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Vivo en casa de mi mamá Eyra de Fátima Martínez Pichardo de 37 años de edad, oficio ama de
casa, mi papá Oscar Danilo Reyes Urbina de 42 años de edad, oficio agricultor, mi hija de 5 años de
edad, 2 de mis hermanos de 21 y la de 9 años.
Me siento mal como si mi vida no vale nada, tengo miedo que me quite a mi hija, tengo miedo que
me haga daño, yo no quiero regresar con él mucho daño me ha hecho y me sigue haciendo, me
siento preocupada, no quiero regresar a lo mismo sus agresiones físicas, sus ofensas que me hacen
sentir como nada, hay noches que no puedo dormir, me siento nerviosa solo de pensar que va
llegar que se me lleve a la niña, no quisiera verlo ni oírlo porque me tiembla mi cuerpo y el
estomago, me siento triste, siento que nadie me quiere.
Pero ahora no tengo quien me ayude y decidí buscar en que trabajar, conocí a una señora
comerciante que da ropa al crédito muy buena me dijo que ella me podía ayuda que ella tenía
familiares en Guatemala y podía ayudarme a que fuera a trabajar allá, para cuidar niños, me
enseño la foto de un niño tierno, me dijo que pagaban muy bien para cuidarlo, que ella tenía el
dinero para pagarme los gastos del viaje, ella manejaba bien todo el papeleo del transporte,
incluso me recomendó que no despertara sospecha entre las autoridades, pero me daba pesar
dejar a mi hijo pequeño con mi mama, ella siguió insistiendo que me fuera a trabajar a veces me
llevaba cosas para el niño y me ayudaba con algo de dinero, era muy buena conmigo, le dije que
me iba a arriesgar pero como iba a hacer con el pasaje y los papeles ella me dijo que no me
preocupara que ella ya me había dicho que se encargaría de todo y ahí después cuando estuviera
trabajando se lo pagara, me decidí hable con mi mama y me fui con ella, llegamos a Managua y ahí
me llevo a una casa donde me alojaron mientras me conseguía los papeles, le firmé un contrato de
trabajo donde consentía para mi traslado, ella dijo que era para garantizarme mi estadía.
Salimos para Guatemala en un bus ella nos dijo que fuera tranquila, que no me preocupara por mi
hijo y mi mama que ella seguiría visitándola, que si en la frontera me miraban nerviosa no me iban
a dejar pasar. Al llegar a Guatemala me llevaron a un hotel, me dijeron que le entregara los
pasaportes para guardarlos y que no saliera a la calle porque me podía agarrar la policía de
migración y regresarme por indocumentada, en el hotel estaban otras muchachas jóvenes y
bonitas, pasamos como quince días ahí, y nos decían que no nos preocupáramos que estaban
haciendo los contactos para el trabajo, cuando preguntaba si sabían algo de mi familia me decían
que no preocupara que cuando llegara al trabajo y estuviera estable iba a llamarle, después de
esas dos semanas nos llevaron en taxis con destino al lugar donde supuestamente trabajaría de
niñera pero el taxista paro en un Night club y se inicio la pesadilla. Cuando llegue al burdel me
obligaron a vestir ropas cortas y maquillarme después de diferentes poses me tomaron fotos, Las
fotos las quieren para mostrarlas a los clientes, para ponernos en venta. También nos ponen a
consumir licor y drogas con los clientes. Estábamos como 26 muchachas entre ellas cinco
hondureñas una de ellas de 17 años, lloraba mucho, todas llorábamos. Nosotras nos llenamos de
miedo y no encerramos, porque una de las muchachas se quiso escapar y le cortaron un brazo y la
cabeza. La metieron en bolsas negras y luego la tiraron en un barril de basura, nos dijeron que si
hacíamos algo si le contábamos a algún cliente lo que nos pasaba, nos iban a desaparecer.
Una noche sorpresivamente llego la policía y nos sacaron de ahí me llevaron al hospital me
hicieron unos exámenes y después me regresaron a Nicaragua. Al llegar me llevaron a la policía a
poner la denuncia contra la vende ropa.