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que en realidad no ha ocurrido entre ellos, cláusulas que no son sinceras, fechas que no son
verdaderas, etc.; cuando por él se constituyen o transmiten derechos a personas interpuestas, que
no son aquellas para quienes en realidad se constituyen o transmiten, manteniéndolas en el
anonimato; también cuando tratan de encubrir el verdadero carácter jurídico del negocio que se
celebra, bajo la apariencia de otro de distinta naturaleza, ya sea por que realmente no existe o sea
porque existiendo se trata de un negocio distinto al que se declara. Clases de simulación:
Primeramente la simulación absoluta: Se da cuando se celebra un acto jurídico que nada tiene de
real, lo que implica también el caso de cuando se transmiten y constituyen derechos a favor de
terceros interpuestos. Esta clase de simulación, no produce ningún efecto jurídico, una vez
declarada la nulidad. Seguido por la simulación relativa que se da cuando se emplea para dar a un
acto jurídico una apariencia que oculta su verdadero carácter. Esta clase de simulación, si tiene fin
lícito, producirá los efectos del negocio jurídico encubierto una vez declarada la nulidad, si tiene
fin ilícito, no producirá efectos jurídicos, una vez declarada la nulidad.
Especies de simulación: Lícita: La simulación no es reprobada por la ley cuando a nadie perjudica
ni tiene un fin ilícito, la cual no confiere acción alguna para dejar sin efecto el acto. Ilícita: En
cambio, cuando tiene un fin ilícito o perjudica a terceros, la cual si otorga acción de anulabilidad.
Efectos de la acción de simulación: El acto simulado reviste la calidad de anulable, de nulidad
relativa. Ello así, el efecto de la acción de simulación es la declaración de la nulidad del acto. La
acción para demandar la simulación es imprescriptible. Presupuestos para la acción de nulidad por
simulación: Que tenga un fin ilícito y que cause daño o perjuicio a tercero Acción de simulación
ejercida por las partes: En principio la doctrina específicamente establece que cuando se trate de
simulación lícita, la acción entre partes para que se declare simulado el acto es procedente. Y
cuando se trate de simulación ilícita, en principio los otorgantes del acto concebido para violar las
leyes o perjudicar a terceros carecen de acción el uno contra el otro, salvo que dicha acción se
oriente a dejar sin efecto el acto simulado y siempre que de ello no se derive algún beneficio a las
partes. Pero la legislación guatemalteca otorga acción entre las partes que simularon, sin
especificar o condicionar dicha acción. Acción de simulación ejercida por terceros perjudicados por
la simulación: En este caso revisten especial importancia las presunciones como medio de
acreditación del acto simulado, sin embargo se tendrá que probar el daño o perjuicio que se ha
sufrido a causa de dicha simulación para que la acción prospere. - Capacidad del sujeto: Es el autor
del acto jurídico, quien debe estar dotado de capacidad para su otorgamiento. Esto implica ser
mayor de edad, estar en el pleno
SIMULAR
Hacer aparecer lo que no es, mostrar una cosa que realmente no existe.
Negocio o acto jurídico: Las partes dan apariencia de certeza a algo no verdadero.
En esta instancia el tercero emplazado Notario José Luis Sam Maldonado, presentó
memorial haciendo uso del recurso, alegando lo que estimó pertinente en apoyo de sus
pretensiones.
C O N S I D E R A N D O
I
C O N S I D E R A N D O
II
I.= El Notario JOSÉ LUIS SAM MALDONADO, llamado y emplazado como tercero en este
proceso, interpuso Recurso de Apelación en contra la totalidad de la sentencia del
catorce de agosto del año dos mil nueve, dictada por el Juzgado de Primera Instancia
Civil y Económico Coactivo del departamento de Suchitepéquez. Al evacuar la
audiencia conferida en esta instancia, manifestó los agravios que dicha resolución le
causa, entre los que indica: a) “La pretensión planteada por la parte actora según
la demanda, consiste en nulidad absoluta de negocios jurídicos por vicio del
consentimiento y nulidad absoluta de instrumentos públicos por carecer de las
formalidades esenciales para su validez. Pretensión dirigida hacia el negocio jurídico
contenido en la escritura pública número ciento sesenta y ocho, que autoricé en la
ciudad de Mazatenango, Suchitepéquez, el día uno de octubre de mil novecientos
noventa y hacia el negocio jurídico contenido en la escritura pública número ciento
sesenta, autorizada por el Notario Marcos Alfonso Recinos Castañeda en la ciudad de
Mazatenango, Suchitepéquez el día treinta y uno de diciembre de mil novecientos
noventa y tres. Es importante resaltar la identificación, origen y naturaleza jurídica de
las dos clases de nulidades… pues tienen sus diferencias marcadas… pues confundirlo o
plantearlo creyendo que son una sola, se viola totalmente el principio jurídico procesal
de Congruencia y de Defensa de toda persona y del debido proceso. …si indicamos vicio
del consentimiento, tenemos la obligación de indicar la clase de vicio que se ha
cometido… si el otorgante ha comparecido a otorgar un instrumento público, y que tal
consentimiento se ha materializado en su firma haya otorgado (sic) por error, dolo,
simulación o violencia y demostrar conforme derecho la existencia de ese vicio en forma
específica, también a través de medios de prueba pertinentes.”
II.= “Que consta en el proceso, la señora Juez de primera instancia, hizo caso omiso a
nuestra legislación e hizo de las dos nulidades (absoluta y relativa) una sola,
tergiversando con ello todo el Derecho, es más, en sus argumentos vertidos en la
sentencia, la señora Jueza, sin haber sido presentado por cualquiera de los sujetos
procesales, de manera oficiosa hace mención de la nulidad absoluta, del error y de la
simulación en total confusión. En ese orden de ideas y ya sea por dolo o por negligencia,
la sentencia de primera instancia no sólo le dio cabida a una pretensión que no es
acorde al Derecho guatemalteco, sino además de ello le da cabida a una pretensión sin
tener o sin haberse producido medios de prueba pertinentes e idóneos que demuestren
una pretensión. La señora Jueza al dictar la sentencia… comete irregularidades en su
redacción de fondo y dicta una resolución no sólo contraria al derecho, sino también sin
que existan medios de prueba que acrediten la pretensión del actor.” Se fundamenta
en ley y formula petición que se revoque la sentencia apelada y se declare sin lugar la
demanda de nulidad planteada por el actor.
III.= Esta Sala, del análisis y estudio jurídico de las actuaciones, la sentencia que en
grado se conoce y lo que para el efecto establecen las leyes sustantiva y adjetiva civiles
y las notariales; establece que con las evidencias probatorias fehacientes ofrecidas,
aportadas y diligenciadas en la etapa correspondiente en la tramitación del juicio, se
demostraron las respectivas proposiciones de hecho del actor; al probar los hechos
constitutivos de su pretensión. En efecto, en autos se encuentra debidamente
probado: A.-) Que el actor PONCIANO PACHECO MÉNDEZ es legítimo propietario del
inmueble inscrito en el Segundo Registro de la Propiedad Inmueble de Quetzaltenango,
como finca número doce mil trescientos setenta y dos, folio ochenta y ocho del libro
sesenta y cinco del departamento de Suchitepéquez, por herencia de su señora madre
Cleotilde Méndez Pérez; sin embargo, sorpresivamente dicha finca aparece vendida el
uno de octubre de mil novecientos noventa, supuestamente por su persona (actor) al
señor Juan Fidel Pacheco Vásquez (su padre) según escritura autorizada por el Notario
JOSÉ LUIS SAM MALDONADO (tercero emplazado y apelante) sin que haya consentido,
mucho menos firmado dicho negocio jurídico (según indica); a su vez, el inmueble fue
vendido (también supuestamente) por el señor Juan Fidel Pacheco Vásquez a la señora
Blanca Estela Pacheco Aguilar (demandada), su media hermana (del actor) por parte del
padre (de actor y demandada), según escritura pública autorizada el treinta y uno de
diciembre de mil novecientos noventa y tres en la ciudad de Mazatenango por el Notario
Marcos Alfonso Recinos Castañeda, quedando inscrita dicha finca con el número cuatro
mil cuatrocientos ochenta y ocho, folio veintidós del libro treinta de Suchitepéquez.
B.-) Certificaciones expedidas por el Segundo Registro de la Propiedad en las que
consta que las compraventas autorizadas en los instrumentos públicos números ciento
sesenta y ocho y ciento sesenta, de fechas uno de octubre de mil novecientos noventa y
treinta y uno de diciembre de mil novecientos noventa y tres; autorizadas por los
Notarios: JOSÉ LUIS SAM MALDONADO y MARCOS ALFONSO RECINOS CASTAÑEDA (llamados
como terceros) respectivamente, por las que supuestamente el actor le vende al señor
JUAN FIDEL PACHECO DUARTE (su padre) y éste a su vez le vende a la señora BLANCA
ESTELA PACHECO AGUILAR (su hija y demandada); pero que fueron presentadas para su
inscripción en el Segundo Registro de la Propiedad de Quetzaltenango, hasta
transcurridos varios años después de la muerte del señor Juan Fidel Pacheco Duarte
(padre del actor y demandada) y casualmente en el mismo día o fecha y en forma
simultánea. C.-) Que el señor PONCIANO PACHECO MÉNDEZ en todo tiempo ha
tenido la posesión del inmueble, según prueba documental, testimonial y
Reconocimiento Judicial practicado en la finca descrita en autos y con el que también se
prueba la real existencia física del inmueble objeto de litis. D.-) Que según
documentación expedida por el Archivo General de Protocolos, en la que consta el
índice del Protocolo del año mil novecientos noventa y tres, del Notario MARCOS
ALFONSO RECINOS CASTAÑEDA; en dicho año faccionó ciento cincuenta y nueve
instrumentos públicos y el último instrumento autorizado tiene la fecha del treinta de
diciembre de mil novecientos noventa y tres. De lo que se desprende que la Escritura
Pública número ciento sesenta que autorizó el treinta y uno de diciembre de mil
novecientos noventa y tres, en la que simulan la compraventa otorgada por los señores
JUAN FIDEL PACHECO DUARTE y BLANCA ESTELA PACHECO AGUILAR, no existe o es
ficticia; es más en el Archivo General de Protocolos tampoco consta que haya sido
entregado el Testimonio Especial de dicho instrumento público según atestados que
obran a folios del treinta (30) al cincuenta y dos (52) pieza de primera instancia.
E.-) La pretensión de los terceros emplazados, Notarios JOSÉ LUIS SAM MALDONADO y
MARCOS ALFONSO RECINOS CASTAÑEDA, consistió en que se les desligara del proceso en
la calidad en que fueron demandados, según consta en las actuaciones procesales, pero
al conocer en su oportunidad la apelación de lo resuelto en la oposición interpuesta por
el Notario José Luis Sam Maldonado, declarada con lugar en primera instancia, fue
revocada por esta Sala, dejándolo vinculado al proceso (folio doscientos dos, pieza de
primera instancia); y, F.-) Presunciones legales y humanas que de los hechos
probados se derivan. Y, al apreciar que, la seguridad del tráfico jurídico, impone la
necesidad de que el instrumento público esté revestido de una presunción de veracidad
y validez, derivadas de la fe pública del Notario que lo autoriza, y que sin embargo, en
este caso esa presunción de la que deberían estar investidas las escrituras públicas
números: CIENTO SESENTA Y OCHO Y CIENTO SESENTA, AUTORIZADAS POR LOS NOTARIOS
JOSÉ LUIS SAM AGUILAR y MARCOS ALFONSO RECINOS CASTAÑEDA, en la ciudad de
Mazatenango, con fechas uno de octubre de mil novecientos noventa y treinta y uno de
diciembre de mil novecientos noventa y tres, respectivamente; no existe, por lo
evidenciado y relacionado de las pruebas anteriormente diligenciadas. Y, que según el
tratadista PUIG PEÑA, citado por el Abogado y Notario Alfonso Brañas en el “Manual de
Derecho Civil (2ª. Edición Pág.199) que define la propiedad como “el derecho por el que
una cosa pertenece a una persona y está sujeta ésta de modo, al menos virtualmente,
universal”, y que en ese mismo sentido la Constitución Política de la República en los
artículos 39 y 41 establece a la propiedad privada como un derecho inherente a la
persona humana, y el derecho del propietario de disponer libremente de los bienes de
acuerdo a la ley, no pudiendo ser limitado tal derecho de propiedad en forma alguna; y
siendo definida la propiedad en el artículo 464 del Código Civil , como derecho de gozar
y disponer de los bienes dentro de los límites y con la observancia de las obligaciones
que establecen las leyes; por lo que en el presente caso, se arriba a la conclusión que se
probó la simulación que existe en los negocios jurídicos en las Escrituras Públicas
relacionadas y que son objeto de la presente litis, por existir los presupuestos fácticos y
jurídicos para declarar la simulación y nulidad de los mismos. Como corolario, al
establecer la ley sustantiva civil que: “Hay nulidad absoluta en un negocio jurídico,
cuando su objeto sea contrario al orden público o contrario a las leyes prohibitivas
expresas, y por la ausencia o no concurrencia de los requisitos esenciales para su
existencia. Los negocios que adolecen de nulidad absoluta no producen efecto ni son
revalidables por confirmación”; y, que la nulidad puede ser declarada de oficio por el
juez cuando resulte manifiesta. Puede también ser alegada por los que tengan interés o
por el Ministerio Público”; por consiguiente, este Tribunal Colegiado aprecia y estima
que la sentencia dictada por el Juzgado a-quo que en apelación se conoce, fue dictada
de conformidad con la ley; se concluye que es procedente confirmarla en todos su
pronunciamientos y, así debe resolverse.
LEYES APLICABLES
POR TANTO
Esta Sala con fundamento en lo considerado y leyes citadas, al resolver, por unanimidad,
DECLARA: I.-) SIN LUGAR el recurso de apelación interpuesto por el Notario José Luis
Sam Maldonado, como tercero emplazado; II.-) En consecuencia SE CONFIRMA la
sentencia apelada del catorce de agosto de dos mil nueve, dictada por la Juez de
Primera Instancia Civil y Económico Coactivo del departamento de Suchitepéquez, en
todos sus pronunciamientos; III.-) Notifíquese y con certificación de lo resuelto,
devuélvase el expediente al juzgado de procedencia.
Otto Cecilio Mayén Morales, Magistrado Presidente; Milton Danilo Torres Caravantes,
Magistrado Vocal Primero; Amilcar Oliverio Solís Galván, Magistrado Vocal Segundo.
Marcia Dolores Salazar Rivera, Secretaria