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En el caso de la investigación filosófica, parece que es superfluo, inadecuado y

contraproducente [debido a la propia naturaleza de la filosofía en la que a priori la


verdad no puede aclararse de antemano, sino que es el fruto de una exposición] el
anteponer un Prólogo a una obra que, de acuerdo con la convención establecida,
explicaría o aclararía (Erklärung) la finalidad y motivos de una obra, y de las relaciones
que un estudio guarda con otras investigaciones sobre el mismo tema.

Pero no lo es.
Así, lo que habría que decir en el Prólogo no serían las cuestiones relativas al modo
válido y al desarrollo de la verdad

La universalidad de la filosofía es lo que hace que se piense que es posible exponer


sus resultados sin transitar sus momentos. “La filosofía existe esencialmente en el
elemento de lo universal, que lleva dentro de sí lo particular”. Es decir, que no hay
filosofía cuando no se investiga lo más general, sino que se limita el estudio a una
parcela particular.

Ese carácter universal induce al error, o, como dice Hegel, suscita


la apariencia, de que en los resultados de la investigación filosófica se expresa la
verdad filosófica. Pero Hegel insiste en que no es posible captar la verdad filosófica sin
haber transitado por todos sus momentos. Lo universal que contenga lo particular,
así como el desarrollo completo que ha llevado al resultado, son elementos
esenciales de la filosofía. Si la filosofía provoca la sensación errónea de que en el
resultado se expone la verdad, las ciencias positivas, como la anatomía, provoca la
sensación errónea inversa, esto

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