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VALDIVIA – CHILE
2016
PROFESOR PATROCINANTE
_______________________________________
Javier Enrique Ojeda Oyarzún
PROFESORES INFORMANTES
_______________________________________
Carla Estrella Rosenfeld Miranda
_______________________________________
Hedie A. Bustamante Díaz
Capítulo Página
1. RESUMEN……………………………………………………………………. 1
2. SUMMARY……………………………………………………………………. 2
3. INTRODUCCIÓN…………………………………………………………… 3
4. MATERIAL Y MÉTODOS…………………………………………………… 7
5. RESULTADOS………………………………………………………………... 9
6. DISCUSIÓN…………………………………………………………………... 16
7. BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………… 21
8. AGRADECIMIENTOS……………………………………………………….. 23
1
1. RESUMEN
La insuficiencia renal (IR) es una alteración donde tres cuartas partes del riñón dejan de funcionar,
y según el tiempo en presentarse el daño, es posible diferenciarla en insuficiencia renal aguda
(IRA) o insuficiencia renal crónica (IRC). Tanto la causa, tiempo al diagnóstico y tratamiento se
asocian a la supervivencia del animal.
El objetivo de este estudio retrospectivo, fue analizar y caracterizar a los pacientes caninos y
felinos atendidos en el Hospital Veterinario de la Universidad Austral de Chile, con diagnóstico de
insuficiencia renal, a partir de los datos obtenidos de las fichas de hospitalización (edad, sexo y
raza) y de los exámenes de laboratorio para asociarlos a patrones de gravedad y días de
hospitalización.
De las 3.406 fichas recolectadas entre los años 2002 al 2013, se seleccionaron todas aquellas con
diagnóstico o pre diagnóstico de IR, IRA, IRC o enfermedad renal, siendo útiles 58 fichas para el
estudio (39 perros y 19 gatos), entre el año 2006 y 2013, las que fueron analizadas según
antecedentes generales, perfil bioquímico, antecedentes de gravedad y de hospitalización.
Se obtuvo como resultado que un 54% de las hembras caninas se vieron afectadas, y un 53% de
los machos felinos. El rango etario de mayor representación, tanto en perros como gatos, fue el
de mayor a 11 años. La raza más afectada en caninos, fue la mestiza (35,89%).
El promedio de urea sanguínea en caninos, fue de 49,73 mmol/L y de 50,31 mmol/L para felinos.
En la creatinina, el promedio obtenido en caninos fue de 503,08 μmol/L y de 678,95 μmol/L en
los felinos. En la medición del fosforo, el promedio en caninos fue de 4,18 mmol/L y en felinos
de 4,13 mmol/L. Aquellos que murieron presentaron concentraciones mayores de urea en ambas
especies y de creatinina para el caso de los perros.
Con respecto a la Fase de IRIS (International Renal Interest Society) en la que se encontraban,
sobre un 85% de los casos estuvo en la Fase 3 y 4. La sobrevida a la hospitalización en caninos,
fue de un 61,53% y en los felinos, de un 68,42 %. Los días de hospitalización en promedio
fueron de 2,5 días para el caso de los caninos y felinos.
En conclusión, los más afectados caninos, fueron las hembras mestizas mayores de 11 años, para
los felinos, fueron los machos mayores de 11 años. El promedio de días de hospitalización fue de
2,5 días en ambas especies. Las concentraciones de urea y creatinina en sangre, fue mayor en
caninos que no sobrevivieron. En gatos, se encontraron diferencias solo en las concentraciones de
urea en sangre.
2. SUMMARY
Kidney failure is defined as a loss of three-quarters of the kidney’s function. It can be classified as
acute kidney failure or chronic kidney failure depending on the time of onset of the kidney’s
damage. Aetiology, time of diagnosis and treatment are associated with the patient’s survival.
The main objective of this retrospective study was to analyze and characterize canine and feline
patients diagnosed with kidney failure attended at the Veterinary Hospital of the Universidad
Austral de Chile, using the data obtained from hospitalization files (age, genre, and race) and
laboratory tests, to associate them to severity patterns and hospitalization days.
From 3406 collected files of years 2002 to 2013, we selected all those with diagnosis or pre-
diagnosis of KF, AKF, CKF, or kidney disease, being useful 58 files for the study (39 dogs and 19
cats) between years 2006 and 2013. These were analyzed according to previous data, biochemical
profile, and hospitalization and severity previous data.
The results were that 54% of female canine patients were affected, such as a 53% of male feline
patients. Regarding to the age range of most affected patients, both canine and feline, it was
higher than 11 years old. Mixed breed dogs were more affected than pure breed dogs, with a
percentage of 35.89.
The average of urea blood concentration was 49.73 mmol/L for canines and 50.31 mmol/L for
felines. Creatinine blood levels were 503.08 μmol/L for canines and 678.95 μmol/L for felines.
Regarding phosphorus blood concentration, it was 4.18 mmol/L for canines and 4.13 mmol/L
for felines. Those who died presented higher urea blood levels in both species, and higher blood
levels of creatinine in case of dogs.
Regarding IRIS (International Renal Interest Society) stages system they were in, about 85% of
cases were in Stages 3 and 4. Hospital survival was 61.53% for canines and 68.42% for felines.
The average of hospitalization days was 2.5 days for both canines and felines.
In conclusion, the most affected canines were the crossbred females, older than 11 years of age,
while the most affected felines were males, also older than 11 years of age. The average of
hospitalization days was 2.5 days in both species. Urea and creatinine blood levels were higher in
canines that didn’t survive. In felines, significant differences were found only in urea blood
concentrations.
3. INTRODUCCIÓN
El riñón es un órgano par situado en la pared abdominal dorsal, el cual se encarga de diversas
funciones, entre las principales se encuentran eliminar residuos hidrosolubles, mantener la
homeostasis del volumen y composición de los líquidos del organismo y funciones endocrinas
tales como producción de eritropoyetina, angiotensina II y calcitriol (Elliott y Elliott 20010).
Si la función renal se deteriora, se produce la incapacidad del riñón para realizar su trabajo, lo que
se conoce como insuficiencia renal. La insuficiencia renal sucede cuando deja de funcionar
aproximadamente, tres cuartas partes de las nefronas de ambos riñones (Grauer 2010). Anterior a
esto no se observa presencia de signos clínicos, demostrándose así, la gran capacidad de reserva y
la resistencia que poseen los riñones ante la adversidad.
Inicialmente, la insuficiencia renal se presenta con cuadros donde los animales solo tienen
problemas para concentrar la orina y una compensación disminuida ante situaciones de estrés
como infecciones y deshidratación, pero externamente se ven sanos. Cuando la enfermedad
avanza, la capacidad de concentrar la orina disminuye aún más, junto a una azoemia.
Debe obtenerse una anamnesis completa, que incluya reseña (edad, raza, sexo), motivo de
consulta, actividad y revisión de sistemas corporales (DiBartola 1997). Las causas son variadas,
entre las más comunes se encuentran isquemia, infarto, toxinas tales como metales pesados,
veneno, hemo/mioglobinuria, enfermedades infecciosas que afecten al riñón, fármacos como
antiinflamatorios no esteroidales (AINEs), líquido de contraste, pancreatitis y múltiples fallas
orgánicas (Ross 2011).
Los signos clínicos son más bien inespecíficos, por lo que los exámenes complementarios juegan
un rol importante, entre ellos la ecografía, examen de orina (donde es posible divisar sedimento
urinario activo, como cilindros granulares, células epiteliales renales, leucocitos, glucosuria,
cristaluria y/o hemoglobinuria, isostenuria), hemograma y radiografía simple (DiBartola 1997).
causa primaria, realizar fluido terapia en aquellos que sea necesario, el uso de sonda urinaria de
forma permanente para medir la producción y concentración de la orina y el uso de diuréticos,
aunque solo en casos donde se recuperó la hidratación (Chew 2001).
Los estadios de la IRA, corresponden a tres fases, que son: inducción, mantenimiento y
recuperación. La intervención terapéutica rápida durante la fase de inducción puede impedir la
progresión del daño renal (Grauer 2005). La fase de mantenimiento se identifica cuando se
establecen las lesiones tubulares. La intervención terapéutica durante esta fase, aunque a menudo
salva la vida, por lo usual se hace poco para reducir las lesiones renales existentes o mejorar el
funcionamiento del riñón. La fase recuperación se asocia con la mejoría de la función renal
(Sánchez 2009).
Es el proceso patológico que implica una pérdida del tejido renal funcional por un tiempo
prolongado (mayor a 3 meses) y habitualmente progresivo (Merck 2007), donde los mecanismos
compensatorios de la nefrona (hipertensión glomerular, hiperfiltración), se pierden (Foster 2013).
La Enfermedad Renal Crónica (ERC) o Insuficiencia Renal Crónica, es una patología frecuente en
animales de edad avanzada; el 7,9% de los gatos y el 1,5% de los perros de más de 10 años de
edad que acudieron a los Hospitales Banfield durante el año 2012, se diagnosticaron de ERC
(Lefebvre 2013).
Las causas pueden ser por cálculo/obstrucción de vía urinaria, isquemia, daño vascular, daño
renal, secundario a IRA, trastornos inmunológicos, neoplasias, amiloidosis, Diabetes mellitus
hipertensión arterial, glomerulonefritis (Merck 2007). Los signos clínicos que se presentan son
poliuria, polidipsia, alteraciones multisistémicas, hiperparatiroidismo renal secundario. (Elliott y
Lefebvre 2010).
Los exámenes complementarios que se ven alterados son hemograma (anemia no regenerativa de
tipo normocítica normocrómica), examen de orina (isostenuria, proteinuria), presión arterial
(aumentada), perfil bioquímico (urea y creatinina aumentada, hiperfosfatemia, hipo o
hipercalcemia, hipo o hiperpotasemia, hiperlipidemia, acidosis metabólica leve a intensa) (Elliott y
Elliott 2010).
Es posible clasificar la IRC según el grado de azotemia que exista, para poder realizar un buen
tratamiento y obtener mejores resultados. Tomando esto en cuenta, la Sociedad Internacional de
5
Interés Renal (IRIS) creó una tabla de 4 fases para los pacientes con IRC, basándose en los niveles
de creatinina sanguínea o en orina que estos presenten (Cuadro 1). La Fase en la que se encuentre
el animal pronostica el tiempo de sobrevida y orienta el tratamiento que debería llevarse a acabo.
Las concentraciones de creatinina deben interpretarse de acuerdo a la densidad urinaria o la
concentración sanguínea y los signos clínicos que se presentan, para así descartar causas pre o
post renales.
Concentración de Fase I ERC Fase II Azoemia Fase III azoemia Fase IV azoemia
creatinina sérica No Azoémica renal leve renal moderada renal grave
μmol/l gatos <140 140-250 251-440 >440
μmol/l perros <125 125-180 181-440 >440
(Lefebvre 2013)
3.3 OBJETIVOS
Objetivo general
x Analizar las fichas clínicas de perros y gatos hospitalizados en el Hospital Veterinario de la
Universidad Austral de Chile diagnosticados con Insuficiencia Renal (2006-2013).
Objetivos específicos
x Recopilar y seleccionar fichas clínicas de perros y gatos hospitalizados con diagnóstico o
pre-diagnóstico de insuficiencia renal en el Hospital Veterinario de la Universidad Austral
de Chile.
x Analizar y caracterizar a perros y gatos hospitalizados con Insuficiencia Renal, de acuerdo
a los datos registrados en las fichas clínicas (sexo, edad y raza).
x Analizar los exámenes complementarios de perros y gatos hospitalizados por insuficiencia
renal, asociándolos con patrones de gravedad y días de hospitalización.
7
4. MATERIAL Y MÉTODOS
4.1 MATERIAL
Las fichas de hospitalización presentaban la información del paciente (nombre, especie, raza, sexo,
edad, peso, número de caso), antecedentes del propietario (nombre y teléfono de contacto) y
antecedentes médicos como: pre diagnóstico, diagnóstico clínico/patología clínica, fecha de
ingreso y egreso, registro de temperatura, frecuencias (cardiaca y respiratoria), tratamientos y otras
observaciones.
Para contar con los exámenes complementarios fue necesario obtener los números de laboratorio
a partir del número de caso, y de esta forma acceder a la base de datos, que opera desde el
segundo semestre del año 2008, del Laboratorio de Patología Clínica Veterinaria de la Universidad
Austral de Chile.
4.2 MÉTODOS
A partir de las fichas clínicas se seleccionaron aquellas cuyo pre diagnóstico o diagnóstico fuera
Insuficiencia Renal, Insuficiencia Renal Aguda, Insuficiencia Renal Crónica o Enfermedad Renal,
obteniéndose un total de 58 tanto de perros como de gatos a partir del año 2006.
Se separaron las fichas clínicas por especie para su análisis, siendo aptas para este estudio 39 de
caninos y 19 de felinos.
Perfil Bioquímico:
- Urea sanguínea
- Creatinina sanguínea
- Fósforo sanguíneo
8
Los intervalos de referencia para los indicadores que se evaluaron fueron los siguientes:
Los softwares utilizados fueron Microsoft Excel para el análisis descriptivo y Graph Prism para
las pruebas de hipótesis.
9
5. RESULTADOS
a) Perros b) Gatos
54% 47%
46% 53%
Hembra
Hembra
Macho
Macho
Figura 1. Distribución según sexo en perros (a) y gatos (b) con insuficiencia renal hospitalizados en
el Hospital Veterinario UACh, Valdivia, 2006-2013.
El mayor número de casos fue entre los 11 años de edad o más, para los caninos con 13 paciente
(33,33%) (Figura 2a) y para los felinos, con 7 casos (36,84%) (Figura 2b).
10
a) Perros b) Gatos
14 13 14
12 12
10 9 9 10
Nº de casos
Nº de casos
8 7
6
6 6
4
4 3 4 3
2
2 1 2
0 0
Figura 2. Distribución según edad (categorizada) en perros (a) y gatos (b) con insuficiencia renal
hospitalizados en el Hospital Veterinario UACh, Valdivia, 2006-2013.
Raza N° %
Mestizo 14 35,89
Cocker Spaniel 5 12,82
Bóxer 4 10,25
Fox terrier 4 10,25
Pastor Alemán 4 10,25
Bulldog 2 5,12
Poodle 2 5,12
Basset hound 1 2,56
Pequinés 1 2,56
Rottweiler 1 2,56
Schnauzer 1 2,56
Total 39 100
11
Del total de caninos seleccionados (39), a 6 de ellos no se les realizó ningún examen de
laboratorio, 4 casos fue imposible recuperar los resultados de los exámenes, por lo que en 29
casos se contó con perfil bioquímico. De estos 29 casos, 23 contaron con evaluación de fósforo,
urea y creatinina sanguínea y 6 sólo urea y creatinina. Los felinos seleccionados (19), a 2 no se les
realizó exámenes, de 3 no se obtuvieron los resultados de sus exámenes, por lo que contó con la
información de 14 felinos, dentro de los cuales, a 9 se les midió fósforo, urea y creatinina
sanguínea y a 5 sólo urea y creatinina.
La situación para los pacientes felinos, fue similar, donde los rangos de urea en aquellos que no
sobrevivieron fueron desde los 58,8 a 82,47 mmol/L, con un promedio de 69,226 mmol/L y una
mediana de 64,4 mmol/L; mientras que en aquellos que sobrevivieron, su rango fue de 12,6 hasta
los 78,59 mmol/L con un promedio de 39,81 mmol/L y una media de 37,1 mmol/L (Figura 3b).
a) Perros b) Gatos
N iv e le s d e u r e a e n c a n in o s
160
sanguínea (mmol/L)
120
100
80
60
Urea
40
20
6,6
6 ,6
0 1,6
1 ,6
i
o
S
N
S o b r e v id a
Figura 3. Concentración de urea sanguínea en perros (a) y gatos (b) con insuficiencia renal, según
sobrevida, hospitalizados en el Hospital Veterinario UACh, Valdivia, 2006-2013.
En el caso de los felinos, el rango de creatinina presentado fue de 367 a 1.116 μmol/L en
pacientes que no sobrevivieron, con una media de 733,92 μmol/L y una mediana de 778,6
μmol/L, mientras que en los pacientes que sobrevivieron se observó un rango de 201,5 a 2076
μmol/L, con una media de 647,94 μmol/L y una mediana a de 381 μmol/L (Figura 4b).
13
En el caso de los perros, existieron diferencias significativas (P<0,05) de los niveles de creatinina
entre quienes murieron en comparación con aquellos que sobrevivieron. En el caso de los gatos
no existieron diferencias significativas en relación a los niveles de creatinina.
aa) Perros
a) Perros b)
N ivGatos
e le s d e c re a tin in a e n fe lin o s
2000
C r e a tin in a s a n g u ín e a ( μ m o l/L )
Creatinina sanguínea (μmol/L)
Creatinina sanguínea (μmol/L)
1800
1600
1400
1200
1000
800
600
400
200 1140
40
115 20
0 20
35
i
o
S
N
S o b re v id a
Figura 4. Concentración de creatinina sanguínea en perros (a) y gatos (b) con insuficiencia renal, según
sobrevida, hospitalizados en el Hospital Veterinario UACh, Valdivia 2006-2013.
Quienes no sobrevivieron, presentaron valores entre 2,67 a 7,09 mmol/L con un promedio de
4,66 mmol/L y una mediana de 4,24 mmol/L; mientras que el rango de los que sobrevivieron, fue
de 0,93 a 8,58 mmol/L con un promedio de 3,86 mmol/L y una mediana de 2,51 mmol/L (Figura
5b). No se observaron diferencias significativas en las concentraciones de fósforo en ambas
especies entre quienes murieron en relación a aquellos que sobrevivieron (P>0,05).
14
N a)
iv e lePerros
s d e fó s fo r o s a n g u ín e o e n c a n in o s b) Gatos
N iv e le s d e fó s fo ro e n fe lin o s
12
F ó s fo r o s a n g u ín e o (m m o l/L )
10
11
F ó s f o r o s a n g u í n e o ( m m o l/ L )
9
10
8
9
8 7
7 6
6 5
5 4
4 3
3 2 1 ,6
1,6
2
1,6
1 ,6 1 00,8
,8
1
00,9
,9 0
0
i
o
S
N
i
o
S
N
S o b re v id a S o b re v id a
Figura 5. Concentración de fósforo sanguíneo en perros (a) y gatos (b) con insuficiencia
renal, según sobrevida, hospitalizados en el Hospital Veterinario UACh, Valdivia 2006-
2013.
a) Perros b) Gatos
0
1 2
2
14 Fase 1
Fase 1 4
12 8 Fase 2
Fase 2
Fase 3 Fase 3
Fase 4 Fase 4
Figura 6. Clasificación según fase de IRIS en relación a la creatinina plasmática en perros (a) y
gatos (b) con IR hospitalizados en el Hospital Veterinario UACh, Valdivia, 2006-2013.
En el caso de los felinos, la sobrevida fue en 13 de los 19 casos, lo que representa un 68,42%, de
los cuales 6 fueron hembras y 7 machos. Los 6 pacientes restantes fallecieron por enfermedad o
por eutanasia.
Tanto en caninos como en felinos, la media de días de hospitalización fue de 2,5 días.
16
6. DISCUSIÓN
En los niveles de urea sanguínea existieron diferencias significativa en ambas especies (Figura 3),
lo que indicaría que aquellos animales que murieron presentaron mayores valores en relación a los
que lograron sobrevivieron, esto podría estar dado por el mayor efecto negativo que ocasiona en
la salud del paciente, asociado a síntomas tales como vómitos, diarrea, hipotermia, letargia y
gingivitis, al compararlos con el efecto de los otros metabolitos analizados. Por otro lado, en el
estudio en 50 gatos de Kuwahara y col (2006), no solo la urea sanguínea presentó diferencias
significativas, sino que también la creatinina, fósforo, hematocrito y relación Proteína: Creatinina,
siendo este último el de mayor importancia.
Los altos niveles de creatinina en este estudio (Figura 4) podrían estar asociados con los
avanzados estados de la enfermedad en el caso de la insuficiencia renal crónica en caninos y/o
felinos. En este caso se obtuvo un promedio de 503,08 μmol/L en caninos y de 678,65 μmol/L
en felinos. En el estudio de Hafelin (2008) la media en caninos fue de 549,05 μmol/L, mientras
que en los felinos fue de 752,1 μmol/L; en tanto que en el estudio retrospectivo de 32 casos de
felinos con IRA (Worwag y Langston 2008) arrojo una media de la creatinina sanguínea superior,
llegando a 998,92 μmol/L al inicio de la atención veterinaria.
En la presente tesis, con respecto a las medias de creatinina para muerte/sobrevida, en caninos
fue de 811,25 μmol/L y 385,68 μmol/L respectivamente (Figura 4a), mientras que en el caso de
los felinos, las medias fueron de 733,92 μmol/L y 647,94 μmol/L (Figura 4b). En el estudio
retrospectivo de Hafelin (2008) se indica que los caninos que no sobrevivieron obtuvieron una
media de 608,634 μmol/L, mientras que los que sí, una media de 403,104 μmol/L; en tanto que
en el mismo estudio, en el caso de los felinos, los valores de media fueron de 1002,67 μmol/L y
480,896 μmol/L respectivamente.
18
En el estudio de Worwag y Langston (2008) para el caso de los felinos que no sobrevivieron, el
valor de la media de creatinina fue de 839,8 μmol/L, más parecido al obtenido en el presente
estudio, pero diferente, respecto del valor de la media de los felinos que sobrevivieron, cuyo valor
fue de 185,64 μmol/L. La gran diferencia existente en los pacientes que sobrevivieron (Figura 4b)
podría estar dada por el hecho de que en el presente estudio son incluidos tantos pacientes con
IRA como IRC y estos últimos presentan mayores valores de creatinina aun cuando hayan
sobrevivido a la hospitalización. Otra explicación, es que en el presente estudio, solo se contó con
un examen al inicio de la atención, en tanto que los otros estudios fueron tomados en distintos
momentos, por lo que pasado el tiempo y con el tratamiento adecuado los pacientes pueden haber
mejorado, disminuyendo los valores de la creatinina. En relación a la creatinina, solo en los
caninos existieron diferencias, en cuanto a las concentraciones en sangre.
En el estudio de Worwag y Langston (2008), la media del fósforo para el caso de los felinos, fue
de 3,99 mmol/L, similar al resultado en el presente estudio, el cual fue de 4,13 mm/L.
La media de los niveles de fósforo para quienes sobrevivían fue de 3,729 mmol/L en caninos y de
3,86 mmol/L en felinos, mientras que quienes no lo hacían, fue de 5,838 mmol/L y 4,66 mmol/L
respectivamente (Figura 5).
Los resultados en los felinos fue cercana a la descrita en un estudio en IRA (Worwag y Langston
2008), donde la media en el caso de que no sobrevivieron fue de 4,05 mmol/L, en tanto que los
felinos que lograron sobrevivir, presentaron un valor de fosforo sanguíneo de 1,61 mmol/L. Otro
estudio retrospectivo en gatos con IRC precisa que quienes no sobrevivieron presentaron una
media de 5,2 mmol/L y quienes lo hicieron mostraron una media de 1,7 mmol/L (Kuwahara y col
2006). Los valores de la media de los felinos que lograron sobrevivir en ambos casos
mencionados, son diferentes al estudio de tesis; esto podría estar dado por el valor del extremo
superior (8,58 mmol/L) obtenido en un examen de un paciente, el cual alteraría el promedio.
Asimismo, al realizar más de un examen en el tiempo, es posible que los valores de los pacientes
que sobreviven se encuentren disminuidos, aspecto que fue indicado tanto en el estudio de
Worwag y Langston (2008) como en el de Kuwahara y col (2006).
19
En el estudio retrospectivo de Guidi y col (2012) para los caninos, la Fase más representada fue la
3 con un 52,97%, seguida de la 4 con un 22,76%, mientras que en el estudio de O’Neill y col
(2013) en caninos, estuvieron entre el estado 3 y 4 obtuvo un 69,9% de los casos. Por otro lado,
Greene y col (2014) para el caso de los felinos, la fase 3 obtuvo un 44,2% y un 21,3% la fase 4. Si
bien los porcentajes no fueron iguales a los obtenidos en esta tesis, se reafirma que la mayoría de
los pacientes se encuentran en las últimas dos fases por su tardío diagnóstico.
6.4.1 Sobrevida
El resultado obtenido en cuanto al porcentaje de sobrevida a la hospitalización fue más alta para
caninos y felinos, que la indicada por O’ Neil (2013) para caninos con IRC y el de felinos en el
estudio de Hafelin (2008). Esto puede estar dado por la oportuna visita de urgencia al Hospital
Veterinario en el caso de los enfermos con IRA, donde se puede realizar un tratamiento adecuado
y efectivo. En el caso de los pacientes con IRC, puede estar dado por el hecho que si bien esta
enfermedad presenta una de las principales causas de muerte tanto en felino como en canino, ésta
sucede bastante tiempo después de iniciada la enfermedad.
Tanto en caninos como en felinos, el promedio de días de hospitalización fue de 2,5 días,
situación cercana a la observada en un estudio retrospectivo a 99 caninos con IRA, donde el
promedio de duración de hospitalización fue de 4 días (Vaden y col 1997). Estos resultados
pueden deberse a que la hospitalización se hace necesaria cuando el animal con IRC se encuentra
descompensado o en el caso de la IRA, los signos se presentan en forma rápida, con curso agudo,
y rápidamente o fallece o es dado de alta.
20
6.5 R(COMENDACIONES
Se propone que se instale un programa de exámenes de rutina (urea, creatinina y fósforo) para
todo canino o felino mayor de 7 años que acuda al Hospital para una atención veterinaria, puesto
que de esta forma se podría diagnosticar la enfermedad cuando ésta se encuentra en sus inicios y
así poder mejorar el pronóstico y calidad de vida del paciente.
6.6 CONCLUSIONES
x En el caso de los caninos, para el sexo, las hembras fueron afectadas en un 54%, mientras
que en cuanto a las razas fueron Mestiza, seguida de Cocker Spaniel.
7. REFERENCIAS
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Estados Unidos. Pp 1124-1125
Aguilar B. J. 2005. Insuficiencia renal aguda. En: Diplomado a distancia en medicina, cirugía y zootecnia
en perros y gatos. 2ª ed. Ed Universidad Nacional Autónoma Mexicana. México D.F. Pp 33-49
Bates J. 2008. Fósforo: Una referencia rápida. Vet Clin N Am-Small 38: 471-475
Elliott J, D Elliott. 2010 Insuficiencia renal crónica: importancia de la nutrición. En: Biourge V.,
D. Elliot, Pibot P. Enciclopedia de la nutrición clínica canina. Ed: Paris Royal Canin. Pp 249-283
Elliott D, H Lefebvre. 2010 Tratamiento nutricional de la enfermedad renal crónica felina. En:
Biourge V., D. Elliot, Pibot P. Enciclopedia de la nutrición clínica felina. Ed: Paris Royal Canin.
Pp 267-298
Forrester D. S. 2000. Enfermedades del riñón y uréter. En: Birchard S. Manual clínico de
procedimientos de pequeñas especies. 2 ed. Mc Graw-Hill Interamericana. Madrid, España. Pp
1067-1079
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Grauer G. 2005. Early Detection of Renal Damage and Disease in Dogs and Cats. Vet Clin N
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8. AGRADECIMIENTOS
A mi familia, en especial a mi mamá, papá y hermano por su apoyo incondicional en todos estos
años en la Universidad.
A mis amigos Ambar Orellana, Luis Ruiz de Gamboa, por apoyarme cuando más lo necesitaba.