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UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE

FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS

INSTITUTO DE CIENCIAS CLÍNICAS VETERINARIAS

ESTUDIO RETROSPECTIVO DE PERROS Y GATOS HOSPITALIZADOS CON


INSUFICIENCIA RENAL EN EL HOSPITAL VETERINARIO DE LA
UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE (2006 – 2013)

Memoria de Título presentada como parte de


los requisitos para optar al TÍTULO DE
MÉDICO VETERINARIO

PAULA BELÉN NOVOA PADILLA

VALDIVIA – CHILE

2016
PROFESOR PATROCINANTE
_______________________________________
Javier Enrique Ojeda Oyarzún

PROFESORES INFORMANTES
_______________________________________
Carla Estrella Rosenfeld Miranda

_______________________________________
Hedie A. Bustamante Díaz

FECHA DE APROBACIÓN: 4 de Enero del 2016


A mi Blanquita, por esperarme para
poder ser tu Médico Veterinario.
ÍNDICE

Capítulo Página

1. RESUMEN……………………………………………………………………. 1

2. SUMMARY……………………………………………………………………. 2

3. INTRODUCCIÓN…………………………………………………………… 3

4. MATERIAL Y MÉTODOS…………………………………………………… 7

5. RESULTADOS………………………………………………………………... 9

6. DISCUSIÓN…………………………………………………………………... 16

7. BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………… 21

8. AGRADECIMIENTOS……………………………………………………….. 23
1

1. RESUMEN

La insuficiencia renal (IR) es una alteración donde tres cuartas partes del riñón dejan de funcionar,
y según el tiempo en presentarse el daño, es posible diferenciarla en insuficiencia renal aguda
(IRA) o insuficiencia renal crónica (IRC). Tanto la causa, tiempo al diagnóstico y tratamiento se
asocian a la supervivencia del animal.

El objetivo de este estudio retrospectivo, fue analizar y caracterizar a los pacientes caninos y
felinos atendidos en el Hospital Veterinario de la Universidad Austral de Chile, con diagnóstico de
insuficiencia renal, a partir de los datos obtenidos de las fichas de hospitalización (edad, sexo y
raza) y de los exámenes de laboratorio para asociarlos a patrones de gravedad y días de
hospitalización.

De las 3.406 fichas recolectadas entre los años 2002 al 2013, se seleccionaron todas aquellas con
diagnóstico o pre diagnóstico de IR, IRA, IRC o enfermedad renal, siendo útiles 58 fichas para el
estudio (39 perros y 19 gatos), entre el año 2006 y 2013, las que fueron analizadas según
antecedentes generales, perfil bioquímico, antecedentes de gravedad y de hospitalización.

Se obtuvo como resultado que un 54% de las hembras caninas se vieron afectadas, y un 53% de
los machos felinos. El rango etario de mayor representación, tanto en perros como gatos, fue el
de mayor a 11 años. La raza más afectada en caninos, fue la mestiza (35,89%).

El promedio de urea sanguínea en caninos, fue de 49,73 mmol/L y de 50,31 mmol/L para felinos.
En la creatinina, el promedio obtenido en caninos fue de 503,08 μmol/L y de 678,95 μmol/L en
los felinos. En la medición del fosforo, el promedio en caninos fue de 4,18 mmol/L y en felinos
de 4,13 mmol/L. Aquellos que murieron presentaron concentraciones mayores de urea en ambas
especies y de creatinina para el caso de los perros.

Con respecto a la Fase de IRIS (International Renal Interest Society) en la que se encontraban,
sobre un 85% de los casos estuvo en la Fase 3 y 4. La sobrevida a la hospitalización en caninos,
fue de un 61,53% y en los felinos, de un 68,42 %. Los días de hospitalización en promedio
fueron de 2,5 días para el caso de los caninos y felinos.

En conclusión, los más afectados caninos, fueron las hembras mestizas mayores de 11 años, para
los felinos, fueron los machos mayores de 11 años. El promedio de días de hospitalización fue de
2,5 días en ambas especies. Las concentraciones de urea y creatinina en sangre, fue mayor en
caninos que no sobrevivieron. En gatos, se encontraron diferencias solo en las concentraciones de
urea en sangre.

Palabras clave: Insuficiencia renal, caninos, felinos


2

2. SUMMARY

RETROSPECTIVE STUDY OF HOSPITALIZED DOGS AND CATS


DIAGNOSED WITH KIDNEY FAILURE AT THE VETERINARY HOSPITAL
OF UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE (2006- 2013)

Kidney failure is defined as a loss of three-quarters of the kidney’s function. It can be classified as
acute kidney failure or chronic kidney failure depending on the time of onset of the kidney’s
damage. Aetiology, time of diagnosis and treatment are associated with the patient’s survival.

The main objective of this retrospective study was to analyze and characterize canine and feline
patients diagnosed with kidney failure attended at the Veterinary Hospital of the Universidad
Austral de Chile, using the data obtained from hospitalization files (age, genre, and race) and
laboratory tests, to associate them to severity patterns and hospitalization days.

From 3406 collected files of years 2002 to 2013, we selected all those with diagnosis or pre-
diagnosis of KF, AKF, CKF, or kidney disease, being useful 58 files for the study (39 dogs and 19
cats) between years 2006 and 2013. These were analyzed according to previous data, biochemical
profile, and hospitalization and severity previous data.

The results were that 54% of female canine patients were affected, such as a 53% of male feline
patients. Regarding to the age range of most affected patients, both canine and feline, it was
higher than 11 years old. Mixed breed dogs were more affected than pure breed dogs, with a
percentage of 35.89.

The average of urea blood concentration was 49.73 mmol/L for canines and 50.31 mmol/L for
felines. Creatinine blood levels were 503.08 μmol/L for canines and 678.95 μmol/L for felines.
Regarding phosphorus blood concentration, it was 4.18 mmol/L for canines and 4.13 mmol/L
for felines. Those who died presented higher urea blood levels in both species, and higher blood
levels of creatinine in case of dogs.

Regarding IRIS (International Renal Interest Society) stages system they were in, about 85% of
cases were in Stages 3 and 4. Hospital survival was 61.53% for canines and 68.42% for felines.
The average of hospitalization days was 2.5 days for both canines and felines.

In conclusion, the most affected canines were the crossbred females, older than 11 years of age,
while the most affected felines were males, also older than 11 years of age. The average of
hospitalization days was 2.5 days in both species. Urea and creatinine blood levels were higher in
canines that didn’t survive. In felines, significant differences were found only in urea blood
concentrations.

Key words: Kidney failure, canine, feline.


3

3. INTRODUCCIÓN

El riñón es un órgano par situado en la pared abdominal dorsal, el cual se encarga de diversas
funciones, entre las principales se encuentran eliminar residuos hidrosolubles, mantener la
homeostasis del volumen y composición de los líquidos del organismo y funciones endocrinas
tales como producción de eritropoyetina, angiotensina II y calcitriol (Elliott y Elliott 20010).

Si la función renal se deteriora, se produce la incapacidad del riñón para realizar su trabajo, lo que
se conoce como insuficiencia renal. La insuficiencia renal sucede cuando deja de funcionar
aproximadamente, tres cuartas partes de las nefronas de ambos riñones (Grauer 2010). Anterior a
esto no se observa presencia de signos clínicos, demostrándose así, la gran capacidad de reserva y
la resistencia que poseen los riñones ante la adversidad.

Inicialmente, la insuficiencia renal se presenta con cuadros donde los animales solo tienen
problemas para concentrar la orina y una compensación disminuida ante situaciones de estrés
como infecciones y deshidratación, pero externamente se ven sanos. Cuando la enfermedad
avanza, la capacidad de concentrar la orina disminuye aún más, junto a una azoemia.

Tanto la causa de la enfermedad como el tiempo transcurrido hasta su diagnóstico y tratamiento,


contribuyen a la duración del período de supervivencia de los animales, lo cual acentúa la
importancia de encontrar marcadores que permitan la detección temprana y localización específica
de la disfunción renal (Grauer 2005). Según el tiempo que se demora en presentarse el daño renal,
es posible clasificarla en Insuficiencia Renal Aguda (IRA) o Insuficiencia Renal Crónica (IRC).

3.1 INSUFICIENCIA RENAL AGUDA (IRA)

Es la declinación abrupta y sostenida de la filtración glomerular con una azotemia resultante. Es


un síndrome clínico asociado a una disminución rápida de la función renal (Sánchez 2009).

Debe obtenerse una anamnesis completa, que incluya reseña (edad, raza, sexo), motivo de
consulta, actividad y revisión de sistemas corporales (DiBartola 1997). Las causas son variadas,
entre las más comunes se encuentran isquemia, infarto, toxinas tales como metales pesados,
veneno, hemo/mioglobinuria, enfermedades infecciosas que afecten al riñón, fármacos como
antiinflamatorios no esteroidales (AINEs), líquido de contraste, pancreatitis y múltiples fallas
orgánicas (Ross 2011).

Los signos clínicos son más bien inespecíficos, por lo que los exámenes complementarios juegan
un rol importante, entre ellos la ecografía, examen de orina (donde es posible divisar sedimento
urinario activo, como cilindros granulares, células epiteliales renales, leucocitos, glucosuria,
cristaluria y/o hemoglobinuria, isostenuria), hemograma y radiografía simple (DiBartola 1997).

El tratamiento contra la insuficiencia renal, se basa en proporcionar los cuidados y tiempo


suficiente al riñón para que pueda volver a cumplir su función. Para esto se recomienda eliminar la
4

causa primaria, realizar fluido terapia en aquellos que sea necesario, el uso de sonda urinaria de
forma permanente para medir la producción y concentración de la orina y el uso de diuréticos,
aunque solo en casos donde se recuperó la hidratación (Chew 2001).

Los estadios de la IRA, corresponden a tres fases, que son: inducción, mantenimiento y
recuperación. La intervención terapéutica rápida durante la fase de inducción puede impedir la
progresión del daño renal (Grauer 2005). La fase de mantenimiento se identifica cuando se
establecen las lesiones tubulares. La intervención terapéutica durante esta fase, aunque a menudo
salva la vida, por lo usual se hace poco para reducir las lesiones renales existentes o mejorar el
funcionamiento del riñón. La fase recuperación se asocia con la mejoría de la función renal
(Sánchez 2009).

Existen 3 posibilidades para el paciente con IRA (Aguilar 2005):


x La recuperación, cuando se logra la reparación de las nefronas sin daño de la membrana
basal tubular.
x Daños de tipo irreversible cuando se afecta más del 75% del riñón, quedando el paciente
con IRC.
x La muerte, ya que el daño es muy severo y no se administra un adecuado tratamiento o
este no tiene la respuesta esperada.

3.2 INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA (IRC)

Es el proceso patológico que implica una pérdida del tejido renal funcional por un tiempo
prolongado (mayor a 3 meses) y habitualmente progresivo (Merck 2007), donde los mecanismos
compensatorios de la nefrona (hipertensión glomerular, hiperfiltración), se pierden (Foster 2013).

La Enfermedad Renal Crónica (ERC) o Insuficiencia Renal Crónica, es una patología frecuente en
animales de edad avanzada; el 7,9% de los gatos y el 1,5% de los perros de más de 10 años de
edad que acudieron a los Hospitales Banfield durante el año 2012, se diagnosticaron de ERC
(Lefebvre 2013).

Las causas pueden ser por cálculo/obstrucción de vía urinaria, isquemia, daño vascular, daño
renal, secundario a IRA, trastornos inmunológicos, neoplasias, amiloidosis, Diabetes mellitus
hipertensión arterial, glomerulonefritis (Merck 2007). Los signos clínicos que se presentan son
poliuria, polidipsia, alteraciones multisistémicas, hiperparatiroidismo renal secundario. (Elliott y
Lefebvre 2010).

Los exámenes complementarios que se ven alterados son hemograma (anemia no regenerativa de
tipo normocítica normocrómica), examen de orina (isostenuria, proteinuria), presión arterial
(aumentada), perfil bioquímico (urea y creatinina aumentada, hiperfosfatemia, hipo o
hipercalcemia, hipo o hiperpotasemia, hiperlipidemia, acidosis metabólica leve a intensa) (Elliott y
Elliott 2010).

Es posible clasificar la IRC según el grado de azotemia que exista, para poder realizar un buen
tratamiento y obtener mejores resultados. Tomando esto en cuenta, la Sociedad Internacional de
5

Interés Renal (IRIS) creó una tabla de 4 fases para los pacientes con IRC, basándose en los niveles
de creatinina sanguínea o en orina que estos presenten (Cuadro 1). La Fase en la que se encuentre
el animal pronostica el tiempo de sobrevida y orienta el tratamiento que debería llevarse a acabo.
Las concentraciones de creatinina deben interpretarse de acuerdo a la densidad urinaria o la
concentración sanguínea y los signos clínicos que se presentan, para así descartar causas pre o
post renales.

Cuadro 1. Sistema de estadificación de la ERC por la IRIS para perros y gatos.

Concentración de Fase I ERC Fase II Azoemia Fase III azoemia Fase IV azoemia
creatinina sérica No Azoémica renal leve renal moderada renal grave
μmol/l gatos <140 140-250 251-440 >440
μmol/l perros <125 125-180 181-440 >440
(Lefebvre 2013)

Aparte de la clasificación principal, es posible realizar sub clasificaciones, según si existe o no


proteinuria y el nivel de hipertensión sistémica (Cuadro 2).

Cuadro 2. Sistema de subestadificación para la proteinuria y la hipertensión en ERC por la IRIS.

Cociente Proteína: Creatinina urinaria Clasificación


<0,2 (gatos y perros) No proteinúricos
0,2-0,4 (gatos) 0,2-0,5 (perros) Proteinúricos al límite
>0,4 (gatos) >0,5 (perros) Proteinúricos
Presión sistólica sanguínea (mmHg) Clasificación
>140 Normotensivos
140-160 Hipertensivos en el límite
>160 Hipertensivos
(Lefebvre 2013)

El tratamiento es de tipo paliativo y varía según el estadio en el que se encuentre el paciente.


Tiene como fin reducir el trabajo de los riñones atenuando los signos clínicos y las consecuencias
por la intoxicación urémica, reduciendo los trastornos del equilibrio hidroelectrolítico y ácido
base, para que así, sea más lenta la progresión de la enfermedad.

Así como el tratamiento, el pronóstico también está asociado a la severidad de la enfermedad. En


este sentido, los estudios realizados indican la esperanza de vida (en días), siendo más corta a
mayor estado de IRIS.
6

3.3 OBJETIVOS

Objetivo general
x Analizar las fichas clínicas de perros y gatos hospitalizados en el Hospital Veterinario de la
Universidad Austral de Chile diagnosticados con Insuficiencia Renal (2006-2013).

Objetivos específicos
x Recopilar y seleccionar fichas clínicas de perros y gatos hospitalizados con diagnóstico o
pre-diagnóstico de insuficiencia renal en el Hospital Veterinario de la Universidad Austral
de Chile.
x Analizar y caracterizar a perros y gatos hospitalizados con Insuficiencia Renal, de acuerdo
a los datos registrados en las fichas clínicas (sexo, edad y raza).
x Analizar los exámenes complementarios de perros y gatos hospitalizados por insuficiencia
renal, asociándolos con patrones de gravedad y días de hospitalización.
7

4. MATERIAL Y MÉTODOS

4.1 MATERIAL

Se recolectaron 3.406 fichas clínicas de hospitalización, de perros y gatos atendidos en la Clínica


de Pequeños Animales del Hospital Veterinario de la Universidad Austral de Chile, Valdivia entre
los años 2002 y 2013.

Las fichas de hospitalización presentaban la información del paciente (nombre, especie, raza, sexo,
edad, peso, número de caso), antecedentes del propietario (nombre y teléfono de contacto) y
antecedentes médicos como: pre diagnóstico, diagnóstico clínico/patología clínica, fecha de
ingreso y egreso, registro de temperatura, frecuencias (cardiaca y respiratoria), tratamientos y otras
observaciones.

Para contar con los exámenes complementarios fue necesario obtener los números de laboratorio
a partir del número de caso, y de esta forma acceder a la base de datos, que opera desde el
segundo semestre del año 2008, del Laboratorio de Patología Clínica Veterinaria de la Universidad
Austral de Chile.

4.2 MÉTODOS

A partir de las fichas clínicas se seleccionaron aquellas cuyo pre diagnóstico o diagnóstico fuera
Insuficiencia Renal, Insuficiencia Renal Aguda, Insuficiencia Renal Crónica o Enfermedad Renal,
obteniéndose un total de 58 tanto de perros como de gatos a partir del año 2006.

Se separaron las fichas clínicas por especie para su análisis, siendo aptas para este estudio 39 de
caninos y 19 de felinos.

Se analizó la información de los pacientes seleccionados por:


Antecedentes demográficos:
- Sexo
- Edad: Cachorro (menor a 1 año), adulto joven (1 a 2 años), adulto (3 a 4 años), adulto
maduro (5 a 7 años), senil (8 a 10 años), senil avanzado (11 años o más).
- Raza: solo en el caso de los perros, puesto que en el caso de los felinos solo existían
doméstico pelo corto y doméstico pelo largo.

Perfil Bioquímico:
- Urea sanguínea
- Creatinina sanguínea
- Fósforo sanguíneo
8

Los intervalos de referencia para los indicadores que se evaluaron fueron los siguientes:

Cuadro 3. Tabla de los intervalos de referencia de los indicadores.

Especie Urea Creatinina Fósforo


Caninos 2,6-6,6 mmol/L 35-115 μmol/L 0,9-1,6 mmol/L
Felinos 3,3-10,5 mmol/L 20-140 μmol/L 0,8-1,6 mmol/L
(Wittwer 2012)

Según antecedentes de gravedad:


- Estado de IRIS según concentración de creatinina plasmática (Cuadro 1).

Según antecedentes de hospitalización:


- Días de hospitalización.
- Sobrevida, entendido como salir vivo del hospital.

4.2.1 Análisis estadístico.


El análisis estadístico fue de tipo descriptivo, obteniéndose la media, desviación estándar, mediana
y cuartiles, posteriormente se realizó un análisis de regresión lineal el número de casos y la edad y
se trabajó con pruebas de hipótesis tanto paramétricas y no paramétricas, como T de Student y
test de Mann-Whitney, utilizando un 95% de nivel de confianza.

Los softwares utilizados fueron Microsoft Excel para el análisis descriptivo y Graph Prism para
las pruebas de hipótesis.
9

5. RESULTADOS

5.1 ANTECEDENTES DEMOGRÁFICOS

5.1.1 Distribución de los animales según sexo.


En los caninos, la distribución de los casos analizados según sexo fue de 18 machos, que
representa un 46% y 21 hembras equivalente a 54% (Figura 1a). En el caso de los felinos para la
misma característica fueron 10 machos (53%) y 9 hembras (47%) (Figura 1b).

a) Perros b) Gatos

54% 47%
46% 53%

Hembra
Hembra
Macho
Macho

Figura 1. Distribución según sexo en perros (a) y gatos (b) con insuficiencia renal hospitalizados en
el Hospital Veterinario UACh, Valdivia, 2006-2013.

5.1.2 Distribución de los animales según edad (categorizada).


Se determinó una relación directamente proporcional entre la edad y la presentación de la
enfermedad tanto para perros (R2 0,90) como en gatos (R2 0,95).

El mayor número de casos fue entre los 11 años de edad o más, para los caninos con 13 paciente
(33,33%) (Figura 2a) y para los felinos, con 7 casos (36,84%) (Figura 2b).
10

a) Perros b) Gatos
14 13 14
12 12
10 9 9 10
Nº de casos

Nº de casos
8 7
6
6 6
4
4 3 4 3
2
2 1 2
0 0

Figura 2. Distribución según edad (categorizada) en perros (a) y gatos (b) con insuficiencia renal
hospitalizados en el Hospital Veterinario UACh, Valdivia, 2006-2013.

5.1.3 Distribución de los animales según raza.


En los caninos, se presentaron 11 razas distintas, siendo la mestiza la de mayor número de casos
(14 de 39), representando un 35,89%, seguido de Cocker Spaniel con 5 de 39 pacientes,
correspondiente a un 12,82%. En las razas Pastor Alemán, Bóxer y Fox Terrier, se presentaron 4
casos en cada una de ellas, equivalente al 10,25% (Cuadro 4).

Cuadro 4. Razas de perros afectados con Insuficiencia Renal, hospitalizados en el Hospital


Veterinario UACh, Valdivia, 2006-2013.

Raza N° %
Mestizo 14 35,89
Cocker Spaniel 5 12,82
Bóxer 4 10,25
Fox terrier 4 10,25
Pastor Alemán 4 10,25
Bulldog 2 5,12
Poodle 2 5,12
Basset hound 1 2,56
Pequinés 1 2,56
Rottweiler 1 2,56
Schnauzer 1 2,56
Total 39 100
11

5.2 PERFIL BIOQUÍMICO

Del total de caninos seleccionados (39), a 6 de ellos no se les realizó ningún examen de
laboratorio, 4 casos fue imposible recuperar los resultados de los exámenes, por lo que en 29
casos se contó con perfil bioquímico. De estos 29 casos, 23 contaron con evaluación de fósforo,
urea y creatinina sanguínea y 6 sólo urea y creatinina. Los felinos seleccionados (19), a 2 no se les
realizó exámenes, de 3 no se obtuvieron los resultados de sus exámenes, por lo que contó con la
información de 14 felinos, dentro de los cuales, a 9 se les midió fósforo, urea y creatinina
sanguínea y a 5 sólo urea y creatinina.

5.2.1 Análisis de urea total.


En el caso de los caninos, la media ± DE (desviación estándar) de la urea sanguínea fue de 49,73
± 34,45 mmol/L (rango entre 7,47 hasta 160 mmol/L), mientras que en los felinos, su media ±
DE fue de 50,31 ± 24,43 mmol/L con un rango de 12,6 hasta 82,47 mmol/L.

5.2.1.1 Análisis de la urea en la relación letalidad/sobrevida. En el caso de los caninos,


aquellos pacientes que no sobrevivieron, ya sea por eutanasia o por muerte natural, la urea se
encontró en un rango de los 32,57 a 93,5 mmol/L con una media de 68,56 mmol/L y una
mediana de 72,88 mmol/L, comparados con el caso de los que sobrevivieron, donde se
obtuvieron rangos desde los 7,47 a 160 mmol/L con un promedio de 42,56 mmol/L y una
mediana de 31,4 mmol/L (Figura 3a).

La situación para los pacientes felinos, fue similar, donde los rangos de urea en aquellos que no
sobrevivieron fueron desde los 58,8 a 82,47 mmol/L, con un promedio de 69,226 mmol/L y una
mediana de 64,4 mmol/L; mientras que en aquellos que sobrevivieron, su rango fue de 12,6 hasta
los 78,59 mmol/L con un promedio de 39,81 mmol/L y una media de 37,1 mmol/L (Figura 3b).

Al analizar las medianas de urea sanguínea (figura 3 a y b) se determinó diferencias estadísticas


significativas en ambas especies al compararse las medianas de quienes sobreviven y quienes
mueren (P<0,05).
12

a) Perros b) Gatos
N iv e le s d e u r e a e n c a n in o s

160
sanguínea (mmol/L)

Urea sanguínea (mmol/L)


140
U r e a s a n g u ín e a (m m o l/L )

120

100

80

60
Urea

40

20
6,6
6 ,6
0 1,6
1 ,6
i
o

S
N

S o b r e v id a

Figura 3. Concentración de urea sanguínea en perros (a) y gatos (b) con insuficiencia renal, según
sobrevida, hospitalizados en el Hospital Veterinario UACh, Valdivia, 2006-2013.

5.2.2 Análisis de la creatinina total.


En caninos, la creatinina presentó una media de 503,08 ± 256,14 μmol/L, con un rango entre 120
a 2006 μmol/L. Para el caso de los felinos, la media fue de 678,65 ± 493,83 μmol/L, con un
rango entre 229 a 2076 μmol/L.

5.2.2.1 Análisis de la creatinina en la relación letalidad/sobrevida. Los niveles de creatinina


en aquellos caninos que no sobrevivieron presentaron un rango de 260 a 2.006 μmol/L con una
media de 811,25 μmol/L y una mediana de 719 μmol/L, mientras que los que sobrevivieron,
obtuvieron un rango de 120 a los 981 μmol/L con una media de 385,68 μmol/L y una mediana de
373 μmol/L (Figura 4a).

En el caso de los felinos, el rango de creatinina presentado fue de 367 a 1.116 μmol/L en
pacientes que no sobrevivieron, con una media de 733,92 μmol/L y una mediana de 778,6
μmol/L, mientras que en los pacientes que sobrevivieron se observó un rango de 201,5 a 2076
μmol/L, con una media de 647,94 μmol/L y una mediana a de 381 μmol/L (Figura 4b).
13

En el caso de los perros, existieron diferencias significativas (P<0,05) de los niveles de creatinina
entre quienes murieron en comparación con aquellos que sobrevivieron. En el caso de los gatos
no existieron diferencias significativas en relación a los niveles de creatinina.
aa) Perros
a) Perros b)
N ivGatos
e le s d e c re a tin in a e n fe lin o s

2000

C r e a tin in a s a n g u ín e a ( μ m o l/L )
Creatinina sanguínea (μmol/L)
Creatinina sanguínea (μmol/L)

1800

1600

1400

1200

1000

800

600

400

200 1140
40
115 20
0 20
35

i
o

S
N
S o b re v id a

Figura 4. Concentración de creatinina sanguínea en perros (a) y gatos (b) con insuficiencia renal, según
sobrevida, hospitalizados en el Hospital Veterinario UACh, Valdivia 2006-2013.

5.2.3 Análisis del fósforo total.


En los caninos el fósforo total se presentó una media de 4,18 ± 2,79 mmol/L, con un rango de
1,29 a 10,9 mmol/L. En los felinos, la media fue de 4,13 ± 2,66 mmol/L, con un rango de 0,9 a
8,58 mmol/L.

5.2.3.1 Análisis del fósforo en la relación letalidad/sobrevida. En los casos que no


sobrevivieron a la hospitalización, los rangos estuvieron entre 2,75 a 9,4 mmol/L, con una media
de 5,838 mmol/L una mediana de 4,2 mmol/L; mientras que los que sobrevivieron, su rango
estuvo entre 1,29 a 10,9 mmol/L con una media de 3,729 mmol/L y una mediana de 3,15
mmol/L (Figura 5a).

Quienes no sobrevivieron, presentaron valores entre 2,67 a 7,09 mmol/L con un promedio de
4,66 mmol/L y una mediana de 4,24 mmol/L; mientras que el rango de los que sobrevivieron, fue
de 0,93 a 8,58 mmol/L con un promedio de 3,86 mmol/L y una mediana de 2,51 mmol/L (Figura
5b). No se observaron diferencias significativas en las concentraciones de fósforo en ambas
especies entre quienes murieron en relación a aquellos que sobrevivieron (P>0,05).
14

N a)
iv e lePerros
s d e fó s fo r o s a n g u ín e o e n c a n in o s b) Gatos
N iv e le s d e fó s fo ro e n fe lin o s

Fósforo sanguíneo (mmol/L)


Fósforo sanguíneo (mmol/L)

12

F ó s fo r o s a n g u ín e o (m m o l/L )
10
11
F ó s f o r o s a n g u í n e o ( m m o l/ L )

9
10
8
9
8 7

7 6
6 5
5 4
4 3
3 2 1 ,6
1,6
2
1,6
1 ,6 1 00,8
,8
1
00,9
,9 0
0

i
o

S
N
i
o

S
N

S o b re v id a S o b re v id a

Figura 5. Concentración de fósforo sanguíneo en perros (a) y gatos (b) con insuficiencia
renal, según sobrevida, hospitalizados en el Hospital Veterinario UACh, Valdivia 2006-
2013.

5.3 ANTECEDENTES DE GRAVEDAD

5.3.1 Categorización según IRIS.


Basado en la creatinina plasmática, los pacientes fueron evaluados según la tabla IRIS. A partir de
los 29 casos en los caninos, 1 de ellos se categorizó en la fase 1 (3,44%), 2 en la fase 2 (6,89%), 12
en la fase 3 (41,37%) y 14 en la fase 4 (48,27%) (Figura 6a).

Del total de los 14 casos en felinos, se identificaron 2 en la Fase 2 (14,28%), 4 en la Fase 3,


(28,57%) y 8 en la Fase 4 (57,14%) (Figura Nº6b).
15

a) Perros b) Gatos
0
1 2
2

14 Fase 1
Fase 1 4
12 8 Fase 2
Fase 2
Fase 3 Fase 3
Fase 4 Fase 4

Figura 6. Clasificación según fase de IRIS en relación a la creatinina plasmática en perros (a) y
gatos (b) con IR hospitalizados en el Hospital Veterinario UACh, Valdivia, 2006-2013.

5.4 ANTECEDENTES DE HOSPITALIZACIÓN

De los 39 caninos estudiados, 24 de ellos sobrevivieron a la insuficiencia renal, equivalente a un


61,53%, de los cuales 12 fueron hembras y 12 machos. Dos pacientes fueron retirados antes de
ser dados de alta, 8 pacientes fallecieron por la enfermedad o por eutanasia.

En el caso de los felinos, la sobrevida fue en 13 de los 19 casos, lo que representa un 68,42%, de
los cuales 6 fueron hembras y 7 machos. Los 6 pacientes restantes fallecieron por enfermedad o
por eutanasia.

Tanto en caninos como en felinos, la media de días de hospitalización fue de 2,5 días.
16

6. DISCUSIÓN

6.1 ANTECEDENTES GENERALES

6.1.1 Distribución de los animales de según el sexo


Las hembras caninas (54%) presentaron Insuficiencia Renal en una proporción de 8 puntos
porcentuales por sobre los machos (46%). Este resultado se encuentra también en una
publicación de IRC en caninos donde un 75,9% de los casos fueron hembras (O’ Neill y col
2013). En el caso de los felinos la situación se invierte (47% hembras y 53% machos), situación
también identificada en un estudio descriptivo realizado por Hafelin (2008), lo que podría estar
dado por el hábito de los machos de salir de la casa y entrar en contacto con otros felinos, con lo
que esto conlleva mayores posibilidades de peleas, contagio de enfermedades y mayor uso de
medicamentos. Sumado a lo anterior, al deambular por la calle, se aumenta el riesgo de
intoxicaciones. Sin embargo, Adams (2004) describe que no existiría una predisposición por sexo
en la presentación de insuficiencia renal crónica, tanto en el caso de perros como en gatos, que es
reafirmada también con una tesis realizada sobre los factores de riesgo asociado a IR, que indican
que el sexo no sería determinante para presentar la enfermedad (Moreno y Vidal 2007).

6.1.2 Distribución de los animales de según la edad


La mayoría de los casos se presentaron a una edad de 11 años o más, tanto en caninos como
felinos (Figura 2). Esto se reafirma en O’Neill y col 2013 y Kuwahara y col 2006, donde se
identifica que en caninos y felinos respectivamente, los más afectados serían los mayores de 12
años o extendiéndose a los 14 años (Greene y col 2014). Esto puede ser explicado por el daño
acumulativo por el paso de los años, que genera alteraciones orgánicas, daño acumulativo por uso
de fármacos que alteran el funcionamiento renal, presentación de enfermedades previas que
pueden generar insuficiencia renal. Sumado a lo anterior, se trata de una enfermedad que se
diagnostica cuando ya ha evolucionado y se ha perdido un tiempo importante sin realizar un
tratamiento apropiado, ya que a menos que se presente de forma aguda, en un comienzo es de
baja notoriedad.

6.1.3 Distribución de los animales de según la raza


Los resultados mostraron que la raza que se vio más afectada fue la mestiza, seguida de Cocker
Spaniel (Cuadro 4), lo que estaría asociado a la casuística del Hospital Veterinario, puesto como
indica Zúñiga (2007), estas serían las razas más predominantes en la ciudad de Valdivia. Situación
similar se presentó en un estudio retrospectivo con pacientes con IRC, donde la raza mestiza fue
la más afectada (Guidi y col 2012). En relación a la raza Cocker Spaniel, en un estudio en la ciudad
de Santiago, se identifica esta raza como predominante (Hafelin 2008), la cual se encuentra
asociada con enfermedades congénitas renales que pueden llevar a un cuadro de IR a temprana
edad (Forrester 2000) sin embargo se estima que no coincide con los resultados de esta tesis,
donde el promedio de edad de diagnóstico fue de 9 años y se infiere, que al ser una enfermedad
de tipo congénita esta se debería presentarse de forma temprana en la vida del paciente.
17

6.2 PERFIL BIOQUÍMICO

6.2.1 Análisis de urea


La urea es el producto terminal de las proteínas, se sintetiza en el hígado a partir del amonio. Su
concentración depende de la síntesis hepática, transporte al riñón y posterior reabsorción y
excreción. El aumento de la urea sanguínea por sobre los rangos de referencia, puede estar
causado por una alteración pre renal, renal o post renal, la existencia de altos niveles de urea
sanguínea junto a elevados niveles de creatinina sanguínea, se asocian a daños de tipo renal, que
podría representar una disminución de la masa funcional del riñón por sobre un 65% (Wittwer
2012).

En los niveles de urea sanguínea existieron diferencias significativa en ambas especies (Figura 3),
lo que indicaría que aquellos animales que murieron presentaron mayores valores en relación a los
que lograron sobrevivieron, esto podría estar dado por el mayor efecto negativo que ocasiona en
la salud del paciente, asociado a síntomas tales como vómitos, diarrea, hipotermia, letargia y
gingivitis, al compararlos con el efecto de los otros metabolitos analizados. Por otro lado, en el
estudio en 50 gatos de Kuwahara y col (2006), no solo la urea sanguínea presentó diferencias
significativas, sino que también la creatinina, fósforo, hematocrito y relación Proteína: Creatinina,
siendo este último el de mayor importancia.

6.2.2 Análisis de creatinina


La creatinina es un metabolito, producto secundario del metabolismo muscular que es eliminado
por filtración renal y sin reabsorción tisular. Suele ser utilizado para medir daño renal puesto que
su eliminación es constante y un daño renal generaría aumento de creatinina en los niveles
sanguíneos por la disminución de más del 70% en la filtración. La medición de la creatinina tiene
ventajas por sobre la medición de la urea para el diagnóstico de insuficiencia renal, por su
eliminación constante en cuanto a cantidad (Wittwer 2012). Es necesario tener en cuenta para
emitir esta aseveración, que los niveles de creatinina sanguínea se ven influida por la masa
muscular y estado de hidratación (Elliott y Elliott 2010).

Los altos niveles de creatinina en este estudio (Figura 4) podrían estar asociados con los
avanzados estados de la enfermedad en el caso de la insuficiencia renal crónica en caninos y/o
felinos. En este caso se obtuvo un promedio de 503,08 μmol/L en caninos y de 678,65 μmol/L
en felinos. En el estudio de Hafelin (2008) la media en caninos fue de 549,05 μmol/L, mientras
que en los felinos fue de 752,1 μmol/L; en tanto que en el estudio retrospectivo de 32 casos de
felinos con IRA (Worwag y Langston 2008) arrojo una media de la creatinina sanguínea superior,
llegando a 998,92 μmol/L al inicio de la atención veterinaria.

En la presente tesis, con respecto a las medias de creatinina para muerte/sobrevida, en caninos
fue de 811,25 μmol/L y 385,68 μmol/L respectivamente (Figura 4a), mientras que en el caso de
los felinos, las medias fueron de 733,92 μmol/L y 647,94 μmol/L (Figura 4b). En el estudio
retrospectivo de Hafelin (2008) se indica que los caninos que no sobrevivieron obtuvieron una
media de 608,634 μmol/L, mientras que los que sí, una media de 403,104 μmol/L; en tanto que
en el mismo estudio, en el caso de los felinos, los valores de media fueron de 1002,67 μmol/L y
480,896 μmol/L respectivamente.
18

En el estudio de Worwag y Langston (2008) para el caso de los felinos que no sobrevivieron, el
valor de la media de creatinina fue de 839,8 μmol/L, más parecido al obtenido en el presente
estudio, pero diferente, respecto del valor de la media de los felinos que sobrevivieron, cuyo valor
fue de 185,64 μmol/L. La gran diferencia existente en los pacientes que sobrevivieron (Figura 4b)
podría estar dada por el hecho de que en el presente estudio son incluidos tantos pacientes con
IRA como IRC y estos últimos presentan mayores valores de creatinina aun cuando hayan
sobrevivido a la hospitalización. Otra explicación, es que en el presente estudio, solo se contó con
un examen al inicio de la atención, en tanto que los otros estudios fueron tomados en distintos
momentos, por lo que pasado el tiempo y con el tratamiento adecuado los pacientes pueden haber
mejorado, disminuyendo los valores de la creatinina. En relación a la creatinina, solo en los
caninos existieron diferencias, en cuanto a las concentraciones en sangre.

6.2.3 Análisis de fósforo


El fósforo es un anión, que presenta una concentración en la sangre que varía según la excreción
renal y la absorción digestiva; en esta última, es influida por la paratohormona, por lo que se
encuentra asociada al Calcio. El nivel de fósforo se puede ver aumentado por diferentes razones,
entre ellas la edad del animal, (animales jóvenes con valores mayores), absorción intestinal
aumentada (hiperparatiroidismo 2º), aumento en la ingestión y por la insuficiencia renal severa. En
este último caso, se genera por la disminución en la excreción renal y no disminuir el consumo de
alimento con este elemento (Bates 2008). Esta última afirmación se ve confirmada por Wittwer
(2012) el cual señala que una de las principales causas tanto en felinos como en caninos, de
hiperfosfatemia se encuentra en la IR, tanto de tipo aguda como crónica, esto dado por la
disminución en su excreción.

En el estudio de Worwag y Langston (2008), la media del fósforo para el caso de los felinos, fue
de 3,99 mmol/L, similar al resultado en el presente estudio, el cual fue de 4,13 mm/L.

La media de los niveles de fósforo para quienes sobrevivían fue de 3,729 mmol/L en caninos y de
3,86 mmol/L en felinos, mientras que quienes no lo hacían, fue de 5,838 mmol/L y 4,66 mmol/L
respectivamente (Figura 5).

Los resultados en los felinos fue cercana a la descrita en un estudio en IRA (Worwag y Langston
2008), donde la media en el caso de que no sobrevivieron fue de 4,05 mmol/L, en tanto que los
felinos que lograron sobrevivir, presentaron un valor de fosforo sanguíneo de 1,61 mmol/L. Otro
estudio retrospectivo en gatos con IRC precisa que quienes no sobrevivieron presentaron una
media de 5,2 mmol/L y quienes lo hicieron mostraron una media de 1,7 mmol/L (Kuwahara y col
2006). Los valores de la media de los felinos que lograron sobrevivir en ambos casos
mencionados, son diferentes al estudio de tesis; esto podría estar dado por el valor del extremo
superior (8,58 mmol/L) obtenido en un examen de un paciente, el cual alteraría el promedio.
Asimismo, al realizar más de un examen en el tiempo, es posible que los valores de los pacientes
que sobreviven se encuentren disminuidos, aspecto que fue indicado tanto en el estudio de
Worwag y Langston (2008) como en el de Kuwahara y col (2006).
19

6.3 ANTECEDENTES DE GRAVEDAD

6.3.1 Clasificación según IRIS


Sobre un 80% de los casos fueron clasificados en la Fase 3 y 4 tanto para caninos como en felinos
(Figura 6). La explicación puede estar dada porque al comienzo de la enfermedad, se presenta de
forma subclínica o con signos que los propietarios no son capaces de reconocer; a menos que sea
por una intoxicación o una hemorragia severa que los lleve a asistir una atención veterinaria.
(DiBartola 1997).

En el estudio retrospectivo de Guidi y col (2012) para los caninos, la Fase más representada fue la
3 con un 52,97%, seguida de la 4 con un 22,76%, mientras que en el estudio de O’Neill y col
(2013) en caninos, estuvieron entre el estado 3 y 4 obtuvo un 69,9% de los casos. Por otro lado,
Greene y col (2014) para el caso de los felinos, la fase 3 obtuvo un 44,2% y un 21,3% la fase 4. Si
bien los porcentajes no fueron iguales a los obtenidos en esta tesis, se reafirma que la mayoría de
los pacientes se encuentran en las últimas dos fases por su tardío diagnóstico.

6.4 ANTECEDENTES DE HOSPITALIZACIÓN

6.4.1 Sobrevida
El resultado obtenido en cuanto al porcentaje de sobrevida a la hospitalización fue más alta para
caninos y felinos, que la indicada por O’ Neil (2013) para caninos con IRC y el de felinos en el
estudio de Hafelin (2008). Esto puede estar dado por la oportuna visita de urgencia al Hospital
Veterinario en el caso de los enfermos con IRA, donde se puede realizar un tratamiento adecuado
y efectivo. En el caso de los pacientes con IRC, puede estar dado por el hecho que si bien esta
enfermedad presenta una de las principales causas de muerte tanto en felino como en canino, ésta
sucede bastante tiempo después de iniciada la enfermedad.

Posiblemente la sobrevida se deba también a que se realizan exámenes complementarios en la


mayoría de los casos, lo que ayuda a determinar qué tan grave es la condición del animal y orientar
un tratamiento certero.

6.4.2 Días de hospitalización


El tratamiento para los pacientes con IRC está basado en disminuir los signos clínicos que se
presentan (tales como vómitos, diarrea, deshidratación, acidosis, hipertensión, anemia) y para el
caso de la IRA, además de disminuir signos clínicos, se trata de eliminar la causa que está
generando el daño. Este tratamiento se basa en fluido terapia, protectores gástricos, antieméticos,
transfusiones sanguíneas, antihipertensivos y analgésicos según sea el caso.

Tanto en caninos como en felinos, el promedio de días de hospitalización fue de 2,5 días,
situación cercana a la observada en un estudio retrospectivo a 99 caninos con IRA, donde el
promedio de duración de hospitalización fue de 4 días (Vaden y col 1997). Estos resultados
pueden deberse a que la hospitalización se hace necesaria cuando el animal con IRC se encuentra
descompensado o en el caso de la IRA, los signos se presentan en forma rápida, con curso agudo,
y rápidamente o fallece o es dado de alta.
20

6.5 R(COMENDACIONES

Se propone que se instale un programa de exámenes de rutina (urea, creatinina y fósforo) para
todo canino o felino mayor de 7 años que acuda al Hospital para una atención veterinaria, puesto
que de esta forma se podría diagnosticar la enfermedad cuando ésta se encuentra en sus inicios y
así poder mejorar el pronóstico y calidad de vida del paciente.

6.6 CONCLUSIONES

x En el caso de los caninos, para el sexo, las hembras fueron afectadas en un 54%, mientras
que en cuanto a las razas fueron Mestiza, seguida de Cocker Spaniel.

x En el caso de los felinos, los machos fueron afectados un 53%

x En ambas especies, el rango de mayor presentación de la enfermedad fue de 11 años, la


media de hospitalización fue de 2,5 días y la sobrevida fue superior al 60%.

x Más de un 85% de los caninos como felinos, se encontraron en la Fase 3 y 4 de IRIS.

x Aquellos que no sobrevivieron, presentaron mayores concentraciones de urea en ambas


especies y creatinina en caninos, situación que no fue observada en el caso de la
concentración del fósforo.
21

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de Chile, Chile.
23

8. AGRADECIMIENTOS

A mi familia, en especial a mi mamá, papá y hermano por su apoyo incondicional en todos estos
años en la Universidad.

A mis amigos Ambar Orellana, Luis Ruiz de Gamboa, por apoyarme cuando más lo necesitaba.

A todos los que me ayudaron a la realización de esta tesis, en especial a mi team.

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