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INTRODUCCIÓN

Para mantenerse con vida, el cuerpo necesita producir energía suficiente. Dicha
energía se produce por la combustión de las moléculas de los nutrientes, que se
oxidan cuando se combinan con oxígeno. La oxidación supone la combinación del
carbono y el hidrógeno con el oxígeno para formar dióxido de carbono y agua. El
consumo de oxígeno y la producción de dióxido de carbono es un proceso
indispensable para la vida. En consecuencia, el cuerpo humano necesita un
sistema orgánico especializado en la eliminación del dióxido de carbono de la
sangre circulante y la absorción de oxígeno de la atmósfera, a una velocidad
adecuada a las necesidades del organismo e incluso en el momento de máximo
esfuerzo. El aparato respiratorio permite la entrada de oxígeno al organismo, así
como la salida del dióxido de carbono.

El aparato respiratorio comienza en la nariz y la boca y continúa a través de las


vías respiratorias y los pulmones. El aire entra en el aparato respiratorio por la
nariz y la boca y desciende a través de la garganta (faringe) para alcanzar el
órgano de fonación (laringe). La entrada de la laringe está cubierta por un
pequeño fragmento de tejido (epiglotis) que se cierra de forma automática durante
la deglución, impidiendo así que el alimento alcance las vías respiratorias.
Qué es el sistema respiratorio
Se conoce como aparato respiratorio o sistema respiratorio al conjunto de los
órganos y conductos del cuerpo de los seres vivientes que les permiten
intercambiar gases con el medio ambiente en donde se encuentran. En ese
sentido, la estructura de este sistema y sus mecanismos pueden variar
enormemente dependiendo del hábitat en que viva.

El nombre del sistema proviene del hecho de que permite la respiración: el ingreso
del aire dentro del cuerpo de los animales, del cual se extrae el oxígeno, y la
posterior expulsión del dióxido de carbono (CO2) cuya presencia en el organismo
resultaría nociva.

En este sentido, el sistema respiratorio se complementa con el circulatorio, ya que


este último lleva el oxígeno en sangre hacia los confines del cuerpo y devuelve el
CO2 a los pulmones para evitar que éste modifique el pH del organismo. 
La respiración consiste en dos etapas: inhalación (entrada de aire) y exhalación
(salida de aire).

A diferencia de los seres humanos, ciertos animales poseen sistemas


respiratorios que no involucran pulmones, sino branquias para respirar bajo
el agua o mecanismos de respiración cutánea (a través de la piel).
Órganos del sistema respiratorio

Los órganos que componen el aparato respiratorio funcionan como abastecedores


y distribuidores de aire, a excepción de los alveolos, donde se realiza el
intercambio gaseoso de O2 (oxígeno) y CO2 (dióxido de carbono) entre los tejidos
y los capilares sanguíneos.
Los órganos a los que debe hacerse referencia son: fosas nasales (nariz), faringe,
laringe, tráquea, bronquios y pulmones.

Nariz o fosas nasales:


Es el órgano que comunica el aparato respiratorio con el exterior. Consta de una
parte externa, o nariz propiamente dicha, y otra interna, situada en el techo de la
boca. Los órganos que componen el aparato respiratorio funcionan como
abastecedores y distribuidores de aire, a excepción de los alveolos, donde se
realiza el intercambio gaseoso de O2 (oxígeno) y CO2 (dióxido de carbono) entre
los tejidos y los capilares sanguíneos.

Hueso nasal Paladar duro Meato inferior Meato superior Hueso esfenoides Meato
medio Velo del paladar Cornete inferior Cornete medio Cornete superior Cartílagos
nasales Ventana de la nariz El interior es hueco y está dividido por el tabique nasal
(zona cartilaginosa) en dos mitades tapizadas por tejido epitelial (mucosa), donde
se localizan los cilios (protectores de la nariz), necesarios para filtrar las partículas
grandes del aire inspirado. Comunican con el exterior mediante un
ensanchamiento llamado vestíbulo. En la parte lateral de cada fosa hay tres
cavidades, debido a las prolongaciones óseas del etmoides, que forman los
cornetes (superior, medio e inferior). Entre ellos quedan unos estrechos canales o
meatos (superior, medio e inferior, respectivamente). En el meato inferior se abre
el conducto lacrimonasal. Los senos paranasales son unos espacios llenos de aire
que drenan la nariz. Son cuatro pares: frontales, maxilares, etmoidales y
esfenoidales.
Toda la cavidad nasal desempeña un papel importante en el acondicionamiento
del aire inspirado, incluido el control de la temperatura y de la humedad, la
eliminación de polvo y organismos infecciosos, gracias a la existencia de los cilios,
y la secreción de moco. Colabora también en el sentido del olfato y de la fonación.

Las funciones de los senos paranasales son: Acondicionamiento del aire


inspirado, incluido el control de la temperatura y de la humedad. Eliminación del
polvo y organismos infecciosos, gracias a los cilios y a la secreción de moco.
Colaboración con el sentido del olfato (contiene los receptores sensoriales
olfativos) y de la fonación.

Faringe
Es el conducto que comunica el aparato digestivo y el respiratorio, permite el paso
del aire y de los alimentos; también interviene en el proceso de la fonación. Se
describe en la Unidad 9 (Aparato digestivo).
Laringe
Es el órgano que comunica la faringe con la tráquea. Se denomina caja de la voz,
ya que es el órgano principal de la fonación. Se localiza en la parte anterior del
cuello, entre la IV y VI vértebras cervicales. Está constituida básicamente por
cartílagos y músculos. Consta de nueve cartílagos, tres pares (seis) y tres
impares.

En la laringe se pueden distinguir tres porciones anatómicas:

El vestíbulo o parte superior.


Los ventrículos (zona glótica), donde se localizan las cuerdas vocales falsas
(pliegues superiores), y las cuerdas vocales verdaderas (pliegues inferiores)
formadas por un tejido fibroso. Van del cartílago tiroides al aritenoides.

La cavidad infraglótica, que comunica la laringe con la tráquea.

Los músculos pueden ser de dos tipos: intrínsecos, que parten y terminan en la
propia laringe; y extrínsecos, que la fijan a otras estructuras. Colaboran en los
procesos de la respiración, la producción de la voz (por vibración de las cuerdas
vocales al entrar el aire) y de la deglución.
Tráquea
Es un conducto de unos 11 cm de largo que se extiende desde la laringe hasta los
bronquios. Desciende por delante del esófago y penetra en el mediastino,
desviándose ligeramente a la derecha, donde se divide en dos bronquios
principales (primarios), derecho e izquierdo, respectivamente. Está formada por 15
anillos de cartílago hialino (en forma de C), abiertos en su parte posterior y
recubiertos por una mucosa ciliada, que dan firmeza a la pared y evitan que se
colapse. Entre los anillos hay fibras elásticas dispuestas longitudinalmente, que
permiten que se extienda y descienda durante la inspiración y que ayudan a la
retracción pulmonar durante la espiración.

Bronquios
Se localizan en el extremo inferior de la tráquea, que se divide para formar los dos
bronquios principales primarios: el derecho (corto, ancho y vertical) y el izquierdo
(largo y estrecho). Su estructura es similar a la de la tráquea, es decir, están
formados por anillos incompletos antes de entrar en los pulmones, donde se
hacen completos. Estos anillos están tapizados en su parte interna por mucosa
ciliada.

Cada bronquio principal, al entrar en los pulmones (a través del hilio), se divide en
ramas de menor calibre o bronquios lobulares (secundarios), que a su vez se
dividen en otros más pequeños o bronquios segmentarios (terciarios), que
continúan ramificándose, formando los bronquiolos, que van subdividiéndose en
tubos de menor calibre o conductos alveolares, hasta terminar en los sacos
alveolares, que están formados por un conjunto de alveolos de tamaño
microscópico. Los bronquios, a medida que se ramifican, van perdiendo los anillos
cartilaginosos, de tal forma que al llegar a los alveolos solo queda la capa
superficial interna, que está constituida por células de tejido plano epitelial.

Pulmones
Los pulmones son los órganos principales del aparato respiratorio, están
contenidos en la cavidad torácica y separada el uno del otro por el mediastino.
Cada uno de los pulmones presenta tres bordes (anterior, posterior e inferior); un
vértice o porción superior de forma cónica; una base o cara diafragmática, una
cara costal y una cara interna o mediastínica, que es cóncava y deja espacio para
las estructuras mediastínicas y el corazón. En esta última cara se localiza el hilio,
lugar por donde los bronquios, los vasos pulmonares y las fibras nerviosas
penetran en los pulmones. El pulmón izquierdo está dividido, por medio de una
cisura oblicua, en dos lóbulos (superior e inferior), que contienen 8 segmentos.

El pulmón derecho está dividido por dos cisuras en tres lóbulos (superior, medio e
inferior, respectivamente) que contienen 10 segmentos. Los pulmones están
revestidos por una membrana serosa delgada y brillante denominada pleura,
dividida en una capa externa, o pleura parietal, que reviste la pared torácica, el
mediastino y el diafragma, y una capa interna o pleura visceral, unida a la
superficie de los pulmones. Entre ambas capas pleurales existe una pequeña
cavidad (cavidad pleural), que contiene el líquido pleural, cuya función es facilitar
el movimiento de los pulmones durante la respiración.

Músculos intercostales
Los músculos intercostales son un grupo de músculos intrínsecos de la caja torácica
que ocupan los once espacios intercostales. Están divididos en tres grupos, desde
la superficie hasta la profundidad: músculos intercostales externos internos e
íntimos

Estos tres grupos de músculos le dan soporte a la caja torácica. Es más, son
considerados músculos respiratorios accesorios que participan en el proceso de
respiración forzada. Específicamente, los músculos intercostales externos facilitan la
inspiración forzada, mientras que los músculos internos e íntimos facilitan la
espiración forzada.
Diafragma
El diafragma es un músculo en forma de cúpula que separa la cavidad torácica
(pulmones y corazón) de la cavidad abdominal (intestinos, estómago, hígado,
etc.). Éste interviene en la respiración, descendiendo el volumen de la cavidad
torácica al inhalar y aumentándolo durante la exhalación.

Pleura
Una membrana serosa que recubre los dos pulmones y que mantiene una cavidad
entre sus dos capas (interna y externa), cuya presión es menor a la de la
atmósfera, para permitir la expansión de los pulmones durante la inhalación.

FISIOLOGIA DEL SISTEMA RESPIRATORIO


El sistema respiratorio se divide en una zona respiratoria, que es el sitio de
intercambio de gases entre el aire y la sangre, y una zona de conducción. El
intercambio de gases entre el aire y la sangre ocurre a través de las paredes de
los alveolos respiratorios, que permiten índices rápidos de difusión de gas. El
termino respiración incluye tren funciones separadas, pero relacionadas. La
respiración supone el transporte de oxígeno (O2) desde la anatomía hasta los
alveolos pulmonares y la eliminación de dióxido de carbono (CO 2) desde los
alveolos hasta el exterior. Este proceso de intercambio gaseoso (hematosis) se
realiza en varias fases:
- Ventilación (respiración) .
- Intercambio de gases (O2 y CO2), que ocurren entre el aire y la sangre en
los pulmones, y entre la sangre y otros tejidos del cuerpo.
- Utilización de oxígeno por los tejidos durante las reacciones liberadoras de
energía de la respiración celular.

Mecanismo de la ventilación pulmonar


La ventilación pulmonar es el proceso mediante el cual el aire, debido a la
diferencia de presión que existe dentro y fuera de los pulmones, se mueve hacia
hacia el interior y el exterior de los mismos, para mantener las concentraciones
adecuadas de O2 y CO2 en los alveolos. La ventilación y el intercambio de gases
(oxígeno y dióxido de carbono) entre el aire y la sangre se llaman en conjunto
respiración externa. El intercambio de gases entre la sangre y otros tejidos, la
utilización de oxigeno por los tejidos se conocen en conjunto como respiración
interna, la ventilación es el proceso mecánico que mueve aire hacia adentro y
hacia fuera de los pulmones. Dado que la concentración de oxigeno del aire es
mas alta en los pulmones que en la sangre.

Inspiración
Es el proceso de entrada del airea hacia los pulmones cuando la presión pulmonar
es menor que la presión atmosférica. Se produce por la contracción del musculo
diafragma se contrae desciende hacia la cavidad abdominal, alargando el tórax. La
contracción de los músculos intercostales mueve las costillas, lo que da lugar a un
aumento del diámetro anteroposterior y transversal del tórax, disminuye la presión
intratorácica e intrapulmonar, produciéndose la inspiración del aire y la expansión
del parénquima pulmonar.

Capacidades pulmonares cuando hay una combinación de diferentes volúmenes


Capacidad inspiratoria, es la cantidad máxima de aire que una persona puede
inspirar tras una espiración normal, que equivale a él volumen de ventilación y el
volumen de reserva inspiratoria 3 litros.

Capacidad residual funcional, es la capacidad de aire que permanece en los


pulmones después de una espiración normal que equivale a volumen de reserva
respiratoria más volumen residual.

Capacidad pulmonar total, es el volumen máximo que los pulmones pueden


alcanzar tras un esfuerzo inspiratorio 6 litros. Es la suma de los cuatro volúmenes
de ventilación, volumen de reserva respiratoria, volumen de reserva inspiratoria,
volumen residual.

Capacidad vital, es la cantidad de aire que una persona puede eliminar tras llenar
los pulmones al máximo
Intercambio de gases

El intercambio de gases se realiza en los pulmones entre el aire que llega a los
alveolos y la sangre venosa de los capilares pulmonares a través de la membrana
alveolocapilar. La difusión de los gases se realiza de forma pasiva, en función de
la presión parcial del oxigeno (O2) y del dióxido de carbono (CO2). Como la presión
parcial de O2 es mayor en los alveolos que en los capilares pulmonares, el O 2
pasa al interior de los capilares hasta que la presión parcial de O 2 Se iguala a
ambos lados de la membrana alveolocapilar.
La difusión de CO2 se realiza en sentido inverso. Al ser mayor la presión parcial
del CO2 en los capilares que en los alveolos, pasa por difusión hacia los alveolos
hasta que las presiones se iguala a ambos lados de la membrana alveolocapilar.

El volumen de O2 que difunde hacia el interior de los vasos capilares depende por
lo tanto de:
- El gradiente de presión de presión del O2 entre el espacio alveolar y el
interior de los capilares pulmones.
- La superficie funcional de la membrana alveolo capilar.
- El volumen respiratorio por minuto.
- La ventilación alveolar.
- Transporte de gases en la sangre.

Una vez que los gases entran en el torrente sanguíneo se disuelven en el plasma,
formando uniones químicas con componentes de la sangre, aproximadamente el
97% del O2 se transporta unido a la hemoglobina del eritrocito, constituyendo la
oxihemoglobina. Una molécula de Hb puede unirse con cuatro moléculas de O 2. El
3% de oxigeno restante se transporta disuelto en el plasma. Cuando el O2 pasa a
la sangre se realiza un intercambio en los tejidos (respiración interna). Se disocia
de la hemoglobina, difundiéndose desde el líquido intracelular del eritrocito hacia
el plasma, y desde aquí se distribuye a través de la circulación sanguínea a todas
las células del organismo. El proceso se produce por una diferencia de presión
entre el exterior y el interior de las células tisulares y las células sanguíneas. La
presión parcial de O2 es mayor en las células sanguíneas que en las tisulares, lo
que facilita su difusión. La capacidad de la hemoglobina (afinidad) para unirse con
el oxígeno aumenta cuando hay un incremento de la presión parcial del O2 y una
disminución de la presión parcial del CO2. La mayor parte del CO2 se transporta
unido a la Hb, formando la carboxihemoglobina. Una pequeña parte lo hace
disuelto en el plasma como soluto o en forma de iones. El proceso de intercambio
de CO2 se lleva a cabo de la misma manera que el intercambio del O2, pero en
sentido inverso. La presión parcial de CO2 en los tejidos es mayor que en las
células sanguíneas, lo que facilita su difusión hacia el torrente circulatorio hasta
llegar a los capilares pulmonares.

Control de la respiración
En condiciones normales, la respiración está regulada por estímulos químicos, de
tal forma que la ventilación se ve afectada por las variaciones en las
concentraciones sanguíneas de CO2, O2 e iones H+ (hidrogeniones). El centro
respiratorio, localizado en la protuberancia cerebral (apnéustico), controla las
neuronas del bulbo raquídeo (neumotáxico) para que la ventilación se produzca de
forma rítmica. Este centro se activa al aumentar la presión parcial de CO 2 en la
sangre arterial. También colaboran en el proceso respiratorio las terminaciones
nerviosas o receptores de los alveolos.

Patologías frecuentes del sistema respiratorio

Nariz y laringe:
- Rinitis
Es la inflamación superficial de la mucosa pituitaria, que produce una secreción
mucopurulenta causada por diferentes agentes etiológicos, especialmente virus.
Para que la enfermedad aparezca son necesarios condicionantes exteriores, como
un enfriamiento brusco, la humedad y un medio ambiente con sustancias irritantes
o alergizantes. Los síntomas más frecuentes son los siguientes: sensación de
escalofrío, cefaleas, estornudos, hidrorrea, obstrucción nasal y anosmia.

- Sinusitis
Es la inflamación de la mucosa de los senos nasales (anteriores y posteriores),
que produce supuración de las cavidades paranasales con aparición de una
cefalea muy intensa. Si afecta a los senos anteriores produce dolor con la presión
en el frontal y el maxilar. Si afecta a los senos posteriores, el dolor aparece en la
zona de la nuca.

- Laringitis
Denominada también «catarro laríngeo», es la inflamación de la mucosa laríngea
debida a una infección (generalmente de tipo vírico). Se caracteriza por la
aparición de afonía, ronquera, picor, tos, dolor, estridor, y puede llegar a producir
un espasmo de la glotis y un cuadro de asfixia (que se desencadena generalmente
por las noches).
Bronquios y pulmones:
- Bronquitis (traqueobronquitis)
Es la inflamación de la mucosa bronquial, que suele ir precedida generalmente de
rinitis, laringitis o faringolaringitis, y se acompaña de traqueítis. Las causas
desencadenantes más comunes son los agentes infecciosos (neumococo,
estafilococo, virus de la gripe, etc.), el hábito de fumar, el clima, la polución del aire
y la exposición al polvo. Clínicamente cursa con tos seca, que evoluciona a tos
productiva con expectoración, roncus y sibilancias. En periodos avanzados, los
enfermos presentan cianosis y disnea. Suele ser de carácter crónico, es decir, se
padece al menos durante tres meses al año y, por lo menos, dos años
consecutivos

- Asma bronquial
Es una obstrucción generalizada, intermitente o reversible, que afecta a la parte
baja de las vías respiratorias, debido a un estrechamiento de las vías aéreas, que
ocasiona un cuadro de disnea. Generalmente se produce por alergias o
infecciones de vías respiratorias. Cursa con disnea, sibilancias, tos con esputos,
fiebre y taquipnea.

- Bronquiectasias
Son dilataciones irreversibles de los bronquios, que presentan en su pared signos
de inflamación crónica y atrofia de la mucosa ciliar. Se producen de forma
secundaria tras infecciones víricas, como en el caso de la tosferina o el sarampión,
o después de la inhalación de sustancias tóxicas, bronquitis, fibrosis y
tuberculosis. Cursan con tos que se acompaña de esputos malolientes que
pueden mezclarse con sangre, estertores húmedos, fiebre y dedos en palillo de
tambor.

- Enfisema pulmonar
Es la distensión o el agrandamiento irreversible de los espacios aéreos alveolares,
con destrucción de los tabiques interalveolares que ocasiona una pérdida de la
elasticidad pulmonar. Sus principales desencadenantes son el tabaco, las
infecciones bronquiales y los agentes químicos inhalados. Cursa con disnea de
esfuerzo (por obstrucción de las vías respiratorias), tos, taquipnea, espiración
prolongada, tórax en forma de tonel e incluso, en estados avanzados, cianosis.

- Atelectasias
Es la disminución de volumen del tejido pulmonar por la falta de aire en los
alveolos de un lóbulo pulmonar o de parte del mismo, debida principalmente a
tuberculosis o tumores bronquiales, que producen un cuadro de insuficiencia
respiratoria.

- Insuficiencia respiratoria aguda


Es la incapacidad aguda de los pulmones para mantener una oxigenación
adecuada de la sangre, que puede conllevar un trastorno de la ventilación. Los
síntomas más característicos son los asociados a la hipoxia (desorientación,
confusión, impaciencia, taquipnea, taquicardia y disnea) y a la hipercapnia
(cefalea, confusión, irritabilidad, pérdida del conocimiento, somnolencia y mareos).

- Neumonía
Es la inflamación de carácter agudo o crónico de los pulmones, que afecta
principalmente a la cavidad alveolar o a sus intersticios. Se desencadena por la
acción de gérmenes como el neumococo (lo más frecuente), el estafilococo y el
estreptococo. Cursa con tos productiva (con esputos), escalofríos, fiebre, dolor
torácico, taquicardia, respiración difícil y ruidos respiratorios.

- Tuberculosis pulmonar
Es la infección producida por el Mycobacterium tuberculosis o bacilo de Koch, que
afecta generalmente a los pulmones, los bronquios y la pleura. Con frecuencia
suele pasar inadvertida, debido a la ausencia de síntomas; otras veces se
presenta con tos seca, fiebre y un cuadro infeccioso y de insuficiencia respiratoria,
con dolor torácico, escasa expectoración, disnea, astenia y anorexia.
- Edema pulmonar
Es una alteración aguda o crónica que se caracteriza por el aumento del líquido
seroso en los alveolos pulmonares o en el tejido intersticial pulmonar.
Clínicamente, el paciente presenta sudoración abundante, disnea intensa con
cianosis y estertores, que se acompañan de variaciones en el pulso y la presión
arterial.

- Carcinoma bronquial
Es, junto con el cáncer de estómago, la neoplasia que con más frecuencia se da
en los varones. Su causa principal es el tabaco. Hay una relación directa entre la
mortalidad por cáncer de pulmón y el número de cigarrillos fumados diariamente.
Generalmente, no produce síntomas y puede permanecer durante años en estado
silente, de modo que, cuando se diagnostica la enfermedad, es ya un proceso
irreversible.

- Pleuritis
Es una alteración inflamatoria de la pleura visceral o parietal, que puede
presentarse sin derrame (pleuritis) o bien ir acompañada de derrame (pleuritis
exudativa). Se produce generalmente por los agentes infecciosos que causan la
tuberculosis. Los síntomas más frecuentes son dolor relacionado con la
respiración, sensación de opresión local, reducción de espacios intercostales (por
una postura mantenida de protección), alteración respiratoria y disminución del
murmullo vesicular.

Función de enfermería en las enfermedades del sistema respiratorio


Monitorización de las constantes vitales, según el grado de gravedad del paciente
esta monitorización se hará de forma invasiva o no invasiva. Registro de la
frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria, tensión arterial, saturación de
oxígeno, temperatura, glucemia capilar, presión venosa central…
Vigilancia del patrón respiratorio: la frecuencia, la profundidad, el ritmo y la calidad
de las respiraciones. Valorar además los ruidos que aparecen con la respiración
ya que pueden ayudar a diagnosticar diferentes problemas.
Valorar la utilización de la musculatura accesoria y la distensión yugular. Esta
musculatura no interviene en un proceso respiratorio normal, entre los músculos
que participan cuando se produce un aumento de trabajo respiratorio se
encuentran: los escalenos, el esternocleidomastoideo, los músculos subclavios,
los pectorales menor y mayor, el serrato anterior, el trapecio y el dorsal ancho.
Valoración del estado de la piel, o realización de un control adecuado de la
cianosis periférica. Registrar cambios en cuanto a palidez, cambios de
temperatura con tendencia en este caso a la frialdad, cambios en la humedad,
cianosis en los lechos ingueales y en los labios.

Vigilancia y registro de la presencia de secreciones bronquiales, así como su


aspecto. En caso de que fuese necesario se cultivaría una muestra de estas
secreciones. Es importante además valorar si el paciente presenta reflejo tusígeno
y/o si tiene fuerza para movilizar estas secreciones.
Valoración del nivel de conciencia del paciente. Puede ocurrir que presente
episodios de agitación psicomotriz o, por el contrario, que se encuentre con
tendencia a la somnolencia.

Debe favorecerse una adecuada expansión del tórax, a este efecto serán retirados
objetos o ropa que dificulten este cometido.

Colocar al paciente en una postura adecuada a su patología, en este caso se


buscará una posición que favorezca la expansión torácica máxima, es decir, semi-
Fowler o Fowler alta. O, dicho de otra forma, cabecero elevado a unos 30-45
grados.
Evitar la sobrecarga de líquidos. Será necesario llevar a cabo un estricto balance
hídrico. Se colocará una sonda vesical que permita llevar a cabo un control
horario.

Canalización de catéter arterial. Nos permite llevar un control más exacto de la


tensión arterial, además será necesario realizar gasometrías arteriales de forma
seriada para analizar los valores del pH, lactato, pO2, pCO2, etc… Esta medida
aumentará el confort del paciente, pues disminuirá el número de punciones.

Canalización de un acceso venoso periférico, o, según gravedad del paciente, un


acceso central. Necesario para la administración intravenosa necesaria.

Administración de oxigenoterapia en caso de que fuese necesario, el aporte de


oxígeno deberá ser el mínimo que asegure una saturación de oxígeno por encima
del 90% o una pO2 por encima del 60%. Dependiendo de la situación clínica del
paciente se utilizarán sistemas de oxigenoterapia de alto o bajo flujo, ventilación
mecánica no invasiva o ventilación mecánica invasiva. En cualquiera de estos
casos, deberá mantenerse una humidificación adecuada y deberá prevenirse la
aparición de úlceras por presión iatrogénicas que pueden producir estos
dispositivos.

Vigilancia del estado nutricional del paciente. Inicialmente el paciente debe


mantenerse en dieta absoluta. Hasta el momento en el que la reintroducción de la
dieta se consideré segura, debe mantenerse una adecuada hidratación y nutrición
del paciente. Es importante tener en cuenta que en caso de que el paciente
precise de algún preparado nutricional y su patología curse con hipercapnia, esta
debe ser pobre en hidratos de carbono.

La valoración nutricional de los pacientes que presentan EPOC y SDRA es


especialmente importante ya que son los que presentan un mayor riesgo de
desnutrición.
En pacientes críticos, la desnutrición mantiene la insuficiencia respiratoria y
aumenta el tiempo de uso de la ventilación mecánica.
Administración del tratamiento farmacológico prescrito. En este tipo de patología
los fármacos de mayor uso son: fluidoterapia, broncodilatadores, agonistas B2-
adrenérgicos, anticolinérgicos, corticoides, mucolíticos, antibióticos…
Realización de las pruebas complementarias solicitadas por el médico: gasometría
arterial, radiografía de tórax, electrocardiograma, analítica de sangre completa,
etc.

Vigilancia de la permeabilidad de la vía aérea. Para ello se favorecerá el adecuado


drenaje de las secreciones. Se valorará si el nivel de conciencia del paciente es el
adecuado, en caso afirmativo se debe instruir al paciente en técnicas de
respiración profunda, drenaje postural de secreciones, fisioterapia respiratoria,
respiración diafragmática, etc.

En caso de que el paciente no presente un adecuado nivel de conciencia o no sea


capaz de movilizar las secreciones por sí mismo puede ser necesario realizar una
aspiración oro o nasotraqueal de las mismas. El sistema de aspiración debe estar
montando en todo momento.

Valoración del estado psíquico del paciente. Debe favorecerse un ambiente


tranquilo y relajado y evitar la sobre estimulación sensorial. Aliviar en la medida de
lo posible la ansiedad del paciente y su acompañante, mostrarse abierto a la
resolución de dudas o inquietudes que puedan presentar. Si es necesario puede
instruir al paciente en técnicas de respiración.
CONCLUSIÓN
La función del sistema respiratorio es incorporar oxígeno al organismo; para que al
llegar a la célula se produzca la combustión y poder así quemar los nutrientes y
liberar energía. De ésta combustión quedan desechos, tal como el dióxido
de carbono, el cual es expulsado al exterior a través del proceso de espiración
(proceso llevado a cabo por el sistema respiratorio).

Los humanos estamos equipados para extraer oxígeno del aire usando nuestro
sistema respiratorio adaptado para este propósito, el sistema respiratorio humano
está compuesto de un  par de pulmones, una serie de vías respiratorias y una
capa delgada de musculo liso llamada diafragma, la inhalación de aire es sólo una
parte del proceso de respiración que lleva a cabo un organismo dependiente del
oxígeno, la respiración incluye todos los mecanismos involucrados en la toma de
oxígeno por parte de las células de tu cuerpo y en la eliminación del dióxido de
carbono.

La función principal de la respiración, consiste en la manera de proporcionar un


medio para el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono, entre el torrente
sanguíneo y el medio ambiente externo, suministrando oxígeno a las células y los
tejidos del organismo, eliminando de ellos los desechos del dióxido de carbono.
ANEXOS:
Elaboración de maqueta del Sistema Respiratorio

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