Está en la página 1de 7

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

SALA DE CASACION LABORAL


MAGISTRADOS PONENTES: EDUARDO LOPEZ VILLEGAS Y
LUIS JAVIER OSORIO LOPEZ
Referencia: Expediente 19357
Acta 07
Bogotá D.C., cuatro (4) de febrero de dos mil tres (2003)

Resuelve la Corte el recurso de casación interpuesto por el apoderado judicial de la empresa ASTORGA S.A. contra la
sentencia proferida por la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Pasto, el 29 de mayo de 2002, en el
juicio promovido en su contra por LUZ MILA MONTOYA ANGRINO y GLORIA DENNY VILLARREAL QUIÑONES quien
actúa en nombre propio y en representación de sus menores hijos ALEXIS GIIOVANNY, JHON ALEXANDER y CARLOS
ALFONSO ANGULO VILLARREAL.

I. ANTECEDENTES

LUZ MILA MONTOYA ANGRINO y GLORIA DENNY VILLARREAL QUIÑONES quien actúa en nombre propio y en
representación de sus menores hijos ALEXIS GIIOVANNY, JHON ALEXANDER y CARLOS ALFONSO ANGULO
VILLARREAL, demandaron a la sociedad ASTORGA S.A., con el fin de obtener pensión de sobrevivientes con ocasión
de la muerte de los trabajadores SAUL MONTENEGRO MUÑOZ y LIZARDO ANGULO, quienes eran cónyuges y padre,
en el accidente de trabajo ocurrido el 20 de enero de 1997. En forma subsidiaria pidieron, reconocimiento y pago del
seguro por muerte en accidente de trabajo.

De la misma manera solicitaron se condenara a la empresa convocada a juicio al reconocimiento y pago de


indemnización total de perjuicios por culpa patronal en el percance. Igualmente, demandaron reliquidación de
prestaciones sociales, indexación y costas.

Como apoyo de su pedimento afirmaron que el 20 de enero de 1997, SAUL MONTENEGRO MUÑOZ y LIZARDO
ANGULO, quienes se encontraban vinculados a ASTORGA S.A., como obreros de campo en virtud de sendos contratos
de trabajo a término fijo inferior a un año, sufrieron un accidente de trabajo que les costó la vida, cuando se desplazaban
al sitio de labor en el transporte contratado por la empresa.

Para llegar al lugar donde cumplían su trabajo era necesario atravesar el río Caunapí, lo que habitualmente se hacía en
un ¨ferry¨. El día del fatal accidente, el río se había desbordado, por lo cual ese medio de transporte no pudo ser utilizado
y por orden del director de campo de la empleadora se trasladó al personal en una canoa pequeña con 20 personas
abordo. En la mitad de la travesía la embarcación colisionó con un tronco de madera, habiéndose volteado y causado la
desaparición de tres de sus ocupantes entre ellos los cónyuges de las demandantes que fueron encontrados muertos por
sumersión pocos días después.

Los trabajadores fallecidos no habían sido afiliados por parte de la empresa al sistema general de seguridad social (Fls.1
a 8).

En la contestación del libelo, la empresa convocada a juicio aceptó unos hechos y negó otros. Se opuso a la
prosperidad de las pretensiones y propuso las excepciones de prescripción e inexistencia de la obligación. Adujo en su
defensa que no se trató de un accidente de trabajo, por cuanto no se demostró que se dieran los supuestos del artículo
9º del decreto 1295 de 1994. Además, no hubo culpa por parte de la empresa en el infortunado incidente que se
ocasionó por la colisión del bote con un tronco de madera y por ende no se le puede imputar responsabilidad. Añadió a
idéntica conclusión se llega si se analiza la conducta de los siniestrados la cual fue dolorosamente imprudente. (Fls.72 a
74).

Mediante sentencia del 24 de enero de 2002, el Juzgado Laboral de Tumaco (Nariño), declaró la existencia de los
contratos laborales que terminaron por muerte de los trabajadores. Absolvió a la empresa ASTORGA S.A. de la pensión
de sobrevivientes, pero la condenó a pagar a favor de los accionantes las sumas $3.678.269 y 3.553.867 indexadas, por
concepto de seguro de vida de quienes respondieran al nombre de LIZARDO ANGULO y SAUL MONTENEGRO
MUÑOZ, respectivamente. Igualmente fulminó condena por valor de $66.688.150 y $117.075.090 por indemnización total
de perjuicios materiales y morales por la muerte de cada uno de los trabajadores en accidente de trabajo y en beneficio
de sus cónyuges, e hijos menores en el caso de LIZANDRO ANGULO. Por último, absolvió a la demandada por
concepto de reajuste de la liquidación de prestaciones sociales e indemnización moratoria. (Fls. 279 a 300).

II LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL

Al desatar el recurso de apelación interpuesto tanto por la parte demandante como por la demandada, el Tribunal
Superior de Distrito Judicial de Pasto, mediante sentencia del 29 de mayo de 2002, confirmó en su integridad el fallo del
juzgador a quo.

En lo que incumbe el recurso extraordinario, consideró ad quen que en la sustentación de la alzada la parte demandada
había solicitado ¨ se modifique de manera sustancial el acápite de indemnización total de los perjuicios reclamados por el
actor y se declare probada la concurrencia de culpa a fin de obtener la consabida reducción ¨, de donde derivó el
juzgador que la finalidad del recurso había sido ¨ lograr la reforma de la sentencia condenatoria ¨ Mediante la declaratoria
de la existencia de concurso de culpas ¨para lograr con ello la reducción de las condenas impuestas…¨, porque en
concepto de la empresa apelante, el accidente que causó la muerte de los dos trabajadores se produjo por un acto
negligente de las víctimas.

Una vez que el Tribunal fijó el objeto de la impugnación, arguyó que esas alegaciones de la empresa demandada no
habían sido esgrimidas al contestar la demanda como una excepción o medio enervante de las pretensiones que
reclamaban la indemnización plena u ordinaria y que solo se había aludido a ellas en el recurso de alzada.

Finalmente sostuvo, que por las razones anteriores, había lugar a mantener la condena impuesta en segunda instancia, ¨
no obstante que la argumentación y el análisis probatorio verificado por Ad quo, se hizo sin mayores consideraciones ¨.

III EL RECURSO DE CASACION

Inconforme con el fallo anterior, la parte demandada interpuso recurso de casación, el cual, una vez concedido por el
Tribunal y admitido por esta Sala, se procede a resolver previo el estudio de la demanda de casación. No hubo réplica.

El recurrente pretende que la Corte ¨ CASE PARCIALMENTE la sentencia impugnada, en cuanto confirmó las condenas
proferidas por el ad quo con respecto a la indemnización plena de perjuicios. Posteriormente, convertida la Corte en
Tribunal de Instancia, proceda a REVOCAR las condenas impuestas por el juez de primer grado por los mismos
conceptos, y en su lugar ABSUELVA a la demandada de la pretensión de indemnización plena de perjuicios impetrada
por las demandantes ¨.

Con tal fin formula dos cargos así:

CARGO PRIMERO: ¨ Acuso la sentencia de ser violatoria de la ley sustancial, por la vía indirecta, por aplicación indebida
de los artículos 2341, 2347 y 2357 del código civil, en relación con el artículo 216 del código sustantivo del trabajo, a
consecuencia de los errores evidentes de hecho en la apreciación probatoria en que incurrió el sentenciador por la falta
de apreciación y por la equivocada apreciación de las pruebas calificadas que mas adelante se singularizan ¨.

Los errores evidentes de hecho en que incurrió el Tribunal son los siguientes:

¨ Dar por demostrado sin estarlo, que el accidente de trabajo en el que perdieron la vida los cónyuges de las
demandantes fue un accidente con culpa patronal ¨.

¨ No dar por demostrado, estándolo, que el accidente de trabajo fue un suceso fortuito en el cual la empresa empleadora
de los trabajadores fallecidos no tuvo culpa alguna ¨.
¨ Dar por establecido, sin estarlo en realidad, que la empresa no tomó las precauciones mínimas y razonables en el
transporte a través del río donde perdieron la vida los trabajadores cónyuges de las demandantes ¨.
A los yerros fácticos precedentes llegó el Tribunal por haber dejado de apreciar el acta de inspección judicial ( Fls. 185 a
192) y por la estimación equivocada de la demanda introductoria del proceso (Fl. 1). Así mismo, por la errónea
apreciación de los testimonios de María Raquel Velasco (lf. 121), Genaro Patrocinio Zúñiga (Fl. 123), Esaud Montenegro
(Fl. 125), Gilberto Peñaranda ( Fl.139), Francisco Javier Valencia (Fl. 141), Francisco Javier Velásquez (Fl. 144 ),
Orlando Riaño López (Fl 158) y Norbey Domínguez Escobar (Fl 155).

En la demostración del cargo, el censor afirma que el Tribunal parte del supuesto indiscutido de que los señores SAUL
MONTENEGRO MUÑOZ y LIZARDO ANGULO, cónyuges de las demandantes, fallecieron el 20 de enero de 1997,
estando al servicio de la empresa ASTORGA S.A. a la cual estaban vinculados mediante contrato de trabajo.

Agrega que tampoco se discuten las conclusiones de instancia en cuanto a que dicho fallecimiento se produjo en
accidente de trabajo, toda vez que el infortunio ocurrió en el trayecto de la residencia al trabajo en el transporte
suministrado por el empleador.

Igualmente admite, que los trabajadores fallecidos no se encontraban afiliados a la seguridad social, lo que en principio
implica asignar responsabilidades indemnizatorias al empleador, por cuanto el Instituto de Seguros Sociales – entidad a
la que estuvieron afiliados – no reconoció derechos pensionales del sistema de riesgos profesionales ni el sistema de
pensiones por no cumplirse los requisitos legales respectivos.

Precisa que la impugnación en el recurso extraordinario, se contrae a la conclusión de instancia, confirmada por el
juzgador de segundo grado en el sentido de que hubo ¨ culpa patronal ¨ en la ocurrencia del percance ¨ y que de ella se
deriva la obligación de reconocer indemnización plena de perjuicios a la parte demandante por la pérdida de la vida de
los trabajadores mencionados ¨.

Señala que como el Tribunal se limita a efectuar un análisis jurídico confirmatorio de las conclusiones fácticas del juez de
primer grado, es preciso entender que hace suyas las apreciaciones probatorias del a quo, las que controvierte por
contener errores evidentes de hecho al dar por demostrada la culpa patronal en el accidente, en lugar de haber dado por
establecido como correspondía, ¨ que el accidente fue un suceso fortuito sin culpa alguna del empleador ¨. Además, en el
fallo se dio por demostrado sin respaldo probatorio suficiente, ¨ que la empresa demandada dejó de tomar las medidas
mínimas y razonables en el transporte a través del río donde perdieron la vida los infortunados trabajadores ´.

Asevera el recurrente que el sentenciador ad quem, apreció en forma equivocada la demanda, en cuanto reseña como
hecho el carácter fortuito del evento, pues señala que el día del trágico suceso el ¨ferry¨ no pudo ser utilizado debido al
nivel del río y que la canoa que reemplazó al ¨ferry¨ en el transporte del personal llevaba 20 personas y que ¨ colisionó
con un tronco de madera ¨ lo que ocasionó que la embarcación se volteara.

Del mismo modo el Tribunal dejó de apreciar el acta de inspección judicial, en cuanto contiene la declaración del señor
Gilberto Peñaranda, Director Administrativos de ASTORGA S.A., quien describe lo sucedido y precisa que ¨ a la canoa
parados le caben 27 personas ¨ . En esa misma acta, la juez deja constancia de su propia apreciación sobre las
características de la canoa utilizada, ya que la observada por el juez ¨ es similar a la canoa en la cual se transportaban ¨
el día del accidente y la describe como ¨ una canoa de aproximadamente 6 brazas de largo y mas o menos un metro de
ancho, construida en madera y se opera con canaletes ¨.

Concluye que las anteriores pruebas calificadas dan cuenta de elementos trascendentales para la valoración de la
presencia o ausencia ¨ culpa patronal ¨ en la ocurrencia del accidente, ¨ lo normal es que se utilice el ¨ferry¨ en el cruce
del río para el personal, circunstancia que puede explicar la ausencia de chalecos salvavidas. Debido a lo crecido del
río, se utilizó la canoa, que no era pequeña ( no era un ¨ potro¨ ) además la canoa no llevaba sobrecupo pues tiene
capacidad para 27 persona e iban 20, de otro lado, la canoa no naufragó debido a su calidad sino a otra circunstancia
fortuita como fue haber colisionado con un tronco de madera ¨.

Posteriormente señala el recurrente que las anteriores pruebas calificadas y lo que se infiere de ellas, permiten a la Corte
examinar las pruebas no calificadas y se refiere a distintos testimonios, así:
Afirma que María Raquel Velasco da cuenta de la situación de invierno que impidió el uso del ¨ferry¨ y de la circunstancia
de que el día del accidente todo personal de la empresa cruzó el río en la canoa, lo que evidencia que nadie consideró
peligroso hacerlo y que nadie fue obligado, sino que todo el mundo consideró normal esa solución.

En cuanto al testimonio de Genaro Patrocino Zúñiga, dice que manifiesta que no fue obligado a que se embarcara y que
en forma inmediata se dispusieron ayudas, pues un señor en otra canoa lo rescató.

El hijo de uno de los trabajadores fallecidos, Esáud Montenegro, destacó que la empresa contrató una canoa con motor
inmediatamente, para tratar de rescatar a los desaparecidos.

Gilberto Peñaranda señaló que no era normal que el río creciera tanto; y destaca que la canoa era grande, con
capacidad para 27 personas y no iba sobrecargada. Francisco Javier Valencia, quien guiaba la canoa, indicó por sui
parte que no llevaba sobrecupo y que el accidente se produjo al chocar la canoa con el tronco, el agua entró, la gente se
desesperó y por ese motivo se volteó la canoa.

Francisco Javier Velásquez y Orlando Riaño López, hicieron alusión a la pericia del operador de la canoa y al esfuerzo
que realizó para evitar la colisión y para tratar de rescatar a los accidentados. Norbey Domínguez Escobar se refirió a
que la canoa era grande y estaba en buen estado y que el río ¨ no estaba muy correntoso ¨

IV CONSIDERACIONES DE LA CORTE

El recurrente para controvertir el fallo parte de una premisa equivocada, consistente en que el Tribunal hizo suyas las
conclusiones de carácter fáctico y avaló el análisis probatorio efectuado por el Juzgador de primera instancia que lo llevó
a dar por establecida la culpa patronal y a fulminar condena por indemnización plena de perjuicios en contra de la
empresa demandada.

Un análisis detenido de la decisión de segundo grado demuestra que el Tribunal confirmó la condena de primera
instancia en lo referente a la indemnización plena de perjuicios, no porque se hubiera allanado a las deducciones fácticas
y consideraciones probatorias del a quo, sino porque estimó que no estaba legitimado para abordar el examen de tales
cuestiones por no haber demostrado la empresa apelante interés en controvertir de manera específica lo atinente a la
culpa patronal. Entendió el sentenciador ad quem que la inconformidad de la sociedad recurrente se contraía
simplemente al monto de la condena porque consideraba que debía operar el fenómeno de la concurrencia de culpas y
la consecuente reducción indemnizatoria prevista en el artículo 2357 del Código Civil.

Es más, algunas expresiones plasmadas en el cuerpo de la providencia dejan percibir el desacuerdo del Tribunal con los
razonamientos del inferior sobre los hechos del proceso y la valoración probatoria efectuada, lo que descarta su pleno
avenimiento por lo menos, con la fundamentación de la decisión de primera instancia.

Para corroborar los asertos precedentes, resulta pertinente citar apartes del fallo gravado sobre el particular, así lo
expresó el Tribunal:

¨ Adentrándonos en el estudio de la inconformidad, es necesario precisar que lo perseguido por el apelante de la parte
accionada, es la declaratoria de la figura consagrada en el artículo 2357 del Código Civil, denominada ¨ concurso de
culpas ¨, para logar con ello la reducción de las condenas impuestas en primera instancia, por cuanto según el sustento
del recurso, el acaecimiento del accidente que generó la muerte de los dos trabajadores ya citados, se produjo por un
acto negligente de las víctimas ¨.

Más adelante agregó:

¨ Los razonamientos anteriores sirven de fundamento para mantener la condena impuesta en primera instancia, no
obstante que la argumentación y el análisis probatorio verificado por el a-quo se hizo ¨ son mayores consideraciones ¨
(subrayas de la Corte).

Y en la parte final de la providencia señaló:


Cuando se reclama una indemnización total y ordinaria de perjuicios (artículo 216 íbídem)… la actividad probatoria debe
estar encaminada a demostrar que el accidente de trabajo se presentó por culpa imputable al empleador que no observa
¨aquella diligencia y cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios ¨ Este último aspecto no
lo tuvo en cuenta el a quo, pues sin mayor argumentación y con un deficiente análisis probatorio profirió condena. Pero
como este extremo litigioso específico no fue objeto de protesta, puesto que el recurrente por pasiva no impetró la
revocatoria del proveído en este particular, sino su reforma, la condena impuesta en primera instancia se debe mantener.
¨ (resaltado fuera de texto).

Así las cosas, para enervar la presunción de acierto y legalidad de que viene revestida la sentencia gravada, en la vía de
ataque escogida por el censor, era menester que destruyera lo que fue conclusión fáctica vertebral del Tribunal de
desatar la apelación de la parte demandada, esto es, que el desacuerdo del apelante con la decisión de primera
instancia versó exclusivamente sobre la no aplicación del artículo 2357 del Código Civil, que prevé la reducción de la
indemnización en los casos de concurrencia de culpa de la víctima.

Como el censor no procedió de conformidad con esa exigencia, la acusación debe ser desechada porque tal como fue
construida derivó en un enjuiciamiento directo al fallo de primera instancia, lo que resulta inadmisible por no tratarse en
este evento de casación per saltum.

Por lo demás, al no haberse desvirtuado por parte de la acusación el razonamiento del ad quem de que la apelación de
la demanda se centró únicamente en lo relacionado con la reducción del monto de la condena para la reparación del
daño por operar la figura de la concurrencia de culpas, se entiende que en esa oportunidad de todos modos se aceptó la
existencia de culpa patronal, por lo que no puede ese punto ser discutido ahora de manera tardía en el recurso de
casación.

Por las razones anteriores, se desestima el cargo.

CARGO SEGUNDO ¨ Acuso la sentencia de ser violatoria de la ley sustancial, por la vía directa, por INFRACCION
DIRECTA de los artículos 357 del Código Procedimiento Civil (modificado por el D. 2282 de 1989) y 145 del Código
Procesal del Trabajo, lo que condujo a la INTERPRETACION ERRONEA del artículo 2357 del Código Civil, en relación
con los artículos 2341y 2347 del mismo Código, y del artículo 216 del Código Sustantivo del Trabajo ¨.

En la sustentación del cargo aduce el censor que asume las conclusiones fácticas del fallo, es decir, que hubo accidente
de trabajo y culpa patronal concurrente con culpa de la víctima, que impone la reducción proporcional de la condena por
dicho concepto.

Sostiene que el sentenciador de segunda instancia infringió directamente el artículo 357 del Código de Procedimiento
Civil y consecuencialmente el artículo 145 del Código Procesal del Trabajo, pues pese a estar en desacuerdo conceptual
con la condena por culpa patronal que impuso el Juzgado, estimó que ¨ como ese extremo litigioso específico no fue
objeto de protesta… la condena impuesta en primera instancia se debe mantener ¨. Olvidó así la regla de la norma
mencionada del procedimiento civil, según la cual cuando ambas partes hayan apelado ¨ el superior resolverá ¨ sin
limitaciones ¨ ¨, criterio que es una excepción expresa a la regla de que el superior no podrá enmendar la providencia en
la parte que no fue objeto del recurso contenida en la misma norma.

Esa infracción normativa condujo al Tribunal a interpretar erróneamente las normas que gobiernan la reparación plena de
perjuicios por culpa patronal. En efecto, asumiendo que hubo concurrencia de culpas aspecto fáctico que el Tribunal no
discutió – consideró que debía mantener la condena a reparación plena sin descuento alguno por la concurrencia de
culpas, en atención a la interpretación actualmente señalada por la corte y en `particular la fijada en sentencia de 15 de
noviembre de 2001.

La interpretación allí prohijada se toma en ¨ interpretaciones allí se toma en ¨ interpretación errónea ¨, si la Sala decide
admitir la tesis contraria que es la que propone.
Aduce el censor que el argumento central de la citada sentencia se remite a la literalidad del artículo 216 del Código
sustantivo del Trabajo en cuanto a la obligación del empleador de pagar. En caso de culpa patronal la indemnización ¨
total ¨ , expresión que a juicio de la Sala implica la imposibilidad legal de aplicar cualquier compensación, como sería la
que corresponda por la concurrencia de la culpa del trabajador con la culpa patronal.
Los magistrados que disienten de esa tesis, llaman la atención en que la expresión del artículo 216 del C.S.T. acerca de
la indemnización ¨ total y ordinaria ¨ por perjuicios constituye una remisión total a la institución de la reparación
extracontractual en el Código Civil, ¨ de modo que no se excluye sino que se contempla la reducción de la condena en
los casos de concurrencia de culpas, como lo señala el artículo 2357 del Código Civil ¨ .

V CONSIDERACIONES DE LA CORTE.

El censor dirige su ataque atinadamente por la vía de la interpretación errónea del artículo 216 del C. S. del T. en
relación con el artículo 2357 del Código Civil, por cuanto el Tribunal ad quem basó su decisión en el criterio
jurisprudencial sentado por esta Sala en sentencia del 15 de noviembre de 2001, en el proceso radicado con el número
15.755.

De conformidad con la doctrina allí fijada, la indemnización plena y ordinaria de perjuicios consagrada en el artículo 216
del C.C. del T. es una regulación autónoma de la responsabilidad patronal, por la cual no resulta operante el concurso de
culpas previsto en el artículo 2357 del Código Civil.

En esa oportunidad dijo textualmente la Corporación:

¨ Considera la Sala que en principio el artículo 216 del C.S.T. radica exclusivamente en cabeza del culpable la
indemnización ¨ total ¨ y ordinaria de perjuicios, sin que prevea una reducción de la misma por una eventual concurrencia
de culpa de la víctima. Si el deseo del legislador fuera permitir el aminoramiento, bastaría con que así lo hubiese
previsto de manera expresa o simplemente ordenado remitirse a las normas del Código Civil que gobiernan la materia en
esa especialidad. Pero tan no fue esa la voluntad del legislador, que reguló el tema de modo autónomo, en el propio
código sustantivo del trabajo, haciendo énfasis en que el empleador responde debe responder por la totalidad de los
daños y es apenas elemental que este diáfano concepto excluye lo meramente parcial o lo incompleto.

¨ Además, lo anterior tiene plena concordancia con lo prescrito respecto de la responsabilidad objetiva en la que la ley se
encarga de tarifar de antemano las consecuencias o efectos sin que tenga el trabajador que demostrar culpa alguna. En
cambio, en el sistema del artículo 216 en comento, la carga probatoria de la culpa y de los perjuicios sufridos le incumbe
exclusivamente al afectado.

¨ No está por demás decir que constitucional y legalmente existe protección especial para el trabajo humano y los
derechos de los trabajadores consagrados en la legislación laboral son derechos mínimos, razón adicional que pone de
manifiesto la improcedencia de aplicar analógicamente en esta materia las normas civiles que tienen un fundamento y
una finalidad distinta, especialmente en temas como el presente en que se trata de una culpa patronal que originó el
deceso del trabajador demandante ¨.

Así las cosas, como el Tribunal se ajustó a la interpretación dada por la Corte al artículo 216 del Código Sustantivo del
Trabajo, no incurrió en el yerro jurídico que se le endilga y en esa medida el cargo no puede salir avante.

Ahora bien, admitiendo a manera de hipótesis que el cargo hubiera sido fundado, de todos modos en criterio de la Sala,
no habría lugar a casar el fallo gravado, pues pese a que el censor manifiesta que el Tribunal partió del supuesto fáctico
de que ¨ hubo accidente de trabajo, y que hubo culpa patronal concurrente con culpa de la víctima ¨, esto no se puede
acreditar luego de una revisión de instancia.

No es posible derivar conducta imprudente de quienes no podían actuar más que instintivamente ante intempestivo y
enorme peligro a su vida.

Tampoco es posible realizar en el presente caso, una atribución personal e individual a cada una de las víctimas de una
actuación presuntamente imprudente, que la empresa en su defensa ha predicado de ¨ los trabajadores siniestrados ´ en
forma genérica, consistente en que luego de haber sido golpeada la canoa con un tronco de madera procedieron a
realizar movimientos bruscos que desequilibraron la distribución de pesos y la llevaron a naufragar, pero son determinar
la actuación específica que tuvieron en el momento del accidente las dos víctimas a que se refiere este proceso, y sin
ello, no habría sido posible darle aplicación a la compensación de culpas que se reclama.

Por lo motivos primeramente expuestos, el cargo no prospera.

Sin costas en el recurso extraordinario.

En mérito de lo expuesto, la Corte suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia en nombre de
la República y por autoridad de la ley, NO CASA la sentencia de fecha veintinueve (29) de mayo de dos mil dos (2002),
proferida por la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Pasto, en el juicio promovido por LUZ MILA
MONTOYA ANGRINO y GLORIA DENNY VILLARREAL QUIÑONES quien actúa en nombre propio y en representación
de sus menores hijos ALEXIS GIIOVANNY, JHON ALEXANDER y CARLOS ALFONSO ANGULO VILLARREAL contra la
empresa ASTORGA S.A..

Cópiese, notifíquese y devuélvase el expediente al Tribunal.

EDUARDO LOPEZ VILLEGAS

CARLOS ISAAC NADER

LUIS JAVIER OSORIO LÓPEZ

También podría gustarte