Está en la página 1de 4

UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO

FACULDAD DE CIENCIAS ECONOMICAS

ESCUELA PROFESIONAL DE ADMINISTRACIÓN

DERECHO EMPRESARIAL

AUTORES:
CUEVA URIOL, ANNY
DIESTRA POLO, WILLIAM
LONGARAY CASIQUE, LUCIA
PRETELL GUZMAN, ERICK
SACHÚN AZABACHE, HENRY
VARGAS REYES, LAURA

ESCUELA DE ADMINISTRACIÓN – II CICLO

DIRIGIDO

SHEYLA LISSET VILLENA VENEROS

Perú – 2021
¿Cómo afectó la COVID-19 en las empresas?

Esta pandemia se origina en noviembre del 2019 en la ciudad de Wuhan, el


31 de diciembre del 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS)
recibió reportes de presencia de neumonía, de origen desconocido, en la
ciudad de Wuhan, en China.

Rápidamente, a principios de enero, las autoridades de este país


identificaron la causa como una nueva cepa de coronavirus.

El primer caso de COVID-19 en Perú fue confirmado el 6 de marzo del


2020 en la ciudad de Lima; cuando un hombre de 25 años que había
viajado a Europa dio positivo.

Las políticas de confinamiento en Perú por la pandemia fueron


establecidas el domingo 15 de marzo del 2020 debido al número del
crecimiento de casos, esta medida fue anunciada junto con el estado de
emergencia donde se impuso el cierre total de las fronteras y el transporte,
entrando en vigencia el día lunes 16 de marzo del 2020.

Actualmente las empresas afrontan la actual crisis del COVID-19, es por


ello que están buscando acciones inmediatas, lo cual les permita afrontar y
proteger los resultados a mediano y largo plazo.

A raíz de este contexto, los principales desequilibrios surgen por las


nuevas necesidades de los sistemas de salud, posibles cierres de
empresas, comercios y centros educativos, también de manera general
existe una reducción significativa en la productividad de un país o una
región.
Los empresarios y empleados que probablemente han tenido un mayor
impacto negativo en sus finanzas han sido los pertenecientes al comercio
de servicios turísticos y entretenimiento, al ser un foco evidente de contagio
masivo fueron los primeros en ser estancados.

En este momento las empresas se están enfrentando a diversos riesgos


estratégicos y operacionales, como el retraso o la interrupción del
suministro de materias primas, los cambios en la demanda de los clientes,
el incremento de los costes, las reducciones logísticas que provocan
retrasos en entregas, los problemas de protección de la salud y la
seguridad de los empleados, la insuficiencia de mano de obra o las
dificultades relacionadas con el comercio de importación y exportación.

La desaceleración económica provocada por la pandemia ha tenido un


profundo impacto en las empresas y los empleos. Sobre todo en las
pequeñas y medianas empresas de los países en desarrollo ya que se
encuentran sometidas a una intensa presión, dado que más de la mitad de
ellas están en mora o probablemente lo estarán dentro de poco tiempo.

Las restricciones sociales han generado la suspensión, total o por aforos


reducidos de un porcentaje de capacidades que se vieron obligados a
implementar los protocolos de bioseguridad de muchas actividades
productivas. Este efecto ha sido más fuerte en sectores cuyas actividades
implican aglomeración y cercanía física como por ejemplo; turismo,
espectáculos, hoteles y restaurantes, transporte y servicios personales han
sido los que se han visto afectados en este tiempo, mientras que ha sido
menor en aquellos que se han considerado indispensables los productos
de primera necesidad alimentos, desinfectantes, artículos de limpieza,
medicamentos e insumos y equipos médicos.
Pero no dejemos de lado el tema de los colaboradores ya que a
consecuencia del COVID-19 muchas empresas quebraron y dichas
compañías se vieron en la obligación de reducir el personal que tenían a
cargo, es por ello que de cada 10 personas solo 3 siguen conservando su
trabajo y el resto fueron despedidos por distintos aspectos que afectaron a
la empresa o negocio donde laboraban.

A consecuencia de esto, los colaboradores se vieron obligados a buscar


nuevos empleos, pero estos son escasos, es por eso que muchas
empresas han abusado de que las personas buscan un empleo por
distintos factores o necesidades y no respetan sus derechos laborales que
tienen como colaboradores de una empresa.

A raíz del desempleo muchos colaboradores optaron por buscar empleos


informales. Según estadísticas del INEI, entre abril del año pasado y marzo
de este año, el empleo informal en el área urbana se incrementó en 5.1%,
incorporándose 418 mil trabajadores al sector informal nacional.

La llegada de la pandemia trae consigo un replanteamiento de muchos de


los aspectos que lleva a cabo una empresa, como la adopción de
teletrabajo y trabajo en casa, lo cual puede acelerar la introducción de
tecnologías.

Después de abordar los aspectos previos, durante y posterior a la


pandemia, se hace necesario revisar y releer todos los aspectos que como
organización se han llevado a cabo, es un cambio que ha llegado para
quedarse, es decir, que cada empresa debe moverse a un redescubrir e
innovar sus formas de trabajo, necesidades básicas, autocuidado y cuidado
del medio ambiente.

También podría gustarte