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Este nivel energético a lo largo de un día esta influenciado por varios factores.
Todos estos factores determinan para una localidad la temperatura máxima que se
logra después del momento de mínimo ángulo zenital, y la temperatura mínima
que se logra antes de la salida del sol, cuando finaliza el periodo de perdida de
energía hacia las capas superiores de la atmósfera. La temperatura instantánea a
lo largo del día se encuentra entre estos dos extremos.
Por lo tanto todo ser vivo depende fisiológicamente de la energía que pueda
utilizar y es producto de esta utilización de energía. A modo de ejemplo una
planta requiere un determinado nivel de energía para germinar, desarrollarse y
florecer, siendo estos requerimientos diferentes en función del estado fenológico
de la planta. Esta cantidad de energía se expresa en índices térmicos en lo que se
denomina grados-día. Las plantas activan su metabolismo por encima de un nivel
energético mínimo, denominado temperatura base, tienen su máximo
funcionamiento a otro nivel energético, temperatura optima, y decrece su
actividad a medida que la energía aumenta hasta detenerse en lo que se llama
temperatura máxima o base superior.
1. La mayor presión atmosférica del aire a baja altura. Este hecho se deriva de que el
aire es compresible, es decir, puede comprimirse por su propio peso. Y el aire
comprimido a baja altura puede absorber mucho más calor que el aire expandido que
se encuentra en niveles altos.
2. El escaso alcance de las ondas reflejadas por la superficie terrestre: estas ondas son
de radiación infrarroja (onda larga) y pierden su energía térmica muy rápidamente
después de ser emitidas. Es por ello por lo que se produce el fenómeno
del espejismo, en el que el aire en contacto con el suelo se calienta mucho y al
disminuir su densidad produce una especie de espejo que refracta la luz solar, por lo
que en un día seco puede verse la superficie de las carreteras como si estuvieran
mojadas (y lagos virtuales en las arenas del desierto).
Temperatura y lluviosidad[editar]
La temperatura media de un lugar, no solo está relacionada con la presión atmosférica, sino
también con la cantidad de vapor de agua existente en el aire. En efecto, cuando la
temperatura atmosférica aumenta, el aire asciende por convección (tiene menor densidad al
calentarse y por ello asciende) y con ello se enfría produciendo nubes y, eventualmente,
lluvias. Así, la relación entre temperatura y lluviosidad en un lugar determinado sirve para
diferenciar los tipos de clima en la zona intertropical y en las zonas templadas. El empleo
del índice xerotérmico de Gaussen o índice de aridez sirve para diferenciar entre los climas
intertropicales lluviosos y áridos o semiáridos y, en las zonas templadas, los climas
mediterráneos de los climas desérticos y de los climas marítimos.