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18-10-2021
Osvaldo Pérez
MICROSOFT
UNIDAD I SEMANA 1,2.
Casi toda la energía de que disponemos proviene del Sol. Él es la causa de los vientos, de
la evaporación de las aguas superficiales, de la formación de nubes, de las lluvias y, por
consiguiente, de los saltos de agua. Su calor y su luz son la base de numerosas reacciones
químicas indispensables para el desarrollo de los vegetales y de los animales que con el
paso de los siglos han originado combustibles fósiles como el carbón o el petróleo. La
radiación solar tiene otra importancia capital: otras formas de energía renovable, como el
viento, las olas o la biomasa no son más que manifestaciones indirectas de ésta.
La Tierra recibe la radiación electromagnética del Sol y Re irradia de nuevo al espacio una
cantidad de calor igual a la radiación incidente. Por tanto, la utilización de la radiación solar
no es otra cosa que su conversión en energía útil para la humanidad. Sin embargo, el
resultado neto de dicho aprovechamiento es el mismo que si no hubiera habido
interferencia en el proceso de Re irradiación al espacio, pues solamente se ha producido
un desfase o retraso en este proceso, como resultado de la disposición humana o como
parte de los procesos naturales.
La energía solar llega a la superficie de la Tierra por dos vías diferentes: incidiendo en los
objetos iluminados por el Sol, denominada radiación directa, o por reflexión de la radiación
solar absorbida por el aire y el polvo atmosférico, llamada radiación difusa. La primera es
aprovechable de forma directa, mientras que las células fotovoltaicas aprovechan la
segunda.
Para clasificar las distintas fuentes de energía se pueden utilizar varios criterios:
Primarias y secundarias
Según sea su utilización las fuentes de energía las podemos clasificar en primarias y
secundarias:
Existen diferentes fuentes de energía de donde se obtiene este recurso tan importante para
poder transformarlo y, así, generar electricidad u otro tipo de energía indispensable para
nuestros hogares e industrias. Antes de que suceda tal transformación, el recurso es
llamado energía primaria. Sin embargo, ¿cómo sucede su proceso?
captación del recurso del medio. Posteriormente, convertimos esta energía a secundaria, la
cual será transportada, almacenada y transformada hasta poder ser utilizable en puntos de
Gastos Relacionados
El proceso de transformación de la energía conlleva un sobrecoste económico, los
veamos un ejemplo:
Tal como mencionamos al inicio del artículo, existen diferentes fuentes de energía de las
Las procedentes de los combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas natural y uranio) tardan
miles de años en generarse, por lo tanto, se agotan. Esto hace que, a pesar de haber sido
las fuentes más empleadas históricamente, su uso se vaya haciendo cada vez más
complejo y costoso.
El boletín estadístico de 2014 indica que, aunque las tendencias están cambiando
significativamente, las fuentes de energía no renovable todavía son las más utilizadas. Así,
en el año 2018 se utilizaron 50.740 ktep de petróleo, 23.664 ktep de gas natural, alrededor
de 15.000 ktep de energía nuclear y casi 12.000 ktep de carbón. En cambio, el consumo
Las energías renovables se van usando cada vez más, de forma anual. ¿Llegaremos a
2.1. Tensión.
Técnicamente, la RAE define tensión eléctrica como: “voltaje con que se realiza una
transmisión de energía eléctrica” y/o “voltaje entre dos polos o electrodos”.
La corriente eléctrica se diferencia, en función del voltaje, entre: baja, media y alta tensión.
Baja tensión
Media tensión
Se considera media tensión cuando la instalación eléctrica consta de tensión nominal entre
1 kV (1 000 voltios) y 36 kV (36 000 voltios). En España, las instalaciones de ‘media
tensión’ son instalaciones de ‘alta tensión de 3ª categoría’; es decir, deben tratarse como
alta tensión.
Alta tensión
2.2. Frecuencia.
2.3. Fiabilidad.
Es por ello, que la central eléctrica dependerá de la fuente de energía. En España los
principales tipos de centrales son térmicas, nucleares, atmosféricas y solar fotovoltaica.
Centrales eólicas
Sus turbinas son movidas gracias a la acción del viento sobre las aspas del aerogenerador.
Para ello, se instala una torre en cuya parte superior existe un rotor con múltiples palas que
se orientan en dirección del viento. Estas giran alrededor de un eje horizontal que actúa
sobre un generador de electricidad. Su funcionamiento está limitado a la velocidad del
viento y un parque eólico demanda extensiones de terrenos grandes. Por otro lado, el
número de horas de funcionamiento para producir energía eléctrica está entre el 20% y
30% de las horas del año en España; un valor bajo cuando se compara con centrales
térmicas y nucleares que consiguen cifras del hasta 93%.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que este es un tipo de energía limpia y estas
instalaciones no suponen ningún daño al medio ambiente. El parque eólico instalado en el
Puerto de Bilbao, Punta Lucero, generó en sus primeros cinco meses de
funcionamiento 7,1 millones de kWh de energía eólica en España. Cuando estos parques
se construyen cerca del mar, es más beneficioso porque el aire acostumbra a circular de
manera racheada, además de ser más constante que sobre tierra firme.
Centrales solares
Existen diferentes tipos dentro de estas centrales de energía. Entre ellas las
centrales termo solares que aprovechan el calor del sol para calentar el agua y mover la
turbina con el vapor que se genera de ese calentamiento. También están las centrales
solares fotovoltaicas que se encargar de transformar la energía solar en electricidad debido
a las células fotovoltaicas. En España, contamos con dos centrales importantes: los
parques fotovoltaicos Puertollano y Olmedilla de Alarcón. Ambos están ubicados en
Castilla-La Mancha.
Centrales hidroeléctricas
Las turbinas de estas centrales se mueven gracias a un chorro de agua a alta velocidad.
Estas aprovechan los saltos de agua ya sean naturales, es decir, cascadas y desniveles de
los ríos, o artificiales que son construidos en los embalses. Estas también se dividen o
clasifican según la potencia que tienen, además de la energía eléctrica que son capaces de
generar. Por un lado, están las centrales hidroeléctricas de gran potencia, las mini
centrales hidroeléctricas y las micro centrales hidroeléctricas.
Centrales mareomotrices
Estas tienen un parecido en su funcionamiento a las centrales hidroeléctricas. Pero estas
aprovechan las diferencias del nivel del mar entre la marea alta y la marea baja. También
se consideran centrales mareomotrices aquellas centrales que aprovechan el movimiento
de las olas para mover las turbinas. Por otro lado, también existen las de corrientes
marinas, las cuales usan la energía cinética de las corrientes marinas o de los océanos.
Este método genera un impacto menor en el ambiente debido que no se construyen presas
que alteren el ecosistema.
GENERADORES
Un generador consta de dos polos, uno negativo (cátodo) y uno positivo (ánodo). No
basta con conectar un extremo del conductor al polo negativo del que salen los electrones.
Hay que conectar el polo positivo, al que vuelven los electrones. Si cortamos el cable de
metal los electrones se detienen en todo.
Cuando ambos polos se unen mediante el hilo conductor, los electrones se mueven
a través de él, desde el polo negativo al polo positivo.
RECEPTORES
Los receptores son los elementos encargados de convertir la energía eléctrica en
otro tipo de energía útil de manera directa, como la lumínica, la mecánica (movimiento),
• Receptores térmicos: como las resistencias eléctricas que llevan planchas, hornos,
CONDUCTORES
Los conductores son los elementos que conectan los distintos elementos del circuito
permitiendo el flujo de electrones.
ELEMENTOS DE PROTECCIÓN
El binomio agua-energía
El agua es el elemento más esencial para la existencia de vida, y por otra parte, la energía
es el recurso que más impacto tiene en nuestra calidad de vida.
A nadie se le escapa que existe una gran correlación entre el agua y la energía. Hasta
hace poco, se pensaba en la producción de energía a partir del agua (energía
hidroeléctrica especialmente). Efectivamente, la humanidad ha utilizado desde tiempos
inmemoriales el agua como fuente de energía.
Poco a poco, se fue dando paso a la introducción de tecnología en el aprovechamiento de
esa energía potencial de mares y ríos para la conversión a energía eléctrica o mecánica.
No cabe duda de que en la actualidad hemos alcanzado un alto grado de desarrollo en este
aprovechamiento, obteniendo una parte importante de la energía, que además no consume
recursos naturales perecederos.
Sin embargo, en los últimos años se ha pasado a un análisis mucho más profundo de las
implicaciones “agua vs energía”.
Hemos pasado de “agua genera energía”, a “agua consume energía” y “producir energía
requiere agua”.
En este escenario, nos encontramos con un círculo vicioso, ya que el ciclo del agua es
exigente en términos energéticos, y por tanto se generan emisiones de gases efecto
invernadero, que van alterando el clima. Ello supone una alteración del régimen de lluvias,
con la aparición de más episodios de sequía, que finalmente desembocan en una mayor
demanda de energía.
En cualquiera de los distintos apartados del ciclo del agua, (captación, tratamiento,
distribución, consumo, alcantarillado, tratamiento del agua residual, vertido final) la energía
es la partida de coste variable más importante.
El creciente coste de la energía exige mayor eficiencia en la gestión del ciclo del agua y la
necesidad de mitigar el cambio climático cada vez más presente, también exige una mayor
eficiencia en todos los procesos.
Las curvas de carga permiten obtener información sobre qué nivel de carga se encuentra
una variable a lo largo del tiempo, o de la forma en que evoluciona una variable a lo largo
de un periodo definido. Ejemplo: El siguiente caso muestra los datos de producción de
vapor de una caldera medidas por un contador que registra las producciones instantáneas
en una base de datos:
Si transformamos esta gráfica en una curva a la que los valores se han ordenado de forma
decreciente y ordenados por muestras, obtenemos la "curva monótona de vapor". Esta
curva es útil cuando se trata de evaluar el régimen de funcionamiento de un equipo, y si es
conveniente instalar un equipo que trabaje a cargas parciales o es mejor instalar varios
equipos e ir modulando poniendo en marcha y parando. En este caso concreto se puede
deducir que durante 18 horas al día la producción de vapor es superior a 2.000 kg / h y que
la caldera ha sido más de tres horas sin producir vapor. La capacidad nominal de la caldera
es de 16.000 kg / h, por lo que se ve que el equipo no está trabajando en las mejores
condiciones.
Además, hay una parte pequeña del tiempo, menos de una hora, con demanda cercana a
la capacidad.
Mediante esta orden por tanto, se establecen por un lado, los parámetros retributivos de las
instalaciones tipo aplicables a determinadas instalaciones de producción de energía
eléctrica a partir de fuentes de energía renovables, cogeneración y residuos, en particular,
a las instalaciones de producción de energía eléctrica a partir de fuentes de energía
renovables, cogeneración y residuos que tuvieran reconocida retribución primada a la
entrada en vigor del citado Real decreto-ley 9/2013, de 12 de julio, entre ellas, a aquellas
instalaciones adjudicatarias del concurso de instalaciones de tecnología solar
termoeléctrica de carácter innovador. Asimismo, se establecen los parámetros retributivos
de las instalaciones tipo para aquellas instalaciones o modificaciones de instalaciones de
tecnologías diferentes a la eólica, solar termoeléctrica y fotovoltaica que cumplan
determinados requisitos previstos en la disposición adicional cuarta del citado real decreto.
Por otro lado, en desarrollo del título IV del Real Decreto 413/2014, de 6 de junio, y en
particular, de la disposición adicional segunda.4 se recoge una clasificación de
instalaciones tipo en función de la tecnología, potencia instalada, antigüedad o sistema
eléctrico, fijando para cada una de estas instalaciones tipo un código.
Asimismo, en aplicación de la disposición transitoria primera del Real Decreto 413/2014, de
6 de junio, esta orden establece la instalación tipo por defecto que será asignada a una
instalación cuando con la información que obre en el registro de instalaciones de
producción de energía eléctrica y en el sistema de liquidaciones, no sea posible determinar
la instalación tipo asociada a dicha instalación.
En esta orden y como referencia de rentabilidad razonable de las instalaciones, se ha
tenido en cuenta para el cálculo de los parámetros retributivos por una parte, y para las
instalaciones con derecho a régimen económico primado a la entrada en vigor del Real
Decreto-ley 9/2013, de 12 de julio, el rendimiento medio en el mercado secundario de los
diez años anteriores a la entrada en vigor citado real decreto-ley, esto es, el periodo
comprendido entre el 1 de julio de 2003 y el 30 junio 2013, de las Obligaciones del Estado
a diez años, tal y como determina la disposición final tercera de la Ley 24/2013, de 26 de
diciembre, y la disposición adicional segunda del Real Decreto 413/2014, de 6 de junio,
para las instalaciones con derecho a la percepción del régimen económico primado.
DEFINICIÓN
Dicho de otra manera, todo lo híbrido es multidisciplinar, por definición. Pero no todo
lo que surge de la multidisciplinariedad tiene por qué ser una solución
tecnológicamente híbrida.
No es una crisis en sentido negativo, es una crisis que alumbra un mundo nuevo
caracterizado por la desaparición de las férreas fronteras entre las diferentes
disciplinas. Hoy en día, por ejemplo, la biología y la genética, enseñan a los
ingenieros a implementar algoritmos genéticos, redes neuronales o sistemas que
evolucionan mediante aprendizaje autónomo.
EL FUTURO
La presente Ley tiene, por consiguiente, como fin básico establecer la regulación del sector
eléctrico, con el triple y tradicional objetivo de garantizar el suministro eléctrico, garantizar
la calidad de dicho suministro y garantizar que se realice al menor coste posible, todo ello
sin olvidar la protección del medioambiente, aspecto que adquiere especial relevancia
dadas las características de este sector económico. Sin embargo, a diferencia de
regulaciones anteriores, la presente Ley se asienta en el convencimiento de que garantizar
el suministro eléctrico, su calidad y su coste no requiere de más intervención estatal que la
que la propia regulación específica supone. No se considera necesario que el Estado se
reserve para sí el ejercicio de ninguna de las actividades que integran el suministro
eléctrico. Así, se abandona la noción de servicio público, tradicional en nuestro
ordenamiento pese a su progresiva pérdida de trascendencia en la práctica, sustituyéndola
por la expresa garantía del suministro a todos los consumidores demandantes del servicio
dentro del territorio nacional. La explotación unificada del sistema eléctrico nacional deja de
ser un servicio público de titularidad estatal desarrollado por el Estado mediante una
sociedad de mayoría pública y sus funciones son asumidas por dos sociedades mercantiles
y privadas, responsables respectivamente, de la gestión económica y técnica del sistema.
La gestión económica del sistema, por su parte, abandona las posibilidades de una
optimización teórica para basarse en las decisiones de los agentes económicos en el
marco de un mercado mayorista organizado de energía eléctrica. La planificación estatal,
por último, queda restringida a las instalaciones de transporte, buscando así su imbricación
en la planificación urbanística y en la ordenación del territorio. Se abandona la idea de una
planificación determinante de las decisiones de inversión de las empresas eléctricas, que
es sustituida por una planificación indicativa de los parámetros bajo los que cabe esperar
que se desenvuelva el sector eléctrico en un futuro próximo, lo que puede facilitar
decisiones de inversión de los diferentes agentes económicos. El propósito liberalizador de
esta Ley no se limita a acotar de forma más estricta la actuación del Estado en el sector
eléctrico. A través de la oportuna segmentación vertical de las distintas actividades
necesarias para el suministro eléctrico, se introducen cambios importantes en su
regulación. En la generación de energía eléctrica, se reconoce el derecho a la libre instala
Ley del Sector Eléctrico LEY 54/1997, DE 27 DE NOVIEMBRE 10 ción y se organiza su
funcionamiento bajo el principio de libre competencia. La retribución económica de la
actividad se asienta en la organización de un mercado mayorista. Se abandona el principio
de retribución a través de unos costes de inversión fijados administrativamente a través de
un proceso de estandarización de las diferentes tecnologías de generación eléctrica.
Desde hace 11 años, China superó a Estados Unidos como el país que genera mayor
cantidad de gases de efecto invernadero en el planeta. Sin embargo, la nación asiática se
encarga de la mayor producción y exportación de productos a nivel mundial. Entonces, la
responsabilidad de este impacto ambiental está en manos del consumidor, más que del
productor. Esta es una situación que se ve reflejada también en muchos países del mundo,
por lo que el cuidado del medioambiente no solo está en manos de las empresas, sino
también de los ciudadanos.
Las organizaciones privadas y públicas, además de las instituciones de los Estados,
evalúan cada vez más las consecuencias de los sectores energéticos en el impacto
ambiental. Existen diversos daños que frenan las tendencias sustentables, aquellos que
derivan de la producción, consumo y transporte de diferentes fuentes de energía, como por
ejemplo:
Todos estos aspectos se pueden observar en muchos países a nivel mundial, sumando
también los cambios climáticos, la lluvia ácida y otros factores globales. Existen
consecuencias ambientales, sociales y económicas en este sector y, por ello, las
compañías en todos los sectores deben trabajar con procedimientos sostenibles.
En el Perú, por ejemplo, la producción de electricidad aumentó hasta en un 186 % en los
últimos 20 años. Aunque la demanda local de energía es cubierta casi en su totalidad y
existen oportunidades de exportación e inversión, el verdadero foco de este mercado debe
ser evitar cualquier daño o impacto ambiental en cada proceso de producción.
En el 2008, el Perú consolidó su ingreso a la era de las energías renovables. A partir de
esa fecha, en el país existe como prioridad la promoción de electricidad con fuentes
renovables no convencionales, llamadas recursos energéticos renovables (RER). Como
resultado, diversos profesionales han trabajado con este tipo de recursos en pro de las
tendencias verdes a nivel nacional.
Estas son:
Estas medidas deben de definirse en los diferentes documentos del proyecto: memoria,
planos, pliego de condiciones, presupuesto, lo que permitirá tener una idea global del
precio real de ejecución del mismo y de su viabilidad técnica y económica.
El coste de la energía sí que importa: ya supone la mitad del recibo de la luz que pagan los
hogares
El alza espectacular del precio de la electricidad desplaza a los impuestos como principal
cargo de la factura y permite a Hacienda recaudar más pese a la rebaja fiscal
El coste de la energía solo representa el 25% de la factura que paga el consumidor”. Los
ciudadanos han escuchado y leído esta frase muchas veces en los últimos meses, lanzada
insistentemente tanto desde el Gobierno, como por expertos y medios de comunicación. Se
repite como un mantra tranquilizador en un momento en el que el precio mayorista de la luz
bate récords día tras día. El argumento es que, por mucho que suba la energía, solo una
parte mínima de ese aumento aparece luego en el recibo mensual que pagan los
hogares. Pero la frase, que reflejaba el reparto tradicional del coste de la energía en el
recibo, hace tiempo que quedó desactualizada por la espiral de subidas del mercado
eléctrico. Ahora, el precio de la energía sí que importa, de hecho, es lo que más pesa en la
factura de la luz.
El precio mayorista de la luz, el que fijan todos los días las compañías productoras en un
mercado virtual electrónico (conocido como pool), se ha triplicado en tan solo un año. Ha
pasado de 46,16 euros por megavatio hora (MWh) en el primer jueves de septiembre de
2020, a 140,23 euros/MWh el pasado jueves, día 2, cuando se batió el récord histórico.
Así, la factura del pasado mes de agosto de un usuario promedio que haya consumido 366
kilovatios hora (kWh) al mes con una potencia contratada de 4,4 kilovatios (kW), sería de
94,52 euros, de los que 48,73 euros corresponderían al coste de la energía puro y duro (sin
peajes), es decir el 51,5% del total a pagar. Los impuestos (impuesto eléctrico e IVA)
representarían el 13,5% y el restante 35% corresponderían a peajes (el coste de las redes
de transporte y distribución) y cargos (los costes asociados a las primas a las renovables, a
la subvención de las extras peninsulares y a la compensación a las eléctricas por el déficit
de tarifa).