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A todos los combatientes caídos, así como a todos los civiles caídos durante la segunda
guerra mundial, hecho que afectó a demasiadas personas y sentó las bases para el
crecimiento de la sociedad.
AGRADECIMIENTOS:
Para Ms. Aleyda, quien estuvo al pendiente de la redacción y publicación del libro.
"Quizás la más grande y mejor lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones
de la historia”.
Prólogo: Donde todo comenzó…
Los muchachos reunidos pudieron celebrar el cumpleaños con Ana, fue algo muy sencillo
pero la historia del día les bastó para reírse toda la tarde.
Hitler volvió a su hogar, reflexiona acerca de todo lo que había pasado y a la mañana
siguiente quiso volver a ver a los muchachos, sentía que debía estar con ellos, eran muy
jóvenes y temía por lo que les pudiera pasar.
Cerca al lugar había una cafetería, durante ese mismo día rondo varias veces pensando en
que podría saber algo de ellos, no pasó nada, el callejón estuvo solo, frío y lúgubre.
Pasaron los días Hitler había vuelto a lo suyo, seguía un poco perplejo por no haber
ingresado a la academia de bellas artes, sabía que tenía potencial, pero para la
- ¿Arquitectura? Se preguntó Hitler así mismo.
Salió al balcón de su habitación, en ese momento pasaban carros con propaganda
nacionalista decían cosas como:
- “Prusia creciente en un mundo de cambio, alcen las cabezas, el futuro está en el
avance”
El mundo estaba cambiando las tensiones políticas e internacionales estaban cada vez
más fuertes, las colonias seguían siendo un álgido punto de conflicto, países llevados de
la industrialización y el avance se apoderaban de los recursos y de la gente, todo esto
alrededor del mundo, faltaba poco tiempo para que un choque entre ideas y pueblos
desencadenara una catástrofe, así era la forma en como los medios hacían creer a la
población, lo cierto es que la vida en Prusia se sentía diferente, Hitler desde su balcón
pensaba
- Y ¿ahora qué?
Sabía que tenía dos salidas, ofrecerse al ejército o dedicarse a lo que finalmente terminó
siendo hábil.
Le tomó mucho convencerse así mismo que su potencial estaba en la arquitectura, Hitler
solía asomarse por su balcón a apreciar la belleza de la ciudad y como inspiración para su
decisión hacia la arquitectura, contemplo desde su balcón (La Columna de la Victoria).
La noche del sexto día de haber conocido a los niños, alguien llamó a la puerta de su
residencia, pensó que sería algún vecino en busca de algún ingrediente o tan solo de más
información nacionalista, pero para su sorpresa era Antón, el mismo chico que salió
asustado al verlo, que ironía que ahora las cosas sean así.
- Antón ¿verdad? (dijo Hitler)
- Si, soy yo, quería pedirte tu ayuda (dijo Antón)
Resulta que había un problema, Arno y Brant estaban enfermos, llevaban 3 días
padeciendo del dolor y seguían empeorando con el pasar del tiempo, Antón no podía
dejar que sus amigos murieran por una enfermedad, no tuvo otra opción más que acudir a
aquel joven.
- ¿Cómo están? Preguntó Hitler.
No tenía ningún conocimiento en medicina, quería ayudarlos, pero no sabía cómo, fueron
a aquella casa en la que habían estado hace días, todo seguía igual, la fruta que habían
tirado se había puesto negra y el olor era muy fétido, Hitler temía que se hubieran
intoxicado al comer frutas en mal estado o que peor aún, la mugre y la mala situación de
vida fuera la causante de la enfermedad, después de todo vivían en precariedad.
Entraron al cuarto, Antón había aislado a Ana de los otros dos muchachos, porqué tenía
miedo que todos se enfermarán.
Brant y Arno tenían fiebre, temblaban y la nariz estaba bastante congestionada,
Antón entre lágrimas le preguntó a Hitler.
- ¿Puedes hacer algo? Están muy mal, debimos buscarte antes de que se pusieran
así, al principio tosían mucho pero después no se podían levantar de la cama.
El estado en el que estaban Arno y Brant era deplorable, al no poder pararse de la cama
tuvieron que comer y hacer del baño el en mismo sitio donde estaban acostados, era una
situación terrible, Hitler estaba muy preocupado, la salud de Arno y Brant se acercaba a
un punto de no retorno.
Capítulo III: La intoxicación
Tras esta intoxicación a Hitler lo mejor que se le pudo ocurrir fue obtener información de
medicina, conocimientos básicos y generales para poder ayudar a sus dos pequeños
compañeros, debido a que este virus los tuvo muy afectados durante días y durante
meses.
Adolf en medio de un conflicto social procede a buscar la biblioteca más cercana en la
cual pudiera robar los libros, a su suerte se encontró con una bastante abandonada cuyo
nombre fue “La Biblioteca Estatal De Berlín” encontró varios libros de anatomía,
fisiología, medicina interna entre otros.
Devuelta al refugio donde estaban se encuentra con un hombre el cual vio el crimen que
estaba cometiendo tras robar en la biblioteca, el hombre le dice:
- ¿Qué estás haciendo? ¿Te puedo ayudar? Le pregunto el extraño.
Hitler desesperado primero niega su servicio hacia ellos, pero el hombre dispuesto a
ayudar le siguió insistiendo hasta que Hitler le dio la oportunidad de escucharlo y le dijo:
- Lo que sucede fue que unos niños fueron intoxicados y los tres ya hemos intentado
de todo, no tuve otra solución que aprender sobre medicina, aprovechando la
situación actual del país no se me ocurrió otra alternativa que robar libros de
conocimiento básico para medicina. Le contestó Hitler al hombre
- primero que todo mucho gusto me llamo Román, entiendo lo que estás pasando, ya
que estás haciendo lo posible para ayudarlos. Empatiza Román con Hitler.
Hitler desesperado no tuvo más opción que pedirle ayuda porque estaba en una
situación muy riesgosa y acudió a los consejos de lo que aparenta ser un buen hombre.
-Dime cómo puedes ayudarme ¿Tienes algún conocimiento sobre remedios o
medicina?
Le preguntó Hitler a Román.
- ¡Claro que si con todo gusto haré lo posible! Exclamó el hombre dispuesto a
apoyar .
Pero la condición que puso el hombre fue que antes de dar alguna receta o un remedio a
él y a sus compañeros tenía que conocer el estado de ellos.
Tras estar todo el camino hablando Román y Hitler se dieron cuenta que los dos tenían
mucho en común debido a que ambos están en una situación parecida escondidos
tratando de no ser visto por las autoridades.
También tenían en común su amor por la arquitectura y las bellas artes, esto los hizo
reflexionar sobre el cambio en una sociedad llena de desigualdad, de oscuridad y tristeza,
teniendo en cuenta todo lo sucedido en Prusia.
Ellos les encantaría la idea que junto a su arte pudieran generar una clase de impacto en
la gente, desafortunadamente fueron muy limitadas sus posibilidades para salir adelante
de la manera que ellos dos querían.
Después de una larga charla llegaron al, refugio en donde estaban ubicados él y sus
compañeros
-Entran a la casa de una manera silenciosa y sigilosa-
Román ve a los compañeros de Hitler en un estado deplorable debido al virus.
- ¡Dios mío estos muchachos están terribles! Exclamó Román.
- ¿Quién es este estúpido sujeto? Enojados preguntaron Antón y Brant.
- ¡¡Oigan!! Respétame que yo solo vine a tratar de ayudar. Aclaró Román
- Lo conocí cuando Salí de la biblioteca con los libros, dijo que él nos podría
brindar su ayuda. Se ve de confiar el buen hombre y tenemos muchos
pensamientos en común, así que traten de ser lo más pacientes posibles no
tenemos muchas opciones para curarlos de esta basura de enfermedad que les dio
por culpa de una comida más rancia que sus corazones. Le contestó Hitler a Antón
y Brant
En ese momento Román se presentó con ellos de una mejor manera y procedió a
examinar los síntomas que tenían, al oír que Hitler dijo que fue a causa del alimento que
consumían ellos, la cantidad de enlatados la cual les ocasionó todo esté virus
- ¿Por casualidad saben cuál fue el alimento el cual los intoxicó? Preguntó Román a los
niños.
- ¡Claro que sí! Contestaron a la vez los tres.
- ¿Qué comida fue? Les preguntó Román.
- Fueron unos enlatados de atún y salchichas por lo que sospechamos, le contestó
Brant.
Lo que sucede que esos alimentos por más que digan que duran sin podrirse varios días o
meses no siempre es así, mi ex esposa sufrió una intoxicación similar debido a los
conservantes que estos traen y puede ser muy peligroso para ustedes si no lo tratamos con
suma velocidad, pues es muy probable que pierdan la vida porque este virus lo que hace
es consumirlos por dentro todas sus células con eso matarlos rápidamente, entonces no
tenemos tiempo que perder. Así explicó Román la situación.
Lo primero que hicieron fue tratar de darles calor, improvisando una fogata para así no
sentir frío, le pidió el favor a Hitler si tenía algún tipo de botiquín o recursos médicos de
primeros auxilios para poder examinarlos.
Desafortunadamente no contaban con tantos artefactos ya que estaban en un refugio
totalmente improvisado, pero tuvo la brillante idea de que quizás en alguno de los libros
de los que trajo se podía improvisar algún artefacto en caso de una emergencia como la
que estaba sucediendo en ese momento.
Encontraron que, con tenedores, cuchillos y otros artefactos que había en el refugio
podían hacer lo posible para curarlos, pero el tiempo les estaba jugando totalmente en
contra.
Al momento de revisarlos Román se dio cuenta que algo andaba mal, el virus estaba muy
avanzado pues ellos dejaron que pasara mucho tiempo y no sabía si se podrían curar, a
Román se le iba de las manos el intentar curarlos, hizo lo posible y decidió dejar en
reposo por tres días a ambos niños.
- Estoy muy preocupado por mi salud Brant, le dijo en un tono bajo Antón a Brant.
- Créeme que estoy igual me siento muy preocupado, siendo sinceros, no creo que
podamos salir de este virus compañero.
Después de cinco días Román volvió a su refugio a ver como se encontraban y para su
sorpresa encontró lo peor, desafortunadamente ni Antón ni Brant lograron sobrevivir
lucharon hasta el final con las indicaciones, pero eso no fue suficiente para ellos ahora
solo queda que descansen en paz y vivan una vida digna del otro lado.
Tras esto Hitler entra en una gran depresión, soledad por lo que él era su única compañía
y nada le salía bien y ellos dos eran las únicas personas las cuales lo apoyaban y él se
podía refugiar en su compañía, el devastado, triste y sin parar de llorar hace lo posible
para salir adelante y lograr cumplir los sueños de sus compañeros, aunque no estén ahí
para acompañarlo simplemente intentar lo mejor y dar todo de él para lograr salir
adelante
Tras mucho tiempo sumido a la pena, Hitler se encontraba arrepentido y culpable por no
poder salvar a dos niños que no habían vivido ni la mitad de su vida, quería seguir
adelante pero su conciencia no lo dejaba tranquilo, lo peor fue primeros 5 días aún no
creía que Anton y Brant ya no estuvieran con él, pero poco a poco fue entendiendo la
idea.
Llegó el sexto día, se armó de valentía y se prometió ayudar a todo al que pudiera, por
esto se puso a analizar y se dio cuenta que Prusia necesitaba un cambio, que las
generaciones que venían podían hacer de Prusia un mundo mejor y para Hitler era el
momento perfecto: Su país estaba pasando por un cambio político y mucha gente tenía su
mismo pensamiento
- Mis ideas nacionalistas tienen que ponerse en marcha, pero… ¿cómo? Se preguntó
Hitler.
Al rato de debatir consigo mismo llegó a la conclusión que solo la nueva generación
podía cambiar Prusia, así que, Hitler acudió a su amigo Román quien le aconsejó que
empezara dando a conocer sus ideas a un pequeño público
- ¿Pero dónde podré encontrar gente que me apoye y me vea como un líder?
Preguntó Hitler
- ¡Acaso no conoces la sala de reuniones en el sur de Berlín! Respondió Román
muy exaltado por la pregunta de Hitler
- ¿No, es este un lugar importante?
- Si, pues a las 10 pm se reúnen todas las personas que se encuentran en contra de la
política en Prusia, intentan “cambiar el mundo”: Dijo Román.
Hitler le agradece a Román por su ayuda y se despide para dirigirse a su casa, de camino
pasa enfrente de la casa de Anton y Brant y se queda detallando un poco una pequeña luz
que se observaba por un orificio que se encontraba en la entrada, sin dudarlo Hitler se
acerca y ve a Ana Frank, la pequeña niña que el día que conoció a Anton y Brant estaba
cumpliendo años, no sabía cómo reaccionar, por estar concentrado en sus ideas políticas,
(que para ese momento eran mayormente nacionalistas) se había olvidado por completo
de lo desamparada y sola que se encontraba esa niña, el cargo de conciencia y la culpa
volvieron a aparecer, Hitler estaba atormentado por las condiciones y lo mal que se
encontraba Ana y no dudo ni dos segundos en tocar la puerta, toco una, dos y tres veces y
nadie respondía lo cual era extraño ya que podía ver a Ana sentada enfrente del fuego
mirando fijamente la puerta pero sin decir ni una sola palabra
- Ana, soy yo Hitler ¿puedes abrirme la puerta? Dijo Hitler con un tono muy suave
para no asustarla
Ana se acercó a la puerta observo unos segundos y sin decir nada abrió
- ¿Viene usted a llevarme lejos de aquí? Preguntó Ana muy nerviosa
En ese momento Hitler se dio cuenta de lo mal que la estaba pasando Ana tras la muerte
de Anton y Brant y sin dudarlo Hitler la invitó a su casa a comer algo para que pudiera
descansar ya que se encontraban en época de invierno y el lugar donde se encontraba Ana
no era muy seguro, Ana aceptó y juntos se fueron a la casa de Hitler que se encontraba
una cuadra adelante
- Adelante, mi casa es tu casa. Dijo Hitler
- Muchas gracias señor Respondió Ana
- Siéntate, te traeré algo de beber y un poco de pan, la chimenea está encendida por
si quieres calentarte
Hitler se dirigió a la cocina y le sirvió un vaso de chocolate con un pan
- Toma, come un poco
- Muchas gracias señor
- No tienes por qué decirme señor, tú puedes llamarme Hitler
Ana se quedó observando hacia los alrededores y vio un diario al lado de la chimenea, un
pequeño pedazo de papel con fuego estaba rozando la superficie del libro que está a
punto de quemarse, Ana rápidamente se lo agarro para evitar que se incendiara, lo limpio,
le quitó las cenizas y con curiosidad lo abrió.
(Imagen)
´´Un nuevo comienzo´´ decía en el centro de la primera página del diario, era un diario
rojo, pequeño y se veía desgastado, Ana Frank sin dudarlo paso de página donde se
encontraban plasmadas todas las ideas de Hitler, lo que quería hacer por Prusia, como un
movimiento nacionalista haría de Prusia un mundo mejor, ella se encontraba tan
concentrada leyendo lo poco que encontró que no se dio cuenta que oscureció, ya no
podía salir , era imposible salir con tanta nieve afuera, así que decidió esperar mientras
seguía leyendo el diario a que dejara de nevar tanto para poder irse de ahí.
Hitler observó como Ana estaba encantada con sus ideas y se le vino a la cabeza que
niñas como ella podían ser el inicio de su gran plan para el gran partido nacionalista,
aunque en ese momento Hitler solo pensaba que no podía cometer el mismo error que
cometió con Anton y Brant, no podría dejarla sola, él iba a cuidar de ella para que no
tuviera el mismo destino y que así ella pudiera crecer tranquilamente.
Luego de un rato Ana se quedó dormida frente a de la chimenea con el diario en el mano
abierto en una página en blanco, Hitler se acercó a ella, recogió el diario y lo puso en la
mesa que se encontraba en frene de la chimenea, recostó a Ana en el sofá, la arropó con
una sábana y la dejo dormir.
A la mañana siguiente cuando Hitler despertó ella ya no estaba, naturalmente, Hitler se
asustó porque no podía perderla, no estaba dispuesto a dejarla desamparada, nunca más.
Hitler pensó en los posibles sitios en los que podría estar y recordó que, normalmente,
ella iba a su casa, la cual quedaba pasando las montañas, así que, Hitler sin meditarlo un
minuto más se dirigió a su casa. Cuando llegó, lo primero que hizo fue tocar la puerta,
pero estaba abierta y vio su diario en un pequeño butaco al lado de Ana, sin darle
importancia Hitler saludo y le dijo:
- Ana después de mucho analizar quiero hacer un trato contigo que espero que
aceptes, a mí me gustaría saber si quisieras vivir en mi hogar para cuidarte,
alimentarte e instruirte en lo que necesites.
- Yo te enseñaré lo que necesitas para poder salir adelante y triunfar en unos cuantos
años.
Ana muy sorprendida se quedó muda, pero en su cabeza pensaba en todo lo que había
leído y lo interesada que estaba en esa forma de pensar que tenía el señor Hitler
- Está bien acepto, pero como condición quiero ir a la escuela y aprender sobre estas
cosas que escribiste en tu diario, no puedo entender muy bien lo que dice, pero sé
que están relacionados con el poder, me gustaría mandar a las personas para que
cuiden mi lujosa casa, con muchos cuartos, comida…
Ana Frank se puso a divagar en sus pensamientos, y, Hitler como no era muy
paciente, decidió frenar la conversación:
- Si, yo te enseño todo eso, ¿deseas algo más?
- Una cosa más… Siempre he querido ir a esos grupos en el sur de Berlín, ese de las
10 pm he escuchado mucho de ellos (Respondió Ana con una voz firme que Hitler
nunca había escuchado)
- Sin más que decir, vivirás conmigo y te enseñaré a vivir.
Luego de algunos meses de convivir Hitler vio que las hojas en blanco que había dejado,
Ana las había usado y estaba escribiendo sus propias ideas, pues para este momento, Ana
ya sabía leer y escribir muy bien, Hitler se alegró de su trabajo en el tiempo que llevaban
conviviendo juntos, por esta razón, decidió darle un presente:
- Mira Ana, esto ahora es tuyo, úsalo para escribir todo lo que pienses y hagas, haz
que esta libreta tenga un registro de tu vida.
Ana observó l diario en el que había estado escribiendo y vio como la portada ya no
era una simple carátula roja tenía un título en negro que ocupaba toda la hoja el cual
Hitler decidió llamar:
“EL DIARIO DE ANA FRANK”
Capítulo V: El Nacionalsocialismo
Al principio Ana tenía sus dudas de si vivir con Hitler era una buena idea, pero al pasar
unos 6 años empezó a encantarle eso de tener a una persona que se interesaba en ella al
punto de enseñarle bastantes cosas, pues Ana había aprendido mucho de sociales y del
país en general. Hitler no perdió el tiempo, pues en cada oportunidad que tuviese, inculca
sus ideales de la manera más directa posible. Cada enseñanza que Hitler le hacía a Ana,
era algo que lo anotaba en su diario con mucho anhelo para que algún día el mundo
entero supiera que aquellas ideas nacionalsocialistas fuesen los que iban a regir en los
próximos años, o eso quería creer ella, la primera vez que fue al grupo del sur de Berlín,
hace 1 año, había sido demasiado emocionante para Ana ya que por primera vez vio a
personas que pensaban muy parecido a Ana pensaba y no eran iguales a las demás
personas que siempre eran corrientes y conservadores con temas como la política, fue en
este encuentro que Ana se dio cuenta que ella quería ser liderar Prusia, encontró eso que
la motivaba a diario y la hizo mucho más feliz. Aunque Hitler conocía los ideales de Ana,
decidió no mencionarlo, pues creía que así era mejor, el enseñándole todo lo que sabía y
todos sus ideales, y Ana replicándolos como si Ana fuera la primera que pensara en esto,
en cierta forma, esto hacía que Ana fuese más creativa y que fuera muy crítica con todas
las cosas que hacía, por eso ni Hitler preguntaba lo que escribiese, ni ella lo compartía
con él, teniendo más ideas de como gobernar algún día pero eran ese tipo de cosas que
prefería guardarse para Ana misma y no compartirlas con alguien más que no entendería
sus escritos como ella lo hacía.
Ana amaba la escuela, amaba aprender y aún más amaba llegar a casa a contarle a Hitler
todo lo que había aprendido, empezó a tener una conexión y un amor muy grande con
todo lo que era el nacionalsocialismo hasta el punto en el que su mayor sueño se convirtió
en que aquel partido fuera el que prevaleciera en el mundo entero, claramente siendo ella
la que lo comandaba.
Por su parte Hitler, ya estaba iniciando su plan para postularse Prusia con un nuevo
partido, hasta ahora estaba enseñando sus ideas a más personas jóvenes que le
interesaran, tal cual, siguiendo los consejos de Román, por lo menos con eso a la hora de
lanzarse ya tenía cierto público en el ámbito político y no iba a ser tan difícil su lucha
contra el partido conservador nacionalista.
Pasaron los años, y junto a Hitler, Ana decidió que debían empezar a crear su partido
político, para así, poder incursionar en la política. Hitler emocionado, principalmente por
haber sido capaz de inculcar y arraigar sus ideales en una persona, por esa razón Hitler le
menciona:
- Ana, como sabes, yo he estado moviendo algunos hilos, y desde que estoy contigo
he empezado a crear algo que te va a gustar, y sé que estando de segunda al mando
vas a poder ser una mujer sobresaliente en la política.
- ¿En serio?
- ¿Vamos a tener nuestro partido político? Preguntó Ana
- Si, te estaba esperando para darle el nombre indicado.
Hitler le entregó a Ana un papel en el que tenía todo lo concerniente al partido político.
- Nazi, se va a llamar partido Nazi.
- Me gusta el nombre, porque es una abreviación de Nacionalsocialista en Alemán.
Mencionó Hitler
Para ambos fue difícil llegar al poder ya que el canciller del momento se oponía a que
Adolf Hitler y Ana Frank fueran los líderes de toda Prusia, tuvieron que mover cielo y
tierra para convencer a todo un país de que aquel partido sería el que iba a cambiar toda
la situación del país y situaciones futuras, pero a pesar de todo lo lograron, después de un
año de mucho trabajo, de estudiar hasta tarde, de asistir al grupo del sur de Berlín en altas
horas de la noche, de convencer a muchas personas que sus ideales eran los correctos y
era el cambio que necesitaba el país, por fin el 30 de enero de 1933 nombraron a Adolf
Hitler como canciller de la nación y por primera vez en la historia se nombró a una mujer
muy joven como vicecanciller, y fue así como inicia todo el comienzo del final.
Ana no dejaba de pensar que Hitler era lo mejor que le había pasado en su vida, gracias a
él recibió una educación, pudo superar la muerte de Anton y Brant, salió de su
enfermedad y depresión por él, salió de su miserable vida y ahora estaba viviendo gracias
a su sueño más grande y llegar a su mayor logro que fue convertirse en la primera
vicecanciller más joven de la nación, ella no podía estar más feliz.
Por su parte Hitler estaba bastante satisfecho ya que aquellos consejos que recibió de
Román y el gran apoyo del grupo del sur de Berlín hizo que por fin lograra algo grande
en su vida, lo que siempre fue su sueño desde que inició sus estudios, por todo lo que
había trabajado en los últimos años y que por fin llegó a ser el oficialmente canciller de
Prusia. Pero no todo era tan alegre para los dos, ahora se venía la parte más complicada
de su estrategia de gobierno, lo que realmente determinaría si todas esas ideas, todo el
estudio y el esfuerzo que pusieron en ello podía llegar a pasar, ¡y claro que iba a pasar!
Ambos estaban empeñados en eso, tenía que ser posible, ninguno se iba a rendir hasta ver
frutos de aquello con lo que siempre soñaron.
Al pasar el tiempo Hitler gracias a su gran poder de convencimiento por sus discursos
políticos, convirtió a Prusia en un país fuertemente nacionalista, lleno de militares en
todas partes, anticomunista, anticapitalista y eliminando de la vida cotidiana de los
prusianos todo lo que Hitler consideraba nocivo para el pueblo, para el todo el plan estaba
marchando a la perfección pero para Ana todo se había tornado oscuro ya que ella era
quien redactaba los grandes discursos políticos que Hitler solo leía en frente de todo un
país para convencerlos que la gran verdad la tenía este partido, pero ella no recibía
ningún mérito por esto, ella fue la que dio la idea de prohibir las acciones nocivas para el
pueblo y poner militares en todo el país pero fue Hitler quien se llevó el mérito de todo,
nadie reconocía el gran esfuerzo que realizaba Ana mientras que Hitler realmente solo le
pedía exigencias a Ana para que ella realizara todo el trabajo duro y con bastante
esfuerzo.
Lentamente Ana empezó a cansarse de toda esta situación pero ella no quería ser tan dura
y cruel de simplemente darle la espalda a Hitler quien fue el que le dio todo en la vida, no
quería verse tan desagradecida ante él, por tomar una decisión a sus espaldas y
posteriormente dejarlo solo, ella prefería hacer las cosas correctamente y hablarle en la
cara todo lo que estaba haciendo mal y como todo lo que estaba haciendo iba en contra de
las cosas por las que ambos lucharon tanto, así que se armó de valor y se le acercó a
decirle:
- Señor necesito hablar con usted de un problema que ha venido ocurriendo desde
que todo el plan de gobierno hacia Alemania inicio. le dijo Ana mirándolo a los
ojos y con cara muy seria
- Dime Ana, ¿no pudiste terminar mi siguiente discurso? Le preguntó Hitler en un
tono muy arrogante
- No señor, lo que pasa es que usted realmente no está aportando al trabajo difícil de
este trabajo, soy yo junto a más personas los que nos estamos matando haciendo
todo lo que usted debería hacer, y lo peor de todo es que enfrente del país no
recibo ningún mérito al respecto y todos creen que por ser una mujer joven este
puesto que se me fue asignado no es para mí cuando ambos sabemos que es el
trabajo para mí y debería ser mayor y más reconocido.
- ¿Dices que no hago nada? ¿Qué merezco un puesto menor? ¡Calla niñita si yo fui
quien creó todo! Te di algo en la vida, te creí y ahora dices que no hago nada. Soy
yo quien les da la cara a todos los prusianos tú solo redactas e impones. (le dice
Hitler muy alterado y demeritando todo el trabajo de Ana)
- ¡Entonces el plan era ese!, engañarme sobre que estábamos juntos en esto para que
después solo siguiera su propio plan haciendo nada y se llevara todo el crédito de
años de estudio de ambos, si es así entonces ya veremos en que termina esta
historia.
Ana se va furiosa, pensando que realmente él no quería ningún bienestar para ella,
sino que quería aprovechar su ingenuidad e inteligencia para lograr aquello que él
tanto quería pero que sabía en el fondo que solo no era capaz, cosa que a Ana Frank
no le iba a quedar grande y que ella sí podía hacerlo a su manera.
Y es así como Ana le da inicio a su gran sueño, ser la líder suprema de Prusia
demostrándole a todo el mundo y en especial a Hitler de lo que ella era capaz de hacer
sola, iba a lograr cosas muy grandes y lo iba a lograr sola, Hitler iba a caer por mérito
de Ana y ella por fin lograría llegar al puesto que siempre se mereció y por el cual
trabajo tan duro, en este punto ya no le interesaba la gratitud hacia él ni le importaba
darle la espalda de esa forma tan cruel como lo pensaba hacer, quería dejarlo solo y
era lo único que le interesaba, quería demostrar que era mejor y que el ingenuo y
estúpido fue el por perderla y por darle todo lo que necesitaba para superarlo a él y
superarse a ella misma.
Al día siguiente Hitler estaba esperando la llegada del hermano de Brant para contarle
todo el plan que había pensado y analizado toda la noche, no sólo para vengarse de Ana si
no para afectarla a tal punto que saliera del juego.
En ese preciso momento tocan la puerta de la casa y se dirigen a abrirla.
Buenos días Hitler, que pena no haber venido ayer en la tarde, me sucedieron algunas
cosas…. – Dijo el hermano de Brant
- Buenos días, no se preocupe me dio tiempo de pensar más allá mi plan para el cual
lo necesito a usted – Dijo Hitler invitándolo a sentarse junto a él-, por cierto, se me
hace necesario saber su nombre
- Claro, mi nombre es Kahn, dígame en qué le puedo ayudar
- Perfecto, pero tenga claro que desde este momento se llamará Brant, como su
hermano – dice Hitler sacando una libreta donde anoto todo el proceso de su
venganza
- No le estoy entendiendo muy bien señor
- Cómo cree que va a poder entender si ni siquiera le he explicado, y ya le dije ayer
que me llame Hitler.
Con su mirada puesta en la libreta, Kahn empezó a escuchar todo el meticuloso plan que
tenía Hitler, el cual empezaba en hacerlo una figura pública culpando a Ana Frank por
robarle sus ideales y cometer plagio hacia ellos, pues todo lo que estaba haciendo Ana,
anteriormente lo habían pensado con “Brant” cuando eran niños, ya que querían subir al
poder mutuamente. Pero Ana se dejó llevar por la avaricia, el poder y todas aquellas ideas
nacionalistas que llevaron a nuestro país al conflicto, robó las ideas guardadas de un
diario, el cual es el famoso diario de Ana Frank.
- Señor Hitler tengo algunas preguntas – dijo Kahn totalmente confundido por toda
esta locura – ¿Cómo la gente me va a creer que soy Brant, si se supone que está
muerto?
- Porque a tu hermano no lo conocía nadie, ni siquiera estaba registrado como
ciudadano. Las únicas personas que saben que el murió son Ana, Román y yo
- Por eso mismo, si Ana descubre esto, nada funcionará.
- Pero, ¡claro que va a funcionar!, deja te muestro como – Le dijo Hitler dirigiendo
de nuevo su mirada a la libreta
Hitler le explica que Ana lo primero que pensará es que su querido Brant está muerto, lo
cual es una locura que siga vivo, no entenderá la situación y tú al acusarla se sentirá
encerrada, querrá explicar la situación, pero la gente pensará que está loca y dejaran de
seguir, dándonos a nosotros todo el control de los altos puestos.
Luego, Hitler para y mira a los ojos a Kahn y le dice:
- Luego de alcanzar el poder, públicamente me otorgarás el más alto mando y tu
cargaras con puesto de vicecanciller y hay comenzaremos mi segundo plan
- ¿Cómo que segundo plan? – pregunta Kahn desorientado
- Por el momento no es importante, tan solo cuando ya tengamos el poder lo sabrás
Hitler mira su libreta y luego mira a Kahn, esperaba que él fuera perfecto para este plan.
Lo único que quedaba era saber qué hacer con Román para que no exponga la verdad
sobre Brant, pero de eso se encargaría otro día.
Hitler se levanta de su asiento y le extiende la mano a Kahn para pactar su unión.
- Espero poder confiar en usted – le dice Kahn
- Yo también digo lo mismo, los de tu raza suelen ser traidores- dice Hitler con una
sonrisa maliciosa
- No entiendo qué quiere decir, ¿Cómo así los de mi raza…?
- Kahn estoy bromeando, ve a tu casa ponte buena ropa te espero aquí en el
almuerzo para iniciar todo esto – le dice Hitler entre risas
Kahn sale de la casa roja, estando no tan seguro de lo que acaba de hacer pues suena
un poco loco que ayer quería saber cómo vengarse de la persona que envenenó a su
hermano y que al día de hoy este en la misma casa con el señor que lo intenté salvar y
ahora iban a trabajar juntos para vengarse de la misma persona.
Pasaron los meses, inclusive algunos años, y Kahn junto a Hitler habían llegado al poder,
pues con cada discurso que Kahn daba en las plazas, las masas eran más y más
influenciadas, el control de la nación, aunque no se lo habían dado, había sido auto
adquirido, pues nadie se negaba en ese momento, a su mandato así que de esta manera,
Hitler probo por primera vez el control de una nación, Kahn por otra parte, estaba alegre
de haber hecho lo que Hitler le había dicho que hiciera, en cierta forma Kahn lo veía
como un ejemplo a seguir.
- Tienes un discurso hoy, dijo Hitler
- ¿Es verdad, ya tienes lo que voy a decir? Preguntó entusiasmado Kahn
- Si, lo tengo desde hace un mes, recuerda que este es tu gran día, porque hoy nos
hacemos con todo Prusia y lo vamos a tener a nuestros pies.
- ¿De verdad?
- Si
Ambos estaban muy emocionados, porque para finales de 1938, muchos reporteros
decían que se avecinaba una guerra sin precedentes, porque Prusia quería empezar a
ganar más territorio, y estando en el poder, Hitler podía conducir a Prusia a la victoria, o
eso creía.
Cuando llegaron al lugar del discurso, Hitler se quedó atrás de la tarima en la que
acostumbraba Kahn a subir a hacer toda su “politiquería barata”, como la mencionaban
los reporteros que creían que podían hacer lo que quisieran. Pasadas las 6 de la tarde
Kahn comenzó con su discurso final:
- Desde hace años estamos sufriendo bajo la presión de un problema que nos
planteó el Dictado de Versalles, y que, con su degeneración y sus consecuencias,
han sido devastadoras. Danzig ha sido y es una ciudad alemana.
- El corredor ha sido y es alemán. Danzig fue separada de nosotros. Los polacos se
anexionaron el Corredor. Como en todas las regiones alemanas del Este, los
habitantes del Corredor han sido maltratados de manera intolerable.
- En 1919 y 1920, más de un millón de hombres con sangre alemana tuvieron que
abandonar su patria. Como siempre, intenté obtener una modificación de este
intolerable estado de cosas por medio de proposiciones de revisión pacífica. Es
una mentira, cuando en el extranjero se declara que nosotros nos servimos sólo de
presiones para obtener nuestras reivindicaciones.
- Ustedes ya conocen mis proposiciones, en las que exponía la necesidad de
restablecer la soberanía del Reich sobre los territorios alemanes. Es igualmente
imposible decir que el que, en una situación como esta, toma una iniciativa de las
revisiones, comete una infracción de la ley, porque para nosotros, los alemanes, el
Dictado de Versalles no es una ley.
- Por todo eso, estoy dispuesto:
- Primero, a usar toda mi voluntad para resolver la cuestión de Danzig.
- Segundo, poner toda mi voluntad para resolver la cuestión del Corredor.
- Tercero, estoy decidido a que se modifiquen las relaciones germano-polacas de
manera que ambos pueblos vivan en una relación pacífica.
Estoy resuelto a continuar esta lucha hasta el fin, hasta que el Gobierno polaco actual u
otro Gobierno polaco esté dispuesto a establecer estas condiciones.
No habrá en Alemania ninguna privación que yo no sufra personalmente. Seré el primer
soldado del Reich alemán. Me he puesto el uniforme que me ha sido siempre más
querido y sagrado, y no me lo quitaré hasta después de la victoria, a no ser que no pueda
ver el fin de la lucha.
Los vítores y gritos de emoción no se hicieron esperar, todas las personas que estaban en
la plaza se conmocionaron con las palabras dichas por Kahn, ellos creían que el cambio
nunca llegaría, solo tenían que esperar.
- Kahn, lo hiciste perfecto, todo el mundo te ama, el poder al fin es nuestro. Ahora
tenemos que lidiar con los problemas venideros, pues tenemos que aliviar
tensiones de alguna manera con los demás países.
- Cierto, no podemos continuar dejando que todo se quede en palabras, mencionó
Kahn
- Para eso tenemos que comenzar los diálogos con Polonia y con los demás países,
además tenemos que enfrentarnos con la unión europea.
De esa manera, se sentaron las bases del evento que marcaría la historia de la nación.
Capítulo XXI: ¿Era todo verdad?
Kahn y Hitler seguían planeando su plan de acción, cuando una granada cayó como si
fuera enviada del cielo. Ellos no entendían, simplemente se quedaron pasmados, y la
granada explotó, en ese momento, Hitler se levantó de la cama, sin entender qué había
pasado, ¿todo eso era real?, ¿estuvo a cargo de una nación?, conoció a todos los que
creyó conocer?, Hitler no podía saber con certeza, pero una cosa era cierta, lo que sea que
eso haya sido, se sintió demasiado real. Comienza a hacer su rutina diaria, desayuna, se
baña, se cepilla los dientes frente al espejo, pero en ese momento, él se da cuenta que se
veía muchísimo más joven, al menos de unos 26 años de edad, pero. eso quiere decir que
todo fue un sueño?
Hitler, desesperado, prendió su radio y escucho las noticias:
“En primicia, el canciller alemán ha firmado el tratado de Versalles, podemos afirmar que
Prusia ha perdido la guerra”
Hitler se encontraba anonadado, atónito por lo que acababa de escuchar, tanto, que
simplemente enloqueció, empezó a romper todas las cosas de su casa:
- ¡¿¡COMO QUE NO ERA VERDAD!?!
- ES IMPOSIBLE QUE NO FUESE CIERTO, YO LO VI TODO
- ¿COMO ES POSIBLE QUE PENSASE QUE HABÍA OTRA GUERRA
MUNDIAL?
QUIENES SON ANA FRANK, BRANT, ANTON, ROMAN, ¿KAHN?
- ¿¿ELLOS EXISTEN??
- ¿SOY REAL?
- NO PUEDO VIVIR ASI…
Después de unos 15 minutos de pensamientos y sentimientos encontrados, Hitler decide
acabar con su vida, pues no valía la pena vivir así, por lo que agarró un cuchillo, lo
empezó a afilar, escribió todo lo que ocurrió en el sueño y se pegó la nota a su cuerpo:
- Pensaran que estoy loco, pero quien sea que encuentre esto, por favor, publíquese
en la editorial prusiana, estos acontecimientos puede que les sirva a los más
jóvenes a que soñar en exceso está mal, yo no merecía todo este sufrimiento, no
merecía sonar que tenía familia que cuidar, no lo merezco, enserio…
Hitler simplemente pasó el cuchillo por su cuello con la parte más afilada,
instantáneamente empezó a gritar del dolor, pero la sangre que brotaba era tanta, que no
podía decir ni hacer nada, y así, al cabo de 15 minutos, Hitler falleció dejándonos este
relato que perdurará hasta el fin del mundo.