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CENTRO DE ESTUDIOS DEL MAYAB

ANATOMÍA I

Nombre del Estudiante: _________________________________________________________


BLOQUE 1
BASES DE LA ANATOMÍA
LA ANATOMÍA TAMBIÉN TIENE SU HISTORIA

La Anatomía, comienza a formarse entre los griegos antiguos. Uno de los mé-
dicos de la Grecia Antigua fue Hipócrates considerado padre de la medicina. Así
mismo, Aristóteles, distinguió en animales tendones, nervios, huesos y cartílagos. Du-
rante el período de Alejandría se destacaron: Herófilo, primero en practi-
car la disección de los cadáveres humanos, de allí se deriva la denominación ANATO-
MIA que significa yo corto. Utilizando este método, Herófilo descubrió una serie
de formaciones anatómicas: el cerebro y sus meninges, los plexos vasculares se-
nos venosos y su confluencia, los nervios, las arterias, los vasos lácteos, duodeno
y próstata
Los estudios anatómicos
más antiguos que se
conocen son del sacer- En la Roma Antigua vivió Claudio Galeno, quien fue biólogo y médi-
dote egipcio Imhotep.
co. La observación en el enfermo y la disección de cadáveres eran
sus métodos de estudio. Fue el primero en emplear la vivisección. Su materialismo
se descubre en el método de estudio del organismo que lo realiza-
ba por observaciones en el enfermo y disección de cadáveres. Así mismo, dio a cono-
cer una clasificación de los huesos que se conserva hasta hoy.

La época del feudalismo contempla los siglos del V al XVII en la que hubo pocos
descubrimientos anatómicos, convenía el progreso científic. En el Oriente flore-
cían la matemática, la química, la astronomía y la medicina. Pero allí estaba prohibido
también disecar cadáveres, se estudiaba Anatomía por libros.

A pesar de todas las limitaciones se destacaron figuras como


Al Racés, fundador del Hospital de Bagdad. Surge además Abu Alí Ibn Sin quien escri-
bió más de 100 obras de donde destaca Canon de la Medicina. En el segundo milenio
las crecientes demandas de la sociedad, propiciaron el desenvolvimiento de la medici-
Hipócrates es conocido
na. En el siglo XIII se abren las primeras Universidades donde se distinguen las facul-
como el padre de la tades de Medicina.
medicina
En el siglo XIV se efetúan disecciones en seres humanos en Italia y Francia.
Mondino de Luzzi considerado el restaurador de la Anatomía, practicó diseccio-
nes públicas en la escuela de Bolonia

Leonardo Da Vinci, su fundador fue Vesalio y la concluyó Harvey. Leonardo


Da Vinci, se interesó primeramente por la Anatomía como artista y se aficionó

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más tarde a ésta como ciencia, es por ello que no se limitó al estudio del relieve exte-
rior del cuerpo humano, sino que fue uno de los primeros en emprender la disec-
ción. La realizó en 30 cadáveres humanos. En sus dibujos Leonardo fue el primero en
expresar acertadamente la forma de diferentes órganos del cuerpo humano. Inspiró el
surgimiento de ilustraciones anatómicas que comenzaron a imprimirse durante la últi-
ma del siglo XV.

Fue la escuela de Padua, en Venecia, el primer centro de medicina en la época De Humani Corpis Fa-
del capitalismo en los siglos XIV y XV donde es construido en el año 1490 el pri- bri-ca sirvió como base
para posteriores trata-
mer anfiteatro anatómico. En este lugar surge Vesalio, quien al no estar de acuerdo
dos de Anatomía
con el método y forma de interpretación de la Ciencia medieval utilizó la observación
y empleó la disección de cadáveres, siendo el primero en estudiar sistemáticamente la
estructura del cuerpo humano. Escribió una obra que marcó una época de viraje en
las concepciones anatómicas titulado De humani Corporis fabrica en Basilea . Describió
con exactitud la Anatomía Humana y señaló los errores de Galeno. Esto provocó
acosamientos y persecuciones en su contra. A partir de él hubo un desarrollo progresi-
vo de la Anatomía. Sus continuadores hicieron muchos aportes, rectificaciones
y correcciones. Incluso su doctrina no se extinguió.

Gabriel Falopio fue el primero en hacer descripción detallada de los huesos del
cráneo, órganos de la audición y la vista. Bartolomeo Eustaquio describió la estruc-
tura de los riñones, dientes y estudió también la historia del desarrollo de los organis-
mos. Se considera a Vesalio, Falopio y Eustaquio los fundadores de la Anato-
mía descriptiva del siglo XVI. En el siglo XIX la disección por parte de estudian-
tes de Medicina cobró impulso, principalmente en Edimburgo y en Maryland.

Sabías que …?

Los términos utilizados en Anatomía deben ser aceptados primero por la Fe-
deración Internacional de Asociaciones de Anatomía (FIAA).
Entre las reglas básicas se encuentran que todas las estructuras deben tener un
único nombre corto y simple en latín, aunque se puede traducir a los diferentes idiomas (ej.
Nervus femoralis = Nervio femoral). Los adjetivos deben ser opuestos de modo general (Mayor—Minor, superfi-
cialis—profundus).
De igual modo, están prohibidos los epónimos (nombre en homenaje a alguien). Sin embargo, como esta no-
menclatura inició desde 1998, algunos epónimos aún se encuentran en los textos.

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TÉRMINOS DE ESTUDIO ANATÓMICOS

Terminología Anatómica
Para el estudio adecuado del cuerpo humano es imprescindible establecer unas normas
básicas de descripción de las formas y estructuras que lo componen. Estas normas cons-
tituyen un lenguaje común, una terminología anatómica, aceptado por todos los anato-
mistas. La terminología anatómica considera cuatro aspectos fundamentales:
 Posición anatómica

 Planos anatómicos

 Direcciones que permiten establecer la relación entre estructuras

 Nomenclatura.

Posición Anatómica
La descripción de cualquier estructura anatómica parte de la consideración de que el
cuerpo humano (el cadáver y el vivo) se encuentra en una actitud universal y fija deno-
minada posición anatómica. El cuerpo está de pie, con la cabeza al frente, los miembros
inferiores juntos con los dedos gruesos de los pies dirigidos hacia delante y los miem-
bros superiores pegados a los lados del cuerpo con las palmas de las manos mirando
hacia delante. A partir de esta posición convencional es posible establecer los planos
anatómicos y localizar cualquier estructura del cuerpo y relacionarla con otras. Es im-
portante destacar que, habitualmente, tanto el cadáver como el vivo son explorados en
decúbito, pero en las descripciones se mantiene el criterio de posición anatómica defini-
do anteriormente.

Planos Anatómicos de Orientación

1) El plano sagital o medio es un plano anteroposterior, perpendicular al suelo, que divi-


de el cuerpo en dos mitades, derecha e izquierda. Todos los planos paralelos a éste se
denominan parasagitales. Este es el único plano que divide simétricamente al individuo.
2) Los planos transversales u horizontales son planos paralelos al suelo, que atraviesan
el cuerpo de derecha a izquierda y son perpendiculares con respecto al plano sagital
3) Los planos coronales o frontales son planos verticales, atraviesan el cuerpo de dere-
cha a izquierda y son perpendiculares a los planos sagital y transversal. Excepto el plano
sagital o medio, todos los demás planos (parasagitales, coronales y transversales) son

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ilimitados en número. Por eso es necesario establecer una referencia corporal por donde el plano corta el
cuerpo (plano de corte). Así, por ejemplo, diremos: un plano parasagital por la parte media de la cavidad or-
bitaria; un plano transversal por el ombligo; un plano coronal por el punto central de las crestas ilíacas.

Las Cavidades Corporales

Las cavidades corporales son espacios dentro del cuerpo que protegen, separan y sostienen órganos
internos. Huesos, músculos, ligamentos y otras estructuras separan las distintas cavidades corporales entre sí.

Los huesos del cráneo forman un espacio hueco de la cabeza denominada cavidad craneal, que contiene
el encéfalo. Los huesos de la columna vertebral (espina dorsal) forman el conducto vertebral (conducto espi-
nal), que contiene la médula espinal. La cavidad craneal y el conducto vertebral se continúan uno con otro. El
encéfalo y la médula espinal están rodeados de tres capas de tejido protector denominadas, las meninges, y
un líquido de absorción de impactos.

Las principales cavidades corporales del tronco son las cavidades torácica y abdominopélvica. La cavi-
dad torácica (relativa al tórax) está formada por las costillas, los músculos del tórax, el esternón y el segmen-
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to torácico de la columna vertebral. Dentro de la cavidad torácica se encuentra la cavidad pericárdica (peri-,
de peri- = alrededor; -cárnica, de kardia = corazón), un espacio lleno de líquido que rodea al corazón, y dos
espacios ocupados por líquido denominados cavidades pleurales (de pleurá = costilla o flanco), cada una de
las cuales rodea un pulmón.
La parte central de la cavidad torácica se denomina mediastino (media, de medium- = medio; -stino, de
stinum = separación). Se encuentra entre los pulmones y se extiende desde el esternón hasta la columna
vertebral y desde la primera costilla hasta el diafragma. El mediastino contiene todos los órganos torácicos
excepto los pulmones.
Entre las estructuras mediastínicas se encuentran el corazón, el esófago, la tráquea, el timo y los gran-
des vasos sanguíneos, que llegan al corazón y salen de él. El diafragma (dia-, de dia = a través de; -fragma, de
phrágma = tabique) es un músculo con forma de cúpula que separa la cavidad torácica de la abdominopélvi-
ca. La cavidad abdominopélvica se extiende desde el diafragma hasta la ingle y está rodeada por la pared
muscular abdominal y los huesos y músculos de la pelvis.
Como su nombre sugiere, la cavidad abdominopélvica está dividida en dos partes, pese a que no hay
ninguna pared que las separe. La parte superior, la cavidad abdominal (abdomen- = vientre), contiene el es-
tómago, el bazo, el hígado, la vesícula biliar, el intestino delgado y la mayor parte del intestino grueso. La

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parte inferior, la cavidad pélvica (de pelvis = vasija, lebrilla), contiene la vejiga,
partes del intestino grueso y los órganos del sistema reproductor. Los órganos
que se encuentran dentro de las cavidades torácica y abdominopélvica se deno-
minan vísceras. Membranas de las cavidades torácica y abdominal
Una membrana es un tejido delgado, maleable, que cubre, reviste, separa o
conecta estructuras. Un ejemplo es una membrana de doble capa, deslizante,
denominada membrana serosa, que recubre las vísceras dentro de las cavidades
torácica y abdominal y también tapiza las paredes del tórax y del abdomen. Las
partes de una membrana serosa son las siguientes:
Hoja parietal, un epitelio delgado que reviste las paredes de las cavidades
Hoja visceral, un epitelio delgado que recubre y se adhiere a las vísceras contenidas en éstas.
Entre ambas hojas hay un pequeño volumen de líquido lubricante (líquido seroso), que reduce la fric-
ción entre las dos hojas, lo que permite que las vísceras se deslicen un poco durante los movimientos, por
ejemplo durante la insuflación y exuflación pulmonar durante la respiración.
La membrana serosa de las cavidades pleurales se denomina pleura. La pleura visceral se adhiere a la
superficie pulmonar, mientras que la porción anterior de la pleura parietal recubre la pared torácica y la su-
perficie superior del diafragma. Entre ambas hojas pleurales se encuentra la cavidad pleural, llena de una pe-
queña cantidad de líquido lubricante.
La membrana serosa de la cavidad pericárdica es el pericardio. El pericardio visceral recubre la super-
ficie del corazón, mientras que el pericardio parietal tapiza la pared torácica. Entre ambos se encuentra la
cavidad pericárdica, que contiene un pequeño volumen de líquido lubricante.
El peritoneo es la membrana serosa de la cavidad abdominal. El peritoneo visceral recubre las vísceras
abdominales, mientras que el peritoneo parietal tapiza la pared abdominal y recubre la superficie inferior del
diafragma. Entre ambos, se encuentra la cavidad peritoneal, que contiene un pequeño volumen de líquido
lubricante. La mayoría de los órganos abdominales se encuentran en la cavidad peritoneal. Algunos se locali-
zan entre el peritoneo parietal y la pared abdominal posterior; a estos órganos se los denomina órganos
retroperitoneales (retro-, de retro- = atrás). Los riñones, las glándulas suprarrenales, el páncreas, el duo-
deno, el colon ascendente, el colon descendente y algunos segmentos de la aorta abdominal y la vena cava
inferior son retroperitoneales.
Además de las principales cavidades corporales
recién descritas, existen otras cavidades corporales.
Por ejemplo, la cavidad bucal (boca), la cavidad nasal;
las cavidades orbitarias (órbitas), que contienen los
globos oculares; las cavidades del oído medio (oídos
medios), que contienen los huesecillos; y las cavida-
des sinoviales, que se encuentran en las articulaciones
móviles y contienen líquido sinovial.

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BLOQUE 2
LOCOMOCIÓN

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EL SISTEMA ÓSEO

El esqueleto soporta y da forma al cuerpo, permi-


Desde el punto de vista evolutivo, el esquele-
tiendo al mismo tiempo que sea una estructura
to axial es la parte más antigua y agrupa ele-
mentos correspondientes al exosqueleto móvil. Está formado por múltiples piezas que se
(esqueleto dérmico) y al endosquele- unen entre sí por medio de articulaciones. En el
to de los vertebrados primitivos. embrión, las piezas esqueléticas son estructuras
El esqueleto apendicular tiene su membranosas o cartilaginosas, pero, en el curso
representación más antigua en las del desarrollo, la mayor parte de ellas se diferen-
aletas pectorales y caudales de los cian en componentes rígidos de tejido óseo, los
peces y, a excepción de una parte de la cla-
huesos, en los que únicamente permanece cartíla-
vícula, forma parte del endoesqueleto.
go en las zonas de contacto articular.
Sin embargo, en regiones del cuerpo
que requieren menos rigidez (por ejemplo, la pared torácica) el esqueleto óseo se comple-
menta con piezas de cartílago. Con arreglo a su disposición anatómica se distinguen dos
grandes partes en el esqueleto: el esqueleto axial, formado por el cráneo, la columna verte-
bral, las costillas y el esternón, y el esqueleto apendicular. Los huesos son los órganos rígi-
dos del aparato locomotor y cumplen las siguientes funciones:
Constituyen palancas sobre las cuales actúan los músculos para producir los movimientos
Forman un armazón para el cuerpo y dan anclaje a los músculos
Realizan funciones de protección elaborando cavidades (tórax, cráneo) donde se alojan dife-
rentes órganos que deben de estar aislados de influencias externas.
Dentro de las funciones de protección, es de resaltar que los huesos alojan en su inte-
rior a la médula ósea, que es el tejido formador de la sangre. Además de estas funciones ligadas al apa-
rato locomotor, los huesos, desde el punto de vista metabólico, constituyen depósitos de calcio que
puede ser movilizado a la sangre cuando es requerido en el organismo. El esqueleto del adulto consta
aproximadamente de 208 huesos (hay algunas variaciones, por ejemplo, en el número de piezas de la
columna vertebral) sin contar los huesos suturales o wormianos (huesos inconstantes presentes en el
cráneo) y los huesos sesamoideos (huesos también inconstantes que se forman en el espesor de algu-
nos tendones).
En el recién nacido, el número de huesos es algo mayor, ya que algunos huesos del adulto (por
ejemplo, el hueso frontal) se forman por la fusión de dos o más
elementos durante la niñez. En el adulto, y especialmente en los La función productora de hueso del pe-
ancianos, el número de huesos puede reducirse como conse- riostio se pone especialmente de manifiesto
cuando se producen fracturas óseas. En estas
cuencia de la fusión de algunos de ellos. En el cráneo, por ejem-
condiciones, la capa celular se engruesa y desem-
plo, a partir de una cierta edad es prácticamente imposible se- peña un papel imprescindible reponiendo el hue-
parar unos huesos de otros. so en la zona fracturada.

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Configuración externa de los huesos

Forma
Los huesos puede clasificarse, según su forma, en tres tipos:
Huesos largos: Son huesos en los que predomina un eje (longitud) sobre los de-
más (anchura y espesor). A este tipo pertenecen la mayor parte de los huesos de
las extremidades (húmero, fémur etc.)
Huesos planos: Son huesos en los que predominan las dimensiones de dos ejes
(anchura y longitud) sobre un tercero (espesor). A este tipo pertenecen los huesos de
la bóveda craneal y algunos huesos de la parte más proximal de las extremidades, como
la escápula o el coxal.
Huesos cortos: Son huesos en los que los tres ejes son de proporciones similares. A
este tipo pertenecen las vértebras o los huesos del carpo y del tarso.

Estructura del hueso

Los huesos están formados por tejido óseo, que es una variedad de tejido conecti-
vo especializado en el soporte de cargas. Como tejido conectivo especializado contiene
elementos celulares y gran cantidad de material extracelular (matriz ósea). El lector de-
be consultar los tratados de histología para estudiar los detalles de la estructura del teji-
do óseo, pero hay algunos aspectos básicos necesarios para entender las funciones del
hueso que exponemos en este apartado.

El tejido óseo es un tejido en constante renovación. A lo largo de toda la vida, el


tejido óseo sufre un proceso continuo de producción y de destrucción. La intensidad
de ambos procesos (producción y destrucción) está regulada por diferentes factores,
incluidos factores hormonales y esta forma, como veremos más adelante, los huesos
mantienen permanentemente una adaptación de su forma a la función mecánica de so-
porte que realizan.

El tejido óseo consta de tres poblaciones celulares principales: los osteocitos, que
son las células maduras del tejido óseo, los osteoblastos, que constituyen las células for-
madoras de la matriz ósea y que, cuando terminan su maduración, se transforman en
osteocitos, y los osteoclastos, que son células polinucleares cuya funciónes la de des-
truir el hueso ya formado. El balance entre la actividad de los osteoblastos y los osteo-
clastos es responsable de que predomine la producción o la destrucción de hueso en un
momento dado y en una zona concreta del hueso.

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La matriz extracelular del hue-
La osteoporosis se debe a un
so (matriz ósea) es muy abundante
predominio patológico de la
y su característica principal es que,
destrucción de hueso
además de los elementos típicos de
(osteólisis) y da lugar a hue-
la matriz extracelular (fibras coláge-
sos frágiles que se deforman
nas) y algunas proteínas específicas
por no ser capaces de adap-
de hueso (osteocalcina, osteonecti-
tarse a las cargas habituales
na y osteopontina), presenta depósi-
que deben soportar y con
tos de sales de calcio
frecuencia se fracturan de
(hidroxiapatita) que confieren pro- forma espontánea.
piedades físicas especificas al hueso
(rigidez, dureza y resistencia a traccio-
nes y presiones).

La organización básica del tejido óseo es en láminas (de pocas micras de espesor.
Estas láminas están formadas por una matriz ósea en la que las fibras colágenas siguen
una orientación precisa para adaptarse mejor a las cargas y tracciones a la que es some-
tido el hueso. En el espesor de la lámina se sitúan los osteocitos. Los osteocitos están
totalmente rodeados de matriz salvo por finos canalículos mediante los cuales estable-
cen contactos con otros osteocitos vecinos y reciben nutrientes y gases que difunden
desde capilares próximos a la lámina.

Asociados de una forma variable a la lámina, según la situación que ésta ocupe en
el espesor del hueso, se disponen los capilares sanguíneos y vénulas acompañados, gene-
ralmente, de nervios. Los osteoblastos se disponen en la vecindad de los vasos y produ-
cen matriz ósea hasta que son rodeados completamente por ésta, diferenciándose en-
tonces en osteocitos. Por este procedimiento los osteoblastos generan nuevas láminas
óseas que quedan adosadas a las forma-
das con anterioridad. Los osteoclastos
alcanzan las láminas óseas desde la san-
gre cuando son activados. Su función es
destruir las láminas óseas.

Existen dos formas de tejido


óseo, el tejido óseo compacto y el teji-
do óseo esponjoso, los cuales se dife-
rencian por su aspecto macroscópico y
por la forma de ordenarse las láminas
óseas en su espesor. El tejido óseo
compacto tiene un aspecto macroscó-

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pico macizo, sin huecos en su espesor, y la disposición de sus
láminas óseas presenta dos formas diferentes. En la superficie
del hueso, las láminas forman unas envolturas completas para el
hueso, denominadas láminas circunferenciales. Normalmente, el
número de láminas circunferenciales es pequeño y forma una
especie de corteza para la superficie ósea. Profundamente a esta
corteza de láminas circunferenciales, las láminas óseas se organi-
zan alrededor de los vasos formando columnas íntimamente
acopladas unas a otras, denominadas osteonas.

Cada osteona tiene un eje (canal central) en el que discu-


rren los capilares y vénulas poscapilares y una pared formada
por varias láminas óseas superpuestas. Los osteoblastos se si-
túan en el canal central, en la vecindad de los vasos, y van gene-
rando nuevas capas de láminas óseas. El número de capas que se
pueden añadir a cada osteona viene delimitado por la distancia desde el vaso central hasta la lámina más ex-
terna. Si la osteona alcanza diámetros que son incompatibles con la nutrición de sus capas más externas, los
osteocitos degeneran y la osteona es destruida por los osteoclastos.
Desarrollo de los huesos
Desde el punto de vista anatómico, un
aspecto importante de los huesos es que su
tamaño es un factor determinante no sólo
para establecer la estatura del individuo, sino
también para el tamaño de las diferentes ca-
vidades del organismo. Debido a este hecho,
el desarrollo de los huesos tiene lugar de
forma lenta y progresiva, y su crecimiento
sólo termina cuando ya lo han hecho los ór-
ganos de otros aparatos, ya que de otra ma-
nera, se impediría el desarrollo de los órga-
nos alojados en cavidades de paredes óseas.
Los primeros esbozos de los huesos se
forman en estadios muy tempranos del desa-
rrollo embrionario, pero el establecimiento
del esqueleto óseo definitivo del adulto no
se completa hasta después de la pubertad.
Existen dos tipos diferentes de formación de
huesos, denominados osificación membrano-
sa y osificación condral.

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Articulaciones

Las articulaciones son las regiones donde los huesos se ponen en contacto. Desde el punto de vista
funcional, el papel esencial de las articulaciones es permitir la movilidad del esqueleto, evitando que éste
constituya un mero soporte rígido del organismo. Sin embargo, la movilidad no es la única función de las arti-
culaciones. En regiones, como el cráneo, donde el esqueleto desempeña un papel primordial de protección,
la función de las articulaciones es la de permitir el crecimiento de los huesos y conferir elasticidad al estuche
rígido formado por éstos. Las articulaciones están presentes en todos los vertebrados, incluso en aquéllos en
que sus piezas esqueléticas están formadas por cartílago (peces cartilaginosos), a pesar de que la flexibilidad
del esqueleto en estas especies no requeriría la presencia de articulaciones para permitir la movilidad.

Las articulaciones se han clasificado tradicionalmente, siguiendo un criterio mixto, funcional y estructu-
ral, en tres grandes grupos:
Sinartrosis: Son articulaciones sin movilidad, en las que los extremos óseos se unen uno a otro por medio
de un tejido conectivo fibroso o cartilaginoso. El ejemplo más característico de este tipo de articulaciones lo
constituyen las uniones entre los huesos de la bóveda craneal. Con gran frecuencia, estas articulaciones son
solamente temporales y en el curso de la vida, los huesos que contactan de esta manera se fusionan.

Anfiartrosis (articulaciones semimóviles): Son articulaciones en las que la movilidad es muy pequeña y los
extremos óseos se unen uno a otro por un tejido fibroso o fibrocartilaginoso. La unión entre los extremos
óseos está con frecuencia reforzada por manojos fibrosos (ligamentos) dispuestos en la periferia del fibro-
cartílago articular. Un ejemplo característico de este grupo lo constituye la sínfisis del pubis, donde los dos
huesos coxales se unen por medio de una plaquita de fibrocartílago que permite pequeños desplazamientos
que dan elasticidad a las paredes de la pelvis. La unión entre el sacro y el coxal se engloba dentro de este
grupo de articulaciones, pero recibe el nombre de anfidiartrosis por existir una cavidad articular en el espe-
sor del tejido fibroso de unión articular.

Diartrosis: Son articulaciones que se caracterizan por una gran movilidad y que, desde el punto de vista de
su estructura, son de gran complejidad. Este tipo de articulaciones son las responsables de conferir movilidad
al esqueleto, pero, además, poseen dispositivos para asegurar la inmovilidad de las superficies articulares
cuando se requiere que predomine la función de soporte. Los siguientes rasgos son característicos de las
articulaciones diartrodiales:
 Las superficies articulares son totalmente independientes y están revestidas de cartílago articular.

 Los medios de unión fibrosos se sitúan periféricamente en la superficies articulares, formando una cáp-
sula fibrosa que delimita una cavidad articular.
 La cápsula fibrosa presenta un revestimiento interno sinovial responsable de la producción de líquido
sinovial, el cual ocupa la cavidad articular y facilita el movimiento

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EL SISTEMA MUSCULAR

Si bien los huesos forman el sistema de palanca y el armazón o esqueleto, no pueden mover por si
solos las partes del cuerpo. El movimiento se debe a la contracción y relajación alternantes de los músculos,
que representan hasta el 40-50% del peso corporal de un adulto (lo que depende del porcentaje de grasa
corporal, el sexo y el esquema de ejercicio). La fuerza muscular representa la función primaria del musculo:
la transformación de energía química en energía mecánica para generar fuerza, realizar trabajo y producir
movimiento. Además, los tejidos musculares estabilizan la postura, regulan el volumen de los órganos, gene-
ran calor e impulsan líquidos y materia alimenticia a través de diversos aparatos y sistemas corporales. El
estudio científico de los músculos se conoce como miología (myós- musculo; -logia, de lógos-, estudio).

Los músculos son masas carnosas dispuestas alrededor del esqueleto (músculos profundos), o bajo la
piel (músculos superficiales), cuya función principal es la de producir el movimiento. Además de la función
de movilidad, en diferentes regiones del cuerpo, tales como el abdomen o la pelvis, los músculos desempe-
ña el papel de paredes activas que contienen y protegen a los órganos internos. Finalmente, los músculos
contribuyen, junto con el esqueleto, a dar la forma al cuerpo humano.

Los músculos están formados por una región central contráctil, el vientre muscular, que se une por
sus extremos a las palancas óseas o, en ocasiones, a estructuras blandas como la piel. Estas zonas de anclaje
de los músculos se denominan inserciones. Desde el punto de vista estructural, los músculos están consti-

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tuidos por tejido muscular esquelético que for-
ma el vientre muscular y tejido conectivo que
se dispone tanto a nivel del vientre muscular,
como en las inserciones.

Existen tres tipos de tejido muscular: es-


quelético, cardiaco y liso. Aunque los diferentes
tipos de tejido muscular comparten algunas
propiedades, difieren entre si en su anatomía
microscópica, localización y control por parte
del sistema nervioso y del sistema endocrino.

El tejido muscular esquelético se denomina así porque la mayoría de los músculos esqueléticos mueven
los huesos del esqueleto (unos pocos músculos esqueléticos se insertan en la piel o en otros músculos es-
queléticos y los mueven). El tejido muscular esquelético es estriado: cuando es examinado con un microsco-
pio, se observan bandas proteicas claras y oscuras alternantes –estriaciones–. El tejido muscular esquelético
trabaja, principalmente, en forma voluntaria. Su actividad puede ser controlada conscientemente por neuro-
nas (células nerviosas) que forman parte de la división somática (voluntaria) del sistema nervioso. representa
las divisiones del sistema nervioso). La mayoría de los músculos esqueléticos también son controlados en
cierta medida inconscientemente. Por ejemplo, el diafragma sigue contrayéndose y relajándose de manera
alternante sin control consciente, de modo que usted no deja de respirar. Asimismo, no hay que pensar
conscientemente en la contracción de los músculos esqueléticos para mantener la postura o estabilizar las
posiciones corporales. Solo el corazón contiene tejido muscular cardíaco, que forma la mayor parte de su
pared.

El musculo cardiaco también es estriado, pero su acción es involuntaria. La contracción y relajación


alternantes del corazón no están bajo control consciente; el corazón late porque tiene un marcapasos in-
terno que inicia cada contracción. Este ritmo incorporado se denomina automatismo. Varias hormonas y
neurotransmisores pueden ajustar la frecuencia cardiaca acelerando o enlenteciendo el marcapasos. El tejido
muscular liso se encuentra en las paredes de las estructuras internas huecas, como vasos sanguíneos, vías
aéreas y en la mayoría de los órganos de la cavidad pélvica. También se encuentra en la piel, unido a los fo-
lículos pilosos. Bajo un microscopio, este
tejido carece de las estriaciones del muscu-
lo esquelético y cardiaco. Por esta razón,
impresiona no estriado y se lo llama liso.

Generalmente, la acción del musculo


liso es involuntaria, y cierto tejido muscular
liso –como el que forma los músculos que
propulsan los alimentos a través del tubo
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BLOQUE 3
ASIMILACIÓN DE NUTRIENTES

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EL SISTEMA DIGESTIVO

El sistema digestivo es el conjunto de órganos cuya función principal es la transformación y asimilación de


los alimentos. Comprende la boca, el tubo digestivo y los órganos anejos.

BOCA

También llamada cavidad oral o


bucal, está situada debajo de las cavida-
des nasales. Está formada por los la-
bios, los carrillos, la lengua y sus
músculos, y el paladar. Las arcadas
dentarias dividen la boca en dos regio-
nes: el vestíbulo oral (entre las arcadas
dentarias superior e inferior y los la-
bios y los carrillos) y la cavidad bucal
propiamente dicha (por detrás de las
arcadas dentarias, debajo del paladar y
sobre la lengua).

a. LABIOS Son pliegues carnosos


que rodean la abertura de la bo-
ca, cubiertos externamente por
piel e internamente por mem-
brana mucosa. La superficie in-
terna de cada labio está anclada a su encía correspondiente mediante un pliegue de la membrana mu-
cosa en la línea media, denominado frenillo labial.

b. CARRILLOS Forman las partes laterales de la cavidad bucal. Cada carrillo consiste en una estructura
muscular (constituida en su mayor parte por el músculo bucinador), recubierta externamente por piel
y revestida en su cara interna por mucosa.

c. PALADAR Constituye el techo abovedado de la boca y separa la


cavidad bucal de las cavidades nasales y de la nasofaringe (parte de
la faringe situada sobre el paladar blando). Consta de una parte an-
terior más grande, el paladar duro (formado por el maxilar y los
huesos palatinos), y una parte posterior móvil, el paladar blando,
estructura en forma de arco constituida por músculos (elevador del
velo del paladar, tensor del velo del paladar, palatogloso, palatofa-
ríngeo y músculo de la úvula), que se inserta en el borde posterior

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del paladar duro. El borde posterior del paladar blando es
libre y suspendido de su porción central se encuentra un
proceso muscular, la úvula. Tana to el paladar duro como el
paladar blando están revestidos por una membrana mucosa.
Vascularización e inervación Está irrigado por ramas de la
arteria facial y maxilar que, a su vez, son ramas colaterales
de la arteria carótida externa. Las venas del paladar son
afluentes del plexo venoso pterigoideo . La inervación sensi-
tiva del paladar procede de ramos del ganglio pterigopala-
tino (nervios palatino mayor, nasopalatino y palatinos me-
nores). La inervación motora (paladar blando) procede del
plexo nervioso faríngeo (formado por ramas del vago y el
accesorio), excepto el músculo tensor del velo del paladar,
que es inervado por el trigémino.

d. LENGUA Es un órgano muscular que interviene en la masticación, el gusto, la deglución, la articulación


del habla y la limpieza bucal. Consta de una raíz, un cuerpo, un vértice, una superficie dorsal (o cara su-
perior) y una cara inferior. En la superficie dorsal se dispone el surco terminal, un surco en forma de V
cuyo vértice se dirige hacia atrás y señala el agujero ciego (una pequeña fosita carente de función). El
surco terminal separa la raíz del cuerpo de la lengua. La raíz comprende el tercio posterior de la lengua
y está ubicada en la orofaringe. Es relativamente fija y se inserta en el hueso hioides y en la mandíbula.
El cuerpo conforma los dos tercios anteriores de la lengua y ocupa la cavidad oral. La porción anterior
y puntiaguda del cuerpo constituye el vértice de la lengua. La cara inferior de la lengua presenta en su
línea media el frenillo lingual, un pliegue que ancla la lengua en el suelo de la boca. La mucosa de la su-
perficie dorsal del cuerpo de la lengua presenta numerosas papilas linguales, que le dan un aspecto ru-
goso: Las papilas circunvaladas son grandes y aplanadas y se disponen inmediatamente anteriores al sur-
co terminal:
Las papilas foliáceas son pequeños pliegues laterales, muy poco desarrollados.
Las papilas filiformes son proyecciones cónicas, largas y numerosas, distribuidas en filas pa
ralelas. Su abundancia disminuye en las proximidades del vértice.
Las papilas fungiformes, con forma de seta, se disponen entre las papilas filiformes, y son
más abundantes en el vértice y en los lados de la lengua.

e. DIENTES Son los órganos de la masticación y están implanta-


dos en los alveolos dentarios del maxilar y la mandíbula. En el niño
se disponen 20 dientes temporales (8 incisivos, 4 caninos, 8 mola-
res), mientras que en el adulto este número se eleva a 32 dientes
permanentes (8 incisivos, 4 caninos, 8 premolares, 8 molares y 4
molares del juicio). Cada diente consta de tres partes: la corona
(parte del diente recubierta de esmalte y que está expuesta en la
cavidad oral), el cuello (parte más estrecha, entre la corona y la
raíz, rodeada por las encías) y la raíz (parte del diente recubierta de
cemento y que encaja en el alveolo dentario). La unión de la raíz

19
con el alveolo dentario está mediada
por un tejido conjuntivo fibroso
denso especial, el ligamento perio-
dontal, formando una articulación
tipo gonfosis. Vascularización e iner-
vación de los dientes Las arterias
alveolares, ramas de la arteria maxi-
lar, irrigan los dientes inferiores y
superiores, acompañadas de venas
homónimas. Los vasos linfáticos de
dientes y encías drenan en los nódu-
los linfáticos submandibulares. Los
dientes recibe inervación del trigé-
mino (V par craneal) a través de los
nervios alveolares.

f. GLÁNDULAS SALIVALES Se clasifican, según su tamaño, en dos categorías: glándulas salivales menores
y mayores. Todas ellas vierten su secreción, la saliva, en la cavidad oral. · Glándulas salivales menores:
están repartidas en la mucosa de la cavidad oral. Comprenden las glándulas labiales, bucales, linguales,
molares y palatinas. · Glándulas salivales mayores: a cada lado se disponen tres glándulas que, de atrás a
adelante, son la parótida, la submandibular y la sublingual. La glándula parótida es la de mayor tamaño, y
está dispuesta inferior y anteriormente al oído, entre la piel y el músculo masetero. Secreta en el vestí-
bulo oral a través del conducto parotídeo. La glándula submandibular está situada en la parte posterior
del suelo de la boca, por debajo de la lengua, y desemboca en la cavidad oral propiamente dicha a tra-
vés del conducto submandibular al lado del fenillo de la lengua. La glándula sublingual se dispone en el
suelo de la boca, superiormente a la glándula submandibular. En realidad, la glándula salival es una agru-
pación de glándulas y posee tantos conductos excretores como pequeñas glándulas. Estos conductos
sublinguales se abren a la cavidad oral.

20
TUBO DIGESTIVO

Consiste en un conducto músculo-


membranoso de 10-12 metros de longitud. Discu-
rre sucesivamente por la cabeza, el cuello, el tórax,
el abdomen y la pelvis, constando de faringe, esófa-
go, estómago, intestino delgado e intestino grueso.

FARINGE Es la parte del tubo digestivo situada de-


trás de las cavidades bucal y nasal, y que se extien-
de hasta el esófago. Interviene en las funciones res-
piratoria y digestiva. La faringe se divide en tres
porciones: · nasofaringe, situada detrás de la nariz
y encima del paladar blando. Sólo cumple una fun-
ción respiratoria. · orofaringe, dispuesta detrás de
la boca. Se extiende desde el paladar blando hasta
el borde superior de la epiglotis. Entre los arcos
palatinos se disponen dos masas de tejido linfoide,
las amígdalas palatinas. · laringofaringe, localizada
detrás de la laringe. Se extiende desde el borde
superior de la epiglotis hasta el esófago. Vascularización e inervación de la faringe Destaca la arteria amigdali-
na, rama de la arteria facial, y la vena palatina externa, que drena en el plexo venoso de la faringe. En general,
los vasos linfáticos drenan hacia el círculo linfonodal cervical. La inervación motora proviene del plexo ner-
vioso de la faringe, en el que intervienen los nervios accesorio, vago, glosofaríngeo y trigémino. La inervación
sensitiva procede en gran medida del glosofaríngeo aunque también intervienen los nervios trigémino y vago.

ESÓFAGO Consiste en un tubo muscular que se extiende a lo largo de unos 25 cm, comunicando la faringe
con el estómago. Adosado anteriormente a la co-
lumna vertebral, desciende por la porción inferior
del cuello, por el tórax, atraviesa el diafragma, pe-
netra en el abdomen y desemboca en el estómago
por un orificio denominado cardias. Vasculariza-
ción e inervación del esófago Las arterias para el
esófago proceden de las arterias tiroideas inferio-
res (porción cervical), de ramas pequeñas de la
aorta torácica y de arterias bronquiales (porción
torácica) y de la arteria gástrica izquierda y de la
arteria frénica inferior izquierda (porción abdomi-
nal). Las venas del esófago son afluentes de las
venas tiroideas inferiores, ácigos, hemiácigos y
gástricas. Los vasos linfáticos del esófago drenan
en los nódulos linfáticos paratraqueales y en los
nódulos cervicales profundos inferiores (porción

21
cervical) y en los nódulos linfáti-
cos celíacos, a través de los nó-
dulos linfáticos gástricos izquier-
dos (porción abdominal). El esó-
fago está inervado por ramos de
los nervios laríngeos recurrentes
y por fibras vasomotoras de los
troncos simpáticos cervicales
(porción cervical), los troncos
vagales, los troncos simpáticos
torácicos, los nervios esplácnicos
y el plexo nervioso esofágico
(porción abdominal).

ESTÓMAGO Es la parte dilatada


del tubo digestivo. Se dispone
bajo el diafragma, a nivel del hipo-
condrio izquierdo. Tiene forma
de fol de gaita, con una curvatura
menor (cóncava y hacia la derecha) y una curvatura mayor (convexa y hacia la izquierda). El estómago consta
de una porción vertical o descendente (la más larga y voluminosa) y una porción horizontal o pilórica. La
porción vertical comprende las 2/3 partes su-
periores del estómago. Un plano transversal a
la altura del cardias separa esta porción en
una parte superior, el fundus gástrico, y una
parte inferior, el cuerpo de estómago, que
constituye la parte central del estómago.

La porción horizontal se dirige hacia la


izquierda estrechándose ligeramente. Está for-
mada por dos partes, el antro pilórico, que
conecta con el cuerpo del estómago, y el con-
ducto pilórico, que por su extremo se une al
duodeno. Esta unión corresponde al surco
anular que se aprecia en la superficie externa,
denominado surco duodenopilórico. El estó-
mago se encuentra a continuación del esófago,
con el que se comunica a través del cardias, y
se continúa con el duodeno por un orificio
denominado píloro. Estas aberturas están con-
troladas, respectivamente, por el esfínter car-
dial y el esfínter pilórico. Cada uno de ellos
está constituido por un músculo esfinteriano,

22
formado por fibras circulares que, cuando se contraen, cierran el orificio. Pared gástrica Al igual que el resto
del tracto gastrointestinal, la pared gástrica está formada por cuatro capas: mucosa, submucosa, muscular y
serosa.

 La mucosa gástrica (revestimiento epitelial del estómago) presenta rugosidades y depre-


siones (denominados, respectivamente, pliegues gástricos y criptas gástricas). En el fondo de las criptas
gástricas se encuentran las glándulas gástricas, que contienen cuatro tipos de células secretoras:

 Las células principales o cimógenas secretan el precursor del pepsinógeno (principal enzima gás-
trica) y la lipasa gástrica (una enzima de menor importancia).

 Las células parietales u oxínticas secretan ácido clorhídrico (HCl).

 Las células mucosas secretan moco.

 Las células G, localizadas principalmente en el antro pilórico, secretan la gastrina, que estimula la
actividad gástrica.

Las células principales, parietales y mucosas vierten su secreción directamente en la cavidad gástrica.
Esta secreción recibe, en conjunto, el nombre de jugo gástrico. En cambio la secreción de las células G se
vierte directamente a la sangre. La capa muscular está formada por tres estratos de tejido muscular liso, cu-
yas fibras presentan distinta orientación (oblicua, circular y longitudinal). Esta disposición favorece la contrac-
ción del estómago en muchas direcciones, facilitando así la acción de mezcla del estómago.

PÁNCREAS El páncreas es una glándula alargada en la que se distingue una porción derecha voluminosa (la
cabeza), una parte más estrecha (el cuerpo) y que termina a la izquierda por medio de una extremidad delga-
da (la cola). Su disposición es transversal y posterior a la curvatura mayor del estómago. El páncreas tiene
poco tejido conjuntivo. Aproximadamente el 1% de las células epiteliales glandulares constituye la porción
endocrina, representada por agrupamientos celulares denominados islotes pancreáticos que secretan hormo-

23
nas (glucagón, insulina, somatostatina y polipéptido pancreático). El 99% restante de las células forman grupos
denominados acinos, que constituyen la porción exocrina y secretan el jugo pancreático, un líquido con enzi-
mas digestivas.

El páncreas está comunicado con el duodeno por dos conductos, uno de menor tamaño (el conducto acceso-
rio) y otro de mayor tamaño (el conducto pancreático), por los que se vierte la secreción exocrina del pán-
creas. El conducto pancreático generalmente se une al conducto colédoco (proveniente del hígado y de la ve-
sícula biliar) formando la ampolla hepatopancreática, que se abre en el duodeno en la región denominada papi-
la duodenal mayor. Vascularización e inervación del páncreas La irrigación arterial procede de las arterias es-
plénica, gastroduodenal y mesentérica superior. Las venas drenan en las venas esplénicas y en la vena mesen-
térica superior. Los vasos linfáticos drenan en los nódulos pancreatoesplénicos, pancreatoduodenales y celía-
cos. Su inervación procede de los plexos celíaco y mesentérico superior.

HÍGADO La función digestiva del hígado consiste en producir bilis, una secreción verde amarillenta que se
almacena en la vesícula biliar y se libera en el duodeno durante la digestión. El hígado es la glándula más volu-
minosa del organismo. Se localiza bajo el diafragma, en mayor medida bajo el hipocondrio derecho, aunque
también se extiende hacia el hipocondrio izquierdo. Su superficie presenta dos caras, una visceral
(posteroinferior) y otra diafragmática (lisa y convexa). La cara visceral presenta una hendidura, el hilio o porta
hepático, por donde pasan los vasos sanguíneos y linfáticos, los conductos biliares y los nervios. Estos órganos
de paso constituyen un haz denominado pedículo hepático. La cara diafragmática está recorrida por el liga-
mento falciforme (pliegue de peritoneo hepático que constituye un medio de fijación del hígado al diafragma y
la pared abdominal anterior), que divide el hígado en un lóbulo derecho (que comprende la mayor parte del

24
hígado) y un lóbulo izquierdo.

A su vez, el lóbulo derecho está dividido en los lóbulos cuadrado, caudado y derecho propiamente di-
cho. De la capa de tejido conjuntivo que recubre el hígado parten tractos fibrosos que separan los lóbulos y,
además, dividen cada lóbulo en lobulillos. La cubierta fibrosa de cada lobulillo, por la que discurren pequeños
vasos sanguíneos, se denomina cápsula de Glisson. Los lobulillos hepáticos son las unidades anatómicas es-
tructurales del hígado y consisten en minúsculos prismas de base hexagonal. El centro del lobulillo es atrave-
sado por una vena central (que drena en la vena hepática), en torno a la que se disponen radialmente las célu-
las hepáticas. En las aristas de la superficie externa del lobulillo se disponen grupos de conductos diminutos,
las tríadas portales interlobulillares, que son ramas de la arteria hepática, la vena porta y el conducto hepáti-
co. Además, la vena central está conectada con las ramas de la vena porta a través de sinusoides, ramas veno-
sas irregulares que discurren entre las células hepáticas. Por otra parte, entre las células hepáticas se dispo-
nen canalículos biliares, que recogen la bilis (secreción de las células hepáticas) y la conducen hacia las ramas
del conducto hepático (conductos biliares).

CONDUCTOS BILIARES Y VESÍCULA BILIAR Los conductos biliares se unen para formar dos conductos
de gran tamaño, los conductos hepáticos derecho e izquierdo, que drenan los lóbulos hepáticos derecho e
izquierdo, respectivamente. Estos conductos surgen de la hendidura de la cara inferior del hígado (el hilio o
porta hepático), e inmediatamente se unen formando el conducto hepático común. El conducto hepático se
une con el conducto cístico de la vesícula biliar, para formar el conducto colédoco, el cual desemboca en el
duodeno en una zona denominada papila duodenal mayor (situada 7 a 10 cm por debajo del píloro, en la por-
ción descendente del duodeno).

La vesícula biliar es un reservorio membranoso de bilis, en forma de pera, aplicado a la cara inferior del
hígado. La bilis penetra a través del conducto hepático común del conducto cístico en la vesícula biliar, donde
se almacena y concentra. Durante la digestión, la vesícula se contrae y expulsa la bilis a través de los conduc-
tos cístico y colédoco al duodeno. Vascularización e inervación de los conductos biliares y la vesícular biliar
Las arterias de la vesícula biliar y el conducto cístico provienen de la arteria cística. Las venas son tributarias
de la vena porta. Los vasos linfáticos drenan en gran medida en los nódulos pediculares. La inervación proce-
de del vago izquierdo y del plexo celíaco.

INTESTINO DELGADO Situado a continuación del estómago, desemboca en el ciego a través del orifico
ileocecal. Tiene una longitud de 6 a 8 metros. Consta de dos partes pincipales: una relativamente fija, el duo-
deno, y otra móvil, el yeyunoíleon. :

 Duodeno.- Es la primera y la más corta de las partes del intestino delgado. Se extiende entre el
píloro y el yeyuno a lo largo de unos 25 cm de longitud, adoptando la forma de la letra C. El duo-
deno se divide en cuatro porciones: superior (se dirige hacia la derecha y algo superiormente),
descendente, horizontal (se dirige hacia la izquierda) y ascendente. Los primeros 2 cm de la por-
ción superior son móviles y constituyen la ampolla o bulbo duodenal. En la porción descendente
desembocan los conductos colédoco y pancreático, en la región denominada papila duodenal ma-
yor. La porción ascendente del duodeno se continúa con el yeyuno y la unión corresponde a un
ángulo agudo denominado flexura duodenoyeyunal.

25
 Yeyunoíleon.- Con en una longitud de 7 m, se extiende desde al ángulo duodenoyeyunal hasta el
ciego, ocupando la mayor parte de abdomen medio. Describe una serie de flexuosidades, deno-
minadas asas intestinales, dispuestas horizontalmente las superiores y verticalmente las inferio-
res.

Pared del intestino delgado Está adaptada a la digestión y absorción de nutrientes. Presenta cuatro capas:
mucosa, submucosa, muscular y serosa. La mucosa del intestino delgado presenta vellosidades intestinales,
que consisten en salientes filiformes muy cortos que recubren toda la mucosa, dándole un aspecto atercio-
pelado. Cada vellosidad contiene una arteriola, una vénula y un vaso linfático (quilífero). Las células epitelia-
les de las vellosidades tienen en su cara superficial microvellosidades (proyecciones de la membrana plasmá-
tica en forma de dedo), de tal modo que su visión al microscopio óptico recuerda un cepillo (por ello se
denomina borde en cepillo).

Además, existen pliegues circulares que aumentan todavía más la superficie del intestino delgado, y
que son más evidentes en las tres últimas porciones del duodeno y aproximadamente la mitad proximal del
yeyuno. Este sistema de vellosidades, microvellosidades y pliegues circulares aumenta considerablemente la
superficie del intestino delgado, posibilitando a este órgano como el principal lugar para la digestión y la ab-
sorción, especialmente en el duodeno y el yeyuno.

La capa muscular de la pared del intestino delgado está formada por músculo liso dispuesto en dos
estratos: uno superficial, más delgado, formado por fibras dispuestas longitudinalmente, y otro profundo,
formado por fibras circulares.

INTESTINO GRUESO Es la parte final del tubo digestivo. Se extiende entre el íleon y el ano. Tiene una lon-
gitud de 1,5 m y describe una figura con forma de signo de interrogación que rodea al intestino delgado. El
intestino grueso se distingue del delgado por cuatro características principales:

· Es más voluminoso.

· Está recorrido por cintas musculares longitudinales (tenias del colon).

· Entre las tenias se disponen saculaciones (haustras del colon), separadas por surcos transversales
(pliegues semilunares del colon).

· Unidos a lo largo de las tenias se disponen pequeños sacos del peritoneo llenos de grasa (apéndices
omentales o epiploicos).

En el intestino grueso se reconocen las siguientes partes: ciego, colon y recto.

a. · Ciego.- La desembocadura del íleon ocurre un poco por encima del extremo del intestino grueso,
formándose por debajo del orificio ileocecal un fondo de saco denominado ciego. El íleon forma con
el ciego un ángulo abierto hacia abajo y a la izquierda que recibe el nombre de flexura ileocecal. El ori-

26
ficio ileocecal está dotado de una válvula que permite el trasvase de material del íleon al intestino grue-
so, pero no en sentido contrario. El ciego normalmente está situado en la fosa ilíaca derecha. De su
pared medial y a 2-3 cm inferiormente al orificio ileocecal nace una prolongación denominada apéndice
vermiforme.

b. · Colon.- El colon continúa al ciego. En su tramo inicial asciende verticalmente (colon ascendente) has-
ta la cara visceral del hígado. Después se acoda, formando un ángulo denominado flexura cólica dere-
cha. Desde aquí se dirige casi transversalmente de derecha a izquierda (colon transverso) hasta el ex-
tremo inferior del bazo, donde se acoda de nuevo (flexura cólica izquierda) para descender vertical-
mente (colon descendente) hasta la fosa ilíaca izquierda. A continuación, el intestino grueso discurre
describiendo sinuosidades de forma y extensión variables (colon sigmoide), a través de la fosa ilíaca
interna y la pelvis menor hasta la altura del cuerpo de la tercera vértebra sacra (S3).

c. · Recto.- A continuación del colon sigmoide se dispone el segmento terminal del tubo digestivo, el rec-
to (de unos 17 a 20 cm de longitud), que está situado en la pelvis menor y termina en el ano. Los últi-
mos 2 a 3 cm del recto constituyen el conducto anal, comprendido en el espesor del periné (pared in-
ferior de la pelvis). En la superficie de la
pared del conducto anal emergen las co-
lumnas anales, conteniendo cada columna
una arteria y una vena (las dilataciones de
las venas del conducto anal producen las
hemorroides).

En el espesor de la pared del conducto


anal se disponen dos músculos esfinterianos,
uno interno (de músculo liso) y otro externo
(de músculo esquelético), que regulan la apertu-
ra del conducto al exterior. Pared del intestino
grueso Al igual que el intestino delgado, está
formada por cuatro capas: mucosa, submucosa,
muscular y serosa. La mucosa del colon
(revestimiento epitelial del colon) está elevada
por pliegues semilunares, que corresponden a
los surcos de la superficie externa que limitan
las haustras. La capa muscular está formada por
músculo liso dispuesto en dos estratos: uno su-
perficial, longitudinal e incompleto, que es grue-
so únicamente en las tenias, y otra profunda,
formada por fibras circulares. Los agrupamien-
tos de las fibras circulares forman los pliegues y
los surcos semilunares de las superficies interna
y externa del colon, respectivamente.

27
EL SISTEMA URINARIO

El aparato urinario comprende


una serie de órganos, tubos, músculos
y nervios que trabajan en conjunto pa-
ra producir, almacenar y transportar
orina. El aparato urinario consta de
dos riñones, dos uréteres, la vejiga,
dos músculos esfínteres y la uretra.
¿Cómo funciona el aparato urinario? Su
cuerpo absorbe los nutrientes de los
alimentos y los usa para el manteni-
miento de toda función corporal, in-
cluida la energía y la autoreparación.

Una vez que el cuerpo absorbe


lo que necesita del alimento, produc-
tos de desecho permanecen en la san-
gre y el intestino. El aparato urinario
trabaja con los pulmones, la piel y los
intestinos—los cuales también excre-
tan desechos—para mantener en equi-
librio las sustancias químicas y el agua
en el cuerpo.

Los adultos eliminan cerca de un litro y medio de orina al día. Esta cantidad depende de ciertos facto-
res, especialmente de la cantidad de líquido y alimento que una persona ingiere y de la cantidad de líquido
que pierde al sudar y respirar. Ciertos tipos de medicamentos también pueden afectar la cantidad de orina
que el cuerpo elimina. El aparato urinario elimina de la sangre un tipo de desecho llamado urea. La urea se
produce cuando los alimentos que contienen proteína, tales como la carne de res, la carne de ave y ciertos
vegetales, se descomponen en el cuerpo. La urea se transporta a los riñones a través del torrente sanguíneo.

Los riñones son órganos en forma de frijol más o menos del tamaño de un puño. Se localizan cerca de
la parte media de la espalda, justo debajo de la caja torácica. Los riñones eliminan la urea del cuerpo a través
de las nefronas, que son unidades minúsculas de filtrado. Cada nefrona consta de una bola formada por capi-
lares sanguíneos, llamados glomérulos, y un tubo pequeño llamado túbulo renal. La urea, junto con el agua y
otras sustancias de desecho, forma la orina mientras pasa por las nefronas y a través de los túbulos renales

28
del riñón. Desde los riñones, la orina viaja a la vejiga por dos tubos delgados llamados uréteres. Los uréteres
tienen 8 a 10 pulgadas de largo.

Los músculos en las paredes del uréter se aprietan y relajan constantemente para forzar la orina hacia
abajo y fuera de los riñones. Si se permite que la orina quede estancada o acumulada, se puede desarrollar
una infección renal. Alrededor de cada 10 a 15 segundos, pequeñas cantidades de orina se vacían en la vejiga
desde los uréteres. La vejiga es un órgano muscular hueco en forma de globo. Se encuentra sobre la pelvis y
se sostiene en su lugar por ligamentos conectados a otros órganos y a los huesos pélvicos.

La vejiga almacena la orina hasta que usted esté listo para ir al baño a expulsarla. La vejiga se hincha en
forma redonda cuando se encuentra llena y se torna pequeña cuando se encuentra vacía. Si el sistema urina-
rio está sano, la vejiga fácilmente puede retener hasta 16 onzas (2 tazas) de orina de 2 a 5 horas. Músculos
redondos, llamados esfínteres, ayudan a evitar el goteo de orina. Los músculos del esfínter se cierran con
fuerza como una goma elástica alrededor
de la abertura de la vejiga en la uretra, el
tubo que permite la expulsión de orina
fuera del cuerpo. Los nervios en la vejiga le
hacen saber cuándo orinar o cuándo es
tiempo de vaciar la vejiga.

Cuando la vejiga recién empieza a


llenarse de orina, se puede sentir ganas de
orinar. La sensación de orinar se hace más
fuerte mientras la vejiga continúa llenándo-
se y alcanza su límite. Entonces, los nervios
de la vejiga envían una señal nerviosa al
cerebro que indica que la vejiga se encuen-
tra llena, e intensifica el impulso de vaciar
la vejiga.

Cuando orinamos, el cerebro envía


señales a los músculos de la vejiga para que
se aprieten y expulsen la orina de la vejiga.
Al mismo tiempo, el cerebro envía señales
para que los músculos del esfínter se rela-
jen. Al relajarse estos músculos, la orina
sale de la vejiga por la uretra. Cuando to-
das las señales ocurren en el orden ade-
cuado, hay una micción (acto de orinar)
normal.
29
EL SISTEMA RESPIRATORIO

El sistema respiratorio está formado por los siguientes elementos:

NARIZ Y FOSAS NASALES La nariz es la parte superior del sistema respiratorio y varía en tamaño y forma
en diferentes personas. Se proyecta hacia adelante desde la cara, a la que está unida su raíz, por debajo de la
frente, y su dorso se extiende desde la raíz hasta el vértice o punta. La parte superior de la nariz es ósea, se
llama puente de la nariz y está compuesto por los huesos nasales, parte del maxilar superior y la parte nasal
del hueso frontal. La parte inferior de la nariz es cartilaginosa y se compone de cartílagos hialinos: 5 princi-
pales y otros más pequeños.

30
En el interior de la nariz se encuentra el tabique nasal que es parcialmente óseo y parcialmente cartila-
ginoso y divide a la cavidad nasal en dos partes llamadas las fosas nasales. La parte ósea del tabique está for-
mada por parte del hueso etmoides y por el vómer y se localiza en el plano medio de las fosas nasales hasta
el 7º año de vida. Después suele abombarse hacia uno de los lados, generalmente el derecho.

La parte cartilaginosa está formada por cartílago hialino y se llama cartílago septal. Las fosas nasales se
abren al exterior por dos aberturas llamadas los orificios o ventanas nasales, limitados por fuera por las alas
de la nariz, y se comunican con la nasofaringe por dos orificios posteriores o coanas.

En cada fosa nasal se distingue un techo, una pared medial, una pared lateral y un suelo. El techo es cur-
vado y estrecho y está formado por 3 huesos: frontal, etmoidal y esfenoidal. El suelo es más ancho que el te-
cho y está formado por parte de los huesos maxilar y palatino. La pared interna está formada por el tabique
nasal óseo y es lisa. La pared externa es rugosa debido a la presencia de 3 elevaciones óseas longitudinales:
los cornetes nasales superior, medio e inferior que se proyectan hacia el interior de cada fosa nasal y se cur-
van hacia abajo formando canales de paso de aire que se llaman meatos. Debajo del cornete superior se en-
cuentra el meato superior en donde desembocan los senos etmoidales. Debajo del cornete medio se encuen-
tra el meato medio en donde desembocan los senos maxilar y frontal. Debajo del cornete inferior se encuen-
tra el meato inferior, en donde desemboca el conducto lácrimo-nasal.

Las fosas nasales en su parte más exterior están recubiertas por piel que contiene un cierto número de
gruesos pelos cortos o vibrisas y en su parte restante, por una membrana mucosa con epitelio seudoestratifi-
cado columnar ciliado. Las vibrisas atrapan las partículas más grandes suspendidas en el aire inspirado antes
de que alcancen la mucosa nasal, mientras que el resto de partículas es atrapado por una fina capa de moco
segregada por las glándulas mucosas del epitelio, que luego es propulsado por los cilios hacia la faringe para
ser deglutido e inactivado en el estómago.

31
Además, el aire inspirado al pasar por la mucosa nasal es humedecido y calentado antes de seguir su
camino por las vías respiratorias. El 1/3 superior de la mucosa nasal, situada en el techo y la zona superior de
las paredes interna y externa de las fosas nasales, es la mucosa olfatoria, ya que contiene los receptores sen-
sitivos olfatorios.

SENOS PARANASALES Los senos paranasales son cavidades llenas de aire, de diferente tamaño y forma se-
gún las personas, que se originan al introducirse la mucosa de la cavidad nasal en los huesos del cráneo conti-
guos y, por tanto, están tapizadas por mucosa nasal, aunque más delgada y con menos vasos sanguíneos que
la que recubre las fosas nasales. Los huesos que poseen cavidades aéreas son el frontal, el etmoides, el esfe-
noides y el maxilar superior. En el recién nacido, la mayoría de senos son rudimentarios o están ausentes y
durante la infancia y la adolescencia crecen e invaden los huesos adyacentes.

El crecimiento de los senos es importante porque altera el tamaño y la forma de la cara y da resonancia
a la voz. El moco secretado por las glándulas de la mucosa que los tapiza, pasa a las fosas nasales a través de
los meatos.

Senos frontales. Se localizan entre las tablas interna y externa del hueso frontal, por detrás de los arcos su-
perciliares y a partir de los 7 años ya pueden ser visualizados en radiografías. Aunque es posible encontrar
numerosos senos frontales, lo habitual es que haya uno derecho y otro izquierdo, que rara vez son de igual
tamaño en una misma persona ya que el tabique que los separa no suele encontrarse en el plano medio. E l
tamaño de los senos frontales varía desde unos 5 mm hasta grandes espacios que se extienden lateralmente.
Cada seno frontal comunica con la fosa nasal correspondiente a través del meato medio.

Senos etmoidales. El número de cavidades aéreas en el hueso etmoides varía de 3-18 y no suelen ser visibles
radiológicamente hasta los 2 años de edad. Desembocan en las fosas nasales por los meatos superiores.

Senos esfenoidales. Suelen ser 2, se sitúan en el hueso esfenoides, por detrás de la parte superior de las fosas
nasales, están separados entre sí por un tabique óseo que habitualmente no se encuentra en el plano medio y

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están en relación con estructuras anatómicas importantes como son los nervios ópticos, el quiasma ópti-
co, la hipófisis, las arterias carótidas internas y los senos cavernosos. A diferencia de los otros senos éstos
desembocan en las fosas nasales por encima de los cornetes superiores.

Senos maxilares. Son los senos paranasales más grandes y su techo es el suelo de la órbita. En el momento
del nacimiento son muy pequeños pero luego crecen lentamente hasta el momento en que salen los dien-
tes permanentes. Desembocan en la fosa nasal correspondiente por el meato medio a través de un orificio
situado en la parte superior-interna del seno, de modo que es imposible su drenaje cuando la cabeza está
en posición vertical, motivo por el que se requieren maniobras especiales.

BOCA La boca es la primera parte del tubo digestivo aunque también se emplea para respirar. Está tapiza-
da por una membrana mucosa, la mucosa oral, con epitelio estratificado escamoso no queratinizado y limi-
tada por las mejillas y los labios. El espacio en forma de herradura situado entre los dientes y los labios, se
llama vestíbulo y el espacio situado por detrás de los dientes es la cavidad oral propiamente dicha. El techo
de la cavidad oral está formado por el paladar que consiste en dos partes: una ósea llamada paladar duro,
formada por parte de los huesos maxilar superior y palatinos y otra, formada por músculos pares recu-
biertos de mucosa, llamada el paladar blando o velo del paladar, que se inserta por delante en el paladar
duro y, por detrás es libre y presenta una proyección cónica en la línea media, la úvula. A cada lado del
paladar blando hay dos músculos recubiertos de repliegues verticales de mucosa que constituyen los dos
pilares anteriores y los dos pilares posteriores del paladar y forman el istmo de las fauces o puerta de co-
municación de la cavidad oral con la parte oral de la faringe u orofaringe. Por su parte anterior la cavidad
oral se comunica con el exterior por la abertura de la boca.

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FARINGE La faringe es un tubo que continúa a la boca y constituye el extremo superior común de los tu-
bos respiratorio y digestivo. En su parte superior desembocan los orificios posteriores de las fosas nasales
o coanas, en su parte media desemboca el istmo de las fauces o puerta de comunicación con la cavidad oral
y por su parte inferior se continúa con el esófago, de modo que conduce alimentos hacia el esófago y aire
hacia la laringe y los pulmones. Para una mejor descripción se divide en 3 partes: nasofaringe, situada por
detrás de la nariz y por encima del paladar blando, orofaringe, situada por detrás de la boca, y laringofarin-
ge, situada por detrás de la laringe. Debido a que la vía para los alimentos y el aire es común en la faringe,
algunas veces la comida pasa a la laringe produciendo tos y sensación de ahogo y otras veces el aire entra
en el tubo digestivo acumulándose gas en el estómago y provocando eructos.

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Nasofaringe. Se la considera la parte nasal de la faringe ya que es una extensión hacia atrás de las fosas nasa-
les, está recubierta de una mucosa similar a la mucosa nasal y tiene una función respiratoria. Hay varias co-
lecciones de tejido linfoide llamadas amígdalas, así, en su techo y pared posterior la amígdala faríngea
(llamada popularmente vegetaciones o adenoides). En su pared externa, desemboca la trompa de Eustaquio
que es la comunicación entre el oído medio y la nasofaringe y por detrás de cada uno de los orificios de
desembocadura se encuentran las dos amígdalas tubáricas. La infección de una adenoides puede diseminarse
a una amígdala tubárica por proximidad, produciendo el cierre de la trompa correspondiente y una infec-
ción en la cavidad timpánica, lo que dará lugar a una otitis media con el peligro consiguiente de pérdida de
audición temporal o permanente.

Orofaringe. Es la parte oral de la faringe y tiene una función digestiva ya que es continuación de la boca a
través del istmo de las fauces y está tapizada por una mucosa similar a la mucosa oral, también se le llama
bucofaringe. La orofaringe está limitada por arriba por el paladar blando, por abajo por la base de la lengua,
en donde se encuentra una colección de tejido linfoide llamada amígdala lingual, y por los lados por los pila-
res del paladar anteriores y posteriores, entre los cuales, en cada lado, se encuentra otra colección de teji-
do linfoide que constituye las amígdalas palatinas (que cuando se infectan son llamadas popularmente angi-
nas) cuya parte visible no es una guía exacta de su tamaño real porque una gran porción de ellas puede es-
tar oculta por detrás de la lengua. Las amígdalas palatinas, lingual y faríngea constituyen una banda circular
de tejido linfoide situada en el istmo de las fauces llamada anillo amigdalino o anillo de Waldeyer que tiene
la misión fundamental de evitar la diseminación de las infecciones desde las cavidades nasal y oral hacia los
tubos respiratorio y gastrointestinal.

Laringofaringe Es la parte laríngea de la faringe ya que se encuentra por detrás de la laringe. Está tapizada
por una membrana mucosa con epitelio plano estratificado no queratinizado y se continúa con el esófago.
Por su parte posterior se relaciona con los cuerpos de las vértebras cervicales 4ª a 6ª.

LARINGE

Es un órgano especializado que se encarga de la fonación o emisión de sonidos con la ayuda de las
cuerdas vocales, situadas en su interior. Está localizada entre la laringofaringe y la tráquea y es una parte
esencial de las vías aéreas ya que actúa como una válvula que impide que los alimentos deglutidos y los
cuerpos extraños entren en las vías respiratorias. Está tapizada por una membrana mucosa con epitelio es-
tratificado escamoso no queratinizado y su esqueleto está formado por 9 cartílagos unidos entre sí por di-
versos ligamentos. Tres cartílagos son impares: el tiroides, el cricoides y la epiglotis y tres cartílagos son
pares: los aritenoides, los corniculados y los cuneiformes.

Cartílago tiroides Es el más grande de los cartílagos laríngeos y está compuesto por 2 láminas cuadriláteras
de cartílago hialino que se fusionan por delante en la línea media, formando la prominencia laríngea o nuez
de Adán que es más marcada en los hombres porque el ángulo de unión de las láminas es mayor que en las
mujeres. Por su borde existen entre un medio y el otro, sin embargo a pesar de ello, es fundamental la in-
demnidad de los compartimientos tanto aéreos como sanguíneos, así como también de la membrana respi-
ratoria.

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Considerando lo anterior, se puede definir cada una de las partes del siguiente modo:

superior se une al hueso hioides. El borde posterior de cada lámina se proyecta hacia arriba como cuerno
superior y hacia abajo como cuerno inferior; los cuernos inferiores se articulan con el cartílago cricoides.

Cartílago cricoides. Es el más inferior de los cartílagos laríngeos y tiene la forma de un anillo de sello con
el sello dirigido hacia atrás. Está formado por cartílago hialino y es más pequeño que el cartílago tiroides
pero más grueso y fuerte. Su borde superior se articula con el cartílago tiroides y su borde inferior con el
primer anillo de la tráquea.

Cartílago epiglotis. Tiene forma de raqueta, está formado por cartílago elástico y situado por detrás de la
raíz de la lengua y del hueso hioides y por delante del orificio de entrada a la laringe. Su borde superior es
libre y forma el borde superior del orificio laríngeo y su borde inferior está unido al cartílago tiroides.

Cartílagos aritenoides. Son 2, están formados por cartílago hialino y se articulan con el cartílago cricoides.
En cada uno de ellos se inserta un ligamento que forma parte de una cuerda vocal.

Cartílagos corniculados y cuneiformes. También son cartílagos pares y están formados por cartílago elásti-
co. Los cartílagos corniculados están unidos a los vértices de los aritenoides y son como una prolongación
de éstos y los cartílagos cuneiformes se encuentran en los pliegues de unión de los aritenoides y la epiglo-

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tis. Estos cartílagos se aproximan cuando se cierra el orificio de entrada a la laringe en el momento de de-
glutir.

INTERIOR DE LA LARINGE

La cavidad o interior de la laringe se extiende desde el orificio de entrada a la laringe hasta el borde
inferior del cartílago cricoides en donde se continúa con la tráquea, y queda dividida en 3 partes por dos
pliegues superiores (o vestibulares o cuerdas vocales falsas) y dos pliegues inferiores (o cuerdas vocales
verdaderas) que se proyectan hacia el interior de la laringe desde cada lado.

La parte de la cavidad laríngea situada por encima de los pliegues superiores se llama vestíbulo larín-
geo, la situada entre los pliegues superiores y los inferiores se llama ventrículo laríngeo y la situada por de-
bajo de los pliegues inferiores se llama cavidad infraglótica. La mucosa laríngea está recubierta de epitelio
estratificado escamoso no queratinizado hasta la cavidad infraglótica a partir de la cual se encuentra un epi-
telio seudoestratificado columnar ciliado que ya se continúa con el de la mucosa de la tráquea. Los pliegues
superiores o vestibulares o cuerdas vocales falsas están separados entre sí por la hendidura vestibular y los
pliegues inferiores o cuerdas vocales verdaderas están separados entre sí por la hendidura glótica. La glotis
incluye las cuerdas vocales verdaderas y la hendidura glótica y es, por tanto, la parte de la cavidad laríngea
más directamente relacionada con la emisión de voz.

Las cuerdas vocales falsas consisten en 2 espesos pliegues de mucosa que rodean a unos ligamentos y se
extienden entre los cartílagos tiroides y aritenoides. No tienen papel en la emisión de voz sino que forman
parte del mecanismo protector por el que la laringe se cierra en el momento de deglutir para evitar la en-
trada de alimentos u otros cuerpos extraños en las vías respiratorias.

Las cuerdas vocales verdaderas tienen forma de cuña con un vértice que se proyecta hacia el interior de la
cavidad laríngea y una base que se apoya en el cartílago tiroides. Cada cuerda vocal verdadera está com-
puesta por un ligamento, por una membrana elástica y por fibras de músculo estriado. Todo ello tapizado
por una membrana mucosa con epitelio estratificado escamoso no queratinizado. La forma de la hendidura
glótica variará según la posición de las cuerdas vocales. Mientras se respira tranquilamente la hendidura gló-

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tica se estrecha y presenta forma de cuña y, en cambio, se ensancha en la inspiración intensa. Al hablar, las
cuerdas vocales se aproximan mucho de modo que la hendidura glótica aparece como una línea. Los cam-
bios en el tono de voz se deben a variaciones en la tensión y en la longitud de las cuerdas vocales, en el an-
cho de la hendidura glótica y en la intensidad de los esfuerzos respiratorios, así por ejemplo, los tonos ba-
jos de la voz de los hombres se deben a la mayor longitud de sus cuerdas vocales.

TRÁQUEA Es un ancho tubo que continúa a la laringe y está tapizado por una mucosa con
epitelio seudoestratificado columnar ciliado. La luz o cavidad del tubo se mantiene abierta por
medio de una serie de cartílagos hialinos (16-20) en forma de C con la parte abierta hacia atrás.
Los extremos abiertos de los anillos cartilagino- sos quedan estabilizados por fibras musculares
lisas y tejido conjuntivo elástico formando una superficie posterior plana en contac-
to directo con el esófago, por delante del cual desciende, lo
que permite acomodar dentro de la tráquea las expansiones
del esófago producidas al tra- gar.

Termina a nivel del ángulo esternal y de la


apófisis espinosa de la 4ª vértebra torácica,
al dividirse en los bronquios principa-
les derecho e iz- quierdo. El arco o
cayado de la aorta en un principio
es anterior a la trá- quea y luego se
coloca en su lado izquierdo.

BRONQUIOS Los bronquios


principales son dos tubos formados
por anillos com- pletos de cartíla-
go hialino, uno pa- ra cada pulmón, y
se dirigen hacia abajo y afuera
desde el final de la tráquea hasta los
hilios pulmonares por donde pene-
tran en los pulmones.

El bronquio principal derecho es más vertical, corto y ancho que el izquierdo lo que explica que sea
más probable que un objeto aspirado entre en el bronquio principal derecho. Una vez dentro de los pulmo-
nes, los bronquios se dividen continuamente, de modo que cada rama corresponde a un sector definido del
pulmón.

Cada bronquio principal se divide en bronquios lobulares que son 2 en el lado izquierdo y 3 en el la-
do derecho, cada uno correspondiente a un lóbulo del pulmón. Cada bronquio lobular se divide, a su vez,
en bronquios segmentarios que corresponden a los llamados segmentos pulmonares, cada uno de los cua-
les tiene sus propios bronquio, arteria y vena segmentarios. Los bronquios segmentarios, a su vez, se divi-
den en bronquios más pequeños o bronquíolos que se ramifican en tubos más pequeños, de un modo repe-
tido hasta formar los bronquíolos terminales. Toda esta ramificación bronquial se parece a un árbol inverti-
do y por ello se llama árbol bronquial. A medida que se produce la ramificación bronquial, el epitelio de la
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mucosa va cambiando.

En los bronquios principales, lobulares y segmenta-


rios la mucosa tiene epitelio seudoestratificado columnar
ciliado. En los bronquiolos más grandes pasa a tener epite-
lio columnar simple ciliado, en los bronquiolos más peque-
ños, epitelio cuboidal simple ciliado y en los bronquiolos
terminales, epitelio cuboidal simple no ciliado. Además los
anillos cartilaginosos van desapareciendo y las fibras mus-
culares lisas van aumentando, hasta que ya no hay cartílago
y solo músculo 9 liso en la pared de los bronquiolos más
pequeños, de modo que la contracción muscular puede
cerrar la cavidad de estos bronquiolos, impidiendo la en-
trada de aire en los alvéolos, como sucede por ejemplo en
una crisis asmática, lo que puede ser una situación amena-
zadora para la vida.

PULMONES Los pulmones son los órganos esenciales de la respiración. Son ligeros, blandos, esponjo-
sos y muy elásticos y pueden reducirse a la 1/3 parte de su tamaño cuando se abre la cavidad torácica.
Durante la primera etapa de la vida son de color rosado, pero al final son oscuros y moteados debido al
acúmulo de partículas de polvo inhalado que queda atrapado en los fagocitos (macrófagos) de los pulmo-
nes a lo largo de los
años. Cada pulmón tie-
ne la forma de un semi-
cono, está contenido
dentro de su propio
saco pleural en la cavi-
dad torácica, y está se-
parado uno del otro
por el corazón y otras
estructuras del medias-
tino. El pulmón dere-
cho es mayor y más
pesado que el izquier-
do y su diámetro verti-
cal es menor porque la
cúpula derecha del dia-
fragma es más alta, en
cambio es más ancho
que el izquierdo por-
que el corazón se
abomba más hacia el
lado izquierdo.

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BLOQUE 4
CIRCULACIÓN

40
EL SISTEMA CIRCULATORIO

Los vasos sanguíneos


Las arterias

Se denominan arterias a aquellos vasos sanguíneos que llevan la sangre desde el corazón hasta los ór-
ganos corporales. Son conductos gruesos y elásticos que nacen en los ventrículos circulando en su interior
la sangre a presión debido a la elasticidad de sus paredes. Estos vasos membranosos, elásticos, con ramifica-
ciones divergentes, encargados de distribuir por todo el organismo la sangre expulsada en cada sístole de las
cavidades ventriculares, van haciéndose cada vez más finos hasta que finalmente se convierten en capilares,
vasos muy finos a través de los cuales se realiza el intercambio gaseoso y de sustancias entre la sangre y los
tejidos.
Del corazón salen dos arterias: La arteria pulmonar, que sale del ventrículo derecho y lleva la sangre a
los pulmones. La arteria aorta, que sale del ventrículo izquierdo, es la principal arteria del cuerpo y da ori-
gen a todas las arterias del sistema circulatorio, excepto a las arterias pulmonares. Su función es transportar
y distribuir sangre rica en oxígeno a todas esas arterias, siendo las más importantes las siguientes:
 Las carótidas, que aportan sangre oxigenada a la
cabeza.
 Las subclavias, que aportan sangre oxigenada a los
brazos.
 La hepática, que aporta sangre oxigenada al hígado.
 La esplénica, que aporta sangre oxigenada al bazo.
 Las mesentéricas, que aportan sangre oxigenada al
intestino.
 Las renales, que aportan sangre oxigenada a los ri-
ñones.
 Las ilíacas, que aportan sangre oxigenada a las pier-
nas.

Venas
Son vasos sanguíneos de paredes delgadas y poco
elásticas que conducen la sangre con dióxido de carbono
y desechos desde los capilares al corazón, desembocando
en las aurículas. El cuerpo humano tiene más venas que
arterias. En el interior de las venas existen las válvulas

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semilunares que impiden el retroceso de la sangre, favoreciendo el retorno venoso de la sangre hacia el co-
razón. Las venas están formadas por tres capas:
 Interna o endotelial
 Media o muscular
 Externa o adventicia.

Capilares
Los capilares son los vasos sanguíneos de menor diámetro, vasos sanguíneos microscópicos entre las arte-
rias y las venas, que están formados solo por una capa de tejido, lo que permite el intercambio de sustancias
entre la sangre y las que se encuentran alrededor de ella.
La pared capilar está formada por una capa de células endoteliales muy aplanadas, una lámina basal y una pe-
queña red de fibras reticulares. A esta pared pueden unirse algunas células. Podemos encontrarnos capilares
venenosos o arteriales:
Capilar venoso (vénula), encargado de llevar sangre desoxigenada hacia el corazón por medio de las vénulas
donde se encuentran las venas para que luego éste lo bombee a las distintas partes del cuerpo
Capilar arterial (arteriola), encargado de transportar la sangre oxigenada a los diferentes tejidos y órganos

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La Sangre

La sangre es en realidad un tejido fluido de color rojo, debido al pigmento hemoglobínico que contie-
nen los eritrocitos, contiene un 80% de agua y un 20% de sustancias sólidas. Es espesa porque contiene una
variedad de células, cada una de las cuales con una función diferente. Está compuesta principalmente de
plasma, un líquido amarillento que contiene un 90 % de agua. Además de agua, el plasma contiene sales, azú-
car (glucosa) y otras sustancias. Y lo que es más importante, contiene proteínas que transportan nutrientes
a las células del organismo y fortalecen el sistema inmunitario para que pueda combatir las infecciones.
La sangre tiene una constitución compleja y está constituida por los glóbulos blancos, los glóbulos ro-
jos y las plaquetas, que circulan con el plasma.
Los Glóbulos Blancos, también llamados leucocitos, son células que tienen muchas formas y tamaños dife-
rentes, siendo vitales para el sistema inmunitario ya que combaten las infecciones. Cuando el organismo
combate una infección, aumenta la producción de los mismos. Aun así, comparado con el número de glóbu-
los rojos, el número de glóbulos blancos es bajo. La mayoría de los adultos sanos tienen alrededor de 700
veces más glóbulos rojos que blancos.
Los Glóbulos Rojos, también llamados eritrocitos, son los que transportan el oxígeno. De los tres tipos de
células sanguíneas, los glóbulos rojos son las más numerosas. Un adulto sano tiene alrededor de 35 billones
de estas células. El organismo crea alrededor de 2,4 millones de estas células por segundo y cada una vive
unos 120 días.
Las Plaquetas, también llamadas trombocitos intervienen en el proceso de coagulación sanguínea, para dete-
ner el flujo de sangre fuera del cuerpo, cuando se rompe una vena o una arteria. Además, la sangre contiene
hormonas, grasas, hidratos de carbono, proteínas y gases.

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