos rodeadas de más de 5 680 comunidades campesinas en sus


microrregiones, que mantuvieron y mantienen mucho de su estilo de vida ancestral pero
con gran dosis de recreación. La ciudad amazónica también empezó a sacudirse de su
inercia pero a ritmo lento.

Pero esto no sería sino “herbores”, como diría José María Arguedas, pues el gran cambio
comenzó en la década de 1960 con la expansión de los medios de comunicación,
especialmente la televisión, que por medio de contenidos culturales exóticos a nuestra
realidad relativizaron el patrón oligárquico de conductas, sociales e individuales, vigente
por siglos. Luego vendría lo ya conocido: el cambio radical en el estilo de vida. En siete
décadas nuestra manera de vivir, valorar, pensar, sentir y conocer ha sufrido alteraciones
sustantivas e impresionantes.

Sobre todo en las dos últimas décadas donde el ritmo acelerado de hacer, actuar y
disponer del adelanto científico y tecnológico, del progreso, en el curso del vertiginoso
ritmo de la globalización que vivimos, supera y sobrecoge las capacidades y posibilidades
individuales, y aun la imaginación del ser humano cuando piensa en lo que será su futuro.
Casi sin darnos cuenta, la década de 1940 es ahora un hito histórico, porque desde
entonces millones de peruanos procedentes de las tres regiones del país se benefician de
los adelantos científicos y tecnológicos que hoy discurren a un ritmo abrumador,
competitivo, cambiante y veloz en el mundo.

Por ello, la típica clasificación de la población nacional en tres grandes conjuntos


socioeconómicos: alto, medio y bajo no refleja la realidad nacional. Desde fines del siglo
XX esta clasificación piramidal tradicional y mundial fue sustituida por una clasificación
mucho más segmentada en base a los niveles de ingreso. Los opulentos eran el grupo A,
los pudientes B, los medios C, los bajos D y los pobres E, que engloban a los pobres y
pobres críticos. Numerosos especialistas, empresarios modernos, expertos en márketing y
administración y profesionales diversos, perciben que las dos clasificaciones enumeradas
no corresponden a la nueva realidad que está gestándose debido a la gran movilidad
económica, social y cultural de los sectores populares, notable e insólita en el proceso
peruano.

El conjunto tradicional de clase media formado por profesionales y empresarios medios ha


cambiado e incorpora mayoritariamente a los partícipes de la nueva economía informal
que ha adquirido otra dimensión y composición.

Uno de los factores determinantes de movilidad es el emprendimiento económico. Por


Internet, directamente grupos étnicos amazónicos o comunidades campesinas se conectan
con centros comerciales como Wong o Metro en Lima, para comunicarles el envío de
productos y solicitar su depósito en una cuenta corriente en bancos u otras entidades.

El contraste sorprende y alegra ver en ciudades europeas y norteamericanas, y


recientemente en muchas asiáticas, cómo en los mejores cafés y restaurantes se deleitan
comiendo en tajadas bellamente acondicionadas paltas, mangos, chirimoyas peruanas o
consumiendo más café peruano, exportado directamente por muchas regiones del país y
constatar la creciente existencia de restaurantes de comida peruana en ciudades de
América, Europa y Asia.

La nueva escala de valores, normas, creencias, comportamientos, costumbres, estilos de


vida, maneras de pensar y ser, están reflejados simbólicamente en el serio contraste entre
los espacios que ocupan los ricos y opulentos en el litoral sureño de la gran metrópoli
limeña en el balneario de Asia, en San Isidro, sede del poder económico nacional y en un
pequeño grupo de urbanizaciones de los pocos distritos de la clase alta tradicional.

EL ESTADO DESBORDADO

El Perú oficial tuvo en esta segunda etapa del emergente Perú moderno, cuatro
presidentes civiles elegidos democráticamente, dos de ellos líderes sin partido (recién
involucrados en la política, conocidos como outsider).

En sus gobiernos el poder centralista y economía de la capital se afianzó, potenció y


robusteció debido al crecimiento económico sostenido durante sus periodos
gubernamentales, pero tremendamente afectados por serios problemas de corrupción,
narcotráfico, mal gobierno, y débil conexión con la auténtica realidad de un Perú que se
modernizaba y demandaba participación, educación y cambios estructurales para poner
orden la tremenda desarticulación y crisis de las organizaciones e instituciones de
gobierno. Es decir, un manejo centrado en una clase todavía tradicional, conservadora y
dependiente de transnacionales que dominanban el mundo globalizado.

Pero, una vez más, el Perú y América Latina están perdiendo una oportunidad excepcional.
Pudo el Perú contribuir a crear una comunidad latinoamericana fuerte, como Europa con
la comunidad europea. Contexto que plantea el desafío de establecer políticas y
estrategias de desarrollo nacional en función de relaciones con los bloques regionales, y
especiales con los países de nuestra área próxima: América el sur, en un juego de
interconexiones transversales que permiten integrar el actual eje moderno costeño del
Pacífico con las dos grandes regiones transversales: la Macro Región Andina y la Macro
Región Amazónica, y unirnos con la Cuenca del Océano Atlántico.

También participar activa y plenamente en las diversas organizaciones regionales en


marcha, teniendo en cuenta que somos una sociedad nacional andina, por estar ubicada
en los Andes centrales de la Cordillera de los Andes como lo que nos obliga a vincularnos
especiales y directas con Ecuador y Bolivia, para poder conectarnos más ventajosamente
con Brasil, Argentina y Chile. Replanteando de esta forma la balcanización de América del
Sur impuesta con la descolonización por Simón Bolívar en el siglo XIX.

LA BAZAÑA MODERNIZADORA DEL OTRO PERÚ

En esta primera década del siglo XXI estamos frente a un nuevo Perú y un nuevo mundo
urbano, donde el contraste y la escisión milenaria entre costa, sierra y Amazonía, y el Perú
oficial como lo representativo de lo que era la República peruana y el otro Perú,
dominado, discriminado y mayoritario, está desapareciendo como debió haber sido al
fundarse la República entre 1821 y 1824.

Y al igual de lo que está sucediendo en numerosas sociedades en desarrollo a un mundo


globalizado el nuevo Perú requiere un Buen gobierno que empiece atendiendo a las
organizaciones del nuevo Perú representativo de su nueva realidad pluricultural, que está
buscando una identidad nacional, superando el drama histórico vivido, sin prejuicios, mitos
y rencores y donde el total de su población viva en igualdad de condiciones, como
ciudadanos de una auténtica sociedad nacional andina, integrados física, cultural, social,
económica y políticamente, trabajando dia y noche para aprovechar la feliz coyuntura de
vivir en un país con posibilidades exitosas y rico en recursos naturales y humanos.

La meta es un Buen gobierno a nivel nacional, regional y local, que considere el trato a
organizaciones de la sociedad civil y realice cambios estructurales para pasar del
crecimiento al desarrollo

LA AGENDA DE INCLUSIÓN SOCIAL PENDIENTE

Existen todavía serios problemas de exclusión acumulados que deben ser resueltos por el
Perú oficial y el conjunto emergente de sectores populares y medios limeños y provincianos,
en conjunción con los otros estamentos de la nueva sociedad nacional peruana del siglo
XXI, pero no por las vías convencionales. El principal de ellos es la integración, integración
física que debería ser la prioridad presupuestal del estado y traducirse en gigantesco plan
de construcción de carreteras principales y secundarias en todas las provincias del país.
Este plan al requerir de un contingente laboral de miles de trabajadores no solo sería una
fuente de empleo sino un canal de movilización que podría convertirlos en la punta de
lanza de la modernización rural. El segundo gran problema pendiente es el de la
seguridad de la sociedad ante la amonia y el delito y, en especial, frente al descomunal
crecimiento del narcotráfico que corroe la estructura del estado nacional y la
gobernabilidad.

En tercer lugar, también está pendiente afrontar y resolver la tremenda crisis de la


educación y del conocimiento con su secuela de analfabetismo. Un país íntegro, seguro y
educado no requiere programas sociales, sino soluciones de mercado e igualdad de
oportunidades. Al estado le toca crear las condiciones para que esto sea así, el resto es
responsabilidad de las bases, los pobladores de un país milenario que saben cómo hacerlo
mejor que cualquier programa social. Solo una confluencia de este tipo pueden resultar
cambios estructurales, tendientes a construir un país moderno.

RECUPERAR EL CONOCIMIENTO PROPIO

El reto de lograr el desarrollo equitativo y la democracia efectiva, debemos tener presente


las singularidades y especificidades propias de un largo proceso histórico y de una
geografía contrastada en la cual surgieron actividades culturales y sociales únicas en
América del Sur. En la región sierra todavía vive todavía buena parte de gente pobre ,
que claramente pudieron ser sede y núcleo para el notable desarrollo del país, gente
dedicada por completo a la vida agrícola, que durante mucho tiempo fueron excluidos y
marginados dentro de la sociedad peruana de colonización en 1821. Desde ese entonces
sobreviven con actividades milenarias , esperando que el progreso llegue a sus
comunidades y caseríos , recreandolos y vigorizando sus habilidades, técnicas ,sistemas de
reciprocidad ,solidaridad , ayuda mutua y sobre todo el reconocimiento y valorización del
ayllu. El ayllu constituyó la unidad social y cultural agraria a base que, el poblador andino
utilizó para aprovechar el agreste espacio,controlar el territorio y posibilitar la formación
de una civilización de nivel mundial, basada en una economía agraria de subsistencia y
en un sistema de tenencia de la tierra familiar por vida y de un uso común y colectivo de
terrenos comunales diversos en extensión,producción,localización y complementariedad.

Numerosos productos como la papa y quinua salvaron de la hambruna a los europeos o


sanaron sus enfermedades.Fueron alimento y medicina como la coca, sagrada y ritual
,mitigrante y antidepresiva,mientras que en la costa central y norteñas embarcaciones
recorren largas distancias , esto permitió la extensión de diversas regiones que hicieron
posible más tarde, el logo andino; Tahuantinsuyo y diferentes culturas.

REVALORAR Y RECREAR EL OTRO PERÚ

El primer bastión del otro Perú estaba constituido por la comunidad campesina y sus
formas asociativas y reciprocidad andina existentes en todo el país. El cual hoy en día la
mayoría de ellas, sobre todo las serranías, son mayoritariamente distritos. Todo un
conjunto de comunidades andinas de nuevo cuño, esperando recrearse y participar en el
despertar y presenciar la provincia nacional a su estilo y manera de vivir.

Es importante tener presente las reminiscencias históricas, dado que en que sus décadas
iniciales gestaron mayormente a los migrantes en el mundo a lo urbano. Lo cual hace
posible comprender mucho lo sucedido en sus últimas 7 décadas. En la costa, las
comunidades que integran el mundo andino antiguo tienen otra historia, derrotero y
porvenir, hicieron en la costa norte, central y sur, el cual explica el acto desarrollo al que
llegaron los grupos étnicos costeños.

En la región Amazónica, la realidad de más de 60 etnias o grupos étnicos, que eran


organizados en comunidades nativas pertenecientes a 18 familias lingüísticas, con más 70
lenguas y una población de 350 mil habitantes, 1,2% de la población total del país y que
conocen como la palma de su mano, lo dominan y explotan racionalmente, defendiéndose,
cuidándolo. Todas estas comunidades campesinas y nativas, más de seis mil, con una
población cerca de 4 millones, viven en pueblos y caseríos, el cual constituye el gran
espacio de muchos de los todavía olvidados.

El racional y sano proceso del futuro es recrear y potenciar este binomio, a fin de afianzar
las identidades y valores micro espaciales de defensa, conservación y uso racional del
medio ambiente, así como la participación, creación, recreación y desarrollo. Esta
población constituye una rica reserva de creatividades y potencialidades que esperan
recreación, integración y plena participación en el del despertar de la provincia.

UNA MIRADA DE LARGO PLAZO

La principal, entre otras importantes que quedan todavía pendientes, contribuir al


surgimiento de una auténtica y real sociedad nacional andina, estudios de largos años,
desde 1947, cuando comencé trabajos de campo en la comunidad de Tupe, en el valle de
Cañete, Yauyos; antes aprendiendo en 1946 en el proyecto Virú en la costa norte y en 1950
cuando estudiaba la comunidad indígena de la isla de Taquile en el lago Titicaca, y en
Lima contemplando el surgimiento de la primera barriada en San Cosme, en 1946.

Desde entonces hasta el presente no hemos cesado de investigar e interpretar la


cultura peruana, estilos de vida, su poder para modificar modos de vida,
transformarlos, influir en el comportamiento de otros sin hacer uso de la coerción,
el respeto de los unos a los otros, la valoración de su propia historia y realidad física
para comprender a los otros, a las otras culturas, afianzar el pluralismo dándole
otra dimensión, la interculturalidad, la identidad e integración, el desarrollo y la
democracia.

EL RETO DE LAS PRÓXIMAS DÉCADAS

Hasta aquí este análisis de la presencia del Otro Perú en el mundo urbano, los de
abajo, los olvidados forjando una alternativa paralela al Perú Oficial y, con ello,
contribuyendo al desarrollo integral del Perú, formación de las barriadas limeñas
más representativas, dando a conocer cómo fue la inserción y acomodo urbano de
millones de pobladores mayoritariamente rurales y pobres a las ciudades costeras
representantes de la modernidad y el bienestar. Perú como provincianos olvidados
y discriminados con el estigma de colonos, analfabetos e idólatras, porque desde la
llegada de los primeros pobladores al espacio llamado Perú, hace 115 siglos, vivieron
como grupos étnicos en desarrollos regionales desiguales, con identidades e
interacciones propias y un estilo de vida o cultura compartida de creatividades, y que
en un continuum habían logrado forjar una civilización que no fue reconocida.

Reitero, en siete décadas, los emigrantes del Otro Perú han tenido éxito, pero lo
conseguido es insuficiente para lograr los cambios estructurales que el Perú requiere.
Enfrentar y rebasar al Perú Oficial y al poder económico nacional centrado en la gran
ciudad capital y luchar por el cambio estructural que forje una sociedad desarrollada
necesitará todavía sobrepasar un contexto precario, pobre, apabullante, anómico e
individualista.

INTEGRANTES:
● Alvarado Portal,Thais
● Arenas Solis, Liliana
● Chilcon Vidarte,Cesly
● Flores Lopez, Evita
● Hurtado Jimenez,Johane
● Villacorta Castro, Milene

NRC: 1480

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