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“Canto de flores” o “canto de alegría”, es el género que representa, por excelencia la poesía

lírica náhuatl. Se componía y se cantaba en las asambleas de los poetas, que permitía
expresar sus sentimientos personales comulgando, al mismo tiempo, con las divinidades.
Categorías de la literatura náhuatl
Quienes escribían eran llamados o considerados tlamitini, que quiere decir "los que saben
cosas". En realidad, los tlamatinime (en plural) fungían como filósofos o poetas.

Desde el punto de vista literario, los documentos encontrados hasta la fecha dan cuenta de
dos géneros que fueron cultivados en la era prehispánica:

Tlatolli (palabra o discurso), relatos y discursos en prosa sobre historia, conocimiento, etc.;
incluye los xiuhámatl, que corresponden a los anales de historia;
Cuícatl (canto), que corresponden a los poemas y cantos.
De todos estos géneros, serán los cuícatl, es decir, los poemas o cantos, el foco de nuestra
reflexión. Sobre estos, Miguel León-Portilla ha escrito abundantemente, debido a su
relevancia estética y cultural.

Características de la poesía náhuatl


La poesía náhuatl era percibida como una fuente de conocimiento y de memoria ancestral.
Por medio de ella, se legaba a las generaciones el conocimiento. Junto a esto, se presume
que los cuícatl también eran percibidos como de inspiración divina. En ese sentido, se cree
que quienes escribían poesía náhuatl no se consideraban solo poetas, sino filósofos.

Las piezas poéticas que encontramos evocan recuerdos y promueven el diálogo interior, de
manera que la espiritualidad y la introspección son elementos muy importantes.

De acuerdo con León-Portilla, a esto se le suma el ritmo y la medida como elementos


formales. Se sabe que algunos de estos poemas fueron concebidos para llevar
acompañamiento musical o para ser cantados. Los poemas nahuas tienen, así, un tono
lírico.
Clasificación de la poesía náhuatl
Se pueden reconocer diferentes subgéneros dentro de la poesía náhuatl, tal como lo señala
León-Portilla, cada uno de los cuales recibe su nombre de acuerdo a su contenido y, en
algunos casos, de acuerdo a su función.

Teocuícatl
Los teocuícatl, o cantos a los dioses, eran materia de enseñanza de los calmécac o "casas
en hileras". Al igual que los telpuchcalli o "casas de jóvenes", eran una suerte de centros
educativos.

Los teocuícatl relataban los hechos primordiales o evocaban a la divinidad. Podían


funcionar como himnos sagrados musicalizados para las ceremonias. Tenían también un
tono solemne y esotérico.

Xoxicuícatl y xopancuícatl
Es importante saber que para los poetas nahua, la poesía era en sí misma un tema de
reflexión, pero se le llamaba metafóricamente. Los xoxicuícatl, o cantos a la poesía (flor), y
xopancuícatl, o cantos de primavera, son expresión clara de esto. Por ejemplo, para llamar
al poeta se le nombraba como "ave preciosa, pájaro rojo". Así, los poemas serían "flores,
perfumes, piedras preciosas o plumas de quetzal".

Cuauhcuícatl, ocelocuícatl y yaocuícatl


Los cuauhcuícatl, o cantos de águilas, los ocelocuícatl, también conocidos como cantos de
ocelotes, y los yaocuícatl, que son los cantos a la guerra, son las diversas maneras de
nombrar los poemas en que se exaltaban las glorias de los capitanes famosos, las batallas
y los triunfos de unas culturas sobre otras. También se podían cantar o actuar.

Icnouícatl
Los icnouícatl, o cantos de tristeza o de angustia (huérfano), por su parte, eran aquellos en
los cuales el poeta filosofa sobre los misterios de la vida, como el tiempo y la muerte.

Teponazcuícatl
Los teponazcuícatl son aquellos poemas hechos para ser musicalizados estrictamente.
Ellos fueron el origen del drama en la cultura náhuatl.

Ahuilcuícatl y cuecuexcuícatl
Ahuilcuícatl y cuecuexcuícatl son aquellos poemas referidos a los cantos de placer o cantos
de cosquilleo respectivamente.

Poetas y poemas nahua


Tlaltecatzin
Nacido hacia 1320. Fue señor de Cuauhchinanco en el siglo XIV. Contemporáneo de
Techotlala, señor de Texcoco entre 1357 y 1409. Cantor del placer, la mujer y la muerte.

Canto
En la soledad yo canto
a aquel que es Ometéotl
... En el lugar de la luz y el calor,
en el lugar del mando,
el florido cacao está espumoso,
la bebida que con flores embriaga.
Yo tengo anhelo,
lo saborea mi corazón,
se embriaga mi corazón,
en verdad mi corazón lo sabe:
¡Ave roja de cuello de hule!,
fresca y ardorosa,
luces tu guirnalda de flores.

¡Oh madre!
Dulce, sabrosa mujer,
preciosa flor de maíz tostado,
sólo te prestas,
serás abandonada,
tendrás que irte,
quedarás descarnada.
Aquí tú has venido,
frente a los señores,
tú, maravillosa criatura,
invitas al placer.
Sobre la estera de plumas amarillas y azules
aquí estás erguida.
Preciosa flor de maíz tostado,
sólo te prestas,
serás abandonada,
tendrás que irte,
quedarás descarnada.
El floreciente cacao
ya tiene espuma,
se repartió la flor del tabaco.
Si mi corazón lo gustara,
mi vida se embriagaría.
Cada uno está aquí,
sobre la tierra,
ustedes señores, mis señores,
si mi corazón lo gustara,
se embriagaría.
Yo sólo me aflijo,
digo:
que no vaya yo
al lugar de los descarnados.
Mi vida es cosa preciosa.
Yo sólo soy,
yo soy un cantor,
de oro son las flores que tengo.
Ya tengo que abandonarla,
sólo contemplo mi casa,
en hilera se quedan las flores.
¿Tal vez grandes jades,
extendidos plumajes
son acaso mi precio?
Sólo tendré que marcharme,
alguna vez será,
yo sólo me voy,
iré a perderme.
A mí mismo me abandono,
¡Ah, mi Ometéotl!
Digo: váyame yo,
como los muertos sea envuelto,
yo cantor,
sea así.
¿Podría alguien acaso adueñarse de mi corazón?
Yo solo así habré de irme,
con flores cubierto mi corazón.
Se destruirán los plumajes de quetzal,
los jades preciosos
que fueron labrados con arte.
¡En ninguna parte está su modelo
sobre la tierra!
Que sea así,
y que sea sin violencia.

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