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1. ¿QUÉ ES CONOCIMIENTO?
Conocimiento es el reflejo activo, orientado a un fin, del mundo objetivo y sus leyes en el
cerebro humano. La fuente del conocimiento es el mundo exterior que rodea al hombre.
Influye en él y le provoca sensaciones, proporcionándole nociones y conceptos. El hombre ve
los bosques, los campos, las montañas, percibe el calor y la luz del sol, oye el canto de los
pájaros y siente el olor de las flores. Si esos objetos, existentes fuera de la conciencia del
hombre, no ejercieran ningún estímulo sobre él, no tendría la menor noción de ellos.
La base de la teoría marxista de la cognición es el reconocimiento del mundo objetivo, sus
objetos y fenómenos, en calidad de fuente única de nuestro saber.
Los idealistas no consideran que la realidad objetiva sea la fuente de nuestros
conocimientos. El objeto de la cognición en la filosofía idealista es ó la conciencia o sensación
de un solo individuo (sujeto), ó cierta entidad mística, existente fuera de la conciencia del
hombre ("idea absoluta", "espíritu universal", etc.), Algo por el estilo preconiza también la
religión. Para estos, el hombre es incapaz de conocer la esencia de los fenómenos de la
naturaleza y de la vida social. Puede únicamente descubrir y clasificar los resultados de la obra
divina, función que también ejecuta por la gracia de Dios.
155 Los materialistas premarxistas, que consideraban el conocimiento como el reflejo de los
objetos exteriores en la cabeza del hombre, asestaron al idealismo y al oscurantismo religioso
un golpe demoledor. Pero sus concepciones del proceso cognoscitivo eran también limitadas.
Como ellos eran metafísicos, no supieron aplicar la dialéctica al proceso cognoscitivo.
Consideraban el reflejo como la impresión pasiva que una cosa deja en el cerebro humano. El
materialista francés del siglo XVIII, Diderot, comparó el cerebro con la cera, en la que los
objetos dejan impresas sus huellas. Los materialistas anteriores a Marx no tenían en cuenta la
actividad y vitalidad del sujeto agente del conocimiento: el hombre. Además, no pudieron
apreciar el papel que la práctica representaba en el conocimiento; en eso estribaba su
limitación principal.
Marx y Engels superaron la limitación de la filosofía precedente con respecto a la
comprensión del proceso cognoscitivo, y crearon una teoría materialista dialéctica del
conocimiento, cualitativamente nueva.
El rasgo distintivo fundamental de la teoría marxista del conocimiento consiste en que el
proceso del conocimiento se asienta en la práctica, en la actividad material, productiva, de los
hombres, que conocen los objetos y fenómenos en el curso de esa actividad. En la filosofía del
marxismo, la práctica se manifiesta como punto de partida o base del proceso cognoscitivo y
como criterio de la verdad o de lo acertado de los conocimientos. “El punto de vista de la vida,
de la práctica, debe ser el punto de vista primero y fundamental de la teoría del conocimiento y
conduce infaliblemente al
materialismo...”44, escribió Lenin. Más adelante trataremos estas
cuestiones con mayor detenimiento.
Desde el punto de vista del materialismo dialéctico el conocimiento es un proceso infinito
de aproximación del pensamiento al objeto que se quiere conocer, de movimiento de la idea
del no saber al saber, del saber incompleto e imperfecto al saber más completo y más perfecto.
Al sustituir las teorías anticuadas por otras nuevas y precisar las viejas, el conocimiento
avanza, descubriendo más y más aspectos de la realidad.
156 Puesto que la práctica sirve de base del conocimiento aclaremos qué es y qué oficio
desempeña en el proceso cognoscitivo.
44 * V. I. Lenin, “Materialismo y empiriocriticismo”, en Obras Completas, t. XIV, ed. Cit, pág. 141.
(Ed)
URSS ha planteado a la biología la importante tarea de hallar métodos y procedimientos para
obtener muevas variedades de plantas de alto rendimiento y ganado productivo, tarea que los
biólogos soviéticos cumplen con éxito. Las valiosas variedades de plantas y razas de animales
obtenidas se propagan ampliamente por los koljoses y sovjoses.
Finalmente, la práctica pertrecha al conocimiento científico con aparatos, instrumentos e
instalaciones y con ello contribuye a sus éxitos. Hubiera resultado imposible conocer los
enigmas del núcleo atómico sin los aceleradores y otros complicadísimos aparatos e
instalaciones científicas que ha construido la industria moderna. No se puede concebir la
ciencia de nuestros días sin microscopios electrónicos, cohetes cósmicos y multitud de otros
instrumentos del conocimiento, simples y complejos. Todos son producto de la actividad
práctica, material, de la experiencia concreta con la materia que tienen los seres humanos.
La práctica no es sólo la base, sino el objetivo del conocimiento.
El hombre conoce el
mundo circundante y descubre las leyes de su desarrollo para utilizar los resultados del
conocimiento en su actividad práctica. Es verdad que no siempre estos resultados se aplican
inmediatamente. La desintegración del átomo, por ejemplo, se descubrió hace más de
cincuenta años, pero hace poco que se aprovecha la energía atómica con fines prácticos y
aunque la distancia entre los descubrimientos científicos y su aplicación se mida a menudo por
decenios, todos ellos están motivados y determinados por las demandas de la vida.
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La cognición sensual
La cognición comienza siempre reconociendo el objeto del mundo exterior mediante los
órganos de los sentidos. Nos convencemos de ello por la experiencia diaria. Cuando nos
disponemos a estudiar cualquier cosa desconocida, ante todo la examinamos minuciosamente
y, si hace falta, la tocamos, la probamos, etc. La contemplación viva, directa, de los objetos
constituye la etapa inicial, el primer paso en el camino de la cognición. Esta es la primera fase
de la actividad cognoscitiva del hombre. Su contacto Con los objetos y fenómenos de la
naturaleza en el curso de la práctica, le ofrece las primeras impresiones de ellos, que capta por
medio de los órganos de los sentidos. Estos son algo así como la puerta por la que el mundo
exterior se presenta en la conciencia humana.
La forma fundamental de la cognición sensual es la sensación.
Sensación es el reflejo de
propiedades, particularidades y aspectos singulares del objeto. Los objetos pueden estar
calientes y fríos, pueden ser oscuros y claros, lisos y ásperos, todas estas propiedades y
muchas más estimulan nuestros órganos de los sentidos y producen determinadas
sensaciones.
Para la formación de sensaciones el organismo humano cuenta con un aparato fisiológico
adecuado. Este aparato consta de los órganos de los sentidos, los nervios por los que las
excitaciones se trasmiten como la electricidad por cables, las partes correspondientes del
cerebro y, finalmente, las partes del cerebro en las que los estímulos se convierten en las
sensaciones respectivas. La excitación que un sonido suscita en el oído se trasforma en
La cognición lógica
46 * Gnoseología (del griego gnosis, saber y lagos, tratado) significa teoría del conocimiento.
(Ed.)
cambio, basándose en que la fuente directa de nuestros conocimientos son las sensaciones,
declaran que éstas son lo único que existe y consideran los objetos y fenómenos como
conjuntos de sensaciones.
Así, pues, las raíces gnoseológicas del idealismo son la unilateralidad, y el subjetivismo.
Se debe hacer notar, sin embargo, que las raíces gnoseológicas constituyen sólo las
premisas, la posibilidad del idealismo, pero esta posibilidad la convierten en realidad
determinadas fuerzas sociales. Estas fuerzas son las clases reaccionarias de la sociedad,
interesadas en alejarse de la verdad. Sus intereses de clase precisamente dictan el enfoque
subjetivo y unilateral del conocimiento, el divorcio entre la idea y la realidad.
Contribuye también a que se difunda el idealismo, la contradicción existente en la sociedad
dividida en clases antagónicas entre el trabajo intelectual y el manual, contradicción que
origina la apariencia de que la conciencia de los hombres es independiente de su actividad
material, productiva. Al monopolizar el trabajo intelectual, las clases explotadoras difunden
por todos los medios y sostienen el idealismo, utilizándolo para justificar y conservar su
dominación.
El idealismo no sólo tiene, por tanto, raíces gnoseológicas, sino raíces de clase; estas raíces
estriban en determinados intereses de las clases reaccionarias.
En resumen, el conocimiento va de lo sensual a lo lógico en base a la práctica. Es natural
que los resultados del conocimiento requieran comprobación, o sea, que se aclare si son justos
y verdaderos y no puede ser de otra manera: sólo el conocimiento verdadero puede servir a las
necesidades prácticas de los seres humanos.
Antes de hablar del modo de comprobar los resultados del conocimiento y alcanzar la
verdad, debemos aclarar qué es la verdad.
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Objetividad de la verdad
El materialismo dialéctico entiende por verdad los conocimientos sobre un objeto que lo
reflejan acertadamente, que corresponden a él. Son verídicos, por ejemplo, los aciertos de la
ciencia: “los cuerpos constan de átomos", "la tierra ha existido antes que el hombre", "los
burgueses explotan a los trabajadores", etc.
¿De qué depende, pues, la verdad? ¿Del hombre, en cuya cabeza surge, o del objeto que
refleja?
Los idealistas consideran que la verdad es subjetiva, que depende del hombre, quien
determina por sí mismo la veracidad de sus conocimientos sin tener en cuenta el estado real de
las cosas. El filósofo griego Protágoras expresó en la remota antigüedad la concepción idealista
de la verdad de la siguiente manera: "El hombre es la medida de todas las cosas".
En contraposición al idealismo, el materialismo dialéctico se apoya en las conquistas de la
ciencia y en la práctica secular de la humanidad para afirmar que la verdad es objetiva. Puesto
que la verdad refleja el mundo que existe objetivamente, su contenido no depende de la
conciencia del hombre. “La verdad objetiva —escribió Lenin— es un contenido de nuestros
conocimientos que no depende ni del hombre ni de la humanidad. El contenido de la verdad se
determina enteramente por los procesos objetivos que refleja.”