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NO SE
Previo a la entrada en vigor de la “ley 906” del año 2004 (proyecto de dicho año, pero
de este proceso de reforma del sistema radicó en romper con ese paradigma y dar un giro
hacia un sistema penal de carácter acusatorio. En esta misma línea, se dio otra profunda
modificación, en este caso del código penal instaurada mediante la “ley 599”, en donde se
“conducta punible”. Fue un camino que se inició a partir de la “Constitución Política” del
año 1991. Una visión que se proyectó sobre varios de los países del continente desde la
década del ´80, mediante diferentes reformas que se llevaron adelante con sustento en
Dentro de este nuevo enfoque, la finalidad del legislador de la época radicó en reducir la
litigiosidad, diagnosticando una severa congestión del sistema judicial y de los sitios de
detención o reclusión (cárceles), como así reducir los tiempos de los procesos. En base a
estas ideas, se introdujeron dentro del sistema, ciertas herramientas o figuras (incluidas en
el código de procedimiento penal), tales como el principio de oportunidad (art. 323), la
Aquí corresponde detenerse, definiendo de forma inicial en qué consisten estos preacuerdos
la Fiscalía persigue que el sujeto punible acepte los cargos dentro del escrito de acusación
con la
idea de que la Fiscalía descarte ciertos elementos que podrían acentuar el monto de la pena.
(Quintero, 2012). Como se puede apreciar, dentro del sistema penal acusatorio, ambas
partes tienen la libertad para arribar a determinados acuerdos, que por sus características
resultan vinculantes para el juez de conocimiento, quien sólo puede abstenerse de impartir
casos en particular. Puntualmente lo establecido por el art. 349, en el título II del “Código
con relación a delitos en virtud de los cuales el sujeto punible obtuviese un incremento de
preacuerdo; siempre y cuando el sujeto activo realice un reintegro del 50% (como mínimo)
del valor y, además, asegure la previsión del remanente. Es primordial para el presente
Sin lugar a duda son temáticas ampliamente tratadas por la doctrina, desde diferentes
enfoques. No se puede dejar de lado, ni libradas al azar, ninguna de estas nociones. Resulta
imperativo analizarlas en su conjunto, para así llegar a una conclusión acorde al objeto de
estudio.
1 - PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN
Sobre la base del sistema penal acusatorio, la noción de preacuerdos y/o negociaciones,
resultan ser herramientas de uso frecuente. Con miras a descomprimir la presión que puede
existir sobre el sistema jurídico, se recurre a estas figuras con contenido transaccional para
arribar a una terminación temprana o anticipada del proceso. Figuras claramente destinadas
a evitar el colapso del sistema judicial; pero que deben ser aplicadas de la forma correcta,
dentro de contextos de plena confianza y lealtad, que aseguren una buena comunicación y
sistema penal acusatorio colombiano - con todo lo que ello representa - resulta imperativo
en todo lo que tiene que ver con lo establecido por el “Código de Procedimiento Penal”.
Éste, dentro del título II, capítulo único, en su art. 349, realiza una limitación en cuanto a la
aplicación de preacuerdos, en referencia a aquellos delitos en los que el sujeto activo del
Como se analizará oportunamente, de esta noción surge el interrogante que servirá de motor
para el presente trabajo: ¿De qué forma se ve vulnerado el derecho a la igualdad del sujeto
acusado, por la limitación impuesta sobre aquellos preacuerdos que versen sobre hurto
2 - OBJETIVOS
El objetivo principal del presente proyecto versa sobre la idea de determinar si el derecho a
la igualdad del acusado se ve vulnerado, en los casos donde el propio código impide la
donde no se reintegraren los montos - frutos del delito - que representen un incremento
idea de “apoderarse”, vinculada al delito de hurto, pero también definir claramente los