Está en la página 1de 46

CENTRO DE ESTUDIOS DEL MAYAB

GEOCIENCIAS

Nombre del Estudiante: _________________________________________________________


BLOQUE 1
CONOCIENDO LAS GEOCIENCIAS
EL ESPACIO GEOGRÁFICO

El lugar es la unidad básica de la geografía, “el átomo del espacio geográfi-


co”. El espacio geográfico se compone de una multitud, de una infinidad de luga-
res. Éstos se definen por su posición y su forma en una escala determinada.
La posición es única –la latitud, la longitud y la altitud– y no se modifica por el
cambio de escala.

La forma se define gracias a los tres elementos básicos en geografía: el


punto, la línea y la superficie. La escala de percepción o de estudio puede modifi-
car la forma como el elemento asociado al lugar: una ciudad puede ser un punto
perdido en el mundo o una superficie con elementos asociados internos.

La localización se distingue del lugar porque sitúa a este último. La locali-


zación introduce la noción de diferencia, de relatividad: un lugar no es necesa-
riamente igual a otro. La localización es, entonces, un acto social de inscripción
de un lugar en la especificidad: ¿Dónde está?, ¿cómo está?, ¿cómo se diferencia?

Dentro de los numerosos conceptos que se utilizan en geografía el concepto de


espacio es el que realmente ha modernizado la geografía. Es también el término
que tiene una definición conceptual hoy en día bastante estable y consensuada.

El espacio geográfico es un tejido de localizaciones, tiene una estructura


por la organización de las localizaciones y es un sistema porque existen relacio-
nes entre las localizaciones. El espacio geográfico es entonces una porción con-
creta de la superficie terrestre que puede ser considerada, a una escala determinada,
en su conjunto, en cada uno de sus lugares, en sus relaciones internas y en sus relacio-
nes externas con los demás espacios.

Muchos espacios geográficos no son completamente delimitados, en la


medida que son genéricos en el sistema mundo: espacio montañoso, espacio
urbano, espacio económico, por ejemplo. Tampoco los espacios son concretos,
son abstractos y fundamentalmente anisotrópicos.

El espacio rural no comprende solamente las fincas, los animales, las par-
celas de cultivos, etc., sino también el conjunto de relaciones que pueden existir
3
entre estos objetos: modalidad de tenencia de la tierra, heren-
cia, mercado, reciprocidad, comunidades, etc. El espacio ur-
bano tampoco se reduce a las casas, edificios e infraestructuras.

Lo original del espacio geográfico (a diferencia del espa-


cio social, económico, jurídico u otros) es la realidad de los
lugares diferenciados como un conjunto de relaciones e inter-
acciones con reglas propias determinadas por la extensión, el espaciamiento, la distancia, la gravedad, etc.,
ellas mismas relativas a la sociedad que lo construyeron.

La definición de la naturaleza del espacio estará, entonces, basada en la determinación de la identi-


dad de los lugares y de la relatividad de su situación en el mundo, la localización.

Hay diferentes componentes del espacio geográfico: naturales, sociales, políticos, económicos, culturales.
 COMPONENTES NATURALES son todas aquellas características creadas por la naturaleza como
los ríos, mares, montañas, lagos, lagunas, etc.
 COMPONENTES SOCIALES son las actividades humanas inmersas en la creación de la sociedad
como las actividades religiosas, las fronteras entre países, etc.
 COMPONENTES ECONÓMICOS la actividad económica es el resultado de la interacción entre los
componentes naturales y sociales.
 COMPONENTES POLÍTICOS son los componentes que marcan las divisiones no naturales entre
los territorios. Por ejemplo las fronteras, jurisdicciones, políticas gubernamentales, acuerdos nacio-
nales. Cada municipio tiene gobernantes que adoptan medidas diferentes, aunque todo el territorio
mexicano está regido por la constitución. Los países vecinos tienen sus diferentes políticas y acuer-
dos.
 COMPONENTES CULTURALES son las tradiciones y la forma de vida que tiene cada comunidad.
Aunque todos vivamos en México, las tradiciones de cada estado, incluso de cada ciudad son dife-
rentes. Estos componentes hacen única a cada localidad.

4
LAS CIENCIAS DE LA TIERRA Y EL ESPACIO

La erupción de un volcán, el terror causado por un terremoto, el escenario de un valle de montaña y la des-
trucción causada por una avalancha son temas de estudio para el geólogo.

El estudio de la Geología aborda muchas cuestiones fascinantes y prácticas sobre nuestro entorno. ¿Qué
fuerzas producen las montañas?, ¿habrá en algún momento un gran terremoto en Yucatán?, ¿cómo fue el
período glacial?, ¿habrá otro?, ¿cómo se formaron nuestros yacimientos petroleros?, ¿deberíamos buscar
petróleo aquí?, ?, ¿se encontrará mármol si se perfora un pozo en este lugar?.

El tema de este compendio son las Ciencias de la Tierra, dónde se persigue la comprensión del planeta Tie-
rra. Estas Geociencias están compuestas por numerosas ciencias, una de ellas, la Geología, se ha dividido
tradicionalmente en dos: la física y la histórica. La Geología física, estudia los materiales que componen la
tierra y busca comprender los diferentes procesos que actúan debajo y encima de la superficie terrestre. El
objetivo de la Geología histórica es comprender el origen de la Tierra y su evolución a lo largo del tiempo.

En el transcurso de su existencia, la Tierra ha ido cambiando. De hecho, está cambiando mientras lee esta
página y continuará haciéndolo en un futuro previsible. Algunas veces los cambios son rápidos y violentos,
como cuando se producen deslizamientos o erupciones volcánicas. A menudo, los cambios tienen lugar de
una manera tan lenta que no se aprecian durante toda una vida. Las escalas de tamaño y espacio también
varían mucho entre los fenómenos que los geólogos estudian. Algunas veces éstos deben concentrarse en
fenómenos submicroscópicos, mientras que en otras ocasiones deben tratar con características de escala
continental o global. La Geología se percibe como una ciencia que se realiza en el exterior, lo cual es co-
rrecto. Una gran parte de la Geología se basa en observaciones y experimentos llevados a cabo en el cam-
po. Pero la Geología también se realiza en el laboratorio donde, por ejemplo, el estudio de varios materia-
les terrestres permite comprender muchos procesos básicos.

Con frecuencia, las Geociencias requieren una comprensión y una aplicación del conocimiento y los princi-
pios de la Física, la Química y la Biología. En esta asignatura se pretende ampliar nuestro conocimiento del
mundo natural y del lugar que ocupamos en él, incluyendo cosas tan aterrorizantes como los desastres na-
turales hasta escenas de lo más normales, como la lluvia y la formación de la costa.

Los riesgos naturales son parte de la vida en la Tierra, por lo que su estudio se da como parte de las
Geociencias. Cada día afectan de forma adversa literalmente a millones de personas en todo el mundo y son

5
responsables de daños asombrosos. Entre los procesos terrestres peligrosos estudiados por los geólogos,
se cuentan los volcanes, las inundaciones, los terremotos y los deslizamientos. Por supuesto, los riesgos
geológicos son simplemente procesos naturales. Sólo se vuelven peligrosos cuando las personas intentan
vivir donde estos procesos suceden.

Los recursos representan otro importante foco de la Geología, que es de gran valor práctico para las per-
sonas. Estos recursos son el agua y el suelo, una gran variedad de minerales metálicos y no metálicos, y la
energía. En conjunto, forman la verdadera base de la civilización moderna. La Geología aborda no sólo la
formación y la existencia de estos recursos vitales, sino también el mantenimiento de sus existencias y el
impacto ambiental de su extracción y su uso. El rápido crecimiento de la población mundial y las aspiracio-
nes de todos a un mejor modo de vida están complicando todas las cuestiones ambientales. Cada año la
población terrestre aumenta en cien millones de personas, lo cual significa una demanda cada vez mayor
de recursos y una presión creciente para que las personas habiten en ambientes con peligros geológicos
significativos.

No sólo los procesos geológicos tienen un impacto sobre las personas, sino que nosotros, los seres huma-
nos, podemos influir de forma notable en los procesos geológicos también. Por ejemplo, las crecidas de
los ríos son algo natural, pero las actividades humanas, como aclaramiento de bosques, construcción de
ciudades y construcción de embalses, pueden cambiar su magnitud y frecuencia. Por desgracia, los sistemas
naturales no se ajustan siempre a los cambios artificiales de maneras que podamos prever. Así, una altera-
ción en el medio ambiente que se preveía beneficiosa para la sociedad a menudo tiene el efecto opuesto.

6
PRINCIPIOS METODOLÓGICOS EN LA GEOGRAFÍA

La geografía, como toda disciplina científica, fundamenta su accionar aplicando sus propios principios metodo-
lógicos con el fin de perseguir su objetivo principal, esto es, explicar los procesos, fenómenos y dinámicas del
espacio geográfico. La metodología geográfica es, a su vez, una formulación particular del método científico
que organiza y formaliza el quehacer de toda actividad científica. El método científico es el proceso de organi-
zación de conocimientos sistematizados y organizados que permiten explicar fenómenos y establecer relacio-
nes entre los hechos de manera objetiva.

Cabe aclarar que la forma de organización de estos conocimientos se encuentra sujeta al devenir histó-
rico, por lo que el método científico ha variado a lo largo de la historia de la ciencia y lo seguirá haciendo en
el futuro. De hecho, siempre ha existido un intenso y fructífero debate entre los especialistas sobre la exis-
tencia, o no, de un solo método científico, así como de las teorías que lo sustentan. A pesar de ello, los geó-
grafos han reconocido hasta hoy que existen al menos cinco principios metodológicos que guían el quehacer
de su actividad, mismos que a continuación se explican:

Principio de localización y distribución: Este principio se elaboró en el III Congreso Geográfico Internacio-
nal, en Venecia, en 1881, y fue el primero y más fecundo en consecuencias. La geografía localiza los hechos
geográficos y los analiza en su distribución espacial. Sin localización no puede haber estudio geográfico. Esa
tarea de localizar es imprescindible porque sin conocer la distribución de los fenómenos no cabe plantearse
interrogantes.

En nuestra disciplina, la localización es el mejor camino para todo análisis científico, de ahí que el mapa
constituya el instrumento geográfico por excelencia, sin embargo, una geografía simplemente localizadora se
convertiría en mera descripción; no sería ciencia

Principio de universalización, comparación o generalización: Fue enunciado y desarrollado por P. Vidal de la


Blache (1845-1918), fundador de la moderna geografía francesa, en un sustancioso artículo publicado en la
revista “Anales de Géographie” (años 1895-1896), por él creada y dirigida. Lo denomina principio de Geogra-
fía General.

Su discípulo Emmanuel de Martonne, lo enunció así: “el estudio geográfico de un fenómeno supone la
preocupación constante por los fenómenos análogos que puedan darse en otros lugares de la superficie te-
rrestre”. La aplicación de este principio es muy importante: la comparación de fenómenos en diversas partes
de la superficie terrestre permite individualizar, resaltar la personalidad de ciertos hechos y, sobre todo, ge-
neralizar. El estudio de los paisajes necesita de la analogía y de la comparación, analogía porque los alumnos
ven y deben aprehender sus propios paisajes que pueden ser parecidos a otros lejanos, como aquellos en los

7
que domina un clima mediterráneo; contraste porque pueden comparar con aquellos que son diferentes,
propios de otros climas como el tropical o el polar; esos paisajes “lejanos” pueden ser aproximados al es-
tudiante a través de Internet, que actuará como inestimable medio de representación de las imágenes de
los mismos, ya que las imágenes visuales son el camino más corto para comprender ideas y características
que, de no ser así, necesitarían de largas explicaciones.

Principio de conexión o coordinación: Se añade a los anteriores; es necesario para precisar el método, el
espíritu y, en cierta manera, el contenido de la geografía. Cabría enunciarlo así: todos los fenómenos geo-
gráficos se encuentran relacionados unos con otros. Deberán examinarse, por tanto, en sus mutuas cone-
xiones, teniendo en cuenta sus influencias recíprocas, por tanto hay que partir de la globalización marcada
por el principio de generalización para tratar de conectar hechos geográficos de manera que el alumno
comprenda causas y consecuencias.

A los dos grandes fundadores (Humboldt y Ritter) les animó este afán de estudiar los fenómenos te-
rrestres en sus conexiones; poner siempre de manifiesto su interdependencia. De ahí que naciera con ellos
la verdadera mentalidad geográfica. Por lo que este principio se considera como el más importante.

Principio de evolución y dinamismo Nuestra ciencia estudia fenómenos actuales, pero éstos evolucio-
nan. Todo cuanto existe sobre la Tierra se ve sometido a cambios. Después de tal aserto, cabe exponer el
principio de la siguiente forma: para llegar a una explicación completa de los hechos actuales de la superfi-
cie terrestre, debe tenerse muy en cuenta su evolución, tanto acerca de fenómenos físicos (recurrir a la
geología) como en lo referente a la actividad humana (recurrir a la historia). Un fenómeno geográfico es
siempre un eslabón de una larga cadena. Así, resulta imposible explicar los paisajes agrarios españoles sin
retroceder a la desamortización de las tierras, decretada por Mendizábal en 1836.

Extensión: permite reconocer la magnitud en el tiempo y en el espacio (duración y alcance) de los he-
chos y fenómenos geográficos; por ejemplo, el tiempo que duró la erupción del volcán Paricutín, en Mi-
choacán y hasta dónde se esparcieron sus lavas y cenizas. Responde a la pregunta: ¿cuál es el tamaño, des-
de cuándo y cuánto duró?

8
LA GEOCRONOLOGÍA

La Geología Histórica pretende describir y estudiar la historia de la Tierra desde que se origina hasta
hoy, para lo cual se realizan estudios de las rocas de la Tierra: su distribución en la corteza, contenido orgáni-
co y cualquier otro aspecto que nos permita diferenciar áreas de erosión (continentes) y áreas de sedimenta-
ción (cuencas). Se divide en eones, eras, periodos y épocas.
ERA PRECÁMBRICA
El período comprendido entre el nacimiento del planeta y la aparición de formas complejas de vida. Alrede-
dor del 88 por ciento de los 4.500 millones de años que se calcula a la Tierra pertenecen a este espacio de
tiempo. Es anterior a la aparición de metazoos de concha dura y por tanto abarca desde los 4.600 Ma. a los
545 Ma. Es la etapa de la Tierra que más se desconoce y que se ha dividido en: Hadeánico, Arcaico, Protero-
zoico y Fanerozoico. Aquí se formaron grandes masas graníticas que afloran en forma de domo y están afec-
tadas por metamorfismo en facies granulitas, con xenolitos de ortocuarcitas, mármoles y cuarcitas con for-
maciones de hierro bandeado. Una de las primeras faunas es el de Ediacara en Australia.

ERA PALEOZOICA
Período cámbrico
Procede del nombre romano para Gales (Cambria), donde se estudiaron por primera vez las rocas que con-
tienen las primeras pruebas de formas complejas de vida. Yacimientos importantes como Burgess Shale en la
Columbia Británica, Canadá. Ocurrieron 3 extinciones, la última marca el límite Cámbrico-Ordovícico. Se
cree que fue debido a enfriamiento, ya que sobreviven trilobites de agua fría. El nivel del mar es en general
muy bajo y progresivamente alto sin continente polar. La famosa explosión de vida se origina aquí, donde de
acuerdo con el registro fósil, pasa de unas cuantas marcas de vida blanda, a toda una diversificación de vida
bentónica y nectónica sin precedentes. Los primeros rastros de cordados surgen aquí.

Período Ordovícico
Su nombre proviene de la tribu de los ordovicios, en la época de la expansión romana. Duró del 500 al 440
m.a. El nivel del mar es muy alto, 50% continentes están cubiertos. El hemisferio sur se encuentra con un
continente polar: GONDWANA, se inicia una Glaciación que se seguirá hasta el Silúrico. Ocurre una extin-
ción masiva, el 50% de los arrecifes desaparecen. Se tienen registro de las primeras plantas primitivas que in-
vaden el medio terrestre del continente existente.

Período silúrico
Nombres dados por las tribus celtas a los siluros, que vivieron en Gales durante la conquista romana. En este
periodo grandes áreas de los continentes fueron inundados por los océanos. Grandes arrecifes de coral y
9
algas fueron encontrados en este periodo. Los trilobites fueron numerosos y los peces primitivos aparecen
incrementados, y los euriptéridos o escorpiones marinos invaden la Tierra. Pueden haber sido los primeros
animales sobre la tierra y aliento en el aire. Se dio también la aparición de los primeros peces con mandíbu-
la.

Período devónico
Debe su nombre al condado de Devonshire, Inglaterra, donde estas rocas se estudiaron por primera vez.
Aquí los tetrápodos (vertebrados con cuatro extremidades) invaden la tierra, con lo cual ya tienen compe-
tencia los artrópodos que habían sido los primeros en colonizar suelo firme. Las plantas se diversifican y se
desarrollan de tamaños distintos.

Período carbonífero
Debido a que estas rocas han producido mucho carbón es que ha sido bautizado así. En este periodo se
originaron las amniotas, con los reptiles primitivos. Existió una abundancia de anfibios enormes como los
como Eryops, Diplovertebron, etc. Los insectos voladores y terrestres llegan a alcanzar hasta 90 cm de largo,
gracias al porcentaje de oxígeno en el aire (75%), como Meganeura.

Período pérmico
Debe su nombre a la provincia de Perm, Rusia, donde se estudiaron por primera vez las rocas de este perio-
do. Abarcó desde hace 295 a 250 maa, con una duración de 45 millones de años. Se subdivide en Cisuralien-
se, Guadalupiense y Lopingiense. Aquí se diversifican los sinápsidos como los vertebrados terrestres domi-
nantes durante todo el periodo, como el Dimetrodon, Cistecephalus, Inostrancevia, Dicynodon, y un sinnúmero
más, que evolucionaron de los reptiles.

Las zonas de tierra se unieron en un único continente llamado Pangea, rodeado de un único océano
conocido como Panthalassa. Reinó un clima cálido tropical todo el periodo, con enormes desiertos interio-
res. Al final del Pérmico se da la mayor extinción de toda la historia de la Tierra, con porcentajes que van
desde el 95 al 99%. Existen sitios con ricos yacimientos fosilíferos de este periodo en algunas partes de la
Tierra, como Karoo Basin en Sudáfrica, que es un yacimiento con ejemplares lopingianos.

ERA MESOZOICA
Periodo Triásico
Su nombre deriva de trías “tríada”, en referencia a las tres capas halladas por el geólogo alemán que las des-
cribió por primera vez. Comenzó hace 250 millones de años y finalizó 200 m.a.a. Inició con el fin de la extin-
ción del Pérmico, dónde los reptiles diápsidos y anápsidos tomaron el control del mundo. Los sinápsidos
decayeron y se volvieron más pequeños hasta evolucionar en los primeros mamíferos verdaderos. Los repti-
les marinos y voladores aparecieron, como los ictiosaurios y los pterosaurios respectivamente. También

10
aparecen los primeros dinosaurios. Al final del periodo hubo una extinción masiva, aunque no tan catastrófi-
ca como la del Pérmico.

Periodo jurásico
Su nombre proviene de las montañas de Jura, en los Alpes. Inició con la extinción del Triásico en el 200 y
finalizó hace 145 m.a. En este periodo Pangea se divide en dos continentes: Gondwana en el Sur y Laurasia
en el norte. El mar de Thethys dividía estos dos continentes. Aquí se diversifican los dinosaurios y alcanzan
su epítome de tamaño. Continúan existiendo los ictiosaurios y los plesiosaurios, que no llegarán hasta el si-
guiente periodo, pues se extinguirán. En este periodo aparecen las primeras aves, que evolucionaron de los
reptiles diápsidos (aún no hay consenso de si se derivaron de los dinosaurios o no).

Periodo Cretácico
El último de la Mesozoica, duró desde 245 a 65 millones de años atrás. Laurasia se ve inundada por el mar
de Thethys y se forman múltiples islas de considerable tamaño. Las aves se diversifican, pero aún tenían ca-
racterísticas muy reptilianas como picos con dientes. Aparecen las primeras angiospermas, o plantas con
flores. Los dinosaurios están decayendo ya cuando cae el meteorito, en lo que posteriormente será
Chicxulub en Yucatán, acabando de manera abrupta con ellos. Los pequeños mamíferos toman su lugar por
el control del mundo.

ERA CENOZOICA
Paleógeno
Paleoceno
Comienza después de la extinción del Cretácico. Duró desde hace 65 a 55 m.a.a. Las angiospermas dominan
el mundo y los mamíferos comienzan a colonizar todos los rincones del mundo, aunque aún no alcanzan ta-
maños más grandes que un borrego. Aunque en esta época aún dominan los reptiles y las aves.

Eoceno
Duró desde el 55 hasta 34 m.a.a. Aparecen las cordilleras de los Alpes y los Himalayas. Las aves aún predo-
minan, y los cetáceos comienzan su evolución, animales que se ven empujados por la competencia terrestre
y se sienten más a gusto y con una fuente de comida enorme en los océanos. Se dice que algunas especies
vegetales como los helechos, hicieron que el paleoclima se modificara y comenzara a enfriarse lentamente
hasta las condiciones actuales. En tierra firme animales tan grandes como el Arsinoitherium evolucionaron al
no tener la presión de enormes reptiles que los persiguiesen.

Oligoceno

11
Duró del 34 al 23 m.a.a. Es considerado como una transición entre el mundo primitivo tropical del Eoceno
y el mundo casi actual del Mioceno. Esta es una de las últimas épocas en las que el clima fue bastante cálido,
en comparación a lo que seguiría después. Aquí la India se une a Asia y Oceanía se separa de la Antártida.
Las morsas evolucionan en esta época para buscar una nueva forma de alimentación. Los pastos se diversifi-
can, lo que permite que los animales pasteadores se expandan.

Neógeno
Mioceno
Duró desde el 23 hasta hace 5 millones de años atrás. El clima se modificó hasta ser más frío que en la ac-
tualidad, generando los casquetes polares hoy existentes. Aquí la fauna era todavía más actual, con los prin-
cipales animales mamíferos más representativos (a excepción del hombre). Los Alpes y el Himalaya conti-
núan ascendiendo durante este periodo.

Plioceno
Desde hace 5 millones de años hasta hace 2.5 millones de años fue lo que duró esta época. Emergió el puen-
te de tierra panameño (Centroamérica), uniendo a los continentes de América del Sur con América del
Norte, ocasionando la migración mutua de ambas faunas. En este periodo desaparece finalmente el mar de
Thethys. Aparece el Australopithecus, el primer homínido conocido en África, al final del Plioceno.

Cuaternario
Pleistoceno
Desde hace 2.5 millones de años atrás, hasta hace 10,000 años antes fue lo que duró esta época. Las grandes
glaciaciones tuvieron lugar aquí, con lo cual el clima fue muy extremo. Aparecen diversas especies humanas
(como las que se vieron en el tema 4), y en lo que va en un tiempo de 30,000 a 13,000 años él Estrecho de
Bering fue descubierto por los humanos y cruzaron hacia un nuevo mundo, con fauna mayormente asiática.

Holoceno
La última época, en la que estamos actualmente, y es considerada en ocasiones como una época artificial,
denotando el antropocentrismo de sus creadores, al decir que el hombre merece su propio periodo en
donde más que nada sobresalen los avances artificiales hechas por el ser humano.

12
EL INTERIOR DE LA TIERRA

La segregación de material que empezó muy temprano


en la historia de la Tierra tuvo como resultado la formación
de tres capas definidas por su composición química: la corte-
za, el manto y el núcleo. Además de estas tres capas de dife-
rente composición, la Tierra se puede dividir en capas en
función de sus propiedades físicas. Las propiedades físicas
utilizadas para definir estas zonas son su carácter sólido o
líquido y cuán dúctil o resistentes son.

El conocimiento de ambos tipos de estructuras en ca-


pas es esencial para la comprensión de los procesos geológi-
cos básicos, como el volcanismo, los terremotos y la forma-
ción de montañas

Corteza.

La corteza, capa rocosa externa, comparativamente fina de la Tierra, se divide generalmente en corteza
oceánica y corteza continental. La corteza oceánica tiene alrededor de 7 kilómetros de grosor y está com-
puesta por rocas ígneas oscuras denominadas basaltos. Por el contrario, la corteza continental tiene un gro-
sor medio de entre 35 y 40 kilómetros, pero puede superar los 70 kilómetros en algunas regiones montaño-
sas. A diferencia de la corteza oceánica, que tiene una
composición química relativamente homogénea, la
corteza continental consta de muchos tipos de rocas.

El nivel superior de la corteza continental tiene


la composición media de una roca granítica denomina-
da granodiorita, mientras que la composición de la
parte inferior de la corteza continental es más pareci-
da al basalto. Las rocas continentales tienen una densi-
dad media de unos 2,7 g/cm3 y se han descubierto al-
gunas cuya edad supera los 4.000 millones de años. Las
rocas de la corteza oceánica son más jóvenes (180
millones de años o menos) y más densas
(aproximadamente 3,0 g/cm3) que las rocas continen-
tales.

13
Manto.

Más del 82 por ciento del volumen de la Tierra


está contenido en el manto, una envoltura rocosa sóli-
da que se extiende hasta una profundidad de 2.900 ki-
lómetros. El límite entre la corteza y el manto repre-
senta un cambio de composición química. El tipo de
roca dominante en la parte superior del manto es la
peridotita, que tiene una densidad de 3,3 g/cm3. A una
mayor profundidad, la peridotita cambia y adopta una
estructura cristalina más compacta y, por tanto, una
mayor densidad.

Núcleo.

Se cree que la composición del núcleo es una


aleación de hierro y níquel con cantidades menores de oxígeno, silicio y azufre, elementos que forman fácil-
mente compuestos con el hierro. A la presión extrema del núcleo, este material rico en hierro tiene una
densidad media de cerca de 11 g/cm3 y se aproxima a 14 veces la densidad del agua en el centro de la Tierra.
Capas definidas por sus propiedades físicas

El interior de la Tierra se caracteriza por un aumento gradual de la temperatura, la presión y la densi-


dad con la profundidad. Los cálculos sitúan la temperatura a una profundidad de 100 kilómetros entre 1.200 °
C y 1.400 °C, mientras que la temperatura en el centro de la Tierra puede superar los 6.700 °C. Por supues-
to, el interior de la Tierra ha retenido mucha de la energía adquirida durante sus años de formación, a pesar
de que el calor fluye de manera continua hacia la superficie, donde se pierde al espacio.

El aumento de presión con la profundidad provoca el correspondiente incremento de la densidad de las


rocas. El aumento gradual de la temperatura y la presión con la profundidad afecta a las propiedades físicas y,
por tanto, al comportamiento mecánico de los materiales terrestres. Cuando una sustancia se calienta, sus
enlaces químicos se debilitan y su resistencia mecánica (resistencia a la deformación) se reduce. Si la tempera-
tura supera el punto de fusión de un material, los enlaces químicos de este material se rompen y tiene lugar
la fusión. Si la temperatura fuera el único factor que determinara si una sustancia se va a fundir, nuestro pla-
neta sería una bola fundida cubierta por un caparazón externo delgado y sólido.

Sin embargo, la presión también aumenta con la profundidad y tiende a aumentar la resistencia de la
roca. Además, como la fusión va acompañada de un aumento de olumen, se produce a temperaturas mayores
en profundidad debido al efecto de la presión confinante. Este aumento de la presión con la profundidad pro-
duce también el correspondiente aumento de la densidad. Así, dependiendo de las condiciones físicas
(temperatura y presión), un material particular puede comportarse como un sólido quebradizo, deformarse
14
como la masilla o incluso fundirse y con-
vertirse en líquido.
La Tierra puede dividirse en cinco
capas principales en función de sus pro-
piedades físicas y, por tanto, según su
resistencia mecánica: litosfera, astenosfe-
ra, mesosfera (manto inferior), núcleo
externo y núcleo interno.

Litosfera y astenosfera.

Según sus propiedades físicas, la capa externa de la Tierra comprende la corteza y el manto superior
y forma un nivel relativamente rígido y frío. Aunque este nivel consta de materiales cuyas composiciones
químicas son notablemente diferentes, tiende a actuar como una unidad que muestra un comportamiento
rígido, principalmente porque es frío y, en consecuencia, resistente. Esta capa, denominada litosfera
(«esfera de roca»), tiene un grosor medio de unos 100 kilómetros pero puede alcanzar 250 kilómetros de
grosor debajo de las porciones más antiguas de los continentes.

Dentro de las cuencas oceánicas, la litosfera tiene un grosor de tan sólo unos pocos kilómetros deba-
jo de las dorsales oceánicas pero aumenta hasta quizá 100 kilómetros en regiones donde hay corteza más
antigua y fría. Debajo de la litosfera, en el manto superior (a una profundidad de unos 660 kilómetros), se
encuentra una capa blanda, comparativamente plástica, que se conoce como astenosfera («esfera débil»). La
porción superior de la astenosfera tiene unas condiciones de temperatura y presión que permiten la exis-
tencia de una pequeña porción de roca fundida.

Dentro de esta zona muy dúctil, la litosfera está mecánicamente separada de la capa inferior. La con-
secuencia es que la litosfera es capaz de moverse con independencia de la astenosfera.

Es importante destacar que la resistencia a la deformación de los diversos materiales de la Tierra es


función, a la vez, de su composición y de la temperatura y la presión a que estén sometidos. No debería
sacarse la idea de que toda la litosfera se comporta como un sólido quebradizo similar a las rocas encontra-
das en la superficie.

Antes bien, las rocas de la litosfera se vuelven progresivamente más calientes y dúctiles conforme au-
menta la profundidad. A la profundidad de la astenosfera superior, las rocas están lo suficientemente cerca
de sus temperaturas de fusión (de hecho, puede producirse algo de fusión) que son fáciles de deformar. Por
tanto, la astenosfera superior es blanda porque se aproxima a su punto de fusión, exactamente igual a co-
mo la cera caliente es más blanda que la cera fría.

15
Mesosfera o manto inferior

Por debajo de la zona dúctil de la parte superior de la astenosfera, el aumento de la presión con-
trarresta los efectos de la temperatura más elevada, y la resistencia de las rocas crece de manera gradual
con la profundidad. Entre las profundidades de 660 kilómetros y 2.900 kilómetros se encuentra una capa
más rígida denominada mesosfera («esfera media») o manto inferior. A pesar de su resistencia, las rocas
de la mesosfera están todavía muy calientes y son capaces de fluir de una manera muy gradual.

Núcleos interno y externo.

El núcleo, compuesto principalmente por una aleación de hierro y níquel, se divide en dos regiones
que muestran resistencias mecánicas muy distintas. El núcleo externo es una capa líquida de 2.270 kiló-
metros de grosor. Las corrientes convectivas del hierro metálico en esta zona son las que generan el
campo magnético de la Tierra. El núcleo interno es una esfera con un radio de 1.216 kilómetros. A pesar
de su temperatura más elevada, el material del núcleo interno es más resistente que el del núcleo ex-
terno (debido a la enorme presión) y se comporta como un sólido.

16
BLOQUE 2
LAS GEOCIENCIAS PARA LA PREVENCIÓN DE
DESASTRES NATURALES

17
EL CICLO DE LAS ROCAS

El ciclo litológico, o de las rocas, es un concepto geológico que permite describir las transiciones de
material pétreo en el tiempo geológico que ocasiona que toda roca pueda transformarse en uno de estos
tres tipos: sedimentarias, metamórficas y ígneas.

Etapa 1: formación de la roca ígnea. la formación de roca ígnea es la primera de la etapa. Esto tiene lu-
gar cuando el material fundido llamado magma se enfría y solidifica en forma de cristales entrelazados. Las
rocas ígneas pueden formarse como materiales intrusivos (intrusiones ígneas), que penetran en otras rocas
más antiguas a través de grietas profundas bajo la superficie terrestre antes de enfriarse; o como materiales
extrusivos (formados después de las erupciones volcánicas) que se depositan en la superficie después de ha-
ber sido expulsados en erupciones y fisuras volcánicas. Los materiales intrusivos comprenden rocas cristali-
nas, como el granito, mientras que los extrusivos agrupan las lavas.

18
Etapa 2: formación de roca sedimentaria. La segunda etapa del ciclo tiene lugar cuando las rocas
ígneas quedan expuestas a diversos procesos en la superficie terrestre, como meteorización, erosión,
transporte y sedimentación. Estos fenómenos disgregan el material de las rocas en diminutas partículas
que son transportadas y se acumulan como sedimentos en los océanos y las cuencas lacustres. Estos de-
pósitos sedimentarios quedan compactados por el peso de las sucesivas capas de material y también pue-
den quedar cementados por la acción del agua que llena los poros. Como consecuencia, los depósitos se
transforman en roca en un proceso llamado litificación. Son rocas sedimentarias las areniscas y calizas.

Etapa 3: formación de roca metamórfica. La tercera etapa del ciclo tiene lugar cuando las rocas se-
dimentarias quedan enterradas a gran profundidad o se ven afectadas por la formación de montañas
(orogénesis), que se asocia con movimientos de las placas de la corteza terrestre. Quedan de esta forma
expuestas a distintos grados de presión y calor y así se transforman en rocas metamórficas. Por ejemplo,
la arcilla se convierte en pizarra, y el granito puede transformarse en gneis; una forma de caliza se con-
vierte en mármol cuando se ve sometida a fenómenos metamórficos.

19
Etapa 4: fin del ciclo. El ciclo se cierra en la cuarta etapa, cuando las rocas metamórficas quedan someti-
das a niveles de calor y presión aún mayores y se transforman en ígneas. Variaciones del ciclo de las rocas.
El orden de este ciclo no es rígido. Una roca ígnea, por ejemplo, puede transformarse en metamórfica por
efecto del calor y la presión sin pasar por la fase sedimentaria. Asimismo, las rocas sedimentarias y meta-
mórficas pueden convertirse en material que forma nuevas rocas sedimentarias.

Tipos de roca
Primero tenemos a las rocas ígneas, que son formadas por el enfriamiento y la solidificación de materia
rocosa fundida, conocida como magma. De acuerdo con las condiciones bajo las que el magma se enfríe, las
rocas pueden tener granulado grueso o fino. Las rocas plutónicas, como el granito y la sienita, se formaron
a partir de magma enterrado a gran profundidad bajo la corteza terrestre. Éstas se enfriaron muy despacio,
permitiendo así el crecimiento de grandes cristales de minerales puros. Las rocas volcánicas, como el basal-
to y la riolita, se formaron al ascender el magma fundido desde las profundidades llenando grietas próximas
a la superficie, o al emerger magma a través de los volcanes.
El enfriamiento y la solidificación posteriores fueron muy rápidas, dando como resultado la formación
de minerales con grano fino o de rocas parecidas al vidrio. Las rocas ígneas, compuestas casi en su totalidad
por minerales silicatos, suelen clasificarse según su contenido de sílice. Las principales categorías son ácidas
o básicas, siendo el granito y la riolita ejemplos del primer grupo, y el gabro y el basalto del segundo.
Las rocas metamórficas son aquellas cuya composición y textura originales han sido alteradas por el ca-
lor y la presión existentes en las profundidades de la corteza terrestre. El metamorfismo producido por el
calor o la intrusión de rocas ígneas recibe el nombre de térmico o de contacto. Hay cuatro variedades co-
munes de rocas metamórficas que pueden provenir de rocas sedimentarias o de rocas ígneas, según el gra-
do de metamorfismo que presenten, dependiendo de la cantidad de calor y presión a la que se han visto
sometidas. Así, el esquisto se metamorfiza en pizarra a baja temperatura, pero si es calentado a temperatu-
ras lo suficientemente elevadas como para que se recristalicen sus minerales arcillosos formando laminillas
de mica, se metamorfiza en una filita.
Las rocas sedimentarias están compuestas por materiales transformados, formadas por la acumulación y
consolidación de materia mineral pulverizada, depositada por la acción del agua y, en menor medida, del
viento o del hielo glaciar. La mayoría de las rocas sedimentarias se caracterizan por presentar lechos parale-
los o discordantes que reflejan cambios en la velocidad de sedimentación o en la naturaleza de la materia
depositada. Las rocas sedimentarias se clasifican según su origen en mecánicas o químicas. Las rocas mecáni-
cas, o 2 fragmentarias, se componen de partículas minerales producidas por la desintegración mecánica de
otras rocas y transportadas, sin deterioro químico, gracias al agua. Son acarreadas hasta masas mayores de
agua, donde se depositan en capas. El esquisto micáceo, la arenisca y el conglomerado son rocas sedimenta-
rias comunes de origen mecánico. Los materiales que forman rocas sedimentarias químicas pueden ser res-
tos de organismos marinos microscópicos precipitados sobre el suelo del océano, como es el caso de la
caliza. También pueden haber sido disueltos en agua fluente a partir de la roca primigenia y haberse deposi-
tado en el mar o en un lago por precipitación de la disolución. La halita, el yeso y la anhidrita se forman por
evaporación de disoluciones salinas y la consiguiente precipitación de las sales.

20
CARACTERÍSTICAS EDÁFICAS

El suelo cubre la mayor parte de la superficie


terrestre. Junto con el aire y el agua, es uno de
nuestros recursos más indispensables. También
como el aire y al agua, muchos de nosotros
consideramos que el suelo es algo que tenemos
garantizado. La siguiente cita nos ayuda a situar
en la perspectiva adecuada esta capa vital.

En los últimos años, la ciencia se ha concentra-


do cada vez más en la Tierra como planeta,
que, en la medida que nosotros sabemos, es
único: donde una fina cubierta de aire, una pelí-
cula aún más fina de agua y la capa aún más fina
de suelo se combinan para dar apoyo a una red
de vida de una maravillosa diversidad en cam-
bio continuo.

El suelo se ha denominado con gran precisión «el puente entre la vida y el mundo inanimado». Toda la
vida (la biosfera completa) debe su existencia a una docena más o menos de elementos que en última instan-
cia deben proceder de la corteza terrestre. Una vez que la meteorización y otros procesos crean el suelo,
las plantas llevan a cabo el papel intermediario de asimilar los elementos necesarios y hacerlos asequibles a
los animales, entre ellos los seres humanos.

Cuando se considera la Tierra como un sistema, se


suele hacer referencia al suelo como una interfase: un
límite común donde interactúan partes diferentes de un
sistema. Ésta es una designación apropiada porque el
suelo se forma allí donde se unen la tierra sólida, la at-
mósfera, la hidrosfera y la biosfera.

El suelo es un material que se desarrolla en res-


puesta a interacciones ambientales complejas entre dife-
rentes partes del sistema Tierra. Con el tiempo, el suelo
evoluciona de manera gradual hasta un estado de equili-
brio con el entorno. El suelo es dinámico y sensible a
21
prácticamente todos los aspectos de su entorno. Por tanto, cuando se producen cambios ambientales, como
el clima, la cubierta vegetal o la actividad animal (incluida la humana) el suelo responde.

Cualquiera de esos cambios produce una alteración gradual de las características del suelo hasta alcan-
zar un nuevo equilibrio. Aunque finamente distribuido sobre la superficie terrestre, el suelo funciona como
una interfase fundamental, proporcionando un ejemplo excelente de integración entre muchas partes del sis-
tema Tierra. Con pocas excepciones, la superficie de la Tierra está cubierta por el regolito (rhegos = manta;
lithos = piedra), la capa de roca y fragmentos minerales producidos por meteorización. Algunos llamarían
suelo a este material, pero el suelo es más que la acumulación de restos meteorizados.

El suelo es una combinación de materia mineral y orgánica, agua y aire: la porción del regolito que sus-
tenta el crecimiento de las plantas. Aunque las proporciones de los principales componentes que hay en el
suelo varían, siempre están presentes los mismos cuatro componentes. Alrededor de la mitad del volumen
total de un suelo superficial de buena calidad está compuesto por una mezcla de roca desintegrada y des-
compuesta (materia mineral) y de humus, los restos descompuestos de la vida animal y vegetal (materia orgá-
nica). La otra mitad consiste en espacios porosos entre las partículas sólidas donde circula el aire y el agua.

Aunque la porción mineral del suelo suele ser mucho mayor que la porción orgánica, el humus es un
componente esencial. Además de ser una fuente importante de nutrientes vegetales, el humus potencia la
capacidad del suelo para retener agua. Dado que las plantas precisan aire y agua para vivir y crecer, la por-
ción del suelo consistente en espacios porosos que permiten la circulación de esos fluidos es tan vital como
los constituyentes del suelo sólido.

El agua del suelo está muy lejos de


ser agua «pura»; en cambio es una solu-
ción compleja que contiene muchos nu-
trientes solubles. El agua del suelo no
sólo proporciona la humedad necesaria
para las reacciones químicas que susten-
tan la vida; también suministra a las plan-
tas nutrientes en la forma que ellas pue-
den utilizar. Los espacios porosos no
rellenos de agua contienen aire. Este
aire es la fuente de oxígeno y dióxido de
carbono necesarios para que vivan en el
suelo la mayoría de las plantas y los mi-
croorganismos.

22
El suelo es el producto de la interacción compleja de varios factores, entre ellos la roca madre, el
tiempo, el clima, las plantas y los animales, y la topografía. Aunque todos estos factores son interdependien-
tes, examinaremos sus papeles por separado.

Roca madre
La fuente de la materia mineral meteorizada a partir de la cual se desarrolla el suelo se denomina roca
madre y es el factor fundamental que influye en la formación del nuevo suelo. Conforme progresa la forma-
ción del suelo, experimenta de manera gradual cambios físicos y químicos.

La roca madre puede ser o bien la roca subyacente o bien una capa de depósitos no consolidados.
Cuando la roca madre es el substrato rocoso, los suelos se denominan suelos residuales. Por el contrario,
los que se desarrollan sobre sedimento no consolidado se denominan suelos transportados. Debe observar-
se que los suelos transportados se forman en el lugar en el cual la gravedad, el agua, el viento o el hielo de-
positan los materiales progenitores que han sido transportados desde cualquier otro lugar.
La naturaleza de la roca madre influye en el suelo de dos maneras. En primer lugar, el tipo de roca ma-
dre afectará a la velocidad de meteorización y, por tanto, a la de formación del suelo. También, dado que los
depósitos no consolidados están en parte ya meteorizados, el desarrollo del suelo sobre dicho material pro-

23
gresará probablemente más deprisa que cuando la roca madre es el lecho de roca.

En segundo lugar, la composición química de la roca madre afectará a la fertilidad del suelo. Esto influ-
ye en el carácter de la vegetación natural que el suelo puede sustentar. Antes se creía que la roca madre era
el factor fundamental que producía las diferencias entre los suelos. En la actualidad, los especialistas en sue-
los se han dado cuenta que otros factores, en especial el clima, son más importantes.

De hecho, se ha descubierto que suelen producirse suelos similares a partir de rocas madres diferen-
tes y que suelos diferentes se han desarrollado a partir del mismo tipo de roca madre. Estos descubrimien-
tos refuerzan la importancia de los otros factores formadores del suelo.

24
Tiempo
El tiempo es un componente importante de todos los procesos geológicos, y la formación del suelo
no es una excepción. La naturaleza del suelo se ve muy influida por la duración de los procesos que han
estado actuando. Si se ha producido meteorización durante un tiempo comparativamente corto, el carác-
ter de la roca madre determina en gran medida las características del suelo.

Conforme continúa la meteorización, la influencia de la roca madre sobre el suelo se ve eclipsada por
los otros factores formadores del suelo, en especial el clima. No puede enumerarse la magnitud de tiempo
necesaria para que evolucionen los diversos suelos, porque los procesos de formación del suelo actúan a
velocidades variables bajo circunstancias diferentes. Sin embargo, a modo de regla, cuanto más tiempo ha
estado formándose un suelo, mayor es su grosor y menos se parece a la roca madre.

Clima
El clima se considera el factor más influyente en la formación del suelo. La temperatura y las precipi-
taciones son los elementos que ejercen el efecto más fuerte sobre la formación del suelo. Las variaciones
de temperatura y de precipitaciones determinan si predominará la meteorización química o la mecánica y
también influyen en gran medida en la velocidad y profundidad de la meteorización.

Por ejemplo, un clima cálido y húmedo puede producir una potente capa de suelo meteorizado quí-
micamente en el mismo tiempo que un clima frío y seco produce un fino manto de derrubios físicamente
meteorizados. Además, la cantidad de precipitaciones influye sobre el grado con el que los diversos mate-
riales son retirados del suelo por las aguas de infiltración (proceso denominado lixiviación), afectando con
ello a su fertilidad. Por último, las condiciones climáticas constituyen un control importante sobre el tipo
de vida animal y vegetal presente.

Plantas y animales

Las plantas y los animales desempeñan un papel vital en la formación del suelo. Los tipos y la abun-
dancia de organismos presentes tienen una fuerte influencia sobre las propiedades físicas y químicas de un
suelo. De hecho, en el caso de los suelos bien desarrollados de muchas regiones, la importancia de la vege-
tación para el tipo de suelo suele verse implícita en la descripción utilizada por los científicos. Frases del
tipo de suelo de pradera, suelo de bosque y suelo de tundra son comunes.

Las plantas y los animales proporcionan materia orgánica al suelo. Ciertos suelos cenagosos están
compuestos casi por completo de materia orgánica. Mientras que los suelos de desierto pueden contener

25
cantidades de tan sólo un uno por ciento. Aunque la cantidad de la materia orgánica varía sustancialmente
de unos suelos a otros, es raro el suelo que carece completamente de ella.

La fuente principal de materia orgánica del suelo es la vegetal, aunque también contribuyen los anima-
les y un número infinito de microorganismos. Cuando se descompone la materia orgánica, se suministran
nutrientes importantes a las plantas, así como a los animales y microorganismos que viven en el suelo. Por
consiguiente, la fertilidad del suelo está relacionada en parte con la cantidad de materia orgánica presente.
Además, la descomposición de los restos animales y vegetales induce la formación de varios ácidos orgáni-
cos. Estos ácidos complejos aceleran el proceso de meteorización. La materia orgánica tiene también una
gran capacidad de retención de agua y, por tanto, ayuda a mantener el agua en un suelo.

Los microorganismos, entre ellos los hongos, las bacterias y los protozoos unicelulares, desempeñan
un papel activo en la descomposición de los restos vegetales y animales. El producto final es el humus, un
material que ya no se parece a las plantas ni a los animales a partir de los cuales se formó. Además, ciertos
microorganismos contribuyen a la fertilidad del suelo porque tienen capacidad para convertir el nitrógeno
atmosférico en nitrógeno del suelo.

Las lombrices de tierra y otros animales excavadores actúan para mezclar las porciones mineral y or-
gánica del suelo. Las lombrices, por ejemplo, se alimentan de materia orgánica y mezclan completamente los
suelos en los cuales viven, a menudo moviendo y enriqueciendo muchas toneladas por hectárea al año. Las
madrigueras y agujeros contribuyen también al paso de agua y aire a través del suelo.

Topografía
La disposición de un terreno puede variar en gran medida en distancias cortas. Esas variaciones de la
topografía, a su vez, pueden inducir el desarrollo de una variedad localizada de tipos de suelo. Muchas de las
diferencias existen porque la pendiente tiene un efecto significativo sobre la magnitud de la erosión y el con-
tenido acuoso del suelo.

En pendientes empinadas, los suelos suelen desarrollarse poco. En dichas situaciones, la cantidad de
agua que empapa el suelo es poca; como consecuencia, el contenido de humedad del suelo puede no ser
suficiente para el crecimiento vigoroso de las plantas. Además, debido a la erosión acelerada en las pendien-
tes empinadas, los suelos son delgados o, en algunos casos, inexistentes.

En contraste, los suelos mal drenados y anegados encontrados en las tierras bajas tienen un carácter
muy diferente. Esos suelos suelen ser gruesos y oscuros. El color oscuro se debe a la gran cantidad de mate-

26
ria orgánica que acumula, ya que las condiciones saturadas retrasan la descomposición vegetal. El terreno óp-
timo para el desarrollo de un suelo es una superficie plana o ligeramente ondulada en tierras altas. Aquí, en-
contramos buen drenaje, erosión mínima e infiltración suficiente del agua en el suelo.
La orientación de la pendiente o la dirección a la que mira la pendiente, es otro factor que debemos
observar. En las latitudes medias del hemisferio septentrional, una pendiente que mire hacia el sur recibirá
una cantidad de luz solar mayor que una pendiente que mire hacia el norte. De hecho, esta última quizá no
reciba luz solar directa nunca. La diferencia en la cantidad de radiación solar recibida producirá diferencias de
temperatura y humedad del suelo, que, a su vez, pueden influir en la naturaleza

27
FENÓMENOS HIDROMETEOROLÓGICOS

CLIMATOLOGÍA Y METEOROLOGÍA

La meteorología es la ciencia que estudia los fenómenos que tienen lugar en la atmósfera terrestre.
La climatología es la ciencia que estudia la serie de estados atmosféricos que se suceden habitualmente en
un determinado lugar. Está basada en el estudio de los datos meteorológicos.

El tiempo atmosférico se define como el estado en que se encuentra la atmósfera en un determinado


lugar y momento. Así se dice, por ejemplo, hace un tiempo frío o cálido, seco o húmedo, lluvioso o no,
con viento o sin él. El clima de un lugar es el tiempo que hace normalmente en ese lugar a lo largo de los
meses y los años.

La Organización Meteorológica Mundial (O.M.M.) en la Conferencia de Varsovia (1935) definió como


clima las condiciones metereológicas medias para el mes y el año, calculadas sobre un período de 30 años.
Cuando decimos, por ejemplo, que el clima de una región tiene los inviernos fríos y secos nos referimos a
lo que ocurre normalmente en esa región durante el invierno, pero esto no implica que en algún día del
invierno no haga una temperatura agradable o que la atmósfera no tenga un alto grado de humedad.

28
El tiempo meteorológico no tiene generalmente efectos sobre el suelo o el relieve, de no tratarse de
eventos extraordinarios, mientras que el clima es un factor determinante tanto del modelado del paisaje co-
mo de la formación del suelo y del desarrollo de la vegetación. El tiempo y el clima son el resultado de la
actuación de:

 La radiación solar
 La atmósfera
 La forma y movimientos de la tierra
 Las características de la superficie terrestre

El estudio del clima es muy importante para poder conocer y analizar su influencia sobre la producción
vegetal. La capacidad productiva de un cultivo, aun dependiendo básicamente de su constitución genética
(vigor y productividad) y de su estado sanitario, está totalmente condicionada a sus posibilidades de adapta-
ción a unas condiciones ecológicas determinadas, de tal manera que todos y cada uno de los elementos del
clima pueden favorecer o limitar el cultivo, haciéndolo rentable, condicionándolo o convirtiéndolo en utópi-
co.

A continuación se presentarán los elementos que inciden en los climas:

La continentalidad

El mar y la tierra tienen distinto comportamiento en relación a la radiación solar. El agua tiene una
gran capacidad calorífica, pudiendo consumir grandes cantidades de calor solar por tres motivos:
Tiene un elevado calor específico: puede absorber grandes cantidades de calor elevando poco su temperatu-
ra y puede devolverlo enfriándose poco.

29
Tiene buena conductividad calorífica: los movimientos convectivos y las turbulencias desarrolladas en su in-
terior hacen que el calor repartido se distribuya en una gran masa.

Tiene una gran capacidad de evaporación: el agua pasa al estado gaseoso consumiendo una gran cantidad de
energía del exterior.

Además, el albedo del mar es como máximo de un 10 %, por lo que absorbe la mayor parte de la ra-
diación incidente. La tierra tiene características térmicas inversas. Su calor específico es variable según la na-
turaleza del suelo, pero siempre pequeño; esto hace que se produzcan grandes variaciones de temperatura
con pequeñas cantidades de calor.

Al ser un sólido no hay turbulencias ni movimientos convectivos y el calor se transmite por conduc-
ción. Su conductividad calorífica es pequeña. Por estas razones el suelo se calienta más durante el día y ese
calor alcanza una menor profundidad, perdiéndose con rapidez por la noche. Las oscilaciones térmicas tanto
diarias como estacionales son mayores que en el agua.

Además, el albedo sobre la tierra es mayor que sobre agua, por lo que el suelo refleja un mayor tanto
por ciento de radiación incidente que el agua. Por todas estas razones, se puede decir que el mar actúa co-
mo un gran termostato no sólo en sus inmediaciones sino con repercusión en todo el planeta. Es una reser-
va de calor a nivel mundial. La menor existencia de mares en el hemisferio norte hace que éste tenga vera-
nos más calurosos e inviernos más fríos que en el hemisferio sur.

30
La temperatura y su transmisión
El concepto de temperatura es tan familiar como difícil de definir sin los recursos de la termodinámica.
El calor no es más que una forma de energía susceptible de transformarse en trabajo mecánico (primer prin-
cipio de la termodinámica) y la temperatura puede considerarse como un indicador del nivel de calor de un
cuerpo, calor que se transmite desde los cuerpos de más temperatura a los de menos (segundo principio de
la termodinámica).
Las formas de transmitirse el calor son las siguientes:
 Conducción: mediante la agitación de las moléculas de un cuerpo se transmite el calor a las moléculas
adyacentes.
 Convección: el calor se redistribuye en el interior de los fluidos mediante corrientes.

 Radiación: la energía se transmite mediante ondas electromagnéticas, sin la necesidad de la materia. En


el suelo el calor se transmite mediante conducción.

Su capacidad para atrapar y transmitir el calor es variable y está en función de su contenido en hume-
dad; a mayor contenido en agua mayor será su conductividad y su capacidad calorífica. En el agua el calor
puede transmitirse por conducción y por convección (si las circulaciones no son verticales sino en flujo tur-
bulento se dice que se transmite por turbulencia). En el aire el calor se transmite por conducción, convec-
ción, turbulencia y radiación, aunque por ser muy mal conductor, la mayoría de los intercambios de calor se
hacen por conducción y/o turbulencia.

La figura de la radiación neta de energía a nivel del suelo señala la diferencia entre la energía radiante

31
entrante (solar) y la energía radiante saliente (terrestre). Cuando existe excedente, la radiación solar entran-
te es mayor que la saliente y la curva adquiere valores positivos. En esta situación la superficie terrestre va
aumentando de temperatura y aumenta indirectamente la temperatura del aire. Cuando hay déficit, la radia-
ción terrestre saliente es superior a la solar entrante, la tierra se irá enfriando progresivamente y el aire dis-
minuirá indirectamente de temperatura. Normalmente, la temperatura mínima ocurre antes de la salida del
sol, mientras que la máxima poco después del mediodía.

Inversión térmica
Normalmente en los kilómetros inferiores de la atmósfera se muestra una disminución de la tempera-
tura con la altura, aunque en determinadas ocasiones por diversos motivos en vez de disminuir se puede pro-
ducir un incremento de la temperatura a medida que se asciende. este fenómeno se conoce con el nombre
de inversión térmica.

La presión atmosférica
El aire, como cualquier otro cuerpo sujeto a la acción de la gravedad, tiene un peso y ejerce por tanto
una presión sobre la superficie terrestre. Al valor de la presión a nivel del mar y a 15ºC se le llama presión
atmosférica normal. Esta presión es la ejercida por una columna de mercurio de base un cm2 y de altura 760
mm, con un valor aproximado de 1Kg/cm2 . La presión atmosférica normal es de 760 mm de Hg o de 1013,
2 mb (g/cm2 ).
Esta presión no es constante en un mismo lugar, sino que varía en función de la temperatura y de la
humedad. El aire al calentarse aumenta de volumen y se hace menos denso y pesado; por otra parte, como el
vapor de agua pesa menos que el aire, una atmósfera que tenga mucho vapor de agua pesa menos que una
atmósfera seca.

Las isobaras son líneas que unen todos los puntos que tienen la misma presión en un momento deter-

32
minado. A lado de cada una de estas líneas se pone un número que indica la presión atmosférica expresada
en milibares. Todas las observaciones de presión atmosférica deben estar reducidas a nivel del mar.
En una zona hay una depresión cuando la presión atmosférica va disminuyendo a medida que nos acer-
camos hacia el centro de la zona. En la depresión las isobaras son líneas curvas cerradas y más o menos con-
céntricas con respecto al centro de la zona considerada.
Naturalmente los números que indican la presión en milibares van disminuyendo conforme nos acerca-
mos al centro, indicado con una B mayúscula, inicial de la palabra borrasca, por ser la depresión más impor-
tante en nuestras latitudes. Las depresiones pueden clasificarse según la naturaleza del aire que interviene en:
 Borrascas o depresiones frontales, originadas por aire caliente y aire frío.

 Gota de aire frío.

Tempestades (tormentas, tornados y ciclones tropicales) constituidos por aire cálido.


En una zona hay un anticiclón cuando la presión atmosférica aumenta a medida que nos acercamos al
centro de la zona. A igual que en las depresiones, las isobaras aparecen aquí como líneas curvas cerradas y
más o menos concéntricas alrededor de la zona que se considera, pero con la diferencia de que los números
que indican la presión en milibares van aumentando conforme nos acercamos al centro de la zona, que se
indica con una A, inicial de la palabra anticiclón. Suelen ser más extensos que las depresiones. También hay
que distinguir:
 Vaguada o surco: Es como la mitad inferior de una borrasca; suele estar asociada a alguna borrasca ya
lejana y se corresponde con una zona de inestabilidad en altos niveles.
 Dorsal o cuña. Aparece como la mitad superior de un anticiclón; suele estar relacionada con un antici-
clón lejano y corresponde a buen tiempo en altura.

33
 Collado o pantano barométrico. Es una zona sin isobaras que se corresponde con una tierra sin nadie:
ni borrascas ni anticiclones

El viento

La superficie terrestre se calienta por la radiación solar; esta radiación no se recibe con la misma inten-
sidad en todas las zonas del planeta, por lo que se origina un desigual calentamiento de las mismas. El aire de
las capas atmosféricas más bajas se calienta bajo la influencia de esta superficie terrestre, siendo su caldea-
miento más o menos intenso según la temperatura que alcancen las zonas con las que se mantiene en contac-
to.
El aire más caliente se dilata y se hace menos denso, por lo que disminuye la presión atmosférica en la
zona que abarca la masa de aire caliente. El aire menos caliente se dilata menos y es más denso, aumentando
la presión atmosférica en la zona que abarca la masa de aire más frío. Por consiguiente, el desigual calenta-
miento de la superficie terrestre y de las masas de aire que se asientan sobre ella originan unas zonas de la
atmósfera que tienen distinta presión atmosférica.

Brisa marítima
Durante el día la tierra se calienta más que el agua y el aire que está en contacto con la superficie te-
rrestre en las costas se calienta. Al aumentar su temperatura se hace menos denso y asciende a capas más
altas al mismo tiempo que otro aire más fresco, procedente del mar ocupa su lugar.

Por otra parte, el aire caliente a medida que asciende se enfría y al disminuir su temperatura se hace

34
más denso y baja a ocupar el sitio que antes ocu-
paba el aire procedente del mar. Durante la no-
che el mar mantiene una temperatura más eleva-
da que la tierra por su mayor calor específico.

El aire que está en contacto con la superfi-


cie del mar cercana a las costas se calienta y sube
ocupando su lugar otra masa de aire más fresco
procedente de la tierra. De esta manera, durante
el día sopla una brisa fresca procedente del mar
(brisa marina) y durante la noche otra que pro-
cede de la tierra (brisa de tierra). A estas brisas
frescas superficiales corresponden otras corrien-
tes cálidas en sentido opuesto, en capas más al-
tas.

Brisa de montaña y de valle


Durante el día las montañas se calientan antes que los valles, y el aire en contacto con ellas se calienta y
se eleva, ocupando su lugar otro aire más fresco procedente de los valles. Durante la noche ocurre lo con-
trario: las montañas se enfrían antes que los valles y el movimiento del aire tiene lugar en sentido inverso. De
esta manera, durante el día una brisa fresca sube de los valles hacia la montaña (brisa de valle) a nivel superfi-
cial, mientras que durante la noche, la brisa fresca baja de las montañas a los valles (brisa de montaña).

Humedad atmosférica
La humedad atmosférica hace referencia a la cantidad de vapor de agua contenido en la atmósfera.
Ocupa un pequeño volumen de ésta (menos del 2% del total) pero es el componente más importante desde
el punto de vista climático. Con esta variable comenzamos el estudio del ciclo hidrológico caracterizado por
sus tres fases: evaporación, condensación y precipitación.

La entrada del vapor de agua en el aire atmosférico se realiza a través de los procesos de evaporación
de aguas superficiales, del agua de los suelos y de la transpiración de las plantas. La salida se lleva a cabo a tra-
vés de las precipitaciones líquidas y sólidas. Se llama humedad absoluta a la cantidad de vapor de agua conte-
nida en un volumen de aire (g/m3 ).

Por humedad relativa se entiende el cociente entre la cantidad de vapor de agua contenido en la atmós-
fera y la máxima que podría contener (%). Esta medida debe referirse a una temperatura, ya que todo des-
censo de ésta, aunque no se añada vapor de agua, se traducirá en un aumento de la humedad relativa, por
disminuir la capacidad de la atmósfera para contener vapor de agua. A su vez todo aumento de temperatura

35
se traducirá en una disminución de humedad relativa por aumentar la capacidad de la atmósfera para conte-
nerla.
El rocío, la escarcha y la niebla
El rocío y la escarcha son dos formas de condensación del exceso de vapor de agua aparecido como conse-
cuencia de la irradiación nocturna y del consecuente enfriamiento de la capa de aire que está en contacto
con la superficie terrestre. Una vez sobrepasado el punto de saturación, el exceso de vapor se deposita en
forma de gotas de agua sobre los objetos fríos dando lugar al rocío.
En el caso en el que exista viento relativamente fuerte no se formará ni rocío ni escarcha, aunque se
den el resto de las condiciones. Este fenómeno es típico al anochecer y durante las madrugadas asociadas a
cielos despejados y vientos encalma-
dos. A la temperatura que pasa el va-
por de agua a estado líquido se le llama
“temperatura de rocío”.
La niebla es una nube estratifica-
da situada a nivel del suelo. Aparece
como consecuencia de un incremento
de la condensación por enfriamiento
del aire en metros. Reduce considera-
blemente la visibilidad, mucho más en
sentido horizontal que en vertical. Su
presencia se delata cuando los objetos
dejan de verse con nitidez a distancias
inferiores a 1 Km.
Si el límite de la visibilidad hori-
zontal está comprendida entre 1 y 2
Km se dice que hay neblina y calima
cuando este límite oscila entre 2 y 10
Km. En determinados lugares y en de-
terminadas circunstancias las denomi-
nadas precipitaciones ocultas (rocío,
escarcha, niebla) tienen interés en agri-
cultura.
Nubosidad
Una nube es un conjunto de di-
minutas gotas de agua o de cristalitos
de hielo, o de ambas cosas, que están
en suspensión en la atmósfera. Estas
gotas pequeñas pueden permanecer en
estado líquido a temperaturas muy in-
feriores al punto de congelación. Des-

36
de 0ºC hasta -12ºC las nubes están
formadas por pequeñas gotas de agua;
entre -12ºC y -30ºC están formadas
por gotas de agua y cristales de hielo y
sólo a partir de - 30ºC predominan los
cristales de hielo.
La condensación del vapor de
agua se produce habitualmente sobre
partículas microscópicas de polvo, sa-
les, etc., llamadas núcleos de condensa-
ción. Estas partículas son higroscópicas
y favorecen la condensación aún antes
de haber llegado a la saturación. A las
partículas que originan núcleos de cris-
tales de hielo se les llama núcleos de
sublimación. La condensación puede
estar provocada por cualquier proceso atmosférico que produzca un enfriamiento:
El ascenso de una masa de aire (por calentamiento de la superficie terrestre, sobrepasar una montaña, etc.).
La mezcla de masas de aire con diferente temperatura.
Por contacto con una superficie más fría (nieblas de irradiación, rocío, escarcha, etc.).

Todos estos procesos provocan un enfriamiento de la masa de aire, haciendo que baje su punto de sa-
turación y que se condense el vapor de agua sobre los núcleos de condensación
Existen distintos criterios de clasificación de las nubes. Según la altura a la que se formen sus bases tenemos
cuatro familias:
Nubes altas: se forman a unos 6000 m de altura.
Nubes medias: se forman entre 2000 y 6000 m.
Nubes bajas: hasta una altura de 2000 m.
Nubes de desarrollo vertical: nubes de gran espesor que van desde cerca del suelo hasta grandes alturas.

Según su forma se clasifican en cúmulos, estratos, cirros y nimbos.


Los cúmulos (Cu) , cuyo nombre latinizado es cumulus, son nubes densas, de contornos bien delimitados,
que se desarrollan verticalmente. Presentan formas redondeadas de color blanco, con aspecto algodonoso.
Los cúmulos ordinarios suelen soldarse dando lugar a los estratocúmulos (Sc). Estas nubes son bajas por es-
tar situadas sus bases como máximo a 2000 m de altura. Los cúmulos de gran desarrollo vertical reciben el
nombre de cumulonimbos y son las nubes típicas de las tormentas.

37
En su seno se producen fuertes corrientes ascendentes y descendentes y su espesor puede alcanzar los
10.000 m, cota que puede ser rebasada en las zonas tropicales. La parte superior de estas nubes se caracteri-
za por tener unas protuberancias formadas por cristales de hielo (a esa altura la temperatura está por debajo
de los 0ºC).
Las fuertes corrientes ascendentes provocan congelaciones bruscas de las gotas de agua que frecuente-
mente llegan al suelo en forma de granizo. Los altocúmulos (Ac) están dentro del grupo denominado de nu-
bes medias (base aproximadamente a 3000 m).
Los estratos (St), nombre latinizado, stratus son nubes bajas y medias dispuestas en bandas horizontales, su-
perpuestas unas a otras, formando una capa gris y uniforme. Las bases de estas nubes pueden estar próximas
a los 3.000 m formando en este caso una capa de nubes medias llamadas Altoestratos, As. Este tipo de nubes
suelen ir asociadas a un empeoramiento progresivo del tiempo: la capa nubosa aumenta de espesor al mismo
tiempo que desciende su base, formándose los nimboestratos (Ns), nubes bajas que producen precipitacio-
nes. Simultáneamente suele desgarrarse la masa nubosa apareciendo los estratos asociados con nimboestra-
tos.

Los nimbos, su nombre latinizado es nimbus, son nubes grises, espesas y muy bajas que suelen producir llu-
vias. Las conocemos comúnmente como nubes de tormenta y no son un tipo específico, sino que se forman
con la combinación de cúmulos y estratos. Dando como resultado nimbostratos (Ns) y cumulonimbos

Los cirros (Ci) son nubes muy altas, cuyas bases están alrededor de los 6.000 m de altura. Están formadas
por cristales de hielo, porque el vapor de agua a esas alturas se condensa en forma sólida. Estas nubes ofre-
cen una estructura muy característica (fibrosa o de garras). En ocasiones aparecen como un velo de gasa que
cubre gran parte del cielo (cirroestratos, Cs), o bien en forma de bolas (cirrocúmulos, Cc). Generalmente
son transparentes, pudiéndose observar la posición del sol o de la luna. Los cirroestratos pueden ir espesán-
dose, a la vez que disminuye la altura de la base, transformándose gradualmente en altoestratos.

38
BLOQUE 3
LAS GEOCIENCIAS INFLUYEN EN NUESTRO
AMBIENTE Y RECURSOS NATURALES

39
LOS MOVIMIENTOS TECTÓNICOS Y SU INFLUENCIA EN
LOS PAISAJES GEOMORFOLÓGICOS

La geomorfología es la rama de la geología y de la geografía que estudia las formas de la superficie te-
rrestre y los procesos que las generan. El término proviene del griego: γῆ, ge, es decir, geos (Tierra), μορφή o
morfeé (forma) y λόγος, logos (estudio, conocimiento), es decir, el estudio de la forma de la Tierra.

La geomorfología guarda conexión con la geología, climatología, hidrología y biogeografía, teniendo que
contar prioritariamente con el factor geológico que explica la disposición de los materiales. Las estructuras
derivadas de la tectónica y de la litología configuran frecuentemente los volúmenes del relieve de un modo
más o menos directo.

El clima introduce modalidades en la erosión y en el tipo de formaciones vegetales, de modo que la morfogé-
nesis adquiere características propias en cada zona climática. La elaboración de geoformas también depende
de los paleoclimas que se han sucedido en un determinado lugar. De las condiciones climáticas, biogeográfi-
cas, topográficas y litológicas, depende la eficacia erosiva de los cursos de agua y de otros modos de esco-
rrentía. Aquí habrá que considerar el conjunto de la red hidrográfica.

La cobertura vegetal introduce un tapiz protector en la interfase atmósfera-litosfera, razón por la cual
la biogeografía da claves importantes en el análisis de las geoformas y de los procesos que las modelan. Pero
esta cobertura no depende sólo del clima y del sustrato rocoso, sino también de la acción antrópica.

Luego tenemos a la geoforma, que es un cuerpo tridimensional: tiene forma, tamaño, volumen y topo-
grafía, elementos que generan un
relieve. Se han clasificado treinta y
seis (36) geoformas; el primer paso
es identificar las geoformas con su
topografía, drenaje, textura, tono,
vegetación natural y uso del suelo.

Una geoforma está compues-


ta por materiales que le son carac-
terísticos: como arenas, gravas, ar-
cilla o cuerpos masivos; tiene una

40
génesis y por lo tanto una dinámica que explica los materiales que la forman. Como geoformas las rocas
son lechos rocosos; los deltas, abanicos, terrazas y llanuras de inundación, son materiales transportados.
Los suelos residuales están asociados a los lechos rocosos.

La Tectónica de Placas es una teoría unificadora que explica una variedad de características y aconte-
cimientos geológicos. Se basa en un sencillo modelo de la Tierra que expone que la rígida litosfera se en-
cuentra fragmentada, formando un mosaico de numerosas piezas de diversos tamaños en movimiento lla-
madas placas, que encajan entre si y varían en grosor según su composición ya sea corteza oceánica, conti-
nental o mixta.

La litosfera descansa sobre la astenósfera que es semiplástica, más caliente y débil, por lo que se cree
que algún tipo de sistema de transferencia de calor dentro de la Tierra, procedente del núcleo y del manto,
hace que las placas litosféricas se muevan. Entre 1923 y 1926, el científico irlandés John Joly propuso que, a
causa de la mala conductividad térmica de la corteza, el calor radiactivo que se genera en la Tierra se acu-
mula debajo de la corteza y funde el manto, lo que provoca una convección térmica (transferencia convec-
tiva de calor). Esta hipótesis fue la base de la teoría de la convección en el manto, cuyo principal exponente
Griggs (1939), la aplicó a la deriva continental. Posteriormente, A. Holmes (1944) postuló que la convec-
ción también podía llevarse a cabo en el manto sólido.

Por todo lo anterior se admite que la corteza terrestre está fragmentada en Placas Tectónicas, las
cuales se desplazan pasivamente gracias a las corrientes de convección. Existen zonas donde las corrientes
ascienden y otras en donde las corrientes descienden, siendo el propio peso de la masa hundida el que
arrastra tras de sí al resto de la placa. Esto ha sido aceptado pero aún no está determinado.

El movimiento de las placas no se da en forma uniforme, se tienen zonas donde el movimiento es


muy lento, del orden de una centésima de milímetro al año y otras en las cuales el movimiento es muy rá-
pido, de más de 10 cm al año. De igual forma existen segmentos de la corteza que chocan entre sí y otros
en que no existe este choque. Estos movimientos son llamados tectónicos y son los responsables de la apa-
rición de montañas, volcanes, sismos, formación de plegamientos y fallas geológicas, expansión de océanos,
desplazamiento de continentes y también está asociado a yacimientos minerales y petrolíferos. La configu-
ración mundial de las placas es inestable y se está modificando lenta pero continuamente (ciclo de Wilson).

En la siguiente página encontrarás las principales placas tectónicas que cubren la Tierra.

41
42
LA GEOMORFOLOGÍA AFECTA LA BIODIVERSIDAD

La increíble diversidad específica y ecosistémica sitúan a México entre los países megadiversos del pla-
neta. Los patrones biogeográficos de los taxones del país también muestran una notable complejidad. La par-
te norte de México se sitúa en la región Neártica, mientras que la parte austral pertenece a la región Neo-
tropical. Entre ambas, principalmente en las sierras Madre y la Faja Volcánica Transmexicana, la mezcla de
taxones neárticos y neotropicales determina la Zona de Transición Mexicana.

Esta encrucijada biótica hace que la diversidad de México sea tan interesante, no solo en términos de
sus especies endémicas, sino también en cuanto a sus variadas relaciones filogenéticas y las hipótesis que se
han formulado para explicar cómo taxones de orígenes diversos, se han ensamblado en la Zona de Transi-
ción Mexicana. Adicionalmente, el país posee casi todos los tipos de vegetación, con desiertos, bosques tro-
picales y templados, pastizales y yermos de alta montaña esumen La increíble diversidad específica y ecosisté-
mica sitúan a México entre los países megadiversos del planeta. Los patrones biogeográficos de los taxones
del país también muestran una notable complejidad. La parte norte de México se sitúa en la región Neártica,
mientras que la parte austral pertenece a la región Neotropical.

Entre ambas, principalmente en las sierras Madre y la Faja Volcánica Transmexicana, la mezcla de taxo-
nes neárticos y neotropicales determina la Zona de Transición Mexicana. Esta encrucijada biótica hace que la
diversidad de México sea tan interesante, no solo en términos de sus especies endémicas, sino también en
cuanto a sus variadas relaciones filogenéticas y las hipótesis que se han formulado para explicar cómo taxo-
nes de orígenes diversos, se han ensamblado en la Zona de Transición Mexicana. Adicionalmente, el país po-
see casi todos los tipos de vegetación, con desiertos, bosques tropicales y templados, pastizales y yermos de
alta montaña.

El factor más importante que se ha correlacionado con la diversidad biológica de México es la hetero-
geneidad del medio físico, la cual es resultado de la historia geológica y el clima. A partir de las condiciones
geológicas y climáticas se ha desarrollado en el país una biota particular. Las dimensiones fisiográfica, morfo-
tectónica, climatológica y vegetacional de México ayudarán a entender de manera más acabada la regionaliza-
ción biogeográfica del país.

Dimensión fisiográfica

El territorio mexicano posee una superficie de 1,964,375 km2, situados a ambos lados del Trópico de
Cáncer, con su extremo septentrional situado en el paralelo de 32°42’ N y el meridional en el paralelo de
14°30’ N. La mayor parte del territorio nacional se encuentra en América del Norte, mientras que su por-
43
ción suroriental forma parte de América Central. La forma del país es aproximadamente triangular, con la
base situada hacia el norte (donde alcanza los 2,000 km de costa a costa) y angostándose hacia el sur (donde
alcanza poco más de 200 km de largo en el istmo de Tehuantepec). México posee 2 grandes penínsulas, la de
Baja California en el noroeste y la de Yucatán en el sureste. Desde la perspectiva fisiográfica, 65% de la su-
perficie del país es montañosa, mientras que 35% restante no supera los 500 m de altitud. Existen 8 sistemas
montañosos principales:

 Cordillera de Baja California. Serranía de 1,430 km de longitud que recorre la península de Baja Califor-
nia. Comprende las sierras La Rumorosa, Juárez, San Pedro Mártir, La Libertad, La Giganta y San Láza-
ro. Posee su máximo desarrollo en la parte norte, donde la sierra de San Pedro Mártir alcanza los
2,400 m de altura. Este sistema se continúa hacia el norte en los EUA con la Sierra Nevada.
 Sierra Madre Occidental. Representa el mayor sistema montañoso del país, extendiéndose paralelamente
a la costa del océano Pacífico desde la frontera con los EUA hasta los estados de Nayarit y Jalisco, don-
de se conecta con la Faja Volcánica Transmexicana. Representa la prolongación meridional de las Mon-
tañas Rocosas de los EUA y separa la Planicie Costera Noroccidental del Altiplano Mexicano. En el es-
te, los ríos que fluyen hacia el Pacífico han excavado barrancas profundas. Posee una extensión de
289,000 km y su altitud mayor es de poco más de 3,000 m.
 Sierra Madre Oriental. Se inicia en el estado de Nuevo León y corre en dirección sur-sureste, conectán-
dose con la Faja Volcánica Transmexicana en el centro de Puebla y Veracruz. Separa el Altiplano Mexi-
cano de la Planicie Costera del Noreste. Posee unos 1,350 km de largo y su elevación en general es
menor que la de la Sierra Madre Occidental. Posee algunas elevaciones importantes, como el cerro Po-
tosí (3,650 m) en Nuevo León y el cerro de San Antonio Peña Nevada (3,450 m) en el límite entre
Nuevo León y Tamaulipas.
 Faja Volcánica Transmexicana. Sistema que cruza el país en dirección este-oeste, aproximadamente a lo
largo de los paralelos de 19 y 20° N. Posee unos 1,000 km de longitud y unos 50-150 km de ancho.
Separa el Altiplano Mexicano de la Cuenca del Balsas. Incluye las elevaciones mayores del territorio
mexicano, constituidas por los volcanes Pico de Orizaba (5,650 m), Popocatépetl (5,450 m), Ixtac-
cíhuatl (5,280 m), Nevado de Toluca (4,560 m), La Malinche (4,460 m), Nevado de Colima (4,340 m),
Tancítaro (4,160 m), Tláloc (4,150 m) y Cofre de Perote (4,090 m), aunque la altura media es de 2,000
m.
 Sierra Madre del Sur. Corre de noroeste a sureste desde el estado de Jalisco hasta el istmo de Tehuan-
tepec, muy cerca de la costa del océano Pacífico. Posee unos 1,100 km de longitud y su ancho prome-
dio es de 120 km. Generalmente posee altitudes mayores a los 1,000 m y se encuentra interrumpida
por los valles de numerosos ríos, como Armería, Balsas, Papagayo y Verde. Las elevaciones menores
poseen unos 300-500 m de altura y las máximas llegan a los 3,400 m, en el cerro Teotepec, Guerrero.
Sierra Norte de Oaxaca. Ocupa la porción septentrional del estado de Oaxaca y áreas adyacentes de
Puebla y Veracruz. En general, predominan las altitudes superiores a los 1,000 m y las elevaciones más
altas se alcanzan en la Sierra de Juárez (3,400 m). Los ríos que la cruzan desembocan en las cuencas de
los ríos Papaloapan y Coatzacoalcos.
 Sierra Madre de Chiapas. Es una prolongación septentrional del Núcleo Centroamericano. Corre a lo

44
largo del litoral pacífico de Chiapas y penetra hasta el istmo de Tehuantepec. Alcanza su mayor altitud
en Tacaná (4,026 m), en la frontera con Guatemala.
 Macizo Central de Chiapas. Es otra de las prolongaciones septentrionales del Núcleo Centroamericano.
También corre paralelo a la costa del océano Pacífico, pero más alejado de ésta. Alcanza su mayor alti-
tud en el área de San Cristóbal (2,860 m).

Además de estos sistemas montañosos, México posee 9 llanuras y depresiones principales:

 Planicie Costera de Baja California. Situada en la porción occidental de la península de Baja California.
 Planicie Costera del Noroeste. Situada en el extremo noroccidental del país, extendiéndose desde la
desembocadura del río Colorado hasta el centro de Nayarit, siendo más ancha a lo largo de la costa
de Sonora.
 Altiplano Mexicano. Altiplano delimitado principalmente por las sierras Madre Occidental y Oriental, y
la Faja Volcánica Transmexicana. Abarca los estados de Chihuahua, Coahuila, San Luis, Potosí, Zacate-
cas, Durango, Guanajuato, Aguascalientes y Jalisco. Es una extensa meseta surcada por serranías más o
menos aisladas. La mayor parte de las tierras planas se ubican a 2,000 m hacia el sur, mientras que en
el norte predominan las altitudes de 1,000-1,500 m. El Altiplano Mexicano continúa hacia el norte en
las grandes llanuras del oeste de los EUA.
 Planicie Costera del Noreste. Franja de tierras bajas situadas hacia el sur del río Bravo, que alcanzan el
centro del estado de Veracruz. Hacia el norte se continúa con la gran llanura del sureste de los EUA.
Abarca casi todo el estado de Tamaulipas y partes de Nuevo León, San Luis Potosí y Veracruz.
 Planicie Costera del Sureste. Tierras bajas situadas en el sureste, desde el centro de Veracruz hasta Ta-
basco.
 Cuenca del Balsas. Tierras bajas situadas entre la Faja Volcánica Transmexicana y la Sierra Madre del
Sur, en los estados de Michoacán, Guerrero, Morelos y Puebla. Las partes más bajas se sitúan a los
300 m de altitud.
 Planicie Costera del Sureste del Golfo de México. Se extiende desde el centro de Veracruz (Sierra de
Naolinco) hasta Tabasco.
 Plataforma de Yucatán. Planicie de la Península de Yucatán, que no sobrepasa los 200 m de altitud.
 Depresión Central de Chiapas. Corredor de tierras bajas situadas entre la Meseta Central y la Sierra Ma-
dre de Chiapas. Posee 250 km de largo y un ancho promedio de 75 km. Sus altitudes menores alcan-
zan los 400 m.

En la siguiente página se pueden observar las provincias fisiográficas según la clasificación de Morrone
(2019).

45
46

También podría gustarte