¿Alguna vez te has preguntado cuántos antepasados tienes?
Sentimos defraudarte, pero nos tememos que no vamos a poder
responder a esa cuestión, no obstante en las siguientes líneas reflexionaremos acerca de este interesante tema, ya seas aficionado a la Genealogía, a la Sociología o a la Historia en general.
En principio está claro que cada persona dispone de padre y madre,
cuatro abuelos, ocho bisabuelos, dieciséis tatarabuelos, y así sucesivamente se duplica el número de ancestros en cada generación.
De este modo, teóricamente la 7ª generación está compuesta por 64
personas, la 10ª generación por 512 personas y la 15ª por 16.384 personas. Sin embargo, llegados ya a este punto es imposible que no se hayan producido en la familia uniones entre personas con algún vínculo de consanguinidad, lo que reduce el número real de individuos que componen esa generación.
Veamos un ejemplo:
La segunda generación de ascendentes de un matrimonio está
formado en teoría por ocho personas (los cuatro abuelos de cada cónyuge).
Pero si se diera el caso que los cónyuges fueran primos
hermanos entre sí y tuvieran por tanto dos abuelos comunes, la cifra de antepasados en la segunda generación de ascendentes se limitaría a seis y como consecuencia, esta alteración afectaría también a las generaciones más antiguas, además de manera exponencial.
Por descontado que no es demasiado habitual el matrimonio entre
primos hermanos, pero tampoco es algo extraño y mucho menos lo son los matrimonios entre primos segundos o terceros, sobretodo en pueblos pequeños o zonas aisladas geográficamente. Nuestra experiencia en investigaciones genealógicas nos demuestra que estas circunstancias rebajan de manera considerable el número de ancestros reales de una persona.
Si estudiamos la genealogía ascendente de una persona nacida hacia la
mitad del siglo XX, y tenemos en cuenta una media de 30 años por generación, debemos ubicar la 29ª generación en el siglo XI.
Siguiendo con el cálculo teórico de duplicación de antepasados en
cada generación, a la 29ª generación le corresponden unos 268 millones de personas. Pues bien, se calcula que en esa época (siglo XI) sólo vivían en la Tierra unos 100 millones de personas. Esto se explica perfectamente por las uniones entre parientes con antepasados comunes, la mayoría de veces en un grado tan lejano que difícilmente se puede saber sin un estudio genealógico.