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DON QUIJOTE DE LA MANCHA, II

Capítulo I :

Don Quijote seguía en su casa bajo los cuidados de su ama y su sobrina, las cuales
pensaban que se estaba recuperando de la locura. Unos días más tarde el cura y el
barbero fueron a visitar al hidalgo. Para comprobar si aun estaba demente le dijeron que
estaban sufriendo una invasión. Don Quijote, como solución al problema, propuso que
todos los caballeros fueran llamados para luchar. Al oír esto sus amigos se dieron cuenta
de que aun estaba loco. Después tuvieron una conversación en la que don Quijote daba a
entender que pensaba salir otra vez en busca de aventuras.

Capítulo II :

El Cura y el Barbero se fueron pero llegó Sancho. Don Quijote le preguntó que cuales eran
los comentarios que de él se decían en el pueblo. Sancho responde que al caballero se le
trata de loco y que a él de mentecato. También se comentaba que don Quijote se había
puesto el “don” sin poseer grandes riquezas. Sancho le contó además que Bartolomé
Carrasco, que acababa de hacerse bachiller en Salamanca, le dijo que había visto impresa
la historia de “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”. Don Quijote al oír esto
mandó a Sancho en busca del bachiller.

Capítulo III :

Don Quijote se sorprendió mucho de que alguien hubiera escrito sus hazañas. Mientras
tanto Sancho había ido a buscar al bachiller, que se llamaba Sansón Carrasco. Al llegar a
la habitación del caballero el bachiller se arrodilló frente a él cual caballero andante de
verdad. Los dos (el bachiller y don Quijote) comenzaron una conversación acerca del libro
y ciertos errores que había cometido el autor. Sansón también comentó al hidalgo que sus
hazañas eran leídas por muchísima gente. Al final Sancho se va a su casa y el bachiller se
queda a comer.

Capítulo IV :

Más tarde continuaron la plática acerca del libro. Estaban hablando cuando escucharon a
Rocinante relinchar. Para ellos esto era un símbolo de buena suerte. Tras esto decidieron
realizar otra salida de 3 o 4 días. Don Quijote pidió al bachiller que compusiera unos
versos para despedirse de Dulcinea. Acordaron irse en unos ocho días, a condición de que
Sansón no se lo dijera al cura, al barbero, a la ama o a su sobrina.

Capítulo V :

Sancho le dijo a su mujer que iban a volver a partir y que todavía seguía en pie la
recompensa de una ínsula. Tras decirle lo de la isla iniciaron un diálogo en el que se
discutía con quien debería casarse la hija cuando fueran monarcas y que cargo ocuparía
ésta. Acabada la conversación Sancho volvió con Don Quijote para ultimar los detalles de
su partida.

Capítulo VI :

La sobrina y ama de don Quijote empezaron a sospechar que había una nueva partida
planeada. Para impedir que don Quijote se fuera comenzaron a decirle que ser caballero
andante no era buena idea; pero por más motivos y razones que le daban no consiguieron
quitarle la idea de la cabeza. Al poco rato apareció Sancho, lo cual agradó mucho a don
Quijote, que se encerró con él es su habitación.
Capítulo VII :

En cuanto entró Sancho el ama de don Quijote fue a buscar al bachiller para que impidiese
su nueva salida. Sansón le dijo que volviera tranquila a casa que ya iría él más tarde.
Mientras tanto Sancho pedía a don Quijote un salario, paro éste se lo denegó. Al rato
aparecieron el ama, la sobrina y el bachiller. Al contrario de lo que pensaban la sobrina y el
ama Sansón no vetó la salida de don Quijote sino que le animó; incluso se ofreció como
escudero. A los tres días Sancho y don Quijote partieron hacia el Toboso. Sancho llevaba
una bolsa de dinero para sufragar los gastos del viaje.

Capítulo VIII :

Decidieron pasar por el Toboso para despedirse de Dulcinea. Sancho le informa de que la
última vez la había visto recogiendo trigo. Don Quijote atribuyó este comportamiento a
encantamientos. De camino hacia el Toboso Sancho y don Quijote mantuvieron una
conversación acerca del libro y de la fama de don Quijote. Estaba anocheciendo cuando
llegaron a su destino. Don Quijote decidió esperar a que fuera de noche para entrar.

Capítulo IX :

Entraron a media noche en la ciudad en busca del palacio de Dulcinea. No lo encontraron,


porque evidentemente no existía. Como se iba a hacer ya de día acordaron que don
Quijote se escondiera en un bosque cercano y que Sancho volviera a la ciudad en busca
de la dama para traerla con el caballero.

Capítulo X :

Sancho en vez de ir a la ciudad en busca de Dulcinea se sentó en el bosque y reflexionó


acerca de la locura de su amo. Pensó que como estaba loco y sólo veía aquello que quería
ver (por ejemplo gigantes en vez de molinos) le llevaría a cualquier campesina y don
Quijote creería que en verdad era Dulcinea. Y como la aldeana huiría de ellos el caballero
lo atribuiría a un encantamiento. Así lo hizo: vio a tres campesinas y le dijo a su amo que
una de ellas era Dulcinea. Éste empezó a alabarlas y ellas salieron corriendo. Don Quijote
imputó esta reacción a un encantamiento. Tras esto partieron hacia Zaragoza.

Capítulo XI :

Iban conversando tranquilamente cuando vieron una carreta llena de personajes con
vestimentas terroríficas. En verdad estos temibles eran unos actores que habían
representado “ Las Cortes de la Muerte” y no habían tenido tiempo de quitarse los
disfraces. De repente uno de ellos con ayuda de un palo tiró a don Quijote de Rocinante e
intentó robar el burro a Sancho. Don Quijote pretendía arremeter contra los actores como
venganza, pero Sancho le quitó la idea de la cabeza al percatarse de que los comediantes
cogían piedras para tirárselas. Continuaron su camino hacia Zaragoza.

Capítulo XII :

Tras el encuentro con los actores decidieron hacer noche bajo unos árboles. Estuvieron
hablando de lo mucho que había aprendido Sancho al lado de su amo don Quijote. Tras la
plática se echaron a dormir. Al rato don Quijote se despertó al oír a un hombre hablar. Ese
hombre era también caballero andante y se hacía llamar “el Caballero del Bosque”. Se
quejaba porque su amada Casildea de Vandalia no le correspondía. Ambos, caballero y
escudero se presentaron ante don Quijote y Sancho. Los dos caballeros se pusieron a
conversar, al igual que ambos escuderos.
Capítulo XIII :

Mientras los dos caballeros se contaban sus amores los dos escuderos charlaban de las
respectivas recompensas que ambos iban a recibir. El escudero del Caballero del Bosque
dijo que a él le había prometido un canonicato. También hablaron de sus familias. Sancho
comentó que tenía dos hijos y que a la hija la iba a nombrar condesa de la ínsula.
Finalmente acabaron hablando de sus amos. Tras la conversación comieron y bebieron
algo y se echaron a dormir.

Capítulo XIV :

Mientras tanto ambos caballeros seguían hablando de sus amadas y de sus hazañas;
entre las cuales el Caballero del Bosque incluyó que había vencido a don Quijote de la
Mancha. El hidalgo al oír esto y comprobar que el otro no se retractaba le retó a un
combate. El vencido tendría que obedecer al ganador. Por fortuna don Quijote salió
victorioso del duelo. Al caer el Caballero del Bosque al suelo Sancho y su amo se dieron
cuenta que no era otro sino Sansón Carrasco, el bachiller, y que el escudero era su vecino
Tomé Celial. Don Quijote pidió al bachiller que fuera al Toboso a contárselo a Dulcinea.
Tras el incidente Sancho y don Quijote prosiguieron su camino.

Capítulo XV :

Lo que pasó fue que el bachiller había acordado con el cura y el barbero que animarían a
salir por tercera vez a don Quijote. El plan era que el bachiller ganaría en el duelo a don
Quijote y le mandaría volver a su casa. A su vez Sansón sentía enormes deseos de
venganza a pesar de que su fingido escudero lo abandonaba.

Capítulo XVI :

Continuaban su camino cuando encontraron a un hombre a caballo. Le invitaron a seguir el


camino con ellos. El hombre se llamaba don Diego de Miranda, era rico y se entretenía
haciendo buenas obras. Les contó que tenía un hijo que estaba estudiando leyes en
Salamanca pero lo dejó por la poesía. Don Quijote dijo que eso no tenía nada d malo y
comenzó a elogiar la poesía. Poco después vieron que se acercaba un carro con banderas
reales.

Capítulo XVII :

Una vez que el carro hubo llegado a la altura del caballero éste preguntó a su conductor
que cual era la mercancía que transportaba. Lo que trasladaban eran dos leones
hambrientos al rey, como obsequio de un general. Don Quijote pidió al mozo que abriera la
jaula para demostrar su valentía al no temer a los felinos. El conductor así lo hizo, pero los
leones ni se inmutaron. Con esto don Diego reafirmó sus sospechas de que el caballero
estaba loco. Tras esto don Quijote comenzó a hablar de las diferencias entre caballeros y
el ejercito de la andante caballería. A medio día llegaron a la casa de don Diego.

 Capítulo XVIII :

Allí se quedaron unos días. Don Quijote conoció en persona al hijo de don Diego, Lorenzo.
Don Lorenzo charló con don Quijote acerca de la caballería y pudo comprobar la locura del
hidalgo, aunque no negó que tenía momentos de total cordura. También hablaron de
poesía e incluso don Lorenzo leyó unos poemas a don Quijote. Al cabo de unos días el
caballero decidió marcharse, a pesar de que su escudero no quería irse.

Capítulo XIX :
Seguían su camino cuando encontraron a dos estudiantes que les convidaron a asistir a la
bodas de Camacho con Quiteria la Hermosa. Éstas iban a ser unas bodas muy
abundantes y polémicas; pues todos esperaban la reacción de Basilio, que estaba
enamorado de la prometida. Ella correspondía su amor, pero su padre no le permitía
casarse con él porque no tenía mucho dinero. De camino ambos estudiantes empezaron a
pelear por el esgrima. Llegaron al lugar donde se iban a celebrar las bodas pero don
Quijote prefirió quedarse a dormir fuera.

Capítulo XX :

Don Quijote se despertó antes que Sancho y habló del sueño de su escudero. Un poco
más tarde se despertó también Sancho. Habían empezado ya los preparativos para la
boda así que el escudero se acercó a un cocinero y le pidió algo de comer. Éste le dejó
comer lo que quisiera. Mientras Sancho satisfacía su hambre don Quijote se entretenía
con las danzas y bailes que animaban el lugar. Hasta que comenzaron las bodas don
Quijote y Sancho estuvieron conversando.

Capítulo XXI :

La boda comenzó y llegaron los prometidos. Don Quijote reconoció que Quiteria era muy
bella. De repente apareció Basilio diciendo que si no se podía casar con Quiteria se
suicidaría y acto seguido sacó del bastón una espada y se la clavó. El cura fue a darle las
bendiciones pero él lo que quería era casarse con Quiteria antes de morir. Dicho esto el
cura les casó pero según lo hizo Basilio se levantó y dijo que todo era un truco y que no
estaba herido. Todo el mundo al enterarse de la farsa quiso anular la boda, pero la novia
se negó argumentando que la boda era válida. Tras esto Quiteria, Basilio, sus amigos,
Sancho y Don Quijote se fueron hacia la aldea.

Capítulo XXII :

Don Quijote se quedó tres días en casa de Basilio. En el tiempo que estuvo en su casa
conversó bastante con él. Cuando iba a partir de esta casa don Quijote pidió a alguien que
se llevara a la cueva de Montesinos. Por el camino fueron hablando con el primo de uno
de los estudiantes, que era el que les acompañaba. Pasaron la noche en una aldea donde
don Quijote compró cuerda. Al día siguiente llegaron a la cueva. Descendieron a don
Quijote todo lo que permitía la cuerda y al subirlo éste se durmió. Al despertar empezó a
contar un montón de historias que le habían pasado, las cuales seguramente eran mentira.

Capítulo XXIII :

Don Quijote empezó a contar las historias que le habían sucedido en la cueva. Trataban
de magos y encantamientos. Sancho no se creía estas historias e incluso le provocaban
risa. Don Quijote indignado por la incredulidad de su escudero dijo que algún día podría
probar todas aquellas hazañas.

Capítulo XXIV :

Al marchar de la cueva se encontraron con un hombre que iba por tanto lanzas. Éste le
dijo a don Quijote que si quería le podía decir su sino en una venta cercana. De camino a
la posada don Quijote comenzó una plática acerca de los viejos caballeros y del modo que
son tratados. Estaba ya anocheciendo cuando llegaron a la venta, la cual no fue
confundida con castillo por don Quijote.

Capítulo XXV :
Una vez que don Quijote encontró al hombre de las lanzas éste empezó a contarle porqué
llevaba todas esas armas: las transportaba tan rápidamente porque los de su pueblo se
querían enfrentar a los del pueblo vecino ya que éstos les hacían burla. Tras la breve
historia llegó un titiritero que representaba historias. Se llamaba maese Pedro y tenía un
mono adivino. Éste les predijo ciertas cosas y tras los pronósticos se dispuso a representar
una función en honor de don Quijote.

Capítulo XXVI :

Estaba ámese Pedro representando el rescate de una dama y su persecución por los
moros cuando don Quijote, en un arrebato de locura, sacó la espada y arremetió contra los
muñecos. Más tarde don Quijote se dio cuenta del error y lo atribuyó a un encantamiento.
Al día siguiente el titiritero se fue muy pronto para no ver a don Quijote; el cual también
marchó ese mismo día.

Capítulo XXVII :

El titiritero era en realidad uno de los galeotes liberados que se ganaba la vida yendo por
pueblos y enterándose de cosas que allí habían sucedido para fingir que el mono era
adivino. Tras irse de la venta don Quijote se encontró con los del pueblo del hombre de las
lanzas. Les había casi convencido de que dejaran las armas y no se enfrentaran al los del
pueblo vecino cuando Sancho soltó un rebuzno y éstos pensaron que era una burla.
Entonces les empezaron a tirar piedras y caballero y escudero tuvieron que huir.

Capítulo XXVIII :

Prosiguieron su camino hasta una alameda donde iban a pasar la noche. De camino hacia
los árboles entablaron una conversación en la que Sancho reprochaba a don Quijote que
nunca le iba a pagar. Don Quijote indignado le dijo que era un burro y que siempre lo sería.
El pobre Sancho se echó a llorar y reconoció que era un asno. Una vez que llegaron a la
alameda se echaron a dormir. Al día siguiente reemprendieron su camino hacia Zaragoza.

Capítulo XXIX :

Tras dos días de viaje llegaron al río Ebro. En una de sus orillas había amarrado una barca
sin remos ni velas. Don Quijote se montó en ella porque tenía que rescatar a un caballero;
a pesar de las advertencias de Sancho. La corriente les condujo hasta un molino. Los
molineros, para evitar que se dieran contra las ruedas, les tiraron de la barca y fueron a
por ellos para que no se ahogaran. Los rescatadores pidieron dinero por los daños y
Sancho se lo dio. Tras esta pequeña aventura continuaron su viaje hacia Zaragoza.

Capítulo XXX :

Al día siguiente se encontraron con un duque y una duquesa. Don Quijote, como buen
caballero, presentó su respeto hacia ellos. Los duques, que eran aficionados a los libros de
caballerías, reconocieron a don Quijote porque habían leído su libro. Don Quijote y Sancho
acompañaron a ambos a su castillo porque querían pasar unos días con el caballero.

Capítulo XXXI :

Antes de que llegara a la casa de los duques los criados ya habían sido advertidos de
quien iba a ir y de cómo le tenían que tratar. Cuando don Quijote llegó a la casa fue tratado
con mucho respeto, pero en realidad se estaban riendo de él. Después de quitarse la
armadura se dispusieron todos a cenar. Don Quijote era el que presidía la mesa.
Estuvieron conversando hasta que el cura que allí estaba comenzó a tratar a don Quijote
de loco y a decirle que lo mejor que podía hacer era irse para su casa. Don Quijote muy
ofendido le contestó lo siguiente...

Capítulo XXXII :

Don Quijote en su defensa soltó un bonito discurso en pro de la caballería. El duque


prometió a Sancho que ellos le darían la ínsula que tanto anhelaba. Al oír esto el cura
reprochó a los duques que no hicieran nada por impedir la locura de don Quijote y Sancho.
También dijo que no se iría de allí hasta que no se marcharan ellos. Los duques gastaron
una broma a don Quijote lavándole la cara y fingiendo que se quedaban sin agua. Al rato
don Quijote y la duquesa se retiraron y ella le preguntó al caballero si realmente existía
Dulcinea. Don Quijote dijo que por supuesto que sí.

Capítulo XXXIII :

Mientras don Quijote se acostaba Sancho se quedó hablando con la duquesa. Ésta le
estuvo contando mentiras y él se las creyó porque confiaba en la palabra de una duquesa.
Después de hablar con Sancho la duquesa acordó con su marido gastar al caballero y al
escudero una broma que jamás olvidarían.

Capítulo XXXIV :

Los duques se llevaron a don Quijote de montería y cuando ya era de noche acamparon
alrededor de un fuego. Al rato vieron a una procesión de carros que se acercaba a ellos.
Se inventaron que en uno de los carros iba el diablo enviado por Montesinos para revelar a
don Quijote como desencantar a Dulcinea. Cuando los carros llegaron a la altura del
campamento pudieron distinguir a tres sabios que iban entronados, cada uno en un carro.
Uno era Lirgandeo, otro Alfique y el otro era el encantador Arcalaus.

Capítulo XXXV :

En el último de los carro iba Merlín el mago. Éste les dijo que la única forma de
desencantar a Dulcinea era que Sancho se diera tres mil trescientos azotes en el trasero.
Sancho se negó a hacerlo, pero el duque le dijo que si no se los daba no le regalaría la
ínsula prometida. Sancho al oír esto accedió, pero con la condición de que él decidiría
cuando se los tenía que dar, que no llegaría a sangrar y que no tenía que haber nadie que
los contara.

Capítulo XXXVI :

Al día siguiente Sancho estuvo hablando con la duquesa de que le había escrito una carta
a su mujer en la que la informaba de que pronto iría a gobernar la ínsula. Un poco después
fueron a desayunar al jardín y mientras comían entró un hombre diciendo que era Trifaldín,
escudero de la condesa Trifaldi (en realidad era un criado del duque). Este personaje
informó de que la condesa estaba fuera y quería hablar con don Quijote. Accedieron a que
ésta pasara al jardín.

Capítulo XXXVII :

Mientras esperaban a la condesa conversaron Sancho, la duquesa, y su dueña doña


Rodríguez. hablaron de la función de señoras como la condesa; de si sirven de algo o sólo
cuestan dinero a la sociedad.

Capítulo XXXVIII :
Una vez que hubo entrado la condesa y Sancho y don Quijote se hubieron presentado
ante ella la mujer, con voz ronca, comenzó a contar su historia. Ella había ayudado a la
princesa Antonomasia, hija del rey Archipiela y de la reina Maguncia de Candaya, a
conseguir el amos del caballero don Clavijo, con el que se casó.

Capítulo XXXIX :

Al enterarse la madre de ella que se había casado con alguien de menor rango social se
disgustó tanto que murió. Tras la muerte de Maguncia un gigante familiar suyo convirtió a
la chica y al caballero en estatuas de metal. También hizo crecer barba a todas las
doncellas del castillo, como venganza hacia Trifaldi por haberse entrometido. Tras contar
la historia la condesa se descubrió el rostro y mostró unas pobladas barbas.

Capítulo XL :

Después de contar la historia Trifaldi pidió que fuera a luchar contra el gigante, porque esa
era la única forma de remediar los males que había hecho. Don Quijote como buen
caballero aceptó. La condesa les dijo que el gigante Malambruno les enviaría un caballo de
madera llamado Clavileño para que les llevara volando hasta él, a 3220 leguas de
distancia.

Capítulo XLI :

Por la noche llegó el caballo de madera. Dijeron a Sancho y don Quijote que se tenían que
tapar los ojos. También les dijeron que para hacer que se moviera había que dar a una
clavija que tenía en el cuello y cuando llegasen no se podían bajar hasta que no
relinchase. Una vez que el caballero y su escudero se montaron los sirvientes de los
duques imitaron al viento para que les pareciera que se movían. Después de un rato los
dos fueron tirados al suelo. Se dieron cuenta de que había una carta en el suelo a su lado.
En ella estaba escrito un mensaje que decía que el gigante se daba por vencido. Sancho
le dijo a la duquesa que en el viaje se había quitado el pañuelo y que había visto de cera el
sol, y a las personas muy pequeñas.

Capítulo XLII :

Ni Sancho ni don Quijote se percataban de las bromas así que estas continuaron. El duque
le dijo al escudero que se preparara que le iba a llevar a la ínsula prometida. Don Quijote
al oír esto aconsejó a Sancho como debía gobernar: le dijo que no se avergonzara de su
linaje, que tratara igual a ricos y a pobres...

Capítulo XLIII :

Don Quijote sigue aconsejando a Sancho de cómo debe comer, vestir, comportarse, etc.
Finalmente le dice que gobierne bien porque si no don Quijote quedaría mal, al ser el
responsable de el mal mandato.

Capítulo XLIV :

Sancho partió junto con uno de los mayordomos del duque. Éste era precisamente el que
había hecho de Trifaldi días antes. Sancho se percató de ello y se lo dijo a don Quijote.
Por la noche, cuando do Quijote ya se iba a acostar abrió la ventana y vio a una doncella
que cantaba un romance en el que declaraba su amor a don Quijote. Éste como buen
amante que era la rechazó porque quería por encima de todo a Dulcinea.

Capítulo XLV :
Cuando Sancho llegó a la isla, Barataria, fue recibido con cariño. Le concedieron las llaves
de la ciudad y le admitieron como gobernador. Fue llevado a unos juicios. En el primero
discutían un sastre y su cliente acerca de si el último tenía que pagarle o no. Sancho
decidió que ninguno recibiría nada por desconfiados. En el segundo se disputaban unos
ducados que el propietario había prestado a otro. En el tercero un hombre y una mujer
discutían porque el hombre había forzado a la mujer y no la quería indemnizar. Al final
Sancho dio la razón al hombre.

Capítulo XLVI :

Un día se encontró don Quijote con la doncella del romance, que fingió desmayarse para
atraer la atención de don Quijote. Éste no le hizo caso pues amaba mucho a Dulcinea. La
siguiente broma que le hicieron a don Quijote fue que metieron en su habitación muchos
gatos con cencerros. Don Quijote, al oír tal escándalo, pensó que había encantadores en
su habitación. Cuando llegó a ella comenzó a dar espadazas al aire, pues estaba a
oscuras. Uno de los gatos se le subió en la cara y le arañó y mordió.

Capítulo XLVII :

En la ínsula de Sancho era la hora d comer, pero no pudo probar bocado porque llegó una
carta del duque que decía que había una conspiración contra él y no era conveniente que
comiera nada. Llegó un labrador a la mesa de Sancho y le pidió 300 ducados y una carta.
Sancho se enfadó mucho al oír esto, tanto que el médico que estaba a su lado le prometió
darle de comer.

Capítulo XLVIII :

Estaba don Quijote durmiendo cuando llegó la dueña Rodríguez y le dijo que le
necesitaba. Le contó que tenía una hija a la que el hijo de un siervo del duque había
pedido matrimonio. Ya le había pedido ayuda al duque, pero éste no se la daba. Comenzó
la dueña a meterse con la duquesa y la doncella enamorada de don Quijote y en ese
momento se apagaron las luces y empezaron a recibir pellizcos y azotes. Los agresores
salieron de la habitación, seguidos de la dueña.

Capítulo XLIX :

Sancho, en su ínsula, quiso hacer una ronda de noche para comprobar que clase de gente
había. Encontraron a un chico que dijo que nadie le haría dormir una noche en la cárcel,
no por dudar de la autoridad de Sancho, sino porque si él no quería no dormiría en toda la
noche. Se encontraron luego con una muchacha vestida de chico. Iba así vestida porque
su padre no la dejaba salir de casa. Sancho decidió llevarla a casa. Tras esa noche
Sancho aun demostraba que tenía juicio y sensatez.

Capítulo L :

Los que habían agredido a don Quijote y a la dueña eran la duquesa y Altisidora (la
doncella enamorada de don Quijote). Los duques continuaron con las bromas, pues le
mandaron a Teresa Panza una carta narrándole las hazañas de su marido. Junto con la
carta le enviaron regalos. Ésta, cuando acabó de leer la carta, fue a contarlo a todo el
mundo y el cura y Sansón se quedaron asombrados. Teresa Panza decidió mandarle
mediante el paje una carta para Sancho y otra para la Duquesa agradeciéndole todo lo que
estaba haciendo por Sancho.

 
Capítulo LI :

Sancho volvió a ejercer como juez. Se le presentó un caso en el que había un puente con
una horca. A aquél que decía la verdad le dejaban pasar, mientras al que mentía le
ahorcaban. Una vez llegó un hombre y dijo que iba a morir en la horca. Los ejecutores no
sabían que hacer, así que pidieron consejo a Sancho. Sancho dijo que dejara marchar al
hombre. Unos días más tarde Sancho recibió una carta de don Quijote con más consejos
de cómo gobernar. Éste le contestó contándole su problema con la comida.

Capítulo LII :

Don Quijote estaba dispuesto a ir a por el chico que se había burlado a la hija de la dueña
y matarle si no cumplía su palabra. El duque dijo que traería al chico al castillo. A los días
llegaron las cartas de Teresa para los duques y para Sancho. En la de los duques ponía
que tenía ganas de visitar la ínsula y la de Sancho la abrió don Quijote.

Capítulo LIII :

Era de noche en la isla de Sancho cuando le despertaron porque se había producido una
invasión. Le armaros con dos escudos y le dieron una lanza. Cuando llegó al fingido
campo de batalla se cayó al suelo sin poder levantarse. Entonces en ese momento
apagaron todas las antorchas y empezaron a pasar por encima de él. Tras la batalla
levantaron a Sancho y le felicitaron por haber luchado muy bien. Sancho sin poder evitarlo
se desmayó. Al día siguiente preparó al burro y se marcho de la ínsula tan pobre como fue.

Capítulo LIV :

Como los duques no podían llevar al prometido de la hija de la dueña porque se había ido
mandaron a un sirviente que se hiciera pasar por él. Mientras tanto Sancho iba de camino
hacia el castillo cuando se encontró con dos hombres. Uno de ellos era un antigua amigo
suyo que había sido desterrado por ser morisco. Éste le contó que estaba otro vez en
España para recuperar un tesoro que había dejado escondido. El morisco invitó a Sancho
a que fuera con él, pero éste se negó así que ambos prosiguieron su camino.

Capítulo LV :

De camino al castillo Sancho se cayó a un agujero, donde estuvo metido toda la noche. Al
día siguiente se dio cuenta de que había una especie de túnel en el hoyo y se metió por él.
Al fondo se veía luz, pero la salida también estaba muy alta. Tras dar muchas voces
apareció don Quijote que junto con más personas sacaron a Sancho y a su burro. Después
de contar todo lo sucedido a los duques éstos le prometieron una isla menos conflictiva.

Capítulo LVI :

A los pocos días tuvo lugar el combate entre el falso labrador y don Quijote. El labrador al
ver a la chica se dio por vencido para casarse con ella. Como el duque vio que su plan no
funcionó decidió meter en un calabozo al falso labrador. Tras haber estado unos días más
en casa de los duques don Quijote y Sancho decidieron marcharse.

Capítulo LVII :

Antes de marchar a Zaragoza el caballero y su escudero se despidieron de todos, incluso


de la muchacha enamorada de don Quijote.
Capítulo LVIII :

Iban de camino cuando encontraron a unos labradores al lado de unas imágenes de


santos tapadas. Don Quijotes estuvo contando historias acerca de los santos. Tras esto
prosiguieron su camino. Estuvieron hablando del amor y también de la chica que don
Quijote había enamorado en el castillo; algo que Sancho no se pudo explicar. Tras la
plática se encontraron con una vacada la cual, a pesar de las advertencias de los
vaqueros, les arrolló y tiró de sus monturas.

Capítulo LIX :

Hicieron una parada para comer y charlaron acerca de Dulcinea y de los azotes de
Sancho. Al rato llegaron a una venta donde se encontraron con unos caballeros que
decían que se había publicado una segunda parte del Quijote. Don Quijote pudo
comprobarlo con sus ojos e incluso leer un poco del libro. Tras la rápida lectura dijo que el
libro era totalmente falso. Esa noche se quedaron en la venta y al día siguiente decidieron
continuar su camino, pero no a Zaragoza.

Capítulo LX :

Un día que habían parado para descansar don Quijote agarró a Sancho para darle unos
azotes y remediar el encantamiento de Dulcinea. Sancho huyendo de don Quijote encontró
a unos bandoleros ahorcados en unos árboles. Esto probó que estaban cerca de
Barcelona, pues así eran los castigos allí. Por la mañana fueron rodeados por unos
bandidos, cuyo jefe se llamaba Roque Guinart. Encontraron a una chica que quería huir de
España. Su historia era que ella se iba a casar con un chico, pero se enteró de que él ya
se había casado con otra, así que le mató por celos. Más tarde se enteró que en realidad
no se había casado con otra. Después de la historia de la chica el bandolero dejó ir a don
Quijote y a Sancho. Éstos continuaron su camino a Barcelona.

Capítulo LXI :

Tras unos días se encontraron con el mar, que describieron como lo más bello que habían
visto. Más tarde se acercaron a ellos unos caballeros que eran amigos de Roque. Se
llamaba uno de ellos Antonio Moreno. Invitó a don Quijote a pasar unos días en su casa de
la ciudad.

Capítulo LXII :

Ya en casa de don Antonio vieron un busto que, según Antonio respondía a todo lo k se le
preguntara, pero ese día no podía hablar. Más tarde salieron a dar una vuelta y pegaron a
don Quijote en la espalda un cartel que ponía: “soy don Quijote de la Mancha”. Al ver que
todo el mundo le conocía don Quijote se sintió importante. Por la noche asistieron a un
baile y a la mañana siguiente fueron a hacer preguntas al busto, que milagrosamente
hablaba. Lo que en realidad pasaba era que había un tubo cque conectaba al busto con el
sobrino de Antonio. A los días don Quijote visitó una imprenta, donde vio el libro de
Avellaneda.

Capítulo LXIII :

Al día siguiente estuvieron visitando las galeras donde los galeotes eran castigados.
Asistieron también a la captura de un barco. Pensaban colar al capitán, pero al ver que era
una mujer dejaron que se explicara. Tras escuchar su historia fue perdonada.
Capítulo LXIV :

Un día iba don Quijote caminando por la playa y se encontró con el Caballero de la Blanca
Luna. Éste le retó a un duelo y don Quijote aceptó. Si don Quijote perdía debería confesar
que la dama del Caballero de la Blanca Luna era más bella y se debería retirar de las
armas por un año. Don Quijote perdió y el vencedor marchó. Luego fue trasladado a la
ciudad en silla de mano.

Capítulo LXV :

 Don Antonio persiguió al caballero hasta un mesón. En realidad era el bachiller Sansón
que quería que don Quijote volviera a casa para que se curara. A los pocos días don
Quijote junto con Sancho partían hacia el pueblo para cumplir la promesa.

Capítulo LXVI :

Por el camino encontraron a unos vecinos que iban a hacer una carrera, pero esta estaba
muy desigualada porque uno era mucho más gordo que el otro. Seguían de camino
cuando se encontraron con Tosilos, que les contó todo lo que había pasado en el castillo
de los duques desde que se fueron.

Capítulo LXVII :

Don Quijote y Sancho comenzaron a hablar de Dulcinea y de que Sancho se azotaría


cuando quisiera. A don Quijote, al ver a unos pastores en un prado, se le ocurrió que se
podían hacer cabreros todo ese año. Estuvieron un buen rato fantaseando con esa idea.

Capítulo LXVIII :

Una noche fueron despertados por un gran estruendo y al rato una piara de cerdos les
pasó por encima. Sancho para vengarse quería matar a alguno, pero don Quijote no se lo
permitió. Al día siguiente unos caballeros les obligaron a ir al castillo de los duques.

Capítulo LXIX :

Una vez en el castillo vieron a la dama enamorada de don Quijote que al parecer estaba
encantada. Para rescatarla Sancho tenía que recibir pellizcos y golpes. El pobre Sancho
accedió y llegaron unas mujeres que comenzaron a agredirlo. Aprovechando la situación
don Quijote le pide que se azote un poco, pero éste se niega.

Capítulo LXX :

Los duques decidieron gastar a don Quijote la última broma: la doncella enamorada de don
Quijote entró en su habitación y dijo que todo había sido fingido y que ella no le quería. Los
duques se unieron a la disputa y la doncella siguió insultándole. Don Quijote muy ofendido
se fue esa misma tarde.

Capítulo LXXI :

Pararon en un bosque y don Quijote propuso pagar a Sancho por cada azote que se diera.
Sancho se comenzó a dar, pero no a la vista de don Quijote. Al rato Sancho le pidió más
dinero, y don Quijote accedió. Tras uno azotes a Sancho se le ocurrió dar a un árbol y
quejarse. Al rato don Quijote le pidió que parara.
Capítulo LXXII :

Encontraron en un mesón donde encontraron a don Álvaro de Tarfe. Le pidieron que


escribiese una declaración en la que dijera que el quijote de Avellaneda era falso y que se
decía en él era falso. A la noche siguiente llegaron a su pueblo.

Capítulo LXXIII :

Estaban ya llegando al pueblo cuando se encontraron con Sansón y con el cura. Una vez
hubieron llegaron don Quijote se fue a casa con su sobrina y el ama y Sancho a su casa
con un buen dinero. Don Quijote dijo a sus amigos que se haría pastor todo ese año y que
ellos serían también pastores. Sus amigos, para evitar una nueva salida, asintieron.

Capítulo LXXIV :

El médico vio a don Quijote y no le dio mucho tiempo de vida. Antes de morir llamó a sus
amigos y les dijo que ya había recuperado la cordura y que era otra vez Alonso Quijano.
Hizo el testamento y dejó constancia de su cordura. Justo antes de morir aconsejó a su
sobrina que nunca se casara con un hombre aficionado a las novelas de caballerías
porque éstas le llevarán a la locura. Éstas fueron sus últimas palabras antes de morir.

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