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BOLIVIA SOBRE DOS IMPERIOS

Por Jorge Abastoflor Frey

En "Días de Gloria: Relatos históricos de Bolivia"

Es 21 de mayo de 1825 y el Gobierno de Matto Grosso del Imperio del Brasil se encuentra en una
severa crisis de decisión. En una oscura sala discuten acaloradamente los jerarcas del Estado
brasileño, tratando de encontrar una solución al enorme problema en el que se han metido.

Desde el 25 de abril, el servicio de inteligencia brasileño ha estado enviando reportes continuos


acerca del intercambio epistolar que se está produciendo en Charcas respecto de la presencia de
tropas brasileñas en el territorio de Chiquitos. Las noticias de la indignación de Charcas y del jefe
militar que la gobierna, el General Antonio José de Sucre, Gran Mariscal de Ayacucho, han volado
como el viento. Se sabe que un tal Coronel López ya ha llegado a la ciudad de Santa Cruz de la Sierra
con 300 hombres para defender la plaza. También se conoce que el Batallón Primero de Línea de
Charcas está a pocas horas de llegar a dicha ciudad, mientras que dos escuadrones de caballería
realizan reconocimientos de los caminos de ingreso a la Provincia de Chiquitos.

Los informes también anotan la febril y entusiasta movilización que se está produciendo en la ciudad
de Santa Cruz de la Sierra, donde los veteranos de la Gran Guerra de Independencia, patriotas y
realistas, han sido llamados al servicio para tomar las armas en contra del Imperio del Brasil. En total,
sumando las tropas que ha enviado Sucre y las que se alistan en Santa Cruz de la Sierra, los agentes
brasileños estiman en 4.000 los hombres que Charcas está poniendo en apresto.

Sin embargo, más allá de la movilización, la noticia más grave que han obtenido los agentes secretos
del Imperio es que el General Antonio José de Sucre ha ordenado no solamente la expulsión de las
tropas brasileñas invasoras del territorio de Charcas, sino también… la invasión del Brasil.

Las noticias que llegan de Charcas habían provocado una crisis en el Imperio del Brasil. Los diputados
y senadores de Matto Grosso ya se habían reunido entre el 12 y 13 de mayo para volver a debatir
sobre la ocupación de la Provincia de Chiquitos.

La belicosa actitud de Antonio José de Sucre y de Charcas provocó que los representantes brasileños
retrocedan en sus anteriores decisiones y opten por retirar las tropas brasileñas expedicionarias que
ocupaban el territorio chiquitano. (Vázquez-Machicado)

Entre forcejeos, los dirigentes políticos del Ejecutivo de Matto Grosso se echan la culpa unos a otros
de esta cuestión, que ha resultado más peligrosa de lo que se pudo creer en principio. ¿Qué se debe
hacer ahora? La guerra ya se ha desatado y aquel joven General que gobierna Charcas está ansioso
por acabar con el último trono que se levanta sobre el continente sudamericano.

Mientras tanto, en Charcas, Antonio José de Sucre no deja de enviar cartas al Gobierno peruano y al
propio Simón Bolívar para obtener autorización para invadir el Imperio del Brasil. Bolívar actúa con
cautela. Atacar al Brasil significaría romper con Inglaterra y, tal vez, la guerra con los británicos. ¿Qué
hacer? Bolívar está en una encrucijada, entonces decide desplazarse a Charcas para apreciar la
situación por sí mismo.

En Matto Grosso, la presión sobre el Poder Ejecutivo es tan intensa que, al final, los jerarcas
brasileños no encuentran otra opción que ordenar el retiro de las tropas brasileñas de la Provincia de
Chiquitos. Por la noche de aquel 21 de mayo, parte un mensajero con las órdenes de repliegue de la
tropa brasileña.
Las órdenes las recibió el Comandante de la fuerza expedicionaria brasileña en Chiquitos, José de
Araujo e Silva, el 30 de mayo de 1825. El Jefe brasileño, abatido y decepcionado, escribe el mismo día
una carta al Coronel José Videla, Comandante General de Santa Cruz de la Sierra, comunicándole las
deliberaciones de los parlamentarios de Matto Grosso y la decisión de su Gobierno. Araujo e Silva
termina la carta anunciando su retiro de la provincia de Chiquitos.

Entonces, aquellas autoridades realistas que promovieron la separación de Chiquitos y su


incorporación al Imperio del Brasil, se vieron abandonadas por las tropas brasileñas cuando el
Ejército de Charcas marchaba para combatirlos. Todos los que habían participado en esta oscura
maniobra escaparon y fueron perseguidos por las tropas bolivianas a través de las Provincias de
Chiquitos y Cordillera. Los involucrados fueron alcanzados y batidos por las tropas del Coronel Pedro
Blanco en el Combate de Arenalitos.

Los sobrevivientes huyeron y cruzaron la frontera hacia el Imperio del Brasil, pero fueron perseguidos
por la caballería boliviana dentro de territorio brasileño y aniquilados allende las fronteras de
Charcas.

El conflicto de Charcas amenazaba con continuar escalando, de modo que el Gobierno del Imperio
del Brasil decidió intervenir y el propio Emperador Pedro I fue forzado a manifestarse públicamente.
Los periódicos más importantes del Brasil publicaron un documento, firmado por Pedro I, bajo el
título de “Reparticao dos Negocios Estrangeiros” (Oficina de Asuntos Extranjeros):

“Manda Su Majestad el Emperador (del Brasil) a través de la Secretaría del Estado de los Asuntos
Extranjeros, REPUDIAR LA DECISIÓN QUE TOMARA EL GOBIERNO, no sólo de aceptar la unión de la
Provincia de Chiquitos, como de hacer traspasar Tropa Brasileña los límites del Imperio para
protegerla (a la Provincia de Chiquitos)…” (Ovando)

Por un magnífico designio del destino, la retractación imperial fue publicada el 06 de agosto de 1825,
fecha en la cual se declaraba la independencia de Bolivia.

Bolivia nacía a la independencia doblegando con sus propias armas la voluntad no de un Imperio…
sino de dos Imperios.

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