Está en la página 1de 2

Frida Alejandra Ixshel Camacho Sánchez.

Grupo: 1102
318046152. Tarea: Reporte.

1. LA LINGÜÍSTICA: CIENCIA COGNITIVA.


El texto comienza introduciéndonos estableciendo cuál es el objeto de estudio de la
lingüística como ciencia: el lenguaje humano. A su vez, remonta el inicio de su análisis desde
la India y Grecia clásicas desde una perspectiva cognitiva y prescriptiva, que permaneció casi
invariable por muchos años.
Considero fundamental, aquí y en cada medio que lo amerite, recalcar que la lengua, como
algo vivo y cambiante, no debe estar enteramente sometida a una doctrina teórica a la que
deba obedecer inamoviblemente, cuando por naturaleza humana, son las doctrinas las que
deben ajustarse a la susceptibilidad del lenguaje. No creo que las reglas prescriptivas sean
inútiles, pues es clara su utilidad a la hora de introducirse en un nuevo idioma o el la mera
enseñanza teórica-formal (lo correcto, lo formal, lo culto) de la lengua materna.
Pero esto no es solo subjetividad mía – afortunadamente–, puesto que los lingüistas modernos
hacen la propuesta descriptiva de reglas adecuadas con las que podemos identificar las
variables estructuras del lenguaje que, en práctica, son usadas en comparación con las que
deberían ser usadas por la normatividad.
No supongo desacreditar el continuo estudio de las lenguas antiguas y su relación y
familiaridad con otras; de hecho, es importante dicho análisis, ya que nos muestra cómo este
mal llamado “deterioro del lenguaje” ha existido desde los pueblos antiguos, y que entonces
no es un deterioro: es la evolución. La cuestión es, entonces, por qué el esfuerzo de frenar
dicha evolución y adaptación en nuestra lengua, si es parte de su naturaleza presentar ese
cambio en algún punto de su historia fluyente. Resulta haber algunas suposiciones como
respuesta (aunque algunas son muy evidentes): se habal de la diferencia de clases, de
colonialismo y de gramáticas arbitrarias. Cada una ligada a la otra.
El trabajo de la lingüística moderna, al ampliar su perspectiva de estudio, contribuyó a
generar un importante cambio dentro de su metodología de análisis de la lengua como sistema
de signos: significado y significante. Teniendo al significante como secuencia de sonidos y
al significado como el concepto, a su vez que la relación entre ambos es esencialmente
arbitraria; estableciendo, tengo entendido, el circuito del habla.
Dicho esto, me sorprende que en tiempos contemporáneos siga existiendo el debate y la
búsqueda por la “reivindicación de la lengua”. Hasta me parece un tanto ridícula la forma
despectiva en la que se concibe un “deterioro del lenguaje”; puesto que, si la vida cotidiana
ya no es como en la antigua España de Cervantes, ¿por qué nuestro lenguaje tendría que
serlo? Creo que lo sustancial radica, justo, en no ser radical cuando de lenguaje se trata.

También podría gustarte