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Proyectos de Vivienda Social y La Política de Subsidios
Proyectos de Vivienda Social y La Política de Subsidios
El mercado del suelo no está regulado en Chile y tampoco en América Latina, por
no existir mecanismos adecuados que legislen sobre las condiciones de oferta y
demanda. En casos excepcionales, la legislación vigente y los instrumentos de
planificación (Planes Reguladores con límites urbanos establecidos) disponen de
medidas reglamentarias para aplicar en determinados sectores urbanos las
acciones de bien común, orientadas a modificar el uso del suelo con decisiones para
enajenar bienes inmuebles, que son adquiridos por expropiación, resolviendo de
esta forma, dificultades existentes en el funcionamiento de la infraestructura.
Existen otras necesidades de los programas habitacionales o de servicios, que
operan las adquisiciones de terrenos a través de contratos de compraventa por
expropiación. Las acciones se realizan a través de la compensación económica al
dueño de la tierra, que garantiza el precio del bien al valor de mercado al momento
de la transacción.
2,10
1,89
1,62 1,52
0,50
4,10
6,20
El mercado del suelo depende de varios factores, entre los cuales se identifican los
siguientes:
La localización de los terrenos como variable territorial, comuna, sector, calidad del
medio ambiente, ventajas comparativas.
Proyectos de desarrollo que condicionan el mercado del suelo, como los planes de
inversiones en sub centros de equipamientos, construcciones de grandes núcleos
comerciales o Mall, con agrupaciones de diversos locales a nivel comunal, los
programas de mejoramiento del transporte público, especialmente en la ampliación
de vías del Metro, las inversiones concesionadas de carreteras expeditas, los planes
de expansión en las redes de servicios básicos ( matrices de agua potable,
colectores de alcantarillado, canalizaciones de gas domiciliario, líneas de
electrificación, sistemas de comunicaciones), centros educacionales,
construcciones de centros hospitalarios, desarrollo de áreas verdes y parques en
las zonas urbanas, etc.
La Ocde destacó a Alemania, Turquía, Chile e Israel como los únicos -de los 34
países que componen la agrupación- en reducir sus cifras de desempleo entre el
primer trimestre de 2008 y el último cuarto de 2012. Chile redujo su tasa en 1,4
punto porcentual. En el otro extremo, Grecia y España exhiben alzas de dos dígitos
en el mismo período
Estadísticas de la OCDE y su repercusión en los niveles de desigualdad:
Los países han aumentado la brecha entre ricos y pobres en el primer mundo. Pero
Chile, aunque ha mejorado levemente con respecto a los años ochenta, es el país
con mayor desigualdad en la distribución del ingreso.
Con respecto a los 27 países del primer desarrollados que componen la OCDE, la
brecha ha aumentando considerablemente, siendo el Reino Unido el país que más
acrecentó su diferencia en la distribución de ingresos.
En la actualidad nuestra región tiene una baja disponibilidad de terrenos con costos
accesibles sobre los cuales la Entidades Patrocinantes, Empresas Constructoras,
Grupos Organizados pudieran desarrollar proyectos habitacionales del Programa
F.S.E.V. La disponibilidad de terrenos está dada principalmente por la cartera que
dispone el Ministerio de Bienes Nacionales, los cuales son escasos dentro del radio
urbano (con factibilidades sanitarias y eléctricas), y con un condicionante del precio
que puede ser muchas veces prohibitivo o altamente influye en la factibilidad
económica del proyecto de acuerdo a los montos de subsidios disponibles.
La situación de los altos precios de los terrenos y los bajos montos de los subsidios,
han hecho a su vez que las Entidades Patrocinantes bajen el interés por participar
de nuestros procesos de viviendas, pues cada vez les es más difícil organizar y
formular proyectos asociados a familias vulnerables, de clase media o emergente.
Es conveniente acotar el hecho de que las familias que han recibido su subsidio
mantienen sus ilusiones intactas, las cuales podrían verse truncadas por la baja,
hasta ahora, disponibilidad de proyectos para adscribirse.
Durante los últimos 20 años, con una política habitacional centrada en lo cuantitativo
por sobre lo cualitativo, Chile logró avanzar enormemente en la reducción del déficit
de vivienda. Según cifras de la Casen 2011, se logró reducirlo de 949 mil viviendas
en 1990 a 495 mil en 2011.
Si bien este proceso podría ser catalogado como exitoso, a su paso dejó un
considerable déficit cualitativo, entendido como viviendas o conjuntos
habitacionales que presentan serios problemas en su calidad constructiva, tamaño,
acceso a servicios, conectividad interna, áreas verdes, equipamiento, etcétera,
siendo los conjuntos de vivienda social en altura los que presentan las situaciones
de habitabilidad más críticas a nivel nacional.
Según un reciente catastro realizado por el Minvu, en nuestro país existen 261.240
unidades de vivienda social en altura, agrupados en 1.904 conjuntos. Las regiones
de Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins y Biobío concentran el 86% de estos
departamentos. Sobre este universo y utilizando criterios de focalización tanto de
escala habitacional -tamaño del conjunto, superficie de la vivienda y antigüedad-
como criterios de calidad urbana y social, se han identificado aquellos sectores
donde la rehabilitación es prioritaria. Son 55.768 departamentos en 60 conjuntos en
las regiones antes mencionadas. Lo más grave es que en muchos casos, además
de las pésimas condiciones de vida, se concentran en ellos graves problemas
sociales, como altos índices de drogadicción, violencia intrafamiliar, delitos graves,
etcétera.
Pese a estos datos, hoy el 34% de los subsidios para familias vulnerables se
concentra en aquellas encabezadas por menores de 30, lo que, según diversos
análisis del Minvu, explica que haya muchas viviendas sociales arrendadas, debido
a que estos grupos tienden a cambiarse de casa o de ciudad, en búsqueda de
mejores perspectivas laborales.
Justamente esta paradoja fue la que inspiró al Minvu para crear el nuevo programa
de apoyo al arriendo, que debutará en septiembre de este año con 10 mil beneficios
en todo el país. El nuevo subsidio entrega 3 UF ($68.559) por tres años, que
decrecen a 2,5 UF ($57.133) por otros dos para familias de hasta 30 años que
necesitan un hogar, pero no necesariamente una propiedad. Esto, debido a que por
sus variables escenarios laborales, suelen cambiarse de casa para estar más cerca
de sus nuevos trabajos, que en muchos casos están en otras regiones.
Según estimaciones del Minvu, se trata de 145.138 hogares que son potenciales
beneficiarios.
Este aporte se complementa al pago de arriendo de cada familia, que tendrá un tope
de $200 mil para viviendas de entre 600 UF y 1.300 UF de avalúo. Está pensado
para familias jóvenes, emergentes y vulnerables que hoy no tienen claro dónde van
a vivir, pero que recibirán un apoyo para tener movilidad y una mejor localización
dentro de la ciudad. En suma, es un mecanismo de integración social importante.