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¿Qué es la corriente alterna (CA)?

La corriente alterna (CA) es un tipo de corriente eléctrica que cambia a lo largo del
tiempo de sentido a intervalos regulares.

El voltaje varía entre los valores máximo y mínimo de manera cíclica. El voltaje es
positivo la mitad del tiempo y negativo la otra mitad. Esto significa que la mitad del
tiempo la corriente circula en un sentido y, la otra mitad en sentido opuesto. En la
figura se aprecia la periodicidad de la señal alterna, y se destacan V max que es el
máximo valor de la señal y un valor V ef denominado tensión eficaz que se relaciona
con el anterior valor mediante la expresión: V max = √ 2 * Vef Más adelante se
ampliará este concepto pero podemos adelantar que es valor al que habitualmente
hacemos referencia al hablar de tensión. Cuando decimos que la tensión
domiciliaria es de 220 V nos estamos refiriendo al valor eficaz de la tensión, que
es también el valor que registra el multímetro o tester, cuando medimos tensión,
como habrán visto que hace el electricista.

La forma más habitual de la ondulación sigue una función trigonométrica tipo seno.
Esta es la forma más eficiente y práctica de producir energía eléctrica mediante
alternadores, ya volveremos sobre este tema.

En los orígenes industriales del uso de la electricidad en el siglo XIX se utilizó


corriente continua. La ventaja de la corriente directa es que se puede almacenar
en baterías. Sin embargo, un tiempo más tarde, Nikola Tesla desarrolló la
corriente alterna. Este hecho provocó una importante disputa entre Thomas
Edison y George Westinghouse para distribuir la electricidad utilizando una
tecnología u otra en la llamada guerra de las corrientes.

Ventajas de la corriente alterna.

 El uso de la corriente alterna tiene las siguientes ventajas si la comparamos


con la corriente directa:

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 Es posible aumentar o disminuir el voltaje o tensión por medio de
transformadores.
 Facilita el transporte de la electricidad eléctrica con poca pérdida de
energía.
 Es posible convertirla en corriente directa con facilidad.
 Incrementando su frecuencia electrónicamente se puede transmitir voz,
imagen, sonido y órdenes de control a grandes distancias, de forma
inalámbrica.
 Los motores eléctricos y los generadores de este tipo de corriente son más
sencillos y fáciles de mantener.

Frecuencias de una corriente alterna

La frecuencia es la cantidad de ciclos de la onda senoidal que se producen en una


unidad de tiempo.

La curva senoidal representa la variación de la tensión en una corriente alterna. La


frecuencia de la misma corriente es la cantidad de vueltas o ciclos que da el radio
del círculo trigonométrico en una unidad de tiempo.

La frecuencia del sistema eléctrico varía según el país y, a veces, dentro de un


país.

La mayoría de la energía eléctrica se genera a 50 o 60 Hertz. Algunos países


tienen una mezcla de suministros de 50 Hz y 60 Hz. Por ejemplo, Argentina
genera en 50 Hz y Brasil en 60 Hz.

Energía eléctrica:

La energía eléctrica viene dada por el producto de la tensión, la intensidad y el


tiempo y se mide habitualmente en Kw-h (Kilowatt-hora) como pueden advertir al
leer los datos de la boleta de luz. Dado que la sección de los conductores de las
líneas eléctricas depende de la intensidad, mediante un transformador se puede
elevar la tensión hasta altos valores. Al aumentar la tensión disminuye la
intensidad de corriente, para una potencia eléctrica dada.

La gran ventaja de distribuir la corriente a alta tensión es que la electricidad se


puede distribuir a largas distancias a con bajas intensidades de corriente a través
de las líneas eléctricas. Esto reduce las pérdidas energéticas provocadas.
También se hablará luego de esto.

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Un poco de historia….

La electricidad está tan presente en nuestro día a día que tendemos a pensar en
ella como una necesidad fundamental, al igual que ocurre con el agua corriente.
Sin embargo, lo cierto es que los seres humanos la aprovechamos desde hace
relativamente poco. Estudiada desde finales del siglo XVI, la electricidad —
entendida como los fenómenos eléctricos observables— fue durante mucho
tiempo un mero objeto de curiosidad y entretenimiento antes de entrar a formar
parte de nuestra vida cotidiana.

Hasta finales del siglo XVIII, el término electricidad estuvo reservado a aquellos
cuerpos que, tras ser frotados, se atraían o se repelían, ámbito que se conoce hoy
como electrostática. Su descubrimiento se atribuye al filósofo griego Tales de
Mileto (siglo VI a.C.), quien vio que, tras frotar un pequeño trozo de ámbar
enérgicamente, este adquiría la propiedad de atraer pequeñas partículas.
Precisamente, la palabra electricidad deriva del griego elektron, que significa
‘ámbar’. Sin embargo, el estudio sistemático de la electricidad no se inició
realmente hasta finales del siglo XVI, de la mano del científico inglés William
Gilbert (1544-1603), autor del primer tratado conocido acerca de este tema.

Las aportaciones de Gilbert serían retomadas por un alemán, Otto von Guericke
(1602-1686), quien inventó la primera máquina de vacío. Esta facilitaba la
atracción de los cuerpos electrificados, ya que el aire dejaba de ser un obstáculo.
Von Guericke también fue el artífice de la primera máquina electrostática: en este
caso, un gran globo de azufre que el científico electrificó frotándolo con las manos.
Estos instrumentos rudimentarios le permitieron descubrir tanto el fenómeno de la
conducción eléctrica, es decir, la capacidad de esta misteriosa energía de
transmitirse a través de ciertos cuerpos, como el poder de las puntas, esto es, la
tendencia de los objetos puntiagudos a presentar propiedades eléctricas.

Este último efecto fue aprovechado un siglo después por el estadounidense


Benjamin Franklin (1706-1790), tras haber demostrado, en 1752, que el rayo es un
fenómeno de naturaleza eléctrica, una especie de chispa gigante. Esta
observación, unida a los hallazgos de Von Guericke acerca de los objetos
puntiagudos, le permitió inventar el pararrayos. Se trataba de una varilla terminada
en punta que, colocada sobre los edificios o los barcos, los mantenía a salvo de
los efectos de la electricidad de las nubes.

En el siglo XVIII, el trabajo experimental iniciado en el siglo anterior se aceleró.


Pronto se descubrieron otros efectos y surgieron nuevos utensilios, al tiempo que
se definieron nuevos conceptos, un paso previo indispensable para el
conocimiento de los fenómenos electrostáticos. Le debemos al inglés Stephen
Gray (1666-1673) el descubrimiento de la electrificación por influencia, consistente

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en la posibilidad de electrificar un cuerpo a distancia, sin contacto directo, así
como la distinción entre cuerpos conductores, que permiten que la electricidad se
propague, y cuerpos aislantes, que inhiben esta transmisión.

En 1733, el físico y químico francés Charles du Fay (1698-1739) realizó otra


aportación clave a la historia de la electricidad. Du Fay descubrió que había dos
tipos de electricidad —a las que hoy nos referimos como cargas eléctricas—: un
primer tipo obtenido de frotar vidrio, al que llamó electricidad vidriosa, y una
segunda tipología obtenida de la fricción de cuerpos resinosos, a los que llamó
electricidad resinosa. Dos cuerpos con una carga eléctrica de la misma naturaleza
se repelen entre sí, mientras que dos cuerpos con una carga eléctrica diferente se
atraen. Por esta razón, Benjamin Franklin adoptó años después los conceptos de
electricidad positiva y negativa.

Ahora bien, la auténtica revolución llegó de un lugar insospechado: el trabajo de


un anatomista italiano, Luigi Galvani (1737-1798) en los músculos de las ancas de
ranas disecadas. En 1791, descubrió que estos músculos mostraban curiosas
propiedades eléctricas en cuanto entraban en contacto con dos metales de diversa
naturaleza.

Más adelante, el físico italiano Alessandro Volta (1745-1827) retomó los avances
de su compatriota y demostró que la rana desempeñó meramente un rol
secundario: el efecto eléctrico resultó en realidad del contacto de dos metales de
diferente naturaleza a través de un paño húmedo. Inspirado por esta conclusión,
en 1800 desarrolló la primera batería eléctrica, que consistía en una pila —de ahí
su nombre— de discos de cobre y zinc, entre los cuales había tejidos
interconectados empapados en ácido.

Esta invención revolucionó la electricidad: a diferencia de las máquinas


electrostáticas que debían cargarse por fricción —y que se descargaban en muy
poco tiempo—, la batería Volta producía una especie de descarga continua que el
físico francés André-Marie Ampère (1775-1836) bautizó en 1820 como corriente
eléctrica. Este concepto hace referencia a un desplazamiento de cargas dentro de
un conductor. En homenaje a Ampère, la unidad internacional de la intensidad de
la corriente eléctrica, es decir, la cantidad de cargas que atraviesa una sección de
conductor por unidad de tiempo, se denomina amperio. En homenaje a Volta, se
acuñó el término voltaje, es decir, la capacidad de una batería para producir una
corriente eléctrica. La cantidad se expresaría en voltios.

Otro momento importante para la historia de la electricidad vino de la mano del


descubrimiento de la electrólisis, consistente en la descomposición en iones de
una sustancia en disolución mediante la corriente eléctrica. Esta se realizaba
mediante dos barras sólidas conectadas a los terminales de una batería (dos

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electrodos, según la terminología introducida por Michael Faraday unos años más
tarde). La electrólisis permitió al químico inglés Humphry Davy (1778-1829)
descubrir, a principios del siglo XIX, una multitud de elementos hasta ahora
desconocidos: sodio, potasio, calcio, magnesio, bario y estroncio. Al reemplazar la
solución acuosa con un gas encerrado en un recinto de vidrio, se produjeron las
primeras descargas eléctricas duraderas, que servirían de base para los primeros
dispositivos de iluminación urbana en la segunda mitad del siglo XIX. Finalmente,
en 1841, el inglés James Prescott Joule (1818-1899) observó que el paso de una
corriente eléctrica en un conductor metálico provocaba una liberación de calor. Es
el efecto Joule, un fenómeno por el cual, si en un conductor circula corriente
eléctrica, parte de la energía cinética de los electrones se transforma en calor.

Este hallazgo daría el empujón de salida a una segunda revolución en el norte de


Europa. En 1820, Hans Christian Ørsted (1777-1851), profesor de física en la
Universidad de Copenhague, observó que un cable conductor con corriente
eléctrica desviaba una aguja magnética colocada cerca. Este experimento, al
mismo tiempo que reveló por primera vez la existencia de efectos magnéticos de
la electricidad, inauguró el estudio de las interacciones entre los imanes y los
cables atravesados por las corrientes.

Este estudio tuvo considerables implicaciones teóricas. Sin ir más lejos, mostró
que un imán podía mover un cable conductor atravesado por una corriente.
Aprovechando este efecto para encender un circuito eléctrico, Michael Faraday se
dio cuenta, desde 1821, de lo que puede considerarse el antepasado del motor
eléctrico.

Por otro lado, la experiencia de Ørsted había demostrado la existencia de vínculos


entre la electricidad y el magnetismo. Los dos dominios fueron unificados por el
escocés James Clerk Maxwell (1831-1879) en 1864, dando lugar al
electromagnetismo.

La segunda mitad del siglo XIX estuvo marcada por un espectacular desarrollo de
la electricidad industrial o electrotécnica. La batería Volta pronto fue reemplazada
por baterías más eficientes, como la batería Daniell (1836), la batería Bunsen
(1841) o la batería Leclanché (1864). En 1859, el francés Gaston Planté (1834-
1889) desarrolló la primera batería recargable o acumulador. Los generadores
experimentaron un auge similar: la invención de la dinamo en la década de 1870 a
manos de Zénobe Gramme (1826-1901) presagió la aparición de los primeros
generadores o alternadores de corriente alterna, en particular gracias al trabajo del
ingeniero croata Nikola Tesla (1856-1943). Estos dispositivos, impulsados por las
enormes turbinas de las centrales eléctricas, constituyen el elemento central de la
producción de energía eléctrica. El desarrollo de generadores acompañó de forma
natural al de los dispositivos inversos, más conocidos como motores eléctricos.
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Estos avances contribuyeron al desarrollo de aplicaciones de electricidad a lo
largo del siglo pasado. Ya en 1839, apareció en Inglaterra el primer instrumento de
telecomunicaciones que funciona utilizando señales eléctricas transmitidas a lo
largo de un cable, el telégrafo, desarrollado por los ingenieros William Cooke y
Charles Wheatstone. En 1876, el estadounidense Alexander Graham Bell (1847-
1922) utilizó por primera vez señales eléctricas para transportar la voz humana
desde la distancia: acababa de nacer el teléfono.

Pronto fue el turno de los medios de transporte para ser electrificados: el primer
tranvía eléctrico, de los ingenieros alemanes Werner von Siemens y Johann
Halske, data de 1879. El primer tren eléctrico, inventado por Thomas Alva Edison
(1847-1931), data de 1880. Edison también fue el impulsor de numerosos
inventos, como el fonógrafo, la cámara de cine o la bombilla incandescente.

Gracias al desarrollo de transformadores eléctricos en la década de 1880 y a los


altos voltajes que estos dispositivos hicieron posible, se pudo extender la distancia
del transporte de electricidad desde su lugar de producción hasta el corazón de las
ciudades, lo que supuso una revolución urbana. Con el desarrollo de la corriente
alterna se inventa un sinfín de aparatos eléctricos, que hoy conocemos como
electrodomésticos y paralelamente se inicia lo que se ha denominado la revolución
de las corrientes pequeñas o tecnología en semiconductores, materiales que
tienen características intermedias entre conductores aislantes como el Silicio, el
Germanio y el Arseniuro de Galio entre muchos otros. Así, los voluminosos
aparatos a base de válvulas de vacío fueron reemplazados por otros mucho más
pequeños a base de transistores. Posteriormente surgieron los circuitos
integrados, que podían integrar en los mismos decenas de transistores hasta
llegar a los microprocesadores que contienen millones de circuitos integrados. Hoy
en día estamos en pleno auge de dispositivos inalámbricos, capaces de transmitir
audio, imagen y sonido simultáneamente, prácticamente en tiempo real y a través
de grandes distancias. Es decir, que la evolución iniciada a partir de Thales de
Mileto parece no tener fin.

Regresando a la tensión alterna….

 Valor medio y eficaz: El valor medio o promedio de cualquier señal


eléctrica, se obtiene sacando el área total bajo la curva en un ciclo y
dividiéndolo entre su periodo. El área arriba del eje x, se considera positiva
y el área debajo del mismo eje se considera negativa. Estas señales
pueden ser de voltaje o de corriente.
En la gráfica de la derecha, se muestra una señal senoidal que indica el
valor de cada una de esas áreas.

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Este tipo de señal, se caracteriza porque el área arriba del eje x y
debajo de este son iguales, por lo que si se obtiene la altura promedio
del área en un ciclo completo, el valor sería cero.

Así pues, en una señal senoidal o cosenoidal, se puede concluir que el valor
promedio, sin importar su magnitud ni el periodo, tendrá un valor promedio
igual a cero. Ahora bien, si queremos hacer cálculos basados en un valor de la
señal eléctrica que la identifique, está visto que no nos sirve para ello el valor
medio, ya que el mismo es nulo. Esto conduce al concepto de valor eficaz.

Se llama valor eficaz de una tensión alterna, al valor que tendría una tensión
continua que produjera la misma potencia eléctrica que dicha tensión alterna, al
aplicarla sobre una misma resistencia.

Es decir, se conoce el valor máximo de una corriente alterna (V max), luego se aplica
ésta sobre una cierta resistencia y se mide la potencia producida sobre ella. A
continuación, se busca un valor de tensión continua que produzca la misma
potencia sobre esa misma resistencia. A este último valor, se le llama valor eficaz
de la primera tensión (la alterna).

Para una señal sinusoidal, el valor eficaz de la tensión es

Vmax
Vef=
√2
En general, todos los cálculos habituales en electricidad están hechos en valores
eficaces y es también el valor que registran los instrumentos que miden tensiones.

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Así, cuando tomamos tensión con un voltímetro o tester y leemos 220 voltios, nos
está indicando 220 voltios eficaces.

Un generador elemental de tensión alterna

El generador de corriente alterna es un dispositivo que convierte la energía


mecánica en energía eléctrica. El generador más simple consta de una espira
rectangular que gira en un campo magnético uniforme.

El movimiento de rotación de las espiras es producido por el movimiento de una


turbina accionada por una corriente de agua en una central hidroeléctrica, o por un
chorro de vapor en una central térmica. En el primer caso, una parte de la energía
potencial agua embalsada se transforma en energía eléctrica; en el segundo caso,
una parte de la energía química se transforma en energía eléctrica al quemar
carbón u otro combustible fósil.

Cuando la espira gira, el flujo del campo magnético a través de la espira cambia
con el tiempo. Se produce una fem. Los extremos de la espira se conectan a dos
anillos que giran con la espira, tal como se ve en la figura. Las conexiones al
circuito externo se hacen mediante escobillas estacionarias en contacto con los
anillos.

Si conectamos una bombilla al generador veremos que por el filamento de la


bombilla circula una corriente que hace que se ponga incandescente, y emite tanta
más luz cuanto mayor sea la velocidad con que gira la espira en el campo
magnético.

Esto está basado en el hecho estudiado por Faraday – Lenz que que se genera
una tensión eléctrica cuando hay una variación de flujo magnético en el tiempo.

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Podemos entender al flujo magnético como la cantidad de líneas de campo
magnético que atraviesan la superficie. Luego, al moverse la superficie, variará el
número de líneas de campo magnético que la atraviesan y se generará (se
inducirá) una tensión alterna.

Así pues, concluimos entonces en el hecho de que se puede inducir una fem
cuando:

 El campo magnético cambia con el tiempo.


 El área de la espira cambia con el tiempo.
 El ángulo entre el vector campo B y el vector superficie S cambia con el
tiempo.

GENERADOR REAL

Principio de funcionamiento

El generador síncrono, basa su funcionamiento en la inducción electromagnética


según la ley de Faraday. Cuando un conductor eléctrico y un campo magnético se
mueven de manera relativa uno respecto del otro, se induce en el conductor una
diferencia de potencial.

Funcionamiento

El generador de tensión alterna, denominado generador síncrono o alternador está


compuesto principalmente de una parte móvil o rotor y de una parte fija o estator.
En las máquinas actuales, se coloca un dispositivo interior giratorio conformado
por un núcleo magnético y un conductor dispuesto en forma de espiras llamado
rotor (inductor), y una parte externa fija denominado estator (inducido). Al rotor se
le suministra una corriente continua para su excitación, la que genera un campo
magnético.

Así pues, al hacer girar el rotor mediante un evento externo (motor diesel, turbina
de vapor, gas o hidráulica) se induce en el estator un campo magnético giratorio.
Este campo, induce en los devanados del estator una fuerza electromotriz (F.E.M.)
alterna senoidal.

La velocidad angular de rotación del campo, está determinada por la frecuencia de


la tensión alterna y del número de pares de polos.

2∗π∗f
ωs =
p

Donde f es la frecuencia de la tensión alterna y p es el número de polos


magnéticos en el rotor.

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Generador trifásico de dos polos (corte transversal)

Rotor o inductor de un generador de gran potencia

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Estator de un generador de gran potencia

¿Sabes cómo llega la tensión alterna a tu casa?

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Como puedes observar una vez generada la electricidad en la centrales eléctricas,
la tensión se eleva (aumenta) para llevarla hasta las ciudades por medio de la Red
Eléctrica de Transporte o Transmisión.

Vemos que la tensión alterna generada en las centrales se eleva para


transportarla en alta tensión

¿Por qué?.

Para que la sección de los cables por donde viaja sea lo más pequeña posible y
reducir costos.

Si los conductores son de poca sección, quiere decir que serán mucho menos
costosos.

¿De qué depende la sección de los conductores?

Pues de la intensidad que circula por ella.

Si conseguimos que circule poca intensidad por los conductores tendremos líneas
de transporte más baratas.Veamos como conseguimos esto.

Nosotros lo que queremos es transportar energía eléctrica de un sitio a otro.

Resulta que la energía eléctrica es:

Energía= Potencia x tiempo.

El tiempo es un factor que no influirá en nada para la sección de los cables, lo que
si que influirá será la potencia a transportar.
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Lo que necesitamos es generar una potencia determinada de un punto que se
genera a un punto que se consume. En definitiva, podemos decir que se
transporta potencia.

Potencia = Tensión x Intensidad

Para transportar una misma potencia, si elevamos mucho la tensión en el producto


de la fórmula, resulta que se reduce la intensidad. Esto es precisamente lo que
queremos.

Con lo que queda demostrado que:

A Mayor Tensión ==>Menor Intensidad ==> Menor Sección Conductores ==>


Menor Costo de las Líneas de Transporte.

Fíjate que para transportar energía, hacen falta miles kilómetros de cables, por lo
que el ahorro es muy grande.

Aunque se transporte en AT, lógicamente antes de llegar a las viviendas


tendremos que bajar la tensión para que no resulte peligrosas las instalaciones a
las personas, por lo que el usuario final utiliza ténsiones de 400V o 230V.

Esta bajada de tensión se va bajando mediante Transformadores en varias fases


que se agrupan en las llamadas Subestaciones.

Las Subestaciones Eléctricas

Estos transformadores, que bajan la tensión antes de llegar a las ciudades, se


llaman Subestaciones Eléctricas, y pueden ser intermedias o de distribución
directa.

Tienen la misión de bajar la tensión hasta llegar a los 230V (en las viviendas),
400V o mayores (en la industria) y que podamos utilizarla directamente.

Lógicamente no se puede bajar desde 132 KV, por ejemplo directamente a 230V,
es mejor ir haciéndolo poco a poco a medida que nos acercamos a los puntos de
uso.

Este es el motivo por el que nos encontramos con diferentes Subestaciones


Eléctricas Intermedias antes de llegar a las ciudades.

Incluso hay algunos tipos de industrias (grandes y medianas) que necesitan


tensiones diferentes a las normales de 230V o 400V, por lo tanto, también
necesitarán subestaciones intermedias.

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Suelen tener su propia subestación llamada "Centro de Transformación", en lugar
de Subestación.

Las Subestaciones de Distribución ya bajan directamente la tensión a 230V o


400V para uso en viviendas o industria pequeña.

Aquí puedes ver el transformador y las líneas que salen de una Subestación:

Si te fijas en la imagen de arriba hay un punto llamado punto de distribución de la


red.

Este punto es también una subestación con transformadores, pero que a la vez
distribuye (separa) diferentes líneas.

En la Argentina las líneas de Alta Tensión son de 500 kV, 330 kV y 220 kV. Las
línea de Media Tensión, de 33 o 13,2 kV y la línea de Baja Tensión, de 380/220
voltios, según lo que establece el régimen nacional de la energía eléctrica.

Sistema Argentino de interconexión (SADI)

El Sistema Argentino de Interconexión (SADI) (anteriormente llamado Sistema


Interconectado Nacional) es una red eléctrica conformada por tendidos de alta
tensión que interconectan las distintas regiones de Argentina. Es la red que
recolecta y transporta toda la energía eléctrica que se genera en el país.

La longitud del SADI es de 20296 kilómetros de distribución troncal, y 14197 km


de líneas de 500 kV.

Su objetivo es que todo el país esté conectado por un sistema eléctrico común y
único. Esto permite al estado tener un mayor control sobre el sistema eléctrico
nacional, mejorar su funcionamiento y evitar fallas que se puedan producir como
resultado de la conexión de sistemas eléctricos regionales sometidos a diferentes
regulaciones, que al ser conectados en un sistema común, puedan tener
incompatibilidades que impidan su correcto funcionamiento.

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Actualmente, si bien el sistema permite conectar a la mayor parte del territorio
argentino, existe una sola provincia que queda fuera del mismo: Tierra del Fuego.
El motivo es el elevado costo que insume el tendido eléctrico necesario para
permitir la conexión de esa austral provincia isleña con el resto del país.

Este sistema se encuentra administrado y regulado por el Ente Nacional


Regulador de la Electricidad (ENRE) y por la Compañía Administradora del
Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima (CAMMESA).

Como antes se detalla, el SADI involucra todas las etapas de generación y


distribución energética en esta particular cadena de suministro. Una manera de
subdividirla es en 4 etapas características: la primera etapa es la generación, la
segunda es el transporte, la tercera es la distribución, y la cuarta y última los
consumidores o clientes finales.

La primera etapa, es la encargada de la generación de la energía eléctrica a partir


de cualquier tipo de fuente, ya sea renovable o no renovable.

La segunda etapa, es aquella que se encarga del transporte de alta tensión de la


energía desde las plantas generadoras hasta las subestaciones de distribución. El
transporte se lleva a cabo mediante cableados metálicos de aluminio o cobre, a
alta tensión o diferencia de potencial (V). Se busca tener la menor cantidad de
pérdidas posibles, motivo por el cual a partir de un transformador de tensión, se
eleva la misma para reducir la corriente de transporte y consecuentemente las
pérdidas en las líneas.

La tercera etapa, es la distribución de energía desde las subestaciones hasta los


barrios o las industrias. Esta etapa se hace con líneas de media tensión, cuya
reducción se lleva a cabo en las subestaciones mediante transformadores de
tensión.

La cuarta etapa consiste en los consumidores o clientes finales: hogares,


instituciones, industrias, etc.

En la provincia de Tucumán…

La Provincia de Tucumán se encuentra interconectada al Sistema Argentino de


Distribución de Energía Eléctrica (SADI) a través de la Estación Transformadora
de Extra Alta Tensión (500 kV) “El Bracho”. Desde allí, se transporta la energía
eléctrica a las diferentes estaciones transformadoras existentes en la Provincia, en
tensiones de 220 kVy 132 kV. También existe interconexión con las provincias de
Santiago del Estero, Salta y Catamarca. La Provincia cuenta con dieciséis (16)
Estaciones Transformadoras que permiten la distribución de energía a los usuarios
residenciales, industriales y comerciales en las diferentes regiones de Tucumán.

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Además, cuenta con un Plan de Transporte de Nuevas Instalaciones establecido
para asegurar el futuro suministro de energía eléctrica que incluye la instalación de
siete (7) nuevas estaciones transformadoras y dos Líneas de Alta Tensión en 132
KV hasta el año 2023.

Potencia instalada en MW

Agua Blanca 60

Aguilares 60

Avellaneda 60

Bracho 15

Burruyacú 15

Cevil Pozo 90

Estática Sur 90

Independencia 90

Independencia II 30

La Cocha 30

Lules 30

Sarmiento 80

Tafí del Valle30

Trancas 15

Tucumán Norte 120

Tucumán Oeste 120

Villa Quinteros 45

La obra estructural más importante para el desarrollo energético de la Provincia de


Tucumán es la construcción del cierre de anillo entre ET Manantial (actualmente
en construcción. Fecha de Puesta en Servicio: marzo de 2022) y ET Los Nogales.
Permitirá construir la ET Yerba Buena Norte y cerrar el anillo con la actual ET
Tucumán Oeste. Se destaca que debajo de este corredor, entre Manantial y Los
Nogales, se ha previsto la construcción de las ET Yerba Buena Sur, Villa Carmela

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y Tafí Viejo. Las estaciones mencionadas formarán parte del área abastecida por
la futura ET en Extra Alta Tensión 500KV “Espinillo”.

En cuanto a la generación de energía eléctrica, Tucumán cuenta con un polo de


generación térmica muy importante en Central Térmica YPF-El Bracho, de
aproximadamente 1500MW. Además, la Central Térmica Independencia amplió su
potencia instalada a 200MW con dos (2) nuevas unidades de última generación
puestas en servicio durante el año 2019.

Existen además, tres (3) centrales de generación de energía hidráulica: Escaba, El


Cadillal y Pueblo Viejo, que suman una potencia instalada del orden de 50MWde
energía renovable y limpia.

Durante el año 2019, entró en servicio una unidad generadora térmica a partir del
uso de Biomasa, de 1,2MW en el ingenio Leales y está en proceso de
construcción una Planta de 22MW que emplea como combustible Vinaza/ Bagazo
de la empresa GENEIA estimándose su puesta en servicio durante el próximo año.

Actualmente se está gestionando la instalación de energía solar fotovoltaica en


Amaicha del Valle. Esto permitirá contar con energía firme en el valle de Amaicha,
lo que permitirá el desarrollo de nuevos polos productores en la zona, al ser
posible incrementar el riego mediante el uso de motores eléctricos.

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