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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA emergente consolidado vencido, daño emergente futuro y lucro

SALA DE CASACION CIVIL cesante, indexados), los perjuicios por daño fisiológico y los de
orden moral.
Magistrado Ponente
PEDRO OCTAVIO MUNAR CADENA 2. Los supuestos de hecho que apuntalan sus
pedimentos se resumen así:

Bogotá, Distrito Capital, diecinueve (19) de diciembre de dos mil cinco Lina María Ortega Jaramillo, quien se dedicaba a la
(2005). explotación de su cuerpo realizando “shows de estreptease” en el centro
nocturno “American Bar” de la Isla de Aruba, y a “modelar en ropa
Ref. Exp. No. 05001 3103 000 1996 5497- 01 interior”, en el mes de octubre de 1993 se trasladó a Medellín con el
propósito de someterse a un tratamiento encaminado a reducir la
acumulación de grasa en su abdomen y el tamaño de sus senos.
Decide la Corte el recurso de casación interpuesto
por la señora LINA MARIA ORTEGA JARAMILLO contra la Para el efecto, contactó al doctor Gabriel Flórez Manrique,
sentencia del 19 de abril de 2001, proferida por la Sala Civil del especialista en cirugía plástica, a quien hizo saber de su interés por
Tribunal Superior de Medellín, dentro del proceso ordinario obtener una figura corporal adecuada para su profesión, siendo que el
adelantado por la recurrente y JHON FREDY GARCIA RUIZ, en su médico le garantizó que con el tratamiento que él emplearía, la paciente
propio nombre y en el de sus hijos DANNY ALEJANDRA y JHON obtendría los beneficios buscados.
ESTIBENS GARCIA ORTEGA, frente a GABRIEL FLOREZ
MANRIQUE. El 3 de diciembre de 1993, día siguiente al que fuera
intervenida quirúrgicamente, la señora Ortega Jaramillo fue dada de alta
ANTECEDENTES en la Clínica San José. El galeno aseguró que la operación había tenido
éxito y que en poco tiempo culminaría el proceso de cicatrización,
1. Mediante demanda asignada al Juzgado Séptimo ordenando la aplicación de algunos medicamentos y fajas abdominales,
Civil del Circuito de Medellín, los actores solicitaron que se lo que atendió la paciente, pero hasta la fecha de la demanda (11 de julio
declarara que el doctor GABRIEL FLOREZ MANRIQUE es de 1996), “las cicatrices permanecen sin modificación alguna” (c. 1, fl.
civilmente responsable de los daños que le fueron ocasionados a la 22).
señora ORTEGA JARAMILLO, a su compañero permanente y a sus
hijos, como consecuencia directa y necesaria del tratamiento “En vista de lo anterior y sin poder activarse
médico del que dan cuenta los hechos de la demanda, y que, como laboralmente”, la paciente visitó a otros especialistas quienes se
consecuencia de lo anterior, se declare que el demandado está alarmaron ante el resultado de la referenciada intervención y le
obligado a pagar a los demandantes los perjuicios materiales (daño informaron que ella fue sometida a una abdominosplastia y a una

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mamoplastia, mas no a una liposucción, como era lo adecuado. Añadió improbable que devengara las sumas en que se fundó la reclamación por
que dichas intervenciones le dejaron como secuelas una fea y notable lucro cesante, máxime si se tiene en cuenta que ante el galeno aseguró
cicatrización, con una incisión alta en su parte abdominal, que la hace ser una ama de casa de escasos recursos económicos y no pagó la
inocultable, y que “una mama quedó más grande que la otra”. totalidad de las obligaciones económicas que asumió frente a la clínica
donde fue intervenida, ni los honorarios causados a favor del médico hoy
La señora Ortega Jaramillo ha sufrido un notorio deterioro demandado, quien jamás le garantizó a su paciente el resultado de la
corporal y el perjuicio se magnifica si se tiene en cuenta la profesión que intervención quirúrgica.
ejercía, por la cual podría recibir ingresos superiores a los US 18.000
dólares americanos, trimestrales, requiriendo ahora, para costear otras También anotó el demandado que en forma detallada
cirugías de tipo correctivo, la cantidad de $4’000.000.oo. ilustró a la paciente con diagramas y dibujos sobre el tipo de incisiones
que era inevitable efectuar para llevar a cabo las aludidas cirugías,
La demandante vivía en unión marital de hecho con el poniendo de presente que como “ninguna cicatriz desaparece”, algunas
señor Jhon Fredy García Ruiz, con quien procreó a Jhon Estibens y suturas se harían de tal manera que pudieran ser cubiertas con ropa
Danny Alejandra García Ortega, quienes también sufrieron perjuicios interior moderna; que, además del reposo y cuidados propios de las
morales con ocasión de las circunstancias recién relatadas. cirugías practicadas, le advirtió también sobre las eventuales
complicaciones inherentes a los procedimientos, como hematomas,
3. El señor Flórez Manrique se opuso a la demanda dehiscencia de suturas, abscesos e infección de las heridas quirúrgicas,
incoada en su contra. sufrimientos de colgajos, cicatrización irregular (queloide o hipertrófica),
etc.
Aseveró que la paciente no le informó “que se dedicaba a
laborar en bares y que el fin de hacerse la cirugía era para poder “Consciente de todo lo que se le había explicado”, agregó
desempeñarse como tal”; que a la señora Ortega Jaramillo no le el opositor, “sin ningún apremio y en forma voluntaria acepta someterse a
preocupó “el tipo de incisiones que se le marcaron y enseñaron en los procedimientos indicados y corriendo todos los riesgos inherentes a
diagramas y en las fotos, pues no las objetó pese a habérsele explicado los mismos, por lo cual se ordenan exámenes prequirúrgicos, fotografías
ampliamente en donde se localizarían, diseñándolas con medidas sobre y faja abdominal sobre medida”.
sus propias fotografías preoperatorias, las que se anexan como prueba
de que es cierto que se le enseñaron frontal y lateralmente, indicándole Las comentadas cirugías se practicaron con éxito, puesto
además la resección de tejido dermograso” (c. 2. fl. 2), y que el “cuerpo que “de la mama derecha se resecó y extrajo 560 gms de tejidos de piel,
estético” de la demandante no era muy adecuado para su profesión grasa y glándula mamaria; de la mama izquierda 500 gms; en abdomen,
porque a su “baja estatura” se sumaban, como podía apreciarse en las se resecó y extrajo un excedente de tejidos de piel y grasa de 950 gms y
anunciadas fotografías, “senos hipertróficos y ptósicos (caídos), se realizó plicatura de la línea media abdominal, corrigiéndose la
abdomen y caderas globulosos, brazos y piernas con exceso de tejido separación de los músculos rectos abdominales causada por sus dos
adiposo, cuello corto y grueso, cara redonda y llena”, de donde era embarazos”.

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LUES), que implicaba el tratamiento de una persona perteneciente a un
Añadió que Lina María tampoco cumplió con las grupo especial epidemiológico, por la actividad de la paciente.
prescripciones médicas postoperatorias; que el médico no actuó con
negligencia, impericia o imprudencia; que la primera tampoco volvió a las 5. De la muy prolongada etapa probatoria del litigio, cabe
citas de control, ni canceló la totalidad de los honorarios profesionales, anotar que los demandantes Lina María Ortega Jaramillo y Jhon Fredy
incumpliendo así de manera unilateral el contrato que la vinculaba con el García Ruiz dejaron de acudir a rendir su declaración de parte en la
galeno. fecha programada para el efecto por iniciativa del demandado, ni
justificaron su ausencia y que, posteriormente, ante la insistencia oficiosa
Así las cosas, agregó, “se realizó lo planeado, ofrecido y del juez a quo, la señora Ortega Jaramillo absolvió el susodicho
aceptado por la paciente”, quien bajó en más de 2 kilos su peso corporal, interrogatorio.
obteniendo la “consecuente modelación de las zonas implicadas y con la
reducción del diámetro abdominal en más de 8 cms”. Por cuanto la paciente finalmente tampoco compareció
para ser valorada por los peritos y no obstante la insistencia del juez de
Insistió la parte opositora en que el médico explicó primera instancia, jamás se llevó a cabo el dictamen médico por él
exhaustivamente a la señora Ortega Jaramillo “los problemas y ordenado, tendiente a establecer, previa valoración personal a la
complicaciones postoperatorios, teniendo en cuenta lo difícil de su caso, paciente, si de conformidad con su contextura y particular anatomía, las
por ser obesa y tener las secuelas originadas en los embarazos y cirugías que le practicó el demandado eran las más adecuadas para
lactancias de sus hijos, que no sólo le habían originado hipertrofia mejorar su silueta; qué clase de cirugías fueron las que finalmente el
mamaria sino una ptosis marcada de sus senos con abundantes estrías”. demandado efectuó a la señora Ortega Jaramillo y cuáles fueron sus
Recalcó el demandado que la paciente incumplió con su obligación de resultados específicos; que tipo de cicatrices, deformaciones u otras
acudir a las citas de control postquirúrgico, al punto que su última visita al secuelas quedaron en el organismo de ésta a raíz de las cirugías a la
consultorio del galeno tuvo lugar el día 14 de febrero de 1994, es decir, que la sometió el Dr. Flórez Manrique; cuáles cirugías podrían corregir
apenas dos meses y doce días después de la cirugía, siendo que el tales anomalías; su costo eventual y la especificación de los riesgos
proceso de cicatrización de la misma tomaba, por lo menos, unos seis inherentes a la práctica de esos procedimientos.
meses, razón por la cual, concluyó, el médico quedó sin “oportunidad de
atender cualquier contingencia que se presentara para la 6. Agotada la primera instancia, a ella puso fin el
complementación de los procedimientos quirúrgicos realizados”. juzgado a quo mediante sentencia desestimatoria de ambas demandas,
decisión que, apelada por los promotores de la demanda inicial, confirmó
4. En su demanda de reconvención, el señor Flórez el juez de segunda instancia.
Manrique solicitó que se declarara a los demandantes responsables por
los daños y perjuicios por él sufridos con ocasión de la demanda y el LAS RAZONES DEL TRIBUNAL
trámite procesal, para lo cual se apoyó en los hechos expuestos en la
contestación de la demanda, destacando el riesgo de infección (V.I.H. y

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Luego de destacar que la demanda principal presentaba de P. C., la confesión ficta así deducida, frente a los demás
una acumulación de pretensiones: las formuladas por Lina María Ortega demandantes (litisconsortes facultativos), “se valora como si fuera el
Jaramillo, fundadas en el incumplimiento contractual atribuido a su testimonio de un tercero”. Anotó que “no existe prueba que infirme la
contraparte, y las propuestas por los otros demandantes, a título de confesión ficta de García Ruiz, y con respecto a su valoración como
responsabilidad civil extracontractual, citó el juzgador algunas reflexiones declaración de tercero, por provenir de quien es el compañero de la
que en materia de responsabilidad médica ha dispensado la actora adquiere gran importancia, aunado al hecho de que la co-actora
jurisprudencia de esta Sala de Casación, según las cuales, entre otros ha debido demostrar que sí se cumplió con las obligaciones que el
asertos, en algunos casos, como la intervención quirúrgica con fines accionado imputó insatisfechas: el pago del precio, los cuidados
estéticos, el médico asume una obligación de resultado, por manera que requeridos para la recuperación y la asistencia a las citas
si éste no se obtiene, tendrá que indemnizar a la víctima, salvo que logre postoperatorias”.
demostrar caso fortuito, fuerza mayor o la culpa de esta última.
LA DEMANDA DE CASACION
A continuación, el Tribunal recordó que el demandado,
para eximirse de la reclamada declaración de responsabilidad civil, le Aunque el recurso de casación fue impetrado por todos
atribuyó a la paciente el haber incumplido el negocio jurídico entre ellos los demandantes, el Tribunal solo lo concedió respecto de la señora
celebrado, pues aseguró que aquella no pagó la totalidad de los Ortega Jaramillo.
honorarios pactados; no guardó el reposo requerido para su plena
recuperación; subía y bajaba escaleras frecuentemente; no asistió a En el único cargo, formulado con apoyo en la causal
todas las citas médicas de revisión y control de los resultados y de primera de casación, la recurrente acusó al sentenciador de segunda
ponderación sobre la conveniencia de otras cirugías, etc. Los supuestos instancia de haber incurrido en error de derecho, con vulneración de los
fácticos de las reseñadas defensas, aseveró el juzgador luego de invocar artículos 196 y 210 del C. de P. C., y por error de hecho manifiesto en la
el artículo 177 del C. de P. C. y la figura de la carga dinámica de la apreciación de la prueba de confesión del litisconsorte facultativo (por
prueba, debían ser acreditados por el demandado. omisión de un medio que la infirmaba), infringiendo, por falta de
aplicación, los artículos 1602, 1603, 1613 a 1615 del Código Civil, 194,
Sobre estos particulares, añadió que debían tenerse por 195, 201, 203 del C. de P. C. y 16 de la Ley 446 de 1998; y por
ciertas “las afirmaciones que sustentan la excepción de incumplimiento aplicación indebida los artículos 1609 de Código Civil, 210 y 50 del C. de
del contrato por parte de la demandante”, por cuanto el compañero P. C.
permanente de la paciente, a la vez litisconsorte voluntario de ésta, dejó
de asistir a la audiencia programada para que absolviera su declaración En la sustentación del cargo se argumentó, en resumen,
de parte. lo siguiente:

Del mismo comportamiento procesal omisivo del señor 1. El Tribunal dio un alcance probatorio que no tienen, a
García Ruiz, el Tribunal infirió que en armonía con el artículo 196 del C. los artículos 196 y 210 del C. de P. C., respecto de la litisconsorte Lina

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María Ortega Jaramillo. Si el litisconsorte facultativo no acude a la responsabilidad incoada por Jhon Fredy sería extracontractual, en tanto
audiencia de interrogatorio de parte no puede dársele al precitado que la de Lina María se fundamentó en un contrato, deben considerarse
artículo 196, con relación a los demás litisconsortes, la valoración que allí como litigantes separados, sin que se puedan aplicar los efectos que se
se ordena, por aparecer “implícita la necesidad de una declaración puedan producir por la confesión ficta del primero a la segunda.
expresa, es decir, de una manifestación verbal ... acerca de los hechos
objeto de la controversia”. 3. Como consecuencia de los errores de naturaleza
probatoria ya expuestos, concluyó, el Tribunal vulneró, por aplicación
Tal alcance de testimonio exige el cumplimiento de las indebida, el artículo 1609 del Código Civil, dando por demostrado el
formalidades previstas en los artículos 194 y 195 del C. de P. C., lo que incumplimiento del contrato por parte de la señora Ortega Jaramillo, sin
no acontece tratándose de una confesión ficta. Para el impugnante, sería estarlo, y por falta de aplicación transgredió los artículos 1602, 1603 del
un “imposible jurídico y lógico predicar la existencia de un testimonio Código Civil, que consagran la fuerza vinculante de los contratos y la
implícito o presunto” buena fe contractual, lo mismo que los artículos 1613, 1614 y 1625
ibídem y 16 de la Ley 446 de 1998, que aluden a la obligación de
2. Acorde con la censura, el Tribunal incurrió también en indemnizar los daños causados, por incumplimiento del contrato, esto es,
un error ostensible de hecho, por cuanto pretirió la prueba de la “por no haberse obtenido el resultado querido por la paciente y, antes,
confesión rendida por el demandado, quien en su interrogatorio de parte por el contrario, sobrevino un enorme daño que afeó su cuerpo y le
admitió varios hechos por cuya conformidad resultó infirmada la cercenó la posibilidad de sobrevivir con el oficio que desempeñaba”. Por
confesión ficta atribuida al demandante García Ruiz, con lo que se último, en forma bastante escueta observó que el daño sufrido por Lina
estableció, a plenitud, que la señora Ortega Jaramillo sí atendió María “hiere la vista”.
debidamente sus obligaciones contractuales, entre ellas, las
concernientes al pago de los honorarios convenidos a favor del Dr. SE CONSIDERA
Flórez Manrique; que sí acató las prescripciones médicas sobre quietud y
demás diligencias ordenadas para su normal recuperación, habiendo 1. Sea lo primero admitir, como en efecto lo hace la Corte
asistido, además, a las visitas de revisión periódica y de control sin circunloquios, que el juzgador de segunda instancia incurrió en error
postquirúrgico, durante las cuales el galeno aseguró que en la paciente de derecho cuando, a la confesión ficta que dedujo respecto del señor
no había sobrevenido ninguna complicación, que su evolución era García Ruiz por su incomparecencia a rendir declaración de parte, le dio
adecuada para el tiempo postoperatorio, en cuanto a cicatrización y el mérito de testimonio frente a la señora Ortega Jaramillo.
comportamiento de los tejidos; y que se citó, por última vez, para marzo
14 de 1994, fecha en que no se presentó Lina María, a pesar de que, Las cosas son de ese modo por cuanto -contrario a lo que
según el médico, su “secretaria siempre llama a recordar las citas”. acontece frente a confesiones expresas-, el recto entendimiento del
artículo 196 del C. de P. C., no permite entender que la confesión ficta de
De otra parte, el sentenciador ad quem aplicó en forma un litisconsorte facultativo tiene, frente a los demás, el alcance de un
indebida el artículo 50 del estatuto adjetivo, pues si, como lo sostuvo, la testimonio.

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por ausencia injustificada a rendir su declaración, o por la simple
Cierto es que al prever el precitado precepto, frente al renuencia a responder o por brindar respuestas evasivas, el citado con
supuesto del que se ocupa ahora la Sala, que la confesión de uno de los esa finalidad no absuelva su interrogatorio en forma concreta y
litisconsortes facultativos tendrá con relación a los otros el valor de un responsiva, como a la sazón lo impone el artículo 208, ibídem, en sus
testimonio, está consagrando simplemente un símil enderezado a incisos cinco y seis.
determinar su valor probatorio, sin que ello implique que, ope legis, se le
esté atribuyendo la naturaleza de tal; por supuesto que asimilar no es lo Entonces, la versión del litigante confeso debe ser, para
mismo que identificar, por manera que no cabe concluir que para que se los efectos del artículo 196 del Código de Procedimiento Civil, expresa y
dé el susodicho efecto, la confesión del litiscosorte deba estar precedida no supuesta, se insiste, amén de personal, pues la utilidad de un
de la totalidad de las características y solemnidades inherentes a la testimonio sólo es susceptible de rescatar cuando quien lo brinda ilustre
prueba de testigos. sobre su particular conocimiento acerca de los hechos o circunstancias
de tiempo, modo y lugar que revistan interés en la definición del proceso,
Con todo, encuentra la Corte que para que a la confesión sea por haberlos percibido personalmente, o por haberse enterado de
de un litigante pueda concedérsele el valor de un testimonio respecto de ellos, ‘de oídas’. Comporta lo hasta ahora afirmado, que la versión de la
sus litisconsortes facultativos, que es la hipótesis de la que ahora se parte está sujeta a dos reglas de carácter general, que, mutatis mutandis,
ocupa, es menester que aquella corresponda a la versión expresamente son comunes a la prueba testimonial y a la confesión judicial expresa:
dispensada por el litisconsorte ‘confeso’, acerca de los hechos y que sea expuesta, exteriorizada o vertida por la persona o parte de quien
circunstancias susceptibles de dilucidar con apoyo en la prueba procede, y que, cuando es judicial, esté antecedida de la solemnidad del
testimonial, pues, por elemental sustracción de materia, si la susodicha juramento. De estos asertos la Corte se ocupará de inmediato.
confesión no deriva de una explicitada declaración sobre los hechos de
incidencia en el litigio -efectuada por quien puede disponer de sus Bueno es precisar que en las hipótesis que ameritan la
propios derechos litigiosos, pero no de los de sus litisconsortes-, no comentada sanción, acorde con el artículo 210 del C. de P. C., no es la
habría nada sobre qué aplicar ese valor de testimonio. confesión en sí lo que se supone, sino la veracidad de los hechos sobre
los que ésta recae. Visto desde otro ángulo, el proceder del litigante
Dicho de otro modo, por antonomasia, la confesión ficta remiso no da lugar a que se presuma que este manifestó que eran
sólo puede ser concebida en contraposición con la expresa y, por lo ciertos los hechos sobre los que debió haber declarado; lo que la ley
mismo, no obedece a la puntual y exteriorizada declaración del ‘confeso’ presume, reunidas las demás exigencias del caso, claro está, es ni más,
con relación a los hechos litigiosos que puedan ser acreditados por ese ni menos, que son ciertos los hechos susceptibles de prueba de
conducto. Por el contrario, la reseñada ficción, por ser tal, implica confesión.
precisamente que se tengan por ciertos los hechos sobre los que el
litigante sancionado de esa manera fue renuente a declarar, lo que vale Desde esta perspectiva, se itera, de la confesión ficta de un
decir, como sin duda se deduce del artículo 210 del C. de P. C., que para litisconsorte facultativo no es factible deducir, respecto de las demás
la estructuración de la confesión ficta es requisito sine qua non, que ya personas que compartan esa calidad, el valor probatorio de un

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testimonio, puesto que aquella no involucra ninguna declaración del omisión o incuria del segundo, lo que es extraño en el ordenamiento
remiso, relacionada con los hechos para cuya demostración pueda jurídico colombiano.
ofrecer utilidad la prueba testimonial. Es más, dicha confesión ficta puede
recaer sobre circunstancias que son completamente ignoradas por aquel No parece plausible, por consiguiente, que se extiendan a
a quien se tiene por confeso, en aplicación del artículo 210 del C. de P. terceros los efectos desfavorables que se imponen a quien ha incumplido
C., o por lo menos, sobre hechos de los que el renuente no vertió ningún una carga procesal, máxime si la declaración del litisconsorte
tipo de declaración, pues el ordenamiento no ha consagrado encaminada a desvirtuar los efectos de la confesión ficta de su colitigante
excepciones sobre este último particular. En verdad, la referida confesión no es suficiente para lograr tal propósito dado su carácter favorable al
ficta se asimila a la expresa únicamente en lo relativo a su vigor declarante. No parece atinado, hay que subrayarlo, darle alcances que
probatorio, pero tanto intrínseca, como extrínsecamente, son claramente van más allá de lo razonable a un acto dispositivo (en cuanto regulación
distintas; por supuesto que además de no comportar una deposición de los intereses propios) de uno de los litisconsortes en detrimento de los
fáctica, ni, obviamente, la explicitud de cognocencia sobre ciertos demás; por supuesto que cada cual debe asumir la responsabilidad por
hechos, tampoco comparten las mismas exigencias formales. Y lo que hace o deja de hacer en el proceso.
justamente tal disimilitud sobre esos dos aspectos impide atribuirle la
eficacia del testimonio. Nada impide, de todos modos, que pueda el juzgador,
dependiendo de las singularidades que ofrezca cada caso, inferir de la
Considera la Sala que de acogerse un criterio similar al inasistencia de uno de los litisconsortes facultativos a rendir el
que tomó el juzgador ad quem pueden comprometerse seriamente las interrogatorio al que ha sido citado, un indicio en contra de los demás, si
garantías constitucionales de los litisconsortes, en especial cuando no a ello hay lugar, como acontecería, v. gr., cuando obedece a una
obstante figurar en el mismo extremo del litigio tengan, por razones de conducta deliberada de todos los litisconsortes para obviar la declaración
diferente naturaleza, intereses dispares o se encuentren en situaciones de alguno de ellos, indicio cuya gravedad dependerá de las
de clara desemejanza, en la que la suerte de alguno, incluso en la particularidades del caso.
hipótesis de una sentencia adversa, sea diametralmente distinta a la de
otro, ya sea, por ejemplo, por razón de sus condiciones económicas, por 2. En cuanto atañe al otro error de apreciación probatoria
la posibilidad de alegar un hecho exceptivo que sólo a él favorezca o, denunciado por la censura, quien sostuvo que el Tribunal recayó en yerro
porqué no, por connivencia con la contraparte, etc., circunstancias todas manifiesto de hecho por cuanto dejó de apreciar que fue infirmada la
éstas que lo conducirían a desdeñar los efectos de la confesión ficta que confesión ficta atribuida al señor García Ruiz, a la que el juzgador le
en su contra podría desgajarse, en notorio perjuicio de los demás reconoció el mérito de testimonio invocando el precepto contenido en el
litisconsortes. Bien puede acontecer, entonces, en situaciones como las artículo 196 del C. de P. C., es obvio que la Corte debe desecharlo sin
aludidas, por vía de ejemplo, y ante la ausencia de pruebas que diluciden mayor pronunciamiento, pues si como ya se concluyó no había lugar a
elocuentemente los aspectos de interés del litigio, que un litisconsorte reconocerle el mérito probatorio propio de un testimonio a la comentada
facultativo quede a merced de otro litigante renuente a rendir su omisión del litisconsorte facultativo de la señora Ortega Jaramillo (única
declaración de parte, resultando así sancionado el primero, por la casacionista), tampoco procede entrar a estudiar si fue infirmado lo que –

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con afectación de esta última- el sentenciador concluyó con estribo en la patrio (art. 1602, C. C.), emerge como verdad de a puño que es ineludible
multireferenciada confesión ficta. explicitar con claridad el contenido del negocio jurídico bilateral celebrado
entre las partes, en especial, lo atinente a las prestaciones contractuales
3. Sentadas las precedentes premisas, es del caso poner a las que se obligó el médico, todo con arreglo a la prueba recaudada y a
de relieve que el error de derecho en que, según quedó explicado, los principios de orden probatorio al caso, incluyendo, desde luego, los
incurrió el Tribunal, es inocuo, pues aun dejando de lado todas las contenidos en los artículos 174 y 177 del C. de P. C., debiéndose
argumentaciones probatorias que motivaron la confirmación de la destacar, desde ya, que ninguna de las partes alegó, ni tampoco se
sentencia de primera instancia, por igual se impondría el despacho acreditó, que el negocio jurídico entre ellas convenido se hubiera
adverso de las pretensiones incoadas por la señora Ortega Jaramillo, ello, reducido a escrito.
claro está, por razones ajenas a los hechos constitutivos de la excepción
Sobre el particular, memórese que en la demanda incoativa
de incumplimiento contractual que el juzgador ad quem encontró
se sugirió que el médico se obligó a mejorar en grado ostensible la
probada, pero que atañen directamente a la acreditación de algunos de
imagen corporal de la paciente, reduciendo la acumulación de grasa en
los elementos que estructuran la responsabilidad médica patrimonial
su abdomen y el tamaño de sus senos y que ésta fue sometida a una
demandada por la ahora casacionista y que conciernen, principalmente, a
abdominoplastia y a una mamoplastia, pero no a un liposucción, como
la prueba del incumplimiento contractual atribuido al demandado y al
era lo adecuado, según posteriormente se lo hicieron saber otros
daño sufrido por su paciente, la única recurrente en casación.
especialistas a la señora Lina María, quienes se asombraron por los
resultados de la gestión del hoy demandado y del estado de la
Ya tuyo oportunidad de expresarlo la Sala, en oportunidades
cicatrización de las referenciadas intervenciones. Por su parte, en la
anteriores, en especial, en su fallo del 30 de enero de 2001, que con
contestación de la demanda se sostuvo que los contratantes convinieron,
miras a establecer la eventual responsabilidad del galeno, y su alcance,
no los resultados aducidos por la parte actora, según la cual, luego de las
es indispensable entrar a reparar, en cada caso específico, en la
cirugías en cuestión, Lina María quedaría con el cuerpo de una modelo
naturaleza y contenido de la relación sustancial que lo vincule con el
profesional, apto además, para ejercer con atractivos incentivos
paciente; que solo por tal conducto sería factible dilucidar cuáles son las
económicos sus actividades de nudismo y modelo profesional, sino, en
prestaciones a cargo del médico y -lo que usualmente ofrece gran utilidad
forma más específica, la práctica de los siguientes procedimientos: una
en orden a definir litigios de esta especie- si las obligaciones adquiridas
cirugía reductiva de mamas y levantamiento de las mismas” (mamoplastía
por el respectivo profesional de la salud son de medio o de resultado,
de reducción); reducción del tamaño del complejo areola-pezón; una
esto último cual acontece con frecuencia tratándose de cirugías plásticas
abdominoplastia, enderezada a eliminar la porción infraumbilical del
con fines meramente estéticos.
panículo dermograso y disminuir las estrías postembarazos, lo mismo que
la corrección de la diástasis de los músculos rectos abdominales
Como a lo anterior se aúna que en materia de contratación
(plicatura de la línea media).
de intervenciones quirúrgicas, las partes son las llamadas a expresar en
qué términos comprometen su voluntad, cuya expresión prevalece según
regla general que caracteriza el derecho privado en el ordenamiento

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Frente al panorama en estos términos descrito, observa la En adición a lo dicho, se tiene que en su declaración de
Corte que a pesar de que el juzgador de segunda instancia incurrió en el parte, aseveró la hoy recurrente que en noviembre de 1992 se entrevistó
error de disciplina probatoria denunciado por el casacionista, el atrás con el doctor Flórez Manrique y le comentó su interés en “realizarme una
comentado, alusivo exclusivamente, a la prueba del incumplimiento cirugía porque yo venía de Aruba y yo quería adelgazarme un poco el
contractual que el demandado endilgó a su paciente, habría de darse por cuerpo...”. Cuando de manera puntual se le indagó si el médico le advirtió
cierto, en todo caso, que dada la determinación del contenido de la que “las intervenciones quirúrgicas de cirugía plástica y estética de
contratación médico-paciente, principalmente en cuanto interesa a la mamoplastia reductiva y abdominoplastia se efectuarían sin quedar
identificación de las prestaciones a cargo del doctor Flórez Manrique; a la cicatrices de las incisiones quirúrgicas o cortadas de la piel” (pregunta
manera como éste las acometió y a los resultados obtenidos, la versión cinco), respondió simplemente, sin rebatir la denominación de los
que encuentra respaldo probatorio suficiente es la dispensada por el aludidos procedimientos invasivos, que “él me dijo que no iban a quedar
galeno y no la brindada en la demanda principal. En otras palabras, cicatrices, sí me dijo pero que éstas iban a quedarme muy delgaditas”;
aunque se imponía la absolución de la parte demandada, ello no devenía, después, indagada sobre si el “compromiso quirúrgico” adquirido por el
como en forma poco afortunada lo dedujo el Tribunal, de la acreditación galeno fue “la reducción del tamaño y corrección de la ptosis o caída de
del soporte fáctico de la ‘excepción’ que encontró próspera, concerniente los senos, así como la disminución del volumen abdominal con recesión
al comportamiento contractual de la paciente, sino simplemente al hecho de las estrías abdominales infraumbilicales” (pregunta 7ª), respondió la
indiscutible de que no se estableció que el médico hubiera dejado de interpelada que el doctor Flórez Manrique, quien le dijo que la “iba a dejar
atender las obligaciones que adquirió a favor de aquella, o que los muy bonita”, de “eso no hizo nada”, pues aunque le redujo el tamaño de
procedimientos quirúrgicos llevados a cabo causaron a Lina María los senos, le quedaron cicatrices muy marcadas; que “el abdomen
perjuicios de orden moral o patrimonial cuyo resarcimiento debiera adelante sí me quedó más pequeño, pero de los lados del cuerpo me
imponerse al doctor Flórez Manrique. quedó igual”, que no le “sacó nada de grasa”. Sobre este mismo tema,
aseguró también esta demandante (respuesta 11), que “después de la
Se deduce lo anterior porque en el expediente no obra cirugía sí me quedaron más pequeños los senos y el abdomen un poco
elemento de convicción alguno que corrobore lo dicho por la señora simulado, siempre me quitó de la parte de adelante grasa” y que, en
Ortega Jaramillo, acorde con lo cual, el cirujano plástico demandado se resumen (respuesta 15), antes de la operación “tenía más senos y tenía
obligó, en forma expresa, a que, después de las intervenciones que le un poco más de abdomen, pero como quedaron las cicatrices en mi
serían practicadas a la paciente, no subsistirían cicatrices de ninguna cuerpo, prefiero como estaba antes”.
índole, o que Lina María quedaría con una figura corporal adecuada para
ejercer con éxito la profesión de modelo, o simplemente sus actividades
De estas respuestas emerge que la inconformidad de la
de nudista con alta remuneración económica, cual se consignó en el
paciente no radicó propiamente en que el médico le hubiera practicado
libelo principal, o que, de alguna manera, alcanzara los estándares de
intervenciones de naturaleza o características distintas de las convenidas,
belleza física que Lina María hubiera deseado para sí.
o que no hubiera practicado estas últimas, sino del estado en que quedó
a raíz de tales procedimientos, enfatizando lo tocante con su

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cicatrización, pues en cuanto interesa a la disminución de su masa del cuaderno principal, pues las demás reflejan una situación anterior al
corporal, en particular, de senos y abdomen, es evidente, según recién se agotamiento de las cirugías, más no con la eficacia pretendida por la
registró, que la demandante en mención admitió que ese resultado sí se actora, como quiera que las mismas, documentos privados, meramente
consiguió. representativos que contienen su imagen, padecen varias deficiencias,
consistiendo la principal en que no se sabe a ciencia cierta en qué fecha
4. Visto, entonces, que el galeno se obligó a practicar las fueron tomadas, y que de ellas sólo cabe colegir, como pauta temporal y
intervenciones a que se refirió en su escrito de contestación de la con apoyo en el artículo 280, ibídem, que corresponden a cualquiera de
demanda, tendientes ellas, principalmente, a reducir el volumen corporal los días precedentes a la formulación de la demanda incoativa, puesto
de la paciente, y que, además, tal y como era de la incumbencia del que a ella fueron adosados.
médico, en armonía con los artículos 1757 del Código Civil y 177 del C.
de P. C., se estableció que los susodichos procedimientos fueron En las comentadas condiciones, estos documentos, valga
efectivamente agotados, obteniéndose la consecuente disminución en la pena destacarlo, no pueden servir de estribo para efectuar las
los senos y en el abdomen de Lina María, se impone establecer si éste confrontaciones requeridas en orden a establecer si en definitiva, por su
asumió, ora de manera expresa o ya por la naturaleza del negocio cantidad, forma, trazados, dimensiones, estado de bordes y tejidos, etc,
ajustado con aquella otras obligaciones adicionales, y si estas fueron las cicatrices que sin duda de alguna manera debieron afectar el cuerpo
cabal, íntegra y oportunamente satisfechas. Conviene recordar, en este de la señora Ortega Jaramillo excedieron aquellas que eran de
orden de ideas, que la paciente mostró su descontento con el resultado esperarse, ya conforme a lo convenido por las partes, o de ser el caso,
de las intervención quirúrgica a la que fue sometida, por las siguientes reparando en la naturaleza de las cirugías que le practicó el demandado
circunstancias: a) el estado de cicatrización de las heridas causadas por y, desde luego, atendiendo el grado de desarrollo de esta área de la
el médico; b) porque, en las condiciones particulares de aquella, hubiera medicina plástica, para la época y en el escenario en que tuvieron lugar,
sido más conveniente una liposucción y no la abdominoplastia y la o si con ocasión de las cirugías se generó o incrementó alguna
mamoplastia a que fue sometida, y c) por cuanto “una mama quedó más desproporción en el tamaño de los senos de la persona intervenida
grande que la otra”. quirúrgicamente.

4.1. Relativamente a la fealdad y notoriedad de la No son aptas, entonces, dichas fotografías como para que
comentada cicatrización y al hecho de que a raíz de la referida sin el auxilio de otros medios de prueba, v. gr., el pericial que sin duda
intervención efectuada por el médico Flórez Manrique, uno de los senos hubiera reportado enorme utilidad para dilucidar la temática en estudio,
de la paciente hubiera cobrado mayor dimensión que el otro, no es se pudiera establecer que el estado definitivo de cicatrización de la
posible tener por probado lo dicho en la demanda principal, pues no paciente corresponde al que en su conjunto ellas reflejan, o que ellas
existe elemento de juicio que con certeza, cual lo exige el artículo 174 del sean francamente inusuales en las intervenciones quirúrgicas de esa
C. de P. C., corrobore tales asertos. Únicamente algunas de las índole, quedando sin esclarecer, además, si en razón del transcurso del
fotografías aportadas con la demanda podrían guardar alguna relación tiempo, o por otras circunstancias, las huellas de las intervenciones
con los temas traídos a cuento, en especial las obrantes a folios 13 a 17 quirúrgicas practicadas por el demandado, evolucionaron en forma que

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incrementara o disminuyera la afectación de la paciente, en el plano comenté al doctor (el aquí demandado) yo le dije que yo bailaba como
estético, predicamento que cabe extender a la desarmonía que la estristesera (sic) y creo que es como la misma cosa” (fl. 7 vto), y que en
paciente dijo haber sufrido en torno al tamaño de sus senos. el mismo interrogatorio sostuvo que el hoy demandado le dijo que las
cirugías que dieron lugar al litigo, “no iban a quedar cicatrices”; para
A estos respectos, tampoco la Corte puede dejar de luego admitir, en forma contradictoria, que el galeno sí le advirtió que
advertir que no obstante la insistencia del juez de primera instancia quedarían, “pero que éstas iban a quedar muy delgaditas”, ofreciendo
(autos de 16 de diciembre de 1997, 14 de mayo de 1998, 8 de después una tercera versión también diferente, según la cual “él me dijo
septiembre y 24 de noviembre de 1999) y debido, entre otras cosas, a que tenía que cortar y yo le dije que no porque esas cortadas eran muy
que la señora Ortega Jaramillo no se puso a disposición de los peritos grandes, que si era necesario y él me dijo que sí, que eso era así” (fl. 8).
designados para el efecto, jamás se llevó a cabo el dictamen médico por Lo anterior, pasando por alto que sin justificar su omisión, la señora
éste ordenado, tendiente a establecer -previa valoración personal a la Ortega Jaramillo dejó de comparecer a rendir su declaración de parte en
paciente-, si de conformidad con su contextura y particular anatomía, las la fecha programada para el efecto por iniciativa del demandado, y que
cirugías que le practicó el demandado eran las más adecuadas para fue solo posteriormente, ante la insistencia oficiosa del juez a quo, que la
mejorar su silueta; qué clase de intervenciones fueron las que finalmente interpelada acudió, ahí sí, a absolver el susodicho interrogatorio todo lo
el demandado le efectuó y cuáles fueron sus resultados específicos; que cual es claro reflejo de un comportamiento procesal ambiguo y omisivo
tipo de cicatrices, deformaciones u otras secuelas quedaron en el que por las prenotadas razones no puede redundar en beneficios para la
organismo de ésta a raíz de las cirugías a la que la sometió el doctor parte que incurrió en él, en contravía con los propósitos que inspiraron la
Flórez Manrique; cuáles procedimientos o tratamientos quirúrgicos consagración de los mandatos contenidos en los artículos 71 (num 6),
podrían corregir tales anomalías y su costo eventual, cuáles eran los 174, 177 del C. de P. C., lo mismo que el ya citado artículo 242, ibídem.
riesgos inherentes a la práctica de esos procedimientos, etc.
5. Para la Corte es de sumo interés, por las aristas del
Tal proceder omisivo de la demandante no solamente caso, detenerse un tanto en la conocida figura del consentimiento
impidió la demostración de sus afirmaciones, sino que, además, se “informado” o, con mejor denominación, “ilustrado”, débito de singular
devuelve en su contra como un indicio (art. 242 del C. de P. C.), al cual importancia en el ejercicio de la actividad médica que sin duda pesa
se suman otros derivados también de su comportamiento procesal, como sobre quien presta tan caro servicio, quien corre además con la carga de
lo prevé el artículo 249 del estatuto procesal en cita. Refiere la Corte, a su acreditación (art. 177 del C. de P. C.). Ese imperioso deber, cuya
manera de ejemplo, que, en términos generales, la señora Ortega satisfacción, por regla, ha de remontarse a las etapas anteriores a la
Jaramillo se abstuvo de colaborar eficazmente en la búsqueda del ejecución del acto médico, pero no se extingue del todo, necesariamente,
respaldo probatorio de los hechos que hubieran podido comprometer la durante los periodos subsiguientes, no emergía para nada ajena al
responsabilidad patrimonial de su contraparte; que en la demanda evento sub lite, respecto de la cual no se avizora la presencia de
principal alegó que antes de las cirugías hizo saber al galeno de su circunstancia alguna que autorizara prescindir de la aludida prestación.
condición de modelo de ropa interior femenina, la que repudió en su
interrogatorio de parte, cuando precisó que “yo del modelaje no le

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Precisamente, sobre el galeno pesaba satisfacer ese la ciencia médica pudiera ofrecer para ese entonces. No podría
deber de ilustración acerca de la naturaleza, riesgos, inconvenientes, accederse, entonces, a la voluntad de la paciente, con la escueta
ventajas y expectativas de las intervenciones quirúrgicas a practicar a la promesa de un posible o repentino embellecimiento, no garantizado por
señora Ortega Jaramillo, como presupuesto indispensable para obtener lo que en materia de estética corporal humana ofreciera la ciencia
el consentimiento de la paciente, abriendo el paso, así, a la configuración médica del momento, pues amén de que con ello se abriría paso a un
del acuerdo de voluntades cuya ejecución motivó la presente verdadero tráfico de ilusiones, se desconocería que en principio ,
controversia. dependiendo del contenido del negocio jurídico, es de resultado la
obligación del cirujano adquirida en esos términos, a la vez que ello sería
No se trata, ni de lejos, de un mero formalismo, como privilegiar el ánimo mercantilista en las actividades de este linaje,
quiera que los negocios jurídicos de esta especie -y así el acto médico cohonestando con los insanos propósitos de quienes, asumiendo un rol
obrase exclusivamente en cumplimiento de un deber legal-, recae nada que luce más cercano al de simples mercaderes de la medicina, que al
más ni nada menos que sobre la vida, la salud y la integridad corporal de preclaro ejercicio de su profesión, quisieran aprovecharse de aquellas
las personas, por manera que el carácter venal que de suyo caracteriza personas que, por convicción propia o por que su albedrío ha sido
los contratos bilaterales, onerosos y conmutativos de derecho privado, en nublado por los mandatos a veces caprichosos de la moda, o porque no,
este escenario se ve, por fortuna, superado por el humanístico que es por razón de la publicidad poco fiable, tienen como deseo, ilusión o
propio de la actividad médica. Más que un mercado o una clientela que expectativa convertir o adecuar su silueta a lo que, dentro de un
cultivar, los posibles usuarios de los servicios médicos, incluyendo los ambiente de marcado consumismo, aquella hace recomendable, con
meramente estéticos o de embellecimiento, son ampliamente acreedores frecuencia a costa, inclusive, de su salud y estabilidad emocional.
de un trato acorde con la naturaleza humana, de modo que la obtención
de su consentimiento para la práctica de un acto médico exige el que, en Sirvan estas glosas para deslegitimar y dejar sin piso todo
línea de principio, se le haga cabalmente conocedor de todas las intento de interpretación tendiente a admitir que válidamente el
circunstancias relevantes que puedan rodear la actuación del médico, consentimiento de la señora Ortega Jaramillo hubiera podido ser
obviamente en la medida en que este las conozca o deba conocerlas. obtenido con prescindencia de la materialización del comentado deber de
ilustración, v, gr., de cara al tema de la cicatrización de las heridas
Trasladado al caso concreto lo recién consignado, es de soportadas por Lina María. Por el contrario, ante la situación planteada
suponer que la aquiescencia de la paciente a que fuera intervenida por el en el caso de la mencionada señora, está claro que el médico, sobre
demandado, como a la postre aconteció, hacía indispensable que este quien gravitaba la carga de asumir y acreditar ese deber de información,
último la hubiera ilustrado, en detalle, acerca de la forma como serían cumplió con tal gravamen, en forma tal que, con conocimiento de causa
acometidas las cirugías, los cortes o incisiones que ellas imponían, la pudo la paciente optar por otros tipos de procedimiento menos invasivos,
notoriedad de las huellas o cicatrices que dejarían las mismas, la o que hicieran previsible un resultado de cicatrización más benévolo, o
imposibilidad de evitarlas, la afectación que ello hubiera podido generar, simplemente, decidir que no se sometía a ninguna cirugía, atendiendo la
externamente en su cuerpo, lo atinente al proceso de recuperación y sus afectación y demás desventajas inherentes a las practicadas por el
posibles complicaciones, etc., confrontándolo con otras alternativas que demandado.

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En efecto, respecto del tema de la cicatrización, que
parece ser el que más afecta a la demandante, ésta, en su declaración
de parte, además de lo resaltado en líneas pretéritas, efectuó elocuentes
manifestaciones acerca del cumplimiento de esa prestación, tales como MANUEL ISIDRO ARDILA VELÁSQUEZ
que ”como yo no sabía nada de esas cosas de liposucciones, lo que a mí
me dijo era que me iba a poner como una barby (sic). Él me dibujó en un
papel antes de la cirugía”; “antes de la cirugía no me acuerdo
verdaderamente si en mi cuerpo me hizo las rayas... solamente me
acuerdo que en el papel si me las dibujó”; “él me dijo que tenía que cortar JAIME ALBERTO ARRUBLA PAUCAR
y yo le dije que no porque esas cortadas eran muy grandes, que si era
necesario, y él me dijo que sí, que eso era así” (fls. 7 a 11).

Sea lo dicho suficiente para deducir impróspero el cargo


formulado por la mencionada demandante. CARLOS IGNACIO JARAMILLO JARAMILLO

DECISION

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia,


Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la República PEDRO OCTAVIO MUNAR CADENA
y por autoridad de la ley, NO C A S A la sentencia del 19 de abril de
2001, dictada por el Tribunal Superior de Medellín, en el proceso
ordinario adelantado por LINA MARIA ORTEGA JARAMILLO, JHON
FREDY GARCIA RUIZ, DANNY ALEJANDRA y JHON STIBENS
GARCIA ORTEGA, frente a GABRIEL FLOREZ MANRIQUE. SILVIO FERNANDO TREJOS BUENO

Sin costas en el recurso de casación, dada la rectificación


doctrinaria contenida en la presente providencia. En su oportunidad
devuélvase el expediente al Tribunal de origen. Notifíquese.
CESAR JULIO VALENCIA COPETE

EDGARDO VILLAMIL PORTILLA

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