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Revolución de 1904
Fecha 1904
Lugar Uruguay
Conflicto
La Revolución blanca de 1904 fue la última
patriada al estilo del siglo XIX, y movilizó a un
número elevadísimo de combatientes de todas las
clases sociales, en un país que no superaba el
millón de habitantes. Expresó, por un lado, el
deseo gubernamental de recuperar la unidad
política del Uruguay; y, por otro, como en 1897,
manifestó la aspiración de los blancos de gozar de
garantías electorales –representación de minorías,
voto secreto– y transparencia administrativa.
Beligerantes
Partido Nacional Uruguay
Comandantes
Aparicio Saravia Pablo Galarza
Fuerzas en combate
9.000 -15.000
1 2
25.00023-36.0001
(probablemente 12.000)1
Índice
1Introducción
2Tensión de las posturas o paz armada
3Inminente estallido de la guerra civil
o 3.1El incidente de Rivera
o 3.2Búsqueda infructuosa de la paz
o 3.3Confirmación del conflicto
4Comienzos
o 4.1Amague sobre la capital
o 4.2Desastre de Guayabos y búsqueda de Galarza
o 4.3Crisis en el ejército blanco
o 4.4Provisiones revolucionarias y las últimas cartas de Batlle
o 4.5Muerte de Saravia y fin de la guerra civil
5Fuentes
6Referencias
7Enlaces externos
Introducción[editar]
El 1 de marzo de 1903 José Batlle y Ordóñez, líder emergente del Partido
Colorado, fue elegido Presidente de la República con los votos de una fracción
disidente del Partido Nacional –En Uruguay hasta 1922 las elecciones
presidenciales eran indirectas, es decir, votaban los miembros del Parlamento–
encabezada por Eduardo Acevedo Díaz, quien pronto opinaría que Saravia, del
que fue secretario en la Revolución de 1897, “no es más que un pobre gaucho,
engreído y camorrista, antes que belicoso”.
Batlle tenía la intención de denunciar el Pacto de la Cruz –que puso fin a
la Revolución de 1897 y que concedió al Partido Nacional el control político de
seis departamentos–, según lo había proclamado antes de su elección: “La
aspiración de la próxima lucha electoral debe ser el gobierno del partido. La
consecuencia necesaria del triunfo de ese principio debe ser la reconquista de
los departamentos”. En ese plan, el 12 de marzo Batlle designó ser intendente
de Las Piedras y jefes político departamental, entre ellos seis blancos –
nacionalistas–, pero dos (Rivera y San José) los adjudicó al grupo de Acevedo
Díaz, que había sido expulsado del partido. Como fue la última Guerra civil fue
nombrada la paz de Acegua.
Comienzos[editar]
Los primeros enfrentamientos se dieron en el Departamento de Rivera, en el
cual Carmelo Cabrera resistió la entrada de las fuerzas coloradas e hizo
explotar los puentes que permitían el paso del ferrocarril. El 9 de enero Aparicio
atacó una fuerza colorada de pequeño tamaño poniéndola en desbandada,
marchando hacia el Sur de inmediato sobre las fuerzas de Justino Muniz, que
salió con tan solo 3.000 hombres contra los 9.000 de su enemigo
emprendiendo la retirada por consejo de José Saravia, hermano colorado del
caudillo nacionalista, en dicha retirada se produjeron algunas escaramuzas
menores en los parajes de La Ternera, Las Pavas y Sierra de Sosa. Batlle de
inmediato envió 6.000 hombres para respaldar a las fuerzas de Muniz,
produciéndose el 14 de enero el primer combate de gran amplitud, en la Batalla
de Mansavillagra, actual departamento de Florida. La gran capacidad de fuego
de las tropas coloradas, destrozo las barricadas de Aparicio y este debió
retirarse.
En retirada hacia el Norte, el 15 de ese mes los revolucionarios fueron batidos
en el pueblo de Illescas, en el límite departamental de Florida y Lavalleja.
Durante siete días los blancos huyeron hacia Melo. A lo largo de 200 kilómetros
Muniz persiguió a Saravia, que se dirigía hacia la capital cerrolarguense, con
ánimo de traspasar la frontera. En el trayecto se suscitaron algunas
escaramuzas, pero el ejército blanco consiguió llegar a Melo. El 21 de enero, al
frente de 15.000 hombres, Saravia atravesó la ciudad de Melo, luego dividió a
sus tropas en tres grupos y aparentó internarse en Brasil.
Pronto la calle se llenó de hombres gesticulantes, barbudos y harapientos, que pasaban en
nerviosos caballos peludos gritando cosas que yo no entendía. Uno se detuvo un momento, dio a mi
madre una carta, recibió de ésta un paquete y volvió a sumarse al desfile ruidoso, que parecía
interminable. (…) Los blancos eran hombres desaseados, roncos y desagradables. Las banderas,
descoloridas y en jirones, carecían de grandeza. Decididamente, la guerra era para mí cada vez
más incomprensible.
Juana de Ibarbourou, Chico Carlo.
Aparicio Saravia.
Cartel con José Batlle y Ordóñez en primer plano que alude al fin de la Revolución de 1904.
Pero el 1 de septiembre, al hallar la vanguardia de Vázquez al mando de J.M.
Escobar firmemente parapetada tras largos cercos de piedra —las
denominadas mangueras—, los blancos decidieron combatir; se sentían más
fuertes que nunca y probablemente deseaban mejorar su posición en las
negociaciones de paz.
Sin embargo, la sangrienta Batalla de Masoller, que parecía favorable a los
revolucionarios, derivó en la dispersión y posterior derrota de los blancos
después de que Saravia fuese herido en el vientre por un disparo
de Mauser mientras recorría el frente a unos 200 metros de las líneas
enemigas –moriría nueve días después en territorio brasileño–. Algo a tener en
cuenta era el alcance de sus fusiles que ya no eran de 400 m sino de 1800 con
una tecnología muy similar a la de hoy, con esta ventaja a su favor los
francotiradores solo hicieron una descarga e hirieron de muerte a Aparicio que
revoleaba el pòncho en una cuchilla al alcance de estas formidables armas
para la fecha.
Cuando la tropa conoció la noticia, comenzó a dispersarse. Los jefes riñeron
entre sí y se llegó al extremo de ofrecerle el mando a João Francisco Pereira
de Souza, quien lo rechazó. Tampoco la delegación de un triunvirato de
caudillos —Basilio Muñoz, Juan José Muñoz y José González— pudo salvar la
situación; aquel era un ejército saravista y, muerto Saravia, perdió su cohesión
y mística.
Finalmente Basilio Muñoz firmó la Paz de Aceguá el 24 de septiembre de 1904,
que implicó una rendición; los sublevados obtuvieron solamente una amnistía
general y la vaga promesa de una reforma constitucional, que recién se lograría
en 1918. El resto de la tropa revolucionaria entregó las armas el 9 de
octubre en Nico Pérez, y a cambio recibió una pequeña retribución.
La Revolución de 1904 fue la última patriada al estilo del siglo XIX, y movilizó a
un número elevadísimo de combatientes de todas las clases sociales, en un
país que no superaba el millón de habitantes. Expresó, por un lado, el deseo
gubernamental de recuperar la unidad política del Uruguay; y, por otro, como
en 1897, manifestó la aspiración de los blancos de gozar de garantías
electorales –representación de minorías, voto secreto– y transparencia
administrativa.
La última gran guerra civil uruguaya marcó el ocaso de una cultura de raíz
rural, ganadera e independiente. Tras la paz se inició el poderoso ciclo
del Batllismo, que signó la historia del Uruguay durante al menos cinco
décadas.
Hagamos votos porque este dolor sea para nosotros una gran lección; porque no dirimamos ya
nuestras cuestiones en los campos de batalla, porque las dirimamos siempre alrededor de las urnas
(…). Acompañadme a dar una viva a los soldados de las instituciones… a dar un ¡hurra! Tan
doloroso como entusiasta por los que han caído en su defensa… y a explorar la suerte de los que
luchando por lo que ellos creían en un ideal patriótico… han caído también, extraviados en el no
siempre claro camino del deber.
José Batlle y Ordóñez, octubre de 1904.
Fuentes[editar]
Peirano, Ricardo (2000 - 2002). Gran Enciclopedia
del Uruguay. Barcelona: Sol 90. OCLC 51576630.
Blixen, Samuel ; Adami, Ángel (1905). Sangre de
hermanos. Montevideo ː Talleres A. Barreiro y
Ramos.
Referencias[editar]
1. ↑ Saltar a:a b c d e Anales de La Universidad, 1929, no. 125,
Montevideo: Universidad de la República, pp. 32
2. ↑ Saltar a:a b c d e Ruth Leger Sivard (1991). World Military
and Social Expenditures, 1996. Washington DC: World
Priorities, pp. 18. ISBN 978-0-91828-109-8.
3. ↑ Lino Leites. "La campaña militar de 1904". Boletín
Histórico del Ejército. Montevideo, 2006, No. 327-330, pp.
45
4. ↑ Leites, 2006: 61
5. ↑ Arturo Olivera Doll (2004).
[http://www.laondadigital.com/laonda/LaOnda/201-
300/202/A4.htm "Aparicio Saravia: siendo caudillo nunca
entró en Montevideo". La Onda. Consultado el 7 de
septiembre de 2012
6. ↑ Leites, 2006: 66
7. ↑ Wilfredo Pérez. "A Cien años de 1904. Parte VII". Diario El
País. Montevideo. 28 de abril de 2004. Consultado el 7 de
octubre de 2012.
8. ↑ Alejandro Sequeira. "Batallas que hicieron historia.
Montevideo". El País. 2005, pp. 40.
Enlaces externos[editar]
Wikimedia Commons alberga una categoría
multimedia sobre Revolución de 1904.
evolution of 1904 / Q6107175
Categorías:
Guerras civiles de Uruguay
Revolución de Uruguay de 1904
José Batlle y Ordóñez
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