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- NUESTRA SEÑORA DEL GRAN DOLOR -

La Imagen de “Nuestra Señora del Gran Dolor” completa la iconografía de la


Hermandad.
Es esta una bella imagen
realizada en escayola de la Madre
de Dios. con la mirada elevada
hacia lo alto en actitud orante y al
tiempo resignada, acaso tal y como
se hallaba junto a la Cruz en el
Gólgota, asistiendo con profunda
tristeza a los últimos momentos de
la vida del hijo amado.

El semblante, más que dolor


o desesperación irradia dulzura en
los suaves rasgos que la acompañan,
la dulzura de la madre que alberga
la Esperanza de la Resurrección..
Pero su mirada, lacerada y a la vez
profunda, contiene la conformidad
de la madre que acepta el dolor, que
sufre en silencio. La madre que
ocupa el lugar que le corresponde
en la gran tragedia, que guarda en
su corazón la honda pena que la
embarga, tan solo visible a través de
sus ojos negros y vidriosos.
No aparece nuestra Dolorosa coronada, ni tocada con bellos bordados o encajes,
sino humildemente vestida, como si su indumentaria fuera una imaginaria aura mística de
divinidad.

En los primeros tiempos, un puñal clavado en el pecho cuya empuñadura sobresalía


simbolizaba su dolor, tal vez recordando la profecía que durante la Presentación del Niño
en el templo le refirió el anciano Simeón: “ ...Y a ti, una espada te atravesará el alma….”.
Pero en la actualidad, este objeto ha sido suprimido, probablemente porque no es necesario,
pues basta la sola contemplación del rostro de María para captar el “Gran Dolor” que da
nombre a esta advocación de Nuestra Señora.

Originariamente, esta Imagen pertenecía a la Parroquia de San Lorenzo de El


Escorial, donde recibía culto durante todo el año. En Semana Santa, procesionaba por las
calles del municipio sobre unas andas que eran portadas alternativamente por cofrades de
las Hermandades de Pasión que existían por aquel entonces, entre ellas la del Santísimo
Cristo de la Buena Muerte, que no se sabe muy bien porqué, pero terminó haciéndose cargo
definitivamente de este cometido, a pesar de que en una ocasión, al iniciarse la procesión se
les fue al suelo a los portadores, sin que, afortunadamente, ocurriera nada digno de
lamentar.

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De esta manera surgió la vinculación de la imagen de Nuestra Señora del Gran
Dolor con la Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, una vinculación que
culminaría con su incorporación a la misma el 19 de Septiembre de 1.954, día en que la
Junta Directiva aceptó el ofrecimiento del Señor Cura Párroco, que en aquel momento era
Don Teodosio Martínez Pardo, de hacerse cargo de la misma con las obligaciones que ello
conllevaba.

Cuando desaparecieron las Procesiones de las calles de San Lorenzo de El Escorial,


esta Imagen dejó de procesionar, quedando expuesta para el culto en la Iglesia Parroquial,
de donde poco a poco fue siendo relegada al olvido de un desván. Allí permaneció hasta el
año 2000, en que la Hermandad decidió recuperarla y hacerse de nuevo cargo de ella.

Restaurada por Doña Arancha Aguilar, y posteriormente bendecida con gran


solemnidad durante los actos que con motivo del Septenario Anual en Honor del Santísimo
Cristo de la Buena Muerte celebra su Hermandad en el mes de Septiembre, la Imagen de
“Nuestra Señora del Gran Dolor” recibe culto actualmente en la Capilla del Cementerio
Parroquial de San Lorenzo de El Escorial, junto a la Imagen titular del bendito Crucificado.

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