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Grado

FRANCISCO DE
QUEVEDO
Liliana Marcela Pachón Pineda
Diana Lucia Quintero Gómez
Isabel Natalia Rojas Torres
¿Quién fue Francisco de Quevedo?
Francisco de Quevedo fue un escritor español representante del Siglo de Oro.
Realizó sus estudios en el Colegio Imperial de los Jesuitas, y en la Universidad de
Alcalá de Henares y de Valladolid. Sus padres, María de Santibáñez y francisco
Gómez de Quevedo, desempeñaban altos cargos en la corte, por lo que desde su
infancia estuvo en contacto con el ambiente político y cortesano. En esos años
desarrolló su fama como poeta, y sus intereses por la filosofía y la filología.
Continuó con sus estudios de teología en Madrid, donde conoció al duque de
Osuna, a quien le dedicó las traducciones de Anacreonte. En 1616, obtuvo el
hábito de caballero de la Orden de Santiago. Lo condenaron al destierro por la
supuesta participación en la conjuración de Venecia. El duque de Olivares lo libró
de este castigo y Quevedo fue nombrado secretario real.
Se dedicó a escribir todos los géneros literarios de la época
OBRAS
● Historia de la vida del Buscón (1603)

● Los Sueños (1605-1622)

● Política de Dios, gobierno de Cristo, tiranía de Satanás


(1626)

● La cuna y la sepultura (1635)

● Marco Bruto (1646)


FRANGEMTO DE LA
CUNA Y LA SEPULTURA
A la par empiezas a nacer y a
morir, y no es en tu mano
detener las horas; y si fueras
cuerdo, no lo habías de desear;
y si fueras bueno, no lo habías
de temer
ESTILO DE ESCRITURA
Lo más original de las obras literarias de Quevedo
radica en el estilo, vinculado al Conceptismo barroco
que iba de la mano con la concisión y el juego de
palabras mediante la anfibología.
LEGADO
Para caminar por la vida, es
necesario huir de la necedad, que
“se llama y es todo aquello que se
hace o dice en contra o repugnando
a las costumbres de cortesía o
lenguaje político”
FRASES
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El amigo ha de ser como la Siempre se ha de conservar
sangre, que acude luego a la Lo mucho se vuelve poco con
el temor, más jamás se debe
herida sin esperar a que le sólo desear otro poco más
mostrar
llamen.

04 05 06

La envidia va tan flaca y


Una sola piedra puede Sólo el que manda con amor
amarilla porque muerde y
desmoronar un edificio. es servido con fidelidad.
no come.
POEMA A una dama bizca y hermosa
Si a una parte miraran solamente
vuestros ojos, ¿cuál parte no abrasaran?
Y si a diversas partes no miraran,
se helaran el ocaso o el Oriente.

El mirar zambo y zurdo es delincuente;


vuestras luces izquierdas lo declaran,
pues con mira engañosa nos disparan
facinorosa luz, dulce y ardiente.

Lo que no miran ven, y son despojos


suyos cuantos los ven, y su conquista
da al alma tantos premios como enojos.

¿Qué ley, pues, mover pudo al mal jurista


a que, siendo monarcas los dos ojos,
los llamase vizcondes de la vista?
MUCHAS
GRACIAS

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