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Oración de sanación por la familia

¡Señor Jesús! Hoy venimos a Ti, en nombre de cada una de las personas
de nuestra familia.

Tú, en tus designios de amor por cada uno de nosotros, nos has colocado
en ella y nos has vinculado a cada una de las personas que la componen.

En primer lugar, te queremos dar gracias de todo corazón por cada uno
de los miembros de mi familia, por todo el amor que he recibido tuyo a
través de ellos y te queremos alabar y glorificar porque nos has colocado
en ella.

A través de la familia y en la familia, tú nos has dado la vida y has querido


para nosotros que formemos un núcleo de amor.

Hoy, Señor, queremos que Tú pases con tu sanación por cada uno de
nosotros y realices tu obra de amor en cada uno de nosotros.

Y antes de nada, Señor, queremos pedirte perdón por todas las faltas de
amor que hayamos tenido en casa, por todas nuestras indelicadezas, por
todas nuestras faltas de comprensión, por no ser a veces cauces de tu
amor para ellos.

En primer lugar, Jesús, te pedimos que entres en el corazón de cada uno


y toques aquellas experiencias de nuestra vida que necesiten ser
sanadas.

Tú nos conoces mucho mejor que nosotros mismos; por lo tanto, llena
con tu amor todos los rincones de nuestro corazón. Donde quiera que
encuentres - el niño herido -, tócalo, consuélalo y ponlo en libertad.
Vuelve a recorrer nuestra vida, la vida de cada uno de nosotros, desde el
principio, desde el mismo momento de nuestra concepción.

Purifica las líneas hereditarias y líbranos de aquellas cosas que puedan


haber ejercido una influencia negativa en aquel momento.

Bendícenos mientras íbamos formándonos en el vientre de nuestra madre


y quita todas las trabas que puedan haber dificultado, durante los meses
de gestación, nuestro desarrollo en plenitud.

Danos un profundo deseo de querer nacer y sana cualquier trauma tanto


físico como emocional que pudiera habernos dañado durante nuestro
nacimiento. ¡Gracias, Señor!, por estar ahí presente para recibimos a
cada uno de nosotros en tus brazos en el momento mismo de nuestro
nacimiento, para darnos la bienvenida a la tierra y asegurarnos que Tú
nunca nos faltarías ni nos abandonarías.

Jesús, te pedimos que rodees nuestra infancia con tu luz y que toques
aquellos recuerdos que nos impiden ser libres. Si lo que más necesitamos
cada uno fue más cariño maternal, mándanos a tu Madre, la Virgen
María, para que nos dé lo que nos falta. Pídele que nos abrace a cada
uno, que nos arrulle a cada uno, que nos cuente cuentos y llene el vacío
que necesita el calor y el consuelo que sólo una madre puede dar.

Quizá "el niño interior" siente la falta del amor del padre. Señor Jesús,
déjanos gritar con libertad, con todo nuestro ser: "¡Abba!, ¡papá!
¡Papaito!. Si necesitábamos alguno de nosotros más cariño paternal y la
seguridad de que nos deseaban, y nos amaban de verdad, te pedimos
que nos levantes y nos hagas sentir la fuerza de tus brazos protectores.

Renueva nuestra confianza y danos el valor que necesitamos para hacer


frente a las adversidades de la vida, porque sabemos, Padre nuestro, que
tu amor nos levantará y nos ayudará si tropezamos y caemos. Recorre
nuestra vida, Señor, y consuélanos cuando otros nos trataban mal. Sana
las heridas de los encuentros que nos dejaron asustado, que nos hicieron
entrar en nosotros mismos y levantar barreras de defensa ante la gente.

Si alguno de nosotros se ha sentido solo, abandonado y rechazado por la


humanidad, concédenos por medio de tu amor que lo sana todo, un
nuevo sentido del valor de cada uno como persona.

¡Oh Jesús, nos presentamos en este día ante ti, toda la familia y te
pedimos que sanes nuestras relaciones, que sean unas relaciones llenas
de cariño, de comprensión y de ternura y que nuestra familia se parezca a
la tuya. Te pedimos, por intercesión de tu Madre, la Reina de la Paz, que
nuestros hogares sean lugares de paz, de armonía y donde realmente
experimentemos tu presencia. ¡Gracias, Señor!
Efesios 6:1-4
1 Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.
2 Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con
promesa;
3 para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.
4 Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos
en disciplina y amonestación del Señor.

Isaías 41:10
No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu
Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te sostendré con la
diestra de mi justicia.

Mateo 8:2-3
“Y he aquí vino un leproso y se postró ante él diciendo: ¡Señor, si
quieres, puedes limpiarme! Jesús extendió la mano y lo tocó diciendo:
Quiero. ¡Sé limpio! Y al instante quedó limpio de la lepra”. Mateo 8:2-3

Lucas 13:11-13
“En aquella hora Jesús sanó a muchos de enfermedades, de plagas y de
espíritus malos; y a muchos ciegos les dio la vista” Lucas 7:21 “Y he aquí
una mujer que tenía espíritu de enfermedad desde hacía dieciocho años
andaba encorvada y de ninguna manera se podía enderezar. Cuando
Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, quedas libre de tu enfermedad. Puso
las manos sobre ella, y al instante se enderezó y glorificaba a Dios”.

Juan 5:8-9
“Jesús le dijo: Levántate, toma tu cama y anda. Y en seguida el hombre
fue sanado, tomó su cama y anduvo. Y aquel día era sábado”.

Juan 9:6-7
“Dicho esto, escupió en tierra, hizo lodo con la saliva y con el lodo untó
los ojos del ciego. Y le dijo: Ve, lávate en el estanque de Siloé (que
significa enviado). Por tanto fue, se lavó y regresó viendo”.

Éxodo 15:26
“Les dijo: -Yo soy el Señor su Dios. Si escuchan mi voz y hacen lo que yo
considero justo, y si cumplen mis leyes y mandamientos, no traeré sobre
ustedes ninguna de las enfermedades que traje sobre los egipcios. Yo
soy el Señor, que les devuelve la salud”.

Salmo 103:1-3
“Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre. Alaba,
alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él perdona
todos tus pecados y sana todas tus dolencias”.

Marcos 10:51-52
“¿Qué quieres que haga por ti? -le preguntó.
-Rabí, quiero ver -respondió el ciego.
Puedes irte -le dijo Jesús-; tu fe te ha sanado.
Al momento recobró la vista y empezó a seguir a Jesús por el camino”.

Salmos 30:2
“Señor mi Dios, te pedí ayuday me sanaste”.
Tema: la fe (pístis)πίστις, εως, ἡ.

2 Corintios 5.7
7 (porque por fe andamos, no por vista);

2 Corintios 4.18
18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven;
pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son
eternas.

La fe es un tema fundamental para nosotros los cristianos. Vivimos en el


ya pero todavía no, ya somos salvos pero aún no hemos sido glorificados,
tenemos vida eterna pero todavía no se ha perfeccionado. Toda esta
cosa no se ven pero creemos que las tenemos seguras en Cristo.

Todo Depende de La Fe
Todas las demás bendiciones, como aves en el nido, dependen de lo que
la fe suscite en ellas; quita la fe de en medio y todas las gracias y
bendiciones languidecen y mueren. El gozo, la paz, la esperanza, la
paciencia y todo lo demás dependen de la fe.

La fe es preciosa, si esta en nosotros la tenemos que cuidar, cultivar,


retener, compartir y defender, como el hermano de Jesús nos dice en su
epístola.

1. ¿qué es la fe?
a. mano que alcanza (recibe) las bendiciones
Hebreos 11.1–2
1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no
se ve.2 Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.
Hebreos 11.2
2 Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.
Es la mano que alcanza todo lo que Dios nos da. Sin fe no podemos
recibir o alcanzar nada.
Santiago 1.6–7
6 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a
la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a
otra. 7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del
Señor.
b. Creer
La palabra creer se deriva de la misma palabra que se traduce como fe.

c. Confianza
La fe- para Pablo la fe significaba lealtad ().
La fe: La fidelidad que nos ayuda a resistir toda prueba.
La fe también significa creencia (), la convicción de que algo es verdad;
es el aceptar el evangelio como verdad.
En ocasiones fe es sinónimo de la religión cristiana () pues no andamos
Por la vista. El sentido más característicamente Paulino, “fe” quiere decir
aceptación total y confianza absoluta. A través de la fe estamos seguros
que lo que Cristo nos ha enseñado es verdad tanto que nos atrevemos a
arriesgar la vida y la eternidad en esa seguridad.
Es jugarse la vida de que hay Dios, y Qué es cómo Jesús nos lo ha
mostrado. Es estar absolutamente seguros de que lo que Jesús ha dicho
es verdad, y apostar el tiempo y la eternidad en esa seguridad. Aunque
me mate, en Él esperaré decía Job (13:15).

i. nuestro padre Abraham es un símbolo de la fe. El confió que Dios era


poderoso para cumplir sus promesas. Su fe formo su carácter.
¿Cómo afecta en tu vida el Creer en Dios, o como afecta tu confianza
en Dios, los problemas ?

ii. Job no abandono su fe, aun cuando estaba pasando la dificultad más
grande en su vida. Se quedó pobre, sin hijos, sin ganado…

iii. David halló fe al enfrentarse contra Goliad cuando se enfrentó a Goliad

2. ¿Cómo se obtiene la fe?


a. por pedirla
Lucas 17.5
5 Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.
Los apóstoles le pidieron tantas cosas al Senor.
Que le ensenara a orar.
Que si se podían sentar al lado de Él, pero aquí los apóstoles le piden a
Jesús que les aumente la fe.
Quien quiere que el Señor le aumente su fe? todos
Pero el Pablo nos da la clave de cómo aumentar la fe
b. por el oír la palabra
Romanos 10.17
17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Rom 10.
Es probale que nuestra experiencia sea semejante a la del Sr. D. L
Moody.
‘le pedi a Dios fe y creí que un día llegaría la fe y me derribaria como un
relampago, pero parecia que no llegaba la fe.un dia lei el decimo capitulo
de Romanos: Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Habia cerrado mi biblia y orado por fe. despues abri mi biblia, y comense
a estudiar, y mi fe a aumentado desde aquel entonces.
hay gente que ni habre su biblia.
3. los beneficios de tener fe
Historia de Alejandro 1. Emperador de Rusia. 100 rublos

3. Los beneficios de tener fe


a. sanidad: Jesús san al siervo de un Centurión
Lucas 8.43–48
43 Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce
años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno
había podido ser curada, 44 se le acercó por detrás y tocó el borde de su
manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre. 45 Entonces Jesús
dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los
que con él estaban: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices:
¿Quién es el que me ha tocado? 46 Pero Jesús dijo: Alguien me ha
tocado; porque yo he conocido que ha salido poder de mí. 47 Entonces,
cuando la mujer vio que no había quedado oculta, vino temblando, y
postrándose a sus pies, le declaró delante de todo el pueblo por qué
causa le había tocado, y cómo al instante había sido sanada. 48 Y él le
dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.

Mateo 8.5–13
5 Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole, 6 y
diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente
atormentado. 7 Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré. 8 Respondió el
centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo;
solamente di la palabra, y mi criado sanará. 9 Porque también yo soy
hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste:
Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. 10 Al
oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo,
que ni aun en Israel he hallado tanta fe. 11 Y os digo que vendrán
muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y
Jacob en el reino de los cielos; 12 más los hijos del reino serán echados a
las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. 13 Entonces
Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue
sanado en aquella misma hora.

Cuando hay fe todo es posible.


Ella tuvo la confianza total de que si tocaba el manto de Jesús quedaría
sana
b. Salvación
Efesios 2.8–9
8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros,
pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe. La
salvación se recibe como regalo por la fe. La fe es la mano que alcanza la
salvación para nosotros.
Efesios 2
¿Pero qué tanta fe tenemos nosotros? mucha, poca, nada?
Capítulo 11
6 De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee
acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que
lo buscan con sinceridad.
Mateo es el evangelio donde más nos muestra la falta de fe de los
discípulos
* Los discípulos no pueden echar fuera un demonio
Mateo 17.14–21
14 Cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante
de él, diciendo: 15 Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y
padece muchísimo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en
el agua. 16 Y lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar.
17 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa!
¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de
soportar? Traédmelo acá. 18 Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió
del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora. 19 Viniendo
entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no
pudimos echarlo fuera? 20 Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de
cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a
este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será
imposible. 21 Pero este género no sale sino con oración y ayuno.
No olvides que Jesús también lavó tus pies para que puedas amar y perdonar sin
reservas.
10 Jesús le dijo: El que se ha bañado no necesita lavarse, excepto los pies, pues
está todo limpio; y vosotros estáis limpios, pero no todos.
14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, os lavé los pies, vosotros también debéis
lavaros los pies unos a otros.
15 Porque os he dado ejemplo, para que como yo os he hecho, vosotros también
hagáis.
34 Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como
yo os he amado, así también os améis los unos a los otros.
Juan 13:10, 14, 15, 34
…..
El dolor emocional de una persona puede penetrar hasta las profundidades de su
corazón y puede ser como una espina que le impide poder amar y perdonar
sinceramente. Para poder amar y perdonar se requiere que alguien saque esa espina del
corazón. Pero ¿cómo puede uno sacar esa espina? ¿Cómo puedo amar y perdonar a esas
personas que me escupen, traicionan, y traen tanto dolor? 
 
Una de las verdades más asombrosas fue que Jesús amó y les lavó los pies a Sus
discípulos, aunque sabía que ellos luego lo abandonarían (Marcos 14:50). Fue increíble
el hecho de cómo Jesús estuvo lavando los pies de Pedro, quien lo negaría tres veces
(Lucas 22:54-62). Pero aún más inconcebible fue cómo Jesús amó y lavó los pies de
Judas, quien luego lo traicionaría (Juan 13:11, 27). Con un pleno conocimiento de que
Él iba a ser abandonado, negado, y traicionado, Sus acciones representaron las
palabras: “te estoy amando, te estoy perdonando”. Si tan solo Judas hubiera entendido
esto, es posible que él se hubiera arrepentido, pero Satanás ya se había apoderado de su
corazón (Juan 13:2). 
 
Este acto sorprendente debe dirigir nuestra atención a nuestro propio corazón. ¿Cuántas
veces hemos abandonado a Jesús? ¿Cuántas veces hemos negado al Señor? ¿Cuántas
veces hemos traicionado a Jesús una y otra vez? Aun, Jesús nos muestra que de la
misma manera que Él amó y perdonó a Sus discípulos momentos antes de Su muerte,
Su disposición para amarnos y perdonarnos no es diferente. Así, Jesús nos enseña que
la única manera para poder amar y perdonar sin reservas es ver cómo en amor, Él
también espiritualmente lavó nuestros pies y nos perdonó en la cruz.  
 
Al ver esta verdad, verás que Jesús no te ama porque sigues unas reglas y haces buenas
obras. Verás que Jesús no te ama porque eres atractivo, inteligente, genial o perfecto.
Incluso, verás que la vida cristiana no es una relación circular donde Jesús te dice: "ya
que hiciste esto, o ya que vas a hacer ciertas cosas, te amaré". No. De la misma manera,
Jesús se acercó a ti, se paró al lado tuyo, y se quitó Su manto. Él llenó la vasija con
agua, y aun siendo Dios, se arrodilló ante tus pies y empezó a lavarlos. Te miró y te
dijo: “hijo, hija, te estoy amando. Te estoy perdonando. Tal como estoy arrodillándome
ante ti, me arrodillé ante la cruz, y por medio de mi muerte y resurrección, quité esa
espina que no te deja amar y perdonar sin reservas”.  
 
No olvides que Jesús también lavó tus pies. Hizo estas cosas no porque eres grandioso
y perfecto, sino porque Él es grandioso y perfectamente capaz de amarte aun con todas
tus imperfecciones. Si puedes realmente ver esta verdad, entenderás que tus millones
de fracasos nunca eliminarán el amor de Dios y tus millones de buenas obras no
incrementarán el amor de Dios sobre tu vida. Aférrate a la verdad de que Dios te ama,
te perdonó, y te liberó para que puedas amar y perdonar a otros que te han traído tanto
dolor, que te traen dolor, y los que te traerán dolor. Así, demostrarás al mundo que eres
un discípulo de Cristo al lavar los pies de otros, amándolos y perdonándolos sin
reservas (Juan 13:15, 34-35). 
La Misa
La Misa es el sacrificio de Cristo que se ofreció a si mismo una vez para
siempre en la Cruz. Es el centro de nuestra vida cristiana y la acción de
gracias que presentamos a Dios por su gran amor hacia nosotros. No es
otro sacrificio, no es una repetición. Es el mismo sacrificio de Jesús que
se hace presente. Es una re-presentación del Calvario, memorial,
aplicación de los méritos de Cristo.

Tiene dos partes: la liturgia de la palabra (después de estar bien


preparados por la petición de perdón de los pecados) y la liturgia de
eucaristía, que es el ofrecimiento al Padre por parte de Jesús y nuestra,
pues también nosotros somos hijos de Dios.

Para saber aprovechar los grandes frutos espirituales que se nos dan a
través de la Celebración Eucarística, hay que conocerla, entender sus
gestos y símbolos, y participar en ella con reverencia.
Aquí te ofrecemos la primera entrega de una muy buena explicación que
puede ayudarte a participar mejor en este sacrificio 🙂

Ritos iniciales
• Canto de entrada
Nos preparamos para comenzar la misa con el canto de entrada. Es un
canto que nos une a todos porque a la misa venimos personas de
distintos lugares, culturas, edades y cantamos a una voz, como un cuerpo
que somos en torno a Cristo. Nos unimos para celebrar uno de los dones
más grandes que Jesús nos dejó: la Eucaristía.

• Señal de la cruz
La misa empieza propiamente con la señal de la cruz y terminará también
de la misma manera, cuando recibimos la bendición final. Hacer la señal
de la cruz nos recuerda que le pertenecemos a Cristo. En el lenguaje
bíblico, el nombre representa a la persona misma. Empezar en el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo no es sólo mencionar el nombre
de Dios, sino ponernos en su presencia.

• Acto penitencial
Puestos en la presencia de Dios, la Iglesia nos invita a reconocer con
humildad que somos pecadores. Porque como dice san Pablo: “Mi
proceder no lo comprendo, pues no hago el bien que quiero, sino el mal
que no quiero” (Rm 7, 15). Algo así nos sucede a todos… Por eso, al
empezar la Eucaristía reconocemos humildemente frente a todos
nuestros hermanos, que somos pecadores. Y para pedirle perdón a Dios,
usamos las palabras del ciego que oyó que Jesús pasaba cerca, y como
sabía que no podía curarse a sí mismo, sino necesitaba del auxilio de
Dios, se puso a gritar en medio de la multitud: “Señor, ten piedad de mí”.
Así, con confianza en la misericordia de Dios, rezamos también el “Señor
ten piedad”.

• Canto del Gloria


En los domingos y solemnidades se reza este himno, que resume el
sentido máximo de la vida cristiana: darle gloria a Dios. Alabar a Dios, no
sólo porque es bueno, o porque nos ayuda, o por las cosas que nos da.
Darle gloria por quién es Él, porque es Dios. Nos ayuda a estar bien
orientados, a afirmar que el sentido máximo de nuestra vida es Él.

• Oración colecta
, ¿Te cuesta entender lo que pasa en la Misa? Te lo explicamos de forma
sencilla (1ra entrega)

Este no es el momento en el que se pasa la limosna, eso viene después.


Se trata de la oración colecta. Es el momento en el que el sacerdote
invita a toda la comunidad a rezar pidiendo. Por eso al empezar la oración
el sacerdote dice a todos: “oremos”. Y extiende las manos en señal de
súplica. Es el momento de recogernos todos en silencio y pedirle también
al Señor por nuestras necesidades. Al terminar la oración colecta todos
nos unimos a lo que el sacerdote ha pedido, diciendo juntos: Amén! Se
llama colecta porque es la oración que recoge las peticiones de todos.
Porque como dice el Señor en el Evangelio: “Si dos de Uds se ponen de
acuerdo en la tierra para pedir algo, lo conseguirán de mi Padre que está
en los Cielos” (Mt 18, 19-20). Y es una oración que nos une con la Iglesia
toda, ya que en cualquier rincón del mundo donde se celebre la misa ese
día, se pedirá por lo mismo.

2. Liturgia de la Palabra
El Señor Jesús, antes de alimentarnos con su Cuerpo y con su Sangre en
la mesa del sacrificio, nos alimenta primero en la mesa de la Palabra. A
través de las lecturas, vamos a escuchar directamente a Dios que nos
habla a nosotros, que somos su pueblo.

• Lecturas
La primera lectura está tomada de alguno de los libros del Antiguo
Testamento. Es importante meditarlas, porque por estas palabras, Dios
fue preparando a su Pueblo para la venida de Cristo. Y también nos
preparan a nosotros para escuchar a Jesús, ya que la primera lectura
está directamente relacionada con el Evangelio que se va a leer.

Después de la primera lectura, se lee el salmo. Los salmos siempre han


sido una oración muy importante en la historia de la Iglesia, porque
cuando rezamos con los salmos rezamos con las mismas palabras de
Dios, palabras que Él pone en nuestra boca para que sepamos cómo
pedir, cómo expresarnos. Con los salmos aprendamos a rezar,
aprendemos a hablar con Dios, usando sus mismas palabras, que se
convirtieron en oración.

La segunda lectura está tomada del Nuevo Testamento: de las cartas de


San Pablo, o las Epístolas Católicas o del libro de los Hebreos o el
Apocalipsis. Es decir, son los escritos de los apóstoles, escuchamos la
predicación de los primeros hombres a los que Jesús les dijo: “Vayan y
hagan discípulos míos a todas las gentes… enseñándoles a guardar todo
lo que les he mandado.” (Mt 28, 19-20).

• Evangelio
En la primera lectura Dios nos habló por sus profetas, en la segunda por
sus apóstoles, ahora en el Evangelio nos habla directamente por medio
de su Hijo Jesucristo. Es el momento más importante de la liturgia de la
Palabra, vamos a escuchar directamente a Jesús hablando, enseñando,
curando. La palabra Evangelio significa “buena noticia” y esta buena
noticia no es sólo un mensaje, ¡es Jesús mismo! ¡La mejor noticia que ha
existido! Es un momento muy importante, por eso nos ponemos de pie,
cantamos con alegría el aleluya y el Evangelio es proclamado por el
sacerdote. Lo escuchamos de pie, en señal de atención y de la prontitud
que queremos tener para seguirlo. Y al iniciar, nos hacemos la señal de la
cruz en la frente, la boca y el pecho, como diciendo que recibimos la
Palabra de Dios en la mente, la confesamos con la boca y la guardamos
en el corazón.

• Y por último… La Homilía


No basta oír la Palabra de Dios, sino que también necesitamos que nos
sea explicada de manera adecuada. Homilía viene de una palabra griega
que significa “diálogo”, “conversación”. Es el momento en el que el
sacerdote explica los pasajes proclamados para poder ahondar en ellos.
Si en el Evangelio Dios nos habla por su Hijo Jesucristo, en la homilía nos
habla por su Iglesia.

Hasta aquí la primera parte de esta explicación sobre la misa.


¡Coméntanos si te parece que es un recurso útil para tu apostolado!
La Misa Explicada para Niños
Es domingo, día del Señor. ¡Qué alegría!
¡Vamos a Misa!
La santa Misa es una gran Fiesta La gente se reúne en la Iglesia, para celebrarla Misa
 cantamos
 pedimos perdón a Dios
 escuchamos su palabra
 nos deseamos La Paz unos a otros
 después todos compartimos el pan,
 al final el padre nos bendice
Antes de asistir a esta gran fiesta debemos prepáranos muy bien:
 Primero debemos aceptar con gusto ir a misa
 Después tenemos que arreglarnos, pues vamos a una gran fiesta, y el que nos invita
es Dios,
 Le pedimos a Papa y Mama que nos lleve a la santa Misa
 Al llegar al templo, entramos con respeto
Recuerda que vas a la casa De Dios y no puedes llevar:
 Caramelos
 Gomas de mascar
 chicharrones
 refresco
 palomitas
 dulces
Recuerda lo siguiente
 Entra al templo con mucho respeto
 Despacio y en silencio busca un lugar para sentarte
 Cuando te hayas sentado, ora en silencio
 Piensa que le vas a pedir a Dios y de que le vas a dar Gracias
 Espera con paciencia a que comience la Misa
¡¡¡¡El Momento ha llegado!!!!

Ritos Iniciales - Monición Inicial


- Minutos antes de comenzar la Misa, una persona sale y comienza a dar indicaciones,
hace una breve explicación de lo que hablara la santa Misa y nos invita a ponernos de pie
para recibir al sacerdote que va a celebrarla Misa
A esta persona se le conoce como Monitor -----sentados
Ritos Iniciales: canto de entrada
La Misa comienza con un canto, todos estamos de pie, vemos como entra el sacerdote con
sus acompañantes, el canto nos debe de animar, llenar de alegría, de que vamos a
participar de esta fiesta Canto de entrada
(DE PIE)
Ritos Iniciales: El Beso
Después de que el sacerdote y sus acompañantes suben al Presbiterio, El sacerdote Besa
el Altar, como signo del Amor entre cristo y su pueblo
(DE PIE)
Ritos Iniciales: Acogida y Saludo
El sacerdote con mucha alegría nos da la Bienvenida y Nos Invita a hacerla señal De la
Cruz en nuestra frente, pecho, lado izquierdo y lado derecho sin decir amen Recuerda
hacer Bien la cruz con tu mano.
Quiere decir que en esta gran fiesta estará presente, el Padre, el Hijo y El Espíritu santo y
que toda nuestra vida la ponemos bajo la protección De Dios
(DE PIE)
Ritos Iniciales: Acto penitencial
El Sacerdote nos invita a que en un momento de silencio, pensemos en las cosas malas
que hemos hecho. Ejemplo:
 Mentimos a nuestros papas
 Le respondimos a nuestros papas
 Agarramos lo que no era nuestro
 Desobedecimos en algo que nos pidieron
 Como signo nos damos tres golpes en el pecho (DE PIE)
Ritos Iniciales: El gloria
El momento del canto del Gloria, es un momento maravilloso, nuestra voz aquí en la tierra
se une con la de los ángeles en el cielo, para dar Gloria a Dios.
Por eso decimos Gloria a Dios en el Cielo y en la Tierra paz a los hombres de Buena
voluntad.
Es el mismo canto que los ángeles cantaron cuando nació El niño Jesús en el portal de
Belén
(DE PIE)
Ritos Iniciales: Oración Colecta
El sacerdote nos invita a Orar, se le llama oración colecta, porque reúne todas las
oraciones de las personas que están presentes en la misa para hacer una sola
Ejemplo: Por tus papas, abuelo, tíos, amigos, maestros, por el que vende pan, dulces,
tortillas, etc.
El sacerdote dirige a Dios nuestras Oraciones
Por eso es importante llegar con tiempo a la misa, para saber que vamos a pedir o a
ofrecer en la oración (DE PIE)
Liturgia de la palabra- Primera Lectura
La Liturgia de la Palabra comienza con la Primera Lectura
Dios nos Habla por medio de su palabra.
La primera Lectura se toma del Antiguo Testamento.
Al terminarla lectura, respondemos: TE ALABAMOS SEÑOR
 La persona que Lee, se le llama proclamador
(SENTADOS)
Liturgia de la palabra - Salmo Responsorial
 Después viene el Salmo Responsorial
El salmo es respuesta a la palabra de Dios que acabamos de escuchar.
Es decir Dios nos habla y nosotros le respondemos con el salmo
La persona que lo entona se le llama SALMISTA
El salmista lo entona y nosotros también respondemos cantando.
(SENTADOS)
Liturgia de la palabra - Segunda Lectura
 Después viene la segunda Lectura
La segunda lectura se toma del Nuevo Testamento
La segunda lectura se proclama solo los DOMINGOS Y DIAS FESTIVOS
Al terminarla lectura, respondemos TE ALABAMOS SEÑOR
La persona que Lee, se le llama proclamador
( SENTADOS )
Liturgia de la palabra: Aclamación (aleluya)
 Antes del Evangelio viene
La Aclamación
Con este canto, recibimos y saludamos al Señor que nos hablara por medio del Evangelio
(DE PIE )
Aleluya quiere decir: ALABEMOS AL SEÑOR
(DE PIE )
Liturgia de la palabra: Proclamación del Evangelio
Llego el momento de escucharla Voz de Jesucristo: EL EVANGELIO
El evangelio es la buena noticia que Cristo nos anuncia cada vez que vamos a misa
Nos habla de su vida y todo lo que Jesús hizo cuando vino a este mundo
Cuando el sacerdote anuncia el evangelio, nosotros nos persignamos la frente, la boca y el
pecho y decimos GLORIA A TI SEÑOR
Cuando termina decimos: GLORIA A TI SEÑOR JESUS
 En la Misa solo lo puede Leer el Sacerdote
(DE PIE)
Liturgia de la palabra: Homilía
Después del Evangelio Viene la HOMILIA
 El sacerdote nos dice que es lo que quiere decir el Evangelio
Nos da un consejo nos da una orientación que pueden ser muy útiles para nuestra vida
(DE PIE )
Liturgia de la palabra: El Credo
El sacerdote nos invita a Rezar el credo
 En el credo decimos que creemos en: Dios padre Dios hijo Dios Espíritu Santo en la
Iglesia en Bautismo en la vida eterna.
Se reza Domingos y días festivos
(DE PIE )
Liturgia de la palabra: Oración de Los Fieles
En este momento pedimos por toda la iglesia y por todas nuestras necesidades
Por el Papa, por nuestros gobernantes, por los vivos y los muertos
(sentados )
Liturgia de la Eucaristía: Presentación de las Ofrendas
En este momento comienza la liturgia de la Eucaristía
Se presenta el vino y el pan, que son llevados al altar, que después se convertirán en el
cuerpo y la sangre de Cristo (sentados) También en este momento se hace la colecta, una
persona pasa por tu lugar con un canasto para depositar nuestra ofrenda No se le llama
limosna, es el fruto de nuestro trabajo que será destinado para las necesidades De la
Iglesia y los pobres
(Sentados)
Liturgia de la Eucaristía: Preparación de las ofrendas
En este momento el sacerdote, junto con sus ayudantes prepara el altar para colocarlas
ofrendas, que se van a consagrar
(Sentados)
Liturgia de la Eucaristía: Ofrecimiento del Pan y el Vino
 En este momento el sacerdote, eleva la Patena con la Hostia que se va a consagrar,
para ofrecerla por todos nosotros
 En este momento el sacerdote, eleva el Cáliz con agua y vino que se van a
consagrar, para ofrecerlo por todos nosotros
(sentados)
Liturgia de la Eucaristía: Consagración
En este momento el sacerdote, pone las manos sobre el pan y el vino, invoca al Espíritu
Santo para que los convierta en el cuerpo y la sangre de cristo.
Después el sacerdote toma La hostia y la levanta lo mismo hace con la copa en este
momento guardamos silencio, no decimos nada solo contemplamos al señor en la Hostia
(de Rodillas)
Liturgia de la Eucaristía: Padre Nuestro
Después de la consagración el sacerdote nos invita a rezar o cantar el PADRE NUESTRO
Lo cantamos con mucha alegría, pues estamos invocando a Dios padre
(de pie)
Liturgia de la Eucaristía: Rito de la Paz
Después el sacerdote por ser Hijos De Dios y Hermanos no invita a darnos el saludo de La
Paz
La paz se da estrechando la mano del otro pero por pandemia podemos hacer un pequeña
reverencia o levantarla mano, para mantenerla sana distancia
(de pie)
Liturgia de la Eucaristía: Distribución de la Comunión
En este momento viene la comunión, donde con las manos juntas y sin empujarnos
hacemos una fila, para recibir el cuerpo de Cristo.
Mientras avanzamos podemos ir cantando o rezando en silencio
La comunión se toma en la Boca, pero por pandemia la tomamos en la mano
 Recuerda: la Mano izquierda sobre la derecha
(de pie)
Liturgia de la Eucaristía: Bendición Final
Después el sacerdote nos imparte la Bendición En el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu santo amen Para recibirla bendición, nos inclinamos un poco y nos persignamos,
decimos AMEN
(de pie)
Liturgia de la Eucaristía: despedida y Canto Final
Después el sacerdote nos despide, diciendo: podemos ir en paz nuestra Eucaristía ha
terminado
 Respondemos: demos Gracias a Dios

PARROQUIA “SEÑOR DE HUMILDAD Y PACIENCIA” – SANTA MARÍA, LURIAMA


CATEQUESIS: PRIMERA COMUNIÓN
LA SANTA MISA Estructura y partes

2  RITOS INICIALES Son ritos introductorios a la celebración y nos preparan para escuchar la Palabra y
celebrar la Eucaristía.

 Procesión de entrada
 Saludo inicial
 Acto penitencial
 Gloria
 Oración Colecta

3  PROCESIÓN DE ENTRADA Llegamos al Templo y nos disponemos para celebrar


el Misterio más grande de nuestra fe.

Acompañamos la procesión de entrada cantando con alegría.

4  SALUDO INICIAL Después de besar el altar y hacer la Señal de la Cruz,


el sacerdote saluda a la asamblea.

5  ACTO PENITENCIAL Pedimos humildemente perdón al Señor


por todas nuestras faltas

6  GLORIA Alabamos a Dios, reconociendo su santidad,


al mismo tiempo que nuestra necesidad de Él.

7  ORACIÓN COLECTA Es la oración que el sacerdote hace al Padre en nombre


de toda la asamblea en ella recoge todas las intenciones de la comunidad.

8  LITURGIA de la PALABRA
Escuchamos a Dios, que se nos da como alimento en su Palabra, y respondemos cantando, meditando y
rezando.

 Primera Lectura
 Salmo
 Segunda Lectura
 Santo Evangelio
 Homilía
 Credo
 Oración de los fieles

9  PRIMERA LECTURA En el Antiguo Testamento, Dios nos habla a través de la historia del pueblo de Israel
y de sus Profetas.

10  Meditamos, rezando o cantando un Salmo

11  SEGUNDA LECTURA En el Nuevo Testamento, Dios nos habla a través de los Apóstoles.

12  SANTO EVANGELIO El canto del “ALELUYA” nos dispone a escuchar la proclamación del misterio de
Cristo.

Al finalizar aclamamos diciendo: “Gloria a Ti, Señor Jesús”

13  HOMILÍA El celebrante nos explica la Palabra de Dios

14  CREDO Después de escucharla Palabra de Dios, confesamos nuestra fe.

15  ORACIÓN de los FIELES Rezamos unos por otros pidiendo


por las necesidades de todos.

16  LITURGIA de la EUCARISTÍA
Tiene tres partes:

Rito de las Ofrendas,

Gran plegaria Eucarística (es el núcleo de toda celebración, es una plegaria de acción de gracias en la que
actualizamos la muerte y resurrección de Jesús) y rito de comunión.

Presentación de las Ofrendas

Prefacio

Epíclesis

Consagración

Aclamación

Intercesión

Padre nuestro

Comunión

Oración

Post-comunión

17  PRESENTACIÓN de las OFRENDAS


Presentamos el pan y el vino que se transformarán en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Realizamos la colecta en
favor de toda la Iglesia. Oramos sobre las ofrendas.
18  PREFACIO Es una oración de acción de gracias y alabanza a Dios,
al tres veces santo.

19  El celebrante extiende


EPÍCLESIS El celebrante extiende sus manos sobre el pan y el vino e invoca al Espíritu Santo, para que por su
acción los transforme en el cuerpo y la sangre de Jesús.

20  CONSAGRACIÓN El sacerdote hace “MEMORIA” de la última cena,


pronunciando las mismas palabras de Jesús. El pan y el vino se transforman en el cuerpo y la sangre de Jesús.

21  ACLAMACIÓN Aclamamos el misterio central de nuestra fe.


(Este es el Misterio de nuestra fe. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, Ven Señor Jesús)

22  INTERCESIÓN Ofrecemos este sacrificio de Jesús en comunión con toda la Iglesia.


Pedimos por el Papa, por los obispos, por los difuntos y por todos nosotros.

23  PADRENUESTRO Preparándonos para comulgar, rezamos al Padre como Jesús nos enseñó.

24  COMUNIÓN Llenos de alegría nos acercamos a recibir a Jesús, pan de vida. Antes de comulgar
hacemos un acto de humildad y de fe.(Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros
… y danos la paz)

25  ORACIÓN POST-COMUNIÓN
Damos gracias a Jesús por haberlo recibido, y le pedimos que nos ayude a vivir en comunión.

26  Son ritos que concluyen la celebración


RITOS de DESPEDIDA Son ritos que concluyen la celebración Bendición Despedida y envío.

27  BENDICIÓN Recibimos la bendición del sacerdote, en nombre


de la Santa Trinidad.

28  DESPEDIDA y ENVÍO Alimentados con el pan de la Palabra y de la


Eucaristía, volvemos a nuestras actividades, a vivirlo que celebramos llevando a Jesús en nuestros corazones.
(Podéis ir en paz. Demos gracias a Dios)
Partes de la misa católica explicada
Como cristianos, cuando vivimos consiente y activamente todas
las partes de una Misa, revivimos el sacrificio de Cristo en la cruz.
El Papa Francisco señala que a través de la Misa los cristianos
recibimos el amor y la misericordia de Dios, y nos abrimos a una
vida nueva gracias a la Resurrección.
La participación en la Santa Misa sea “plena, consciente y activa”
Concilio Vaticano II, Const. Sacrosanctum Concilium, nn. 14 y 48
 
La raíz y el centro de nuestra vida espiritual es el Santo Sacrificio del Altar,
una de las partes de la Misa más importantes. San Josemaría Escrivá,
tanto de palabra como por escrito, afirmaba, que la Eucaristía es el
centro y la raíz de la vida del cristiano.
Porque es importante explicar las partes de la misa católica

En la Santa Misa vivimos el sacrificio de Cristo, que se ofreció a todos


nosotros, una vez para siempre en la Cruz. Este, que es el centro de nuestra
vida cristiana y la acción de gracias que presentamos a Dios por su gran amor
hacia nosotros, no es otro sacrificio, no es una repetición. Es el mismo
sacrificio de Jesús que se hace presente.
A grandes rasgos la Misa Cristiana cuenta con dos partes fundamentales:
1. Liturgia de la palabra

2. La liturgia de eucaristía

Disponer, vivir y dar las gracias por la misa.

Para saber aprovechar los grandes frutos espirituales que como cristianos se
nos dan a través de la Celebración de la Santa Misa, hay que conocer esta
celebración, entendiendo sus gestos y símbolos, participando en ella con
reverencia. 
Vivir la fe cristiana de forma concreta implica que existan momentos
de oración en familia, momentos de vivir los sacramentos juntos, sobre
todo en la misa del domingo.

1 Ritos iniciales

Llegamos preferentemente de manera puntual al templo y nos disponemos


para celebrar el misterio más grande de nuestra fe.
Los ritos introductorios, nos preparan para escuchar la palabra y celebrar la
eucaristía:
 Canto de Entrada

 Beso al altar y Señal de la cruz

 Acto penitencial

 Canto del Gloria


 Oración colecta

Canto de entrada

Nos preparamos para comenzar la primer parte de una misa con el canto de
entrada. Es un canto que nos une a todos porque a la misa venimos personas
de distintos lugares, culturas, edades y cantamos a una voz, como una familia,
la de Dios en la tierra, en comunión con toda la Iglesia.
El Canto, destaca el carácter festivo de la celebración. Nos unimos para
celebrar uno de los dones más grandes que Jesús nos dejó: la Eucaristía.
Algunos atribuyen al Papa Celestino I (422-431) la incorporación del canto de
entrada. Aunque se desconoce la fecha exacta de la incorporación, ya existía
con seguridad en el S. V.
Beso en el altar y Señal de la cruz

El sacerdote entra, besa el altar y saluda a todos los presentes realizando el


gesto de la señal de la Cruz. Comenzar en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo no es sólo mencionar el nombre de Dios, sino ponernos en su
presencia.
Este es un buen momento para pedirle al Señor que nos ayude a vivir la Santa
Misa con la misma pureza, humildad y devoción con que le recibió la
Santísima Virgen.
(…)El sacerdote está allí, no en su propio nombre, sino in nomine Ecclesiæ, en
nombre de la Iglesia. Representa, pues, a todos los fieles, y en nombre de
todos da el beso litúrgico a Cristo, simbolizado por el altar.Esta veneración al
altar se expresa con tres signos:
1. La inclinación que es un el gesto se convierte en un acto de homenaje
a Cristo, al lugar del sacrificio y a la mesa del Señor.
2. El beso al altar que es un beso de saludo y de amor entre la Iglesia y la
incensación.

3. Se completa con la incensación que simboliza el honor, la purificación y


santificación.

Acto penitencial

Puestos en la presencia de Dios, la Iglesia nos invita a reconocer con


humildad que somos pecadores. Pedimos humildemente perdón al Señor por
todas nuestras faltas. Reconocemos humildemente frente a todos nuestros
hermanos, que somos pecadores.
Es un gesto importante empezar la Santa Misa con el corazón y el alma
limpios. Es un buen momento para recordar cuándo fue nuestra última
confesión. Como cristianos tenemos que acudir a este Sacramento para recibir
a Jesús.
Y para expresar este deseo y pedirle perdón a Dios, usamos las palabras del
ciego que oyó que Jesús pasaba cerca, y como sabía que no podía curarse a
sí mismo, sino necesitaba del auxilio de Dios, se puso a gritar en medio de la
multitud: “Señor, ten piedad de mí”. Así, con confianza en la misericordia de
Dios, rezamos también el “Señor ten piedad”.
Canto del Gloria

Alabamos a Dios, reconociendo su santidad, al mismo tiempo que nuestra


necesidad de Él. El Gloria es como un grito de entusiasmo hacia Dios, a toda
la Trinidad.
En los domingos y solemnidades se reza este himno, que resume el sentido
máximo de la vida cristiana: darle gloria a Dios. Alabar a Dios, no sólo porque
es bueno, o porque nos ayuda, o por las cosas que nos da. Darle gloria por
quién es Él, porque es Dios. Nos ayuda a estar bien orientados, a afirmar que
el sentido máximo de nuestra vida es Él.
Oración Colecta

La Colecta se llama así porque es la oración que recoge las peticiones de


todos. Las hacemos por medio de Jesucristo, el único Mediador, en la
comunión del Espíritu Santo, que recoge nuestras súplicas, haciéndose
presente nuevamente el Misterio de la Trinidad.
El sacerdote invita a toda la comunidad a rezar presentando a Dios Padre las
peticiones que la Iglesia eleva al Cielo cada vez que se celebra el Santo
Sacrificio.
“Si dos de Uds se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, lo
conseguirán de mi Padre que está en los Cielos” Mt
18, 19-20. Es
importante para todo cristiano conocer y vivir adecuadamente
cada una de las partes de la Misa Católica: 
2 Liturgia de la Palabra
“La Misa consta de dos partes: la liturgia de la palabra y la liturgia eucarística,
tan estrechamente unidas entre sí que constituyen un solo acto de culto”
Misal Romano, Institución General, 28
A través de las lecturas, vamos a escuchar directamente a Dios que nos habla
a nosotros, que somos su pueblo. Nosotros respondemos cantando,
meditando y rezando.
En la primera lectura Dios nos habla por las vivencias de sus profetas, en la
segunda lectura por medio de sus apóstoles- Por último, en el Evangelio nos
habla directamente por medio de su Hijo Jesucristo
 Primera lectura del Antiguo Testamento

 Salmo

 Segunda lectura: En el Nuevo Testamento.

 Evangelio: El canto del Aleluya nos dispone a escuchar la proclamación


del misterio de Cristo. Al finalizar aclamamos diciendo: «Gloria a ti,
Señor Jesús».

 Homilía: El sacerdote nos explica la Palabra de Dios.

 Credo: La profesión de fe

 Oración de los fieles: Rezamos unos por otros pidiendo por las
necesidades de todos.

  Lavado

Primera lectura: Antiguo Testamento, Dios habla a los hombres


La primera lectura, tomada generalmente del Antiguo Testamento. Dios nos
habla a través de la historia del pueblo de Israel y de sus profetas.
Es importante meditarlas, porque por estas palabras, Dios fue preparando a su
Pueblo para la venida de Cristo. Y también nos preparan a nosotros para
escuchar a Jesús, ya que la primera lectura está directamente relacionada con
el Evangelio que se va a leer.
Salmo Responsorial, respuesta de los fieles a la Palabra de Dios

El Salmo Responsorial es como una prolongación de los temas propuestos en


la primera lectura.
Con los salmos aprendamos a rezar, aprendemos a hablar con Dios, usando
sus mismas palabras, que se convirtieron en oración. Palabras que Él pone en
nuestra boca para que sepamos cómo expresarnos.
Segunda lectura: En el Nuevo Testamento, Dios nos habla a través de los
apóstoles.

Escuchamos la predicación de los primeros hombres a los que Jesús les dijo:
“Vayan y hagan discípulos míos a todas las gentes… enseñándoles a guardar
todo lo que les he mandado.” (Mt 28, 19-20).
Se toma del Nuevo Testamento. Puede ser parte de los Hechos de los
Apóstoles o de las cartas que escribieron los primeros apóstoles. También de
las Epístolas Católicas, del libro de los Hebreos o el Apocalipsis. Es decir, son
los escritos de los apóstoles,
Esta segunda lectura nos sirve para conocer cómo vivían los primeros
cristianos y cómo explicaban a los demás las enseñanzas de Jesús. Esto nos
ayuda a conocer y entender mejor lo que Jesús nos enseñó.
Después de la segunda lectura se canta el Aleluya, que es un canto alegre
que recuerda la Resurrección u otro canto según las exigencias del tiempo
litúrgico .
Evangelio, La proclamación del Evangelio

El canto del Aleluya nos dispone a escuchar la proclamación del misterio de


Cristo. Al finalizar aclamamos diciendo: «Gloria a ti, Señor Jesús».
Es el mismo Jesucristo quien nos habla en el Evangelio. Por eso lo
escuchamos de pie, y el sacerdote lo besa cuando termina de proclamarlo.
Luego anuncia en voz alta que Jesucristo está entre nosotros: Dominus
vobiscum!
Los gestos que realiza el sacerdote, simbolizan nuestros deseos de formar
parte de la Verdad del Evangelio. Se nos comunican las enseñanzas del Señor
para que las meditemos en la intimidad personal y las incorporemos a nuestras
almas, de modo que luego las comuniquemos, en forma de palabra y
de obras de misericordia a las personas que tenemos a nuestro
alrededor en la cotidianeidad de nuestra vida.
Es una llamada a la responsabilidad apostólica de los cristianos, que en la
Santa Misa cobra nuevas fuerzas.
Homilía: El sacerdote nos explica la Palabra de Dios.

El sacerdote, se toma un tiempo para explicarnos la Palabra de Dios. Homilía


viene de una palabra griega que significa “diálogo”, “conversación”. Es el
momento cuando Dios nos habla por su Iglesia.
Es una explicación sencilla y práctica, enraizada en los textos litúrgicos, que
aplicaremos a nuestra vida cristiana. Intentamos hacer propios estos consejos
que nos dan y procuramos sacar propósitos concretos. Una buena homilía es
aquella que te hace reflexionar desde por dentro.
Credo: Después de escuchar la Palabra de Dios profesarnos nuestra fe

«Somos un solo pueblo que confiesa una sola fe, un Credo; un pueblo
congregado en la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo» (San León
Magno, Homilía I en la Natividad del Señor (PL 54, 192).
Rezar el Credo es motivo de santo orgullo para todo cristiano, Asombrarnos
por la realidad de ser Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo, Templo del Espíritu
Santo.
Oración de los fieles: Rezamos unos por otros pidiendo por las necesidades de
todos.

Con la oración de los fieles termina la primera parte de la Misa. Rezamos unos
por otros pidiendo por las necesidades de todos.  Presentación de las ofrendas
del pan y del vino
En ese Pan y ese Vino que ofrece el sacerdote a Dios –fruto del sudor y del
trabajo del hombre– están todos tus esfuerzos humanos. Ofrécele a Dios todo
eso. Todas las horas y acciones de tu día ponerlos en la patena junto a Cristo
y así sobrenaturalizarás tu vida.
Todo estará hecho para Dios y será grato a Dios. Haz de verdad, de tu vida,
una ofrenda al Señor. No olvidemos que, al elevar estas plegarias, es Cristo
mismo quien las presenta a Dios Padre por la virtud del Espíritu Santo.
Lavabo

Mientras el sacerdote hace el lavatorio de las manos, repite tú por dentro la


oración que hace interiormente: ¡Señor, lávame totalmente de mi culpa y
purifícame de mi pecado!
En la Misa, el Señor Jesús, haciéndose «pan partido» por amor a nosotros, se
nos da y nos comunica toda su misericordia y su amor, renovando nuestro
corazón, nuestra vida y nuestras relaciones con él y con los hermanos.  Papa
Francisco
3 Liturgia de la Eucaristía.

La liturgia de la Eucaristía el momento más importante de la Misa.


Presentamos el pan y el vino que se transformarán en el cuerpo y la sangre de
Cristo. Realizamos la colecta en favor de toda la Iglesia y Oramos sobre las
ofrendas.
 Prefacio y Presentación de las ofrendas: El Pan y el Vino

 Epíclesis: Plegaria eucarística

 Santo: canto de alabanza a Dios

 Consagración: El pan y el vino se transforman en el cuerpo y en la


sangre de Jesús. (Doxología)

Prefacio y Presentación de las ofrendas

En el Prefacio, damos gracias y alabanza a Dios, al tres veces santo, realizado


una oración. Viene del latín: pre – factum. Significa “antes del hecho”. Y se
llama así porque está justamente antes del hecho más importante de toda la
misa: la plegaria eucarística
En el prefacio hay un diálogo con el sacerdote, que siempre dice: “Levantemos
el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor”. Es que en el prefacio
hemos dado gracias a Dios, hemos reconocido sus obras de amor y lo
alabamos.
En este momento presentamos las ofrendas, el pan y el vino. La sencillez de
estos alimentos nos recuerda al niño que le llevó a Jesús sus ofrendas, cinco
panes y dos peces. Era todo lo que tenía, pero esa pequeñez, puesta en las
manos de Jesús, se convirtió en abundancia y alcanzó para alimentar a una
multitud inmensa e incluso sobró.
Así nuestras sencillas ofrendas de pan y vino, puestas en las manos del
Señor, también se convertirán en abundancia, en el Cuerpo y la Sangre de
Cristo para alimentar a una gran multitud que está hambrienta de Dios.
En cada misa, ¡nosotros somos esa multitud! Junto a este pan y vino, le
presentamos también a Dios, de manera simbólica, algo de nosotros mismos.
Le ofrecemos nuestros esfuerzos, sacrificios, alegrías y dolores. Le ofrecemos
nuestra fragilidad para que Él haga obras grandes con nosotros.
Esta es la actitud interior a la que la liturgia nos conduce, elevar el corazón
para estar listos para el momento más importante: cuando Cristo se haga
presente con su Cuerpo y su Sangre.
La eplíclesis o invocación al Espíritu Santo: Plegaria

La plegaria eucarística son todas las oraciones que rodean el momento de la


consagración. Invocamos con una oración al Espíritu Santo en este
momento el que “la Iglesia pide al Padre que envíe su Espíritu Santo (…)
sobre el pan y el vino, para que se conviertan, por su poder, en el Cuerpo y la
Sangre de Jesucristo” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1353).
Así como el Espíritu Santo descendió sobre la Virgen María para que
concibiera e hiciera presente a Jesús en su seno, ahora invocamos al Espíritu
Santo para que descienda sobre estos dones y también haga presente a
Cristo entre nosotros.
“Debemos elevar nuestro corazón al Señor no sólo como una respuesta ritual,
sino como expresión de lo que sucede en este corazón que se eleva y arrastra
hacia arriba a los demás”. Papa Benedicto
Luego, es el momento en el cual se lleva al altar el pan y el vino, dos alimentos
muy sencillos, que el sacerdote ofrecerá a Dios para que Cristo se haga
presente en la Eucaristía, también nos convierta a nosotros, nos haga
mejores, más semejantes a Él.
Santo: canto de alabanza a Dios

La letra está tomada de las Sagradas Escrituras. La primera parte, es un canto


que hemos aprendido del coro de los ángeles, que el profeta Isaías oyó que le
cantaban a Dios junto a su trono. El tres veces santo repetido, nos recuerda
las tres personas divinas de la Santa Trinidad.
La segunda parte es la aclamación que le dicen a Jesús cuando está entrando
montado en un burrito a Jerusalén el domingo de Ramos: “¡Bendito el que
viene en nombre del Señor, hossana!”
Estaban felices aclamando Jesús, el rey esperado, que entraba a su ciudad.
Nosotros en la misa también aclamamos a Cristo que está a las puertas de
hacerse presente ante nosotros. Por eso podemos decir que el santo, es un
canto de hombres y ángeles, que nos unimos para alabar a Dios.
Consagración: El pan y el vino se transforman en el cuerpo y en la sangre de
Jesús. (Doxología)

«La fuerza de las palabras y de la acción de Cristo y los dones del


Espíritu Santo hacen sacramentalmente presentes bajo las especies de
pan y de vino su Cuerpo y su Sangre, su sacrificio ofrecido en la Cruz de una
vez para siempre» Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1353.
Hemos llegado al corazón de la plegaria eucarística, al momento más
importante de la misa. Siguiendo el mandato que Jesús le dijo a sus apóstoles:
“Hagan esto en memoria mía”, el sacerdote, actuando en la persona misma de
Cristo, pronuncia las palabras de la institución de la Eucaristía, las mismas que
Jesús pronunció el día de la Última Cena.
(…) ¡Qué hondura atesoran las palabras: esto es mi Cuerpo; éste es el cáliz de
mi Sangre! Llenan de seguridad, refuerzan nuestra fe, aseguran nuestra
esperanza y enriquecen nuestra caridad. Sí: Cristo vive, es el mismo de dos
mil años atrás, y vivirá siempre, interviniendo en nuestro peregrinar.
Nuevamente se nos acerca como caminante con nosotros, lo mismo que en
Emaús, para sostenernos y darnos apoyo en todo nuestro quehacer.
La presencia real de Jesús es consecuencia del misterio inefable que se
cumple con la transustanciación, ante el que no cabe otra actitud que adorar la
omnipotencia y el amor de Dios. Por eso nos arrodillamos al llegar este
instante sublime, que constituye el núcleo de la celebración eucarística. En
esos momentos, el sacerdote es instrumento del Señor, actúa in persona
Christi.
Una de las partes de la misa mas importantes es el momento de la
Consagración

4 Rito de conclusión

La Santa misa termina como la empezamos, con la señal de la cruz. Podemos


ir en paz, porque hemos visto a Dios, nos hemos encontrado con Él y estamos
renovados para seguir en la misión que Dios nos encarga. Al terminar la misa
el sacerdote nos da la bendición final.
Son ritos que concluyen la celebración son:
 Bendición fina

 Acción de gracias y despedida

Bendición final

Recibimos la bendición del sacerdote. Que ese “podéis ir en paz” sea el reflejo
de una Santa Misa bien vivida.
La palabra bendición viene de dos palabras: bien y decir. Cuando Dios dice
bien de nosotros, su Palabra sí nos hace distintos, nos da esa gracia para
librar el buen combate de la fe. Así termina la misa y estamos listos para
seguir adelante con nuestra vida cristiana.
Acción de gracias última parte de la Misa

Cuando el tiempo dedicado a la acción de gracias dentro de la Misa resulta


demasiado breve, puede ser una buena acción prolongar la acción de gracias
unos minutos más, de modo personal, al terminar todas las partes de la Misa
 
Bibliografia:
OpusDei.org
Misal
“La Misa. Para preparar, vivir y agradecer la misa” Cobel Ediciones
“Vivir la Santa Misa” Fundación Studium
 

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