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Los manglares están conformados por árboles muy tolerantes a la sal que crecen en un entorno
anfibio, con características acuáticas y terrestres. ¡Aquí van cinco de sus superpoderes!
1. Combaten el CO2
Los manglares tienen una gran capacidad para capturar dióxido de carbono de la atmósfera. Son
mucho más eficientes y rápidos (hasta 100 veces más rápidos) en absorber carbono que los bosques
terrestres. Según los expertos, los manglares capturan y almacenan 34 millones de toneladas de
carbono a nivel mundial. ¡Un gran aporte a la lucha contra el cambio climático!
2. Promueven la biodiversidad
Los manglares sirven de hábitat en toda su extensión. Numerosos tipos de peces, cangrejos,
camarones y moluscos habitan entre sus raíces. Mamíferos, reptiles, anfibios y aves también
encuentran aquí un hábitat favorable, incluyendo tigres, cocodrilos, monos y manatíes. Algunas de
las especies que viven allí se encuentran en peligro de extinción, como es el caso del Caimán de
aguja o del Magdalena en la zona del litoral caribe de Colombia. Además, proporcionan un lugar de
desove a varias especies de peces y crustáceos de arrecifes de coral cercanos y les ofrecen refugio
durante las etapas iniciales de su vida.
Los manglares se ubican en las zonas costeras y actúan como una barrera protectora entre el agua y
la tierra, previniendo la erosión de las costas y reduciendo el efecto de oleajes y marejadas,
especialmente durante eventos climáticos extremos. Son un escudo poderoso contra tormentas,
huracanes y tsunamis. De ahí que se diga que los manglares no solo ayudan a prevenir el cambio
climático con su captura de carbono, sino que además protegen a las costas, sus ecosistemas y sus
habitantes de los efectos del mismo.
Dada su tolerancia a la salinidad, en los últimos años los científicos han venido estudiando la
posibilidad de transferir genes tomados de especies de manglar a ciertos alimentos, como el arroz,
para desarrollar nuevas variedades de cultivos que también tengan esa tolerancia. Esto generará
nuevas oportunidades para los agricultores ubicados en zonas costeras y será especialmente
importante para combatir el problema mundial de la seguridad alimenticia y los efectos del cambio
climático, que ocasionan la subida del nivel del mar y la consecuente intrusión salina en tierras y
acuíferos costeros.
A pesar de estos superpoderes, los manglares son muy delicados. Para sobrevivir, requieren de
un entorno en equilibrio, con la concentración adecuada de agua dulce y salada. Lamentablemente,
ya hemos perdido más del 35% de los manglares del mundo y la cifra sigue aumentando. El cambio
climático y la subida del nivel del mar asociada a este han causado un desequilibrio salino en el
hábitat de los manglares que hace difícil su supervivencia. Además, la deforestación por la
expansión de las ciudades y la necesidad de más tierra para cultivos agrícolas ha tenido un impacto
negativo sobre estos ecosistemas. Para colmo, también está la contaminación causada por el hombre
y la sobreexplotación de recursos. Todo ello pone en peligro a estas especies que son de las
más diversas y productivas del mundo y que, con tantos beneficios que nos ofrecen, sin duda
merecen nuestra protección.