Está en la página 1de 6

EXTRACTO DEL RESUMEN SOBRE LA CONSTITUCIÓN APOSTÓLICA

“MISSALE ROMANUM”
CON LA QUE SE PROMULGA EL MISAL ROMANO
REFORMADO POR MANDATO DEL CONCILIO VATICANO II
PABLO OBISPO
SIERVO DE LOS SIERVOS DE DIOS
EN MEMORIA PERPETUA DE ESTE ACTO.
ORDENACIÓN GENERAL DE MISAL ROMANO.

PROEMIO.
El Señor cuando iba a celebrar la cena pascual en la que instituyó el
sacrificio de su Cuerpo y de su Sangre, mandó preparar una sala grande (Lc
22,12). La Iglesia se ha sentido comprometida por este mandato al establecer
las normas para la celebración de la Eucaristía relativas a la disposición de las
personas, lugares, ritos y textos.

Testimonio de fe inalterada

En el nuevo Misal la oración de la Iglesia corresponde con la ortodoxia


que recuerda que el sacrificio de la cruz y su renovación sacramental en la
Misa constituyen una misma realidad.
El misterio de la presencia real de Cristo bajo las especies eucarísticas
es expresado en la Misa por las palabras de la consagración que hacen
presenta a Cristo por la transustanciación y los signos de adoración de la
liturgia eucarística.
El rito dispone la preeminencia del lugar y servicio del sacerdote lo cual
revela su naturaleza como representante de Cristo. La celebración eucarística
como acción de la Iglesia universal incluye el sacerdocio real de los fieles cuya
ofrenda espiritual se consuma en el sacrificio de Cristo.

Acomodación al nuevo estado de las cosas


El Concilio Vaticano II prestó fundamental atención al carácter didáctico
y pastoral de la sagrada Liturgia signo manifiesto en la autorización del empleo
de las lenguas vernáculas para la participación en el misterio celebrado, la
restauración de la homilía y las moniciones entre los ritos sagrados. La
participación de los fieles incluye la práctica de la comunión eucarística y la
comunión bajo las dos especies en algunos casos.

1
IMPORTANCIA Y DIGNIDAD DE LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA.

La celebración de la Misa es el centro de la vida cristiana para la Iglesia.


De tal modo se ha ordenado la celebración que permita a ministros y fieles
sacar de ella los frutos con mayor plenitud, a través del favorecimiento de la
conciente y activa participación de los fieles.
Esta participación no condiciona la eficacia y dignidad de la celebración
que es un acto de Cristo y de la Iglesia obrado por el sacerdote para la
salvación del pueblo.
Todas las formas y elementos (signos sensibles) de la celebración
deben favorecer la participación de los fieles y su aprovechamiento espiritual.

ESTRUCTURA DE LA MISA, SUS ELEMENTOS Y SUS PARTES.

I. Estructura General de la Misa.


En la celebración de la Misa Cristo está presente en la misma asamblea
congregada en su nombre, en la persona del ministro, en la palabra y en las
especies eucarísticas de manera sustancial y permanente.
La Misa consta de dos partes: la Liturgia de la palabra y la Liturgia
eucarística, las cuales constituyen un solo acto de culto.

II. Diversos elementos de la Misa.


-Lectura de la palabra de Dios y su explicación.
Cuando se leen en la Iglesia las sagradas Escrituras, Dios mismo habla
a su pueblo, por eso deben ser escuchadas con veneración. La eficacia de la
palabra aumenta con la homilía que es parte de la acción litúrgica.
-Oraciones y otras partes que corresponden al sacerdote.
Plegaria eucarística, las oraciones presidenciales: oración colecta, sobre
las ofrendas, post comunión. Moniciones y fórmulas de introducción o
conclusión previstas, explicar la palabra de Dios y bendición final. Además las
oraciones secretas.
- Otras fórmulas que se usan en la celebración.
Aclamaciones y respuestas de los fieles a los saludos y oraciones del
sacerdote, acto penitencial, profesión de fe, oración de los fieles y
padrenuestro.

2
El Gloria, el salmo, el Aleluya y versículo antes del Evangelio, el santo,
aclamación de la anámnesis, el canto después de la comunión; todos tienen
valor de rito. Y los cantos que no tienen valor de rito.
-Modos de pronunciar los diversos textos.
La voz ha de responder a la índole del respectivo texto (lectura, oración,
u otros).
-Importancia del canto.
Se debe tener en gran estima según el carácter de cada pueblo y las
posibilidades de la asamblea. Se selecciona el canto para los momentos de
más importancia: las partes que canta el sacerdote con la respuesta del pueblo.
-Gestos y posturas corporales.
La postura uniforme es un signo de comunidad, así los fieles obedezcan
a las moniciones hechas durante la celebración.
De pie: Durante el canto de entrada hasta el final de la oración colecta.
Aleluya y proclamación del Evangelio, profesión de fe, oración de los fieles,
desde la oración de ofrendas hasta el fin de la Misa.
Sentados: Durante las lecturas, homilía, preparación de dones, después
de la comunión.
De rodillas durante la consagración.
-El silencio.
Durante el acto penitencial, después de la invitación a orar, al terminar la
lectura u homilía, después de la comunión.

III. Las diversas partes de la Misa.


A) Ritos iniciales.
-Entrada.
Su fin es abrir la celebración y fomentar la unión elevando el
pensamiento hacia el misterio litúrgico. Se acompaña con el canto de entrada o
la antífona asignada.
-Saludo al altar y al pueblo congregado.
Sacerdote y ministros saludan el altar, podrá también incensarlo.
Terminado el canto de entrada hacen todos la señal de la cruz, luego el saludo
manifiesta la Iglesia congregada.

3
-Acto penitencial.
La comunidad hace su confesión general y concluye el sacerdote.
-Señor, ten piedad.
Se hace después del acto penitencial sea cantado o rezado.
-Gloria.
Con este himno la Iglesia glorifica a Dios y le presenta sus súplicas, se
canta o se recita los domingos (excepto en Adviento y Cuaresma), en
solemnidades y fiestas.
-Oración colecta.
Expresa la índole de la celebración y dirige una súplica a Dios.

B) Liturgia de la palabra.
En ella Cristo por su palabra se hace presente en medio de los fieles.
-Lecturas bíblicas.
Su lectura es oficio ministerial. Se tributa veneración especial a la lectura
del Evangelio.
-Cantos interleccionales.
El salmo responsorial se elige según el contenido de las lecturas, es
proclamado desde el ambón o el sitio oportuno.
A la segunda lectura sigue el Aleluya u otro canto (versículo antes del
Evangelio), según las exigencias del tiempo litúrgico.
Cuado hay una sola lectura antes del Evangelio, se proclama el salmo
aleluyático, el salmo y aleluya, o el versículo antes del Evangelio cuando no
hay aleluya.
Las secuencias no son obligatorias excepto en Pascua y Pentecostés.
-Homilía.
Explica la palabra en el marco de la celebración y según las necesidades
de los oyentes. Es oficio sacerdotal, se dice en todas las Misas dominicales y
de precepto con asistencia de pueblo.
-Profesión de fe.
Tiende a que el pueblo de respuesta a la palabra de Dios, se dice en
domingos y solemnidades.

4
-Oración universal.
El pueblo de Dios ruega por todos los hombres, las intenciones se hacen
por la Iglesia, los gobernantes, diversas necesidades y la comunidad local. Se
amoldan en celebraciones especiales.

C) Liturgia eucarística.
-Preparación de dones u ofrendas.
Corresponde a la preparación de la mesa del Señor con los ementos que
Cristo tomó en sus manos. Se presenta el pan y el vino (se alaba si lo hacen
los fieles). El sacerdote o diácono los dispondrá pronunciando las fórmulas
establecidas. En este momento se pueden aportar ofrendas para los pobres o
la iglesia que se colocan en un sitio oportuno fuera del altar. Acompaña el
canto del ofertorio. Las ofrendas y el altar pueden ser incensados, luego el
sacerdote y los fieles sucesivamente. Luego se hace la oración sobre las
ofrendas.
-Plegaria eucarística.
Es una plegaria de acción de gracias y consagración que se hace con el
sentido que la congregación se una con Cristo en alabanza y en la ofrenda de
su sacrificio.
Sus elementos son: Acción de gracias (prefacio) por la obra de
salvación; la Aclamación o Santo y la Epíclesis que implora el poder divino para
la transustanciación. Luego sigue la Narración de la institución y consagración,
Anamnesis, la oblación, intercesiones y doxología final.
-Rito de comunión.
Sus elementos son la oración dominical con su embolismo y doxología,
el rito de la paz, el gesto de la fracción del pan, la inmixtión o mezcla (se deja
caer una parte del pan consagrado en el cáliz), el Cordero de Dios, la
preparación privada del sacerdote. Luego el sacerdote muestra el pan
eucarístico e invita al banquete de Cristo, la comunión, luego la oración en
silencio o el canto de comunión. Termina con la oración después de la
comunión.
D) Rito de conclusión.
Consta del saludo y bendición sacerdotal y la despedida.

5
OFICIOS Y MINISTERIOS EN LA CELEBRACIÓN DE LA MISA.

En la asamblea cada uno tiene el derecho y el deber de aportar su


participación según su orden y oficio.

I. Oficios y ministerios del orden sagrado.


Toda celebración eucarística legítima es dirigida por el Obispo o por los
presbíteros; si éste preside sus presbíteros concelebran; si el Obispo no
celebra aún así él preside la Liturgia de la palabra y da la bendición al final de
la Misa.
El presbítero cuando celebra la Eucaristía debe servir a Dios y al pueblo
con dignidad y humanidad e insinuar a los fieles la presencia viva de Cristo.
El diácono ejercerá su ministerio en la celebración según lo determinado.

II. Oficio y actuación del pueblo de Dios.


Procurar manifestar un profundo sentido religioso al observar los gestos
y signos corporales en uniformidad para evitar ser signo de división. El coro
favorece la participación de los fieles, o en otro caso el cantor que dirige los
cantos de los fieles.

III. Ministerios peculiares.


El Acólito instituido a quien compete la preparación del altar y de los
vasos sagrados y la distribución de la eucaristía de la que es ministro
extraordinario.
El lector es instituido para la proclamación de las lecturas de la Biblia,
excepto el Evangelio.
El salmista proclama el salmo u otro canto bíblico interleccional.
Entre los demás ministros encontramos los ministros extraordinarios de
la comunión y los monaguillos, que ejercen en el presbiterio. Fuera de este
están el comentarista que da explicaciones y avisos a los fieles, el encargado
de recibir a los fieles en a puerta de la Iglesia y los que hacen las colectas.
Conviene que haya quien prepare lo necesario para la celebración.
Todos los ministerios que estén fuera de lo propio del diácono pueden ser
ejercidos por seglares aunque no sean instituidos formalmente.

También podría gustarte