Martín Miguel de Güemes no fue retratado en vida, ni al óleo ni al
lápiz y menos aún existió la posibilidad de reproducir su imagen a través del sistema ideado por el decorador teatral y físico francés Louis Jacques Daguerre (el daguerrotipo).
El no haber posado para que se le pintara pudo haber respondido a
múltiples y variadas causas, o circunstancias, todas conjeturales o meras suposiciones, tales como el hecho de haber vivido nada más que escasos 36 años (nació en 1785 y falleció en 1821) de los cuales pasó su infancia en Salta y su adolescencia en Buenos Aires, regresando recién en 1809, a los 24 años de edad, a su ciudad natal para emprender poco tiempo después de lleno, sin pausa ni descanso, su afanosa y heroica gesta de la lucha por la liberación del dominio español, lapso vital este de azarosos escasos 12 años transcurridos entre batallas y ajetreos políticos que, obviamente, no le dejaron resquicio de tiempo alguno ni sosiego para someterse a la tediosa tarea de posar para un retrato o tal vez porque pensó que ya habría oportunidades en el futuro o quizá no le interesaba pues no pensó tampoco que tendría tan prematura muerte y menos aún en las circunstancias en que ésta aconteció.
Como ya expresáramos, el prócer no dejó en vida perduración
fisonómica, pero sus contemporáneos y familiares conservan en sus memorias su imagen, su rostro, y muchos de estos afirmaban, por aquellos años de 1876, que entre las personas que más se le parecían estaban sus hijos, don Martín del Milagro Güemes Puch (…) y don Luis Güemes Puch, como así también, don Carlos Murua Figueroa (…) que era sobrino nieto del prócer.
Como se carecía de un retrato tomado del natural, el rostro, la
fisonomía, la imagen de los mencionados parientes, sumado las referencias literarias e históricas que describen físicamente al prócer, algunas de contemporáneos que lo conocieron personalmente y otros por referencias, sirvieron para la confección del primer retrato que se realizara sobre Güemes.
El pintor francés, Monsieur Ernest Charton realizo el primer retrato a
lápiz. Sin embargo las vueltas de la vida hicieron, sin saberse el motivo o la causa, que al referido primer retrato a lápiz del prócer no se le viera nunca más ni tampoco se conociere su paradero o destino final.
Sin embargo, existen ciertos datos que indicarían que inspirándose
en el cuadro de Charton, el artista salteño don Casiano Hoyos y también tomando como modelo a don Carlos Murúa, confeccionó otro dibujo a lápiz de Güemes.
Luego su retrato fue recreado por diferentes artistas, pero quizás la
más conocida por todos, porque fue la más reproducida, está basada en la obra del célebre pintor argentino Eduardo Schiaffino (Bs. As., 1858-1835), fundador del Museo Nacional de Bellas Artes, hizo a lápiz y carbonilla el retrato más famoso del Gral. Martín Miguel de Güemes, el cual se hallaba en el Museo Histórico del Cabildo de Salta y actualmente se conserva en el Museo Provincial de Artes de Salta. El retrato de Schiaffino es hoy la imagen que pone un rostro a la reivindicación historiográfica de Güemes. Retrato de Martín Miguel de Güemes, obra de Eduardo Schiaffino.