Aplicaciones Especiales de EMDR:

Tratamiento de la Ansiedad de Rendimiento,

Agresores Sexuales, Parejas, Familias y Grupos
Traumatizados
Ronald J. Ricci
Cheryl A. Clayton
Sandra Foster
Ignacio Jarero
Barry Litt
Lucina Artigas
Sara Kamin

Este artículo presenta cuatro informes breves que ilustran el potencial de EMDR para abordar un rango de
patologías y problemas. Esto incluyen a grupos traumatizados, familias y parejas, agresores sexuales, e
individuos con ansiedad de rendimiento. Cada informe breve proporciona un resumen escueto de
investigación, la investigación actual más destacable en EMDR,y señala la necesidad de investigar en el
futuro. Los resultados preliminares sugieren que el protocolo de tratamiento integrativo grupal –EMDR puede
ser un medio efectivo de dispensar atención en salud mental a grupos de personas afectados por incidentes
críticos. El informe titulado “EMDR en Parejas y Terapia Familiar” ofrece una visión general del campo, y
describe las diferentes vías en que se incorpora EMDR. El problema que se presenta con la ansiedad de
rendimiento es debilitante, la ansiedad por evaluación es la perspectiva de tener que desempeñar alguna
actividad importante frente a una audiencia, que supone un gran reto para el cliente. El tratamiento del agresor
sexual se potencia con un medio eficaz para resolver los mecanismos psicológicos que contribuyen a las
dinámicas de la cadena de agresión.

Plabras clave: EMDR; tratamiento grupal; parejas y terapia familiar; ansiedad de rendimiento; tratamiento
del agresor sexual

Desde su difusion inicial por Shapiro en
1989, la desensibilización y reprocesamiento
por movimientos oculares (EMDR) se ha
establecido como un tratamiento eficaz del
trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Capturó la imaginación de terapeutas de todo
el mundo que se sintieron intrigados por sus
posibilidades y potencial, y se han
desarrollado nuevas aplicaciones. Aunque
aún se necesita evaluar la efectividad de estas
aplicaciones, se ha informado de resultados
preliminares prometedores en diferentes
áreas.
El propósito de este artículo es ofrecer un
breve resumen de estas aplicaciones de
EMDR, con uso experimental en grupos,
familias, agresores sexuales e individuos con
ansiedad de rendimiento. En algunos casos, la
aplicación implica un protocolo modificado;
en otros casos, se utiliza el protocolo estándar
de EMDR.
EMDR es una psicoterapia estandarizada con
un enfoque de tratamiento en 8 fases. Las
fases 1 y 2, el registro de la historia y la
preparación, son similares a las usadas en la
mayoría de terapias. La Fase 3 implica la
identificación y acceso al recuerdo
traumático. Se pide al cliente que valore el
distrés elicitado por el recuerdo, usando la
Escala de Unidades de Perturbación Subjetiva
(SUD; Shapiro, 2001), donde 0 = no hay
perturbación y 10 = la peor perturbación
posible, y la estimación de la validez de una
cognición autorreferencial positiva preferida,
usando la escala de validez de la cognición
(VOC; Shapiro, 2001), donde 1 = no es
verdadero y 7 = completamente verdadero.
Después, en las Fases 4, 5 y 6 el cliente
procesa el material perturbador, utilizando un
protocolo de atención dual en el que él o ella
se centra en el recuerdo u otro material
identificado, mientras atiende
simultáneamente a estímulos externos, como

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los movimientos oculares, estimulación táctil
o auditiva (comúnmente conocida como EB).
Al final del procesamiento, el cliente suele
informar de que el distrés relacionado con el
recuerdo se ha resuelto, la cognición positiva
se siente válida, y toda la perturbación
relacionada se ha aliviado. La sesión
siguiente empieza con una re-evaluacion del
trabajo previo (Fase 8). EMDR aborda las
experiencias del pasado, del presente y del
futuro (anticipatorias), que se relacionan con
el problema presentado.
En las secciones siguientes, los autores
describen la aplicación de EMDR a varios
problemas. En la mayoría de casos, se
describe una modificación del protocolo
básico.
Referencias
Shapiro, F. (2001). Eye movement desensitization
and reprocessing: Basic principles, protocols
and procedures (2nd ed.).New York: Guilford
Press.
EMDR y el Tratamiento de la
Ansiedad de Rendimiento
Sandra Foster
Korn/Ferry Internacional, Londres,
Reino Unido
Sara Kamin
Universidad York, Toronto, Canadá
¿Por qué una persona se vuelve ansiosa o
evitadora cuando planifica hacer algo que
verdaderamente desea realizar? ¿Cuáles son
los mecanismos que mueven a alguien a
experimentar ansiedad anticipatoria, cuando
las habilidades están presentes en el
repertorio de la persona?
Quienes trabajan con artistas que interpretan,
atletas, y ejecutivos en el ojo público, saben
que el grado de ansiedad antes del
rendimiento juega un papel clave en la
ejecución global del desempeño (Beck,
Emery, y Greenberg, 2005). Aunque cierto
grado de ansiedad puede ser beneficioso
como activador del compromiso con la
audiencia, o un fuerte incentivo para los
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ensayos, muchos intérpretes lo experimentan
como un aumento profundo de la ansiedad,
que deteriora su capacidad para el
rendimiento a un nivel óptimo (Beck y col.,
2005; Hays, 2009). La ansiedad de
rendimiento puede tener un impacto adverso
en profesionales de todos los dominios,
incluyendo música, danza, deporte, negocios,
y profesiones de alto riesgo como cirugía y
aeronáutica (Hays y Brown, 2004), siendo
una respuesta a los estresores múltiples que
acompañan la mayoría de escenarios de
ejecución.
Beck y sus colegas (2005) conceptualizaron
la ansiedad de rendimiento como una
“ansiedad de evaluación” y teorizaron que el
deseo de aprobación del intérprete (tanto de sí
mismo como de los otros), o ganar en la
competición, eran elementos clave. Otros
estresores asociados con la ansiedad de
rendimiento son las condiciones de
ejecucución subóptimas (p. ej. tensión entre
los miembros de un equipo, problemas con el
equipamiento auditivo-visual, o incluso las
inclemencias del tiempo), y la predisposición
a la reactividad fisiológica (sudoración
excesiva, rubor o tasa cardíaca rápida).
Como se señaló en la referencia anterior
acerca de la reactividad fisiológica, las
manifestaciones fisiológicas de la ansiedad de
rendimiento son extremadamente incómodas
-tasa cardíaca rápida, rodillas temblorosas o
manos húmedas. Sin embargo, los síntomas
también son cognitivos, como la dificultad de
conseguir concentración, y síntomas
emocionales como los vividos en miedos y
preocupaciones mayores (Beck col., 2005;
Greenberger y Padesky, 1995). Además, las
respuestas conductuales implican a menudo
un intento de escapar del escenario estresante
(Beck y col. 2005; Greenberger y Padesky,
1995; Young, Klosko, y Weishaar, 2003).
Desafortunadamente, la evitación de la
ansiedad induce a situaciones que sólo sirven
para reforzar la respuesta ansiosa en el futuro
(Greenberger y Padesky, 1995).
Tratamiento con EMDR de la Ansiedad
de Rendimiento
280
Mientras que las terapias basadas en lo
cognitivo se han combinado con una o más
intervenciones como relajación, biofeedback
o imaginación (Beck y col., 2005;
Greenberger y Padesky, 1995; Hays, 2009;
Hays y Brown, 2004), para tratar la ansiedad
de rendimiento se ha administrado el
protocolo estándar de EMDR, para aliviar la
ansiedad pre-competición en atletas (Crabbe,
1996; Graham, 2004), ansiedad ante
exámenes (Maxfield y Melnyk, 2000), y
ansiedad ante audiciones en actores (Grand,
2009). El protocolo de máximo rendimiento
(Fostery Lendl, 1996) se desarrolló también
para ayudar a los clientes a potenciar y
ampliar sus repertorios existentes, y para ser
capaces de superar los tan llamados déficits
de ejecución, como cuando la habilidad
estaba presente pero las emociones negativas
inhibieron el despliegue de la acción hábil.
Una serie de estudios de casos (Foster y
Lendl, 1996) demostró que el protocolo fue
útil en un piloto experimentado, al volver a
volar en un simulador tras el fracaso en un
examen, y en un líder ejecutivo al manejar su
distrés y sentimientos, tras fracasar con un
contratiempo importante.
Aplicaciones del Protocolo Estándar EMDR
De acuerdo con el modelo de procesamiento
adaptativo de información (PAI) de Shapiro
(2001), la aplicación del protocolo estándar
de EMDR implica el procesamiento de
eventos históricos que se asumen como causa
etiológica de la ansiedad de rendimiento. Por
ejemplo, en su estudio sobre ansiedad ante
exámenes, Maxfield y Melnyk (2000) usaron
el miedo actual como diana inicial, y luego
hicieron que los participantes identificaran la
ocasión más temprana en que habían sentido
afecto, cogniciones y sensaciones similares.
Los participantes identificaron los sucesos,
como haber sido humillado por un profesor o
criticado por un progenitor por sus bajas
calificaciones. El distrés relacionado con los
incidentes más tempranos, fue reducido
entonces usando las fases del procesamiento
estándar de EMDR. Tras esto, los
participantes se concentraron en los miedos
actuales y futuros. El estudio utilizó un grupo
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de control de lista de espera, y encontró que
una sesión de EMDR produjo cambios
significativos en el Inventario de Ansiedad
ante Exámenes y en la Escala de Evaluación
Negativa o Miedo. Los resultados fueron
replicados con tratamientos posteriores del
grupo de la lista de espera. La mejoría se
mantuvo en el seguimiento, con puntuaciones
de los participantes en el Inventario de
Ansiedad ante Exámenes, mostrando un
descenso desde el percentil 90 en el pre-
tratamiento, hasta el percentil 50 a los dos
meses de seguimiento. Estos resultados
ofrecen evidencia preliminar y sugieren que
la ansiedad de rendimiento puede reducirse
procesando con EMDR los sucesos
relacionados.
El Protocolo de Máximo Rendimiento
El protocolo de máximo rendimiento fue
desarrollado específicamente para tratar la
ansiedad de rendimiento, y se ha
implementado con resultados alentadores
(Foster y Lendl, 1995, 1996, 2009). Este
protocolo especial se adhiere a las etapas del
protocolo básico de EMDR con algunas
diferencias clave: el foco inicial está en los
problemas de rendimiento del día presente, y
prepara el rendimiento para un rendimiento
futuro, más que empezar con el primer y peor
ejemplo del trauma.
El desarrollo e instalación de recursos (RDI;
Leeds, 2009) es una parte clave del protocolo
de máximo rendimiento. Cuando se usa el
RDI con pacientes traumatizados en
aplicaciones clínicas de EMDR, se enfatiza la
seguridad, la estabilización del paciente y el
fortalecimiento del ego. En cambio, en las
aplicaciones de rendimiento máximo, el
centro de la instalación de recursos es la
generación de esperanza y de posibilidad,
incluyendo el logro de los objetivos queridos.
Se ha informado también del protocolo de
rendimiento máximo en el uso de técnicas de
la psicología de deporte que potencian el
rendimiento.
El protocolo de máximo rendimiento de
EMDR se utiliza para tareas en casa y
ensayos en el escenario actual, antes de llevar
a cabo la ejecución frente a la audiencia.
281
Parte del trabajo del clínico cuando usa el
protocolo de máximo rendimiento, es
asegurarse de que las habilidades requeridas
están presentes en el repertorio del cliente, y
apoyar al cliente en el desarrollo de dichas
habilidades si no las posee. Por ejemplo, un
cliente que afronta ansiedad relacionada con
el trabajo, puede contar con colegas de
confianza como mentores para potenciar las
habilidades de comunicación, controlar
reuniones, y delegar de forma eficaz. Si el
cliente está ansioso por representar
habilidades que no tiene, los intentos para
reprocesar la ansiedad no serán
completamente satisfactorios.
Al trabajar con el rendimiento máximo con
EMDR, un clínico puede encontrarse con un
cliente cuyo falso Yo boicotea el trabajo o la
escena (ver Kernberg, 1975, y Masterson,
1981). Una crisis puede precipitarse por la
pérdida del trabajo o el miedo a ser expuesto
como un impostor. El protocolo de máximo
rendimiento puede ayudar a los clientes a
cambiar hacia una perspectiva nueva de
informar, más que interpretar, conviniendo
con los términos de ansiedad de evaluación
asociados con la búsqueda de aprobación.
Con los síntomas de la ansiedad
reprocesados, los clientes pueden aprovechar
la posible satisfacción que llegue de hacer
una contribución, de expresarse a sí mismo
desde un propósito más elevado, o de
colaborar con otros, más que competir.
Recomendaciones
Se necesita investigar para evaluar el
tratamiento de la ansiedad de rendimiento
con EMDR. Hay alguna evidencia de que el
uso del protocolo estándar trata los recuerdos
tempranos de fracaso y humillación, que
pueden ayudar con la ansiedad actual hacia el
rendimiento. También existe evidencia de que
centrarse en maximizar el rendimiento
máximo del cliente, puede ser suficiente para
aliviar la patología. Si la investigación
comparase estos dos enfoques, se haría una
contribución sustancial para evaluar la
efectividad y clarificar el enfoque óptimo.
Aún más, es posible que ciertos tipos de
clientes o ciertos tipos de ansiedad
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presentada, sean más responsivos a un
enfoque que a otro. Las aplicaciones de
EMDR deben compararse también con la
terapia cognitivo conductual, que a menudo
utiliza la exposición en vivo para situaciones
provocadoras de ansiedad. El EMDR estándar
aplicado a la ansiedad de rendimiento, no
requiere del uso de trabajo en casa ni incluye
exposición en vivo. Una comparación de los
resultados de estos diferentes tratamientos
informaría, y sería relevante para
investigadores, teóricos y clínicos.
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Aplicación de EMDR con
Agresores Sexuales en
Tratamiento
Ronald J. Ricci
Cheryl A. Clayton
Recursos para el Desarrollo Humano S.A.
Filadelfia
La teoría del tratamiento contemporáneo para
agresores sexuales, considera el papel
universal del trauma no resuelto en la
etiología de la agresión sexual (AS) y el
riesgo de reincidir en el delito (Ward y
Siegert, 2002). También se presta atención a
los problemas morales, éticos y prácticos para
abordar las historias de victimización de los
propios agresores sexuales (Ward y Moreton,
2008). Estas ideas invitan a un examen
continuo para incorporar técnicas de
resolución del trauma en los programas de
tratamiento de la AS. En la pasada década
los clínicos consideraron a EMDR como un
tratamiento que potencia los programas
orientados a los agresores sexuales
adolescentes y adultos (p.ej. Gates, 2002;
McMulin, 1998). EMDR puede abordar los
mismos problemas localizados con el
tratamiento específico (reestructuración
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cognitiva, regulación emocional, mejora de
habilidades).
El modelo de vías de Ward y Siegert (2002)
para agresión sexual, atribuye los fenómenos
clínicos evidentes en los agresores sexuales a
cinco mecanismos psicológicos interactivos:
déficits de habilidades íntimas y sociales;
guiones sexuales distorsionados; creencias
que apoyan la agresión; disrregulación
emocional; y una quinta vía etiológica que
incorpora los cuatro mecanismos previos con
los guiones sexuales desviados, normalmente
reflejo de una historia de abuso sexual.
EMDR tiene el potencial de abordar, al
menos en parte, varios de estos mecanismos.
Las habilidades sociales y de intimidad, por
ejemplo, dependen de la habilidad y
motivación para vincularse con los otros,
donde un apego inseguro y evitativo puede
ser la causa primaria de los problemas de
funcionamiento interpersonal. El trauma
infantil fractura el apego básico que puede
tener efectos duraderos en la capacidad de
empatía (James, 1989). Resolver el trauma
relacionado, por tanto, prepara el camino para
las experiencias interpersonales y el
desarrollo de una mejora en las habilidades
sociales e interpersonales. Datta y Wallace
(1994, 1996) añadieron el EMDR al
tratamiento estándar de agresores sexuales
juveniles que habían sido abusados
sexualmente, y se encontró un incremento en
la empatía hacia la víctima por parte de
dichos agresores. Se ha informado de
mejorías similares en la empatía hacia la
víctima (Ricci, 2004; Ricci, Clayton, y
Shapiro, 2006) así como de la empatía
general en el tratamiento de abusadores de
niños (Ricci y Clayton 2008).
Los guiones sexuales distorsionados y las
creencias que apoyan la agresión, son a
menudo un producto de las experiencias
vitales tempranas. Ward (2000) considera
esto en términos de sistemas de creencias
tanto implícitos como explícitos. Estas
creencias pueden no ser necesariamente una
elección consciente, sino una manifestación
de los recuerdos almacenados de forma
disfuncional. EMDR procesa estos recuerdos
almacenados, eliminando las sensaciones
asociadas y transformando los componentes
283
cognitivos y afectivos de forma adaptativa
(Shapiro, 2001). Las bases neurobiológicas
del procesamiento con EMDR, se han
planteado como un cambio desde la
información sensorial implícita, hasta la
memoria explícita consolidada (Siegel, 2002;
van der Kolk, 2002), y desde los sistemas de
memoria episódica a la semántica (Stickgold,
2002).
Se señalaron reducciones en las distorsiones
cognitivas tras EMDR, tanto cualitativa como
cuantitativamente, en abusadores de niños
con historias conocidas de victimización
sexual (Ricci y Clayton 2008; Ricci y col.,
2006). Finley (2002) también encontró una
reducción estadísticamente significativa en
las justificaciones del delito tras el
tratamiento con EMDR, dirigido a la
victimización previa del agresor.
Boyer (2007) analizó cualitativamente la
disrregulación emocional de los agresores
sexuales. El tema central emergente del
procesamiento, se citó como beneficioso
(para las metas del tratamiento de la AS) en
el grupo de tratamiento con EMDR, pero no
en el tratamiento del grupo de comparación.
El tema relacionado con el reconocimiento
emocional y la gestión, surgió a partir de del
análisis cualitativo de los abusadores de niños
tratados con EMDR (Ricci, 2004; Ricci y
Clayton 2008).
La activación sexual desviada se ha revelado
como un factor de riesgo mayor en lo relativo
a la reincidencia sexual (Hanson y Morton-
Bourgon, 2005). Los estudios de Hanson y
Bussiere (1998) citan el interés sexual
desviado hacia niños medido por falometría,
como el predictor único más importante en la
reincidencia sexual. En el estudio
longitudinal del Proyecto de Evaluación y
Tratamiento para el Agresor sexual (SOTEP)
(Marques, Wiederanders, Day, Nelson, y van
Ommeren, 2005), la activación hacia los
niños fue la única medida del tratamiento
difrenciadora entre quienes reincidieron y
quienes no. Ricci y col. (2006) hallaron una
reducción estadísticamente significativa en la
activación sexual desviada, y en la
convicción sobre la edad y género de la
víctima del agresor en los participantes
tratados con EMDR, medida por falometría,
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no habiendo una reducción significativa en la
activación desviada en el grupo de control ad
hoc.
El modelo inherente a EMDR del
procesamiento adaptativo de información
(PAI; Shapiro, 2001), sugiere que el afecto
intenso asociado con la experiencia
traumática interfiere con la capacidad del
cerebro para procesar la información con una
resolución adaptativa. Consecuentemente, la
información perceptual asociada con el
suceso traumático, incluyendo afecto,
cogniciones, imágenes y sensaciones
corporales, llegan a almacenarse
disfuncionalmente, y se aíslan dentro de la
red de memoria. Eventos similares que
lleguen posteriormente sirven para disparar
este material, provocando que la visión del
presente del individuo se vea influida por las
distorsiones afectivas y cognitivas. Se predice
que el tratamiento con EMDR disminuye o
elimina las respuestas somáticas, los
pensamientos del suceso y, con ello, los
disparadores emocionales. La activación
sexual es un aspecto del recuerdo que
permanecería almacenado somáticamente
hasta que se se produzca el procesamiento.
La literatura revisada aquí sugiere que
incorporar EMDR al tratamiento estándar de
la AS puede resolver los recuerdos
almacenados disfuncionalmente, y
reestructurar los sistemas de creencias
implícitas que promueven y justifican la
conducta de agresión sexual. También ayuda
a reestructurar los pensamientos y
sentimientos problemáticos que disparan el
ciclo de la agresión, incrementando las
respuestas de empatía que, frecuentemente,
son deficitarias en los agresores sexuales, y
reduce y elimina potencialmente las
respuestas somáticas (activación sexual
desviada) que, se sabe, son un factor primario
en el riesgo de reincidencia sexual.
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EMDR en Terapia Familiar y de
Pareja
Barry Litt
Asociados de la Dinámica Humana, SA.
Concord, New Hampshire
La Terapia Familiar y de Parejas (TFP) es un
campo diverso dentro de EMDR que se ha
incorporado recientemente. Para comprender
mejor el lugar de EMDR en este ámbito, será
285
útil resumir brevemente la historia y amplitud
de la TFP. A comienzos de 1930 el
asesoramiento matrimonial no era una
disciplina de la salud mental per se, sino más
bien un servicio psicoeducativo de parejas sin
diagnosticar, que buscaban consejo sobre
temas de normas y ciclo vital (Gurman
Fraenkel, 2002). Asombrosamente, treinta
años después de los inicios solamente el 15
% de los casos de asesoramiento matrimonial
se veían de forma conjunta, y no fue hasta
1970 en que la terapia conjunta fue una
modalidad predominante en el tratamiento del
distrés marital (Gurman y Fraenkel, 2002).
Hacia 196, surgió la nueva disciplina de la
terapia familiar (Nichols y Schwartz, 1998),
asumiendo la terapia de parejas en su
despertar (Gurman y Fraenkel, 2002). Basada
en el nuevo paradigma epistemológico de la
teoría general de sistemas (Bertalanffy,
1950), los terapeutas comenzaron a explorar
por primera vez cómo influye el sistema de
relaciones sobre el individuo, y no al
contrario. Caracterizado por la creatividad y
la innovación, el movimiento de la terapia
familiar ofreció un desafío nuevo e
importante para las escuelas psicodinámicas
imperantes en el pensamiento y en la práctica.
Aunque muchos de los teóricos originales de
este movimiento tenían raíces psicoanalíticas
(p. ej. Ackerman, 1970; Boszormenyi-Nagy,
1965; Framo, 1965; Wynne, 1965), el campo
en sí mismo fue descrito como una reacción a
–y renunciación de – la teoría y técnica
terapéutica tradicionales (Fraenkel, 1977;
Gurman, 2001). Si los primeros pensadores
psicoanalíticos cometieron el error de
enfatizar la vertiente individual respecto a la
interpersonal, los terapeutas de familia
hicieron lo opuesto. Pusieron trabas al
determinismo psicológico inherente a la
psicoterapia tradicional; los primeros
terapeutas familiares crearon su propia forma
de determinismo sistémico, moldeando al
individuo a favor del sistema, como su propio
agente antropomórfico (Boszormenyi-Nagy y
Krasner, 1986; Litt, 2007b). Los patrones de
interacción se consideraron la fuerza
dominante de la experiencia del Yo, y las
intervenciones se encaminaron al cambio
conductual y a los patrones de comunicación
Revista de Práctica e Investigación de EMDR, Volumen 3, Número 4, 2009
© 2009 Asociación Internacional EMDR DOI:10.1891/1933-3196.3.4.279
(Gurman y Fraenkel, 2002; Nichols y
Schwartz, 1998). Es significativo que, las
intervenciones centradas en la persona, como
EMDR, fuesen consideradas antitéticas o
incluso yatrogénicas por los arquitectos
intelectuales de este periodo (Kaslow, 2007).
Más recientemente, la tendencia de la terapia
de familia y de parejas, ha sido más
integrativa con la atención tanto hacia
factores intrapsíquicos como a los
interpersonales/ sistémicos (Gurman y
Fraenkel, 2002; Kaslow, 2007; Lebow, 1987;
Wachtel y Wachtel, 1986).
La TFP se ha convertido en un ámbito
pluralista que abarca enfoques multimodales,
multiniveles e integrativos. Además, la TFP
puede usarse para tratar a personas, sistemas
de relaciones o ambos. En este debate, el
enfoque multimodal combina las sesiones
individuales con las conjuntas. Por ejemplo,
Stowasser (2007) describió un caso de
violencia doméstica en el que utilizó terapia
tanto de pareja como individual (incluido el
EMDR).
La terapia multinivel (p. ej. Scheinkman,
2008), es una aproximación en la que se
exploran dos o más niveles de la organización
jerárquica (p. ej. biológico, psicológico,
familiar, social o cultural) sucesivamente,
pero no necesariamente integrados. Por
ejemplo, Taylor (2002) describió el
tratamiento multinivel de un niño con
trastorno de apego reactivo. Las sesiones
individuales de EMDR con el niño y la
terapia educativa de apoyo para los padres y
la familia, se combinaron con un tratamiento
conjunto. Una variación híbrida la describió
Moore (2007) en su tratamiento a “Bobby”,
un niño de 1 año con lesión cerebral, y a sus
padres. Moore proporcionó EMDR de forma
sucesiva a los padres- para trabajar con su
dolor-, y a continuación trabajó con Bobby a
través de su trauma. El tratamiento individual
de Bobby se llevó a cabo en una sesión
conjunta con su madre.
La TFP integrativa examina las interacciones
entre los distintos niveles de organización, de
acuerdo con el axioma sistémico de que el
todo es más que la suma de sus partes. El
tratamiento de Moore (2007) de “Jonathan”,
un niño de 12 años con leucemia que
286
presentaba fobia a las agujas, es un ejemplo
de tratamiento multinivel, multimodal e
integrativo. La formulación del caso de
Moore ilustró cómo cada nivel del sistema-
psicológico, familiar y extrafamiliar- se
interrelacionaba recursivamente, por lo que la
patología se amplificaba. El plan de
tratamiento incluyó sesiones individuales de
EMDR para el niño y su madre, sesiones
familiares para reestructurar la jerarquía
padre-hijo, e intervenciones en el manejo del
caso que promovieron la cooperación entre la
madre y su jefe, y la familia con la cínica
oncológica.
Los seguidores acérrimos de la batalla
epistemológica en el campo de la terapia
familiar, observarán que la formulación del
caso de Moore no describe la fobia a las
agujas de Jonathan como funcional (p. ej.
crítica de la homeostasis del sistema
familiar). Como una verdadera prueba de
fuego para la formulación sistémica auténtica
(p.ej., Haley, 1963), la teoría de la
funcionalidad ha llegado bajo el escrutinio
teórico (Roffman, 2005) y empírico (Gurman
y Fraenkel, 2002). Como contraste, el
tratamiento de Litt (2007a) de una
adolescente con depresión, propuso que la
depresión de la chica había servido para
mantener su disponibilidad hacia los padres-
una función homeostática-aunque esto no
implique que la familia causase la depresión.
Esta terapia incluyó sesiones individuales
(incluido EMDR) y terapia antidepresiva para
la niña; sesiones conjuntas de EMDR
centradas en la persona para cada padre (con
el cónyuge presente); terapia de pareja; y
sesiones familiares para el trío. No hay dudas
acerca de que la funcionalidad de los
síntomas es una variable continua que juega
un rol mayor en unas familias y menor en
otras. Es una consideración importante para
un terapeuta orientado hacia lo individual
(sea practicante o no de EMDR), pues esto
habla de las consecuencias del cambio en los
síntomas como inhibidores de la salud y el
crecimiento (para una crítica, ver Roffman,
2005).
Finalmente, la TFP, concebida en sus
orígenes como un tratamiento para el distrés
relacional (Gurman y Fraenkel, 2002;
Revista de Práctica e Investigación de EMDR, Volumen 3, Número 4, 2009
© 2009 Asociación Internacional EMDR DOI:10.1891/1933-3196.3.4.279
Sander, 1979, citado en Kaslow, 2007), se ha
utilizado y probado empíricamente en el
tratamiento de patologías individuales como
trastornos afectivos, trastornos de la
personalidad, violencia doméstica,
enfermedades mentales graves y abuso de
sustancias, por nombrar algunos (Sprenkle,
2003). En estos ejemplos, el enfoque de la
TFP puede ser específica para el trastorno-
tratando el funcionamiento relacional que
mantiene o afecta negativamente el trastorno,
o tratamientos asistidos por la pareja en los
que el cónyuge no diagnosticado guía, apoya
u ofrece una respuesta modificada de las
contingencias, para mitigar los síntomas del
cónyuge diagnosticado (Snyder y Wishman,
2004). En suma, la TFP ha evolucionado
hacia un enfoque global de la psicoterapia,
que valora y trata tanto el funcionamiento
intrapsíquico como el interpersonal a través
de múltiples niveles de organización
sistémica, y puede utilizar tanto modalidades
individuales como conjuntas.
EMDR y la TFP
Desde 1996, la Biblioteca Francine Shapiro
ha añadido aproximadamente 50 capítulos o
artículos de revistas sosbre la TFP y EMDR,
siendo el más significativo el Manual de
EMDR y Procesos de Terapia Familiar
(Shapiro, Kaslow, y Maxfield, 2007). Quince
autores describen su uso de EMDR con
problemas de pareja, niños, relaciones de
apego y desastres comunitarios. La mayoría
de estos autores describen tratamientos
completos multimodales, multiniveles e
integrados, con ejemplo de casos. El Manual
va más allá de los estudios de casos basados
en revistas, para tender un puente entre el
modelo procesamiento adaptativo de
información (PAI) (Shapiro, 2001) y varios
modelos de terapia familiar y de pareja
dominantes.
Aunque la TFP ha dado grandes pasos para
convertirse en una disciplina basada en la
evidencia, aún queda un largo camino por
recorrer para salvar la laguna entre
investigación y práctica (Sprenkle, 2003). Y,
por lo tanto, es cierto que para un tratamiento
287
híbrido EMDR / TFP; no hay investigación
basada en la evidencia que avale esta
tendencia. Sin embargo, EMDR ha
demostrado ser eficaz para tratar varios
componentes de la terapia relacional con
éxito. El aumento de la tolerancia al distrés
es crítica para manejar el conflicto (Gottman
y Notarius, 2000; Protinsky, Sparks, y
Flemke, 2001), y las secuelas relacionales
del trauma están bien documentadas (para
una revisión, ver Nelson Goff y Smith, 2005).
Finalmente, al menos un modelo de terapia de
pareja que crece en popularidad ha sido
validado empíricament, asociándolo con
varios estudios de EMDR. La terapia de
pareja centrada en las emociones (EFT)
(EFT; Greenberg y Johnson, 1988) es un
enfoque que, como EMDR, puede estar sujeto
a estudios controlados aleatoriamente.
Artículos de Moses (2007), Errebo y overview. In F. Shapiro, F. W. Kaslow, & L.
Sommers-Flanagan (2007), y Protinsky y col.
(2001) describen varias integraciones de estos
dos tipos de terapias. La terapia EMDR/ EFT,
se ha posicionado, lógicamente, para ser el
primer híbrido estudiado de forma empírica.
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Protocolo de Tratamiento Grupal
Integrativo de EMDR
Ignacio Jarero
Lucina Artigas
AMAMECRISIS, Ciudad de México, México
Revista de Práctica e Investigación de EMDR, Volumen 3, Número 4, 2009
© 2009 Asociación Internacional EMDR DOI:10.1891/1933-3196.3.4.279
Mientras la huella psicológica del desastre se
empequeñece ante sa huella física, la
destrucción física dramáticamente televisada
hasta la saciedad, suele eclipsar la evidencia
abrumadora de unas importantes
consecuencias psicológicas (Cohen, Fojt, y
Wagner, 2008). En un estudio longitudinal
sobre los efectos de las inundaciones y
deslizamientos de tierras en México, un
equipo de investigadores internacionales
encontró una alta prevalencia de trastorno de
estrés postraumático (TEPT) entre los
supervivientes del desastre (24% de media,
rango entre 14% aun lado y 47% en el otro)
y una alta incidencia de trastorno depresivo
mayor (Norris, Murphy, Baker, y Perilla,
2004). Los datos recopilados tras el desastre,
en intervalos de 6 meses, permitieron a Norris
y col. observar el progreso los síntomas de
TEPT, y cómo la curación natural puede ser
dolorosamente prolongada. Estos
investigadores concluyeron que sus
descubrimientos apoyan una llamada hacia
“las intervenciones tempranas continuas que
proporcionen cuidado en salud mental a las
víctimas del desastre, en un sentido que sea
culturalmente apropiado y factible en los
lugares” con acceso limitado a recursos de
salud mental (pp. 290–291). Otros estudios
han mostrado que la intervención temprana
puede mitigar el distrés agudo y reducir la
necesidad de más servicios psicológicos
intensivos (p.ej. Everly y Mitchell, 2008).
EMDR (Shapiro, 2001) ha establecido su
eficacia en el tratamiento del TEPT (para una
revisión, ver Schubert y Lee, 2009). Sin
embargo hay sólo pruebas preliminares para
su efectividad al tratar el distrés grave
subsecuente a experiencias recientes de terror
abrumador, pérdida y desesperanza, y para
ayudar a restaurar la función y estabilidad de
las personas y comunidades devastadas (para
una revisión, ver Shapiro, 2009).
El Protocolo de Tratamiento Grupal
Integrativo de EMDR
El Protocolo de Tratamiento Grupal
Integrativo de EMDR (IGTP-EMDR) fue
desarrollado por los miembros de
AMAMECRISIS) (Asociación Mexicana
289
para el Apoyo de la Salud Mental en Crisis),
cuando se vieron desbordados por la enorme
necesidad de servicios de salud mental
después de que el Huracán Paulina, arrasase
la costa oeste de México en 1997 (Jarero,
Artigas, y López Lena, 2008; Jarero, Artigas
y Hartung, 2006). Este protocolo también se
conoce como el Protocolo del Abrazo de
Mariposa en Grupo, el Protocolo Grupal de
EMDR, y el Protocolo de EMDR para Niños.
Este protocolo combina las ocho fases del
tratamiento estándar de EMDR con un
modelo de terapia de grupo, y utiliza el
Abrazo de Mariposa creado por Artigas como
forma de autoadminstración de la
estmulación bilateral (Artigas, Jarero, Mauer,
López Cano, y Alcalá, 2000). Durante la fase
de estabilización cada individuo dibuja una
imagen personal del suceso traumático y
valora su nivel de unidades de perturbación
subjetiva (SUD). Los participantes miran
entonces la imagen haciendo el abrazo de
mariposa (cruzar los brazos dándose
palmaditas en el pecho de forma alterna
bilateral). Tras esto dibujan otra imagen,
valoran su nivel de perturbación, y luego
miran al dibujo mientras realizan el abrazo de
mariposa. La secuencia se repite varias veces.
Ver Jarero y col. (2008) para una descripción
más completa del protocolo. El protocolo fue
diseñado originalmente para trabajar con
niños y más tarde fue modificado para usarse
con adultos. Se hipotetiza que el formato
resultante ofrece un alcance mayor que las
aplicaciones individuales de EMDR, y que el
tratamiento puede producir unos resultados
más eficaces de lo esperado en una terapia de
grupo tradicional.
Efectividad del IGTP- EMDR
Debido a su utilidad, el IGTP –EMDR se ha
usado en su formato original o con
adaptaciones para adaptarse a las
circunstancias en numerosos escenarios por
todo el mundo (Gelbach y Davis, 2007). Hay
informes documentados de su efectividad con
supervivientes de terremotos en Turquía
(Korkmazlar-Oral y Pamuk, 2002); en Sri
Lanka con supervivientes del tsunami
(Errebo, Knipe, Forte, Karlin, y Altayli,
Revista de Práctica e Investigación de EMDR, Volumen 3, Número 4, 2009
© 2009 Asociación Internacional EMDR DOI:10.1891/1933-3196.3.4.279
2008); en Alemania con niños refugiados
Albano-Kosovares (Wilson, Tinker,
Hoffmann, Becker, y Marshall, 2000); y en
Italia con niños que presenciaron un
accidente aéreo (Fernández, Gallinari, y
Lorenzetti, 2004). Además, los resultados de
una serie de estudios con niños palestinos en
un campo de refugiados en la ciudad de
Belén, indicó que el protocolo parecía
fomentar la resiliencia en ocho niños
expuestos al trauma de la guerra continua
(Zaghrout-Hodali, Ferdoos, y Dodgson,
2008).
Tres informes sobre estudios de campo
utilizaron la Escala de Reacción Infantil ante
Sucesos Traumáticos (CRTES; Jones, 1997),
para recopilar las puntuaciones pre y post-
tratamiento. Los estudios proporcionaron
pruebas preliminares para la eficacia del
tratamiento y su utilidad, mostrando un alivio
significativo de los síntomas postraumáticos,
como se midió con las CRTES. También
informaron de un descenso importante de las
valoraciones SUD en los participantes,
señalando unos descensos grandes del distrés
emocional inmediatos, y al final de la sesión
de tratamiento. Un estudio con 124 víctimas
infantiles de la inundación en Santa Fe,
Argentina, informó de reducciones
importantes en las puntuaciones SUD dentro
de la sesión, y una mejoría significativa en la
CRTES tres meses después de la
administración del IGTP (Adúriz, Knopfler y
Bluthgen, 2009). En México, Jarero y sus
colegas (2006) proporcionaron el IGTP a 44
niños afectados por la inundación de Piedras
Negras, con un descenso importante de las
puntuaciones SUD y una mejoría
significativa en la CRTES al mes del post-
tratamiento. De forma similar, Jarero y
colegas (2008) dispensaron el IGTP a 16
niños cuyos padres habían muerto en el
derrumbe de una mina en Coahuila, México,
con una reducción de las SUD dentro de la
sesión y descensos en las puntuaciones
CRTES a la semana del post-tratamiento. Los
efectos del tratamiento se mantuvieron en el
seguimiento a los tres meses. Aunque los
resultados son prometedores, se necesita
investigación controlada que valore más
290
rigurosamente los efectos y que determine la
eficacia de este protocolo.
Recomendaciones
La recuperación natural que sigue a los
desastres puede ser dolorosamente
prolongada, y muchos supervivientes
experimentan un deterioro con síntomas
clínicos o subclinicos. Los resultados
preliminares sugieren que el IGTP-EMDR
puede ser un medio eficaz, que proporciona
cuidados en salud mental a amplios grupos de
personas afectadas por incidentes críticos.
Hay una serie de ventajas al usar el protocolo
IGTP-EMDR. El grupo de administración
puede implicar a grandes segmentos de una
comunidad afectada y llegar a muchas
personas de manera rentable. Puede usarse en
escenarios públicos como un albergue, una
clínica al aire libre o incluso bajo un árbol de
mango. Los clientes del grupo no tienen que
verbalizar información sobre el trauma. La
terapia puede hacerse en los días siguientes y
no hay necesidad de trabajo en casa entre
sesiones. El tratamiento identifica a los
individuos con más síntomas graves que
puedan requerir atención individual. Este
protocolo se enseña fácilmente tanto a
profesionales nuevos en EMDR como a
experimentados. Parece ser igual de efectivo
a través de culturas. Puede ser administrado
por un clínico solo con la ayuda de
paraprofesionales, profesores o miembros de
la familia, lo que permite una amplia
aplicación de este protocolo en sociedades
con pocos profesionales de la salud mental. A
pesar del reto que supone dirigir una
investigación estructurada en el caos de los
desastres y la guerra, se necesita
investigación controlada para establecer la
eficacia de esta intervención.
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Revista de Práctica e Investigación de EMDR, Volumen 3, Número 4, 2009 292

© 2009 Asociación Internacional EMDR DOI:10.1891/1933-3196.3.4.279