Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
los ritos debidamente aprobados y propuestos por ella. El criterio de: “así es más
bonito” o “así lo hacen aquí” no es válido, porque tú serás maestro de tu pueblo.
Por eso Raul en la eucaristía se encuentra tu vida, la vida de cada uno de nosotros y la
vida de la iglesia, visualizada en tres momentos –pasado, presente y futuro-, que no son
locativos o cerrados, sino, que se entrecruzan desde la fe:
1.- El pasado.
Como misterio de salvación para cada uno, porque hacer referencia al misterio
pascual de Cristo, misterio de nuestra salvación. En la liturgia de la pascua Hebrea,
signo y símbolo de la pascua cristiana, al comenzar, el padre de familia hace la
búsqueda de los Jametz, los panes con levadura, para sacarlos fuera y celebrar la pascua
con espíritu nuevo, por eso la eucaristía está íntimamente ligada al sacramento de la
penitencia, con el cual te haces digno de acercarte a la mesa eucarística, porque ella es
camino de santidad. El pan ácimo de la hostia te recordará siempre tus sufrimientos, tus
pecados, de los que sido liberado por Jesucristo mismo en su muerte y resurrección; y el
vino te recordará siempre la alegría de la salvación y la liberación. Porque la eucaristía
es un memorial de salvación que pone al hombre en movimiento, detrás de Dios que
pasa, que se hace presente. Por tal motivo, la Eucaristía es una gran exultación de
acción de gracias a Dios, que en Cristo Jesús, nos devuelve la vida, y nos convierte en
testigos.
2.- Presente.
Ten presente que el camino al cielo es superior a tus fuerzas, pero en medio de tu
debilidad, en la lucha diaria por vencer el pecado, en el esfuerzo –muchas veces
doloroso- por entrar en la voluntad de Dios, en medio del sufrimiento cristiano –como
decía san Pio de Pietrelcina-, encontrarás en la Eucaristía la presencia viva y real de
Jesús, y por la gracia del Santo Espíritu, la esperanza y la fuerza para llegar al final, así
4
lo asegura el Señor mismo: el que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y
yo lo resucitaré en el último día.
3.- Futuro:
nada me faltará. Dios nos bendiga y la intercesión de san Bernabé nos acompañe
siempre. Amén.