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Energía
1) definir energía.
4) realiza un breve comentario sobre los distintos tipos de energías indicado en el punto 2.
Desarrollo.
1) Energía:
La energía es la capacidad de hacer que las cosas cambien, y los procesos por
los que se produce este cambio son el trabajo y el calor. La energía no es algo
material, pero está ligada a todos los cuerpos. Ella existe en el sonido, el calor, la
electricidad y la luz. Usamos la palabra energía en nuestro día a día, pero le
corresponde a la física explicar el concepto de energía. De esta manera la mejor
definición de energía es la habilidad para realizar un trabajo. El trabajo se hace
cuando una fuerza provoca que un objeto se mueva.
Según sea su utilización las fuentes de energía las podemos clasificar en primarias y
secundarias:
5) Energía Solar:
es aquella que se obtiene a partir del sol en forma de radiación
electromagnética (luz, calor y rayos ultravioleta). Mediante la instalación
de paneles solares o colectores, se puede utilizar para obtener energía
térmica (sistema fototérmico) o para generar electricidad (sistema
fotovoltaico).
Energía Eólica:
La energía eólica utiliza la fuerza del viento para transformarla
en energía mecánica gracias al movimiento que provoca en las palas del molino.
Después, esta energía mecánica se convierte en energía eléctrica gracias un
generador que funciona con una turbina de imanes para crear el voltaje
eléctrico.
Energía Hidroeléctrica:
es aquella que se genera al transformar la fuerza del agua en energía eléctrica. Para
aprovechar dicha fuerza, se construyen grandes infraestructuras hidráulicas capaces
de extraer el máximo potencial de este recurso renovable, libre de emisiones y
autóctono.
Energía Biomasa:
es la energía obtenida de la materia orgánica constitutiva de los seres vivos, sus
excretas y sus restos no vivos. La biomasa se caracteriza por tener un bajo contenido de
carbono, un elevado contenido de oxígeno y compuestos volátiles.
Energía Geotérmica:
energía que se obtiene mediante el aprovechamiento del calor interno de la Tierra, que
globalmente se puede considerar continua es la inagotable a escala humana.
Petróleo
El petróleo se extrae de rocas sedimentarias en las que se han acumulado
residuos de animales y plantas durante millones de años hasta dar como
resultado el compuesto químico que conocemos. Este mismo se usa como
combustible para vehículos y todo tipo de maquinaria o para la fabricación de
plásticos, fibras sintéticas, explosivos o abonos con fines agrarios.
El petróleo es, dentro de los combustibles fósiles, la fuente energética que
mayor protagonismo ha obtenido a nivel global. Según la Organización de las
Naciones Unidas (ONU), el conjunto de estas energías emite dos tercios de las
emisiones mundiales de CO2, comprendiendo, además, el 80% de la demanda
de energía primaria en todo el planeta. Estados Unidos, Arabia Saudita, Rusia y
Canadá se encuentran entre los principales productores, aunque su consumo es
global.
Carbón
Se trata de la fosilización de los residuos orgánicos vegetales, por lo que
hablamos de una composición diferente a la del petróleo, pero de procedencia
similar. Asimismo, el carbón es, probablemente, uno de los tipos de energía no
renovable más explotados junto con el petróleo.
De hecho, sin ir más lejos, un informe de Statista sitúa este recurso energético
como el más utilizado a nivel global en el año 2019. Teniendo esto en cuenta,
no es de extrañar que, tal y como señalan unos datos de Greenpeace, el carbón
sea el combustible fósil que más peso tiene sobre el cambio climático, cuyos
niveles de contaminación son notablemente mayores que los de su
productividad eléctrica, y el que causa un gran número de muertes prematuras
de forma anual.
Los países que más producen este combustible fósil son China, India, Estados
Unidos, Indonesia, Australia o Rusia, aunque su consumo también se extiende a
todo el mundo.
Gas natural
Por lo general, el gas más contaminante que todos conocemos es el CO2, sin
embargo, existen otros que también generan un impacto ambiental negativo,
como es el caso del metano. Según la ONU, el sistema de producción y uso de
combustibles fósiles, entre los que se encuentra el gas natural, emite a la
atmósfera alrededor de 110 millones de toneladas de metano al año.
Si bien en el plano social parece estar más aceptado, su producción es igual de
contaminante que la del resto de combustibles fósiles, según indica
Greenpeace. Y es que, el metano, uno de los gases que más contribuyen al
efecto invernadero, es el principal componente del gas natural. No obstante, el
gas natural se comercializa en todo el mundo y se genera mayormente en
países como Rusia, Irán, Qatar, Estados Unidos y Arabia Saudí.
Energía nuclear
Este tipo de energía no renovable genera residuos radiactivos que se mantienen
durante miles de años. Por otro lado, Greenpeace asegura que gran parte del
parque productivo de energía nuclear en todo el planeta está envejecido, lo que
puede propiciar la aparición de nuevos accidentes.
Por suerte, como consecuencia de todo esto, así como de los elevados costes
de su renovación, el uso de la energía nuclear cada vez es más escaso,
ocupando en torno al 4,5% del consumo de la energía primaria demandada en
el mundo. Los países que más aportan en su producción son Estados Unidos y
Francia, aunque existen centrales nucleares repartidas prácticamente por todo el
mundo.