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El término cosa, en el Derecho privado, se refiere al objeto de la relación jurídica, que

puede ser un bien, un derecho o incluso una obligación, en la que además intervendrán
personas, siendo éstas los sujetos de tal relación.

Sobre las cosas recaen los distintos derechos reales (como, por ejemplo, la propiedad) sobre
los que son titulares las personas. Además, la cosa puede ser objeto de posesión, siendo éste
un hecho fáctico de gran importancia jurídica.

Clasificación[editar]

Según su movilidad[editar]

 Muebles: Si se puede mover o trasladar de un lado a otro. También están los


semovientes como por ejemplo los animales los vacunos no son cosas muebles son
semovientes por que pueden trasladarse por si mismo.
 Inmuebles: Que no se pueden mover. Por ejemplo, una casa, un terreno, un
departamento, un municipio.

Según su naturaleza física[editar]

 Corporales: Las que tienen que pueden percibirse por los sentidos y tienen una
existencia concreta en la naturaleza.

 Incorporales: no se puede tocar, y solo se perciben con el entendimiento.

Según su independencia[editar]

 Principales: Que pueden ser por sí mismas, por ejemplo una hacienda.
 Accesorias: Que solo cobran sentido acompañadas de una cosa principal, como un
control remoto (en una televisión), o las cuerdas de la guitarra criolla antes citada,
un tractor en una hacienda.

Según su utilización[editar]

 Consumibles: Que dejan de existir con un primer uso, o que desaparecen del
patrimonio luego de utilizarlas. Como el dinero o las bebidas.
 No consumibles: son aquellas cosas que no se agotan en el primer uso ejemplo la
ropa.

Según su divisibilidad[editar]

 Divisibles: Que aun separándose en partes sigue manteniendo su precio económico.


Por ejemplo un silo de granjas.
 Indivisibles: Que pierden su valor si es que se dividen. Por ejemplo una mesa;
pueden pues cambiarse de forma que el bien ha de ser menos.

Según su capacidad comercial[editar]

 Comerciables: son aquellas cosas que se pueden comprar y vender, cuya


enajenación no está prohibida, en cambio las fuera del comercio está prohibida su
venta, por ejemplo, una plaza pública.
 No comerciables: son aquellas que por disposición de la ley no pueden ser objeto de
relaciones jurídicas privadas, por ende no pueden ser enajenadas, traspasadas o
cedidas. No son susceptibles de apropiación particular.

Según entidad requerida en el tráfico[editar]


Artículo principal: Bien fungible

 Fungibles: Son aquellas cosas que pueden ser sustituidas entre sí, pues están
definidas solo en función del género al cual pertenecen. Para los romanos las cosas
fungibles son determinadas por su peso, número, o medida, y de allí proviene su
denominación “in genere”, como por ejemplo: el trigo, el vino, el dinero, etc. Son
sustituibles y pueden ser cambiadas entre sí.
 No fungibles: Se caracterizan por la imposibilidad de ser sustituidas, ya que se
determinan por sus cualidades intrínsecas a su esencia misma. No son sustituibles.
Por ejemplo, un caballo pura sangre del establo nº 5 de la Hacienda de Juan Pérez,
no puede ser sustituido.

Según su apropiabilidad[editar]

 Apropiables: Que pueden estar a nombre de una persona. Por ejemplo, una heladera.
 Inapropiables: Que son comunes para toda la humanidad. Por ejemplo, el aire, el
océano.

Según su existencia[editar]

 Presentes: que existen en el momento de ser tenidas en cuenta. Por ejemplo, una
finca
 Futuras: aquellas que no existen en la actualidad pero pueden llegar a existir según
el curso normal de los acontecimientos. Por ejemplo, la cosecha del año que viene.

Las Cosas en el Derecho Romano[editar]

El vocablo cosa (res) se usa para indicar todo aquello que puede ser objeto de derechos, es
decir todo cuanto tenga entidad corporal o espiritual, natural o artificial, real o abstracta y
que sea susceptible de apreciación económica.
Los juristas romanos se referían a ella como al objeto material (corpus), en oposición a los
actos del hombre. Denota una cosa corporal, físicamente delimitada y jurídicamente
independiente.

En las fuentes romanas se encuentra la clásica división de las cosas en res intra
patrimonium y en res extra patrimonium, según sean bienes económicos de los
particulares o no.1 2

Otra clasificación más comprensiva y precisa, clasifica las cosas en res in commercio y res
extra commercium. Y además denomina res nullius a las cosas in commercio que no son
propiedad de nadie y res delictae a aquéllas cuya propiedad ha renunciado el dueño por
abandono.

Res extra commercium[editar]


Ç
Templo de Saturno en Roma. Considerado como Res sacrae.

Aquí se cuentan las cosas que no son susceptibles de relaciones jurídico-patrimoniales por
prescripción de la norma divina o por disposición de la ley, de donde surge la división de
las cosas:

 Res divini iuris: sacrae, religiosae, sanctae. Las res divini iuris son las cosas de
derecho divino. Entre ellas se encontraban las cosas sagradas (res sacrae),
consagradas a los dioses superiores y puestas bajo su autoridad como los templos;
las cosas religiosas (religiosae) consagradas a los dioses inferiores, como los
sepulcros; y, las cosas santas (sanctae), como los muros y puertas de la ciudad.

 Res humani iuris: communes, publicae, universitates. Las res humani iuris eran
las cosas del derecho humano. Entre las cosas excluidas del comercio se
encontraban las cosas comunes (res communes omnium) como el aire, el agua; las
cosas públicas (res publicae) como las cosas del pueblo entre las que se pueden
mencionar el río y sus orillas, los puertos; y las res universitates, que eran las cosas
que integraban el patrimonio de una comunidad y que estaban afectadas al uso de
sus miembros, como los teatros, los foros, los baños públicos, etc.

Res in commercio[editar]

 Res mancipi y Res nec mancipi: Conocidas desde la época de la Ley de las XII
Tablas. Eran mancipi las cosas cuya propiedad se transmitía por el derecho civil
formal y solemne mediante la mancipatio, o mediante la in iure cessio. Eran cosas
mancipables las de mayor valor en la primitiva economía agrícola, como los fundos
o las heredades y las cosas situadas en el suelo de Italia, como el acueducto, los
esclavos y los animales de carga. Todas las demás cosas se agrupaban en las res nec
mancipi. Esta clasificación fue abolida en el derecho imperial con el Emperador
Justiniano I.3
 Cosas corporales e incorporales: Las fuentes romanas distinguían este tipo de
clasificación,4 5 que habría obedecido a la influencia de la filosofía helénica sobre el
derecho romano. Las primeras eran aquellas cuya materialidad es percibida por los
sentidos, es decir, las cosas tangibles, como un fundo, un esclavo. Las cosas
incorporales eran las que son producto de una abstracción, como un crédito, el
derecho de propiedad, etc.

 Cosas muebles e inmuebles: Aparece tras la desaparición de la clasificación en res


mancipi y res nec mancipi. Son muebles (res mobiles) las cosas inanimadas que
pueden trasladarse de un lugar a otro por una fuerza exterior, sin ser deterioradas.
Son inmuebles, las que físicamente es imposible que cambien de lugar, como los
fundos o predios.

 Cosas consumibles y no consumibles: Se distinguió además entre las cosas


consumibles, es decir, aquellas cuyo uso o destino normal las destruye física o
económicamente, como los alimentos y el dinero, de las cosas no consumibles, que
son las susceptibles de su uso repetido sin que provoque otra consecuencia que su
mayor o menor desgaste.

 Cosas fungibles y no fungibles: Las cosas fungibles son aquellas que pueden
sustituirse por otras de la misma categoría, tomándose en cantidad, por peso,
número o medida como lo son el vino, el trigo, el dinero. Son no fungibles las que
tienen su propia individualidad y no admiten la sustitución por otra como una obra
de arte, un esclavo o un fundo.

 Cosas divisibles e indivisibles: Un objeto es físicamente divisible cuando, sin ser


destruido enteramente, puede ser fraccionado en porciones reales cada una de las
cuales, después de la división, forma un todo particular e independiente, que
conserva en proporción la utilidad de la cosa originaria. Ejemplo de ello es un
fundo. Es indivisible, en cambio, el que no admite partición sin sufrir daño o
menoscabo, o como dicen las fuentes, sin que la cosa perezca.6 Ejemplo de éste
último son los animales o una pintura.

 Cosas simples y cosas compuestas: Las cosas que constituían un solo todo, una
unidad orgánica e independiente eran cosas simples, como un esclavo, una viga o
una piedra. Cosas compuestas eran las que resultaban de la suma o agrupamiento
de cosas simples. Éstas se subdividían en materiales como las naves o los edificios e
inmateriales como los rebaños o una biblioteca.

 Cosas principales y cosas accesorias: Principales eran las que cuya existencia y
naturaleza están determinadas por sí solas, sirviendo a las necesidades del hombre;
y las accesorias, las que estaban subordinadas o dependían de otra cosa principal
como el marco con respecto a un cuadro o la piedra preciosa en relación al anillo.

 Cosas fructíferas y no fructíferas: Dentro de las cosas fructíferas se comprenden


aquellas que dan con carácter de periódico cierto producto o frutos, que conviene
separarlo. Son no fructíferas las que no tienen esa cualidad. Ejemplo de fructíferas
1. Introducción
2. Las cosas
3. Bibliografía

Introducción
Es impresionante notar como los romanos tenían una división casi completa de las cosas, de
manera que en las divisiones que hicieron y en la forma de clasificarlas tuvieron gran
acierto en cada uno de los conceptos que podemos tener hasta hoy.
Por otro lado es impresionante ver como las definiciones respectos de cómo se clasificaban
las cosas de acuerdo a las cantidades, usos, ubicaciones o asignaciones ellos tenías una idea
clara de para que eran y como debía usarse correctamente.
En este trabajo lo que vamos hacer es un amplio estudio de cada una de las formas en que
los romanos lograron clasificar las cosas de acuerdo a su cantidad y calidad para poder
darles el valor y uso respectivo.
Si bien es cierto que los romanos no pudieron logran una definición exacta de la palabra
cosa, se puede decir que lograron desarrollar una amplia definición de sus diferenciaciones,
muchas de las cuales se puede tener en instituciones hasta el día de hoy.
Una de las situaciones que quizá haya causado mucha extrañeza en nosotros es ver como el
imperio daba a los esclavos la categoría de cosas, es decir de ser un objeto de derecho y no
un sujeto de derecho, y era contado como parte del patrimonio de un romano tanto así como
si fuera ganado o un objeto más que les permitía productividad.
Sin más que decir solo nos queda esperar que el presente trabajo cumpla las expectativas de
la docente, y que de gran aporte para los compañeros del aula.
Las cosas
1.- CONCEPTOS GENERALES.
El vocablo cosa (Res), de diversos significados en el lenguaje vulgar, tiene también en el
léxico jurídico una refexibilidad idiomática que ha dado lugar a que se viertan distintos
conceptos a fin de precisar su alcance en derecho.
Algunos comprenden bajo la palabra RES todo lo que forma el haber de los particulares, al
paso que otros entienden que para que un objeto sea cosa en el sentido del derecho, es
necesario que sea útil, es decir, accesible y deseable para el individuo.
Por nuestra parte entendemos que así como la palabra persona designa en el léxico jurídico
al sujeto activo o pasivo de las relaciones jurídicas, la palabra RES se usa indicar aquello
que puede ser objeto de derechos, es decir, todo cuanto tenga entidad corporal o espiritual,
natural o artificial, real o abstracta y sea susceptible de apreciación económica.
Los jurisconsultos romanos no dieron una definición ni comprendieron tal vez que cosa es
todo lo que puede ser objeto de los derechos, sino que la refirieron al objeto material
(corpus) en oposición de los actos del hombre. Denota una cosa corporal, físicamente
delimitada y jurídicamente independiente.
2.- CLASIFICACIÓN DE LAS COSAS.
En las fuentes romanas encontramos una clásica división de las cosas que las distingue en
RES Intra patrimonium y en RES extra patrimonium, según que se encontraran entre los
bienes económicos de los particulares o fuera de ellos.
Con esta clasificación las fuentes querían diferenciar las cosas susceptibles de relaciones
jurídicas, de las que no fueran pero tenía el defecto de aludir a un hecho o situación actual,
que la cosa se hallara o no comprendida en el patrimonio de una persona, como sería un
animal salvaje, que habría que reputar RES extra patrimonium hasta el momento de su
aprehensión.
Por ello se considera equivalente, pero más comprensiva y precisa, otra distinción, que
aunque no se la formula expresamente como la anterior no es ajena al lenguaje de las
fuentes.
Es la que clasifica las cosas en RES INCOMMERCIO Y RES EXTRA COMMERCIUM, y
que sirve para designar las que entran en el tráfico jurídico de los particulares y las que
están excluidas de dicho tráfico por disposición de la ley.
Llámense, además res nullius las cosa in commersio que no son propiedad de nadie y res
derelictae aquellas a cuya propiedad ha renunciado su dueño por abandono.
Sobre la base de la distinción extra commercium y res incommercio haremos el estudio de
las diferentes clases de cosas.
2.1.- RES EXTRA COMMERCIUM.
En la categoría de la res extra commercium se encuentran las cosas no susceptibles de
relaciones jurídico – patrimoniales por prescripción divina o por disposición de la ley
positiva de donde surge la división de cosas fuera del comercio por causa divina (res divini
iuris: cosas de derecho divino) o por causa humana ( res humani iuris: cosas de derecho
humano).
A).- RES DIVINI IURIS; SACRAE, RELIGIOSAE, SANCTAE.

RES HUMANI IURIS; COMMUNES, PUBLICAE, UNIVERSITATES.


Entre las cosa humanas excluidas del tráfico jurídico se contaban las cosas comunes (res
communes ómnium), es decir, las que por derecho natural pertenecían a todos los hombres:
el aire, el agua, el mar y sus riveras; las cosas públicas (res publicae); que eran las propias
del pueblo, esto es, de la comunidad organizada como Estado y entre las que se pueden
mencionarlos ríos y sus orillas, los puertos, las vías públicas, y las res universitates, esto es
las cosas que integraban el patrimonio de una comunidad y que estaban afectadas al uso de
sus miembros, como los teatros, los foros, los baños públicos, las plazas, etc.
2.2.- RES INCOMMERCIO.
La gran categoría de cosas que podrían servir de objeto a relaciones jurídico- patrimoniales
era la res incommercio, es decir, las cosas susceptibles de apropiación individual.
Dentro de esta clase se comprendían la mayoría de los objetos corporales de que podía
disponer el hombre para satisfacer sus necesidades, y abarca los siguientes grupos:
Res mancipi y res nec mancipi, cosas corporales e incorporales, muebles e inmuebles,
consumibles y no consumibles, fungibles y no fungibles, divisibles e indivisibles, simples y
compuestas, principales y accesorias, y fructíferas y no fructíferas.
 a) RES MANCIPI Y RES NEC MANCIPI.
La distinción entre res mancipi y res nec mancipi tiene gran importancia histórica, porque
habría sido la primera clasificación a la que los romanos reconocieron un interés práctico,
desde la ley de las doce tablas.
Eran mancipi las cosas cuya propiedad - en cierto modo privilegiada – se transmitía por un
modo del derecho civil formal y solemne, la mancipatio, o mediante la in iure cesio, que
importaba un ficticio proceso de reivindicación realizado formalmente ante el magistrado.
Eran cosas mancipables las de mayor valor en la primitiva economía agrícola, como los
fundos o las heredades y las cosas situadas en el suelo de Italia, Las servidumbres rurales
de paso ( via, iter, actus) y de acueducto ( aquae ductus) los esclavos y los animales de tiro
y carga. Todas las demás cosas se agrupaban dentro de la clase de la res nec mancipi.
Ambas clases de cosas mantuvieron su distinción hasta la época del derecho clásico, no
obstante que los valores económicos se habían modificado profundamente con el transcurso
el tiempo. Desaparecida más adelante la diferencia entre las cosas situadas en el suelo
itálico (italicum solum) y las radicadas en suelo provincial (provinciale solum) y
generalizada la tradición como medio normal de transmitir la propiedad, la oposición entre
cosas mancipi y nec mancipi, perdió interés práctico.
Decadente la mancipatio en el derecho imperial, en Emperador Justiniano la suprimió
definitivamente como modo de adquisición del dominio.
 b) COSAS CORPORALES E INCORPORALES.
Distinguían las fuentes romanas (Gayo, 2, 12 a 14 – inst. 2, 2, 1) las cosas corporales de las
incorporales, clasificación que habría obedecido a la influencia de la filosofía helénica
sobre el derecho romano.
Las primeras eran aquellas cuya materialidad eran percibidas por los sentidos, es decir, las
cosas tangibles ( quae tangi possunt), como un fundo, un esclavo, al paso que eran
incorporales, por el contrario, las que son producto de una abstracción, esto es que no
pueden palparse (quae tangi non possunt), como un crédito, el derecho de propiedad de
servidumbre, etcétera.
 c) COSAS MUEBLES E INMUEBLES.
La categoría de cosas muebles e inmuebles, que habría llegado a imponerse en el derecho
post clásico al desaparecer la tradicional distinción de res mancipi y res nec mancipi, parte
dela posibilidad o no de trasladar la cosa de un sitio a otro.
Así son muebles (res mobiles) las cosas inanimadas que pueden trasladarse de un lugar a
otro por una fuerza exterior, sin ser deterioradas en su sustancia o su forma, al paso que son
inmuebles las que de acuerdo con su naturaleza, físicamente es imposible que cambien de
lugar dentro de la clase de los mobilia se encuentran los semovientes (se moventes), como
los animales que se mueven de un sitio a otro por sus propìos medios.
Pertenecían a la categoría de las cosas inmuebles los fundos (fundi) o predios. Se dividían
en urbanos (praedia urbana), si en ellos estaba construido un edificio, y en rústicos (praedia
rustica), cuando eran terrenos sin edificación, estuvieran en la ciudad o en el campo.
Los fundos rústicos podían tener límites determinados por accidentes naturales del terreno
(agri arcifini) o trazados especialmente por agrirmensores (agrilimitati).
Dentro de los fundos cabía también la distinción en itálicos y provinciales. Los primeros
eran los situados en Italia o en ciudades a las que se les hubiera concedido el ius italicum;
los segundos los que estaban enclavados en provincias. Sobre los fundo itálicos el titular
tenía el derecho civil o quiritario, en tanto que sobre lo fundos provinciales solo una
posesión sometida al pago de un tributo (tributum o estipendium).
d).- COSAS CONSUMIBLES Y NO CONSUMIBLES.
Distinguieron también los romanos las cosas consumibles (res quae usu consumuntur), es
decir aquellas cuyo uso o destino normal las destruye física o económicamente, como los
alimentos y el dinero, de las cosas no consumibles (res quae non consumuntur), que son las
susceptibles de un uso repetido sin que provoque otra consecuencia que su mayor o menor
desgaste.
e).- COSAS FUNGIBLES Y NO FUNGIBLES.
Otras clases de cosas entre las res in commercio, son las fungibles y las no fungibles. Las
primeras son las que pueden sustituirse por otras de la misma categoría, es decir que no se
toman en cuenta como individualidades, sino en cantidad, por su peso, número o medida,
(res quae pondere, número, mensurave constant). Son no fungibles, en cambio, las que
tienen su propia individualidad y que no admiten, por ende, la sustitución de una por otra.
Integran las cosas fungibles, el vino, el trigo, el dinero, mientras que corresponden a las no
fungibles una obra de arte, un esclavo, un fundo.
Sirve también para distiguír las cosas fungibles de las no fungibles el hecho que las
primeras son designadas según el género (genus) a que pertenecen mientras las segundas
comprenden una cosa particular, determinada conforme su individualidad (species).
Así, una cosa es fungible cuando en la relación jurídica de que es objeto se la considera más
bien según su género o su cantidad que según su especie, de suerte que el sujeto habrá de
devolverla en su género ( in genere) o en la misma cantidad y cualidad ( in eadem
quantitate et qualitate).
Esta distinción carece en gran parte de precisión, porque así como la fungibilidad es una
cuestión objetiva, la determinación genérica es subjetiva, pues depende exclusivamente de
lo que opinen las partes. Los esclavos no eran cosas fungibles pero nada impedía que un
vendedor se comprometiese a entregar a un número de ellos sin individualizarlos.
En este caso se estaba frente a una obligación genérica, que se cumpliría entregando el
genus.
f).- COSAS DIVISIBLES E INDIVISIBLES
Las cosas pueden ser divisibles o indivisibles. Un objeto corpóreo es físicamente divisible
cuando sin ser destruido enteramente puede ser fraccionado en porciones reales cada una de
las cuales, después de la división, forma un todo particular e independiente, que conserva
en proporción la utilidad de la cosa originaria; es indivisible, en cambio, el que no admite
partición sin sufrir daño o menoscabo o, como dicen las fuentes, sin que la cosa perezca.
Un fundo es cosa divisible; un animal, una pintura son indivisibles. Hay cosas legalmente
divisibles, sin distinguir si la partición física es posible o no, cuando muchas personas
pueden poseerla en común, es decir, en proporciones ideales o intelectuales (partes
insertae), que es lo que ocurre en el régimen de la copropiedad, en el que los copropietarios
poseen pro indiviso.
También hay cosas legalmente indivisibles cuando en ellas no se concibe la idea de una
parte, como acaece en las servidumbres, que los romanos consideraban res incorporalis.
g).- COSAS SIMPLES Y COMPUESTAS.
Se distinguían también las cosas simples de las compuestas. Aquellas constituían un solo
todo, una unidad orgánica e independiente (corpora quae uno spiritu continentur) como un
esclavo, una viga, una piedra. Cosas compuestas eran las que resultaban de la suma o
agrupamiento de cosas simples. Éstas últimas se dividían en dos categorías, según que la
aglomeración de cosas simples fuera material y tuviese aspecto compacto, como una nave o
un edificio (corpora ex contingentibus o universitas rerum coherentium), o que el vínculo
de unión de los componentes simples fuera inmaterial y cada uno de ellos conservara su
independencia, como por ejemplo un rebaño o una biblioteca caso en el cual se habla de
universalidades de cosas (corpora ex distantibus o universitas rerum distantium).
h).- COSAS PRINCIPALES Y ACCESORIAS.
Conocieron igualmente los romanos la clasificación de cosas en principales y accesorias,
considerando que las primeras eran aquellas cuya existencia y naturaleza están
determinadas por si solas, sirviendo inmediatamente y por ellas mismas a las necesidades
del hombre; y las accesorias, las que estaban subordinadas o dependían de otra principal,
como el marco respecto del cuadro, la piedra preciosa en relación al anillo que está
engarzada.
A propósito de las cosas accesorias regía el principio de que lo accesorio sigue la suerte de
lo principal (accessorium sequitur principale).
i).- COSAS FRUCTÍFERAS Y NO FRUCTÍFERAS.
Dentro de las cosas fructíferas se comprenden aquellas que, manteniendo su naturaleza y su
destino, dan con carácter periódico cierto producto o fruto (fructus), que se convierte al
separárselo natural o artificialmente en cosa autónoma. Son cosas no fructíferas las que no
tienen esa cualidad.
Son frutos, por consiguiente, los productos naturales que más o menos periódicamente
suministran las cosas sin disminuir su esencia, como la leña de los bosques, la cría de los
animales, la lana, la leche, y las frutas de los árboles.
Se entiende igualmente que pertenecen a la noción de frutos, las rentas en dinero que
suministra el empleo de un capital, los alquileres, etc., que para diferenciarlos de los
anteriores se los ha llamado frutos civiles.
Los frutos pueden hallarse en diverso estados: pendentes, cuando están adheridos a la cosa
productiva; percepti, cuando se los ha cosechado, percipiendi, si estaban para cosechar y no
se los cosechó por falta de diligencia; existentes o extantes, cuando se hayan todavía en
poder del poseedor de la cosa y consumidos o consumpti si han sido consumidos,
transformados o enajenados.
En lo que concierne a los gastos o impensas (impensae), que es todo lo que se desembolsa
para una cosa determinada o se emplea en ella, se distinguen los gastos para conseguir los
frutos de una cosa fructífera, de los gastos para la cosa misma. A su vez, dentro de éstos
últimos cabe diferenciar las impensas necesarias, las útiles y las voluptuarias, según estén
destinadas a conservar la cosa, aumentar su utilidad o renta o a embellecerla, haciéndola
servir para lujo o placer.

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